CAPITULO 8: LA ÚLTIMA LECCION
x-x-x FLASHBACK x-x-x
Un hombre vestido de negro se acercó a la entrada posterior de la enorme mansión, acompañado de dos chicos. Los tres iban vestidos de negro, cubiertos con capas y capuchas del mismo color.
-Maestro- dijo el menor de los chicos- ¿qué vinimos a hacer a esta casa?-
-Cumplir las órdenes del Patriarca del Santuario de Sicilia- respondió secamente el maestro- ya no hagas preguntas, Roberto, y quédate callado como tu hermano...-
-S... sí, maestro- dijo el chico, apenado.
-Ahora silencio, vamos a entrar...- dijo el maestro.
El hombre metió la llave en la cerradura de la puerta de los empleados y la giró. La puerta se abrió, y los tres entraron a la cocina. Estaba desierta, salvo por un cocinero que estaba absorto preparando la cena.
-A él- susurró el hombre al mayor de los chicos. Éste se acercó al cocinero, lo silenció con una mano y con la otra apretó un pañuelo humedecido con cloroformo contra su rostro para dormirlo, para luego ocultarlo en la alacena.
-Listo, maestro- dijo el mayor.
-Bien hecho, Claudio- dijo el hombre- avancemos...-
El hombre sacó una pequeña botella de sus ropas, y vertió su contenido, un líquido rojo, en la sopa que el cocinero había estado preparando.
-Abajo- dijo de pronto el maestro. Los tres se ocultaron en distintos puntos de la cocina, cuando una de las sirvientas entró.
-¿Lauro?- dijo la sirvienta- ¿dónde te has metido? Ah, bueno, que demonios...-
La sirvienta tomó el cucharón y probó unas cuantas gotas de la sopa. Sonrió y la sirvió en dos tazones, para luego llevarlos al comedor. Los tres intrusos salieron de sus escondites.
-¿Solo dos tazones?- dijo el maestro- esto no está bien...- se volvió a sus dos aprendices- ustedes se encargarán del resto... cuando comiencen los efectos del veneno que puse en la sopa, suban y busquen a los dos niños...-
-¿Y qué haremos con ellos?- preguntó Claudio, el mayor.
-Los estaré esperando afuera- dijo el maestro- y maten a cualquiera que se interponga...-
-De inmediato- dijo Claudio.
El maestro salió, dejando a los dos chicos en la cocina, esperando la señal apropiada. Varios gritos provenientes del comedor les indicó que ya era tiempo: los efectos del veneno habían comenzado a aparecer.
-Ahora, Roberto- dijo Claudio. Los dos subieron las escaleras a toda prisa, ignorando los gritos del comedor.
Los dos llegaron a un largo corredor lleno de puertas. Se dividieron y buscaron entre las habitaciones. Roberto no encontró nada, pero siguió buscando. La última puerta conducía a una habitación de una niña, por los colores de las paredes, las cortinas y la ropa de cama. Pero aparentemente estaba vacía. No era así. Escuchó un sollozo proveniente de abajo de la cama. El chico levantó la ropa de cama, y encontró a una niña rubia, vestida con su pijama rosa, acurrucada ahí, debajo de la cama, con los ojos cerrados. Roberto la sacó de ahí y la alzó en brazos, llevándola fuera de la habitación. La niña no opuso resistencia.
Una vez afuera, Roberto se encontró con su hermano mayor, quien llevaba un niño rubio en brazos, profundamente dormido.
-Vamos fuera- dijo Claudio- el maestro nos está esperando...-
-¡Los niños!- gritó una voz desesperada proveniente del piso inferior, la que Roberto reconoció como la del hombre dueño de la casa- ¡pongan a salvo a mis hijos!-
-¡Los niños!- exclamaron los sirvientes- ¡encuéntrenlos!-
-Diantre- dijo Claudio. Él y Roberto bajaron corriendo las escaleras, tratando de no ser vistos por los sirvientes. Pasaron junto al comedor, donde ambos pudieron ver los cuerpos sin vida de un hombre y dos mujeres, una de las cuales era la sirvienta que había servido la sopa envenenada.
Salieron por la puerta trasera, y corrieron sobre la nieve con los dos niños. Vieron a lo lejos una cabaña.
-Ahí está el maestro- dijo Roberto- siento su cosmo...-
En efecto, el hombre encapuchado estaba de pie, esperándolos en la entrada de la cabaña.
-Maestro, cumplimos con la misión- dijo Claudio, señalando a los dos niños.
-Bien hecho, chicos- dijo el maestro- pero su misión aún no está terminada. Quiero que vayan al río, abran un hoyo en el hielo y los dejen caer ahí...-
-¿Qué dice?- exclamó Claudio, sin dar crédito a sus oídos.
-Lo que oíste- dijo el maestro- las órdenes del Patriarca siciliano fueron muy claras. Eliminar por completo a la familia Aberthol. Y esos dos niños forman parte de ella...-
Claudio bajó ya mirada, y asintió.
-Vamos, Roberto- dijo Claudio.
-Pero...- comenzó Roberto.
-¡Vamos!- dijo Claudio en tono que no admitía reproches. Roberto obedeció y lo siguió. Caminaron un par de kilómetros, hasta llegar a un pueblo.
-Claudio... ¿no vamos a... cumplir las órdenes del maestro?- preguntó Roberto, ya que no había visto ni rastro del famoso río.
-No, Roberto- dijo Claudio- asesinar a esas personas, con razón o no, no me importó... eran adultos, y algún crimen debieron haber cometido. En cambio estos niños...- dijo mirando de reojo a los dos pequeños que dormían profundamente- yo no lo haré...-
-Está bien- dijo Roberto- ¿y qué harás?-
-Esto- dijo Claudio- acompáñame...-
Roberto siguió a su hermano mayor a una casita abandonada. Los hermanos dejaron a los niños en el suelo. Claudio sacó una botellita con un líquido azuloso, y puso una gota en los labios de cada uno de ellos.
-¿Qué es eso?- preguntó Roberto.
-Luego te explico- dijo Claudio- ahora vámonos antes de que alguien nos vea...-
Los dos salieron y volvieron a la cabaña donde el maestro los esperaba.
-¿Y bien?- gruñó el maestro- ¿lo hicieron?-
-Sí, señor- dijo Claudio- nos quedamos hasta que se hundieron por completo en el agua...-
El maestro asintió.
-Volvamos al Santuario Siciliano- dijo el maestro. Los dos chicos asintieron. Pero no dieron un solo paso, porque de pronto el maestro se volvió y atravesó el vientre de Claudio de lado a lado con su mano desnuda.
-¿Qué demo...?- comenzó Roberto, sintiendo cómo la sangre de su hermano salpicaba en su cara- ¡Claudio!-
-¡Mentiroso!- bramó el maestro- ¡eres un mentiroso y un traidor!-
x-x-x FIN DEL FLASHBACK x-x-x
Máscara Mortal despertó sobresaltado, bañado en sudor frío. Había tenido una pesadilla terrible. Se llevó la mano a la frente, como para comprobar que estaba despierto. Miró el reloj: eran las dos de la madrugada. Dejó escapar un suspiro, y volvió a cerrar los ojos. Después de todo, todo había sido solo un sueño... ¿o no?
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A la mañana siguiente, Danny se levantó mucho antes que Máscara Mortal. La chica se dio un baño, se vistió y preparó el desayuno. El caballero de Cáncer entró a la cocina casi arrastrándose.
-¿Sucede algo malo, Máscara?- preguntó Danny.
-No tuve una buena noche- dijo el caballero, dejándose caer sobre una silla.
-Lo lamento- dijo Danny- debes estar preocupado por el baile... ya es mañana...-
-Ni me lo recuerdes- dijo Máscara Mortal- espero que lo que has aprendido sea suficiente...-
-Yo también lo espero- dijo Danny- oye, ¿puedo preguntarte algo?-
-Pregunta- dijo Máscara Mortal.
-Es que...- dijo Danny tímidamente, con su vista clavada en el suelo- si es un baile... ¿no debería aprender a bailar?-
-¡Por supuesto!- exclamó el caballero de Cáncer, palmeándose la frente. ¿Cómo rayos había olvidado algo tan importante?- llamaré ahora mismo a Milekha, para que ella te ayude, y te traiga un vestido...-
Danny sonrió. Se levantó de la mesa y pasó junto a Máscara Mortal. La chica se inclinó y besó su mejilla, haciendo que el rostro del caballero cambiara a todos los colores.
-No eres tan malo como pretendes ser- sonrió ella- yo creo que eres muy dulce...-
Máscara Mortal estuvo a punto de saltar, enfurecido por el comentario de Danny, pero una fuerza interna se lo impidió. Se limitó a gruñir por lo bajo, pero la chica ya había salido de la cocina.
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-¡Mañana es el baile!¡Mañana es el baile!- exclamó Saori, muy nerviosa. Shion se golpeó la frente. La fase histérica de la diosa estaba a punto de comenzar, y eso no era bueno.
-Tranquilícese, Atena- dijo Shion, tratando de calmarla- todo está preparado y saldrá bien...-
-Eso espero- dijo Saori- hice traer a los mejores cocineros del mundo. Por cierto- continuó- ¿sabes como va Máscara Mortal con la chica esa de la apuesta?-
-He sabido que Afrodita y algunas amazonas le han ayudado, así que supongo que estará lista a tiempo- dijo Shion, aunque en un tono no muy convencido.
-Está bien- dijo Saori- porque no me gustaría perder contra ese Peter Johnson...-
Shion dejó escapar un suspiro. Parecía que le importaba más ese tonto orgullo y el pique que tenía más que la vida de Danny.
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-¿Qué era tan urgente?- dijo Milekha, bostezando con el vestido de práctica y la gatita Angora en sus brazos. Aún no se acostumbraba a levantarse temprano en el Santuario.
-¡Tiene que aprender a bailar!- exclamó Máscara Mortal.
-Obviamente, Máscara- dijo Milekha- tienes que enseñarle...-
-¡Pero yo no...!- se interrumpió- ¡yo no bailo!- dijo el caballero de Cáncer- ¡necesito que tú lo hagas!-
Milekha sonrió.
-De acuerdo, de acuerdo, no te alteres- dijo Milekha- te ayudaré... pero tienes que quedarte aquí para que me ayudes...-
-Pero si yo no sé...- se quejó el caballero.
-Lo sé- dijo Milekha.
-Buenos días, Milekha- dijo Danny, saliendo de su habitación.
-Hola, Danny, traje tu vestido- dijo Milekha, entregándole el vestido de práctica- vamos a enseñarte a bailar. Ve a cambiarte...-
-Gracias- dijo Danny. Tras una leve inclinación, se dirigió a su habitación a ponerse el vestido, y volvió segundos después- lista-
-Bien- dijo Milekha- te mostraré como se hace, y tú harás lo mismo, ¿de acuerdo?-
-De acuerdo- dijo ella, poniendo atención.
Milekha se inclinó delante de Máscara Mortal, remedando con las manos la falda del vestido.
-Primero te inclinas de esta manera- dijo Milekha- luego, dejas que él tome tu mano derecha con su mano izquierda, y pondrás tu mano izquierda en su hombro, mientras él pone su mano en tu cintura... así-
-Entiendo- dijo Danny, sonriendo al ver la cara de miedo de Máscara Mortal.
-Ahora hazlo tú- dijo Milekha. Danny obedeció.
-¿Así?- dijo Danny.
-Muy bien- aprobó Milekha- ahora, los dos van a moverse así- y dio algunos pasos, que tanto Danny como Máscara Mortal imitaron.
-No es tan difícil- sonrió Danny.
-Ahora con música- dijo Milekha, encendiendo una grabadora. Danny y Máscara Mortal siguieron bailando. Al caballero no le pareció tan malo, después de todo. Pasaron un par de horas practicando los movimientos que Milekha les mostraba.
En ese momento, Afrodita había ido a buscar a Máscara Mortal, y se detuvo en seco al escuchar la música. Sigilosamente se acercó para ver de qué se trataba, y sonrió al ver a la chica y al caballero bailando.
-Este ya va a caer- dijo el caballero de Piscis para sí mismo.
Afrodita esperó a que la música terminara. Al suceder eso, Milekha apagó el reproductor, tomó a Angora y salió rumbo al recinto. Danny se quedó mirando a Máscara Mortal, quien se separó de ella casi de inmediato, como si se tratara de una persona con una enfermedad muy contagiosa.
-Esto no es tan difícil, después de todo- dijo Danny en voz baja.
-No, veo que no- dijo Máscara Mortal.
-¿Crees que ya estoy lista para mañana?- preguntó ella.
-Estoy seguro- dijo Máscara Mortal, esforzándose por sonar amable- las chicas han hecho un excelente trabajo... y tú también-
-¿De veras lo crees?- dijo Danny.
-Así es...- dijo él. Danny sonrió.
-Gracias por lo que has hecho por mí, Máscara- dijo Danny- te lo agradezco bastante...-
-No es...-
Pero en ese momento, Máscara Mortal se interrumpió al sentir el cosmo de Afrodita. Dándose cuenta de que había sido descubierto, el caballero de Piscis salió de su escondite.
-Buenos días, chicos- dijo Afrodita- supongo que ya terminaron las lecciones...-
-Así es- sonrió Danny- ¡ya aprendí a bailar!-
-Me alegro- sonrió Afrodita- anda, ve a cambiarte y a descansar un poco, y en un rato más comeremos...-
-Hasta en un rato, Afrodita, Máscara- sonrió Danny, y se retiró a su habitación.
Máscara Mortal le lanzó una mirada asesina a su compañero.
-¿Y tú qué tanto espiabas?- dijo el caballero de Cáncer.
-Nada- dijo Afrodita- no sabía que ya no podía entrar a tu templo...-
-Sabes a lo que me refiero...- dijo Máscara Mortal.
-No me acuses- dijo Afrodita- he venido a preguntarte algo...-
-¿Sobre qué?- dijo Máscara Mortal.
-Sobre lo que hablamos ayer, de la familia Aberthol- dijo Afrodita- ¿ya recordaste algo?-
-¿Recordé qué?- dijo Máscara Mortal.
-Sé que sabes algo...- dijo Afrodita- te conozco, Máscara-
Máscara Mortal suspiró.
-Está bien- dijo Máscara Mortal- toma asiento, porque esto va para largo...-
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CONTINUARÁ...
Ya se me había olvidado que era jueves. Pues aquí tienen otro capi, es pero que les guste. Creo que ya se dieron una idea sobre lo que esconde Máscara Mortal, ¿no? Bueno, falta poquito para el baile y la locura... ¡gracias por sus reviews!
Abby L. / Nona
