FIC REMODELADO. Para referencias a mi estilo y a ciertos aspectos del fic, lean 'Littera Minima' y sus secuelas. En esta ocasión, sumen 3 años a las edades del canon. Tengan en consideración que Ekléctica revisó TODA esta saga para que temporalmente (valga la redundancia) todo calce como corresponde y el tiempo que transcurre entre un fic y otro no genere conflictos. Llevo semanas tratando de que ésta aparezca en mi profile, pero como se resiste, visiten el de Ekléctica, que a ella sí le resultó.
Un especial agradecimiento a Seika Lerki, Tsuyu Ryu y Ekléctica (El Concilio del Fic), madrinas y lectoras de prueba de este fic, que además de incentivarme y animarme a escribir, aplacaron mis instintos asesinos y varios personajes vivieron para contarlo.
Una recomendación especial, si quieren ver este universo expandido, lean "Madness of Love", de Lady Seika Lerki y el omake "Lo que Sueño de ti" y las adorables miniserie "Familia" y "Futuro" de Ekléctica. Finalmente, aunque no menos importante, "Luz Amatista", de Tsuyu Ryu, es una joya. Las conversaciones que las inspiraron a ellas, de paso me inspiraron a mí para retomar este hábito mío de escribir fanfictions. ¡VAYAN A LEER! =D
Saint Seiya, la trama y sus personajes pertenecen al Sr. Kurumada y a quienes han pagado por el derecho respectivo. No estoy ganando dinero con esto, nada más entretengo a mi imaginación y le doy más trabajo a mi Musa.
ADVERTENCIA.
Principio 87 para ver y entender Manga: En relación al principio 86, lo mismo se aplica al héroe arrogante y mandón.
Se pide criterio y discreción por parte de los lectores. No me hago responsable de castigos, lesiones, o penas capitales derivados de la lectura de este capítulo.
Capítulo 12: Un Mal Día.
Día Siguiente.
"¿Ya es seguro entonces?" Preguntó Isabella al teléfono.
"Sí, tenemos todo bajo control, Isabella. Dafne me pidió que te avisara: tienes luz verde para ir a la Casa Segura con la niña." Dijo Pétros con calma. "Ahora está con el comisionado de policía por lo de las fugas."
"¿Cómo sé que no es una trampa?"
"… Tan desconfiada como siempre. No te queda de otra más que confiar en mi palabra, Isa." Dijo Pétros aburrido. "La Casa está desde ya disponible."
"Perfecto. Te veo entonces." Isabella colgó el teléfono.
Ese día se había quedado en la 3ª Casa. Después de lo ocurrido el día anterior, Saga había decidido que era más seguro quedarse en el Santuario. Ya eran pasadas las 16:00 de la tarde y hacía MUCHO frío ese día. Había negras nubes en el cielo, y todo parecía indicar que el cielo estallaría en lluvia de un momento a otro. Isabella se frotó las manos y se aferró al abrigo que Alisa le había prestado. Decidió ir a la cocina a hacerse un té. ¡Cómo detestaba el frío!
El agua hirvió. Kanon levantó la tetera y preparó café en un termo, para así poder llevárselo al templo y no pasar tanto frío. Ya se había preparado un sándwich. Se frotó las manos y aseguró su bufanda alrededor de su cuello. Por lo general, soportaba el frío bastante bien, pero ese día estaba realmente MUY helado: de buena gana se hubiera quedado en cama todo el día.
Alguien entró a la cocina.
"¿Saga?"
Kanon giró la cabeza. Isabella, usando la máscara de visitantes, estaba en la puerta de la cocina, usando un abrigo de Alisa. Negó con la cabeza, sin molestarse por la confusión, sin decir palabra. La chica se dio la media vuelta y se alejó de la cocina: era obvio que le estaba evitando.
Ni modo. Kanon selló el termo y tomó su sándwich. Salió del piso residencial y bajó hasta el Templo, que esa tarde le tocaba cuidar. Isabella se asomó por una esquina y cuando Kanon hubo salido del lugar, recién fue a la cocina. Una vez allí, se preparó el té que había ido a buscar en primer lugar… suspiró. Sujetó la taza con ambas manos, y con cuidado, se llevó el borde a los labios, soplando un poco, antes de beber un sorbo.
¡Venga! No podía ser tan malo. No todos los hombres eran iguales. ¿Acaso Saga tendría razón y Kanon sí se estaba enamorado de ella? Pero esa no era la idea: la idea era que le detestara. Nunca nadie le había dicho que otro se estaba enamorando de ella. Suspiró. ¡Kanon la besó de nuevo! Y volvió a disfrutarlo. ¡Ay! Al menos tenía que pedirle una explicación, porque hasta donde ella sabía, él había invadido espacio personal… bebió otro sorbo de té y salió de la cocina. Alguien tenía que explicarle algo. Isa bajó hasta el templo, pensando cómo iniciar una conversación que no derivara en una discusión.
…
Kanon bebió un poco de café y se recostó en el sillón que había en la salita de estar. Tenía sueño, la noche anterior apenas había pegado ojo pensando en todo lo que había pasado. No se podía quitar aquellos besos de la cabeza y sabía que tenía que hablarlo con Isabella.
¡Maldito sea Shaka! ¿Por qué tenía que señalarle lo evidente? Está bien, él no más le había dicho lo que pensaba y técnicamente no era culpa de él, sino suya. Seeeeee… sí se había 'prendado' de Isabella y sabía que no tenía vuelta atrás. Su maldición era ser enamoradizo, y como siempre, eso no se controla. Pero… ¿Por qué enamorarse de Isabella, si ni siquiera le caía bien? Y él no le caía bien a ella, eso era un hecho empírico.
Pero… ¡Esos besos! Suspiró frustrado. Tenía que hablar con… Kanon levantó la cabeza.
"Isabella, ¿estás ahí?"
"Sí. ¡Vaya oído que tienes!"
"Hmpf. ¿Qué quieres?"
Isabella estaba en la puerta de la sala de estar. Tenía la máscara puesta, por lo que Kanon no alcanzó a ver la mueca de duda que hizo con los labios. Un escalofrío le recorrió el espinazo a la chica… quizás era mala idea.
"Me preguntaba si… puedo revisar mi e–mail." Inventó a la carrera.
"Claro…"
Kanon vio como Isa le daba la espalda y comenzó a alejarse. Se levantó y caminó hacia la puerta.
"¿Isabella?"
"¿Qué quieres, Tarado?"
"¿Puedo hablar contigo unos minutos?" Le preguntó Kanon vacilante. Isa no se movió.
"Habla." Le dijo mientras giraba sobre sus talones.
Ya. Perfecto. Tenía a Isabella justo donde la quería, pero… ¿Cómo comenzaba? Kanon se pasó una mano por el cabello.
"Estuve pensando… Anoche no dormí. Cierto asunto me lo impidió." Dijo Kanon. "Cierto asunto que te involucra… ya sabes…"
"¿Los besos? Hmm… no puedo decir que me hayan quitado el sueño." Más bien soñé con ellos hubiera querido agregar, pero se contuvo. "¿Por qué los sacas a colación?"
"Porque…"
"… no fue gran cosa. ¿Verdad? Solo besos sin sentido." Isabella se cacheteó mentalmente. Sonaba como una colegiala tímida de 16.
"No sé si fueron sólo besos." Kanon la miró muy serio por algunos momentos. "A mí me afectaron: por algo no pude dormir."
Inserte un largo momento de silencio, en el cuál, Isabella fijó la vista en los pies y Kanon en la columna que había a su derecha.
"Lo lamento, ¿sí?" Isabella se apresuró a decir muy nerviosa. "Sé que invadí tu espacio, pero…"
"Yo también invadí el tuyo… también lo siento, pero… no era lo que iba a decir."
"¿Ah no?"
"No."
"¿Y qué ibas a decir?"
"Qué besas muy bien." Kanon se arrepintió de haber dicho eso en el segundo que terminó de decirlo. Isa se puso como jitomate.
"… Si tú lo dices…" Isabella comenzó a juguetear con un mechón de su cabello. "… aunque seguro se lo dices a todas…"
"… Naaah… Ha habido un par, pero ninguna besa igual que tú. Besas mejor." Kanon suspiró y se concentró en sus pies. No se atrevía a mirar a Isa a los ojos, no fuera a ser que ésta saliera corriendo quizás donde… como siempre le pasaba.
"¿A qué viene todo esto?"
"Me caes mal. Muy mal… pero…" El santo se mordió los labios sin saber qué decir. ¡Que alguien fuera tan amable de decirle como continuar! "… pero…"
"También me caes MUY mal, pero ¿qué?" Isabella hubiera dado su brazo derecho por sonar más dura, pero no pudo. "Además, ¿No es esto contradictorio?" Dijo muy nerviosa. "¿El que nos caigamos mal, pero que besemos bien?" La chica se quiso tragar su lengua. Kanon la miró sorprendido, aunque no tanto como ella.
"¿Crees que beso bien?"
"…"
La chica no respondió. Ni siquiera pudo agradecerle a la máscara que usaba por tapar su vergüenza, porque cada centímetro de su piel se encendió como carbón al rojo. Esa es la maldición de quienes tienen tez pálida. Kanon sonrió para sus adentros… quizás isa pensaba igual que él, quizás estaba pasando por un dilema parecido al suyo… quizás… quizás tenía una oportunidad.
"… Eres muy bella Isabella…" Susurró Kanon acercándose un paso. Isa lo miró como si le hubiera crecido una segunda cabeza. Se sorprendió mucho. "… ¿primera vez que te lo dicen?"
"Err… no… este… ¡Sí! Sí… Al menos… en este contexto." Isabella se mordió el labio temerosa. Kanon se acercó otro paso, sin tener ni la más remota idea de lo que hacía, pero bueno: en el camino se arregla la carga. "¿Qué me dices? ¿Linda yo? Soy una Bruja ¿QUÉ Fumaste? Si intentas seducirme…"
"Yo no intento nada. No más digo la verdad y si no, que me parta un rayo que aquí estoy." Kanon le acarició la mejilla cubierta por la máscara. "Me caes mal. Terriblemente mal, es cierto, pero ¡Adoro como me discutes! Yo… creo que me…" Isabella apartó la mano del santo con firme suavidad.
"No… no digas eso. NO lo digas o te vas a arrepentir."
"¿Por qué no puedo decirlo? ¿Por qué debería arrepentirme?"
"… Porque soy una chica MUY mala ¡Tú mismo me dices Bruja!… Porque… porque das buenos besos… y yo no los merezco." Le dijo cambiando levemente el tono de su voz por otro más vacilante. "Búscate una chica bien que te quiera mucho, pero no te hagas esto. No te convengo y te voy a hacer daño tarde o temprano…"
Entre tanto silencio incómodo, estos me van a sacar de quicio, pues ya no sé ni qué decir para llenar los vacíos.
"No me digas que vienes saliendo de una relación muy mala." Isabella miró a Kanon luego que este le habló, con los ojos más grandes del mundo. Negó con la cabeza.
"No más quédate con que soy demasiado mala para ti." Insistió con más firmeza, retrocediendo un paso.
"… Tú no decides eso por mí: me gustan los desafíos. Además puedo ser muy malo: ¡Soy un asesino a sangre fría, un manipulador y un traidor de la peor calaña! Pregúntale a cualquiera. ¡Soy El Gemelo Maligno!"
"Entonces con Mayor Razón." Isabella retrocedió un par de pasos más, mientras se asaba las manos por la cara. Kanon hubiera jurado que se enjugó una lágrima. "Esto está muy mal…" Añadió apresurada, nerviosa y temerosa. Kanon no pudo evitar notarlo, y tampoco la chica hizo mucho esfuerzo por disimularlo.
"¿Qué te pasa?"
"Dafne, mi jefa, se contactó conmigo. Ya puedo irme con Anita. Por favor, dale las gracias a tu hermano, al Patriarca, a Saori y a todos de mi parte." Isabella se veía acelerada. "Gusto conocerte. Olvídate que existo y… y… eso. Espero que ya te hayas despedido de Anita, porque ya nos vamos."
Isabella salió corriendo de la tercera casa, a todo lo que le daban los pies. Subió a toda carrera al piso residencial, se quitó el abrigo, tomó sus pocas pertenencias, y a ritmo acelerado salió de Géminis. Bajó las escaleras sin detenerse a mirar atrás, como si huyese de algo. Pasaría por Anita que estaba en Aries, y de allí se iría del Santuario de una vez por todas.
Kanon se quedó perplejo observando la tempestiva huida de Isabella, sin saber si estar enojado o no. Exhaló aire y comenzó a dolerle la espalda… y hablando de dolores de espalda… ¡PLAAAF! Máscara de la Muerte y Saga le propinaron un palmazo en dicha área, y como pillaron desprevenido a Kanon, lo botaron por los suelos. Antes que el pobrecito pudiese reaccionar, Saga lo puso sobre sus pies, le sacudió la ropa y lo encaminó hacia la salida. Máscara le dio un empujoncito en esa dirección.
"¿Qué Estás Esperando, Zopenco? VE POR ISA en ESTE Minuto."
"Convérsale un poco más y tendrás a la ragazza comiendo de tu mano."
"¡PAR DE METICHES! ¿Hace cuánto rato me están espiando?" Quiso saber Kanon. Saga y Máscara pusieron cara de culpables. "¡No se metan donde no los llaman!"
"¿Qué no vas a ir por Isa?" Preguntó Saga incrédulo.
"Serás bruto." Máscara señaló con el dedo la dirección en la que Isa había desaparecido. "Estas desperdiciando la oportunidad perfecta para tener a esa ESCULTURA en tus brazos."
Kanon se sacudió el sweater muy enojado y se alejó hacia el punto contrario de la salida, sin responderles nada, con cara de pocos amigos. Máscara y Saga se miraron extrañados, pero no intervinieron: ya se le pasaría… ¿verdad?
Casa de Escorpión.
Milo estaba durmiendo a pierna suelta. El medicamento que Mu le había pedido que tomara le había dado mucho sueño, así que el escorpión estaba en esos momentos durmiendo como tronco. Ya estaba mucho mejor, aunque aún tenía que guardar cama más nada como medida de precaución para evitar recaídas, que esperaba que no le dieran.
Alisa estaba en la cocina junto con Dohko, quién había subido a ver como seguían las cosas en la octava casa y si necesitaba ayuda de algún tipo. Kyrus estaba muy despierto y en los brazos del anciano maestro (que ya no se veía viejo), mientras su madre intentaba reparar un radio.
"¡Eres un buen bebé! ¡Qué bien te portas! Eres muy bueno." Balbuceó Dohko, mientras mecía al despierto niño.
"No es por nada, pero a menos que sepa una técnica secreta para dormir bebés, no lo va a dormir de ese modo, Maestro Dohko."
"¡Es que quiere jugar!"
"Quiere dormir." Afirmó Alisa con suavidad. "Estaba durmiendo feliz de la vida cuando usted lo despertó."
"Jejejeje… lo siento, pero creí que estaba despierto." Se disculpó Dohko.
Alisa hizo una mueca divertida. Desde que Kyrus había nacido, todos los habitantes del Santuario, excepto por Milo, Saori y ella misma, habían adquirido la fastidiosa costumbre de cargar y despertar a Kyrus ni bien lo veían. Para solucionar este problema, Alisa y Milo había impuesto como castigo la orden que quien despertase a su bebé debía dormirlo, que fue rápidamente acatada por la mayoría de santos, aunque los más mayores solían olvidarla, como le había sucedido a Dohko.
¡Ah, el Alzheimer ataca en forma precoz! Aunque viendo a Dohko… ni tan precoz.
"No me quejaré si logra dormirlo… y no intente usar cosmo: Kyrus asocia eso con que debe estar despierto."
"¡Eso Es MUY Buena Señal!" Exclamó el santo de Libra contento. "Dudo que tenga problemas más adelante para aprender a manejar su cosmo." Dohko miró al bebé y le hizo una mueca divertida. "¡Shhh, pequeño, duerme ahora que puedes!"
"Milo dice lo mismo." Afirmó Alisa inflando pecho. "El otro día, se enojó por algún motivo y según Milo estuvo a punto de encender cosmo… pero claro, ahí sí que yo no sé."
"Tu hijo será un buen aprendiz… ya verás que…"
Dohko se interrumpió a mitad de la frase y alzó la cabeza, como quien le presta atención a algo. Hablando de cosmos, June y Argol estaban dando la alarma: había intrusos en el Santuario.
"¿Quién llama?" Preguntó Alisa curiosa. Dohko la miró estupefacto.
"¡No me digas que puedes detectar cosmos!"
"No, no puedo, pero ya sé cuáles son las actitudes que adoptáis cuando sentís un cosmo, así que estaba aplicando pura lógica." Explicó Alisa con una sonrisa, mientras se acercaba al maestro para tomar a su bebé. Dohko se puso de pie y le entregó al niño con cuidado.
"Discúlpame hija, pero tengo que ir a ver qué pasa."
"¿A mi qué me pide permiso? Vaya no más a ver qué ocurre."
Alisa, con su niño en brazos, acompañó a Dohko hasta la puerta. El santo de Libra le hizo una leve reverencia y salió de Escorpión con calma. La chica cerró la puerta tras del santo y se concentró en su hijito, a quién ahora tenía que dormir… en eso, por el rabillo del ojo… vio una muy familiar silueta que entraba al baño con un atillo de ropa. Seguro la alerta le había despertado.
"MILO. ¿QUÉ HACES LEVANTÁNDOTE?" Exigió saber de inmediato.
Límites del Santuario.
Afro, quien estaba de ronda de Santuario, fue el primero de los dorados en acudir al llamado de Argol y June. Al llegar allí, se encontró una escena curiosa. Junto a los santos, había guardias custodiando a 4 intrusos, que estaban sentados en el suelo, con las manos detrás de la cabeza.
"¿Qué pasó aquí?" Preguntó Afro al ver esta escena.
"Estos intrusos se estaban colando al Santuario. Estos guardias les hicieron frente, pero si no hubiéramos estado cerca para ayudarles, les hubiera ido mal." Explicó Argol muy serio. "Feh. June no me dejó convertirlos en piedra." Protestó Argol divertido.
"Aunque ganas no me faltaron." Añadió la joven amazona. "Afro, tenemos problemas…"
"Antes que sigas, tengo una pregunta. Disteis la alarma de que había intrusos en el Santuario, pero según veo, atrapasteis a todos." Afro observó con desprecio a los 4 sujetos que habían intentado entrar. "Esto no merecía que dierais la alarma."
"Ese el problema, Afro." Dijo Argol. "No son los únicos, tengo entendido que hay al menos 3 más dentro del Santuario."
"Y pueden manejar cosmos, al menos en un nivel muy básico." Añadió June. Afro frunció el ceño.
"¿Y se puede saber por qué NO los están persiguiendo?"
"Porque ocultaron su presencia." Dijo Argol extrañado. "Yo les vi correr hacia allá, pero era como si no estuvieran allí, y al cabo de unos instantes…"
"… fue como si se desvanecieran." Concluyó June. "Hemos rastreado el área con nuestros cosmos, pero nada."
Afro se puso aún más grave. Se acercó a uno de los cautivos y lo tomó por la solapa. Lo alzó en el aire con facilidad y se enfrentó a él con dureza.
"¿A qué vinieron?" Preguntó con un tono que no admitía discusión. El sujeto no respondió. "¿Con que esas tenemos, eh? Argol…"
"Mande." Dijo con tono aburrido.
"¿Crees que Milo te preste sus escorpiones? Sé que sabes manejarlos."
"Depende: mientras no se los acerque a Alisa, dudo que tenga problemas. ¿Por?" Preguntó Argol, haciéndose el inocente. June sonrió detrás de su máscara.
"Porque éstos no van a hablar por su voluntad." Afro soltó al prisionero, quien al intentar huir, recibió un golpe de uno de los soldados. El santo de Piscis miró a June. "Shura y Aioria vienen en esta dirección, ve a avisarles de lo ocurrido, por favor."
"En seguida."
En esos momentos, a la distancia sonó un trueno. Todos los presentes miraron al cielo casi por instinto. Algunas gotitas comenzaron a caer.
"Hmpf." Bufó Afro. "Lo que me faltaba."
Continuará.
Por
Misao-CG
Próximo Capítulo: Salida Fallida.
"¿Anita?" Su voz se notaba firme, lo cual fue bueno, pues trasmitió seguridad a la aterrada pequeña.
"¿M-mande?"
"CORRE." Isabella empujó a la niña hacia el interior del Santuario, al tiempo que le servía de escudo. La niña, sin mirar atrás, obedeció.
PS: ¡ME NIEGO! A llamar a Afro por su nombre completo. NO sé por qué, pero aparte que es más corto escribir 'Afro' que 'Afrodita' (lo sé, soy una vaga), me suena mejor lo primero que lo último. MUY BIEN. Espero que les haya gustado el capítulo. Ya sé que el final me quedó bastante mediocre, pero no me culpen: son la 01:30 de la mañana, la mitad de mis neuronas esta en piloto automático y no responden al control manual. ¡GRACIAS POR LEER!
