Disclaimer: CCS ni ninguno de sus personajes, como ustedes ya saben, me
pertenecen (, son propiedad de Clamp, así que no me demanden, este fic no
se hace con fines de lucro, ni gano dinero. Sólo es para mi propio gozo y
alboroto. XD ja,ja,ja,ja,ja y por supuesto el de ustedes. ; )
Los personajes colados a esta historia, o sea los invitados perdón inventados :P sí son míos, así que no los usen sin permiso oki?
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CAPITULO II
A FIN DE CUENTAS. . . LA VIDA CONTINUA.
La luz del sol comenzaba a filtrarse por la ventana de la habitación. Grande y lujosa. Magnifica y única. Viva y muerta. Perfecta y blanca. Triste y negra. Una perfecta representación del día y la noche. Luz y sombra. ¿tierra e infierno? . . . Los rayos del sol seguían su camino alumbrando cada vez más superficie de la habitación dejando al descubierto una enorme cama de estilo oriental que yacía intacta en medio de la enorme habitación, cubierta con un edredón blanco con bordados en las orillas: un ramaje de alguna planta exótica, bordado hecho en algún lugar lejano con un hilo de fina seda negra, cojines blancos y negros de terciopelo y peluche con distintas formas geométricas y tamaños se encontraban cubriendo casi por completo la cabecera y toda la parte superior de la cama, nadie había dormido ahí la noche anterior. Un grueso pilar de fierro negro se alzaba en cada una de las 4 esquinas de la cama, tan imponentes como los barrotes de una jaula. La cima de cada uno de los pilares estaba finamente tallada de tal forma que daban vida a una hermosa violeta, y en conjunto los cuatro pilares sostenían ligeras y hermosas cortinas de tul blanco, que eran sujetadas por aros del material de los pilares y aunque por el momento se encontraban anudadas a los pilares por gruesos listones de lino negro, se veía el hermoso bordado negro que poseían en las orillas. Justo arriba de la cama sujetado en el techo se encontraba un gigantesco espejo rectangular que cubría toda la superficie de la cama, reflejando así todo su contenido ya que las cortinas sólo cubrían los lados de esta, no la parte superior.
Sentimientos. . .
El sol seguía avanzando . . . de lado derecho a la cama, a unos cuantos metros de distancia se encontraba un moderno y negro escritorio en cuyo flanco derecho se encontraba una computadora de color blanco con pantalla de plasma y todo lo necesario, estaba totalmente equipada y con lo que parecía ser los artefactos más avanzados. El escritorio era un caos de los mas fenomenal: disquetes, bocetos, lápices, gomas, basura, papeles arrugados, borradores, intentos frustrados de lo que parecían ser cartas, dibujos, y diseños de un sin fin de accesorios se encontraban desperdigados y regados por toda las superficie del escritorio y mas allá aun. Tazas vacías, servilletas, cucharas, sobres de endulsante, cuadros pequeños de azúcar, el pequeño envase que contenía la crema tenía parte de su contenido rodeándolo, la pequeña cafetera con la que contaba el escritorio yacía volteada derramando el sobrante de su interior sobre lo que era, al parecer, una fotografía de una mujer muy hermosa. Llaves, sobres de té usados y no usados, envolturas de dulces y chocolates, cd's , hojas y más hojas, timbres postales, cartas, sobres, plumas de colores, plumas chorreadas, papeles rotos y arrugados todo esto tirado por el suelo y alrededores. Un jarrón con hermosas rosas blancas era lo único cuidado y hermoso de aquel caos. Un completo desorden. Incluso el bote de basura yacía volteado al lado del escritorio casi por completo vació de su contenido el cual se encontraba regado lejos de este: cartas, papeles, fotos, basura, bocetos, pedazos de fotografías, etc. Había además varios diseños de vestidos y ropa en generales espléndidos, numerados con fecha y firma, sujetados, pegados y amarrados por toda la pared de rededor.
Sueños. . .
La pared que se ubicaba frente a la cama estaba repleta de repisas de diferentes formas, a diferentes niveles, con diferentes objetos y diferentes tamaños. La base de fierro negro tallado, las repisas de cristal. El contenido de las repisas era muy variado: Osos de felpa, muñecas, libros viejos, cofres, alhajeros, cartas, figuras de cerámica, fotos, portarretratos, dulces, cuadernos, libros, objetos curiosos y hermosos recipientes de diversos tamaños y diseños con flores secas, vivas, muertas, algunos con lápices, plumas y otros con galletas, chocolates y bombones. Además había bolsas, lapiceros, un aparato de sonido compacto, discos, una computadora portátil, velas, muchas velas de todas formas, tamaños y esencias, algunas casi por completo consumidas, otras todavía envueltas. Repisas del techo al suelo, no parecía haber pared detrás de tantos objetos, la única parte en donde no había repisas brillaba, se distinguía a simple vista, parecía el núcleo, el punto de inicio de una enorme telaraña de repisas y objetos. Se encontraba justo en el centro de la "pared" era una enorme pecera cuadrada, un ecosistema completo: corales, caballitos de mar, peces de muchos colores brillantes, burbujas aquí y allá, plantas marinas, algas, el suelo de arena lleno de deslumbrantes piedritas de cristal de muchos colores. Una enorme pecera que era al parecer el único vestigio de vida y color en aquel lugar.
Recuerdos. . .
En medio de la habitación sobre una alfombra gris en forma de mancha había tres sillones, uno rectangular largo y grande el cual estaba forrado de una tela blanca adornada con kanjis japoneses negros, la base era de fierro negro de diseño sencillo y rústico. Un puf grande y redondo de piel, negro; y por último un sillón cuadrado de terciopelo blanco sin respaldo. Puestos alrededor de una mesa circular de vidrio amplia y chaparra con base de diseño similar al del sillón grande, en cuyo centro se hallaba un hermoso y enorme jarrón en donde había varias docenas de rosas negras frescas. Había también 4 ceniceros cuadrados: dos blancos, dos negros; hechos con pedazos de cristal opaco unidos en desorden. Uno de ellos tenía varias colillas de cigarro totalmente consumidas. Una cajetilla abierta se encontraba en el suelo con su contenido regado en el piso: unos cuantos cigarros aplastados, otros cuantos rotos, dos o tres intactos y uno más a salvo en su cajetilla, al lado de esta fiesta de cigarrillos se encontraba un encendedor rectangular de plata con un nombre magníficamente grabado. . . Daidouji. . .Una enorme lampara colgaba del techo justo encima de la mesa, era un móvil de hermosas hadas de color: blanco, negro y trasparente.
Momentos. . .
Cuatro puertas, una en cada una de las esquinas de la enorme habitación, cuatro puertas totalmente diferentes, ¿cuatro mundos distintos? Una de cristal opaco blanco con una chapa redonda plateada que tenía la forma de un imponente sol. Otra puerta negra hecha de metal, finas y delgadas persianas negras acomodadas verticalmente. Otra más de madera obscura finamente tallada con hermosas flores de ciruelo por todo el contorno, arcángeles misteriosos en la parte superior y demonios espantosos en la parte más baja de la puerta ; y la ultima puerta era mas bien un montón de hilos llenos de pedazos de cristal negro, blanco y transparente de forma redonda, triangular y cúbica, con lentejuelas y conchitas. Cada una de estas puertas parecía conducir a un lugar distinto. Sólo una se encontraba entre abierta y de ella emanaba un muy tenue vapor de agua.
Ilusiones . . .
Del lado izquierdo de la cama se encontraban dos grandes ventanas abarcaban desde el techo hasta el suelo, ambas cubiertas con unas frondosas cortinas gruesas y de diversas telas en colores negro, gris y blanco. Ambas conducían hacía un enorme balcón. En esos momentos una de las ventanas estaba abierta el aire frió entraba en la habitación y le daba un toque de vida a todo lo que había en la habitación. Las flores, las cortinas de la cama y las de la ventana, algunas hojas del escritorio amenazaban con caer al suelo, la puerta de cristales y conchas se movía y producía al igual que el móvil de hadas, una ligera y deliciosa melodía.
Vida. . .
En medio de estas dos ventanas se encontraba un enorme cuadro de una mujer adulta, rica, muy bien arreglada con uno hermosos ojos de color amatista, profundos. A lado de la mujer se encontraba una hermosa niña de 6 ó 7 años de largo cabello negro y ojos igualmente hermosos ambas sonreían, ambas parecían felices, ambas vivían.
. . .REALIDAD. . .
Debajo de aquel cuadro sentada y sujetando contra si sus rodillas, con el largo cabello negro disperso por todo su cuerpo, con los ojos hinchados y amoratados de tanto llorar, se encontraba aquella pequeña niña de ojos violetas sólo que ahora era todo una mujer. Parecía contemplar la habitación, pero sus ojos parecían estar vacíos. Era esbelta, bien formada y muy atractiva con cierto toque de inocencia. Su piel era pálida, pero fresca y tersa. Vestía unos jeans oscuros con las orillas desgastadas y un suéter cerrado azul de estambre con cuello de tortuga, que le quedaba un poco grande, lo que le daba cierto toque de descuido.
Estaba agotada, exhausta y sabía que era lo más natural, había llorado durante días y no era la primera vez que lo hacía. Salió de su ensimismamiento y se dirigió gateando hacía su cama y se acomodo entre todos los cojines. Sabía lo que seguía: ahora dormiría por varias horas, tranquila, cansada, sedada por aquellas lágrimas que había derramado, con suerte no soñaría en nada triste y después, al despertar, su depresión habría terminado o tan siquiera disminuido un poco. Quizás volvería a su vida "normal" y aunque sintiera cierta nostalgia por la vida pasada, por su madre, intentaría de nuevo verlo todo con un poco más de optimismo, de lo que si estaba segura era que aparentaría que nada había ocurrido y que sólo había estado en su cuarto estudiando, meditando, descansando, diseñando. La verdad es que amaba esta vida, lamentablemente esta no parecía corresponderle a ella. Suspiro y volteo en si para encontrarse con su reflejo
-¡Rayos, sí que se veía fatal! Y eso que acababa de ducharse-
El baño la había tranquilizado demasiado y la hermosa vista que su balcón le ofrecía del atardecer, le ayudaban bastante a que sus ánimos mejoraran. La noche estaba por llegar, suspiro al saber que otro día se le había esfumado.
Comenzó a recordar su situación en las últimas semanas, quizás de los últimos meses, había pasado tanto tiempo que ya no sabía como había comenzado todo, lo que sabía es que ya estaba harta y quería pronto superar una mas de sus tantas depresiones.
Inglaterra no le había sentado nada mal, el clima le encantaba, la gente, la ciudad. Había conseguido trabajo y estudiaba, su casa era hermosa y especialmente con su habitación podía hacer lo que quisiera con ella. Tomoyo se paró y dirigió al balcón, para después apoyarse en el barandal, otra ráfaga de aire frío corrió por su habitación. Suspiró y recordó. El aniversario de la muerte de su madre estaba cerca, había salido de vacaciones y su padre había tenido que salir de viaje urgentemente, estaba sola, y por algún motivo hacía tiempo que un frío había vivido en su interior, la rotura de la relación con su novio lo había desencadenado todo. Había dejado de trabajar y su jefa, aprovechando la ausencia de su padre, le había dado un ultimátum, se había aislado y había llorado, había dejado de comer, de dormir, había deseado morir en ese momento.
El sol se oculto por fin, dando paso a una resplandeciente luna llena. Tomoyo volvió a entrar a su recamara, no sin apretar antes el interruptor de la luz, la recamara quedó totalmente iluminada, dando a conocer varias lamparas más además de la que se encontraba en el centro de la habitación. Siguió caminando dirigiéndose después hacía el sillón grande de su pequeña sala. Recogió la cajetilla de cigarrillos, junto con el encendedor y prendió uno delicadamente, con la depresión había vuelto a fumar, aunque siempre lo hubiese detestado, si todo pasaba lo dejaría lo más pronto posible, no era tan difícil, solo le ayudaba en aquello momentos de relativa tensión. Se estiró, bostezó y volvió a recordar:
Fue entonces cuando recurrió a Sakura, su mejor amiga, su prima, su hermana, la respuesta de esta no se había demorado demasiado, un día después ya tenía de regreso el mail que le había enviado y como pensaba simples palabras como " Pase lo que pase todo estará bien" o " a tu madre no le hubiera gustado verte así" incluso el " sabes que te adoro mi querida amiga y que si me lo pides voy para allá" le habían ayudado demasiado. Pero no quería ser molestia y por alguna extraña razón necesitaba desahogarse, gritar, llorar, gemir, explotar y lo había hecho, el recuerdo de tiempos mejores y el sentimiento de perdida la había obligado ha hacerlo. Y había aprovechado la ausencia de su padre e incluso el aniversario de la muerte de su madre, para maldecir esta vida, para llorar, para sentirse miserable, ahora ya todo era un simple momento lejano y que esperaba no volviera a repetirse, ahora estaba más serena y mucho más tranquila. Volvió a estirarse perezosamente y después tomo un mechón de su cabello para comenzar a jugar con el.
¡Como extrañaba a su madre! De verdad la hacía falta.-
Su ausencia le extrañaba, le molestaba, pero había dejado de dolerle y lastimarla de verdad hacía tiempo, había aprendido a soportar su ausencia durante casi toda su vida, siempre había entendido que era una persona importante y ocupada, una persona de "negocios". Su madre a pesar de todo la había apoyado y había intentado estar el mayor tiempo que podía con ella además de hacer de aquellos tiempos lo más gratos e inolvidables. La había amado, la amaba con todas sus fuerzas, pero sabía y entendía ahora que no podía vivir sujeta a su recuerdo y que ella no lo hubiera querido y mucho menos permitido, si estuviese viva. Pero había momentos como el de los últimos días en los que se le olvidaba aquello, en los que casi se sentía morir y lo cierto era que el último "lapsus melancolicus" había sido muy fuerte y prolongado.
Respiró profundamente y exhaló el humo del cigarrillo, lo apagó y se dirigió hacía las ventanas, las cerro, corrió las cortinas y de nuevo fue a su cama , no sin antes darse cuenta de que le faltaba una pantufla, se recostó y acomodo, de nuevo entre tantos cojines, sólo que ahora sujeto, un conejo blanco de felpa que se camuflajeaba hasta hace unos instantes, lo abrazo. Echó un vistazo, entre los cojines se encontraba un celular blanco con como 25 llamadas perdidas, Tomoyo frunció el ceño, la mayoría eran de su antiguo novio, ¿Qué querría? Pero la verdad era que ahora eso ya no le importaba, habían salido juntos por casi dos años, estaban comprometidos, más por interés ( aunque se pensase que eso ya no se daba), lo había querido, sí, pero la ultima discusión había sido porque la relación esta siendo aburrida y problemática. Tomó el celular y lo escondió debajo de los cojines, todavía no quería saber nada del mundo exterior.
Volvió a pensar, definitivamente se sentía mucho mejor, ahora estaba consiente de que normalmente había algo que le ayudaba a animarse y el inminente regreso de su padre a casa era aquel algo,¡ no podía dejar que su padre la viera triste! Este se sentiría muy mal y haría hasta lo imposible por verla feliz, la última vez casi había creado un desfile de modas con sus diseños más locos - Sonrió, como quería a su padre, a su "nuevo" padre- Hace tiempo habían tenido una charla, él estaba arrepentido y había pedido disculpas, le había explicado todo, si Sonomi no hubiera sido tan testaruda en irse y le hubiera dicho que estaba embarazada, él jamás las habría dejado, él mismo se había enterado de que tenía una hija, un año antes de la muerte de Sonomi. Había tomado la noticia con mucho agrado, puesto que nunca se había vuelto a casar y pensaba que ya era un poco tarde para eso. Siempre había querido une heredero, un hijo. Había ayudado muchísimo a su hija y ambos habían aprendido a quererse y a llevarse muy bien, hubo una conexión desde el principio y afortunadamente había nacido un gran afecto entre ambos.
Tomoyo se paro de la cama de nuevo y se dirigió perezosamente a su escritorio, traía solo una pantufla por lo que su pie izquierdo estaba frío, pero de algo estaba segura, su pantufla era de terciopelo blanco y aunque su cuarto estuviera muy bien arreglado siempre era como encontrar una aguja en un pajar, la pantufla tenía la extraña habilidad de camuflajearse en aquel piso de mármol blanco. Tomoyo llego a su objetivo, ¡que desastre!, lo único que quería era una taza de té y estaba segura de que no podría prepararla con ese desastre, se rindió, mientras su vista era captada por una fotografía, en ella se encontraban su madre, sakura, ella y un peluche amarillo saliendo del bolsillo de Sakura. El semblante de Tomoyo se volvió a nublar si su madre estuviera aquí, sería inmensamente feliz al ver que se llevaba tan bien con su padre, si Sakura estuviera ahí, su preciada amiga, podría estarle dando un reconfortante abrazo. Agito su cabeza violentamente, mientras alejaba la nostalgia, estaba por terminar aquella depresión, no podía volver a hundirse en ella, decidió dejar la taza de té para otra ocasión y la foto junto con ella. Se dirigió de nuevo a su cama, corrió las sabanas, se desvistió cuidadosamente, saco una pijama de debajo de su almohada, se la puso y se metió entre las cobijas, corrió las cortinas de la cama, apagó las luces con un interruptor que tenía a la mano y se acostó. Dormir le haría bien, estaba cansada necesitaba despejarse y dormir le ayudaría y mientras pensaba en esto cayo rápidamente en un profundo y pacífico sueño.
Era hora de continuar: su mamá y vida en Japón había estado llena de sentimientos, sueños, momentos, recuerdos e ilusiones, de realidades, incluso de tristezas y enojos. Siempre los recordaría con cariño, pero llorar ya no servía de nada y lo había sabido siempre, sólo había necesitado desahogarse por alguna extraña circunstancia, llorar no le hace mal a nadie. Ahora debía de continuar y realizar sueños de su infancia, quizás sentir cosas nuevas no sería malo y porque no mantener ciertas ilusiones en los nuevos momentos que la vida le deparaba ahora. Tenía una nueva vida frente así, ¡sólo tenía 20 años y llevaba media carrera! Estaba comprometido con un soquete, y tenía además un padre que la quería y al que ella quería. Tenía demasiadas cosas por hacer no podía rendirse. Simplemente pensaba" borrón y cuenta nueva". A f in de cuentas. . .la vida continua.
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Notas de la autora:
HI! ( De nuevo aquí después de muchísimo tiempo : P, no tengo vergüenza -_- . Pero a propósito del titulo, mi inspiración, no llegaba T.T. Gracias a Dios, ya regresó! Y estoy de nuevo aquí con varias ideas. Mil gracias a los que leyeron el fic!!! Que aunque parecen ser pocos XD con esos soy feliz. Por otra parte y haciendo propaganda, porque no se dan un vuelta y leen el fic titulado "Recuerdos de un pasado eterno" escrito por mi hermanita Megumi y su servidora Kaori. En mi muy personal opinión es muy bueno (je,je)
Esperando que les haya gustado este capítulo que es más largo, menos deprimente y mas explicativo. Da una ligera introducción a lo que es la vida de quien será mi personaje principal, por lo que ya se pueden imaginar las parejas ; ) (por si alguien quería saber). Me esforcé bastante así que espero sea del agrado del público, de nuevo mil gracias a quien lo lee y esperó deje review apretando el pequeño botón de aquí abajito.
Por último como siempre he querido agradecer personalmente a la gente que se toma la molestia de escribir un review, aquí les voy:
Undine: HI! Pues que malo que no le hayas entendido, pero no te preocupes, aquí esta todo un poquito mas explicado. Mil gracias por el review! Y gracias por el apoyo que brindas en el otro fic. Okas?
Kalyna: Jajajaja, condenada ¬¬ ¿Cómo se te ocurre poner algo así? De todos modos mil Gracias por el review y por tu apoyo y el consejo fue tomado con mucho agrado y puesto en práctica. Se te extraña por lo rumbos mujer. . . ¿Qué diabluras andarás haciendo? Y deja de fastidiar con las faltas. .
Nicolita: Sólo lees fics? Mira que yo creo que todos hacemos lo mismo al principio, yo solo leí fan fics durante tres años, y de ahí, gracias a Megu me atreví a escribir ¿en serio quieres que lo continúe? Gracias, y claro que este fic no se va a quedar así.
Megumi Kansaki: Hermanita, ya todo lo que tengo que decirte esta dicho, como siempre mil gracias por tu apoyo, ya sabes que te kiero mucho, ¡¡¡¡mil gracias por tu paciencia!!!!! Y por tu review y si hay algo de lo que puedo estar orgullosa es de haberte conocido, mira que si no hubiese sido por ti, yo jamás habría llegado tan lejos. Gracias por tus ánimos, eres una gran escritora, y no exageres apenas estoy empezando, no soy tan buena. (
Alma: Hola muchacha, gracias por tu apoyo y por haber sido la primera en dejar un review, no sabes como te extraño, a final de cuentas tu me metiste en este rollo de los fics y fuiste mi primera amiga cibernética, lamentablemente creo que nos hemos distanciado muchisimo, tu ya no estas cuando estoy o viceversa, espero los problemas se solucionen. Te kiero!
Y bueno por último les dejo mi mail: angel_kaori16 hotmail.com que esta disponible las 24 horas del día, los 365 días del año, para lo que sea : quejas, reclamos, felicitaciones, sugerencias pero sobre todo IDEAS y OPINIONES.
Un saludo a Megu, a Kalyna y a Vania que me dejo un review incógnita, se filtro en mi compu : P Gracias Vanila!. Un saludote muy especial a Valeria una chava super wow que me cae de pelos, mira que eres con la única persona con la que he podido platicar seriamente y frente a frente sobre anime, no sabes como te adoro mujer! Y bueno creo que ya no tengo nada más interesante que decir, insisto ¡ARRIBA LOS REVIEWS!
Se despide con un afectuoso saludo y deseándoles un Feliz San Valentín!
Kaori Tsukiyume.
Los personajes colados a esta historia, o sea los invitados perdón inventados :P sí son míos, así que no los usen sin permiso oki?
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CAPITULO II
A FIN DE CUENTAS. . . LA VIDA CONTINUA.
La luz del sol comenzaba a filtrarse por la ventana de la habitación. Grande y lujosa. Magnifica y única. Viva y muerta. Perfecta y blanca. Triste y negra. Una perfecta representación del día y la noche. Luz y sombra. ¿tierra e infierno? . . . Los rayos del sol seguían su camino alumbrando cada vez más superficie de la habitación dejando al descubierto una enorme cama de estilo oriental que yacía intacta en medio de la enorme habitación, cubierta con un edredón blanco con bordados en las orillas: un ramaje de alguna planta exótica, bordado hecho en algún lugar lejano con un hilo de fina seda negra, cojines blancos y negros de terciopelo y peluche con distintas formas geométricas y tamaños se encontraban cubriendo casi por completo la cabecera y toda la parte superior de la cama, nadie había dormido ahí la noche anterior. Un grueso pilar de fierro negro se alzaba en cada una de las 4 esquinas de la cama, tan imponentes como los barrotes de una jaula. La cima de cada uno de los pilares estaba finamente tallada de tal forma que daban vida a una hermosa violeta, y en conjunto los cuatro pilares sostenían ligeras y hermosas cortinas de tul blanco, que eran sujetadas por aros del material de los pilares y aunque por el momento se encontraban anudadas a los pilares por gruesos listones de lino negro, se veía el hermoso bordado negro que poseían en las orillas. Justo arriba de la cama sujetado en el techo se encontraba un gigantesco espejo rectangular que cubría toda la superficie de la cama, reflejando así todo su contenido ya que las cortinas sólo cubrían los lados de esta, no la parte superior.
Sentimientos. . .
El sol seguía avanzando . . . de lado derecho a la cama, a unos cuantos metros de distancia se encontraba un moderno y negro escritorio en cuyo flanco derecho se encontraba una computadora de color blanco con pantalla de plasma y todo lo necesario, estaba totalmente equipada y con lo que parecía ser los artefactos más avanzados. El escritorio era un caos de los mas fenomenal: disquetes, bocetos, lápices, gomas, basura, papeles arrugados, borradores, intentos frustrados de lo que parecían ser cartas, dibujos, y diseños de un sin fin de accesorios se encontraban desperdigados y regados por toda las superficie del escritorio y mas allá aun. Tazas vacías, servilletas, cucharas, sobres de endulsante, cuadros pequeños de azúcar, el pequeño envase que contenía la crema tenía parte de su contenido rodeándolo, la pequeña cafetera con la que contaba el escritorio yacía volteada derramando el sobrante de su interior sobre lo que era, al parecer, una fotografía de una mujer muy hermosa. Llaves, sobres de té usados y no usados, envolturas de dulces y chocolates, cd's , hojas y más hojas, timbres postales, cartas, sobres, plumas de colores, plumas chorreadas, papeles rotos y arrugados todo esto tirado por el suelo y alrededores. Un jarrón con hermosas rosas blancas era lo único cuidado y hermoso de aquel caos. Un completo desorden. Incluso el bote de basura yacía volteado al lado del escritorio casi por completo vació de su contenido el cual se encontraba regado lejos de este: cartas, papeles, fotos, basura, bocetos, pedazos de fotografías, etc. Había además varios diseños de vestidos y ropa en generales espléndidos, numerados con fecha y firma, sujetados, pegados y amarrados por toda la pared de rededor.
Sueños. . .
La pared que se ubicaba frente a la cama estaba repleta de repisas de diferentes formas, a diferentes niveles, con diferentes objetos y diferentes tamaños. La base de fierro negro tallado, las repisas de cristal. El contenido de las repisas era muy variado: Osos de felpa, muñecas, libros viejos, cofres, alhajeros, cartas, figuras de cerámica, fotos, portarretratos, dulces, cuadernos, libros, objetos curiosos y hermosos recipientes de diversos tamaños y diseños con flores secas, vivas, muertas, algunos con lápices, plumas y otros con galletas, chocolates y bombones. Además había bolsas, lapiceros, un aparato de sonido compacto, discos, una computadora portátil, velas, muchas velas de todas formas, tamaños y esencias, algunas casi por completo consumidas, otras todavía envueltas. Repisas del techo al suelo, no parecía haber pared detrás de tantos objetos, la única parte en donde no había repisas brillaba, se distinguía a simple vista, parecía el núcleo, el punto de inicio de una enorme telaraña de repisas y objetos. Se encontraba justo en el centro de la "pared" era una enorme pecera cuadrada, un ecosistema completo: corales, caballitos de mar, peces de muchos colores brillantes, burbujas aquí y allá, plantas marinas, algas, el suelo de arena lleno de deslumbrantes piedritas de cristal de muchos colores. Una enorme pecera que era al parecer el único vestigio de vida y color en aquel lugar.
Recuerdos. . .
En medio de la habitación sobre una alfombra gris en forma de mancha había tres sillones, uno rectangular largo y grande el cual estaba forrado de una tela blanca adornada con kanjis japoneses negros, la base era de fierro negro de diseño sencillo y rústico. Un puf grande y redondo de piel, negro; y por último un sillón cuadrado de terciopelo blanco sin respaldo. Puestos alrededor de una mesa circular de vidrio amplia y chaparra con base de diseño similar al del sillón grande, en cuyo centro se hallaba un hermoso y enorme jarrón en donde había varias docenas de rosas negras frescas. Había también 4 ceniceros cuadrados: dos blancos, dos negros; hechos con pedazos de cristal opaco unidos en desorden. Uno de ellos tenía varias colillas de cigarro totalmente consumidas. Una cajetilla abierta se encontraba en el suelo con su contenido regado en el piso: unos cuantos cigarros aplastados, otros cuantos rotos, dos o tres intactos y uno más a salvo en su cajetilla, al lado de esta fiesta de cigarrillos se encontraba un encendedor rectangular de plata con un nombre magníficamente grabado. . . Daidouji. . .Una enorme lampara colgaba del techo justo encima de la mesa, era un móvil de hermosas hadas de color: blanco, negro y trasparente.
Momentos. . .
Cuatro puertas, una en cada una de las esquinas de la enorme habitación, cuatro puertas totalmente diferentes, ¿cuatro mundos distintos? Una de cristal opaco blanco con una chapa redonda plateada que tenía la forma de un imponente sol. Otra puerta negra hecha de metal, finas y delgadas persianas negras acomodadas verticalmente. Otra más de madera obscura finamente tallada con hermosas flores de ciruelo por todo el contorno, arcángeles misteriosos en la parte superior y demonios espantosos en la parte más baja de la puerta ; y la ultima puerta era mas bien un montón de hilos llenos de pedazos de cristal negro, blanco y transparente de forma redonda, triangular y cúbica, con lentejuelas y conchitas. Cada una de estas puertas parecía conducir a un lugar distinto. Sólo una se encontraba entre abierta y de ella emanaba un muy tenue vapor de agua.
Ilusiones . . .
Del lado izquierdo de la cama se encontraban dos grandes ventanas abarcaban desde el techo hasta el suelo, ambas cubiertas con unas frondosas cortinas gruesas y de diversas telas en colores negro, gris y blanco. Ambas conducían hacía un enorme balcón. En esos momentos una de las ventanas estaba abierta el aire frió entraba en la habitación y le daba un toque de vida a todo lo que había en la habitación. Las flores, las cortinas de la cama y las de la ventana, algunas hojas del escritorio amenazaban con caer al suelo, la puerta de cristales y conchas se movía y producía al igual que el móvil de hadas, una ligera y deliciosa melodía.
Vida. . .
En medio de estas dos ventanas se encontraba un enorme cuadro de una mujer adulta, rica, muy bien arreglada con uno hermosos ojos de color amatista, profundos. A lado de la mujer se encontraba una hermosa niña de 6 ó 7 años de largo cabello negro y ojos igualmente hermosos ambas sonreían, ambas parecían felices, ambas vivían.
. . .REALIDAD. . .
Debajo de aquel cuadro sentada y sujetando contra si sus rodillas, con el largo cabello negro disperso por todo su cuerpo, con los ojos hinchados y amoratados de tanto llorar, se encontraba aquella pequeña niña de ojos violetas sólo que ahora era todo una mujer. Parecía contemplar la habitación, pero sus ojos parecían estar vacíos. Era esbelta, bien formada y muy atractiva con cierto toque de inocencia. Su piel era pálida, pero fresca y tersa. Vestía unos jeans oscuros con las orillas desgastadas y un suéter cerrado azul de estambre con cuello de tortuga, que le quedaba un poco grande, lo que le daba cierto toque de descuido.
Estaba agotada, exhausta y sabía que era lo más natural, había llorado durante días y no era la primera vez que lo hacía. Salió de su ensimismamiento y se dirigió gateando hacía su cama y se acomodo entre todos los cojines. Sabía lo que seguía: ahora dormiría por varias horas, tranquila, cansada, sedada por aquellas lágrimas que había derramado, con suerte no soñaría en nada triste y después, al despertar, su depresión habría terminado o tan siquiera disminuido un poco. Quizás volvería a su vida "normal" y aunque sintiera cierta nostalgia por la vida pasada, por su madre, intentaría de nuevo verlo todo con un poco más de optimismo, de lo que si estaba segura era que aparentaría que nada había ocurrido y que sólo había estado en su cuarto estudiando, meditando, descansando, diseñando. La verdad es que amaba esta vida, lamentablemente esta no parecía corresponderle a ella. Suspiro y volteo en si para encontrarse con su reflejo
-¡Rayos, sí que se veía fatal! Y eso que acababa de ducharse-
El baño la había tranquilizado demasiado y la hermosa vista que su balcón le ofrecía del atardecer, le ayudaban bastante a que sus ánimos mejoraran. La noche estaba por llegar, suspiro al saber que otro día se le había esfumado.
Comenzó a recordar su situación en las últimas semanas, quizás de los últimos meses, había pasado tanto tiempo que ya no sabía como había comenzado todo, lo que sabía es que ya estaba harta y quería pronto superar una mas de sus tantas depresiones.
Inglaterra no le había sentado nada mal, el clima le encantaba, la gente, la ciudad. Había conseguido trabajo y estudiaba, su casa era hermosa y especialmente con su habitación podía hacer lo que quisiera con ella. Tomoyo se paró y dirigió al balcón, para después apoyarse en el barandal, otra ráfaga de aire frío corrió por su habitación. Suspiró y recordó. El aniversario de la muerte de su madre estaba cerca, había salido de vacaciones y su padre había tenido que salir de viaje urgentemente, estaba sola, y por algún motivo hacía tiempo que un frío había vivido en su interior, la rotura de la relación con su novio lo había desencadenado todo. Había dejado de trabajar y su jefa, aprovechando la ausencia de su padre, le había dado un ultimátum, se había aislado y había llorado, había dejado de comer, de dormir, había deseado morir en ese momento.
El sol se oculto por fin, dando paso a una resplandeciente luna llena. Tomoyo volvió a entrar a su recamara, no sin apretar antes el interruptor de la luz, la recamara quedó totalmente iluminada, dando a conocer varias lamparas más además de la que se encontraba en el centro de la habitación. Siguió caminando dirigiéndose después hacía el sillón grande de su pequeña sala. Recogió la cajetilla de cigarrillos, junto con el encendedor y prendió uno delicadamente, con la depresión había vuelto a fumar, aunque siempre lo hubiese detestado, si todo pasaba lo dejaría lo más pronto posible, no era tan difícil, solo le ayudaba en aquello momentos de relativa tensión. Se estiró, bostezó y volvió a recordar:
Fue entonces cuando recurrió a Sakura, su mejor amiga, su prima, su hermana, la respuesta de esta no se había demorado demasiado, un día después ya tenía de regreso el mail que le había enviado y como pensaba simples palabras como " Pase lo que pase todo estará bien" o " a tu madre no le hubiera gustado verte así" incluso el " sabes que te adoro mi querida amiga y que si me lo pides voy para allá" le habían ayudado demasiado. Pero no quería ser molestia y por alguna extraña razón necesitaba desahogarse, gritar, llorar, gemir, explotar y lo había hecho, el recuerdo de tiempos mejores y el sentimiento de perdida la había obligado ha hacerlo. Y había aprovechado la ausencia de su padre e incluso el aniversario de la muerte de su madre, para maldecir esta vida, para llorar, para sentirse miserable, ahora ya todo era un simple momento lejano y que esperaba no volviera a repetirse, ahora estaba más serena y mucho más tranquila. Volvió a estirarse perezosamente y después tomo un mechón de su cabello para comenzar a jugar con el.
¡Como extrañaba a su madre! De verdad la hacía falta.-
Su ausencia le extrañaba, le molestaba, pero había dejado de dolerle y lastimarla de verdad hacía tiempo, había aprendido a soportar su ausencia durante casi toda su vida, siempre había entendido que era una persona importante y ocupada, una persona de "negocios". Su madre a pesar de todo la había apoyado y había intentado estar el mayor tiempo que podía con ella además de hacer de aquellos tiempos lo más gratos e inolvidables. La había amado, la amaba con todas sus fuerzas, pero sabía y entendía ahora que no podía vivir sujeta a su recuerdo y que ella no lo hubiera querido y mucho menos permitido, si estuviese viva. Pero había momentos como el de los últimos días en los que se le olvidaba aquello, en los que casi se sentía morir y lo cierto era que el último "lapsus melancolicus" había sido muy fuerte y prolongado.
Respiró profundamente y exhaló el humo del cigarrillo, lo apagó y se dirigió hacía las ventanas, las cerro, corrió las cortinas y de nuevo fue a su cama , no sin antes darse cuenta de que le faltaba una pantufla, se recostó y acomodo, de nuevo entre tantos cojines, sólo que ahora sujeto, un conejo blanco de felpa que se camuflajeaba hasta hace unos instantes, lo abrazo. Echó un vistazo, entre los cojines se encontraba un celular blanco con como 25 llamadas perdidas, Tomoyo frunció el ceño, la mayoría eran de su antiguo novio, ¿Qué querría? Pero la verdad era que ahora eso ya no le importaba, habían salido juntos por casi dos años, estaban comprometidos, más por interés ( aunque se pensase que eso ya no se daba), lo había querido, sí, pero la ultima discusión había sido porque la relación esta siendo aburrida y problemática. Tomó el celular y lo escondió debajo de los cojines, todavía no quería saber nada del mundo exterior.
Volvió a pensar, definitivamente se sentía mucho mejor, ahora estaba consiente de que normalmente había algo que le ayudaba a animarse y el inminente regreso de su padre a casa era aquel algo,¡ no podía dejar que su padre la viera triste! Este se sentiría muy mal y haría hasta lo imposible por verla feliz, la última vez casi había creado un desfile de modas con sus diseños más locos - Sonrió, como quería a su padre, a su "nuevo" padre- Hace tiempo habían tenido una charla, él estaba arrepentido y había pedido disculpas, le había explicado todo, si Sonomi no hubiera sido tan testaruda en irse y le hubiera dicho que estaba embarazada, él jamás las habría dejado, él mismo se había enterado de que tenía una hija, un año antes de la muerte de Sonomi. Había tomado la noticia con mucho agrado, puesto que nunca se había vuelto a casar y pensaba que ya era un poco tarde para eso. Siempre había querido une heredero, un hijo. Había ayudado muchísimo a su hija y ambos habían aprendido a quererse y a llevarse muy bien, hubo una conexión desde el principio y afortunadamente había nacido un gran afecto entre ambos.
Tomoyo se paro de la cama de nuevo y se dirigió perezosamente a su escritorio, traía solo una pantufla por lo que su pie izquierdo estaba frío, pero de algo estaba segura, su pantufla era de terciopelo blanco y aunque su cuarto estuviera muy bien arreglado siempre era como encontrar una aguja en un pajar, la pantufla tenía la extraña habilidad de camuflajearse en aquel piso de mármol blanco. Tomoyo llego a su objetivo, ¡que desastre!, lo único que quería era una taza de té y estaba segura de que no podría prepararla con ese desastre, se rindió, mientras su vista era captada por una fotografía, en ella se encontraban su madre, sakura, ella y un peluche amarillo saliendo del bolsillo de Sakura. El semblante de Tomoyo se volvió a nublar si su madre estuviera aquí, sería inmensamente feliz al ver que se llevaba tan bien con su padre, si Sakura estuviera ahí, su preciada amiga, podría estarle dando un reconfortante abrazo. Agito su cabeza violentamente, mientras alejaba la nostalgia, estaba por terminar aquella depresión, no podía volver a hundirse en ella, decidió dejar la taza de té para otra ocasión y la foto junto con ella. Se dirigió de nuevo a su cama, corrió las sabanas, se desvistió cuidadosamente, saco una pijama de debajo de su almohada, se la puso y se metió entre las cobijas, corrió las cortinas de la cama, apagó las luces con un interruptor que tenía a la mano y se acostó. Dormir le haría bien, estaba cansada necesitaba despejarse y dormir le ayudaría y mientras pensaba en esto cayo rápidamente en un profundo y pacífico sueño.
Era hora de continuar: su mamá y vida en Japón había estado llena de sentimientos, sueños, momentos, recuerdos e ilusiones, de realidades, incluso de tristezas y enojos. Siempre los recordaría con cariño, pero llorar ya no servía de nada y lo había sabido siempre, sólo había necesitado desahogarse por alguna extraña circunstancia, llorar no le hace mal a nadie. Ahora debía de continuar y realizar sueños de su infancia, quizás sentir cosas nuevas no sería malo y porque no mantener ciertas ilusiones en los nuevos momentos que la vida le deparaba ahora. Tenía una nueva vida frente así, ¡sólo tenía 20 años y llevaba media carrera! Estaba comprometido con un soquete, y tenía además un padre que la quería y al que ella quería. Tenía demasiadas cosas por hacer no podía rendirse. Simplemente pensaba" borrón y cuenta nueva". A f in de cuentas. . .la vida continua.
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Notas de la autora:
HI! ( De nuevo aquí después de muchísimo tiempo : P, no tengo vergüenza -_- . Pero a propósito del titulo, mi inspiración, no llegaba T.T. Gracias a Dios, ya regresó! Y estoy de nuevo aquí con varias ideas. Mil gracias a los que leyeron el fic!!! Que aunque parecen ser pocos XD con esos soy feliz. Por otra parte y haciendo propaganda, porque no se dan un vuelta y leen el fic titulado "Recuerdos de un pasado eterno" escrito por mi hermanita Megumi y su servidora Kaori. En mi muy personal opinión es muy bueno (je,je)
Esperando que les haya gustado este capítulo que es más largo, menos deprimente y mas explicativo. Da una ligera introducción a lo que es la vida de quien será mi personaje principal, por lo que ya se pueden imaginar las parejas ; ) (por si alguien quería saber). Me esforcé bastante así que espero sea del agrado del público, de nuevo mil gracias a quien lo lee y esperó deje review apretando el pequeño botón de aquí abajito.
Por último como siempre he querido agradecer personalmente a la gente que se toma la molestia de escribir un review, aquí les voy:
Undine: HI! Pues que malo que no le hayas entendido, pero no te preocupes, aquí esta todo un poquito mas explicado. Mil gracias por el review! Y gracias por el apoyo que brindas en el otro fic. Okas?
Kalyna: Jajajaja, condenada ¬¬ ¿Cómo se te ocurre poner algo así? De todos modos mil Gracias por el review y por tu apoyo y el consejo fue tomado con mucho agrado y puesto en práctica. Se te extraña por lo rumbos mujer. . . ¿Qué diabluras andarás haciendo? Y deja de fastidiar con las faltas. .
Nicolita: Sólo lees fics? Mira que yo creo que todos hacemos lo mismo al principio, yo solo leí fan fics durante tres años, y de ahí, gracias a Megu me atreví a escribir ¿en serio quieres que lo continúe? Gracias, y claro que este fic no se va a quedar así.
Megumi Kansaki: Hermanita, ya todo lo que tengo que decirte esta dicho, como siempre mil gracias por tu apoyo, ya sabes que te kiero mucho, ¡¡¡¡mil gracias por tu paciencia!!!!! Y por tu review y si hay algo de lo que puedo estar orgullosa es de haberte conocido, mira que si no hubiese sido por ti, yo jamás habría llegado tan lejos. Gracias por tus ánimos, eres una gran escritora, y no exageres apenas estoy empezando, no soy tan buena. (
Alma: Hola muchacha, gracias por tu apoyo y por haber sido la primera en dejar un review, no sabes como te extraño, a final de cuentas tu me metiste en este rollo de los fics y fuiste mi primera amiga cibernética, lamentablemente creo que nos hemos distanciado muchisimo, tu ya no estas cuando estoy o viceversa, espero los problemas se solucionen. Te kiero!
Y bueno por último les dejo mi mail: angel_kaori16 hotmail.com que esta disponible las 24 horas del día, los 365 días del año, para lo que sea : quejas, reclamos, felicitaciones, sugerencias pero sobre todo IDEAS y OPINIONES.
Un saludo a Megu, a Kalyna y a Vania que me dejo un review incógnita, se filtro en mi compu : P Gracias Vanila!. Un saludote muy especial a Valeria una chava super wow que me cae de pelos, mira que eres con la única persona con la que he podido platicar seriamente y frente a frente sobre anime, no sabes como te adoro mujer! Y bueno creo que ya no tengo nada más interesante que decir, insisto ¡ARRIBA LOS REVIEWS!
Se despide con un afectuoso saludo y deseándoles un Feliz San Valentín!
Kaori Tsukiyume.
