Nota: los personajes y lugares son del profesor Tolkien, como ya saben bien, este es un mini fic, que es más bien una broma, así que si tienen algún reclamo pueden quejarse a la pared de a lado, porque ya están advertidos.
-o--o--o--o--o--o--o--o--o--o--o--o--o--o--o--o--o--o-
Burocracia.
Un leve goteo se escuchó sobre piso de los pasillos de Mandos cuando un elfo empapado hasta los calcetines se acercó a la ventanilla.
-Disculpe usted, estoy buscando a Namo…
-No puede atenderlo –dijo el Maia asistente de Mandos –tiene que tomar un número y esperar su turno.
-Pero el me mandó llamar.
-cuando le llegue su turno lo atenderá.
El elfo exprimió su capa que chorreaba agua y se sentó en uno de los bancos de espera, muchos elfos conocidos estaban aburridos esperando que Mandos los recibiera, algunos bostezaban y otros que todavía no entendían lo que pasaban le preguntaban al de lado para que les orientaran un poco.
El tampoco comprendía bien pero decidió tomar un número y leyó el número inscrito
-tres mil cuatrocientos setenta y ocho, en que número irán
-número cinco, alguien tiene el número cinco.
Descorazonado vio como la fila iba aumentando rápidamente y suspiró con pena porque la mayoría eran elfos que conocía bien, se acomodó se preguntaba si estos eran todos elfos del reino de Turgon. Viéndolos hacer fila se sintió adormecido, hasta que de pronto, o tal vez luego de muchas horas escucho que lo llamaban
-Número tres cuatrocientos setenta y ocho, última llamada
-soy yo!
-Nombre
-Ecthelion de la Fuente, guardián de la gran puerta al final del…
-eso es suficiente, Causa de la muerte?
-morí peleando contra el balrog en la fuentes del rey Turgon
-ajá! Ahogamiento
-No! Morí peleando contra el Balrog.
-Asfixia por ahogamiento
-Pero.. no fue así… -el elfo se mostró descorazonado -oh rayos, que importa ya!
-Puede pasar a la siguiente sala y esperar su turno –dijo el Maia funcionario de Namo sellando el formulario que acababa de llenar y le alcanzaba un número a Ecthelion -no habíamos estado tan atareados desde la Nirnaeth Arnoediad.
-Y que lo digas –dijo otro maia en la otra ventanilla –especialmente desde que llegó aquel elfo llamado Maeglin.
-o--o--o--o--o--o--o--o--o--o--o--o--o--o--o--o--o--o--o--o--o-
