"De Locos" ...
Capítulo 3 "Accidentes"
Ya habían pasado unas cuantas horas desde la llegada de Kagome al Palacio.
Éste se encontraba rodeado de bastos jardines cubiertos por bellísimas flores de color si bien por una parte amarillas y si bien por el otro azules.
Azules. Azules son las flores favoritas del joven heredero.
Junto al castillo, mirando al sureste se encontraba una hermosa cascada que bañaba de brillo y vida, no solo a las personas que dependían de ellas, sino también a un grupo que aún no lo sabe, que aún no sabe cuánto va a depender esa cascada para ellos, a lo mejor casi va a ser insignificante al principio, pero cambiarán de opinión cuando él se entere de lo que le ha pasado a su amada; a su amada que al parecer y a juzgar por las situaciones estuvo un tanto... -como diría- ocupada...
Bueno eso es lo que se dice por ahí, qué puede uno hacer al respecto, realmente situaciones como tal no son para menos, ¿no lo crees así, Inu? ... -ja, ja, ja, ja-
Kagome había sido llevada al palacio... Ahí se le trató como lo que era, bueno como lo que creían que era, como una divinidad, algo supremo que sólo se merecía el mejor y excelente de los tratos.
Al llegar, ella aún se encontraba desmayada. Fue puesta inmediatamente en una de las mejores alcobas del palacio, con esto no quiero decir que todas sus alcobas no eran buenas, es sólo que esta tenía algo en especial, algo que la caracterizaba y mucho, ese algo de lo cual él tomará ventaja...
En cuanto se le dejó recostada en su cama, no tardó mucho para que a Kagome le llegara el aroma tan exquisito de la cena, que a esa hora, era usual preparar. Eran ya la 7:05 p.m., aproximadamente.
Kagome tratando de utilizar las escasas energías que aún poseía, se levantó, se frotó la cabeza y trató de visualizar algo. Su vista volvía, sólo para darse cuenta de que ya no estaba camino a la aldea para cenar y además, que ya no era de noche.
Su alcoba -como debe de ser- era grande. Poseía una enorme y acogedora cama donde se encontraba ahora Kagome sentada. Estaba también una puerta que daba al pasillo, el cual se extendía a lo largo; una puerta más daba a los hermosos campos de flores azules, teniendo para ella sola una porción considerable de las mismas. Había unos cuantos cuadros colgados para darle un ambiente más vivo y junto a esos cuadros se hallaba una tela enorme que cubría toda la pared al lado de la cama de Kagome, por otra parte también había un gran ventanal que poseía unas cortinas de exquisita seda, sostenidas por unos listones gruesos a cada lado de color azul. 'Que lindo', pensó Kagome al ver el hermoso paisaje que se dibujaba a través del vitral: era la cascada que ya había mencionado antes, por el ventanal se podía ver que el rocío del agua caía desde lo alto de la cascada sólo para golpear con las rocas del fondo y así, bañar y dar vida a las flores que se encontraban cerca, sin mencionar que es un lugar perfecto para relajase, meditar y quedarse dormido al lado del gran tronco que estaba cerca. Un gran árbol, tanto como el árbol sagrado de mi casa, debió de a ver pensado eso Kagome cuando lo vio.
Se dice que la fruta de ese gran árbol puede traer a la vida a cualquiera, expresión utilizada por los habitantes del lugar, ya que según ellos ese fruto es tan poderosa y con mil usos que si se le usa bien incluso puede regresar a los muertos con vida; claro está que nadie de los alrededores posee las habilidades necesarias para poder hacer algo sorprendente con aquellos frutos.
Esta prohibido a toda costa que algún ser viviente tocase aquellos frutos, -que si bien se veía que provenían del paraíso- pues también había otro impedimento: un campo de protección. Ese campo era tan poderoso que sólo algunos se atrevían a rivalizar con él y como resultado tan solo unos pocos salidos victoriosos; los que lograban penetrar el poderosísimo campo, se encontraban ya casi agotados y muy apenas lograban coger uno que otro fruto dando como máximo que una sacerdotisa hace ya más de 80 años logró coger 4 frutos de una sola vez, fue tanto el esfuerzo que hizo que propició su muerte unos meses después, sin embargo debido a la gran capacidad espiritista que poseía logró hacer un remedió con aquellos frutos... No se tiene mucho conocimiento acerca de ese hallazgo, pero aún se guarda su leyenda por los alrededores... Se dice que el secreto se lo reveló a su amado, el cual era un Híbrido que quería ser humano para poder estar con su amada, muchos mitad-demonios han querido hallar aquel remedió pero sin éxito alguno... Tal vez a esta tarea se le sumen otros más..., todo por su amada...
La razón de que no hayan podido hacerse de los frutos son dos: una es que al acercarse al árbol hay un enorme y poderoso campo de energía que evita que cualquiera que no posea el poder suficiente para pasarlo o bien destruirlo pueda penetrar y la otra razón es que las frutas parecen intocables, ya que hay un pequeño demonio protegiéndolas.
Ese demonio tenía forma humana con orejas largas y plateadas, patas grandes y de lejos -los que lo habían logrado- parecía muy amigable. Miuu, es su nombre.
-"¿Dónde me encuentro?" -se interrogó Kagome que había recobrado el conocimiento, se paró- "pero... ¿qué no me encontraba en el.."
Su pregunta fue interrumpida debido a él.
La puerta se abrió y entró.
Es un chico alto de cabellos negros, a su lado izquierdo se hallaba una espada con extraños grabados...
"Vaya" -sonriente como siempre- "ya has despertado" -llevaba una charola con alimentos- "te dejaré esto aquí" -la puso sobre la mesa, volteo a ver a kagome y le sonrió.
Kagome se sonrojó.
c.a.: Digo... quién puede resistirse a esa mirada encantadora... Al parecer ella, admitámoslo: en su corazón aún permanece Inuyasha.
-"Pero..¿quién eres tú y dónde me encuentro?" -dijo recordando que ya no estaba donde antes.
-"Pues.. yo soy tan solo un sirviente más" -mintió- "Y te encuentras en el palacio del señor Goosenko"
-"A si..." -miró a su alrededor- "pues si, esto parece un palacio, pero dime ¿cómo te llamas?
-"En realidad mi nombre" -dijo mientras se sentaba junto a Kagome- "no tiene mucha importancia pero si de verdad quieres saber..."
-"¿qué cosa?" -preguntó Kagome por el tono de suspenso que le oía en la voz.
-"Pues tendrás que.." -se acercó un poco. En un instante ya estaba encima de Kagome; se encontraban en la cama...
Kagome se sonrojó mucho; estaba cara a cara con aquel sujeto que apenas acababa de conocer. Se le acercó aún más, todas sus acciones daba indicios de que él lo haría, de que él la besaría -claro está- en ese momento. Ciertamente, el hecho de que la besara no era la mayor preocupación que tenía Kagome, sino que..¿haría algo más este tipo?...
El chico se quitó de encima de ella y prosiguió.
"...tendrás que decirme tu nombre" -dijo amablemente con una sonrisa, como si el hecho de que estuviera tan cerca de ella nunca hubiera pasado y fuera de lo más natural.
Kagome al ver que no tenía intenciones malas al menos no tantas.., se tranquilizó.
Se levantó y le dirijo una mirada al joven.
-"Esta bien" -dijo aún desconfiando- "pero tú tendrás que decirme también cual es tu nombre, ¿de acuerdo? -sonrió.
-"Me parece bien, pues entonces.. las damas primero"
-"Si eso prefieres" -dio un suspiro- "pues mi nombre es Kagome Higurashi y" -paró unos segundos- "¿cuál es el tuyo?"
-"El mío es Tasukatta"
-"Mmmm... Tasukatta he?" -se quedó pensando; el joven tan solo asintió con la cabeza- "Pues... se me hace un nombre muy largo y.." -lo pensó unos cuantos segundos, después de todo él le había dicho que era tan solo un sirviente que le traía la comida- ".. y hasta parece nombre de príncipe o algo así.. " -dijo sonriendo; a todo esto el joven presente tan solo pudo poner gota reflejando toda su mentira..
-"...Si... " -dijo un tanto nervioso- "tienes razón, me pusieron un nombre baste formal para ser un sirviente" -volvió a mentir-
-"Pues en ese caso" -dijo Kagome un tanto vacilante- "¡Tasu!..."
-"¿Qué?" -que dijo sorprendido.
-"Sí, ya que ese nombre es demasiado formal para ti, te diré Tasu. ¿si?"
-"Esta bien" -dijo Tasu no del todo convencido.
Si supiese esto mi padre... pensó mientras le caían muchas gotitas -U
Un ruido.
Alguien tocó a la puerta.
Tasu se alarmó...
-"Pero... ¿Qué te pasa, por qué reaccionas así?" -dijo Kagome totalmente extrañada.
-"Pues verás.." -dijo alarmado- "es que yo en realidad.." -mientras decía esto se puso a tocar en las paredes de la habitación ya que necesitaba encontrar un.. interruptor- "¿donde está?..." -murmuraba desesperado tratando de encontrar eso.
-"¿Qué es lo que buscas?"
-"¿Puedo pasar, señorita?" -preguntó una sirvienta que estaba en el pasillo en espera de una respuesta.
-"He..." -no sabía que decir; Tasu se veía muy nervioso por la llegada de esa mujer y no quería perjudicarlo, así que..- "espere un momento.." -no sabía que decir. Tasu hizo un alarde, había encontrado lo que con tanta desesperación buscaba: era una puerta. Una que daba hacía un pasillo detrás de una enorme tela colgada en una pared. Tasu la abrió- "me estoy vistiendo.." -se apresuró a mentir. Tasu al escuchar eso se detuvo, volteo hacía ella y le dio un beso en la mejilla, se despidió con un 'gracias' y se fue por el pasadizo secreto.
Kagome se quedó... sonrojada.
Era la primera vez que le daban un beso y... no fue su amado Inuyasha, a quien por cierto extraña mucho...
La señora entró.
Era una señora de edad media, un poco robusta y con cabellos rizados y castaños. Cuando entró a al habitación lo primero que hizo fue hacer una pequeña reverencia ante Kagome.
-"Buena tarde, si me lo permite decir" -dijo muy formalmente la señora.
-"...Buena tarde..." -dijo Kagome mientras retrocedió un paso ante el tono tan formal de la señora.
Llevaba una charola con la comida del día, pero se sorprendió al ver que alguien más ya le se la había traído.
-"Pero.. dígame.. ¿quién le ha traído esa charola?"
-"Pues.." -dudó al decir la verdad- "me la trajo un joven"
-"¿Un joven? que raro" -dijo un tanto confundida- "bueno no importa" -movió un poco la cabeza y sonrió- "y dígame ¿sabe quién era ese joven o como vestía?"
-"Si.. mal no recuerdo... me dijo que se llamaba Tasu.."
-"¿Tasu?" -se asombró- "no recuerdo a nadie llamado así"
-"Tasukatta.." -terminó de decir Kagome.
-"he, ja, ja, ja,..." -en cuanto escuchó ese nombre no pudo evitar soltar una tremenda carcajada- "pero eso es imposible, el único Tasukatta que conozco es el hijo de mi Señor"
-"¿En serio?..." -se quedó Kagome muy pensativa. Entonces me mintió, pensó.
-"Bueno eso no importa en realidad, seguro ha sido alguien nuevo o algo" -hizo un ademán con las manos para mostrar que no le daba importancia al tema- "¡pero mire nada más como está!" -se alarmó la señora ante el vestuario poco usual de una divinidad.
-"¿pero qué ocurre con mi ropa?" -sin poder preguntar más, Kagome fue llevada por la señora a otra habitación.
Ambas se introdujeron a una gran habitación donde la señora empezó a prepararle el baño a Kagome quien se sorprendió del tamaño que contaba éste, sin duda alguna no se comparaba en nada a los pozos con agua caliente donde solía tomar sus baños. La señora le dio la indicación de quitarse la ropa y que se la dejase en una canasta; mientras tanto ella se encargaba de buscarle a Kagome un vestuario para dormir y otro más para el día de mañana. Cuando entró en el agua se sintió de maravilla; estuvo en el agua sin darse cuenta durante mucho tiempo ya que inevitablemente se quedó dormida pensando en Inu, cuando por fin despertó se dio cuenta que ya era muy tarde, faltaban 20 para las 10 de la noche.
Sin mucho apetito, Kagome se puso la ropa para dormir que no era más que un simple traje blanco -estilo kimono- de tela muy fina y no he olvidar, un tanto transparente. Una vez puesto, encontró con que cepillarse el cabello; recorría la habitación, he inevitablemente en lo único que pensaba era en Inuyasha...
-"¿Qué estará haciendo, ¿dónde se encontrará, ¿está bien?..." -rezongó y dio un lago suspiro- "es un tonto" -en sus ojos se empezaban a formar pequeños cristales; eran lágrimas- "...te extraño..."
Sin embargo sus pensamientos fueron interrumpidos debido a él, nuevamente.
Se escuchó un par de pasos acercándose rápidamente hacia donde ella se encontraba, sin embargo escuchaba que provenían de..¿ la pared...?
Tasu.
Tasu entró a la habitación de Kagome con gran prisa y desesperación por la puerta detrás de la tela. Se apresuró a cerrarla y...
-"Pero... " -apenas si dijo la chica triste.
Lo único que hizo fue acercarse rápidamente a taparle la boca.
-"Shhhh..." -fue lo único que le murmuró al oído.
Por el pasillo se escuchaban tremendos ruidos que asustaban a cualquiera. Lo único que se escuchaba -además de los golpes contra las paredes que daba- es que ella reclamaba su nombre. Lo que ella quería era encontrar a su prometido, eso era lo que más quería ¿para qué? golpearlo, quizás... Bueno es que ella es... un tanto especial...Claro siendo ella su prometida con justa razón lo único que quiere es estar con él y no con otra mujer MÁS IMPORTANTE que ella, cosa que solía decir siempre sin embargo estos reclamos incrementaron cuando llegó 'Su Divinidad' y unos cuantos sirvientes se atrevieron a murmurar que ella, Su Divinidad, sería perfecta para casarse con el joven heredero Tasu, que así de esa forma sería una unión bendecida por Dios y además traería paz a todos...
Esa es una de las tantas razones por las cuales su prometida Sue está vuelta loca, sin mencionar que últimamente a su prometido se le ha visto muy poco y que las escasa veces que se le halla está con ella, Su Divinidad... Por eso cada vez que Sue lo ve, se le lanza encima a reclamarle lo poco que le quiere, lo poco que está con ella, las pocas ganas que tiene por el compromiso.. en fin, le reclama de todo; sinceramente con esa situación yo no sé como es que Tasu la aguanta todo el tiempo, es una molestia sin mencionar que hasta hace apenas 2 semanas se hizo el compromiso formal...
Sue lo trae loco, desesperado y harto, tanto que estoy segura de que si se vuelve a topar con Sue y ella le reclama algo es capaz de agarrar del brazo a la primera mujer que vea y decir que esa persona es el amor de su vida y que se quiere casar con ella y no con Sue!
Debido a que los gritos de Sue se apresuraban con gran velocidad hacia la recamara de Kagome, Tasu le sujetó del brazo, la pegó contra la pared, le tapó la boca y se acercó lo más que pudo a Kagome para que no fuesen vistos por Sue, que como se lo esperaba Tasu entró con una patada a la habitación, en vista de no hallar a su prometido ni tampoco a Su Divinidad, Sue temió lo peor: que estaban juntos. Cosa que le alarmó demasiado y salió corriendo de ahí golpeando la puerta, la cual por acción del golpe se cerró.
Bien analicemos la situación:
Tasu está huyendo de Sue porque es insoportable.
-por casualidad..- Llegó hasta la habitación de Kagome.
Para no ser descubiertos ellos se esconden.
Y -por casualidad..- Kagome quedó con una tela húmeda pegada a la pared porque Tasu está encima de ella...
Mmmm...que interesante situación.
Minutos después...
-un tanto incómoda por la situación- "...Eh..." -se atrevió a interrumpir Kagome- "¿te podrías.. quitar de encima?" -dijo un tanto tímida por la situación.
Tasu se sorprendió un poco al ver cómo habían quedado... y con un poco de vergüenza se quitó de encima, sin embargo como escuchó pasos y temió que fuese Sue simplemente no se quito y por el contrario se pegó más a ella.
Kagome pensó que esto lo tenía planeado o algo así, es decir por qué demonios no se quitaba de encima. Esta situación ya estaba siendo muy embarazosa. ¿y si entraba alguien y los veía, fue lo primero que pensó Kagome. Seguía pegándose más a ella, definitivamente esto ya era incómodo y poco normal.
Sin más preámbulos y ya casi sonrojada, Kagome con un grito empujo a Tasu de encima suyo. Esto no sorprendió del todo a Tasu, a decir verdad a él no le incomodaba esa situación ni le daba importancia.
Al escuchar el grito de Su Divinidad varios sirvientes se congregaron a la puerta, pero cuando escucharon la voz del joven Tasukatta les invadió una curiosidad enorme ¿qué estaría haciendo el joven Tasukatta en la recamara de Su Divinidad? ..-¿qué no estaría haciendo?
Por el arrebato de furia que hizo Kagome sin darse cuenta soltó el cepillo que traía, además los listones con los que estaba atada la exquisita tela se empezaron a soltar. Oh, oh.
Tasu, quien se percató de esto, inmediatamente le agarró del brazo para evitar que los listones se desataran completamente.
El brazo.
Otra vez me agarró del brazo, sin duda pensó Kagome. Pensando que otra vez haría lo de un principio: ponerse en la pared -debido que así, sujetándola del brazo empezó todo-, Kagome se volteo hacia él y le grito que la soltara mientras que ella se movía escandalosamente.
-"¡¡¡¡Suéltame, suéltame!" -era todo lo que escuchaban los sirvientes que se habían quedado con la curiosidad.
-"..Espera.." -apenas si pronunció Tasu, cosa que no impidió que los demás escucharan con claridad.
'¿Qué le pasará a su divinidad?'
'¿Por qué grita?'
'¿Por qué está el joven Tasukatta ahí dentro?'
Cosas así son las que se preguntaban los curiosos sirvientes que no se quitaron del lugar hasta saber que pasaba, en vista de esto la nana del joven se preguntó por qué había tanta gente a fuera de la recamara de Su Divinidad.
Con la curiosidad se acercó a preguntar, a lo cual una se atrevió a contestarle que el joven Tasukatta estaba con Su Divinidad y había gritos...
-"Espera que no ves que..." -trató de decir Tasu sin embargo Kagome pensando que tenía otras intensiones retrocedió mucho y en vista de que si seguía así provocaría que su bata de abriera, Tasu se acercó mientras ella retrocedía para evitar eso, sin embargo ahí estaba el cepillo. Tasu se resbaló con él y cayó totalmente encima de Kagome, en la cama y con la bata un tanto abierta...
Escucharon un ruido los sirvientes y luego un profundo silencio.
La nana se asustó de lo que pudo haber pasado en ese momento.
Kagome no sabía exactamente dónde se encontraba..
Segundos después...
-"¿Pero que habrá pasado?" -preguntaba una de las sirvientas.
OK. Cuando Kagome abrió los ojos, lo primero que vio fue a Inuyasha, hasta que se dio cuenta, de que él no era Inuysha y que por el contrario era alguien que no debería de estar ahí...
En realidad no pasó nada grave: Kagome cayó a la cama, sí pero, Tasu precisamente para evitar caer con ella, utilizó sus brazos y... simplemente quedaron acercados y ya!...
-"¡Quítate!" -le ordenó Kagome.
-"¿Que?" -dijo un tanto desconcertado por la situación.
Antes de que pudiera decir otra cosa, Kagome le empujó... y con eso, por fin se quitó de encima.
Se levantó furiosa.
A penas si logró abrir la puerta, pues en ese instante Tasu le ORDENÓ que no saliera.
¿alguien ordenándome? Fue el primer pensamiento de Kagome. En primera ya estaba enfada y ahora, llega 'este' y me dice que hacer, eso si que no lo voy a permitir.
En vez de salir, se dirigió hacia Tasu; pero no antes de dejar la puerta semi-abierta, justo como para que alguien la terminara de abrir Kagome traía fuego en los ojos.
Tasu -por miedo, quizás...- retrocedió ante el avance de Kagome.
Fue entonces cuando alguien lleno de bondad se tomó la molestia de terminar de abrir la puerta de la alcoba de Su Divinidad, sólo para encontrarse con que...
Kagome se dirigía hacia él realmente molesta, ante esta situación Tasu solo retrocedió para encontrarse con el cepillo de ella había tirado en el piso.
Kagome iba a darle una bofetada -ciertamente no sé por qué?-
Tasu se resbala y lo único que encuentra a su alcance es la mano de Kagome.
La puerta terminó de abrirse totalmente... solo para encontrarse con que Su Divinidad se encontraba en el suelo con el joven Tasukatta en una situación poco usual...
. . . .
P.D...
cui..cui..cui.. no me regañen, recuerden que a veces las cosas no son lo que parecen. ahí tienen el calendario 2005 y el prox 2006 -de venta en tu puesto de revistas más cercana por solo $29.90- las cosas no son lo que parecen!lo del calendario es mentira! de igual forma he de aclarar que yo no TENGO HIJOS!
P.D.2
la posdata anterior es sólo para las personas que me conocen y que saben a que me refiero.
