FIC REMODELADO. Para referencias a mi estilo y a ciertos aspectos del fic, lean 'Littera Minima' y sus secuelas. En esta ocasión, sumen 3 años a las edades del canon. Tengan en consideración que Ekléctica revisó TODA esta saga para que temporalmente (valga la redundancia) todo calce como corresponde y el tiempo que transcurre entre un fic y otro no genere conflictos. Llevo semanas tratando de que ésta aparezca en mi profile, pero como se resiste, visiten el de Ekléctica, que a ella sí le resultó.
Un especial agradecimiento a Seika Lerki, Tsuyu Ryu y Ekléctica (El Concilio del Fic), madrinas y lectoras de prueba de este fic, que además de incentivarme y animarme a escribir, aplacaron mis instintos asesinos y varios personajes vivieron para contarlo.
Una recomendación especial, si quieren ver este universo expandido, lean "Madness of Love", de Lady Seika Lerki y el omake "Lo que Sueño de ti" y las adorables miniserie "Familia" y "Futuro" de Ekléctica. Finalmente, aunque no menos importante, "Luz Amatista", de Tsuyu Ryu, es una joya. Las conversaciones que las inspiraron a ellas, de paso me inspiraron a mí para retomar este hábito mío de escribir fanfictions. ¡VAYAN A LEER! =D
Saint Seiya, la trama y sus personajes pertenecen al Sr. Kurumada y a quienes han pagado por el derecho respectivo. No estoy ganando dinero con esto, nada más entretengo a mi imaginación y le doy más trabajo a mi Musa.
ADVERTENCIA.
Principio 129 para ver y entender Manga: Youkais no siempre son malos o feos. Y si el tipo tiene orejas de perro tienesque tocarlas… sobre todo si está sellado a un árbol y dormido, o no tendrás otra oportunidad.
Se pide criterio y discreción por parte de los lectores. No me hago responsable de castigos, lesiones, o penas capitales derivados de la lectura de este capítulo.
"Eiusdem Farinae"
(De la Misma Harina.)
Epílogo: En el Parque Junto al Árbol
Casa de Géminis.
Dos días después.
"Si tanto la extrañas, deberías ir por ella." Protestó Saga durante el almuerzo. Kanon estaba echado, totalmente deprimido, sobre la mesa.
"Isabella me vale madres." Rezongó Kanon dolido.
Habían pasado dos días desde aquella conversación. Esa mañana, Dafne y otro oficial de INTERPOL habían ido a buscarla, por lo que Isabella se había marchado a su casa. Kanon suspiró: aquella confesión que le había hecho la chica había calado más profundo de lo que él mismo se había percatado. Todavía no tenía muy claro que era lo que sentía al respecto, pero ya lo sabría.
"¿Quién te está hablando de Isabella? Me refería a Lucía." Comentó Saga como quien habla del clima, con el sólo propósito de probar la reacción de su hermano. La cuál no se hizo esperar.
"¿Lucía?"
"Ya sabes. Tu ex… a menos que estés deprimido porque Isabella se marchó sin que te despidieras de ella." Dijo Saga, mientras comía su ensalada. "Fue muy grosero de tu parte no despedirte, por cierto."
"…"
"Un adiós no le hace daño a nadie."
"Prefiero que no me vea." Explicó Kanon. "Parece que involuntariamente le traigo malos recuerdos y no quiero hacerle más daño…"
"¿Daño? Kanon, ¿de qué hablas?" Preguntó Saga. El menor de los gemelos se quedó en profundo silencio. Se puso de pie y salió de la cocina. No le dijo nada a su hermano, pero este no insistió. "ESO NO LO SABES. Yo que tú me aseguro." Añadió en voz más alta. Nada. No hubo respuesta. "¡Que Problemáticas Son Las Mujeres!" Exclamó Saga, soplándose el flequillo.
Un barrio residencial en Atenas.
18:00 horas.
Flashback
"¿Seguro estarás bien sola?" Preguntó Dafne antes de salir.
"Seee… de esto no me muero." Suspiró Isa. "¿Dafne?"
"Dime."
"¿Seguro no quieres que vaya a trabajar?" Preguntó Isabella, aunque ya de antemano sabía la respuesta. Dafne le sonrió.
"Ya hiciste bastante. Me sirves más recuperándote que estorbándome: además tienes que preparar muchos informes."
Fin de Flashback.
Isabella suspiró y apagó su laptop. Estaba en su casa desde la tarde anterior. Por un momento creyó que podría avanzar algo en la redacción de los informes, pero nada. No pudo hacerlo. Además tampoco tenía muchas ganas de escribir de todas maneras. La chica se levantó de su escritorio y arrastró los pies hasta su cama, en donde se dejó caer, cuidando de no aplastar su brazo derecho. Se tendió sobre su espalda y miró al techo largo rato.
¡Vaya! Se sentía más liviana, pero eso no era garantía que se sintiera en paz.
Los papás de Anita habían llamado desde Inglaterra para darle las gracias cuando aún estaba en Géminis. Esa vez fue la última que pudo ver a Kanon de cerca: desde que habían sostenido aquella conversación que el menor de los gemelos hizo un buen esfuerzo en no dejarse bien. Isabella creyó que aquello le iba a hacer bien, no verlo más… pero vaya que funciona extraño el corazón.
¡Maldita sea! Isabella se tendió sobre su izquierda y se abrazó un cojín. ¿Por qué le había dicho todo eso a Kanon? No sacaba nada, ¿de qué podía interesarle lo que le había pasado? Tenía que ser su mugre suerte… por fin era capaz de ver a alguien con otros ojos, con algo de interés y no con pánico a que le hicieran daño.
Lo extrañaba. Tenía ganas de discutir por alguna cosa con él. Tenía ganas de retrucarle. Quería sentir ese calorcito en sus labios, quería ver sus ojos azulados. Quería comprobarse a sí misma que podía aguantar más tiempo esos brazos rodeándole la espalda antes de comenzar a temer por su integridad… porque siempre estaba eso presente, ese lastre que arrastraba, eso que le estorbaba y le hacía temer, lo que hacía que se detestase a sí misma por sentir algo que no se había buscado. ¿Y por qué fue el tarado? Pudo haber sido otro, pero no. ¿Por qué tenía que ser el Tarado y no otra persona? Era Pesado hasta el HARTAZGO. ¿Por qué no se pudo fijar en uno que fuera más agradable?
See… lo echaba de menos.
Dos días después, estando ya en su casa, y sin tener a cuestas a responsabilidad de Anita, debería sentirse a kilómetros del Santuario y de la 3ª casa y a años luz de la semana que recién había pasado… pero no era así. Sentía que tenía un asunto pendiente y que tenía que resolverlo, y no era precisamente la montaña de informes que tenía que hacer.
¡Maldito sea el Tarado!
RIIIING. RIIIING. RIIIING.
Isabella, totalmente desganada, estiró el brazo y tomó el teléfono. Inspiró y exhaló el aire.
"¿Diga?" Preguntó de malos modos. Silencio al otro lado de la línea. "Diga…"
"Grosera hasta para contestar."
"¿Tarado? Digo, ¡Kanon!" Pensando en el rey de Roma. Isabella se incorporó en la cama. "¿Cómo conseguiste este número?"
"Tu jefa me lo pasó. ¡Vaya que tiene mal carácter!" Exclamó el menor de los gemelos. Isa no supo cómo reaccionar. "¡NO me cuelgues! Ya sé que prometí que no me verías más, pero ten en cuenta que no me estás viendo… tan sólo estamos hablando… si es que quieres hablar conmigo."
"Tú sí eres extraño." Isa frunció el ceño, aunque esta expresión pronto se suavizó. ¡Anda la osa…! Se consiguió su teléfono y la llamó… primera vez que le pasaba. "¿Dime qué quieres?" Preguntó con voz suave.
"Primero que nada y antes que me cuelgues… Hasta el más miserable de los abogados sabe que hay más de una versión de los hechos, y no me voy a quedar tranquilo hasta que oigas la mía." El santo al otro lado del teléfono se quedó mudo. "Hace unos días, me hiciste una confesión fuerte… y… digamos que yo también tengo algunas."
"…"
"Soy Kanon de Géminis, y alguna vez fui Kanon de Dragón Marino. Soy un traidor, blasfemo y manipulador. Desperté la esencia maligna de Saga, Athena casi muere por mi culpa, me burlé de Poseidón."
"…"
"… Fui perdonado y tengo una segunda oportunidad." El santo volvió a quedarse en silencio. "Si no me crees, pregúntale a cualquiera en el Santuario y te dirá cuán detestable soy…"
"… Disculpa, pero… no sé por qué me dices todo esto…"
"Porque eres linda. No eres una mala chica en lo absoluto. ¿No te das cuenta que soy yo quien no está a tu altura? Yo elegí ser un traidor y tarde enmendé mi camino… No creo merecer la suerte que tengo, ¡He hecho cosas terribles! Aun así se me conceden inmerecidos regalos… tengo una nueva vida, un techo sobre mi cabeza, un trabajo y el favor de mi adolescente diosa…. Y te conocí… aunque tú no te quieras mucho, yo sí te quiero, pese a lo que tú digas y a lo antipática que eres. ¡Porque sigues siendo una Bruja!"
"…"
"¡Listo, Ya lo Dije!" Kanon, hasta ese momento había sonado casual, sonó… diferente. "Gracias Isabella… ahora este pobre diablo se puede morir tranquilo."
"Bien… Adiós." Isabella colgó el teléfono, pese a que no quería hacerlo. El por qué lo hizo, ni idea. La chica se tendió sobre su almohada y suspiró hastiada. "… el único tipo que ve más allá de ti y tu le cuelgas el teléfono… ¡QUE LINDO!"
Inhaló. Exhaló. Hace un momento, antes que la llamara, había estado extrañándolo, pero ahora no sabía si lo extrañaba o qué. Le gustó oír su voz. ¿A qué venía todo eso? Isabella entrecerró los ojos y se dio un momento para meditar lo que Kanon acababa de decirle
…
Inhaló y aguantó la respiración. Sus ojos se abrieron un poco más, antes de que exhalase el aire que había estado conteniendo.
Abajo del edificio de departamentos en donde vivía Isabella, había un parque, de esos de barrio, que tienen juegos y árboles, a los que la gente va a pasear. En la esquina opuesta, Kanon se quedó mirando su celular algún rato…
"… sólo por si acaso… me voy a quedar aquí un buen por si cambias de opinión…" Terminó de decir antes de guardar en celular en su bolsillo.
¡Debía Estar Loco! No tenía idea de lo que estaba haciendo. La Bruja no iba a hacerle caso. ¿En qué estaba pensando? Kanon se apoyó contra un árbol cercano y se metió las manos dentro de los bolsillos de su abrigo. Estaba frío y no debían quedar más de veinte minutos de luz: el sol ya se había puesto hace rato.
¿Por qué había ido? No lo sabía muy bien. De lo que sí estaba seguro era que Saga tenía la culpa. Bah. ¡Él le había dicho que tenía que asegurarse! Última vez que le hacía caso. ¿Qué sabía él de enamorarse? Nada más la teoría, eso es todo.
¿Qué sacaba con estar allí de pie, con la noche en ciernes, con la temperatura baja, esperando por alguien que no quería verlo? Ahora sí que sí estaba convencido que su mala suerte en asuntos del corazón era un castigo divino.
"¡HACE FRÍO!" Exclamó de pronto Isa, lo cual le dio un buen susto. "¡Kanon de Géminis, de Dragón Marino o como te llames! Hace Mucho Frío Esta Noche, Me Estoy resfriando. ¡Hasta Parezco Anciana! Me duele la cabeza y el brazo me está matando. Como ves, salí en pantuflas, así que seré rápida."
Kanon se sorprendió de verla. Isabella se veía enojada y temblaba de frío. ¡Estaba en bata! Era gruesa, pero no dejaba de ser una bata. Encima se veía enojada (Y qué bonita que se veía). La chica exhaló y miró sus pies.
"No soy ninguna chica fácil, y ya conoces que no aguanto mucho debajo del agua." Dijo a medio tono de ser suave y ser severa. "No me gusta que me den órdenes ni que me insinúen como debo vivir mi vida."
"Ja. No tienes que decirme eso: lo sé de primera fuente." Kanon se cruzó de brazos y la miró aburrido.
"¡Déjame Terminar! Como fastidias…" Isa relajó los brazos y hombro, y dejó caer las manos a un lado. Inspiró y le miró con un tierno y taimado mohín durante algunos minutos. "Escuché todo lo que dijiste por teléfono…" Le dijo con cautela. Kanon tensó involuntariamente los músculos.
"¿En serio?"
"Sí. ¡ERES UN TONTO!" Exclamó acercándose un paso, empuñando sólo la mano izquierda. Kanon hubiera jurado que Isabella le iría a cantar las cuarenta a todo pulmón y en medio de la calle, pero no fue así. "Te escuché con mucha atención y me das iras. Muchas iras… porque no eres un hombre malo."
"Hmpf. ¡Me gané a pulso mi gana de malo!" Exclamó divertido, como buscando con eso aliviar la situación. Isa negó con la cabeza y exhaló aire. Se abrazó a sí misma para aislarse un poco del frío.
"Si fueras malo, no habrías hecho lo que hiciste por Anita o por mí."
"Hice cosas terribles…"
"¡No me gusta que me interrumpan! Y si hiciste cosas terribles, no me importa, eso está en el pasado." Isa se mordió los labios. "Yo debería estar diciéndome eso." Añadió con sarcasmo. "Kanon… tu segunda oportunidad no es desmerecida."
"Pero me duele."
"¿Por qué?"
Kanon estiró la mano, como para acariciarle la mejilla a Isabella, pero se contuvo y no lo hizo. Sonrió dolido y dejó caer el brazo, siempre bajo la atenta mirada de la chica.
"Porque no puedo estar con la chica que quiero."
"¿Y Lucía?"
"Ya ni me acuerdo quién es…"
Inserte un minuto de silencio. Isabella comenzó a dar saltitos para entrar en calor. El frío suelo le estaba helando los pies, debido a la poca protección que le daban sus pantuflas.
"… eso no es cierto…" Dijo Isabella de pronto, aunque fue evidente que hizo un gran esfuerzo. "… no es cierto que no puedes estar con la chica que quieres…"
"¿De qué hablas?"
"…"
"…"
"…"
"…"
"… es que… me gustas mucho…" Confesó Isabella con timidez, como temerosa que le fuera a llegar un golpe de algún lado. "Ni siquiera me caes bien… Yo… No tengo idea qué rayos fue lo que vi en ti o qué fue lo que tú viste en mi… si lo que quisiste decir el otro día es cierto…"
"Entonces… ¿Te gusto?" Preguntó Kanon con inocente esperanza. Se quedó quieto, esperando. Isa asintió.
"Tengo miedo." Le dijo con calma. "Traigo lastre… pero sí sé una cosa: tengo miedo de quererte… es difícil… no tienes idea…"
"Tengo tiempo de sobra… te podría esperar un milenio entero."
"¡Es que me obligas a vivir en miedo! Kanon… no puedo evitar quererte: ¡Eres Adorable!… hace mucho que no me sentía así y creí en serio que nunca más podría mirar a un hombre así… Traigo lastre… uno muy pesado y al que le temo más que a nada… aún después de un año…"
"¿Isabella?"
"… Tengo mucho miedo que me pase de nuevo…. No quiero que… ¡Argh! Escúchame BIEN. A la primera cosa rara, ¡Me Largo y NO Será Bonito!" Chistó Isabella, sacudiendo de su voz la incertidumbre que sentía su corazón, y tratando de verse severa. Kanon puso las manos sobre sus caderas y frunció el ceño.
"No tienes punto de comparación. No Soy Como Ese HIJO DE… Hmpf." Kanon suavizó el rostro y se contuvo de continuar. "No podría hacerte daño. Aunque sí te haré rabiar: Mi carácter es mucho peor que el tuyo, soy más testarudo que tú… y más paciente debo añadir."
"¿Me estás diciendo impaciente?"
"Exacto." Kanon le sonrió coqueto y le guiñó un ojo. "Pero eso es lo que me gusta de ti. No me gustan las rutinas y siempre das sorpresas… te amo, te amo porque eres linda, te amo porque eres linda, te amo porque eres tú."
Isabella sonrió con recato y bajó la mirada. Se sonrojó un poco y se frotó las manos. Su rostro se agravó de un momento a otro y se puso muy nerviosa.
"¿Aunque esté dañada…?" Preguntó con temor y en voz baja.
"ESO me vale madres: es parte del pasado, y allí se debe quedar… a menos que quieras que busque al desgraciado y le dé un laaaaaaaargo paseo por el Santuario… O el Inframundo: Radamanthys me debe como 300 euros. Puedo negociar." El santo de géminis la miró con largura: Isabella no le entendió ni jota. "Si no te das una oportunidad, nunca sabrás si puedes seguir adelante. No puedo imaginar cómo te duele… pero si me das la oportunidad… quisiera acompañarte un tramo del camino a ver si te la puedes. Verás que con un poco de pacien…"
Isabella interrumpió a Kanon dándole un tierno beso en los labios. ¡Ah, ese calorcito! Ya se extrañaba esa sensación tan tierna, tan… ese tipo de besos era uno de los que permitía el descanso. El santo de Géminis rodeó a Isa por la cintura con sus brazos, con suavidad y firmeza al mismo tiempo, para apoyarse luego en el árbol que había detrás de él. La chica le acarició el cabello. Se separaron para recuperar el aliento. Isabella se veía más nerviosa que nunca, como si hubiera hecho algo indebido. Kanon la dejó ir, aunque por un asunto de respeto, pues si hubiera dependido de él, la hubiera abrazado toda la noche.
"Este… Sigo con pantuflas."
"Lo sé." Afirmó mientras se animaba a acariciarle el rostro. "Te noto más bajita."
Inserte un minuto de silencio. El menor de los gemelos se quitó la el abrigo y se lo puso a Isa sobre sus hombros. Esta le miró con largura.
"¿Ya cenaste algo…? No tengo nada preparado en mi casa, pero iba a pedir una pizza. ¿Quieres?" Le ofreció la chica con timidez. Kanon le sonrió coqueto.
"¡Oye! Soy un santo en crecimiento: debo alimentarme bien."
"Entonces vamos, que me estoy congelando del frío."
Isabella y Kanon comenzaron a caminar en dirección del edificio de departamentos en el que la chica vivía, alejándose de aquél árbol que les había servido de apoyo. El menor de los gemelos rodeó a Isabella con el brazo, quien apoyó su cabeza en su hombro…
…
Esperemos que les vaya bien a estos dos.
Fin de Eiusdem Farinae.
Por
Misao–CG
PS: Le puse 'Eiusdem Farinae' al fic por una sencilla razón. Tal como expliqué en el prólogo, esta frase significa 'De la misma harina' y se aplica a personas poco deseables. Kanon e Isabella en el fondo se sienten personas no gratas, ambos por sucesos que ocurrieron en sus respectivos pasados. No tengo excusa para este final tan terrible, pero es lo único que pude cranear, ni siquiera el hecho que lo escribí durante la noche me salva. Espero no haberlos decepcionado tal y como yo me decepcioné. MUCHAS GRACIAS A TODOS por el apoyo que me dieron a lo largo y ancho del fic y de la semana que pasó en la que lo publiqué. Este monstruo me tomó mucho tiempo: comenzó a ser escrito el 28 de Abril de 2005 y lo terminé hoy 8 de Junio de 2005, a las 23:50 pm. Ahora… tengo más proyectos para fics futuros, pero esos tendrán que esperar, pues me voy de viaje ¡ME VOY A GRECIA! Me gané una beca y me voy hasta allá por un mes. Dudo que tenga tiempo de escribir algo… aunque sí voy a volver con muchas ideas. ¡Deséenme Mucha Suerte! La voy a necesitar. ¡GRACIAS POR LEER!
Datito cultural: Estos versos que Kanon le recita a Isabella: "te amo, te amo porque eres linda, te amo porque eres linda, te amo porque eres tú." Son parte de una canción tradicional griega, de un fuerte contenido simbólico: es una canción para la mujer amada, que durante la ocupación turca de Grecia fue calificada de ilegal, pues era subversiva y todo el mundo la cantaba para hacer rabiar a los turcos. En ese caso, la amada era Grecia.
¡NINGÚN ANIMAL FUE LASTIMADO DURANTE LA PRODUCCIÓN DE ESTE FIC!
Anita regresó sana y salva con sus padres a Inglaterra, y lo último que supe de ella, aparte que no deja de hablar sobre el Santuario, es que sus amiguitas le hicieron una mini fiesta de bienvenida.
INTERPOL Grecia aisló y neutralizó la fuga de información desde la policía ateniense, y logró llegar a un acuerdo con el soplón, quien se fue de lengua y reveló la identidad del 'Jefe.' Luego de un intenso operativo y una gran redada, lograron desarticular la red de trata de blancas que había 'comprado' a Anita y lograron identificar los contactos que tenían con una mafia tailandesa. Ahora es tarea de INTERPOL Tailandia terminar el trabajo.
Lastimosamente, aunque estuvieron a punto, el 'Jefe' escapó a la redada y actualmente está siendo buscado por INTERPOL. No obstante, parece haberse esfumado en el aire.
Los Matones que entraron por Anita al Santuario y que lastimaron a Isabella, están en los calabozos del Santuario. Como traspasaron con malas intenciones los límites del Refugio de Athena, se quedarán allí hasta que dejen de respirar. En el intertanto, algunos son usados como pera de box por los aprendices… en cuanto a Marcos, que le rompió el brazo a Isabella… Kanon le cae a patadas, cuál montaña de ladrillos, cada vez que siente que está estresado o aburrido.
Sólo Mu, Shaka, Milo, Shion y Camus no fueron afectados por la epidemia de resfríos que asoló las Doce Casas. Los demás dorados que se expusieron a la lluvia mientras buscaban a Isa y a Anita se pescaron un resfrío proporcional a su fuerza y tamaño.
Los santos sanos tuvieron mucho trabajo cuidando de los enfermos.
…
Alisa describió aquello como una cruel y despiadada pesadilla.
