FIC REMODELADO. Para referencias a mi estilo y a ciertos aspectos del fic, lean 'Littera Minima' y sus secuelas. En esta ocasión, sumen 3 años a las edades del canon. Tengan en consideración que Ekléctica revisó TODA esta saga para que temporalmente (valga la redundancia) todo calce como corresponde y el tiempo que transcurre entre un fic y otro no genere conflictos. Llevo semanas tratando de que ésta aparezca en mi profile, pero como se resiste, visiten el de Ekléctica, que a ella sí le resultó.
Un especial agradecimiento a Seika Lerki, Tsuyu Ryu y Ekléctica (El Concilio del Fic), madrinas y lectoras de prueba de este fic, que además de incentivarme y animarme a escribir, aplacaron mis instintos asesinos y varios personajes vivieron para contarlo.
Una recomendación especial, si quieren ver este universo expandido, lean "Madness of Love", de Lady Seika Lerki y el omake "Lo que Sueño de ti" y las adorables miniserie "Familia" y "Futuro" de Ekléctica. Finalmente, aunque no menos importante, "Luz Amatista", de Tsuyu Ryu, es una joya. Las conversaciones que las inspiraron a ellas, de paso me inspiraron a mí para retomar este hábito mío de escribir fanfictions. ¡VAYAN A LEER! =D
Saint Seiya, la trama y sus personajes pertenecen al Sr. Kurumada y a quienes han pagado por el derecho respectivo. No estoy ganando dinero con esto, nada más entretengo a mi imaginación y le doy más trabajo a mi Musa.
ADVERTENCIA.
Principio 3 para ver y entender Manga: Los inteligentes usan lentes.
Se pide criterio y discreción por parte de los lectores. No me hago responsable de castigos, lesiones, o penas capitales derivados de la lectura de este capítulo.
"Eiusdem Farinae"
(De la Misma Harina)
Omake: Los hombres y las motos
Flashback.
Dos semanas antes de que Kanon rompiera con Lucía.
"Esta es una buena moto Señor. Muy cómoda y creo que es justo lo que usted está buscando." Le dijo un hábil vendedor. Kanon se llevó la mano a la barbilla mientras observaba la Honda que tenía enfrente.
"Está preciosa, y puedo pagarla… pero… ¿Cómo sabe usted que es la moto que busco?"
"Pues…" El vendedor lo miró con una expresión astuta. "El amor de su vida va a estar encantada con esta moto. Ya sabe, la chica de los ojitos rosa."
"Jaja, te equivocaste: mi chica tiene ojos morados."
"Pero el amor de su vida los tiene color rosa." Insistió el vendedor con una mirada misteriosa. "Ahora… ¿va a pagar al contado, en cheque o tarjeta de crédito?"
Fin de Flashback.
Algún lugar en Atenas.
Cerca de las Oficinas de INTERPOL. 3 semanas después.
Quizás se pasaba de exagerado, pero uno nunca era lo suficientemente cuidadoso con este tipo de cosas. Kanon desactivó la alarma de su moto cuando estuvo prácticamente al lado, para luego agacharse para así poder quitar los seguros que ataban la moto al aparcadero. Suspiró y se puso de pie, para luego montarse en la moto sin mucha ceremonia. Encendió el motor y se dispuso a partir, de regreso al Santuario, ya que sus asuntos en Atenas habían concluido.
Podría considerarse ridículo que un santo dorado como él, eligiese un medio de transporte tan lento para movilizarse, dado que él mismo puede viajar a la velocidad de la luz y estar en menos de un segundo en su destino. Pese a que podía hacer esto sin que se le moviera un pelo, Kanon solía evitar esa opción y reservarla para las emergencias. Es que adoraba viajar en moto, sentir el viento en la cara, disfrutar del paisaje, esquivar el apretado tráfico ateniense, y todo ese rollo. Que lo condenen por pensar así, pero eso no podía importarle menos…
Bueno… no estoy tan segura de cuánto le importaba la opinión de las personas respecto de este tema en particular, pues eran MUY POCAS personas las que sabían que tenía una moto, que además era muy nueva: apenas tenía 950 km. Saga lo sabía, pero no aprobaba este medio de transporte. Milo también lo sabía, e incluso se la había pedido prestada para sacar a Alisa a dar una vuelta, por lo que ella también lo sabía (y le había regalado el casco), y la otra persona que sabía de la existencia de esa moto era…
"¡No Puedo Creer Que Todavía Conserves Ese Trasto!" Exclamó una voz femenina no lejos. Kanon giró la cabeza y alzó las cejas sorprendido. ¡Era Lucía! "¿Por qué todavía no te deshaces de eso? Vas a terminar en el hospital." Le dijo con genuina preocupación.
Kanon sonrió de oreja a oreja cuando vio a su ex novia a menos de cuatro metros de distancia. Se sentía muy contento de verla… porque no sentía absolutamente nada al verla, ni remordimientos siquiera. Para él eso era una muy buena señal: quería decir que la había superado por completo.
"¡Qué tal Lucía! Hace mucho que no nos veíamos. ¿Todo va bien?"
"Sip. Mucho tiempo: seis semanas para ser exactos." Lucía le respondió con una coqueta sonrisa. "Creo estar bien, bueno, al menos mucho mejor ahora que te veo."
"Me alegra oír eso." Kanon revisó los instrumentos. "Bueno Lucía, voy con prisa, así que me despido."
"¡No, no! Espera un momento." La chica se acercó a la moto en el último momento y le sujetó del brazo. "Hace tiempo que no nos veíamos. ¿No te quieres quedar a charlar?" Lucía le dijo con ojos grandes. Kanon suspiró y apagó el motor.
"En serio voy con prisa."
"Pero… pero… ¡Es que no puedes ir en esa moto! ¿Sabes lo mal que te ves? Pareces un delincuente." Afirmó la chica dejándole ir, asumiendo una actitud algo melosa al mismo tiempo. Kanon entrecerró los ojos: conocía bien esa actitud, Lucía ya la había puesto en práctica antes
"Lucía, soy un villano, ¿te olvidas? Además Izzy me gusta y le tengo cariño."
"¿Le pusiste nombre a tu moto?" Lucía abrió los ojos espantada. "¡QUÉ DE LO ÚLTIMO!"
Kanon sonrió al ver la cara de Lucía. Cabe destacar que el santo de géminis bautizó su moto durante aquellos agitados días en que todavía detestaba a Isabella, y aún no caía en cuenta que Izzy e Isa como que… tenían un sonsonete muy particular.
La verdad… desde que era muy pequeño que bautizaba como Izzy a las cosas que le gustaban. De acuerdo a su maestro Telémaco, había comenzado con esa costumbre de un día para otro cuando tenía unos dos años o algo así.
"No opino lo mismo que tú, Lucía." Kanon volvió a encender el motor. "Me tengo que ir."
"¿Tan pronto? Es que… tengo algo que decirte."
"¿Qué?"
"Es que… verás… Estuve reconsiderando lo que me dijiste y…"
"¿Te dieron de calabazas?"
"¡Kanon, no seas así conmigo, que tanto te quiero!" Exclamó Lucía indignada, apretando los puños. A estas alturas era evidente lo que la chica quería, lo cual puso de muy mal humor al geminiano. "Es que te extraño, y… la verdad es que…"
"¡GRANDÍSIMO TARADO!" La voz de Isabella bramó tan de improviso que Kanon casi se cayó de la moto de la impresión. "¿TIENES UNA MOTO Y NO ME HABÍAS DICHO NADA?"
Kanon se volteó hacia su derecha, en donde Isabella, con las manos en las caderas, lo miraba con cara acusatoria en espera de una explicación. Ahora esta vista sí que le provocó algo: el bien conocido y poco ponderado efecto mariposa en las tripas.
"¡Mujer, no grites que no estoy sordo!" Exclamó Kanon frunciendo el ceño. "Bruja tenías que ser hasta para gritar."
"¿Por Qué No Me Dijiste Que Tenías Una Moto?"
"Porque no me daba la gana."
"¡Serás Tarado! Debiste habérmelo dicho."
"No tengo que darte explicaciones: no eres mi madre."
Sin embargo Isabella no respondió. Para esos momentos, había dejado su mochila en el suelo, no lejos. Sometía la moto a un concienzudo escrutinio, ignorando las últimas palabras de Kanon, que formaban parte de la muy particular forma de coquetearse que tenían. Lucía miraba la situación con un gran signo de interrogación en la cabeza. ¿Quién era esta aparecida?
"¡Me Encanta Este Color! Mira estas ruedas. ¡Este motor es estupendo! Se debe sentir genial estando sobre él." Isabella se puso de pie y se inclinó sobre los instrumentos, sacándole chispas de envidia a Lucía, y poniendo nervioso a Kanon. "¡Este bebé está nuevo! No tiene nada de kilometraje. ¿Desde cuándo la tienes?"
"Desde antes de conocernos." Kanon estaba sorprendido. No le había mostrado la moto a Isabella por temor a que esta pudiera regañarlo, pero al contrario de lo que había pensado, su chica estaba encantada. "No la saco mucho eso sí."
"¡Debiste Habérmelo Dicho, so bruto!" Isabella le sonrió y se volteó para recoger su compra. "Me debes un paseo… o más de uno… ¿Me llevas a casa?" Añadió la chica, poniéndole ojitos de cachorro.
"¡Claro! Deja que…"
"¡AHEM! Kanon, sigo aquí por si no te diste cuenta."
"¿Quién es, Tarado?"
"Hola, soy Lucía." Se adelantó la chica, pasando por encima de la moto, desde el lado izquierdo, mirando a Isabella como si quisiera desintegrarla… después de todo, una chica sabe cuándo tiene competencia. "La no…"
"Isabella, ella es mi ex novia." Se apresuró a decir Kanon, molesto. Isabella alzó ambas cejas ¿Con que esta chica era la arpía de la que tanto hablaba Saga? "Lucia, ella es mi flaca, se llama Isabella."
"¿Te conseguiste novia tan pronto?"
"Como si tú no lo hubieras hecho." Chistó Kanon. Isabella frunció el ceño, pero prefirió guardar silencio. No obstante, hizo lo que toda chica haría en su lugar para marcar territorio: tomó el brazo de Kanon.
"Pero… pero… pero… ¡Bah! Con razón te gustan las motos."
"¿Eso que tiene que ver?" Preguntaron Isa y Kanon al mismo tiempo, ambos serios como paredes de ministerio. Lucía miró a Isabella a los ojos.
"Aléjate de este gamberro que solo da problemas. ¡Tiene una moto! ¿Puedes creerlo?"
"No veo el problema a eso."
"¿Cómo no va a ser problema? El que tenga moto solo confirma lo desgraciado que puede ser…"
"HEY."
"Cállate, Kanon, Hey se le dice a los caballos." Le gruñó Lucía, quien volvió a dirigirse a Isabella. "¡Fíjate! Terminó conmigo hace menos de dos semanas y ya está saliendo contigo."
"No digas esas cosas por despecho: cuando lo conocí llevaba semanas de haber terminado contigo." Isabella bufó descontenta. "Además eso que dices de las motos no tiene relación alguna: para mí no hay nada más sexy que un hombre en una moto."
"¿Qué va a ser sexy un hombre en una moto? Se ven mal, sudan mucho y emanan testosterona por todos los poros, al bajarse apestan a gasolina, y no es un transporte cómodo."
"Discrepo. No lo veo así: un hombre en una moto se ve seguro de sí mismo, nadie les lleva la contra y el viento les resalta el físico."
"¡Qué Asco!"
"¡Qué delicia!"
"¿Qué dijiste? Que asquerosa eres: ¿cómo puedes encontrar delicioso eso?"
Mientras Isa y Lucía seguían discutiendo entre sí, Kanon se quedó en cómodo silencio, con una sonrisa algo estúpida. No solo porque se le había hinchado el ego al ver que dos mujeres se peleaban por él, sino porque estaba conociendo una faceta de Isabella que desconocía hasta ese entonces y que le gustaría explotar mejor. Quizás hasta lograba quitarle la aprehensión que tenía su chica a los abrazos de pulpo. Sin mencionar que no podía dejar de sentirse identificado con los dichos de Isabella.
Entonces algo lo hizo regresar a la realidad.
"¡A Mi NO me Dices Pacata! Al menos Soy Más Recatada que Una Cualquiera como…"
"Cuida Tu Boca, que No Me Hago Responsable por…"
"Basta señoritas." Kanon decidió intervenir y alejar a las chicas la una de la otra, que pese a la moto, estaban a un bofetón de distancia. "No vale la pena y es una pérdida de tiempo. Lucía, un gusto verte, ahora si nos disculpas."
"¿La Vas a llevar? Pero, ¿no que tenías tanta prisa?" Lucía estaba verde de celos. Isabella, quien estaba muy ofuscada, se cruzó de brazos y le sacó la lengua. Kanon se bajó de la moto y tomó las bolsas de su chica.
"Feh. Tenía prisa porque quería alejarme de ti. No lo malinterpretes, pero esa es la cruda verdad." Sin prestarle atención a la sorpresa de ninguna de las chicas presentes, Kanon acomodó los paquetes de su chica en el compartimiento dispuesto para ello. "Mejor supéralo." Le dijo mientras tomaba el casco.
"Pero… ¿y lo nuestro?" Lucía no podía creer lo que oía: primera vez que Kanon le rechazaba. No debió haber jugado con él tanto tiempo.
"Te quise mucho." Le dijo el santo tras mirarla unos instantes, para luego volverse hacia Isa para alcanzarle el casco. "Ahora amo a otra niña. La más linda de todas. Amo a mi flaca con mi vida entera. Tenemos que irnos. ¿Nos vamos Isa?"
Kanon se subió a la moto, e Isa le imitó, algo confundida. Se abrazó a la cintura de su chico al mismo tiempo que este hacía andar el motor otra vez. Lucía apenas se dio cuenta de cuando la pareja se despidió, segundos antes de salir disparada por las calles atenienses, en dirección de la casa de Isabella.
Durante el trayecto, Isabella se fue muy pensativa. Y si se abrazaba cada vez con más fuerza a la cintura de Kanon, no fue precisamente por las rápidas maniobras que éste hacía por entre el tráfico. Así casi sin darse cuenta llegaron a su casa, se bajaron de la moto y Kanon insistió en acompañarla hasta su departamento. Una vez dentro, la chica le invitó a un café.
"Tarado. No usas casco." Dijo Isabella mientras preparaba el café, amargo, como a Kanon le gustaba. Más que una pregunta, era una afirmación. Como la gran mayoría de los griegos que manejan moto, Kanon no usa este imprescindible accesorio, pese al riesgo que corría.
"Naah. Mi cabeza es muy dura: no corro peligro."
"Buena respuesta."
"¿Qué te preocupa, Brujita?" Le preguntó de pronto. "No me digas que estás celosa de Lucía."
"¿Celosa yo? Jajajajajaja… Para nada. No voy a estar celosa de esa chica." Respondió Isa con una sonrisa. "Creí que tenías mejor gusto para elegir chicas."
"Claro que lo tengo: estoy saliendo contigo, ¿no?"
"Cierto."
Isabella y Kanon intercambiaron una rápida sonrisa antes de que la chica volviera a concentrarse en el café, amargo, como le gustaba, y al cual todavía le faltaba un buen rato. De pronto, y antes que Kanon se diera cuenta, Isabella se abrazó a su torso con energía. Su chico le rodeó la cintura con un brazo y con el otro le acarició la cabeza.
"¿Qué es lo que te molesta, Isa?" Le preguntó con cariño.
"¿Iba en serio? ¿Eso de que me amas?"
"Sí, no juego con eso. Te amo con mi vida entera."
"¿… Aún con…?" Preguntó temerosa, pero le dieron un beso en la frente.
"Sácate esa idea de la cabeza, Bruja terca. Yo hablo en serio." Kanon le sonrió coqueto. "Ahora… ¿Iba en serio todo lo que dijiste sobre los hombres y las motos?" Isa le sonrió con travesura y aprovechando la ubicación de sus manos, le dio un pellizcón.
"Claro. Todas y cada una de mis palabras." Isa le soltó a regañadientes y volvió a concentrarse en el café. Algo sonrosado, Kanon se sobó el área afectada y luego avanzó los dos pasos que la separaban de su chica para abrazarla por la espalda y apoyar s mentón en su hombro.
"Ya está casi listo. Kanon, tengo que hacerte dos preguntas."
"Tu dime."
"¿Me llevarás de paseo de nuevo?"
"¡Claro! Está bien que cambies la escoba de bruja de cuando en cuando." Isabella le dio un juguetón codazo cuando terminó de decir esto. Kanon suspiró. "¿Y cuál es tu otra pregunta?"
"…"
"¿Isa? No me dejes con la duda, que soy muy curioso."
"¿Te quieres quedar a cenar hoy?"
Kanon sonrió contento y la abrazó con más fuerza. Le dio un beso en la mejilla y se acomodó en su hombro de nuevo.
"Me encantaría."
FIN.
Por
Misao–CG
PS: Como ven, regresé de Grecia en una pieza y con muchas ganas de disfrutarlo todo. Espero que este humilde Omake les haya gustado. Si bien estuve pensando en escribirlo antes de irme, no me dio el tiempo, así que ahorita le escribí. Ahora, como ven, voy a dedicarme de lleno a escribir "Ex Cordis Serrae", que podrán leer hacia Septiembre, así como pienso escribir algunos Omakes a "Littera Minima" dado que se acerca el aniversario de aquél fic (no sé, quizás ponga una escenita de lo sucedido entre Milo y Alisa algunos días luego del incendio o lo que pasó con Alsacia, debo pensarlo). Volví con muchas buenas ideas e inspiración de sobra: puse un reclamo en la central de Musas en Atenas y mi Musa captó el mensaje, así que está bastante activa. Lo de las motoso se debe a que debido a mis observaciones científicas, la ciudad de Atenas está plagada de motos… una solución bastante práctica debo agregar. El café, por otro lado, es café de grano. Vi muy poco, poquísimo, café instantáneo. El café griego lo preparan de tres maneras: dulce, medio y amargo. El dulce, bueno, es dulce. El medio, es a medio camino entre dulce y amargo, y muy bueno, cabe decir. Al menos era el que yo tomaba. El amargo, pues es el amargo, sin ni una mísera pizca de azúcar. Hay que ser valiente para tomar amargo, porque no se imaginan lo fuerte que es. Casi todos los griegos (los hombres) toman este tipo de café (¡Macho, Macho, Macho!). ¡GRACIAS POR LEER!
