FIC REMODELADO. Para referencias a mi estilo y a ciertos aspectos del fic, lean 'Littera Minima' y sus secuelas. En esta ocasión, sumen 3 años a las edades del canon. Tengan en consideración que Ekléctica revisó TODA esta saga para que temporalmente (valga la redundancia) todo calce como corresponde y el tiempo que transcurre entre un fic y otro no genere conflictos. Llevo semanas tratando de que ésta aparezca en mi profile, pero como se resiste, visiten el de Ekléctica, que a ella sí le resultó.

Un especial agradecimiento a Seika Lerki, Tsuyu Ryu y Ekléctica (El Concilio del Fic), madrinas y lectoras de prueba de este fic, que además de incentivarme y animarme a escribir, aplacaron mis instintos asesinos y varios personajes vivieron para contarlo.

Una recomendación especial, si quieren ver este universo expandido, lean "Madness of Love", de Lady Seika Lerki y el omake "Lo que Sueño de ti" y las adorables miniserie "Familia" y "Futuro" de Ekléctica. Finalmente, aunque no menos importante, "Luz Amatista", de Tsuyu Ryu, es una joya. Las conversaciones que las inspiraron a ellas, de paso me inspiraron a mí para retomar este hábito mío de escribir fanfictions. ¡VAYAN A LEER! =D

Saint Seiya, la trama y sus personajes pertenecen al Sr. Kurumada y a quienes han pagado por el derecho respectivo. No estoy ganando dinero con esto, nada más entretengo a mi imaginación y le doy más trabajo a mi Musa.


ADVERTENCIA.

Principio 97 para ver y entender Manga: Cualquier personaje puede correr 100 metros o más si se le da un buen comienzo.

Se pide criterio y discreción por parte de los lectores. No me hago responsable de castigos, lesiones, o penas capitales derivados de la lectura de este capítulo.


Capítulo 13: Salida Fallida.

Límites del Santuario.

Ambas chicas estaban cruzando por una de las salidas del Santuario menos usada, un sector muy poco vigilado por lo escabroso del terreno. Si bien nunca estaba fuera de los planes de vigilancia o de las rondas, las profundas zanjas y el montón de columnas caídas eran suficientes como para desmotivar a cualquier tipo de intruso. Además, por su ubicación tenía un valor estratégico muy malo, así que nadie se molestaba en pasar por allí.

Precisamente por este motivo era que Isabella le conocía. Al ser tan poco conocido, Kanon la había sacado por allí en un par de ocasiones durante la semana, cuando iban a burlar a los mafiosos. La única ventaja que tenía este sitio era que no la dejaba muy lejos de Atenas.

"Ana, me estás impacientando, no me discutas." Protestó Isabella, quien batallaba con Anita.

"¡NO ME QUIERO IR!" Lloró la pequeña. "No me despedí del tío Kanon, y de los demás tíos… ¡Tía Isa, No Seas Mala!""

¡Rayos! Isa apretó los dientes y emitió un gruñido de baja frecuencia. Siguió caminando y arrastrando a la niña hacia el exterior del Santuario. Anita estaba con berrinche desde que la había sacado de Aries. Objetivamente, sabía que estaba actuando motivada por un temor al compromiso. ¿Qué MOSCO le había picado a Kanon? Nunca nadie le había dicho o insinuado lo que él, al menos de la manera en que lo había hecho. Eso le había desconcertado, no era normal. ¡ERA una Bruja! Era antipática, no le caía bien a nadie. ¡ESA era la idea! De esa forma evitaba que le hicieran más daño.

"¡ME QUIERO QUEDAR!"

¡Esos ojitos! Kanon… ¿PORQUÉ TENÍA QUE TENER OJOS TAN BONITOS? Bah. Había visto en sus ojos que no le mentía. Cuando decía que era una mala persona. Terrible. Kanon era un antipático de primera línea, pero eso no quería decir que le desease mal. Si le permitía acercarse, entonces lo iba a pasar mal. Todo lo que se acercaba a ella, quedaba hecho jirones, así que mejor ahorrarle un mayor disgusto. Por muy buen besador que fuera, lo mejor era salir corriendo ahora, antes que causara un desastre mayor y que hubiera más cosas en juego que lamentar.

Sin mencionar el daño que podrían hacerle a ella. Además… ¿Qué se había fumado? Seguro lo que le insinuó no era más que un juego. ¿QUIÉN podría quererla a ella?

¡RATAS! ¿Por qué nada podía resultarle fácil? ¿Qué tenía que hacer para que la ignorasen? Debería lanzarse al tráfico un día de estos.

"Ana, si no dejas de hacer berrinche, ¡Te va a dar un ataque de asma!" Advirtió Isa si dejar de caminar.

"Es… que… yo… DO… ME… KIEDO… ID… ¡BUAAAAAAAAAAAAAAA!"

Isa miró al cielo apretando los dientes. NUNCA tendría hijos como Anita. NUNCA. Entonces un trueno resonó no lejos de allí, y de inmediato, comenzaron a caer algunas gotitas. Esto les hizo poner atención. La niña se aferró a la cintura de Isa.

"No me gustan los truenos." Dijo calmando sus lloriqueos.

"Lo sé, pero estás conmigo y no te va a pasar nada." le aseguró Isabella con ternura. Sabía que el día en que habían secuestrado a Anita, había sido uno muy tormentoso. "Mejor nos apresuramos o nos vamos a calar hasta los huesos." Bromeó.

La chica aceleró el paso, cuidando de llevar a la niña por el mejor camino posible. La lluvia comenzó a caer con suavidad. En verdad era un terreno complicado, lleno de piedras, hoyos y estacas, sin mencionar zanjas y otros escombros. Algo le decía que con barro no tenía que ser una experiencia muy agradable. Mejor se apresuraban…

Isabella irguió la espalda y se detuvo en seco. Con los ojos muy abiertos, miró a su alrededor. No veía nada… pero tenía muy mala espina. Aguantó la respiración. Ella no sabía como detectar cosmo o generarlo, pero no era necesario saber eso como para saber que se estaba metiendo en un lío. Algo peligroso estaba cerca. Aferró la mano de Anita.

"¿Anita?" Su voz se notaba firme, lo cual fue bueno, pues trasmitió seguridad a la aterrada pequeña.

"¿M-mande?"

"CORRE." Isabella empujó a la niña hacia el interior del Santuario, al tiempo que le servía de escudo. La niña, sin mirar atrás, obedeció.

Entonces, como si se materializaran en el aire, tres sujetos enormes le rodearon. Uno de ellos corrió tras Anita, pero Isabella, ni lenta ni perezosa, le dio un fuerte empujón al que tenía en frente y, recogiendo una piedra, la lanzó al tipo que había salido tras la niña, dándole así ventaja a Anita, que pronto se escurrió entre unas columnas y se perdió en la lluvia. Unos brazos la sujetaron por la espalda, atrapando sus brazos. Un torrente de adrenalina inundó sus venas. Isabella lanzó una patada, que aunque asestó en el blanco, no le sirvió de mucho, ya que un tercer sujeto le dio un bofetón.

QUIETA!" Bramó el tipo, quien la sujetó por el mentón y la obligó a mirarlo a los ojos. Un hilillo de sangre le salía de la comisura de uno de los labios. "Mi nombre es Marcos." Se presentó el tipo con una sádica sonrisa en los labios. "Veo que estás sola, ¿Eh? Sí sales sola, cosas malas pueden pasarte, perra asquerosa."

"¿Ah sí? ¿Acaso me vas a defender tú, que me dices esto? ¡Por favor!" Isabella detestaba que la sujetaran de ese modo: no podía pensar bien, le traía MALOS recuerdos. "¡SUÉLTAME, ASQUEROSO BASTARDO!"

"Braulio… suelta a la señorita."

Isabella sintió que la soltaban, pero en el mismo momento en que la dejaron ir, Marcos la sujetó del cuello y la alzó en el aire con relativa facilidad. Isa le clavó las uñas y logró asestarle una patada, pero la lanzaron al suelo. Más rápida que la vez anterior, cuando Braulio la fue a sujetar, se defendió con algunos movimientos de judo. No era mala peleando…

… lo triste es que los dos sujetos que la tenían a los topes estaban jugando con ella, como si fuera una muñeca de trapo.

Por el rabillo del ojo, Isabella vio como un tercer sujeto, ya recuperado del golpe, comenzaba a buscar a Anita entre las columnas. ¡La chica agradeció que estuviera ya oscuro! Quiso ir en ayuda de la niña, pero Marcos le bloqueó el camino.

"¡No Debes Interferir! No es asunto tuyo."

"¡YO DECIDO Qué es MI asunto y QUÉ no lo es!" Isa apretó los puños. "NO VOY a permitir que se lleven a la niña."

"¿Tú y cuántos más? No veo ningún santo cerca."

"Tampoco los necesito. Sal de mi camino."

Isabella sabía que no era rival para estos dos, aun así, tenía demasiado que perder. A lo lejos aún podía distinguir al tipo buscando a la niña, y la sola idea de lo que le podía pasar si la atrapaba, le erizaba los nervios y la sensibilidad. Furiosa, le propinó un empujón a Marcos para sacarlo de su camino, pero este la esquivó… y en un súbito movimiento atrapó su brazo derecho a la altura de la muñeca, y como si se tratase de un fósforo, le fracturó los huesos. La chica cayó sobre sus rodillas, con las lágrimas saltando por sus ojos, a punto del desmayo a causa del dolor.

"AAaaaaagh…" Isa intentó acunar su brazo, pero apenas sí era dueña de sí, debido al dolor.

"¡Para Que Aprendas A NO INTERVENIR!" Exclamó Marcos.

Braulio, el segundo matón, respondió entonces a una señal que le hizo Marcos. Se acercó a la chica y le asestó un bofetón tal, que la lanzó por el suelo. Isabella apenas si se dio cuenta de este golpe, pues al caer al suelo, se golpeó la cabeza contra una piedra y perdió la conciencia. Marco la miró con desprecio, para luego ver en la dirección en que su compañero buscaba a Anita.

"Deshazte de ella." Dijo antes de caminar en dirección de las columnas en las que el otro tipo buscaba. "Date prisa, que no tenemos mucho tiempo."

Braulio asintió con la cabeza. Miró a su alrededor en determinada dirección. Luego sujetó a Isabella por el brazo izquierdo y la medio arrastró, medio cargó sin ninguna delicadeza unos 4 metros hacia la derecha… para dejar caer a la chica por una zanja.

Sin mirar atrás, se alejó.


Casa de Virgo.

En esos momentos.

Saori entró corriendo a la Sala de Estar de Virgo. Por una conjura de causas, la 6ª casa se había convertido en el lugar de reunión oficial de los dorados en ese momento. Shion estaba tratando cierto asunto con Shaka en el momento en que June y Argol dieron la alarma, y casi todos los santos dorados se encontraban en las inmediaciones de Virgo, por uno u otro motivo. Y como les dio pereza a todos subir hasta el Templo Principal…

"… ¿Qué está pasando?" Preguntó Saori agitada. "¿Es verdad que nos invadieron?"

"No se preocupe, Princesa." Aseguró Shion. "Todo está bajo control."

"¿Cómo va a estar bajo control, si no sabemos dónde están esos sujetos?" Protestó Máscara. Shion sintió una gota en su cabeza.

"Creo que June y Argol atraparon a cuatro tipos: o más bien fueron los guardias." Le explicó de pronto Alisa, que cargaba a su bebé. "El problema es que se escabulleron tres."

"Y hasta donde sabemos, pueden manejar cosmos en forma muy básica, pero lo más serio es que pueden ocultar sus presencias."

"Adgol dize ke eda komo vedloz zin vedlos." Añadió un muy congestionado Milo, que estaba vestido a lo esquimal.

"Argol dice que era como verlos sin verlos." Tradujo Shaka. "Ya sabemos más o menos donde están, no será difícil vencerlos. El problema es otro."

"¿Qué ocurre?" Preguntó Saori una vez más.

En ese momento, Saga, arrastrando a Kanon, aparecieron en la salita de estar de Virgo. El menor de los gemelos se veía como si hubiera mordido un trozo de pimienta o de ajo.

"¡Vinimos en cuanto pude traer a Kanon!" Exclamó Saga sacudiéndose la ropa. Kanon bufó de disgusto. "¿Qué tan serio es?" Shion tomó la palabra.

"Hay intrusos en el Santuario, cuatro de un total de siete, están bajo custodia. Tres se escaparon y pueden representar un problema." Explicó de nuevo. "Afro y Argol interrogaron a los prisioneros antes de llevarlos a los calabozos…"

"¡Udadon a miz edcodpionez!" Exclamó el siempre congestionado Milo, muy orgulloso de sus mascotas. Alisa sintió un escalofrío recorrerle el espinazo.

"¿Qué noticias hay?" Quiso saber Saga.

"Malas. Fueron contratados por alguien a quién llaman 'El Jefe' para sacar a Anita del Santuario." Shion cerró los ojos. Saori se llevó la mano a la boca y Kanon puso atención.

"Pero Isabella se fue hace rato." Aseguró Kanon. Shion negó con la cabeza.

"Ninguna de las dos a abandonado el Santuario, pero no sabemos donde están." Dijo Shion serio. "Y los sujetos tampoco: ese es el problema."

Kanon frunció el ceño y se puso las manos en las caderas y comenzó a observar la salida como niño que observa la tienda de caramelos. Esto no le gustaba. NO le gustaba… ¡Tenía que hacer algo!

"Kanon, si quieres ir a buscarlas, ve." Dijo Saori. "Si esos sujetos las encuentran antes, no quiero ni pensar… ¿Kanon?"

El menor de los santos de Géminis ya se había ido. Saga carraspeó mientras los demás sonrieron divertidos. Kanon e Isabella no lo sabían, pero desde hacía un par de días eran la comidilla del Santuario y hasta había un pozo de apuestas para ver cuánto tiempo se tardaban en hacerse pareja oficial. Aioria se acercó a Shion.

"Excelencia, con su permiso, me uniré a la búsqueda." Dijo Aioria. Luego se volvió a Saori. "Con su permiso, Alteza." Y sin decir más, se fue. Máscara estaba por imitarle cuando Saga le detuvo.

"Paciencia: está lloviendo a cántaros y no es bueno que vayamos todos.

"¡UN Poco De Lluvia No Va A…!"

"Pero nuestros compañeros necesitarán que los relevemos en algún momento." Explicó Shaka.

"Kdreo ke me unidé a la buzkeda…"

"Tú no irás a ningún lado, ¿me escuchas, alacrán?" Gruñó Alisa.

"¡Aliza! Do Me Puedo Kedad Zentado Cuando…" Comenzó a protestar Milo, pero…

"¡Nada de peros! Sigues resfriado."

Shion aguantó la risa al ver a Milo tan compungido. Todos s veían muy preocupados por lo que estaba pasando… y en lo personal, el Gran Maestro se sentía ansioso: quizás algo había pasado que… Saori entonces levantó la mano y la agitó en el aire.

"¿QUIÉN QUIERE GALLETAS?" preguntó con alegría.

GRAN caída de anime.


Otro lugar en el Santuario.

La lluvia arreciaba con fuerza. De un momento a otro el agua caída comenzó a incrementarse cada vez y más. El Santuario se hallaba en un estado de alerta mínima debido a la intrusión descubierta por June y Argol. Sin embargo, había bastante movimiento en todo el Santuario, y había más de un santo buscando tanto a los tres intrusos que faltaban como a Anita e Isabella.

Es por esta razón que Marcos y sus dos compañeros estaban nerviosos. Lo único que contaba a su favor era que podían desaparecer sus presencias, pero ni bien se topasen con algún santo, no los iba a salvar ni el clima. Tenían suerte que hubiera logrado huir de aquellos guardias antes que aquellos dos santos arribasen… lástima que habían logrado verlos antes de desaparecer.

Entonces le vieron, allí, sentadita sobre una roca, dándoles la espalda, cubierta por una manta impermeable, aunque con la cabeza descubierta. Ya estaba anocheciendo, y la lluvia no les permitía mayor visibilidad, pero la niña concordaba con la descripción y con la silueta que habían visto huir.

Marco intercambió un par de señas con Braulio y con el tercer matón, y, como si fueran chacales, rodearon a la pequeña por la espalda, que parecía no haberse percatado de la presencia de los hombres. Marco sacó un saco de entre su ropa.

Entrecerraron los ojos… y se abalanzaron sobre ella.

Pero no lograron lo que querían. La niña saltó en un último segundo, se impulsó hacia atrás y aterrizó a espaldas de los hombres con la habilidad de un acróbata. La máscara que llevaba y que le cubría el rostro por completo, se habría visto mucho más amenazadora, si su dueña hubiera sido alguien mayor.

"¡Baboso! ¡Esa es mi Aprendiza!" Exclamó una enojada y femenina voz a su derecha.

"¿Quién lo Dice?" Marco giró sobre sus talones para enfrentar a la voz, con orgullo e impaciencia.

Marín y Shaina estaban allí, de brazos cruzados, caladas hasta los huesos. Ellas también usaban mantas impermeables, peor bajo ellas tenían puestas sus armaduras. Shaina se tronó los nudillos.

"¡A MI LA COBRA!"

Un minuto de silencio por los pantalones que se mojaron, pero no a causa del agua de lluvia, al ver esto.

Suficiente minuto. Volvamos a lo nuestro.

Shaina sola detuvo a los intrusos. Si Marín no ayudó, fue por una razón bastante práctica: sabía que la amazona de Ophiucus era bastante irascible cuando su aprendiza estaba en problemas que ella no provocaba. Al parecer no quería pasar por la misma experiencia de Cassius. Así que sabiamente, la amazona de Águila dejó que se expresara.

Además no parecía ser necesario. Shaina no se tardó ni tres pestañeos en tener a los sujetos controlados y bien golpeados. La amazona sujetó a Marcos por el cuello.

"Mira esto, Marín: parece que encontramos a los intrusos." Siseó Shaina con disgusto. "¿Quién te has creído que eres, infeliz? No solo osas profanar este Santuario, sino que además, te metes con mi aprendiza. ¡Pagarás!"

"Piérdete, bruja."

"Encima respondón." Murmuró Marín, quien vigilaba a los otros dos, junto con Rin. "No te gastes, Shaina: ya tendrá tiempo de sobra para pensar en lo que hizo." Braulio intentó escapar, pero bueno… Marín tampoco estaba de humor de un tiempo a esta parte. "Quieto. Ni lo intentes."

"¿Algún problema?" Preguntó de pronto Aioria. Él y Aldebarán llegaron alertados por los cosmos de las chicas.

"Tenemos a los intrusos." Gruñó Shaina. Marín se cruzó de brazos y le dio la espalda a Aioria. Alde carraspeó.

"¿Y las chicas?" Preguntó el santo de Tauro.

"Estábamos por llegar a esa parte." Comunicó Marín con voz de piedra. "Pero no nos cooperan." Alde hizo una mueca y se tronó los nudillos.

"Déjame eso a mí."


Casa de Virgo.

Shion levantó la cabeza y al cabo de unos minutos cerró los ojos y asintió levemente. Alisa y Saori le miraron curiosas, aunque la diosa algo intuía. Shaka, aunque con los ojos cerrados, pareció mirar de reojo al maestro. Dohko, Saga, Mu y Milo hicieron lo mismo que los demás. El único que no se inmutó, fue Kyrus… pero claro, eso es entendible: es un bebé.

"Aldebarán me acaba de decir que Shaina y Marín interceptaron a los tres intrusos." Comenzó Shion. "Por desgracia estos encontraron a las chicas primero: lo único que dijeron al respecto fue que estaban persiguiendo a Anita." Terminó de decir. Saori cerró los ojos y pareció concentrarse. Saga levantó la cabeza.

"¿E Isabella? ¿Qué pasó con ella?" Preguntó preocupado. No tenía idea de lo que había entre ella y su hermano, pero sin duda… ¡Argh! ¡Tenía que dejar de preocuparse tanto!

"No saben. Los sujetos no quisieron hablar." Shion también sonaba preocupado. Saori entonces abrió los ojos.

"Ambas siguen en el Santuario, pero no están juntas, y las dos tienen problemas." Anunció la diosa con voz calmada, pero expresión nerviosa. Saori miró de pronto a Alisa. "¿Podrías ayudarme con algo?"

Alisa parpadeó.

"¡Por supuesto!"

Continuará.

Por
Misao-CG


Próximo Capítulo: Isabella.

se detuvo a medio camino, a unos 5 metros del borde de la zanja más o menos, donde se quedó tirada, inerte e indefensa, totalmente inconsciente. Yacía sobre su costado izquierdo, de cara hacia arriba de la zanja. Su antebrazo y muñeca derecha estaban doblados en una posición poco natural…


PS: Ya sé que lancé mucha agua al fic y que bajé bastante las temperaturas. Y Conste que tengo a Camus y a Alsacia paseando por la campiña francesa. Jejejeje… muy bien, cualquier error que puedan encontrar, o si el capítulo está demasiado díscolo, todo es culpa de la hora a la que escribí el fic. Aun así, me gustaría saber qué piensan de mis locuras. ¡GRACIAS POR LEER!