FIC REMODELADO. Para referencias a mi estilo y a ciertos aspectos del fic, lean 'Littera Minima' y sus secuelas. En esta ocasión, sumen 3 años a las edades del canon. Tengan en consideración que Ekléctica revisó TODA esta saga para que temporalmente (valga la redundancia) todo calce como corresponde y el tiempo que transcurre entre un fic y otro no genere conflictos. Llevo semanas tratando de que ésta aparezca en mi profile, pero como se resiste, visiten el de Ekléctica, que a ella sí le resultó.

Un especial agradecimiento a Seika Lerki, Tsuyu Ryu y Ekléctica (El Concilio del Fic), madrinas y lectoras de prueba de este fic, que además de incentivarme y animarme a escribir, aplacaron mis instintos asesinos y varios personajes vivieron para contarlo.

Una recomendación especial, si quieren ver este universo expandido, lean "Madness of Love", de Lady Seika Lerki y el omake "Lo que Sueño de ti" y las adorables miniserie "Familia" y "Futuro" de Ekléctica. Finalmente, aunque no menos importante, "Luz Amatista", de Tsuyu Ryu, es una joya. Las conversaciones que las inspiraron a ellas, de paso me inspiraron a mí para retomar este hábito mío de escribir fanfictions. ¡VAYAN A LEER! =D

Saint Seiya, la trama y sus personajes pertenecen al Sr. Kurumada y a quienes han pagado por el derecho respectivo. No estoy ganando dinero con esto, nada más entretengo a mi imaginación y le doy más trabajo a mi Musa.


ADVERTENCIA.

Principio 103 para ver y entender Manga: Los villanos tienen las mejores y más impresionantes muertes.

Se pide criterio y discreción por parte de los lectores. No me hago responsable de castigos, lesiones, o penas capitales derivados de la lectura de este capítulo.


Capítulo 14: Isabella.

Santuario de Athena. Zanja.

Lluvia. La intensidad de la lluvia parecía haber disminuido un poco, pero no tenía pinta de que se detuviera pronto. Tan solo había caído un trueno. Hacía mucho frío.

Isabella tuvo suerte. La zanja en la que la habían lanzado no era la más profunda, aunque así lo pareciese, y no la habían lanzado con mucha fuerza. En total debía medir unos 9 metros de largo. Tenía una pendiente suave, y producto de la lluvia, era muy resbalosa. Había mucho barro, piedras y otro tipo de escombros, y estaba muy oscura.

Al ser arrojada con tan poca fuerza, Isabella no rodó hasta el fondo. Seguramente el matón que la había lanzado debió creer que la zanja era más empinada. Isabella se detuvo a medio camino, a unos 5 metros del borde de la zanja más o menos, donde se quedó tirada, inerte e indefensa, totalmente inconsciente. Yacía sobre su costado izquierdo, de cara hacia arriba de la zanja. Su antebrazo y muñeca derecha estaban doblados en una posición poco natural.

"…"

Abrió los ojos con debilidad, sin ser totalmente consciente de lo dolorida que estaba, cosa que de momento no importaba. Isabella pestañeó un par de veces antes. Sentía su cuerpo entumecido de frío. Apretó los ojos y los dientes. Si no hacía algo por sí misma pronto, el riesgo de sufrir hipotermia era muy cierto, si es que no estaba afectada de tal mal en esos momentos. Quiso incorporarse… lo cual fue una idea terrible.

"¡AAAAaaaaaaaagh!"

Un dolor tan agudo como eléctrico le recorrió todo el brazo y cada fibra de su cuerpo ni bien se movió, haciéndola muy consciente de que tenía una fractura que requería atención y un agudo dolor en su cráneo. Se hizo un ovillo sobre sí misma, y se mordió los labios. Mala idea de nuevo… esa sensación de vértigo que parece surgir desde el estómago casi la hace vomitar, cosa que no ocurrió. Isabella tragó saliva…

"… no de nuevo, por favor no de nuevo, no de nuevo…" Se repitió a sí misma, asustada, tratando de reprimir cierto recuerdo, cosa que le tomó bastante. ¡Como detestaba sentirse ASÍ de vulnerable!

La lluvia siguió cayendo. Las gotas de agua camuflaron las lágrimas que comenzaban a brotar de sus ojos. Isabella apretó los párpados. ¡Esto no podía estar pasándole! Anita estaba sola, asustada, tenía que ir con ella. Sacando fuerzas de flaqueza, se instó, no, se obligó a ponerse de pie, pero… resbaló producto del barro y se deslizó pendiente abajo unos metros. Cayó sobre su espalda. El dolor en su brazo era insostenible. ¡Era Como Si Se Lo Estuvieran Desgarrando!

"… ahora no…"

Isabella abrió los ojos, respirando entrecortadamente. Se quedó en silencio, sin pensar… sintió los labios cálidos al recordar aquél tierno beso. ¡Ay! Esa sensación desapareció muy rápido… incluso ante de que pudiera 'responder' ese beso.

"… Kanon no me va a encontrar nunca acá abajo…" Se lamentó, sorprendiéndose a sí misma.

Se quedó observando el negro cielo y pestañeó un par de veces más. ¡Qué frío y qué sueño tenía! Suspiró inquieta. Si ese era su final, entonces no se resignaba. No estaba lista para morir, no todavía no, aún tenía muchas cosas que hacer, no era su minuto… al menos no…

… no… quería ver…quería ver esos ojitos azules…

"… ¿en serio quiero verlo?" Fue su último pensamiento coherente.

Fue como si desconectara su cerebro poco a poco. Quería dormir, de pronto estaba muy cansada… Había alguien arriba. Alguien la estaba mirando desde unos pocos metros más arriba. Estaba en cuclillas, y daba la sensación que la observaba con mucha atención. No se fijó mucho en los detalles, de hecho apenas sí pudo ver una imagen muy nítida… no obstante, tenía cabello largo. Fuera de esto, Isabella le ignoró, no estaba procesando bien. Cerró los ojos y no los volvió a abrir.

"Descuida y conserva tu aliento. Os conseguiré ayuda de inmediato." Dijo de pronto una voz femenina junto a ella, justo antes que perdiera la conciencia del todo.

Isabella no pensó más.


Casa de Virgo.

"¿Pero La Niña Está Segura? ¿E Isabella?" Preguntó Dafne por el teléfono. Sonaba preocupada.

"Estamos buscándolas. Hasta ahora no sabemos nada, pero quienes vinieron por la niña están bajo custodia." Explicó Shion. "En cuanto las encontremos, se lo haremos saber."

"Quisiera pedirle u favor y abusar de su confianza. Necesitamos a la niña aquí lo antes posible." Dafne tragó saliva. Era obvio que la mujer estaba preocupada y que intentaba sonar lo más profesional posible. "Tenemos que devolverla a sus padres ahora que el peligro pasó…"

"Yo mismo llevaré la niña con usted."

"Respecto a mi oficial… Isabella será desobediente, pero es responsable. Me preocupa que haya desaparecido así como así."

"La entiendo, no se preocupe. También nos estamos encargando de ella."

"Se lo agradecería."

"Estaremos en contacto." Shion colgó el teléfono. Mu le miró con atención.

"Maestro, ¿Todo bien?" Preguntó el Santo de Aries, mientras acomodaba a Kyrus en sus brazos. Shion asintió.

"Tan bien como debería." Respondió Shion con una cansada sonrisa. "¿Alguna noticia?"

Mu negó con la cabeza y miró hacia atrás. Shaina, Marín y Saori se secaban el cabello con toallas. Acababan de llegar hasta Virgo: la diosa, cuando había sentido la cercanía de las amazonas, había bajado hasta Aries a recibirlas y preguntarles todo con detalles. Rin no estaba con ellas, sino que se había quedado en el dormitorio de las aprendizas, dentro del recinto de amazonas.

Había más santos en proceso de secarse, como Afro, Alde, Aioria y Máscara de la Muerte, que habían sido recientemente relevados por sus compañeros que estaban secos. El único que no se estaba secando era Kanon: cierto trámite le mantenía ocupado.

"¡OMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM!"

Shaka se puso nervioso, como siempre le pasaba que sabía que un niño indefenso estaba extraviado, y como no sabía cómo manejar la situación…

"¡OMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM!"

… se puso a meditar. Ya lo había hecho la vez en que Milo y él mismo perdieron a Helena hacía ya unos meses atrás. En estos momentos, Kanon trataba de hacerlo reaccionar.

"¡Maldita Sea, Shaka!" El santo de Géminis sacudió a su compañero con fuerza. "¡NO ES EL MOMENTO PARA MEDITAR! Tienes que ayudarnos aquí y no a nivel espiritual."

"Ya déjale Kanon: Shaka solo sirve como pisapapeles cada vez que se pone nervioso." Se burló Aioria.

Kanon soltó a Shaka, quien siguió meditando, y encaró al santo de Leo. Estilaba agua por sus cabellos, estaba muy mojado, y preocupado. Si bien el hecho que los intrusos estaban bajo custodia lo tenía más tranquilo, aún no sabía dónde estaban Anita e Isa… y eso… le revolvía las tripas. Sin embargo no dijo nada, sino que salió de la salita de estar, dando pisotones.

Saga se pasó las manos por la cara. Miró fugazmente a Shion y a Athena y tras asentir con la cabeza, salió tras los pasos de su hermano. Kyrus, quien estaba en los brazo de Mu, abrió sus enormes ojos azules y observó al santo de Aries, quien le sonrió.

"Shion, ¿Quiénes siguen afuera?" Preguntó de pronto Saori.

"Aparte de los dos que acaban de salir, están Milo, Alisa, Shura, Dohko y Aioros." Dijo Shion. "Los únicos que no se han mojado hemos sido Mu, Shaka y yo… aunque mejor ni contamos con Shaka." Añadió el Patriarca con una gran gota en la cabeza. Saori suspiró y se sopló el flequillo.

"Espero que encuentren pronto a Anita e Isabella. ¡Llueve Mucho!"


Cerca de la Zanja.

Unos 30 minutos después.

¿Para dónde iba a ahora? Tenía que haber peinado todo el maldito perímetro y nada. Conocía el Santuario como su bolsillo, sabía que Anita e Isabella se dirigían a la salida: Mu se lo había dicho, él las había visto partir hacia los límites. ¿Dónde se había metido?

La lluvia pareció detenerse. Kanon sacudió la cabeza para sacudirse el agua de la cabeza. Una vez que se detuvo, miró a su alrededor. Algo le decía que estaba cerca. Ésta era la salida más discreta del Santuario hacia Atenas… y de paso la más complicada.

¿POR QUÉ las Mujeres siempre tenían que ser tan complicadas? Kanon miró al cielo con ojos largos ¿Es que ellos eran demasiado simples o qué? ¿Por qué lo fácil lo hacían difícil?

Hmm. Yo podría estar haciéndome las mismas preguntas sobre ciertas mañas masculinas.

"¡Kanon!" Saga llamó de pronto. El aludido resopló de disgusto. "¡Vaya que corres rápido cuando te lo propones!

"¡Argh, Saga! Si viniste a regañarme no tengo tiempo para tus payasadas."

"Bah. ¡Dame un solo motivo por el cual yo deba regañarte! Ni que me la pasara todos los días quejándome por algo que haces."

"¿Quieres una respuesta honesta o prefieres que me quede callado?" Preguntó Kanon con sarcasmo. Saga se tragó la lengua y prefirió no opinar al respecto.

"No vine a regañarte."

"Entonces déjame tranquilo."

"Ni en tu peor pesadilla." Saga se cruzó de brazos y observó a la lejanía. "Sé que estás preocupado por Anita e Isabella… Y por eso vine a acompañarte."

"Feh. De paso podrías dejar de ponerte tan meloso y ayudarme a buscarlas." Kanon se alejó algunos metros. Saga le siguió de cerca, y al igual que su hermano, prestándole mucha atención al escabroso terreno.

"¿Qué te hace pensar que podrían estar por aquí?"

"Corazonada: A Isa le gustó esta salida por lo discreta." Gruñó Kanon, sin prestarle mucha atención a su hermano. "Además Mu me dijo que habían tomado esta dirección."

"¿Y? ¿Acaso piensas que no la hemos revisado ya?"

"Corazonada."

"Esta salida sí es discreta, pero si no tienes cuidado puedes caer por alguna zanja. Es muy escabrosa e Isa es una mujer. A las mujeres no les gusta lo escabroso y suelen evitarlo."

"…"

"Piénsalo bien: está lloviendo y todo está resbaloso. Quizás salió por otro lado y…"

"¿Quieres callarte y buscar?"

Dicen que hay dos tipos de geminianos: los intuitivos y los racionales. Kanon parecía ser del primer tipo y Saga del segundo. El menor de los gemelos quedó mirando a su hermano muy severo, antes de seguir buscando.

"Creo que está por aquí… es una corazonada. Yo en su lugar habría salido por aquí. Además que a Isabella le gustó esta salida."

"Lo que digas… ¿Kanon?"

"¿Qué?"

"En verdad te gusta Isabella, ¿verdad?"

"¿GUSTARME?" Kanon se detuvo en seco, giró sobre sus talones y encaró a su hermano, con más de una vena pulsándole en la frente. Saga tragó saliva. "¡ESTÁS LOCO! ISABELLA NO ME GUSTA, ES UNA BRUJA COMO POCAS HE CONOCIDO. LA DETESTO. Esa Malagradecida Vino A Este Mundo Con El Solo Propósito De Sacarme De Quicio Y Confundirme A Horrores, Como Si Mi Mugre Vida No Fuera Ya Bastante Problema." Dijo Kanon en apenas un suspiro. Saga lo miró extrañado, sin saber si escandalizarse por su exabrupto o qué, pero le dedicó al mismo tiempo una compasiva mirada… más aún cuando le vio relajar los hombros, dejar caer sus brazos y la cabeza, para luego suspirar melancólico. "… Isabella me trae loco. Esa bruja se me clavó en el cuerpo… y no más me di cuenta hace un par de horas…"

"¿Cuándo te dijo que mejor te olvidaras de ella, poco antes de irse?" ¡Qué sutil es Saga! Kanon lo miró con cara circunstancias. "¿Estás bien?"

"¿A ti que te parece?"

Entonces, un puntito azul muy luminoso se encendió de súbito entre ambos hermanos. Parecía una luciérnaga, aunque era imposible que lo fuera por un sinfín de razones. Como idiotizados, los gemelos observaron esta luz elevarse en el aire hasta que quedó ligeramente por encima de sus cabezas.

"Qué bonito…"

"… sí…" Balbuceó Saga. "Me siento… feliz." El punto de luz se acercó entonces hasta los cabellos de Kanon y le arrancó un cabello.

"¡Oye!" Kanon pareció despertar de su trance al sentir esto.

El punto de luz le arrancó otro cabello y otro más. El menor de los gemelos intentó impedir que esto sucediese, pero nada lograba. La rarísima luciérnaga empezó a hostigar a Kanon de manera tal que la siguiese. No le fue difícil, ya que el nene cayó en el juego. Así, mientras le daba manotazos al molesto insecto, Kanon se acercó peligrosamente a una zanja de la cual no se había percatado. No obstante Saga sí lo hizo.

"¡Kanon, Cuidado!" Exclamó Saga mientras intentaba hacer algo por sujetarlo, pero llegó demasiado tarde: su hermano resbaló y se deslizó zanja abajo.

Kanon maldijo entre dientes mientras caía por la zanja. La suave pendiente no la hacía menos resbalosa: el lodo no lo dejaba asirse a nada y no tenía ningún tipo de freno del cuál sacar partido. Sin embargo no le fue tan mal… a media caída se las ingenió para detenerse. Aquél lugar donde la espalda cambia su digno nombre le dolía, al igual que su orgullo. Bufó de disgusto y maldijo su suerte, tras soplarse el flequillo.

"¡Kanon! ¿Estás bien?" Gritó Saga desde arriba, sin animarse a bajar del todo.

"¡Sí!" Respondió con un sonsonete que recordaba al mugido de una vaca. Kanon se puso de pie, molesto consigo mismo: tenía cosas que hacer, muy importantes por cierto. No tenía tiempo para andar… jugando.

Entrecerró los ojos al ver al punto de luz azul flotando frente a él, como si nada hubiera pasado. Este punto, con un vaivén casi mágico, comenzó a alejarse hacia su izquierda y a descender su altura… se detuvo no lejos de él… brilló con más intensidad, dando a conocer una silueta, para luego esfumarse en el aire. Kanon aguantó la respiración.

¡Al Diablo La Luz Azul! Allí donde le había indicado había una silueta humana. Kanon avanzó hacia ella, sin prestarle atención a Saga, quien ahora bajaba la pendiente.

"¿Isabella?"

La pregunta era redundante. Kanon, al agacharse junto a la figura, notó de inmediato que se trataba de ella. Isabella estaba tendida sobre su espalda, con los ojos cerrados. Puso su mano sobre su frente mientras revisaba su signos vitales con la otra. ¡Había Algo Muy Fuera De Lugar! Isabella debería estar empapada, calada hasta la médula, pero no… estaba húmeda, como si se hubiera secado con una toalla.

"¡Isabella!" Exclamó Saga cuando llegó junto a ellos. El mayor de los gemelos se arrodilló y notó lo mismo que Kanon. "Pero ¡¿Qué Rayos?!"

"No hay tiempo para eso, Saga." Dijo Kanon a la rápida, mientras deslizaba sus brazos por debajo del cuerpo de Isa, acunándola contra sí, para así poder tomarla en brazos. "Necesita ayuda cuánto…"

"… Hmmfpgrgrff…" Isabella protestó de dolor cuando le rozaron el brazo derecho. Ambos hermanos se silenciaron y la observaron con atención. Kanon hasta estuvo a punto de remover sus brazos, pero no lo hizo.

Isabella abrió y cerró los ojos unos momentos, tras mirar débilmente a Kanon, sin decir nada. Inclinó la cabeza hacia el menor de los gemelos, antes de ponerse a temblar de frío… lo cual, debo decir, le elevó el ego y amor propio. O sea… si había inclinado la cabeza hacia él, quería decir que le quería en algún grado ¿no? Eso podría decir que a lo mejor tenía una oportunidad…

"Tiene el brazo roto." Gruñó Saga de pronto, pinchándole su mini burbujita de felicidad. Cambió miradas con su hermano y examinó el brazo de Isabella.

"¿Es tan feo como se ve desde aquí?" Preguntó Kanon temeroso.

Saga no respondió, sino que asintió con la cabeza. A ambos les hubiera gustado contar con algún trozo de tabla para inmovilizarla transitoriamente, pero lo único que podían hacer por ella era vendarle el brazo, haciendo jirones la capa de Saga, pero los gemelos sabían que eso no ayudaría en nada.

"Mejor la llevamos rápido con Aioria. Él es el experto con este tipo de fracturas." Explicó Saga tras un silencio.

Kanon asintió. Volvió los ojos hacia Isabella, al tiempo que la sacudía un poco. La chica, sobresaltada, abrió los ojos y se sacudió… no parecía estar muy conciente de lo que ocurría, aunque estuviese 'alerta.' El menor de los gemelos se puso de pie con ella en brazos. Saga abrió un portal hacia Virgo.

"Vaya que montón de problemas das, bruja…"

Continuará.

Por
Misao-CG


Próximo capítulo: ¿Quién sabe dónde?

"¡PAR DE IRRESPONSABLES! ¿Por qué no me llamaron?" Alisa estaba definitivamente furiosa. "¿Cómo se les ocurre moverla así como así sin ningún cuidado? ¡Podría tener el cuello roto o alguna lesión en la espalda!"


PS: ¿Quién estaba con Isabella en la zanja? ¿Qué era aquella molesta luz azul que le mostró a Kanon donde estaba la chica? ¿Qué tiene que ver eso en el fic…? Muchas cosas. Acaban de ver un mini spoiler sobre mi próximo fic. Tanto la lucecilla como la persona que ayudó a Isabella son importantes, y espero que sean de su agrado cuando les toque conocerlas. Por lo demás… este capítulo fue 'fácil' de escribir… no más que yo le di guerra a mi Musa, porque me daba pereza sentarse a trabajar. Espero que haya sido de su agrado. ¡GRACIAS POR LEER!