CAPITULO 9: LA CONFESION DE MÁSCARA MORTAL
-He venido a preguntarte algo, Máscara- dijo Afrodita.
-¿Sobre qué?- dijo Máscara Mortal.
-Sobre lo que hablamos ayer, de la familia Aberthol- dijo Afrodita- ¿ya recordaste?-
-¿Recordé qué?- dijo Máscara Mortal.
-Ya sabes...- dijo Afrodita. Máscara Mortal suspiró.
-Está bien- dijo Máscara Mortal- toma asiento, porque esto va para largo...-
Afrodita se sentó en un sillón y Máscara Mortal, tras verificar que la puerta de la habitación de Danny estuviera cerrada, tomó asiento también y comenzó a hablar.
-Tú conociste esa familia, ¿no?- le dijo Máscara Mortal. Afrodita asintió.
-No exactamente, solo escuché hablar de ellos cuando estuve en Suecia- dijo Afrodita- sé que era una de las familias más distinguidas de Gales o, mejor dicho, de esa parte de Europa. Pero ocurrió una horrible desgracia con esa familia. Los esposos Aberthol fueron asesinados una noche, y sus dos hijos desaparecieron. Solo el anciano señor Mario Aberthol vive aún, y ofrece una cuantiosa recompensa por quien encuentre a sus dos nietos... aunque la mayoría de la gente dice que están muertos-
Afrodita hizo una pausa para mirar a Máscara Mortal. El caballero de Cáncer tenía la mirada clavada en el suelo.
-Pero hay un plazo de diez años para que aparezca uno de los dos- continuó Afrodita- al cumplirse, el pariente más cercano tomará posesión de las riquezas de los Aberthol... creo que es un sobrino de los Aberthol que vive en Inglaterra-
Afrodita hizo una nueva pausa. Máscara Mortal seguía en la misma posición.
-Nadie sabe quien los mató, ni porqué...- dijo Afrodita- pero el mayor misterio es el destino de los dos niños... tal vez los asesinos se contentaron con arrojarlos a un río helado-
-Eso fue lo que él nos ordenó que hiciéramos- dijo de pronto Máscara Mortal.
-¿Qué has dicho?- dijo Afrodita, sorprendido.
-Fue mi maestro- explicó Máscara Mortal- durante nuestro entrenamiento, mi hermano y yo lo acompañamos a la mansión. Entramos por la cocina. Mi hermano durmió al cocinero con un químico. Mi maestro vertió el veneno en la sopa que tomarían los esposos, y parece que una de las criadas también tomó un poco. Mientras se presentaban los efectos de ese veneno, nos ordenó ir a buscar a los niños y sacarlos de la casa...-
Afrodita escuchaba la narración de Máscara Mortal con los ojos grandes como platos.
-Cuando lo hicimos, nos ordenó llevar a los niños al río helado, abrir en él un hoyo y arrojarlos ahí- dijo Máscara Mortal- en lugar de eso, mi hermano los dejó escondidos en una cabaña abandonada. Eso le costó la vida...-
-¿Qué dices?- dijo Afrodita.
x-x-x FLASHBACK x-x-x
-¡Claudio!- exclamó Roberto.
El maestro sacó su mano ensangrentada del vientre de Claudio, quien cayó al suelo. Roberto se arrodilló junto a él.
-Roberto...- dijo Claudio en voz baja- ayúdame...a limpiar...este mal... que ayudamos a hacer...-
-Claudio...- murmuró Roberto, pero su hermano mayor ya había cerrado los ojos.
-Roberto, levántate- dijo el maestro.
Roberto titubeó un poco, lleno de odio ante el hombre que acababa de hablar, pero recordó la última petición de su hermano. Tenía que seguir con vida para cumplirla, así que obedeció.
-Veo que eres más inteligente que tu hermano- dijo el maestro- ¿dónde están los niños?-
-Usted mató a mi hermano- dijo Roberto, frunciendo el entrecejo.
-¡Calla!- dijo el hombre, propiciándole una bofetada con la mano abierta. La misma mano que había matado a su hermano. Una gran parte de la sangre de la mano del maestro se quedó en su rostro- tu hermano merecía lo que recibió por traidor. Te repito una vez más, ¿dónde están los niños?-
-En el pueblo- dijo Roberto- Claudio les dio una poción color azul y los dejó en una cabaña abandonada...-
El maestro sonrió.
-Perfecto- dijo el maestro- la estupidez de tu hermano no lo ha arruinado todo, aunque estuvo a punto de hacerlo. Que eso te sirva de lección, Roberto. Jamás tengas piedad de nadie, porque nadie tendrá piedad de ti. ¿Has entendido?-
-Sí, maestro- dijo Roberto. El maestro miró complacido la mirada resuelta de Roberto, quien aún tenía el rostro lleno de sangre. Lleno de ira contra el maestro, Roberto hizo con él justo lo que él había hecho con su hermano: le atravesó el vientre con su mano.
-¡Roberto!- exclamó el maestro- ¿qué demonios has hecho?-
-Irá a disculparse con mi hermano al otro mundo- dijo Roberto. El maestro, lejos de estar molesto o asustado, dibujó en su rostro una sonrisa maligna.
-Sangre en tu rostro...- dijo el maestro al ver el rostro de Roberto manchado con la sangre mezclada del maestro y de Claudio- como la historia de la Máscara de la Muerte Roja... desde este... este día te llamarás... Máscara de Muerte...-
-¿Qué...?- comenzó Roberto, pero el maestro lo interrumpió.
-Vuelve al Santuario de Sicilia... y completa tu entrenamiento- dijo el maestro- y no tengas piedad de nadie... Máscara Mortal...-
El maestro cerró los ojos y cayó muerto también. Roberto, ahora Máscara Mortal, caminó rumbo al Santuario de Sicilia, dejando los dos cadáveres detrás de él. El asesinato de su maestro fue el primero de una larga lista.
x-x-x FIN DEL FLASHBACK x-x-x
-Vaya...- murmuró el caballero de Piscis, sorprendido de lo que acababa de escuchar- no sabía que así había comenzado todo...-
-Esa familia, a la que mi maestro envenenó, se llamaba Aberthol- dijo Máscara Mortal con indiferencia, prefiriendo ignorar el comentario de Afrodita- tenían dos hijos: un niño y una niña. Después de un tiempo supe que la poción que Claudio les dio era una pócima para olvidar muy potente... si es que alguno de los dos logró sobrevivir, dudo mucho que recuerde algo siquiera antes del momento que despertaron en esa cabaña...-
-Máscara- dijo Afrodita, mirando a los ojos a su amigo- dime con toda sinceridad si crees que Danny es la niña que pertenecía a esa familia-
Máscara Mortal alzó la mirada. Estuvo a punto de decir "no lo sé" pero no se atrevió. Recordaba perfectamente esos ojos del color del mar que había visto en esa niña hacía diez años.
-Sí es- dijo Máscara Mortal- la recuerdo perfectamente...-
Afrodita de pronto se golpeó la frente.
-¡Por supuesto!- exclamó el caballero de Piscis.
-¿Qué sucede?- preguntó Máscara Mortal, sorprendido de la actitud de su amigo.
-Ya lo entendí- dijo Afrodita.
-¿Entendiste qué?- dijo Máscara Mortal, cada vez más desesperado.
-¿Porqué esos hombres perseguían tan afanosamente a Danny y a su hermano?- dijo Afrodita- fue por eso... el viejo Mario Aberthol ofrece una cuantiosa recompensa por ellos...-
Máscara Mortal asintió, aunque en realidad no creía eso. Era muy extraño que un hombre rico como Peter Johnson, el socio de Saori, estuviera cazando recompensas, por cuantiosas que estas fueran. Además, la manera en la que los había cazado... no, no podía ser.
-Bueno, vamos a dormir- dijo Afrodita- mañana es el gran baile, y al menos en la mañana yo tendré muchísimo trabajo...-
-Igual yo- dijo Máscara Mortal- buenas noches-
-Buenas noches, amigo- dijo Afrodita antes de retirarse. Una vez que el caballero de Piscis se fue, Máscara Mortal se dejó caer sobre uno de los sillones. Hablar de su mayor secreto con Afrodita le había dejado una extraña sensación de alivio.
Se levantó del sillón y se dirigió a su habitación para dormir. Antes de ello, entreabrió la puerta de la habitación de Danny. La chica dormía profundamente.
-Limpiaré el mal que mi hermano y yo ayudamos a hacer- dijo Máscara Mortal, antes de cerrar la puerta- tú no lo sabes, pero la dama que estás buscando ser está ya dentro de ti...-
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A la mañana siguiente, todo el Santuario estaba prácticamente vuelto loco, desde Saori hasta el último guardia. Shaina no era la excepción. Estaba muy enfadada porque ninguna de las chicas aprendices se presentó a entrenar: todas habían salido al pueblo a comprar sus vestidos para el baile de esa noche.
-Tonto baile- dijo Shaina- de nada sirve perder el tiempo en esto...-
-Ya, Shaina- dijo Marín- apuesto a que pronto le verás un lado bueno a todo esto...-
-¿Lado bueno?- dijo Shaina- en tus sueños... ¿qué sería bueno de ese baile?-
-Ejemplo número uno a las tres en punto- dijo Marín. Shaina se volvió, y casi se cae del susto al ver lo que Marín le indicó. Era de nuevo el chico de la banda, cargado con varios estuches de guitarras.
-Buenos días, bellas señoritas- dijo el chico, dejando sus cosas en el suelo e inclinándose ligeramente- ¿cómo amanecieron en este hermoso día?-
-Bien, gracias- sonrió Marín. Shaina lo ignoró.
-Los varones no pueden entrar a este sitio- dijo Shaina- este es el recinto de las amazonas...-
-Entonces eso explica porqué todas aquí usan máscara- dijo el chico, señalando las guitarras- ¿podrían por favor indicarme dónde puedo dejar estas cosas?-
-Claro- dijo Marín- yo lo haría encantada, pero Aioria quiere que le ayude con unas cosas... no te preocupes, Shaina te indicará donde puedes dejarlas...-
-¿Qué yo que?- exclamó Shaina. Marín la ignoró y se fue de ahí.
"Traidora", pensó Shaina.
-Lamento mucho incomodarla, señorita Shaina- dijo el chico.
-No sigas con esas tontas formalidades- dijo Shaina- me llamo Shaina y punto...-
-Disculpa, Shaina- dijo el chico sin dejar de sonreír- mi nombre es Adam...-
-Bueno, Adam, será mejor que te lleve fuera de aquí, o me veré obligada a darte una paliza...- dijo Shaina. Adam acentuó su sonrisa.
-Sería un placer- dijo Adam- pero preferiría que me indicara donde vamos a tocar, por la integridad de los instrumentos más que por otra cosa...-
Shaina sonrió bajo su máscara, y acompañó a Adam al patio donde se llevaría a cabo el baile.
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-Esta noche es el baile, esta noche es el baile- dijo Saori, dando vueltas muy nerviosa.
-Tranquila, Atena- dijo Shion, tratando de calmar a la diosa- todo está en orden...-
-¡Las invitaciones!- exclamó Saori- ¿invitaron al zar Aleksandro?-
-Así fue- dijo Shion- Milekha dijo que sus padres no vendrán, pero vendrá el zarevich Alexéi y las princesas en su lugar...-
-¿Y el rey de Ucrania?- dijo Saori.
-El príncipe Iván acaba de confirmar su asistencia...- dijo Shion.
-¿Julián Solo?- dijo Saori.
-El y todos los generales marinos también vendrán- dijo Shion- como podrá usted comprobar con el excesivo buen humor de Kanon...-
-¿La familia Johnson?- dijo la diosa.
-Atena, usted misma hizo una apuesta con el señor Peter Johnson- dijo Shion- dudo mucho que falte...-
-¡Es cierto!- exclamó Saori- ¿y Danny?-
-Me han informado que completó sus lecciones- dijo Shion- y Máscara Mortal asegura que la pueden confundir con alguna duquesa o princesa...-
Saori sonrió.
-Ha hecho un buen trabajo- dijo Saori- y prometí dejarlo faltar al baile si lo hacía. Avísale que no tiene que asistir...-
-Así lo haré- dijo Shion- ¿alguna otra cosa?-
-Nada- dijo Saori- confío en que todos vengan, y que todo esté en orden para entonces...-
Shion se inclinó y dejó sola a Saori con sus pensamientos.
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-Hoy es el baile...- dijo Danny, muy nerviosa.
-Tranquila, todo irá bien- le aseguró Afrodita- las chicas vendrán por ti para prepararte más entrada la tarde...-
-¿Tú crees que ya estoy lista?- dijo Danny, mirando fijamente al caballero de Piscis.
-Estoy seguro- dijo Afrodita con una sonrisa
-No, no me siento segura- dijo Danny, doblando un papel nerviosamente entre sus manos, y se volvió hacia Máscara Mortal- ¿tú crees que estoy lista, Máscara?-
-Ya me lo has preguntado como un millón de veces- dijo Máscara Mortal- por supuesto que estás lista... no dejaría que te presentaras en público a hacer el ridículo si no estuvieras lista...-
A Danny no le fueron de mucha ayuda esas palabras, pero sonrió nerviosamente.
-Ay, no, mejor no voy...- dijo Danny.
-No hagas eso- dijo Afrodita- tu libertad depende de ello... no lo eches a perder por tus nervios...-
-Pero yo...- comenzó Danny.
-Danny, hay una dama dentro de ti que está desesperada por salir- la interrumpió Máscara Mortal- déjala salir, y verás como ella hará el resto...-
Afrodita miró sorprendido a su amigo, y Danny hizo otro tanto.
-Gracias, Máscara- dijo Danny.
-No es nada- dijo Máscara Mortal, gruñendo de nuevo. Danny sonrió.
-Bueno, afortunadamente para todos, todo acaba esta noche...- dijo ella.
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CONTINUARÁ...
¡Un capi más! Muajajaja... ya está todo listo para el baile. Yo estoy en finales y vuelta loca (más loca de lo que ya estaba). Espero que les esté gustando. Muchas gracias por sus reviews, de verdad se aprecian bastante.
Abby L. / Nona