Capítulo 10:

Ron se encontraba sentado en un sillón junto a la chimenea y una taza de café en su mano. La vista la tenía fija en las llamas de la chimenea. No dejaba de pensar en lo que había sucedido el día de ayer.

Había estado por poco de besarse con Hermione, ella le dice que no puede volver a su vida nuevamente porque no la conoce y luego se la encuentra al lado de su ex-novio besándose. Y luego otros pensamientos rondaban en su mente; Harry no había llegado a dormir y había estado desaparecido desde las siete de la tarde de ayer, el asunto del secuestro de Brad Stiles...

- Nunca te había visto tan pensativo – comentó una voz a sus espaldas.

El pelirrojo dejó su café en la mesita que estaba al lado del sillón y se volteó a ver quién era. Se encontró con una joven rubia y ojos claros que le sonreía débilmente.

- Buenos días, Luna – saludó Ron viendo como la rubia se acomodó en un sillón a su lado.

- Al parecer no son muy buenos. Ayer Harry no llegó a dormir y por lo que veo tú estás muy triste – dijo ella muy seria - ¿Algo que me quieras contar?

- Nada con importancia. Estoy algo preocupado por Harry¿ y si le pasó algo? – preguntó luego de beber café.

- No lo creo, él sabe cuidarse muy bien solo... – reprimió un bostezo la muchacha.

- ¿Y cómo va tu embarazo?

- Creo que bien, no he tenido nauseas ni nada de eso, pero sospecho que estoy comiendo como una vaca, hasta Neville me reclama a veces – respondió ella riéndose.

- Y tienes razón... – dijo Neville cerrando la puerta de su habitación – Anoche tuve que ir a las cocinas por un pastel de chocolate y galletas de vainilla – comentó sonriendo y se acercó a abrazar a su esposa.

- ¡Tenía hambre! – se defendió ella arrugando en entrecejo – Bien, me voy a cambiar de ropa, tenemos que ir a buscar a Harry – dicho esto se levantó, besó a Neville en los labios y se fue al baño.

Luego de unos cinco minutos ya los tres jóvenes estaban listos y fueron a buscar a Harry Potter, también a Hermione que no estaba junto a ellos.

oooooooooo

El viento golpeaba en su cara y desordenaba su cabello ondulado. Las nubes cubrían un poco al sol que hace una media hora había hecho su aparición y las ramas de los árboles se movían ligeramente dejando caer algunas verdes hojas de ellos que se arremolinaban hasta caer suavemente en el pasto.

Hermione Granger estaba meditando sobre lo de ayer. Ella sabía que había hecho lo correcto con Ron, pero haber besado a Seth la había confundido mucho.

¿Sentía algo por él? No, eso lo sabía. O sea, lo quería mucho y todo eso, pero sentir algo como amor, no. Lo que sentía por ese guapetón de ojos pardos era cariño, como a un amigo.

Pero haber estado tan cerca de Ron el día de ayer hizo que otras dudas aparecieran en su mente. Parecía que de verdad se arrepentía de haberla hecho sufrir, pero ¿podría disculparlo?

Ciertamente con ayuda de Seth la profunda herida que había dejado la relación con Ron había cicatrizado, pero no del todo y si disculparlo significaba volver a tenerle confianza, cariño, lealtad a él también era igual a que esa herida sanara...

Debía hacerlo, disculpar a Ron, porque no quería seguir con esa carga emocional tan grande y también decirle a Seth que sólo fueran amigos.

Después del beso que Hermione le dio Seth le pidió que fueran novios nuevamente. Ella le sonrió débilmente y lo miró directamente a los ojos.

- ¿Por qué viniste al colegio? – le preguntó ella.

- Porque tenía que hablar con el profesor Snape y su problema de la poción multijugos, además aproveché esta oportunidad para ver si tenía oportunidad de volver contigo y por lo que veo la respuesta es sí, entonces...¿Aceptas que volvamos?

- Tengo que pensarlo. Estoy muy confundida y creo que no es el mejor momento para estar con alguien, tengo mucho trabajo con el caso del secuestro y no sé si pueda volver a estar contigo... – finalizó bajando la mirada con profunda tristeza la castaña.

- Bien, tengo que volver al ministerio que ya hablé con Severus Snape...Te veré en dos semanas más, en la cena del aniversario del matrimonio de Luke¿vale? – le preguntó intentando sonreír el muchacho.

- Vale, de seguro el señor Barrymore estará feliz de verte en la cena, hace tiempo que no lo vas a visitar... – agregó ella – Bien, tengo que ir a buscar al grupo.

- Nos vemos, adiós – se despidió y se acercó a besarla en los labios, pero Hermione giro un poco su rostro y el beso cayó en su mejilla izquierda – Nos vemos – y dicho esto se fue bajando una escalera.

La castaña suspiró profundamente, como si tuviera que llenar completamente sus pulmones de aire y se levantó del pasto. Sacudió un poco su falda de los pequeñas y alargadas hojas que habían quedado en ella y comenzó a caminar con dirección al castillo.

Estaba agradecida que los alumnos hayan tenido una visita al pueblo y que los de primer y segundo año de cada casa siempre se levantaban tarde, casi al medio día.

Entró por grandes puertas de roble y tomó dirección a la oficina de Dumbledore, se había acordado que Harry no había llegado a dormir en la noche y tenía la sospecha que algo había encontrado que serviría al caso.

- ¡Hermione! – gritó Neville detrás de ella.

La joven se dio vuelta y encontró a Neville, Luna y Ron. De seguro estaban buscando a Harry, porque no era muy difícil deducir dónde podría estar.

- Buenos días – saludó.

- ¿Dónde te habías metido? Te levantaste, al parecer, muy temprano – preguntó preocupada Luna.

- Salí para despejar un poco mi mente, mamá – le respondió divertida Hermione.

- Bueno, ya que te encontramos es mejor que vayamos a la oficina de Dumbledore, puede que Harry esté allí – ordenó Ron y se pusieron en marcha.

El castillo se encontraba en total silencio. Los rayos del sol comenzaban a atravesar los cristales de las ventanas en los pasillos iluminando poco a poco el piso de piedra haciendo que las antorchas de las paredes comenzaran a extinguir sus llamas.

Llegaron en pocos minutos frente a la ya conocida gárgola.

- ¿La contraseña era "Fiesta de Elfos"? – preguntó Ron.

- No, la cambiaron justo cuando nosotros llegamos ayer – respondió Neville.

- "Tres tristes tigres" – dijo Luna en voz alta y clara.

La gárgola comenzó a moverse y a girar hacia arriba dejando unas escaleras en forma de caracol para llegar al despacho del director del colegio. Los cuatro jóvenes subieron rápidamente las escaleras y abrieron la puerta.

- ¿Qué rayos...? – preguntó desconcertada Luna.

Vieron como la escalera lateral de lado izquierdo que conduce desde el sector del escritorio hasta el telescopio de Albus Dumbledore no estaba normal. En vez que el escalón terminara en el suelo para ir al escritorio seguía más abajo.

Ron se acercó a la nueva parte de la escalera e intento ver la en la oscuridad. Hermione subió la escalera y vio que al final del estante había un libro dorado puesto descuidadamente, o sea, alguien no la había ordenado como los demás.

- Harry movió este libro y debió haberse abierto esa nueva parte de las escaleras - dijo apoyándose en el estante de libros y hojeando el libro dorado.

- ¿No hay algo más creíble que eso? – preguntó Neville incrédulo.

- Si no se te ocurre otra teoría... – respondió Hermione observándolo.

- Es verdad, saqué ese libro y se abrió esta especie de pasadizo en las escaleras... – dijo alguien a espaldas de los muchachos que estaban mirando a Hermione.

Los cuatro posaron sus miradas en Harry. Estaba todo sucio y cubierto de polvo, su cabello negro estaba más desordenado que de costumbre y sus lentes estaban trizados en el cristal derecho, sus pantalones rotos y llenos de telarañas y los zapatos que eran de color café ahora eran negros con mucho barro.

Harry sonrió débilmente y se acercó al escritorio de Dumbledore con las miradas clavadas en él. Dejó el grueso y enorme libro azul marino encima del escritorio, y como había pasado con la mesa de allá abajo, éste tembló un poco al dejar allí el libro.

- ¡¿Dónde te habías metido Harry James Potter? nos tenías sumamente preocupados! – dijo Luna acercándose a él.

- Luna, déjalo en paz – regañó Neville a su esposa – Discúlpala Harry, pero últimamente tiene el instinto maternal...

- No te preocupes, Neville – respondió Harry aún sonriendo.

Ok, dinos ¿Qué hiciste¿Dónde estuviste¿Qué pasó? y por último si descubriste algo... – preguntó de forma autoritaria Hermione bajando las escaleras y apoyándose en el escritorio.

Así empezó Harry a relatarles lo ocurrido el día de ayer, omitiendo los detalles de su fuerte dolor de cicatriz y que empezó a recordar el día que se enfrentaron a Voldemort; sólo menciono que la cicatriz le comenzó a doler, pero muy poco.

Él se había quedado toda la noche abajo en la "Sala de los Directores" revisando el álbum y cada libro que allí había, había descubierto el nombre, porque vio una edición de "Historia de Hogwarts" escrita por Rowena Ravanclaw explicando cada pasadizo, sala oculta y estatua del castillo al que sólo tenían acceso los directores del colegio.

. ...Y este álbum nos será de mucha utilidad, aparece fotos de cada evento al que ha asistido cada director del colegio – explicó finalmente el joven auror.

- ¡Tienes razón! El secuestrador decía recordar el pasado, así que deben haber fotos de los eventos que ha asistido el profesor – agregó sonriendo complacida Hermione.

- Pero si andamos con enorme libro como este que hace un terremoto hasta China sería muy sospechoso... – objetó Neville atrayendo las miradas curiosas de los presentes.

- ¿A qué te refieres? – preguntó su esposa a su lado.

- Neville está en lo correcto, suponiendo que allí estarán las fotos de Dumbledore deberíamos andar con ella a todos lados, porque vamos a tener que ver si la persona de la foto está relacionada con el caso y andar con un inmenso libro por todo Londres es muy...anormal – explicó Ron.

- ¡Wow! Y creía que Ron no tenía cerebro... – comentó impresionada de la deducción del pelirrojo Luna.

- Si que me tienes confianza, mamá – reprochó con una gran sonrisa de satisfacción él al ver la cara que había puesto la rubia al escuchar la palabra "mamá".

- Vale, dejémonos de estas discusiones por ahora – interrumpió Hermione seria – Lo que dice Ron es correcto, debemos sacar las fotos que nos sirvan y listo.

- Y tenemos que contarte algo Harry – informó Neville – Luna escuchó a un chico de apellido Stiles comentarle a sus amigos que su padre había sido secuestrado.

- ¡Stiles¿No era ese el apellido del vendedor de túnicas que había venido días atrás al colegio? – preguntó Harry sorprendido.

- Exacto, Brad Stiles ha sido secuestrado exactamente una semana después de venir al colegio, así que debemos ir a averiguar qué pasó con él...

- Debemos ver a su esposa y ver si su secuestro es suma casualidad de la vida o tiene relación con éste – finalizó Hermione.

- Creo que deberíamos irnos hoy mismo del colegio – opinó Luna – Tenemos poco tiempo, si el secuestro está relacionado con el de Dumbledore cualquier persona puede correr peligro.

- Correcto, yo ya saqué tres fotos que aparecen de Dumbledore – dijo Harry enseñando las fotos y las guardó en el bolsillo de su pantalón.

- Vale, Yo iré a informarle a McGonagall nuestra retirada y que nadie entre a la oficina de Dumbledore y ustedes vayan a arreglar sus cosas – ordenó Hermione saliendo de la oficina.

- ¡Yo ordeno lo tuyo, Hermione! – le gritó por último Luna.

Ya habían pasado tres horas desde aquello. Los cinco jóvenes se encontraban en la chimenea de la habitación en la que se habían quedado a dormir. Todos tenían sus bolsos listos para irse.

Una lechuza entró por la ventana y se paró en la mesita de centro. Harry desconcertado le sacó el rollo de pergamino que traía en su pata y acto seguido la lechuza se fue.

- Que extraño, no espero la respuesta – comentó extrañado Harry.

- Oye, esa es la lechuza de Ginny – dijo Ron recién dándose cuenta – Algo debe haberle ocurrido...

- Ok, la leeré – respondió Harry algo preocupado por el mensaje de la pelirroja – "Hola a todos, espero que estén bien y que hayan encontrado pistas para el caso. Debo decirles que yo también encontré algo que nos sería bastante útil; me encontré en uno de mis tantos reportajes en un edificio con alguien sumamente desagradable...No les puedo decir por carta, porque es riesgoso si alguien más la lee. Necesito que vayan a la habitación que tengo en la mansión de Ron y le echen un vistazo a mi pensadero, creo que es mejor que lo vean con sus propios ojos. Cariños, Gin" - leyó Harry y despegó sus ojos del mensaje para ver las preocupadas miradas de los demás.

- Bien...Creo que iremos a almorzar a mi casa – dijo desconcertado Ron – Pues, vayámonos ahora – ordenó Ron.

- ¿Qué decimos para ir? – preguntó Luna.

- Mansión Weasley¿verdad? – contestó Hermione observando a Ron.

- Correcto, no creía que lo recordaras...

- Pues, me acuerdo perfectamente.

- ¡Mansión Weasley! – dijo Luna dentro de la chimenea y lanzó los polvos flu, seguido las llamas verdes la cubrieron y se fue.

Luego vino Neville, después Harry, Hermione y por último Ron.

Todos estaban observando el living de la mansión. Era muy bien decorado y acogedor. Era grande, habían dos sillones grandes de color burdeo y otros sillones en donde cabían sólo una persona del mismo color. Una mesa de centro con unos pocos adornos de cristal en ésta. Todo estaba hermoso, era como si la sala común de Gryffindor se había trasladado allí, pero era diferente en pequeños detalles.

- Increíble... – sólo alcanzó a decir Neville.

- Vives genial, amigo – comentó Harry con unas palmaditas en la espalda a Ron.

- Lo sé, dejen aquí sus cosas, después de ver lo que Ginny nos quiere mostrar iremos a almorzar...

- ¿Quién preparará el almuerzo? – preguntó curiosa Luna.

- Sylvia, ella es la ama de llaves de la mansión – contestó sonriendo Ron – Pues vayamos a la habitación de mi hermana.

En verdad era una mansión bastante pequeña, comparándola con la de los Malfoy, se notaba que Ron intentó hacerla para que viviera lleno de comodidades, pero sin exagerar.

Llegaron a una habitación medianamente grande con las paredes color damasco y una gran cama de dos plazas con un cubre cama color blanco y flores anaranjadas. Un escritorio al lado derecho de la cama. El ventanal dejaba pasar los rayos del sol con sus cortinas blancas y en las paredes habían cientos de cuadros de flores y paisajes.

- ¿Ginny vive acá? – preguntó Neville.

- Así es, pero es temporal, mientras busca un apartamento para mudarse – contestó Ron registrando el escritorio y sacó el pensadero – Mira, también dejó una nota.

- Léela – dijo impacientemente Harry.

- "¡Hola! Que bueno que hayan llegado, pues acá está el pensadero. Sólo métanse y encontrarán de inmediato el recuerdo de mi encuentro con él...Si se atreven a ver otro recuerdo no van a poder, puse un conjuro que lo impide así que se fregaron todos ustedes..."

- ¡Rayos! Yo quería ver... – comentó decepcionada Luna.

- "...Ojalá que escuchen todo lo que hablé con Draco Malfoy en nuestro encuentro y luego cuando los vea me gustaría hacerle unas preguntas...Si se preguntas dónde demonios me encuentro, pues estoy junto a Ignatia Lohan, la famosa cantante, haciéndole una entrevista...¡Adiós!"

-¡Se encontró con Draco Malfoy! – dijo sorprendida Hermione – Pero él estaba desaparecido...

- Mejor veamos lo del pensadero, de seguro encontraremos las pistas allí – ordenó Harry y todos se pusieron alrededor del pensadero.

Sintieron como todo daba vueltas y entraban en el pensadero. Después de unos segundos todo volvió a la normalidad y ya se encontraban adentro.


Notas de la autora: Hola!! Bueno, espero que les haya gustado este capítulo...En especial porque Herms no se va a quedar con Seth e intentará disculpar a Ron, así que a todos los que esperan esa pareja sólo les tengo que decir: Aguante! y a los H/G...pedirles muuuuuucha paciencia aún.

Besos,

Sirenita

"En planes de matar a Rowling si mata a ese personaje (...)"