CAPITULO 12: BELLEZA NEGRA

A la mañana siguiente, todos en el Santuario se levantaron muy tarde. Habían quedado agotados después de la gran fiesta.

Máscara Mortal despertó perezosamente cerca del mediodía, y casi arrastrándose fue a darse un baño con agua bien fría. No podía creer que todo el asunto con Danny por fin llegara a su fin. Sería libre de nuevo de hacer lo que quisiera en su templo.

Cuando salió de bañarse, se secó los cabellos con la toalla y vestido tan solo con unos pantalones de mezclilla se dirigió a la cocina.

-¿Danny?¿Estás aquí?- dijo Máscara Mortal. Nadie respondió.

El caballero se encogió de hombros. Se sirvió un vaso con leche y lo apuró. Al fin y al cabo, era italiano, y los italianos no almuerzan, solo un café o un vaso de leche y listo. Una vez que lo bebió, bajó a la sala, y se encontró con alguien. Pero no era Danny, sino Argol de Perseo.

-Hola, Máscara- dijo Argol con una sonrisa astuta. Máscara Mortal frunció el entrecejo y se dejó caer sobre un sillón.

-¿Qué demonios quieres?- dijo el caballero de Cáncer.

-Uy, que genio- dijo Argol- ¿dónde quedó el viejo Máscara Mortal?-

El caballero dorado solo gruñó y apartó la vista de Argol. Este venía decidido a fastidiarlo, y no se iba a dar por vencido tan fácilmente.

Danny había salido de su habitación, pero no entró a la sala al ver que Máscara Mortal estaba conversando con alguien más, así que se quedó junto a la entrada. El caballero de Perseo se acomodó en el sillón y palmeó varias veces la espalda de Máscara Mortal.

-Bueno, amigo, cuéntamelo todo- dijo Argol.

-¿Todo qué?- dijo Máscara Mortal, intentando fingir demencia.

-Oh, vamos, todo el Santuario está hablando de eso- dijo Argol- rompiste tu propio récord. Has estado a menos de medio metro de un ser humano y no le has cortado la cabeza...-

-Sí, claro- dijo Máscara Mortal- ya déjate de tonterías y fuera de mi casa... sabes que detesto que vengan-

-¿Tan posesivo con tu templo?- dijo Argol con su mejor mirada de inocencia- creí que ya no te molestaba, ya que tienes un huésped...-

Máscara Mortal acentuó más su gesto.

-¿Te refieres a esa chiquilla?- dijo Máscara Mortal- sabes que Saori me obligó a hacerla parecer una chica de sociedad...-

-¿Y te obligó también a bailar con ella?- dijo Argol, acentuando a su vez su sonrisa.

-¿Cómo te atreves?- dijo el caballero de Cáncer, visiblemente enfadado- solo bailé con ella para alejarla de ese Peter Johnson, para asegurarme de que ella no lo echara todo a perder...-

-No me digas...- dijo Argol.

-Debiste ver lo patético de su actuación- dijo Máscara Mortal- no hubiera engañado ni al más ingenuo...-

-Pero sigue aquí, ¿no?- dijo Argol- al parecer Saori le va a dar hospitalidad, igual que a las otras chicas que ahora viven en el recinto de las amazonas...-

-Pues por mí que se vaya al demonio- dijo Máscara Mortal con indiferencia- mi trabajo con ella terminó, no hay baile con el que Saori pueda amenazarme y pienso echarla de aquí tan pronto la vea-

Argol alzó una ceja. No era precisamente lo que él había pensado.

-Pero Máscara...- comenzó Argol.

-Iré a recoger mi habitación- dijo el caballero de Cáncer- y lárgate de una vez por todas de mi casa-

Argol se fue, sorprendido. Máscara Mortal cerró la puerta de su habitación de un portazo.

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Mientras tanto, en una mansión, en Atenas, un hombre de edad avanzada daba instrucciones a sus criados.

-Señor Aberthol, ¿está seguro que quiere llevar a cabo esto?- dijo uno de los criados.

-Así es, esta vez estoy seguro- dijo el anciano.

-Mi señor, temo que usted sufra una nueva decepción, y su corazón no lo soporte más- dijo el criado con mirada triste y una leve inclinación. El anciano sonrió.

-Eduardo, agradezco tu preocupación- dijo el anciano- pero tengo que asegurarme de que no me equivoco...- lo miró fijamente- ¿me ayudarás?-

-Por supuesto, mi señor- dijo el criado.

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Máscara Mortal terminó de vestirse y salió de su habitación.

-¿Danny?- gritó, y su voz resonó por todo el templo- ¿dónde estás?-

El caballero buscó en su habitación, y nada, luego en la cocina, nada tampoco. En la sala la encontró, sumida en un sillón.

-Ah, aquí estabas- dijo Máscara Mortal sin mirarla, recargándose junto a la puerta detrás de ella. Danny no respondió- ¿ya almorzaste?- de nuevo, sin respuesta- ¿hola? ¿Te comieron la lengua los ratones...?-

Danny ni siquiera se volvió a verlo.

-¿Qué demonios te sucede?- le preguntó Máscara Mortal- ¿o acaso es este el día en que todas las mujeres se vuelven locas?-

Eso fue el acabose para ella. Se levantó, tomó uno de los cojines del sillón donde estaba sentada y se lo lanzó en la cabeza.

-¡Vete al demonio de una vez por todas!- gritó Danny.

-¿Qué rayos te sucede?- gritó Máscara Mortal a su vez. No fue un golpe muy duro para el cabeza dura de Máscara Mortal, pero sí para su orgullo.

-¿Qué no pensabas echarme de aquí tan pronto me vieras?- gritó Danny- ¿qué va a pasar conmigo ahora? Me van a tirar a la calle de nuevo, ¿verdad?-

-¿De qué rayos estás hablando?- dijo Máscara Mortal.

-No se porqué fui tan tonta para aceptar colaborar esta estúpida apuesta- gritó ella- escuché cuando hablabas con el otro caballero que vino... ¡me usaron! Me hiciste bailar con ese anciano por alguna razón, ¿no?... todo esto fue un tonto juego para que esos dos niños ricos se divirtieran conmigo, ¿no es así?-

-¿Qué demonios te sucede?- dijo Máscara Mortal en tono indignado- te salvamos de ese hombre que te trató como si no fueras un ser humano, te trajimos aquí, te preparamos, y la estúpida apuesta fue solo el pretexto que usó Saori para salvarte de prisión... ¿acaso no lo puedes ver?-

Danny se limpió las lágrimas con el dorso de la mano.

-No hagas eso- dijo Máscara Mortal, poniendo los ojos en blanco- ya sabes que para eso sirve el pañuelo-

-¡Ya basta!- gritó Danny- ¡ya deja de decir lo que tengo que hacer!-

-¿Pues cómo demonios crees que te salvamos de ir a la cárcel?- gritó Máscara Mortal a su vez.

-¡Pues no con tu ayuda!- gritó Danny. Máscara Mortal sintió como si le hubieran tirado un balde de agua fría en la cabeza.

-¿Qué quieres decir con eso?- dijo el caballero de Cáncer- ¿quién rayos crees que te soportó todo este tiempo?-

-Que tú siempre me has tratado como si fuera basura- dijo Danny- desde el momento que llegué. Como si fuera una tonta, como si no pudiera hacer nada más que ser tu sirvienta...-

-Pero...- comenzó Máscara Mortal.

-Fuiste muy malo conmigo- lo interrumpió Danny- Afrodita, en cambio, fue un verdadero caballero conmigo...-

-¿Afrodita?- dijo Máscara Mortal, casi en tono de burla y cruzando los brazos- no estás hablando en serio...-

-Claro que sí- dijo Danny- él trata a una chica de la calle como si fuera una princesa...-

-¿Y eso qué?- dijo Máscara Mortal- yo trato a una princesa como si fuera una chica de la calle...puedes preguntarle a Milekha y a Lily, ambas son princesas, no hay ninguna diferencia...-

-¡Eres un monstruo!- gritó Danny.

-Me halagas, porque eso es lo que intento ser- dijo Máscara Mortal con orgullo- ¡ahora, sal de mi vista y de mi templo de inmediato, niña malagradecida! ¡Y no vuelvas a aparecerte por aquí!-

Danny sintió que su corazón ser rompía con esas palabras. Salió corriendo del cuarto templo con el rostro escondido entre sus manos. Máscara Mortal se dejó caer sobre uno de los sillones.

-¡Mujeres!- exclamó el caballero de Cáncer- ¿porqué rayos son tan complicadas?-

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Ese día, Shaina ya no sabía dónde esconderse de Marín y las otras. Con eso de que había bailado con un chico la noche anterior, ninguna de las amazonas la dejaba vivir.

Salió del recinto muy cerca de la entrada del Santuario y después de poco tiempo se encontró con el rostro sonriente de Adam.

-Buenos días, preciosa- le dijo Adam- te levantaste temprano...-

-No suelo dormir mucho- dijo Shaina fríamente- y no puedes estar aquí dentro...-

-¿Porqué no?- dijo Adam, alzando una ceja- ayer pude entrar sin problemas-

-Por el baile- dijo Shaina- ahora ya no-

-Pero he venido por algo importante- le dijo Adam- olvidé mi guitarra eléctrica favorita entre las cosas...-

-¿Cómo pudiste olvidarla, si era tu favorita?- dijo la amazona, alzando una ceja.

-Pues... una linda chica con la que bailé toda la noche me hizo olvidarla- dijo Adam en tono seductor.

-Bueno, vamos por tu guitarra para que te vayas de una vez por todas- dijo Shaina, agradeciendo que tenía la máscara puesta, pues sentía las mejillas calientes. Adam asintió con una sonrisa y siguió a la amazona. Marín y Melody estaban observando la escena, y se rieron en voz baja.

-No puedo creer que sea tan fría...- dijo Melody.

-Yo sí, he vivido varios años con ella- dijo Marín. De pronto, las dos dejaron de reír. Un hombre había entrado al Santuario, y se acercó a ellas.

-Disculpen la intrusión, señoritas- dijo el hombre- pero mi señor necesita pedirles un enorme favor...-

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Danny se sentó al pie de las escaleras de las Doce Casas, con la cara escondida entre sus manos y llorando amargamente.

-Danny, ¿qué te sucede?- dijo una voz femenina. Danny levantó la vista. No quería que alguna de las amazonas o de las chicas que vivían en el Recinto la vieran en ese estado. No, no era ninguna de ellas. En cambio, era una chica algo mayor que había visto la noche anterior con uno de los caballeros de Géminis.

-Nada- dijo Danny- ¿quién eres?-

-Me llamo Clara, solo venía a ver a Saga, porque se quedó con mi niña toda la noche- dijo la recién llegada- no me digas que ese Máscara Mortal te hizo algo horrible, porque ahora mismo iré a darle su merecido...- se tronó los nudillos- puedo hacer Saga le de una buena paliza...-

Danny no respondió, solo ocultó su rostro entre sus brazos de nuevo.

-Ya, ya, no llores- le dijo Clara, sentándose junto a ella- dime que te pasa...-

-Estoy confundida- dijo Danny- estoy muy confundida...-

-¿Confundida?- dijo Clara- ¿porqué?-

-No sé que hacer- dijo Danny- tal vez debería irme de nuevo a la calle, a donde pertenezco...-

-¡No!- dijo Clara- por supuesto que no perteneces a ese sitio...-

-¿Cómo lo sabes?- dijo Danny.

-Por como te comportaste anoche, niña- dijo Clara.

-Eso fue porque me lo enseñaron- dijo Danny.

-Nadie aprende a ser de la alta sociedad en una semana, Danny- dijo Clara- yo llevo bastante tiempo tratando de enseñar a mi Zalika, pero no aprende... no, tú tienes algo innato, dentro de ti...-

Danny sonrió, pero solo por un par de segundos.

-¿Pero que haré ahora?- dijo Danny- Máscara no me quiere en su templo, ni yo tampoco quiero volver con él...-

-Por Máscara no te preocupes- dijo Clara- y si tú no quieres estar con él, siempre está el Recinto de las Amazonas, y creo que las chicas se llevan muy bien contigo... tengo entendido que desde ayer, a Shaina se le suavizó un poco el carácter...- rió en voz baja- bueno, hablando de Shaina, es mucho decir...-

Danny sonrió. En ese momento, bajaron Saga y Zalika.

-¡Mamá Daktari!- exclamó Zalika antes de lanzarse a los brazos de Clara. Después de unos segundos, la joven dejó a la pequeña en el suelo, se levantó y abrazó a Saga.

-¿No te dio guerra?- preguntó Clara.

-Cuando me levanté, ya se había "bañado"- dijo Saga- pero no importa, le pedí a Kanon que trapeara el baño...-

-Zalika...- dijo Clara.

-Lo siento, mamá- dijo Zalika- quería estar lista temprano... ¿puedo jugar con Kiki?-

-¿Mu ya se levantó?- preguntó Clara. Saga asintió- bueno, puedes ir, pero primero pide permiso a tu tío Mu, ¿de acuerdo?-

-¡De acuerdo!- exclamó Zalika, y subió contenta a Aries. Danny sonrió. No sabía porqué, había algo de la pequeña que le recordaba a ella misma.

En ese momento, un guardia subió.

-Disculpe, señor Saga- dijo el guardia- pero las señoritas Marín y Melody me pidieron que informara a algún caballero dorado que en la entrada del Santuario hay un hombre de edad con varios de sus guaruras, pide permiso para entrar a los bordes del Santuario, porque quiere hablar unos momentos con la señorita Daniela-

-¿Conmigo?- dijo Danny sorprendida, y luego buscó a Saga con los ojos- ¿crees que deba...?-

-Vamos- dijo Saga- Clara y yo te acompañaremos, a ver que quiere ese hombre...-

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Mientras tanto, en el templo de Cáncer, Máscara Mortal recibió la visita de Afrodita, pues sentía perturbado el cosmo de su amigo. Al verlo solo, pudo darse cuenta de que se trataba.

-Discutiste con ella, ¿verdad?- dijo Afrodita entrando a la casa de Cáncer.

-¿Y tú como sabes? ¿has estado espiándome otra vez?- dijo muy molesto Máscara Mortal.

-No, no fue necesario- dio Afrodita- porque tus gritos y los de ella se escuchaban hasta mi templo...-

-¿Y qué si así fue?- dijo testarudamente Máscara Mortal.

-Máscara, esa chica te tiene mucho cariño...- dijo Afrodita.

-Yo no se lo he pedido- dijo el caballero de Cáncer- además, dijo que era un monstruo, y que prefería estar contigo que conmigo...-

-No fue necesario que se lo pidieras- dijo Afrodita- desde el día que la salvaste no ha tenido más ojos para ti... ¿qué no te has dado cuenta?-

Máscara Mortal sacudió la cabeza.

-Trata de ser más amable con ella, y con todos en general, Máscara- dijo Afrodita- ya no eres un loco asesino que corta cabezas y pone los rostros de sus víctimas en las paredes...-

-Esa es mi manera de ser- dijo Máscara Mortal- y si no te gusta puedes irte...-

-Pues estás mal- dijo Afrodita- y una última cosa, Máscara... debiste haberle dicho la verdad sobre la familia Aberthol...-

-No es mi problema ya- dijo el caballero de Cáncer.

-Pero interviniste, ¿no es así?- dijo Afrodita.

-No, fue mi maestro quien mató a sus padres, y mi hermano quien la dejó lejos junto a su hermano y la hizo olvidar quien era...- dijo Máscara Mortal.

-Yo me refería al anciano de anoche- dijo Afrodita- tú fuiste quien invitó al viejo Alberthol, ¿no es así?-

Máscara Mortal no respondió.

-Te veré luego, amigo- dijo Afrodita, saliendo rumbo a la casa de Géminis.

-¿Amigo? Bah- dijo el caballero de Cáncer. Danny ya no era su responsabilidad. Y de todas maneras, ya la había puesto en contacto con su abuelo para que se reencontraran... ya no era su responsabilidad.

Sí, Máscara, sigue repitiéndote eso.

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Shaina le entregó la guitarra a Adam, quien la recibió un poco decepcionado. Su pretexto para quedarse en el Santuario había desaparecido.

-Ya tienes tu guitarra- dijo Shaina- ya puedes irte...-

-¿De veras tengo que irme?- dijo Adam, poniendo su mejor cara de inocencia.

-Olvídalo, esa mirada no funciona conmigo- dijo Shaina. De pronto, cambió su expresión- ¡intruso!-

-¿Qué?- dijo Adam, un tanto indignado- pero si yo entré con permiso tuyo...-

-No tú, Adam- dijo Shaina- hay unos intrusos con malas intenciones en la entrada del Santuario...-

-¿Qué dices?- dijo Adam.

-Iré a ver- dijo Shaina, y luego evaluó a Adam con la mirada- quédate aquí, porque puede ser peligroso para ti...-

Shaina salió corriendo hacia la entrada del Santuario. Adam la miró alejarse. ¿Quedarse ahí? ¡Mangos! El joven músico salió corriendo tras la amazona, con la guitarra al hombro.

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Saga y Clara acompañaron a Danny a la entrada del Santuario.

-¡Oh, por Dios!- exclamó Danny. El anciano hombre que había bailado con ella la noche anterior, el que tenía los mismos ojos de mar que ella y su hermano, estaba de pie frente a ella. Junto a él, un criado joven sostenía en cada una de sus manos las riendas de un caballo, uno blanco y uno negro.

-Buenos días, señorita- dijo el anciano, inclinándose levemente- espero no haberla despertado...-

-No, señor, para nada- dijo Danny- ya estaba despierta-

-Me alegro- dijo el hombre- quisiera pedirle que diera un paseo conmigo a caballo, solo por unos minutos, por los lindes del Santuario, porque deseo hablar con usted... por supuesto, si el caballero aquí presente me lo permite-

Danny se volvió a Saga, quien asintió. Sabía que no había nada en contra para que Danny hiciera ese paseo.

-Le agradezco mucho, señor- dijo Danny- pero no sé su nombre aún-

-Puede llamarme sir Mario, señorita- dijo el anciano. Danny sonrió.

-Pero no me ha dicho su apellido...- dijo Danny.

-Usted tampoco- dijo sir Mario- mejor lo dejaremos así, ¿no le parece? Bueno, venga y elija al caballo que quiere montar-

Danny, olvidando su anterior tristeza, sonrió y se acercó de buena gana a los dos animales. Uno era puramente blanco, hermoso, el caballo que cualquier chica elegiría. Pero algo había en el caballo negro que le llamaba la atención.

-Este me gusta, sir Mario- dijo Danny en voz baja. Tomó las riendas y acarició la cabeza del caballo, entre los ojos.

-Elección extraña- dijo sir Mario, volviéndose a uno de los criados- las mujeres suelen elegir un caballo blanco...-

-Lo sé. Parece extraño, pero este...- comenzó Danny. El caballo relinchó, y la chica se corrigió- ésta... me gusta-

Sir Mario la miró sorprendido.

-¿Cómo sabes...?- comenzó el hombre, pero Danny parecía en su propio mundo, hablando con el animal.

-Belleza... Belleza Negra...- dijo Danny.

Estas palabras de Danny atravesaron el corazón del anciano sir Mario, cuyos ojos comenzaron a dejar correr un par de lágrimas.

-Mi señor, ¿que le sucede?- preguntó uno de los criados.

Sir Mario no respondió.

x-x-x FLASHBACK x-x-x

-¡Abuelito!¡Abuelito!- gritaron un niño y una niña. Sir Mario sonrió al ver a sus dos nietos corriendo hacia él.

-Aquí estoy hijitos...- dijo el hombre, inclinándose para abrazarlos.

-Abuelito Mario, ¿nos trajiste lo que prometiste?- preguntó la niña.

-Por supuesto, Danita mía- dijo el anciano- tu abuelo jamás miente. Eduardo- dijo alzando la voz, a un mozo- tráelos...-

El mozo asintió y se fue. Segundos más tarde volvió con un par de potrillos, uno blanco y uno negro.

-¡Excelente!- dijo el niño.

-¡Abuelito, están preciosos!- dijo la niña.

-Y uno es tuyo, Danita- dijo el anciano- y el otro, lógicamente, es de tu hermano...-

La niña se acercó al negro y lo acarició.

-Esta me gusta- dijo la niña.

-¿Es hembra?- preguntó el anciano. El mozo asintió- bien, Danita, es tuya, pero tienes que escogerle un buen nombre...-

-Abuelito, anoche nos contaste un cuento sobre un caballo negro- intervino el niño.

-¡Sí!- exclamó la niña- ¡ya sé como le voy a poner!- se volvió hacia la pequeña yegua- te llamarás "Belleza Negra"...-

-Muy buena elección, hijita- dijo el anciano.

x-x-x FIN DEL FLASHBACK x-x-x

-¿Señor?- insistió el criado.

-Estoy bien, Eduardo, gracias- dijo sir Mario, limpiándose las lágrimas con la manga de su camisa.

Cada uno subió a un caballo y cabalgaron un poco, alejándose de la entrada del Santuario. Después de unos minutos, se detuvieron y bajaron. Sir Mario se volvió hacia Danny.

-Señorita, antes de continuar, quisiera ver esa joya que lleva usted...- dijo el hombre.

-No es una joya, señor- dijo Danny, quitándosela y mostrándosela al hombre- es un dije que tengo desde hace mucho tiempo...-

Sir Mario estudió el dije y la cadena con cuidado. Se llevó las manos a la boca sorprendido.

-Pero sí eres tú- dijo el anciano- realmente eres tú...-

-¿Sucede algo malo, señor?- preguntó Danny, comenzando a asustarse.

-No es nada, Danita...- dijo el hombre.

-¿Cómo me llamó?- dijo Danny, sobresaltada, llevándose las manos a la boca.

-Danita, ¿no me recuerdas, hijita?- dijo sir Mario- la mansión en Gales, los dos potros, Belleza Negra, tu hermano Ricardo, tus padres...-

-¿De qué habla, señor?- dijo Danny, retrocediendo un paso- me está asustando...-

-Danita, soy tu abuelo- dijo sir Mario.

-¿Mi abuelo?- dijo Danny, dando otro paso atrás- no puede ser...-

-Es cierto, hijita...- dijo sir Mario.

-¡No!- gritó Danny- yo no lo conozco... ¡aléjese de mí!-

Sir Mario la ignoró. Se acercó a ella y tomó su rostro con delicadeza, pero con firmeza.

-Mírame bien, Danita- dijo sir Mario- mírame a los ojos... ¿que ves?-

Danny estuvo a punto de gritar para que Saga la ayudara, pero se detuvo. Vio los ojos de sir Mario. Los mismos ojos que veía siempre en el rostro de su hermano, o al mirarse ella misma en el espejo.

-Mis ojos- dijo Danny, comenzando a llorar- y los de Ricky...-

Y se dejó abrazar por el anciano.

-Oh, no sabes cuánto tiempo he esperado este momento, hijita- dijo el anciano- todo lo que sufrí por ustedes dos... por ti y por Ricky...-

-Abuelito...- dijo ella.

-Danita, ¿sabes dónde está Ricky?- dijo sir Mario.

-No sé, abuelito- dijo Danny- está escondido, pero él siempre venía a buscarme. No lo he visto desde ayer, antes del baile...-

-Yo puedo resolver gran su duda, si quieren- dijo una voz masculina. Por desgracia para Danny, Saga y Clara estaban lejos, y el recién llegado no era Máscara Mortal, sino su peor pesadilla.

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CONTINUARÁ...

Lo prometido es deuda. El viernes publicaré el capítulo final. Espero que les esté gustando hasta ahora, y les agradezco mucho los reviews.

Abby L. / Nona