Capítulo 19:

Las vitrinas de ropa estaban repletas de ropa veraniega. Blusas de color naranjo, rosa, celeste, amarillo; jeans con brillo, desgarrados en la parte de la basta, con flores bordadas; zapatos hermosísimos, los habían elegantes, informales, para ir a la playa, zapatillas. Pero¿debía eso importarle?

- Claro que no – se respondió a si misma caminando entre la multitud de gente en la acera.

Siguió caminando sin pensar en cuántas horas llevaba deambulando por la ciudad, tampoco en qué si se había nublado el cielo, cuántos autos estaban transitando y menos en la cantidad de personas que iban y venían por la calle. Sólo pensaba en la pelea que había tenido con sus padres horas antes.

¿Siempre los padres tienen que ser tan estrictos¿Acaso sólo vivían para molestar la vida de sus hijos? Aparentemente sí. Siempre que quería hacer algo que era normal en una joven que puede conducir sin auto, es pedirle amablemente a sus padres que le presten el suyo.

- No, hija – le respondieron los dos al unísono.

Y después comenzaron a darle una larga charla sobre los deberes de un adolescente responsable tiene que hacer. No sabía como se quedó dormida unos minutos en el sofá escuchando distraídamente a su padre. Pero ya era suficiente, siempre le daban el mismo discurso sobre la responsabilidad y ella siempre había sido responsable. En las vacaciones necesitaba distraerse y quería salir a divertirse yendo en el auto de sus padres¿acaso siempre tenían que responderle con una negativa?

¡Ustedes nunca me dejan hacer nada! – replicó la joven levantándose de golpe – Siempre he sido responsable, en todo lo que hago y ahora que quiero salir durante algunas horas no me dejan¿cómo pueden ser tan poco comprensivos! – y ahí fue donde empezó la discusión.

Así terminó en la calle, escapando de su casa con unas lágrimas y maldiciendo a sus progenitores por ser tan egoístas. Ahora deambulaba por alguna calle de Londres sin tener idea de nada.

Pensó en ir donde Ron, a La Madriguera. Pero no era una buena idea. Tenía claro que su novio la iba a recibir con los brazos abiertos, mas no quería dar lástima, demostrar debilidad; además que La Madriguera quedaba un poco lejos de donde se encontraba ahora, no sabía en que calle se encontraba, y no tenía dinero para pagar un taxi.

- Señorita¿le gustaría comprar un reloj original de oro? – le pregunhtó un vendedor ambulante mostrándole en su mano tres relojes bastante destartalados.

- No, gracias – respondió la muchacha – No tengo dinero.

- Está bien – y siguió el vendedor persuadiendo a otros transeúntes de comprarles uno de sus relojes.

"Es obvio que es falso" pensó negando con la cabeza.

Vio como algunas personas miraban el cielo con mucho interés. Ella hizo lo mismo y vio que el sol estaba siendo tapado por las nubes grises.

"Que extraño, pero si estamos en verano..." se dijo a si misma y sintió de repente frío.

Se abrazó a si misma tratando de calentar sus brazos desnudos por la blusa de manga corta que llevaba puesta. Eso si que era muy raro y solamente había sentido esta sensación una vez...

Volvió a fijar su vista en el cielo y vio unas pequeñas manchas dirigiéndose al sur. Muchos creyeron que eran aviones o estaban grabando alguna escena de las típicas películas de guerra.

- Dementores – murmuró palideciendo ¿Qué harán acÿ – y ahí fue cuando cayó en la cuenta que estaban en plena guerra contra Voldemort y que su casa se encontraba a esa dirección.

"London Avenue" decía el letrero que indicaba el nombre de la calle. Y su casa si estaba al sur de esta avenida.

¡Mis padres! – gritó y salió corriendo con dirección a su casa que se encontraba a unas quince cuadras.

oooooooooo

Poco a poco comenzó a abrir los ojos. Se sentía pésimo, estaba muy aturdida y con una sensación de querer vomitar. También sintió como sus brazos no los podía mover ni tampoco las piernas. Su cabello lo sintió totalmente sucio y le dolía el estómago.

Levantó la vista. Apenas podía ver, ya que en el lugar en que se encontraba estaba muy oscuro.

"¿Qué habrá pasado con Ginny?" se preguntó de inmediato Hermione temiéndose lo peor. Había dejado a su amiga a la merced de ese psicópata de Jack Vodanovic y quién sabe que cosas le habrá hecho. Podría estar herida, pero conociendo a muchos criminales en su vida esa teoría era descartada. "¿La habrán matado?" pensó asustada y en sólo decirlo sentía que su pecho se oprimía.

Después de unos momentos se tranquilizó y ahí fue cuando comenzó a acordarse de las palabras de Draco:"...se te olvidó decir secuestradores...". Una rabia comenzó a apoderarse de ella que apretó fuertemente los puños y sus dientes rechinaron luego de unos segundos.

Sabía quienes eran. ¿Cómo pudo ser tan ciega? Y lo peor, ella misma había contribuido a darles información sin saber que esos dos eran mortífagos.

Mortífagos... – musitó recordando lo de años atrás. Esa palabra no le era mucho de su agrado y cuando inició el séptimo curso su propósito principal era acabar con los mortífagos y, principalmente, Voldemort.

Pero no era momento de lamentarse. Ahora tenía que intentar de escapar del lugar en el que estuviera y llegar hasta los muchachos.

Intentó buscar con sus manos atadas entre los bolsillos de sus jeans su varita. Pero no estaba. Incrédula, repitió la acción y ahí fue cuando cayo en la cuenta que lo más seguro es que Malfoy se la hubiera quitado.

Ahora intentó soltarse con la fuerza bruta, pero estaba muy bien atada como para deshacerse de las sogas.

Estás amarrada con Magia Antigua, así que no podrás soltarte con facilidad... – dijo alguien a su lado.

Hermione volteó inmediatamente, asustada, pero a causa de la oscuridad no podía ver la persona que le habló.

¿Quién eres? – preguntó respirando rápidamente.

Eso no importa ahora, pero debes intentar alumbrar este sitio... – la voz era de un hombre.

¿Cómo?

Tú eres auror, podrías usar un hechizo o dialecto antiguo – sugirió como si fuera la cosa más obvia del mundo.

Los nervios la habían traicionado esta vez y no se le había ocurrido usar un hechizo antiguo sin varita – Lumus – dijo cerrando los ojos y pensando que en lugar en que estaba se alumbraría.

Estaba como en una especie de sótano, pero era extraño. Era como si este sótano estuviera muy debajo de la tierra, porque no había ninguna ventana que dejará para el sol. Todo estaba sucio, con telarañas. Se fijó en unas cadenas metálicas con argollas colgadas en la pared...

No era un sótano. Eran las cámaras donde mataban a los prisioneros en los antiguos castillos medievales. Y ahí notó un esqueleto con sus manos entre las argollas de metal.

Que horror – dijo cerrando los ojos.

Y dímelo a mí, yo he estado más de tres días acá – volteó a su lado derecho y observó al hombre.

¿Quién es usted? – preguntó fríamente Hermione.

Brad Stiles – respondió sonriendo – Usted debe ser Hermione Granger.

¡Señor Stiles, usted está vivo! – chilló sonriendo alegre – Sí, soy yo¿cómo...

Escuché al muchacho rubio decirle a otro de cabellos rizados que era usted a la que había capturado – una puntada en su corazón hizo sentir rabia en esos momentos – Que bueno que haya despertado, me tenía preocupado todo el tiempo que estaba inconsciente.

Señor, debemos escapar de inmediato de este lugar – dijo Hermione – Yo soy una de las personas encargadas de encontrar a los capturados por Malfoy y sus secuaces.

Lo sé, desde aquí se escucha todo lo que hablan ellos, porque conversan esos temas cerca de la entrada – señaló con un movimiento de cabeza, ya que también estaba atado, una puerta que estaba después de unas escaleras de piedra.

¿Sabe algo del señor Geller y Albus Dumbledore? – le preguntó para saber si aún seguían vivos.

No se preocupes, están aún vivos – contestó él sonriendo afablemente.

Gracias – "Ahora tenemos que saber cómo escapar" pensó ¿Sabe algo de Weasley?

¿Ron Weasley, el jugador de Quiddittch? – preguntó algo extrañado por la pregunta.

No, su hermana. Ginevra Weasley...

La verdad no, lo lamento.

Da lo mismo – dijo muy preocupada pro el estado de su amiga – Ahora debemos pensar en cómo escapar...

oooooooooo

- Disculpa – dijo la muchacha de cabellos castaños recogiendo los papeles que se le cayeron al piso por haber tropezado con alguien.

- No se preocupe, la ayudo – se ofreció agachándose – Soy Seth Durst – se presentó el joven sonriendo después de ayudarla.

- Hermione Granger, un gusto en conocerlo – sonrió ella viendo sus hermosos ojos pardos.

¿Trabaja acá en el ministerio?

- Sí, en el Departamento de Misterios y este es mi jefe – dijo señalando al señor Barrymore tras Seth.

- Granger, debes ir a entregar esos informes de inmediato. No queremos que el país se vaya al piso, gracias a tu impuntualidad...

- Por supuesto – dijo ella.

- Un gusto verte hoy día Seth – saludó Barrymore sonriendo al muchacho.

¿Cómo estì Luke? – preguntó Seth estrechando su mano.

"Que extraño que se conozcan si el señor Barrymore llegó apenas esta mañana a trabajar" pensó viendo como su nuevo jefe saludaba a un total desconocido.

¡Granger! – gritó enojado Barrymore ¿Estás pensando en la inmortalidad del cangrejo? Mejor anda a dejar esos expedientes.

¡Claro, señor! – respondió asustada y se fue corriendo por el pasillo repleto de trabajadores.

"Debería cambiar de actitud" se dijo a si misma mientras doblaba el pasillo "Es un amargado"

oooooooooo

Apretó sus puños con fuerza. La impotencia que sentía en esos momentos era inmensa. Ese día había visto a esos dos hablando de una forma tan cordial, por lo cual la sorprendió, ya que Luke Barrymore había ingresado a trabajar recién en la mañana y no conocía a nadie. ¿Quién puede conocer a alguien si se pasó tosa la mañana gritando como loco a cada uno de los empleados?

Ahí debió haberse dado cuenta de eso. Y después, extrañamente, Barrymore comenzó a ser amable con ella.

Malditos... – dijo pegando con sus pies atados el suelo de piedra.

¿Le pasa algo¿Se le ocurrió la forma para escapar? – preguntó Stiles.

Nada, no me pasa nada – respondió algo apenada observando como el hombre se volvía a sumir en sus pensamientos.

El hombre sin ninguna cana en su cabeza parecía de más edad. Algo gordo y con unos pómulos bien marcados en el rostro. Sus ojos negros delataban incertidumbre, duda y, a la vez, felicidad.

Esa imagen le recordaba a Arthur Weasley, la noche que había hablado con él en las vacaciones de navidad del séptimo curso en La Madriguera.

oooooooooo

El fuego de la chimenea hacía sentir mucho más cálido el ambiente de esa tarde tan fría. Afuera, todo el campo estaba cubierto con nieve y se veía que iba a seguir nevando por un muy buen tiempo.

Por la ventana, veía como Harry y Ginny estaban jugando a La Guerra de Bolas de Nieve. Jamás a entendido que sean novios y, a la vez, se comporten como un par de hermanos. En esos momentos Harry estaba tumbado en el suelo lleno de nieve en su rostro y Ginny revolcándose de la risa.

¿Qué te pasa, Hermione? – le preguntó el señor Weasley sentándose en el reconfortante sillón café.

¿Por qué pregunta? – dándose media vuelta para verlo.

- No estás afuera jugando – respondió él sonriendo – Pareces muy triste...

- No me gusta jugar en la nieve.

- El año jugaste todo el día con los gemelos y Ginny – recordó riéndose cuando encontraron a Fred bajo un mono de nieve gracias a Hermione.

- Eso era el año pasado, ahora jugar en la nieve me trae malos recuerdos – todo lo que sucedió ese verano aún no podía superarlo – Así que mejor me quedó acá pensando.

- No deberías privarte de tus gustos por que lo que pasó este año – replicó el señor Weasley – Ellos hubieran querido que te divirtieras y gozaras la vida. Además, Ron se enamoró de la muchacha valiente que sonreía con sinceridad y no con melancolía...

¿Cómo...? – dijo con los ojos aguados y un nudo en la garganta viendo fijamente los ojos celestes de Arthur Weasley.

- Me alegra mucho que estés con Ron, pero me entristece verte así de mal. Debes reponerte, Hermione – en ese momento al señora Weasley llamó a su marido desde la cocina dejando a Hermione perpleja.

oooooooooo

Después de todo no podía haber mantenido en secreto todo. De seguro Dumbledore le había comentado algo a los padres de Ron o se dio cuenta porque ese año no habló nada de sus padres.

Una lágrima juguetona bajaba por su mejilla. No podía evitar llorar por esos recuerdos. Tan lejanos y a la vez como si hubieran sucedido ayer...

"¿Qué pensaría Ron si me viese así?" se preguntó quitándose su lágrima con ademán de su hombro izquierdo.

Y otra vez volvió él a sus pensamientos. No podía evitarlo, algunas veces la opinión de Ron ayudaba a sacar fuerzas en el alma de Hermione para enfrentarse a la adversidad. Aunque no lo hubiera visto en cuatro años, eso no dejaba de evitar una preocupación por ese pelirrojo.

En un día de estos en que suelo pensar
" hoy va a ser el día menos pensado",
nos hemos cruzado, has decidido mirar,
a los ojitos azules que ahora van a tu lado.

Quería a Seth, lo quería mucho. Era feliz con él y compartían muchos intereses en los que jamás coincidió con Ron. Pero, en su subconsciente siempre deseaba ver alguna vez verlo una vez más a su lado.

Verlo en periódicos o revistas no era lo mismo. Y encontrárselo en el ministerio visitando el Departamento de Deportes Mágicos de lejos, siempre de lejos; escondida tras una pared viendo a aquella persona que la había hecho sufrir como ninguna.

Desde el momento en el que te conocí
resumiendo con prisas Tiempo de Silencio
te juro que a nadie le he vuelto a decir
que tenemos el récord del mundo en querernos.

Y no hablar del cariño. Los besos de Seth eran muy diferentes a los de Ron. Con los besos del muchacho de cabellos rizados no sentía esas chispas que cuando besaba a Ron.

Mas, eso fue hace tiempo; intentaba convencerse; ese fue el amor de mi infancia que ya acabó.

Por eso esperaba con la carita empapada
a que llegaras con rosas, con mil rosas para mí,
porque ya sabes que me encantan esas cosas
que no importa si es muy tonto, soy así.
Y aún me parece mentira que se escape mi vida
imaginando que vuelves a pasarte por aquí,
donde los viernes cada tarde, como siempre,
la esperanza dice "quieta, hoy quizás sí..."

Con la muerte de sus padres en aquel verano había dejado de sonreír. Una tristeza siempre abundaba en sus estados de ánimo y no había broma de sus amigos que al menos sacará una carcajada de su boca.

Pero, nunca había dejado de gustarle él le regalará cosas, que se preocupara por ella. Ahora como un popular jugador de Quiddittch parecía haberse olvidado que ella aún existía.

Escapando una noche de un bostezo de sol
me pediste que te diera un beso.
Con lo baratos que salen mi amor,
qué te cuesta callarme con uno de esos.

Y cuando Hermione le reprochaba de su falta de preocupación por ella, ya que andaba bastante interesado en su club de fans siempre la callaba dándole un suave beso. No le gustaban ese tipo de besos, no los hacía con el sentimiento necesario...

¿Qué le costaba preocuparse por ella¿Preguntarle por su trabajo? Pero sí costaba, mantener esa relación día a día.

Pasaron seis meses y me dijiste adiós,
un placer coincidir en esta vida.
Allí me quedé, en una mano el corazón,
y en la otra excusas que ni tú entendías.

Seis meses después del cumpleaños número 21 de Ron todo había acabado. Ese amor de la infancia que siempre creyó que iba a ser duradero y como un cuento de hadas, terminó en un verdadero infierno.

¿Sabes? Creo que hasta aquí llegamos. Si tú no te preocupas por mí y andas interesado en tu club lleno de chicas sin cerebro es mejor andar sola en la vida – dijo abriendo la puerta con su bolso en la mano y con la otra sosteniendo la puerta abierta – Como dicen: "Mejor sola que mal acompañada".

¿De verdad eso quieres? – preguntó molesto – Bien, has lo que te plazca con tu vida. Me da lo mismo y fue un gusto conocerte Hermione Granger...

- El gusto sólo fue tuyo – dijo quitándose el anillo que tenían como compromiso de alguna vez casarse – Ah, nunca me gustó. Tienes pésimo gusto – y lo tiró al suelo saliendo de la mansión de Ron.

Después de eso nunca más volvió a conversar con él, nunca...

Por eso esperaba con la carita empapada
a que llegaras con rosas, con mil rosas para mí,
porque ya sabes que me encantan esas cosas
que no importa si es muy tonto, soy así.
Y aún me parece mentira que se escape mi vida
imaginando que vuelves a pasarte por aquí,
donde los viernes cada tarde, como siempre,
la esperanza dice "quieta, hoy quizás sí..."

Siempre, todos los viernes, debía pasar por el parque en el centro de Londres. Porque al otro extremo donde estaba la calle estaba el Registro Civil muggle y debía asistir para dar algunos dativos.

En ese parque fue donde se dieron el primer beso con Ron. Cuando estaban en vacaciones de verano antes de empezar el sexto curso, Ginny, Ron y Harry habían ido por una semana a su casa. Una tarde Ron la acompañó a comprar algo para el almuerzo y pasaron por el parque.

Ahí fue cuando confesaron sus sentimientos.

Y es que empiezo a pensar
que el amor verdadero es tan sólo el primero.
Y es que empiezo a sospechar
que los demás son sólo para olvidar...

Esa frase era cierta. El amor de la infancia, es el más puro e inocente de todos. Siempre das lo mejor de ti mismo para demostrar a esa persona que de verdad le importas y que sin ti, su vida sería muy difícil de llevar.

Por eso esperaba con la carita empapada
a que llegaras con rosas, con mil rosas para mí,
porque ya sabes que me encantan esas cosas
que no importa si es muy tonto, soy así.
Y aún me parece mentira que se escape mi vida
imaginando que vuelves a pasarte por aquí,
donde los viernes cada tarde, como siempre,
la esperanza dice "quieta, hoy quizás sí..."

Pero eran ilusiones de su pasado. De su pasado que se estaba encontrando con su presente causándole mucho daño. Nunca pudo escapar de él, aunque intentó taparlo con su noviazgo con Seth y sus tantas horas de trabajo. Nada, nada puede impedir que el pasado aparezca en tu vida.

El pasado se le entregó mucho cariño, el pasado que le quitó a su abuela, el que le entregó el amor de Ron, el que se llevó a sus padres, el que causó millones de noches llenas de sollozos, el pasado que causo que se separarán, el pasado que... terminó casi acabando con su vida.

Parece que no está pensando en la forma de escapar; con respeto señorita Granger, no debería estar pensando en sus penas amorosas. Porque tal vez ni siquiera pueda volver a tenerlas si seguimos atrapados – le dijo el señor Stiles sacándola de sus pensamientos.

Me gustaría que no se involucrará en lo que pienso o no – pidió con voz fría.

Está bien, pero no es bueno que me hable en ese tono. Sólo le digo la verdad, podemos estar en peligro de muerte y usted piensa en sus penas amorosas...

¿Qué se ha creído...

¡Shhh! Alguien se acerca –le dijo Stiles tapándole con sus manos atadas la boca gracias a que se arrastró veloz mente por el suelo.

A Hermione el señor Stiles le estaba cayendo pésimo. Si no estuviera atada sería capaz de ahorcarlo ella misma. ¿Cómo podía corregirle en todo? Siempre él era el que tenía la razón y ella se quedaba un paso atrás para darse cuenta que estaba en lo correcto. ¡Cómo odiaba no ser la más inteligente y tomar la iniciativa! Pero debía tranquilizarse para salvarlo y llevarlo vivo a su casa.

Y, en efecto, afuera se escuchaban pasos acercándose al calabozo donde se encontraban. Por el pequeño orificio rectangular y rejas se podía ver las sombras de dos personas.

Están ahí adentro – dijo una voz conocida, era la de Draco – De seguro aún la Sangre Sucia debe estar inconsciente.

Me alegra que la hayas capturado – comentó con alegría la voz que le era totalmente familiar a Hermione ¿Ya le sacaste la información a Stiles?

Aún no, ahora voy a hacerlo. Primero teníamos que tener a los cuatro reunidos...

¿El viejo te sigue dando problemas? – preguntó con voz preocupada.

Ya no, creo que se resigno... Ahora entiendo porque nuestro Lord le tenía mucho respeto.

Está bien, ahora sólo queda Stiles y yo prepararé los arreglos en el ministerio para poder llevar a Granger, Geller y Dumbledore a Italia.

"¡Italia¿De qué hablaban?" pensó preocupada "Nos van a llevar a Italia ilegalmente y Stiles no irá. De seguro pensarán en deshacerse de él" desvió su vista de la puerta para ver al hombre que estaba a su lado muy asustado.

Sí, por eso te pedí vinieras – agregó Draco ¿Ha pasado algo de interés en el ministerio?

Potter, Weasley, Lovegood y Longbottom andan desesperados buscando a Granger – respondió para después que los dos soltaran una carcajada – Y ya encontraron el cuerpo de la muchacha Weasley...

"¡Ginny! Merlín, santo. Espero que no esté muerta, por favor, Merlín" pidió mordiendo su labio inferior la castaña " Y los demás están buscándome sin saber que estoy en un calabozo..."

Me parece genial...

Bien, Draco. Debo ir al ministerio para arreglar algunos papeles – dijo el hombre – Y darles a mis empleados la triste noticia de que ha muerto.

¡Ya me imaginó! En el titular de 'El Profeta': Sangre Sucia, muere trágicamente... Granger ha dejado nuestras vida por siempre – y me alegró de ello – y sus amigos lamentan la muerte.

Pues, nos vemos...

Te voy a dejar arriba, como un caballero que soy – y sus pasos se alejaron.

Hermione se quedó sin habla. Los psicópatas – los secuestradores – iban a decir que había fallecido en la explosión para que no resultara extraño que ella haya desaparecido sin que su cuerpo no estuviera en la escena del crimen.

Como los odiaba. Quería asesinarlos ella misma, pero una cosa más importante se cruzó por su mente... ¿Para qué irían a Italia?

oooooooooo

Clase de Historia de la Magia. Ella, una muchacha de diecisiete años estaba prestando atención a la aburrida, pero interesante, explicación de la historia de la vida de Merlín por su bajito profesor Binns.

Observó a su lado a Ron que se quedó dormido sobre el libro y Harry garabateando una hoja con puras flechas y cuadrados. Si que perdían el tiempo esos dos...

- Como saben, Merlín vivió y creció en los territorios de la actual Inglaterra. Pero cuando estaba en grave estado de salud tuvo que irse a Roma, Italia, para poder salvarse... – dijo el profesor sonriendo y vio como Hermione levantaba su mano – Dígame, señorita Granger.

- Pero, Roma es un lugar de culto para las personas creyentes en Jesús y Dios, muggles católicos, y no tiene mucha explicación que Merlín, un mago poderoso haya ido a ese lugar... – replicó confundida.

- Eso es cierto. Lo que pasa, es que en Roma se encuentra la mayor cantidad de magia en el mundo... Cada persona tiene magia, incluso los muggles, y cuando oran a su Dios creyendo que él existe, creen en la divinidad, algo más poderoso que ellos. En nuestro caso: la magia. Eso hace que allí haya mucha energía de magia blanca y pura – dijo observando a Ron como dormía babeando sus apuntes y el pequeño profesor torció los ojos – Así que en esa concentración de energía, él podía recuperarse de sus heridas...Incluso se dice que en ese lugar pueden revivir.

- Vaya – comentó extasiada anotando a mucha velocidad en su cuaderno.

- Y ahora veremos este mapa donde muestra la posible ubicación del lugar exacto en Roma...

oooooooooo

¡Oh, no! – exclamó Hermione atrayendo la atención de Stiles.

¿Qué pasa? – preguntó él bostezando.

Tenemos que escapar de aquí mismo si no queremos contribuir a que Voldemort – Stiles ni se inmutó cuando lo mencionó – reviva.

¡Por Merlín! Y¿qué hacemos? – inquirió asustadísimo y al borde un ataque cardíaco.

Ya sé como podemos escapar, pero todo debe ser echo en silencio¿entendió bien? – le preguntó sonriendo mientras veía el esqueleto que estaba con las manos en las argollas.


Notas de la autora: ¡Hola! Bien, espero que este capítulo si que les haya gustado. No pueden reclamar, es el más largo del fic y ahora sabemos que: Dumbledore sigue vivo, Hermione y Stiles deben escapar antes de ser usados para que Voldemort reviva.

Tengo que aclarar que todo lo que sucedió acá es en forma paralela al capítulo pasado, en realidad, esto ocurre a fines del capítulo 17.

La canción es "Rosas" del grupo español: La Oreja de Van Gogh.

Bien, creo que ya saben que ocultó Hermione a sus amigos durante todos estos años. Sus padres murieron por un ataque de dementores antes de iniciar el sexto año... Ya sabremos más de este hecho y de cómo "derrotaron" a Voldemort en el séptimo año.

Una pista, los que han leído "El Código de Da Vinci" no se sorprendan si uso el lenguaje hebreo para dar pistas en la historia.

Adelantos del próximo capítulo: Hermione y Stiles escapan del calabozo, Courtney le dice a Harry qué dijo Barrymore en la reunión, Hermione ve que Malfoy tiene la varita de Ginny... ¿Será eso peligroso?

Mil besos a todos los que me dejan reviews y espero tener aún más.

Besos,

Sirenita