Capítulo 17:

Silencio. Ninguno pudo discutirle lo que acababa de decirles Ginny, porque sabían que jamás armaría una tormenta en un vaso de agua por algo que no es completamente seguro.

Luna abrazó a Neville para evitar llorar, aunque él no estaba en las mejores condiciones para darles palabras de ánimo.

Harry seguía parado en la esquina observando detenidamente los ojos de Ginny. Era esa mirada que pocas veces usaba; esa mirada que intentaba ver si podía notar sinceridad en la persona, evaluando si ha sido honesta y para su desgracia, ella decía la completa verdad.

Ron se quedó inmóvil. Quería gritar, llorar y destrozar todo lo que estaba alrededor de él. No podía ser, su Hermione no podía estar muerta. Era imposible.

"Esto debe ser una pesadilla o una muy mala broma que ha hecho mi hermana" pensó para animarse, pero él sabía que estaba en la realidad y todo eso era real.

- Lo sé, de seguro no pueden creerlo – dijo Ginny después de secarse las lágrimas de sus mejillas – Eso es lo que recuerdo...

- ¿Estás totalmente segura que está muerta? – le preguntó Harry acercándose y hablándole por primera vez.

Ginny miró sus ojos verdes como dándole a entender que era verdad lo que decía – Dije que podría estar muerta.

- ¿Qué pasó allá para que digas eso? – preguntó Luna soltándose de los brazos de su esposo y al borde del llanto.

- No llores, mi amor. No es bueno que llores por el bebé – le reprochó Neville, pero prefirió quedarse callado tras la mirada de su esposa.

- ¡Ya les dije que me borraron la memoria de lo que ocurrió después de encontrarme con ella hoy a las dos de la tarde!- dijo Ginny desesperada - ¿Acaso no entienden¡No recuerdo nada!

- Gin, cálmate – le dijo su hermano tomándola por los brazos y haciendo después de unos segundos de intentos para solarte de la pelirroja pudo por fin lograr que se acostara – Estás aún en observación médica, así que por favor no te enojes.

- ¿Cómo no quieres que me enojé¡Hermione pudo haber muerto, gracias a mí!

- No digas eso, por favor – replicó Neville enfadado por las palabras de Ginny.

- ¡Ah, no¡Yo fui la de la idea de ir allá! – explicó ella apuntando su dedo índice a su pecho – Ya que escuché una maldita conversación de Harry con un señor, que al parecer era auror, y supuse que ahí encontraría pistas para el caso.

- Ginny ¡¿Cómo pudiste escuchar una de mis conversaciones?! – gritó alterado Harry.

- ¡Vale! Cálmense los dos – dijo Courtney levantándose de una de las sillas y poniéndose entre Harry y Gin después de oír con atención – No es momento de ponerse a discutir – los dos asintieron con la cabeza – Vamos por parte: Yo vine acá para ver a Ginny porque encontré algo bastante interesante del caso.

- Dinos, por favor – le pidió Luna ya más calmada.

- Bien, el sábado tuve que ir en la tarde a Italia para ver a mi abuelo que vive solo en su mansión. Ese día, cuando llegamos su portero nos dijo que extrañamente no lo habían visto desde el viernes en la noche – explicó ella viendo la mirada de todos clavada en ella – Daba lo mismo, pensé yo. Pasé a su mansión y Summer me lleva al escritorio de su abuelo diciéndome que había visto algo muy extraño mientras revisaba los libros de su estante.

- Vale – dijo Neville.

- ¿Qué era? – inquirió Harry.

- Pues, fui a ver bastante confundida y me encontré con esto – y sacó de su cartera una carta bastante maltratada – Esta carta – y se la pasó a Ron para que la leyera él.

- Bien, esto dice:

"Espero que no les haya dado mucho problemas encontrar la conexión entre los dos secuestros. Pero me gustaría decir que Geller ha sido uno de los más difíciles junto a Dumbledore.

Señorita Holey me parece que debería tener mucho más cuidado con dejar a su abuelo tan descuidado y no se preocupe, que lo cuidaré tan bien como lo he hecho con los otros dos".

Todos se miraron interrogantes y bastante impacientes. Aún no lograban descifrar muy bien todo esto de la conexión entre los tres además de la fotografía y la persona que seguía era el señor Barrymore.

- O sea que tu abuelo era...

- Sí, Gin. El nombre de mi abuelo es Michael Geller, hubiera tenido ese apellido si mi mamá no se hubiera casado por segunda vez y tuve que adoptar el apellido Holey – respondió ella sonriendo – Pero¿saben? Aunque no era muy cercana a él, yo igual lo quiero y si le llega a pasar algo... – y rompió en llanto.

- No te preocupes, todo estará bien – le dijo Luna abrazándola.

- ¿Estás mejor? – le preguntó Ginny sentándose nuevamente en su cama.

- Sí, gracias...

De repente un sonido extraño se escuchó. Era como si la chimenea que se encontraba junto a las sillas de la habitación se prendiera sola y una cabeza de una mujer de no muy avanzada apareció de las llamas.

- Disculpen las molestias, pero me gustaría ver a la señorita Holey – se disculpó la mujer al ver la cara de todos los presentes.

- Acá estoy, Martha – contestó Courtney agachándose hasta llegar a la altura de la cabeza de la mujer.

- ¡Menos mal que te encuentro! Tenemos el caos acá, Barrymore llamó a una reunión de emergencia, Summer ha destruido la mitad de mi escritorio jugando con chispas de colores¡Hermione aún no aparece y todos están desesperados porque ella debería habernos pasado los expedientes en la mañana! – gritó la mujer que parecía haber tenido uno de los días más difíciles de su vida.

- Ok, parece que sin mí nada funciona – dijo Courtney sonriendo débilmente – Bien, chicos. Vendré cuando pueda para ver como estás Ginny.

- Gracias por todo y tienes que estar bien, él aparecerá – le dijo Neville mientras ella sacaba polvos flu de su cartera.

- ¡Departamento de Misterios! – gritó metiéndose después de que la mujer desapareciera de la chimenea y unas llamas verdes envolvieron a la rubia para después haber desaparecido.

oooooooooo

Ya eran la una de la tarde, casi un día había pasado desde que no tenían información alguna del paradero de Hermione y Ginny trataba de recordar con muchos esfuerzos que había pasado, pero al hacerlo comenzaba a dolerle la cabeza a tal punto que gritaba y escupía sangre, así que los sanadores le prohibieron cualquier intento de volver a hacerlo. Aunque, no les hacía mucho caso.

Los cuatro estaban en San Mugo, de vez en cuando algunos estaban en la cafetería, otros en la sala de espera, otros en la habitación junto con Ginny, otros charlando por algún pasillo y así se pasaban las horas.

- Me alegra que esté mucho mejor, señorita Weasley – dijo sonriendo el sanador – Espero que siga así y mañana, tal vez, ya pueda volver con su vida normal.

- ¡Muchas gracias! – respondió Ginny, ya que odiaba San Mugo desde las semanas que tuvo que pasar en cama cuando derrotaron a Voldemort.

- Bien, yo me iré y volveré en tres horas para revisarla nuevamente. Adiós – y salió de la habitación.

- Genial que ya estés casi recuperada – le dijo Luna feliz.

- Sí, no me gustan los hospitales desde aquella vez... – y desvió su mirada a donde se encontraba Harry observando a través de la ventana a los muggles que pasaban in darse cuenta que ese era un hospital de brujos gracias al poderoso hechizo de ilusión usado.

- ¿Han tenido sueños con Voldemort? – preguntó Harry a Luna y Neville dándose vuelta sin haber prestado la mínima atención a la conversación entre las mujeres.

- No – respondieron los dos confundidos por su pregunta.

- Lo que pasa es que nosotros soñamos con esa noche – explicó Ginny – Ron, Harry, Hermione y yo.

- ¿Y eso qué significa? – preguntó Luna bastante desconcertada.

- No lo sabemos, pero estamos seguros que el caso tiene que ver con él – los dos abrieron los ojos como platos al escuchar lo que acababa de decir Ron – Y tengo que decirles que se me ha ocurrido una gran idea para ver quién es el secuestrador.

- Dinos¿qué se te ocurrió? – preguntó Ginny pensando cualquier idiotez por parte de su hermano mayor.

- Bien, yo pensé que podríamos usar un giratiempo y nos hubiéramos ahorrado mucho tiempo – y todos, menos Harry, observaron a Ron como si por primera vez en su vida tuviera cerebro – Así podríamos ver cómo pasó todo – explicó él gracias a la idea que se le había ocurrido cuando vio su reloj antes de ir al ministerio por los datos de Hermione.

- ¡Increíble! Sólo habría que conseguirnos uno... – dijo Neville sonriendo junto a los demás, menos Harry que seguía aún serio.

- ¡Alto! – gritó Harry y todos lo voltearon a ver extrañados por su actitud – Eso sería imposible.

- ¿Cómo¿Qué dices? – preguntó Luna.

- La idea de Ron es buena, pero hay muchas cosas que hacen que eso jamás se podría llevar a cabo¿creen que hemos hecho todo esta investigación viajando a Hogwarts y eso porque sí¡No! – respondió él mismo – Un giratiempo sólo puede retroceder el tiempo hasta 24 horas, o sea no podríamos haber visto el secuestro de Albus. Luego, el grandioso ministro de magia prohibió el uso del giratiempo para ir al pasado, ya que siempre lo modificaban y nada pasaba como debía pasar en realidad...

- ¡El ministro es nieto de Fudge¿Qué quieres, Harry? – preguntó furioso Ron.

- Y por último, el único giratiempo capaz de retroceder hasta un año hasta el pasado está en una torre Azteca cuidado por una tribu mágica y sólo se usará cuando todos los ministros de magia de todo el mundo aprueben su utilización. Y todos sabemos que al mundo no les interesa Albus, sólo a nosotros, a los de Inglaterra.

- Vaya, así que no podremos hacer nada con un giratiempo... – dijo resumiendo Neville.

- ¡Claro que no! – dijo Ginny sonriendo con una idea en su mente – Nos serviría de mucho...

- Explícate¿quieres? – le preguntó de mala gana su hermano.

- Pues, un giratiempo sólo puede retroceder hasta 24 horas...O sea, podríamos usar uno a las dos de la tarde para ver que ocurrió ayer a la misma hora en que justo Hermione y yo en el paradero de la calle Hill Road – dijo Ginny sonriendo – Nos seguirían y verían todo lo que hicimos y nos pasó...

- ¡Menuda idea, Gin! – gritó emocionada Luna – Esa idea es totalmente increíble.

- Es cierto, pero hay un problema – todos voltearon a ver a Neville – Está prohibido por el ministro usar un giratiempo y ¿de dónde sacamos uno?

- Soy auror, puedo hacer un campo de energía en la estación de buses donde ellas se juntaron y hacerlo tan fuerte como para que no detectaran la magia en ese lugar, así daríamos vuelta al giratiempo y volvemos al pasado... – respondió Harry como si todo ya estuviera echo.

- Hay uno en Hogwarts, le pido por polvos flu a la directora que me los pasé – dijo Ron.

- Ustedes si que tienen todo listo – comentó Neville algo sorprendido.

- Bien, nosotros tres vamos a la estación, Ron tú anda por polvos flu a Hogwarts y pide el giratiempo – les ordenó Harry y después volteó a ver a Ginny – Y tú te quedarás tranquila esperando a que nosotros volvamos¿lo harás? – le preguntó inclinándose hasta quedar a escasos centímetros.

- Sí, lo haré... – contestó ella algo nerviosa.

- Así se dice – Harry comenzó a caminar, pero gritó llevándose su mano a la frente.

- Harry¿estás bien? – le preguntó Luna poniendo una de sus manos en su espalda.

- No, mi cicatriz me duele – al decir esto ella, Neville y Ron intercambiaron miradas preocupadas.

- ¡¡Ahh!! – gritó Ginny y todos voltearon a verla , pero estaba inconsciente en la cama.

- Ginny, Ginny – dijo su hermano acercándose a ella - ¿Qué le pasa? – volteó su rostro a ver a sus amigos.

- No lo sé – respondió Neville.

- ¡No! No les hagas nada... ¡Déjala en paz!...- decía Ginny aún con los ojos cerrados y moviéndose constantemente – No lo mates... ¡Aléjate de mí!...

- Ginny, por favor despierta.. – le decía Ron desesperado.

- ¡Te voy a matar Riddle si tocas a alguno de ellos! – gritó Ginny mientras todos miraban con espanto lo que acababa de decir ella.

- Voldemort – sólo pudo decir Luna.

- No lo creo, debe estar con él, porque no despierta – corrigió Harry tratando de no pensar que Ginny podría morirse.

- ¡Ayuda!...Me duele...es frío...muy frío... Harry, ayúdame... – y dejó de hablar, pero la máquina que tenía un tubo que conectaba su muñeca al aparato contenía un líquido azul comenzó a emitir un pito cuando el líquido cambió a rojo.

El sanador junto a dos enfermeras entraron de inmediato haciendo a un lado a Ron. El sanador trató de despertar a Ginny y después de un hechizo extraño les pidió a los demás que debían irse. Harry, Luna, Neville y Ron estaban muy preocupados por ella, en especial Harry, pero no pusieron mucha resistencia ya que debían obedecer.

Se pusieron de inmediato a hacer el plan de giratiempo viendo que Ginny estaba en una situación de mucho riesgo y Hermione podría ya no estar viva. En especial Harry y Ron que lo hacían, también, con salvar la vida de la persona más importante en su vida.

oooooooooo

Cinco minutos para las dos de la tarde. Harry ya había puesto un campo protector en el paradero de buses de la calle Hill Road comprobando que funcionaba a la perfección.

Corría un viento muy frío y el pavimento estaba lleno de hojas color café. Luna estaba con una bufanda abrazada de Neville y él traía una chaqueta bastante abrigadora. Harry andaba con una ropa bastante fresca, así que rezaba porque Ron llegara con el giratiempo de inmediato.

A la lejanía venía un muchacho de cabello pelirrojo corriendo. La verdad era bastante extraño verlo corriendo en esa zona, ya que el paradero estaba en los suburbios del lugar casi llegando a la carretera.

- ¡Discúlpenme por tardarme, pero McGonagall casi se desmayó cuando le conté el estado de Ginny! – gritó – No le dije nada de Hermione, pero no me iba a prestar el giratiempo sin razón alguna agregó al ver la cara de Harry.

- Ok, ahora vayamos, ya que faltan tres minutos para las dos – dijo Luna levantándose de la vereda junto a Neville.

- Toma – le pasó el giratiempo con la apariencia de un reloj de mano bastante antiguo a Harry.

Él puso alrededor de su cuello y les pidió a los demás que se tomaran de las manos quedando de tal forma en un círculo. Giró contra las manillas del reloj una especie de botón y la pequeña imagen de un reloj de arena empezó a girar hacía atrás.

Todos vieron como los autos pasaban hacía atrás, distintas personas bajan de los buses y se sentaban en la vereda o quedaban de pie, luego se iban y venían otros. Como las nubes del cielo se movían mucho más rápido de lo normal.

De pronto todo paró de súbito. Se soltaron de las manos y se encontraban en un día casi igual que ese martes, pero ahora estaban en el lunes a las dos de la tarde.

Vieron como una pelirroja se bajaba de un bus y se quedó de pie observando constantemente su reloj de muñeca. Ginny veía cada dos segundos a los dos lados de la calle como esperando impacientemente a alguien.

- Bien, ahora sólo queda esperar... – dijo Luna observando divertida a Ginny.

De repente un bus nuevamente paró frente al paradero y Hermione bajó corriendo donde estaba su amiga esperándola.

- ¡Estaba a punto de matarte! – chilló enloquecida Ginny.

- Calma, mujer. Me tardé, porque tuve que ir a almorzar – explicó ella – Bien¿qué hacemos acá?

- ¿Sabes cuál es la zona M54? – preguntó Ginny sacando su varita de la cartera.

- Claro, es la mansión Malfoy...¡Ginny¿Qué pasa? – inquirió confundida.

- Escuché que ha habido cosas muy extrañas ahí y creo que deberíamos investigar nosotras mismas...

- ¡¿Estás loca?! No iremos allá – dijo tajantemente Hermione.

- El caso, Hermione. Draco Malfoy está fugitivo de Azkabán, los secuestros, cosas extraña sen la mansión Malfoy. Todo está relacionado...

- Tienes razón¿cómo iremos sin que nos descubran?

- Ehh... Pensé que tú como auror podrías ayudar en eso – dijo ella mientras la castaña sacaba su varita.

- Silencius – dijo apuntando la suela de sus zapatos – Silencius – dijo apuntando los tacones de Ginny – Para que no se escuchen nuestros pasos y... – empezó a decir algo en un dialecto extraño y una luz brillo en el pecho de cada una.

- ¿Qué hiciste? – le preguntó Ginny después que la luz desapareciera.

- Con esto no nos podrán ver los que nosotros no queramos que nos vean.

- ¡Genial! Ahora vámonos – y las dos caminaron algunos minutos hasta llegar al lugar mientras el grupo las seguían.

La mansión se veía totalmente descuidada. Las ventanas en vez de tener vidrios estaban tapadas con tablas puestas horizontalmente llenas de polvo y ralladuras. Las paredes de piedra se veían a muy poco de caerse. El pasto estaba sin cortar, por lo tanto estaba de medio metro de largo, las ramas de los árboles estaban por el suelo, porque no los han podado en años y con todas las hojas secas, además de caídas.

- Entremos... – dijo Ginny después de suspirar y después de golpear el portón color negro se cayó dejando paso la entrada a la mansión Malfoy.


Notas de la autora: Hola!! Bien, antes de que me vaya a la playa y me desconecte tres malditas semanas del computador y de todas las historias que tengo (rayos! me voy en dos días) les dejó con este capítulo para quitarles un poco la intriga, aunque yo creo que los dejé casi igual con este.

Uff... Estoy cansada, tuve que ayudar a trasladar el computador del primer piso de la casa al segundo y llevar la CPU (la minitorre, la memoria del computador... la caja rectangular que ustedes prenden y así funciona su equipo) fue toda una experiencia traumante.

Espero sus reviews y muchas gracias por todos los que me han llegado.

La actualización demorará... Pero prometo que antes del 27 de febrero estará, así que despídanse de mí.

Millones de besos,

Gaby