Mar de China. Año 2005

Navío de Estudios Ecológicos de la Universidad de Hokaido

¿Ya revisaste los últimos datos?- pregunto una mujer de aspecto corpulento a un joven de lentes que se recostaba en el borde del barco mirando el mar

Si, ya, no hemos encontrado al grupo que nos interesa todavía. Tendremos que revisar dos zonas más- dijo. callaron y observaron el mar frente a ellos, hasta que el joven se enderezó y entrecerró los ojos para ver mejor en el horizonte - ¿Qué es eso?

¿Qué?- pregunto la mujer mirando el mar también - No veo nada

Estaba hace un minuto allí- La imagen ante los ojos del joven tembló y una especie de un templo japonés apareció y desapareció.

¿Qué diablos? pregunto la mujer

¿Lo viste?- Para entonces ya no eran los únicos que miraban el mar. Varios de los equipos se agruparon para ver lo que ocurría

¿espejismo?- pregunto el joven

Pues… - en ese momento la imagen permaneció más tiempo, aunque fraccionada, dejando ver una batalla que ocurría dentro del templo. Varias personas vestidas en trajes antiguos peleaban contra extraños monstruos- ¡Vaya ilusión!- dijo la mujer asombrada, cuando desapareció. Luego volvió a aparecer y una bola de fuego salio de la puerta de la mansión y avanzó hacia ellos.

Eso se ve bastante real- dijo el joven viendo la bola de fuego dirigida hacia ellos.

ES REAL- grito un tercer miembro del equipo arrojando a ambos al suelo cuando la bola pasaba sobre ellos y se estrellaba en una computadora que se encontraba tras ellos.

¿Qué diablos es eso?-

Son los dioses peleando la eterna batalla del bien y el mal- sentenció uno de ellos asustado.

Dentro del templo, la bola de juego había salido de un joven muy alto de cabellos negros y ojos marrón oscuro de aspecto enojado.

Jamás debieron jugar con mi cuerpo- decía con rabia- ahora se enfrentaran al fuego de mi furia

Anillo del Fuego, inteligencia, inspiración, creatividad, destrucción- Todos los miembros del barco pudieron oírlo claramente. La voz de una mujer. Ahora no solamente podían ver la imagen del templo, sino también de hombres de barro peleando contra varias especies de demonios. Aparecían de vez en cuando alrededor del templo, caminando en el mar, o incluso sobre el barco

Anillo de la Tierra, resistencia, determinación, el cuerpo y su fuerza- se volvió a oír la voz de la mujer

En el templo una joven maga de cabellos largos y negros, vestida con túnica verde miraba con dureza, a pesar de las lágrimas en sus ojos, al monstruo que ante ella, sostenía por el cuello a otro mago, de cabellos negros y ojos azules, vestido de túnica amarilla y roja. Sus lentes se encontraban en el suelo y el monstruo los piso.

Aunque tenga que endurecer mi corazón como la tierra y la roca que controlo, NO TE PERMITIRE SALIR CON VIDA- grito la chica.

Un poco más lejos, dos samurais vestidos de azul, tratan de alejar a un monstruo de su compañero, herido de muerte, que se encuentra en el suelo, sobre un extraño suelo. El joven lleno de cicatrices ha perdido la noción de la batalla

Se siente extraño- murmura- como si estuviera flotando, como si estuviera hecho de aire… Dentro de poco nos reuniremos, hermana- dice sonriendo.

Anillo del aire, viaje, intuición, ilusión, adivinación- susurra la voz de la mujer. Extrañamente parece perder fuerza conforme pasa el tiempo. Y es lógico. La voz proviene de una joven de cabellos castaños y ojos verdes que se encuentra en el centro del gran sello que cubre el suelo del templo. Su sangre se derrama abundante a través de una herida que le atraviesa el vientre. La vida se escapa a través de ese preciado líquido que riega los surcos del sello.

No vivirá mucho más, su vida se te escapara como agua entre tus manos- dice un hombre extremadamente viejo y de cabellos negros y barba cuya maldad se notaba en la expresión de su rostro, a un joven de cabellos castaños, cuyo rostro estaba cubierto por una mascara blanca con un sol rojo en la frente. Desvió apenas un poco la mirada para observar a la chica que se desangraba en el centro de la habitación. Noto que la chica sonreía.

Anillo de agua - murmuro esta vez débilmente - transformación, purificación, curación, amistad… amor

Esto está empeorando. Los fantasmas aparecen con más frecuencia- dijo el muchacho preocupado

¿y que se supone que haga, navegar a través de ellos?- pregunto el capitán del barco.

Lo bueno es que no parecen fijarse en nosotros- dijo una muchacha pelirroja preocupada mirando fuera. Entonces todos escucharon el grito

NOOOOOOOOOOOOOOOO - rugió una voz desde dentro del templo.

Espero que los malos vayan perdiendo- murmuró uno de los jóvenes

Ssssshh, escucha- le cayo la mujer corpulenta

¿Por qué?- susurró una voz de hombre, quebrada por el llanto. Dentro del templo el joven de la mascara blanca murmuro esta pregunta mientras se quitaba la mascara dejando ver su rostro cubierto de lágrimas. Tomo un amuleto con forma de sol del suelo carbonizado y se arrodillo ante el cuerpo de la joven a quien había tratado en vano de proteger - De entre todos nosotros, ¿Por qué ellas? Me lo han quitado todo, ya no siento nada… solo, Vacío

Una luz brillante y un repentino viento hicieron que todos en el barco cayeran al suelo. Cuando se levantaron las imágenes habían desaparecido y el mar estaba igual de calmo que antes.

SI no lo hubiera visto, no lo creería- dijo la mujer

¿Qué diablos fue eso?

Pero eso es algo que ningún científico puede explicar, y es algo que solo se puede entender regresando a una pequeña ciudad de Japón, un año antes, cuando las cosas empezaron a complicarse para una jovencita que no es tan común como parece…¿Quieren saber su historia?

SAKURA Y LA LEYENDA DE LOS CINCO ANILLOS

PRIMERA PARTE: LOS SECRETOS DEL VIENTO

CAPITULO I

CUANDO LA MENTE Y EL CUERPO SE SEPARAN

Año 2004 de la Tierra. Año 1158 de Rokugan. Nueve años después de la creación de las Cartas Sakura.

Al principio era borrosa, pero poco a poco la imagen se hacía más nítida. Al fin pudo llegar al lugar que buscaba. El lago de escamas. El olor a hojas secas y a cobre inundaba el lugar. Un olor que jamás había sentido. Solo en ese lugar. Podía escuchar los susurros. Susurros en forma de tiras de seda que se arremolinaban en aquel extraño lago de escamas. Se concentro en una de las tiras, tratando de tomarla entre sus delicadas manos, tratando de entender los susurros Finalmente logró alcanzar una de las cintas de seda. Ante sus ojos aparecieron imágenes, demasiado desordenadas para que ella pudiera entenderlas.

Akasha- era lo único que podía identificar en los susurros

Trato de comprender las imágenes, imágenes de guerra, de dolor…

Akasha- decía aquella voz silbante

A esa voz se unía otras, hablando en un idioma extraño

Akasha

Sakura?-

Sakura dio un respingo. Alguien la había distraído. La imagen del lago se desvaneció así como la cinta de seda que sostenía en sus manos. Ahora se encontraba sentada sobre la hierba en las afueras del Instituto Universitario de Tomoeda, donde creía que podría encontrar algo de tranquilidad para hacer su meditación, aunque sin mucho éxito. Con un suspiro identifico a la persona que le había hecho perder la concentración. De pie ante ella se encontraba una joven de unos veinte años de cabellos largos y negros, aunque tenía algunos mechones blancos, y de ojos azul profundo. Le dirigía una sonrisa tierna al tiempo que la saludaba.

Buenos días Tomoyo – saludo Sakura respondiendo a su sonrisa

Pensé que te habías quedado dormida- dijo Tomoyo

Algo así- respondió ella

Si no nos apuramos llegaremos tarde a clases

Si- dijo Sakura levantándose con cierto aire distraído y luego agrego alegremente- ¿una carrera hasta el salón?

¿No estamos algo grandes para eso?- pregunto Tomoyo

Entonces hasta donde acaba el parque- dijo Sakura. Ambas sonrieron y corrieron en dirección al edificio donde verían su siguiente clase.

Esta es Sakura Kinomoto, o por lo menos es quien ella cree ser. Debo decir que es una chica realmente excepcional. Era alta, delgada, delicada, pero lo que más llamaban la atención eran sus ojos verdes y profundos, como si escondieran el conocimiento de miles de generaciones y sin embargo siempre tan distraídos. La mayoría de las chicas envidiaban su forma de caminar, pues lo hacía con tal gracia y en un silencio perfecto que los chicos quedaban extasiados. Incluso ahora que corría lo hacía con la gracia y el sigilo de una gacela... o de una serpiente.

Si, Sakura era una chica excepcional, era una excelente deportista y le iba bastante bien en sus estudios de diplomacia, a los cuales asistía con su mejor amiga Tomoyo Daidoji, quien corría a su lado.

Al llegar al camino que conducía al edificio Tomoyo estuvo a punto de chocar con dos jóvenes que se dirigían hacia el mismo. Digo Tomoyo puesto que Sakura se detuvo frente a ellos sin siquiera tropezar y dando un saltito de alegría saludo

Buenos Días Daidoji, Buenos Días Doji

Encantadora y bellísima Kinomoto- saludo el chico que había respondido al Apellido Daidoji- ¿Qué gracia he merecido para que esta hermosa señorita haya estado a punto de chocar contra mí?- pregunto en tono meloso mientras le tomaba la mano y se la besaba. El rostro de Sakura siguió mostrando la sonrisa pero retiro la mano. Conocía demasiado bien a su amigo como para tomarlo en serio

Jamás estuve a punto de chocar contigo- indico Sakura

Por supuesto que no. Se que tu sincronía es perfecta. Serías una excelente samurai-ko – dijo el joven Daidoji sonriendo

Escuchas demasiado las historias de samuaris de Doji ¿lo sabes?- dijo Sakura continuando su avance al edificio

O visito demasiado a mi familia- murmuro Daidoji sonriendo con malicia hacia Doji. Doji le dirigió una mirada de advertencia y le dio la espalda para saludar a Tomoyo

Buenos Días Tomoyo, buenos días señorita Kinomoto, las acompaño hasta el salón

Gracias Nagori- dijo Tomoyo con cortesía tomando el brazo que el joven Doji le ofrecía – Hachi-agrego dirigiéndose a Daidoji- puedo recordarte que soy tu prima – dijo Tomoyo sin mirarlo casi adivinando lo que su primo hacia tras ella

Eso no evita que tengas unas buenas piernas- dijo Hachi Daidoji sin dejar de mirar las piernas de Tomoyo

Al frente- dijo Nagori Doji con enojo empujando a Hachi frente a las chicas para que no cayera en "tentación"

Daidoji Hachi era un joven de unos 21 años, alto de cabellos negros y largos que usaba sueltos en contra de las recomendaciones de su amigo Nagori y de ojos azul oscuro muy parecidos a los de su prima Tomoyo. Su rostro era algo delgado pero sus brazos eran musculosos y bien entrenados. Caminaba con andares orgullosos y casi siempre acompañada por su sonrisa maliciosa y su propia reputación de don Juan.

Ah, por cierto, me cambie el apellido Daidoji por Yasuki. Así que procuren no volver a llamarme Daidoji

¿Por qué? ¿Tienes algo en contra de los Daidoji?- pregunto Sakura inclinando la cabeza a un lado asombrada

No. Es que tengo que reclamar una herencia así que tengo que hacerme llamar Yasuki Hachi. Mucho gusto.

Que raro- comentó Sakura, pero Tomoyo no dijo nada. Solo cruzo una mirada de entendimiento con Nagori

Nagori Doji era también perteneciente a la familia Daidoji en algún grado, aunque se necesitaría un árbol genealógico para hallar la relación. Como fuera era de cabellos blancos y ojos negros, de aspecto bastante serio. Era un poco mayor que su amigo Hachi, tendría unos 25 años, y de carácter bastante serio lo cual hacía mucho contraste con su amigo. Era muy bueno contando historias, por lo cual lo llamaban El Narrador.

Llegaron al ambiente donde deberían ver su clase de filosofía. No era precisamente una de las favoritas de Sakura así que se sentó en su asiento dando un suspiro.

La clase inicio de la misma manera monótona, y cinco minutos después ya Sakura no prestaba atención. Sakura dirigió una mirada distraída a sus compañeros. A veces a Sakura le daba la impresión de que no pertenecía a ese lugar. De que era diferente a los demás.

Y en cierta forma, lo era, ya que era una maga, pero, después de todo eso no era tan fuera de lo común como podría llegar a haber creído cuando era una niña y se convirtió en la Maestra de las Cartas. Conforme su poder mágico había aumentado se había dado cuenta que muchas de las personas que estaban a su alrededor también tenían poderes mágicos. Como el joven Isawa que se sentaba en una de las primeras filas. Sakura sabía que el era un mago, pero jamás había entablado conversación con el y tampoco sabía si el muchacho había notado que ella también era maga.

Como fuera, aún así Sakura se sentía diferente, incluso a ellos. Y cada vez le daba la impresión que era por ese lago de escamas. Al principio solo lo veía en sueños. Luego Kero, su guardián, un ser mágico creado por un antiguo mago llamado Clow, le había enseñado a meditar, y entonces podía ir a ese lago y escuchar los susurros. Algunos podía entenderlos, pero otros eran muy confusos y muchos de los que escuchaba los olvidaba irremediablemente, como si fueran palabras demasiado antiguas y profundas para su entendimiento.

Sakura se desperezo y finalmente apoyo la cabeza en sus manos, aburrida. Dejo que su mente vagara. Pero antes de darse cuenta su mente, literalmente, había abandonado su cuerpo. Pudo verse a si misma desde el techo de la clase. No era la primera vez que pasaba. La imagen mental de Sakura sacudió la cabeza y se disponía a regresar a su cuerpo cuando algo llamo su atención. Algo la estaba llamando afuera. Su mente se elevo por el edificio hasta abandonarlo y siguió subiendo hacia el cielo, mientras la ciudad de Tomoeda disminuía a sus pies. Sin embargo por unos instantes la ciudad desapareció ante sus ojos. Fueron solo unos instantes pero la mente de Sakura se detuvo preguntándose que había sido aquello. La ciudad seguía en su sitio, pero esta vez Sakura sabía que había otra cosa ahí.

Trato de concentrarse, y entonces lo pudo ver una vez más, por unos pocos segundos. La ciudad de Tomoeda y sus habitantes desaparecían para ser sustituida por un poblado y sus propios habitantes, sin autos, sin edificios solo una imponente mansión en las cercanía. La imagen volvió a desaparecer para seguir siendo la Tomoeda que ella conocía. Pero algo más llamaba su atención, muy lejos al noroeste algo sucedía. Se disponía a ver que era lo que la llamaba cuanto repentinamente regreso a su cuerpo.

Frente a ella esta su profesor realmente enojado.

Lo lamento- se disculpo ella- creo que mi mente estaba en otra parte, ¿decía usted?

Es obvio que estaba distraída señorita Kinomoto. Si no desea estar en mi clase por favor no entre a ocupar un asiento, ¿entendido?

Si Señor. Lo siento señor. No volverá a suceder- dijo ella enrojeciendo de la vergüenza.

Eso espero.

Luego de semejante regaño, Sakura se esforzó en mantener su mente concentrada en lo que el profesor decía. Cuando finalmente termino la Clase, Sakura la abandono con rapidez para tratar de despejarse un poco.

¿Qué era lo que había visto? Pensó en todas las cartas y conjuros que conocía que pudieran crear una imagen parecida, pero solo lo pudo relacionar con aquella vez cuando tenía 11 años que había viajado a una dimensión mágica alterna, cuando había derrotado a la hechicera del agua. Sin embargo crear una dimensión alterna era algo complicado, incluso para crear una sola habitación. Sería imposible crear toda una ciudad. ¿O tal vez no? Bueno, se lo preguntaría después a Kero.

Se dirigió al comedor de la universidad donde sabía que encontraría a Tomoyo, Hachi y Nagori. Nagori seguía en la cola para la comida, pero Tomoyo y Hachi estaban sentados ya en una mesa de espaldas a la entrada del comedor. Sakura se dirigió hacia ellos. A unos pasos de la mesa pudo escuchar su discusión.

El "yunque" lo está organizando por orden del emperador, deberías participar- decía Hachi – estoy seguro de que ganarías

No lo creo, tengo deberes- respondio Tomoyo

Si claro, eres toda una "guardaespaldas Daidoji", pero debes admitir que te gustaría Competir.

¿En que vas a competir?- dijo Sakura sentándose. Hachi se atraganto con el jugo que tomaba en ese momento y Sakura pudo notar por expresión de sorpresa de Tomoyo que ellos no querían que oyeran su conversación. Ella también noto la turbación de Sakura y sonrió

Me has asustado ¿Cómo haces para ser tan silenciosa?

¿Silenciosa? ¡¡Si Me hubiera pasado por encima ni siquiera la hubiera notado!- dijo Hachi con asombro

No cambien de tema, ¿de que competición hablabas Daidoji?- dijo Sakura notando la intención de Tomoyo de cambiar de tema.

Ya no es Daidoji, es Ya-su-ki- deletreo Hachi- y la competición es de…- no pudo llegar a terminar porque Tomoyo lo interrumpió

De canto. Es una competencia de canto

Bueno, estoy segura de que podrías ganar- dijo Sakura Sonriendo. Tomoyo suspiro. Sakura seguía siendo la misma despistada de siempre. O al menos, eso era lo que ella pensaba.

Al regresar de la Universidad el animo de Sakura estaba verdaderamente por el suelo, y su único consuelo era que finalmente al llegar a la casa podría preguntarle a Kero que era lo que había visto cuando su cuerpo se había separado de su mente. Suspiró. Nunca había querido crecer, porque sabía que la gente cambiaba al tener más responsabilidades. Sin embargo nunca pensó que su querida amiga Tomoyo cambiara de tal manera como para no confiar en ella. Porque Sakura ya no era tan despistada y había notado que Tomoyo no había querido que Sakura oyera su conversación con Hachi. ¿Acaso Tomoyo le ocultaba algo?

Ya llegue- grito Sakura al entrar en la casa. Nadie respondió. Reviso la pizarra y notó que su padre y su hermano tenían actividades hasta tarde ese día. Ella tendría que cocinar. No importa, había tiempo para hablar con kero sobre su pequeña visión. Subió a su habitación, pero no encontró ni rastro de kero. Solo una nota sobre su cama con la estilizada escritura de Yukito, un amigo de la familia que luego de la muerte de sus abuelos había ido a vivir con ellos. Se había llevado a kero a comer dulces.

Yukito no solo era amigo de la familia sino que era la forma falsa de su segundo guardia: Yue. Yukito se llevaba mejor con Kero que Yue. A ambos les gustaba mucho comer dulces. Pero ese no era el problema. El problema era que Sakura tendría que aguantarse la curiosidad hasta que regresaran, y conociendo a esos dos, tal ves no regresarían sino a la hora de la cena cuando sus estómagos los llamaran.

Sakura sonrió. Si no podía preguntárselo a kero bien podría averiguarlo ella por sí misma. Se sentó en su cama y dejo que su mente volara. Literalmente. Una vez más Sakura sintió que se elevaba y una vez más pudo ver su propio cuerpo. Se elevo al cielo, mientras contemplaba la ciudad de Tomoeda. Una vez más sucedió. La imagen de la ciudad de Tomoeda tembló y sobre ella se poso una nueva imagen. Sakura trato de enfocar la nueva imagen, y ante su asombro aquel poblado antiguo permaneció ante sus ojos. Su casa había desaparecido.

De repente pudo sentirlo. Podía sentir nuevamente la llamada. Sin embargo había algo más. Algo maligno se interponía entre aquello que la llamaba y ella. Se dejo llevar por su mente, mientras veía aquellas extrañas y antigua tierras deslizarse bajo sus pies. La presencia maligna venía de las proximidades de unos bosques. Cuando lo vio supo que era eso lo que se interponía en su camino hacia lo que la llamaba.

Un grupo de soldados vestidos con armaduras de tiempos antiguos, samurai, se reagrupaba para defenderse del ataque de varias criaturas malignas. Sakura se fijo en uno de ellos, Un señor de edad madura, de cabellos y ojos pardos que vestía una armadura blanca y parecía dirigir aquel pequeño ejército. Por alguna razón a Sakura le pareció conocido. De hecho sabía su nombre. Si, los susurros se lo estaban diciendo. Los susurros, solo podía entender dos palabras: Toturi y Emperador

"¡Nos han rodeado, señor!"- dijo otro hombre dirigiéndose al líder.

"Ya lo veo, gunso. Lleva a tus guerreros al flanco izquierdo, allí, donde están concentrados los demonios cornudos."- dijo el hombre al que los susurros llamaban Emperador Toturi

Ataque Tsuno: los demonios cornudos

El gunso tragó una vez y guió a su montura. No contaba con morir en el Bosque Shinomen, especialmente a manos de una horda demoníaca de las Tierras Sombrías. Pero para cuando su caballo había recorrido cinco pasos, había aceptado su destino y llamado a sus tropas, dirigiendo la carga.

"Tsudao, me alegro de que no estés aquí," -dijo Toturi, viendo el ataque del gunso, creyendo que era prerrogativa del Emperador hablarle a su familia incluso si no estaban presentes, en los últimos momentos de su vida.

Miró a su alrededor, contando más samurai muertos que aun en movimiento, contando nada más que estandartes ogro y colas de Oni (n.a. demonios) saliendo de los árboles. Unos minutos más, y todos sus guerreros estarían muertos. Sin nada que hacer. Ni rastro de los guerreros Escorpión que debían estar cruzando los bosques a excepción de los tres rapidísimos shugenja (n.a. magos) que aguantaban el lado opuesto al de la condenada carga del gunso junto al único superviviente de la Legión del Lobo. No, solo dos shugenja - uno acababa de morir bajo un Oni que lanzó su cabeza girando como un shuriken (n.a. objeto pequeño arrojadizo usado por los ninjas). Bien, quizás con unos pocos shugenja más como los dos asesinos que quedaban, podrían albergar alguna esperanza de aguantar. Pero no. El flanco del gunso había caído. Y en unos instantes todos morirían

Toturi se puso en movimiento. Allí, a la izquierda de la carga principal - un punto sin estandartes ogro, ni grupos de trasgos, nada excepto las extrañas y cambiantes formas de los Oni. Allí estaba el comandante.

"¡Demonio! Muéstrate. Soy Toturi, y te desafío por las vidas de mis guerreros."- Tres Oni murieron bajo su espada mientras rugía su desafío. Otro se volvió para mirar a su comandante y murió con la parte de atrás de su caparazón destrozada. Dos más intentaron coger a Toturi por los Brazos, pero se libró de ellos y les partió a la mitad sin detener sus pasos. El Oni frente a él se derritió ante su espada.

Un demonio dio un paso al frente. De dos metro y medio de alto. Placas de armadura roja cubrían músculos que rugían como una avalancha. Cuatro enormes brazos, uno de ellos llevaba un enorme no-dachi (n.a. Espadón pesado) con facilidad. Una cabeza alta acabada en espinas como una corona, un bigote sobre el cual unos ojos... Toturi aparto la vista. Había convertido en hábito el no mirar a los ojos a un Oni.

La gran criatura replegó sus tropas, y el sonido de la lucha murió mientras todos los presentes se reunían en dos semicírculos - uno pequeño, el otro enorme.

Toturi miró a los ojos del Oni. Comprobó la prestancia y dureza del Oni. Esto es la muerte.

El campo de batalla estaba en silencio.

"Un duelo, entonces," dijo el Oni con una enorme y sedosa voz.

"Hai," dijo el Emperador.

Mientras caía el Emperador, la horda de las Tierras Sombrías lanzó un grito que debía significar regocijo. Dieron medio paso hacia los samurai supervivientes, como si quisiesen que huyeran.

SaKura observo toda la escena con impotencia. Hubiera querido ayudarlos pero al tratar de utilizar su magia para ayudar a aquellos pobres samurai recordó que solo estaba hay en mente. Vio como Toturi era derrotado por el Oni Rojo sin poder hacer nada. El Oni se disponía a destrozar el cuerpo del que los susurros llamaban Emperador, pero el Oni se detuvo por orden de una voz. Una voz de mujer que Sakura pudo escuchar

Alguien más está hay- dijo la voz dirigiéndose al oni. El Oni levanto la vista y poso sus ojos rojos llenos de odio sobre los ojos verde de Sakura. Esa cosa, ese demonio o lo que fuera la estaba viendo. Y ella sabía lo que era esa cosa. Sabia su nombre. Fushin. La traición.

El Oni desapareció ante sus ojos.

Los guerreros del Imperio dejaron escapar un único suspiro, un pequeño aliento de decepción al ver morir a su emperador, y se lanzaron nuevamente hacia la horda.

Treinta segundos después, cuando los samurai Bayushi (guerreros de la familia Bayushi, del clan Escorpion) vestidos con sus armaduras rojas golpearon a las criaturas de las Tierras Sombrías desde atrás, la batalla volvió a los humanos. Dirigidos por los dos shugenja escorpion supervivientes, los Bayushi pelearon por el cuerpo de Toturi, despedazando a los Oni que se habían reunido para mutilarlo pero no se habían decidido por donde empezar.

No había señales del gran Oni Rojo mientras las criaturas de las tierras Sombrías huían a Shinomen gritando. Esta caza se prolongó durante días.

Sakura regreso a su habitación respirando con agitación. No sabia lo que había visto, ni siquiera si era real, pero algo muy extraño estaba pasando allá afuera. Y fuera lo que fuera, iba verse en vuelta en ello, pensó inclinando la cabeza a un lado. De eso si estaba segura.

Notas de la autora:

Bien, solo con leer el texto ya sabrán que estas notas van a ser muy largas.

Esta historia se basa en Sakura Card Captor y en la leyenda de lo cinco anillos, un juego de cartas y de rol basado en el reino de Rokugan. De hecho, es una recopilación de historias de Rokugan adaptadas a la historia de Sakura Card Captor y modificadas a mi voluntad (le guste al que le guste) Talvez algunos de vosotros lo conozcáis pero sino no importa. Tratare de ser lo más explicita posible con respecto a este reino. Ahora bien. El texto que está remarcado en AZUL es precisamente un texto sacado de La leyenda de los Cinco anillos llamado LA VOLUNTAD DEL CIELO, escritoPor Rob Heinsoo y Traducido por Meltar. La Historia Completa podeis encontrarla en la dirección http/www.iespana.es/motomeltar/entradaf.htm En la sección del Imperio Toturi I.

Las imágenes son de las cartas del juego.

Glosario de Términos:

Tierras Sombrías: Zona muerta de la dimensión de Rokugan donde nacen y viven todos los demonios, onis y criaturas malignas. Se podría decir que es un infierno terrenal.

Samurai-ko: El nombre que se le da a las samurai mujer

Oni: Despiadados espíritus menores.

Shugenja: Lanzador de conjuros elementales (hechicero o mago)

Tsuno: Monstruosas criaturas parecidas a los minotauros, demonios cornudos

no-dachi: espadón

gunso: Ayudante imperial (creo, no estoy segura)

shuriken: Un objeto, pequeño y afilado y arrojadizo; normalmente asociado con los ninja.

Bayushi: Apellido de Familia perteneciente al Clan del Escorpión (Un familia de Rokugan)