Capítulo 24:
Las varitas de Harry Potter y Tom Riddle, más conocido como Lord Voldemort, estaban unidas por esa extraña luz dorada intensa que hace años atrás había ocurrido en el Torneo de los Cuatro Magos.
Las imágenes de sus padres volvían a aparecer mientras veía muy agitado y con los ojos abiertos lleno de sorpresa y preocupación. Y lo peor, era que ahora la imagen de Sirius se materializaba.
"¡Esto fue tu culpa!" exclamó Voldemort fijando sus rojos y espeluznantes ojos en Harry "Tú tienes una varita de la misma cola de fénix que la mía... Pero no creas que eso bastará para que te libres de tu muerte" comenzó a caminar formando una sonrisa deforme en su escamoso rostro.
El muchacho que ya había sobrevivido reiteradas veces a los intentos de que ese ser lo matara empezó a retroceder sin saber qué hacer observando por el rabillo del ojos a Luna con Neville en el suelo, también a su amigo Ron y a Hermione y por último a su novia, Ginny, tumbada en el suelo donde la sangre comenzaba a escurrirse. Y vio de paso a los mortífagos repartidos en la extensa habitación y los pasillos que lo conectaban.
Estaban en una parte de las mazmorras cercana al aula de Pociones. Habían peleado avanzando como en un laberinto hasta llegar a una especie de sala de piedra con algunas antorchas y un enorme e imponente escudo con la conocida serpiente de Slytherin.
"¿Acaso me tienes miedo?" preguntó irónicamente su enemigo cada vea acercándose más a él.
"Yo nunca te tendría miedo a ti, muchas veces me he enfrentado contigo y siempre salgo victorioso" intentó ganar tiempo el chico pensando cualquier cosa para recuperar nuevamente su varita.
"Pero aquí hay una pequeña excepción... Tus amigos no están para ayudarte, los profesores están aún en los jardines combatiendo con los dementores y mis seguidores, y el querido director de la escuela no ha dado señales de vida" hizo un gesto con la mano como si Dumbledore no fuera importante "No tienes a quién te ayude".
Harry topó con la fría pared de roca. Viendo sin muchas esperanzas salir con vida de aquella situación ya se preparaba para hacer una lucha cuerpo a cuerpo o intentar cualquier método para ganar tiempo y que algún milagro sucediera.
Y como si Merlín lo hubiera escuchado, un extraño ruido se produjo seguido de un hermoso canto de alguna ave y se escuchaba como aleteaba sus alas.
Harry se encontraba sentado en el borde de la ventana observando la hermosa noche romana mientras recordaba ese instante en que pensó que ya no habría ninguna solución, que nada podría salvarlo ni salvar al mundo mágico. Esos momentos en que la inseguridad se apoderaron de todo...
Pero como si un milagro o la suerte estuviera de su favor una cosa muy inesperada sucedió, una cosa que le trajo la solución para poder quitar esa extraña conexión dorada intenta de sus varitas y borrar las imágenesde sus seres queridos ya fallecidos.
También la imagen de Ginny tumbada en el suelo cubierta de sangre volvió a su cabeza de golpe haciéndolo recordar que debían recuperar de inmediato la varita de la muchacha si querían que siguiera con vida; debían quitarle la varita a los mortífagos que habían lanzado un maleficio en la varita de la pelirroja.
"Ginny..." dijo en voz alta sintiendo que su garganta se oprimía pensando que ella estaba luchando contra la muerte, luchando contra sus peores pesadillas y Hermione secuestrada por unos seguidores del Lord Oscuro para llevar la resurrección de su Señor.
"¿Estás bien Harry?" preguntó Ron acercándose y sacando de su ensimismamiento al pelinegro que giró un poco la cabeza para verlo "Pareces muy melancólico".
"Con todo lo que está pasando no es para menos" se giró para quedar en frente con su amigo que sonreía débilmente con mucha tristeza "Además que vinieron los recuerdos de esa noche" añadió después de un prolongado suspiro.
"Ni me la recuerdes, ni siquiera vi toda tu pelea con Voldemort" ya se había acostumbrado a llamarlo por su nombre "Y esa fue la peor noche de mi vida, ya que eliminar a Colagusano fue una tarea bastante difícil".
"Lo sé, lo sé. Fue una tarea difícil para todos" no sabía cuánto tiempo les quedaban para que los mortífagos arribaran a la ciudad y eso lo mantenía bastante inquieto "¿Courtney aún no vuelve?".
"No, creo que hablar con el Ministerio de Magia de acá es más complicado de lo que pensábamos" se sentó a su lado cruzándose de brazos "Pero su familia es muy poderosa, tienen muchas influencias, así que no creo que nos hagan pagar una multa".
"Es que viajar a otro país, fuera de horas, con personas que no son aurores y una mujer embarazada no es para que nos den una multa" torció los ojos negando con la cabeza "Ojalá pronto acabe todo esto...".
"Digo lo mismo" se levantó bostezando "Pero lo mejor es ir a dormir amigo, faltan pocas horas para el alba y ya casi tres días sin dormir es excesivo" el pelirrojo salió muy cansado del estudio de Michael Geller.
'Tiene razón' pensó y después de unos minutos donde su mente vagaba en los recuerdos se fue a dormir un poco.
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"Señora, le digo que...".
"Señorita y se lava la boca con jabón antes de decirme señora" corrigió ácidamente la rubia.
"Está bien" torció los ojos ya fastidiado por su presencia "Señorita, no puede entrar a hablar con el canciller para arreglar una infracción de aparición. Violaron más de 13 leyes inglesas y más de 20 italianas".
"Mire, soy Courtney Holey... Hija del ex-ministro de Magia, Arthur Guillaume" el apellido con un acento netamente italiano " Y nieta del famoso historiados mágico, Michael Geller" formó una suave sonrisa al ver que el hombre se ponía pálido al nombrar a su padre y abuelo "Así que si en este mismo instante usted no me deja entrar, verá lo que puedo ocasionar sólo con llamar a los compañeros de trabajo de mi padre".
"Claro, claro, señorita; discúlpeme" atropelladamente el trabajador se levantó de la silla y se dirigió a una puerta donde estaba el canciller que era el que firmaba los permisos para multar a los magos.
Después de unos momentos en que volvió el hombre y le dijo que si podía entrar; pudo convencer por medio de una larga conversación de que no era necesario que los multarán por llevar a varias personas sin ser aurores a otro país, violando las leyes de permiso, también llevar a una mujer embarazada y otros artículos que ni son necesarios mencionar.
"Y le pediría otro favor más" agregó levantándose lentamente de la silla "Lo mejor que podría hacer, es avisar al Cuartel General de Aurores en Inglaterra sobre que Potter y los demás están acá" sonrió.
oooooooooo
El sanador entró apresuradamente con una bolsa llena de un extraño líquido verde que contenía polvos brillantes plateados. La bolsita tenía en un extremo un pequeño tubo que terminaba en una especie de aguja.
Quitó rápidamente las sábanas de la cama dejando descubierto el brazo de la pelirroja y con sumo cuidado clavó la aguja dentro de su piel; haciendo que el líquido verde comenzara a pasar por el tubito hasta la aguja.
"Señor, quedan muy pocas bolsas con polvo de hadas" entró muy preocupada una enfermera baja y rellenita "No podrá sobrevivir por mucho...".
"Lo sé, lo sé" respondió muy inquieto viendo con tristeza el rostro de la joven muy agitado y murmurando palabras "Si no quitan el maleficio de su varita en unas horas, puede que no pase dos días más con vida".
"Aproximando¿cuánto cree usted que le queda si no se recupera?" preguntó volviendo a tapar a la paciente para después llenar la ficha médica.
"Unas pocas horas y con mucha suerte, dos días" caminó hasta la puerta lentamente intentando calmarse para poder pensar mejor "Tendremos que pedir de urgencia a Irlanda unas plantas curativas y polvo de hadas de los bosques nativos. También un cuerno de Bicornio si queremos que pueda llegar a las 48 horas".
"No se preocupe, hablaré de inmediato con la jefa de enfermería para pedirle lo necesario" asintió viendo como el sanador se iba.
Después de llenar la ficha médica con el estado de salud de la joven Weasley. Observó con mucha melancolía como sufría la muchacha, estaba peleando contra sus peores temores y cada vez iba perdiendo la seguridad, sus momentos más felices y dejaba de creer que era alguien importante para los demás.
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Estaba triste. Unas lágrimas rodaban por sus mejillas mientras su mano acariciaba su vientre. Se limpió su cara intentando aparentar que era valiente, fuerte y que, sobretodo, no le tenía miedo a lo que el destino le pudiera deparar.
Pero en el fondo sabía que no era bueno mentirse. No era bueno aparentar algo que ella sabía que le podría ocasionarse más de algún problema... Y también a él.
Miró su vientre que ya estaba bastante enorme, ya que faltaba muy poco para que diera a luz y no sabía si era niño o niña.
No sabía que esperar, no estaba preparada para lo que viniera. Creía que si su novio la apoyaba con esto, iban a salir adelante y podrían formar una familia, o cualquier cosa que se le parezca. El muy cobarde dijo que sí, que iba a aceptar al bebé e iba a ayudarla; para después decirle recién ayer que prefería dejarla y no hacerse cargo, ya que la culpa era de ella por no haberse cuidado...
"Disculpe¿podría pasarme ese papel que está a su lado?" preguntó una voz sacándola de sus pensamientos y al voltear el rostro se encontró con una bella jovencita de cabellos castaños y ojos cafés.
"Claro" respondió ella viendo que al lado de su pie se encontraba un papel doblado cuidadosamente y con algo de esfuerzo se agachó para entregarle el papelito.
"Gracias..." metió el papelito en su cartera. Hablaba inglés, así que no era italiana "Habla muy bien inglés¿de dónde es?".
"Soy de acá, de Roma. Lo que pasa es que mi padre era... un diplomático importante y tuve que aprender, además que estudié para ser auror y era obligatorio el inglés".
"Oh, ya veo. Yo también soy auror, de Inglaterra" sonrió amablemente y luego observándola inquisidoramente volvió a preguntar "¿Estaba llorando?".
"No es de su importancia, señorita...".
"Granger, Hermione Granger" le dio la mano en forme de presentación.
"Soy Courtney Guillaume" se estrecharon las manos sin saber que desde allí empezarían a cultivar una muy buena amistad.
Courtney en ese entonces conservaba en apellido de su padre, ya que aún sus padres no se separaban; para así cambiar su apellido a Holey, el de su padrastro.
Ese día había salido para meditar cómo iba a enfrentar el futuro embarazada muy joven y sin tener ninguna mera idea de cómo sobrevivir en el mundo, ya que su familia era de buena posición económica nunca tuvo la necesidad de saber qué era el mundo real.
Pero una joven de cabello liso castaño y ojos cafés había venido de vacaciones a Roma después de haber terminado una larga relación con su novio, el famoso jugador de Quiddittch británico: Ronald Weasley. Había salido de su país para intentar olvidar y sin querer, también se encontró con otra mujer que intentaba también olvidar sus penas...
"Este lugar..." dijo en voz alta llegando a la plaza cerca de Vaticano donde había conocido a su amiga. Sólo que ahora eran las cinco de la madrugada y apenas unos destartalados faroles alumbraban el lugar.
Y ahora sólo una cosa se le pasaba por la mente. Iba a ayudar a su amiga, ya que ella fue un apoyo incondicional con el nacimiento de Summer y la sacó de esa casi depresión que le arruinaba la existencia.
oooooooooo
Miró hacía abajo viendo como los sirenos y sirenas la acompañaban. Era increíble pensar que seres tan horribles con sus escamas y dientes filudos pudieran... ayudar a una causa buena como era salvar al mundo de Voldemort.
Le era cada vez más difícil poder respirar. Cada inhalación era como si intentara respirar bajo una almohada que la estuviera ahogando. Y las exhalaciones eran demasiado rápidas haciendo que el suplicio y el dolor de volver a tener aire en los pulmones se hiciera más recurrente.
'Me queda muy poco para que el efecto de las branquialgas se acaben' pensó preocupada viendo que ya se podía ver el cielo a través del agua.
"No se ve muy bien" comentó la sirena que había encontrado la primera vez en el mar "Parece que le queda poco para que pueda respirar en el agua".
"Así es" asintió con dificultad.
"Discúlpame por mi actitud de antes" le hablaba en la mente "Pero casi todos los brujos nunca son dignos de confianza...".
Siguieron nadando mientras cada vez se podía distinguir mejor el cielo oscuro y la luna en medio como esperando ver todo lo que intentarían para sacar a los secuestrados del barco.
El barco navegaba tan lento que no era tan agotador nadar hasta la superficie para quedar frente a la proa. Aunque podría ser muy peligroso si se ponían a los lados y las olas que ocasionaba podrían matar a cualquiera.
Hermione ya no podía respirar... Le entraba agua a la nariz y se estaba ahogando; se ponía cada vez de un color más pálido mientras nadaba más rápido. Intentaba taparse la nariz y aguantar lo poco de aire que le quedaba, pero tal era su desesperación que no logró nada; sólo tragar más agua de mar que por ser salada la hacía toser.
La sirena vio como casi se ahogaba y la tomó entre sus brazos comenzando a mover su cola lo más rápido hasta que llegaron a la superficie y la castaña dando grandes bocanas de aire recobraba su color normal.
"Gracias..." dijo viendo como la sirena se hundió para mantener la mayor parte de su cabeza en el agua junto con los demás "Bien, el plan es algo complicado... Ustedes distraerán y atacaran a los mortífagos con su canto" explicó sin dar muchos detalles.
Unas gaviotas sobrevolaron el barco haciendo que la muchacha se quedara observando las velas del barco perdiéndose en sus pensamientos...
"Sería mejor que nos explicara bien" pidió el sireno, el jefe, saliendo del agua para decir aquello rápidamente y volviendo a hundir su rostro en el mar.
"Discúlpenme" sonrió nerviosa "Ustedes empezaran a cantar, ya que su canto es terriblemente dañino para el hombre... Pueden hipnotizarlo o manipular sus acciones. Mientras ellos no están en un estado bueno, yo voy y le quito mi varita a Draco Malfoy y liberó a los demás...".
"¿Estás segura que funcionará?" preguntó alguna sirena.
"No es seguro, pero podemos dar nuestro mejor intento" suspiró tranquilizándose.
Tenía miedo. Estaba arriesgando demasiado sólo por una mínima posibilidad de que pudieran escaparse... O sólo que uno de los tres hombres que se encontraban atrapados escaparan, porque si ella faltaba podrían hacer solos los mortífagos su plan aunque con muchas dificultades.
'Pero... No sólo con una gran fuente de poder, como Dumbledore, podría hacer que una varita pudiera traer de vuelta a su dueño' una voz le dijo en su mente como haciéndola razonar sobre que había algo en esto que no encajaba 'Por algo estoy, acá. No sólo porque conozco mucho sobre la historia y puedo leer dialectos antiguos... Malfoy podría hacerlo si es de Sangre Pura debe tener algunos conocimientos...'.
Un movimiento del agua sacó de su ensimismamiento a la castaña. Las sirenas y sirenos habían sacado sus rostros del agua para comenzar a nadar rodeando por completo el barco, y así hacer un efecto bastante efectivo del canto.
Ella sonrió contenta de ver cómo era posible que esos seres que odiaban tanto a los seres humanos y a los magos, ahora estaban cooperando para que una gran amenaza volviera al mundo.
Una hermosa melodía comenzó a ser entonada por estos seres... Muy tranquila y agradable para los oídos, tanto que la castaña casi se queda completamente dormida y tuvo que taparse los oídos para nadar dificultosamente a la parte donde se ubicaban dos sogas que sostenían un pequeño y malogrado bote.
La soga sostenía al bote y llegaban hasta el agua. Hermione intentando ni escuchar la bella melodía de los seres empezó a escalar pensando que los ejercicios muggles del colegio si que le hacían falta en esos instantes.
oooooooooo
"¿Qué rayos es eso?" preguntó Jack Vonadovic saliendo estrepitosamente de un pequeño cuarto situado casi atrás del barco.
Caminó hasta llegar donde Draco Malfoy estaba bailando solo, como si estuviera con una pareja bailando un tipo vals de matrimonio. También cantaba junto a la extraña melodía mientras decía algunos murmullos a la pareja invisible.
"¿Estás enfermo o qué?" preguntó el moreno avanzando molesto a su lado intentando detenerlo, pero parecía que ni lo tomaba en cuenta "¿Qué es esa melodía?".
"Es la canción del amor, deberías cantarla" contestó como si estuviera soñando y una traviesa sonrisa de formo en sus labios mientras seguía bailando.
"Es demasiado perfecta esta melodía... Es como si..." y ahí recordó las clases de geografía de su padre que en ese lugar habían sirenas "¡Sirenas!" exclamó asustado.
Corrió, viendo por unos pocos segundos lo patético que se veía Draco así, hasta llegar al borde donde se veía el mar y se encontró con la grata sorpresa que estaba totalmente rodeado por estos seres tan extraños y odiosos.
"Son sirenas, ellas están cantando para manipularnos" dijo molesto intentando buscar en su chaqueta sucia y rancia su varita "¡Draco Malfoy, deja de bailar como un tarado mental!".
Indignado por no recibir siquiera una mirada de su compañero; se fue al cuarto para buscar entre algunas cosas la varita para eliminar a esos seres y que los dejaran en paz.
"No creo que puedas entrar..." la puerta del cuarto se encontraba abierta y de repente se cerró apareciendo detrás de ella una muchacha llena de rasguños y algunas heridas en sus brazos. Cabello castaño desordenado, ojos cafés y una enorme sonrisa maliciosa en su rostro "Y que ahora estoy yo para detenerte".
"Hermione Granger" dijo sorprendido de verla allí "Parece que todo esto no te ha sido suficiente" continuó después de reponerse "¿Crees que yo me dejaría vencer por una Sangre Sucia como tú, y más encima sin estar armada?".
"Por Merlín que eres tan retardado para no haberte fijado en los detalles" sus manos que se encontraban escondidas las sacó enseñando dos varitas. Una la de él y la suya "Para ser un mortífago y haber escapado de la prisión eres muy despistado".
Él retrocedió con miedo, ya que no era como Draco que podía utilizar magia antigua y sin su varita no podía hacer nada. Para peor, podría ser que los tres hombres se hayan escapado dejando a la castaña para entretenerlo mientras huían lejos...
'Las sirenas' pensó y conectó todo. Ella debió haber salido sin hacer mucho ruido con ayuda de los ancianos y de seguro le pidió ayuda a las sirenas. Y aprovecho que Draco estaba en ese estado para quitarle su varita. Debió haberse desaparecido y apareció en el cuarto para robarse la suya.
"Con esos trucos no me vas a sorprender" sonrió "No soy como Draco que cae de inmediato por el encanto de la melodía de las sirenas. Soy mucho más fuerte y no con esa porquería harás que los vejetes que están encerrados escapen... Su plan no funcionó".
"Tan estúpido como te conocí" se alzó de hombros negando con la cabeza "¡Desmaus!" gritó apuntando con su varita al hombre que instantáneamente se desmayó.
Sonrió de que por fin pudiera haber ocupado magia. Luego fue hasta la puerta que estaba escondida entre los tablones del piso y la abrió cuidadosamente.
Entró sintiendo una felicidad inmensa de que algo del plan había funcionado y todo estaba saliendo como lo planificaron. Al bajar las escaleras se encontró con la misma habitación que pasó casi toda la noche y vio sentados a Michael Geller, Brad Stiles y Albus Dumbledore.
"Granger" dijo saltando Stiles al ver cómo la castaña llegaba a su lado "¿Todo bien¿El plan funcionó¿Las sirenas cooperaron¿Muchos problemas¿Le robaste tu varita a Malfoy?" bombardeo casi todas preguntas que se había hecho en la larga espera.
"Brad, cálmate" le aconsejó Geller sin sonreír y también levantándose "Deja que explique brevemente todo y que nos saque de aquí".
"Las sirenas cooperaron después de todo. Todo está bien" sonrió orgullosa de haber hecho algo tan importante en este caso "Podremos escapar".
"Señorita Granger, no es bueno cantar victoria antes de tiempo" le advirtió Dumbledore acomodándose sus lentes "Algo me dice que esto se va a hacer difícil".
"A mi también; además que me he preguntado que mi presencia no es demasiado valiosa para que revivan a Voldemort, ya que Malfoy puede leer dialectos antiguos si es Sangre Pura y también los mortífagos saben algo de historia" le comentó sus preguntas que tanto le inquietaban. Porque algo le decía que no iban a dejar que tal fácilmente escaparan.
Sin aviso previo, Hermione sintió un pequeño golpe detrás de su cabeza que la hizo caerse al suelo sin perder el conocimiento. Los tres hombres levantaron su vista y se encontraron con nada menos que Seth Durst con su varita levantada observándolos despectivamente.
"Nunca es bueno soñar" sin sonreír se acercó al cuerpo de la chica "Creo que esto es de mi amigo..." le quitó de sus manos la varita de Jack.
"No puedo creer que tú hayas sido novio de ella" dijo Dumbledore negando con la cabeza "El amor es un sentimiento demasiado valioso como para que lo hayas manipulado de esa forma".
"Después de todo usted se dio cuenta de que todo lo mío fue una farsa; es demasiado inteligente" sonrió guardando la varita "Tenía que estar cerca de ella para que no se diera cuenta de las cosas extrañas que a veces sucedían en el Departamento de Misterios".
Después de decir eso sólo miró por unos instantes a Hermione, que estaba con los ojos cerrados escuchando todo lo que habían dicho, y por una milésima de segundo Dumbledore creyó haber visto un sentimiento de tristeza por su parte; mas el subió las escaleras cerrando nuevamente la puerta dejándolos a oscuras.
"Señorita, Granger" el hombre italiano se acercó a ella preocupado y la ayudó a levantarse sin que contestara nada "Nos ha dado un buen susto".
"Esos son unos animales" comentó Stiles muy serio "No puedo creer que haya sido novia de uno de los mortífagos, y la estaban utilizando".
"Juro que lo voy a..." silenciosamente sacó su varita debajo de su chaqueta de jeans mugrosa y mojada "Esos van a ver que no les será muy fácil llegar a Italia".
"Nosotros la acompañaremos, ahora podemos salir porque tiene varita abrir la puerta".
"No lo creo..." Dumbledore avanzó muy cerca de donde estaba Hermione y puso su mano en el aire hasta que topo con una especie de pared transparente "Durst no desaprovechó su oportunidad, y también al invocar algún hechizo para que se desmayara y lanzó un encantamiento tipo escudo" suspiró.
"¡Odio a esa clase de personas!" Stiles se cruzó de brazos "No puedo creer que la 'Orden del Fénix' ya no exista... Si aún estuviera no estaríamos en esta situación".
"¡Señorita Granger!" llamó el abuelo de Courtney a la susodicha que estaba subiendo las escaleras "No haga nada...".
"No haré nada que no sea necesario" interrumpió ella girándose a ellos y dedicándoles una sonrisa nerviosa salió con un simple 'Alohomora'.
Ya no le importaba si perdía la vida en ello... Pero debía matar a uno de los mortífagos, recuperar la varita de Ginny e impedir que llegaran a Roma. Ahora daría el todo por el todo que significaría usar las pocas fuerzas que le quedaban arriesgando todo lo que le quedaba para evitar que una amenaza volviera a caer en el mundo, para salvar a sus seres queridos.
Las sirenas aún mantenían su apacible y agradable melodía. Vio como Malfoy aún estaba un poco aturdido, Vodanovic se había repuesto y estaba hablando son Seth mientras Barrymore intentaba silenciar a las sirenas con algunos hechizos.
Cada uno de esos hombres le había hecho demasiado daño a su vida como para dejarlos ir vivos o victoriosos. Uno la había atormentado en el colegio, otro había dejado casi muerta a su amiga, había fingido estar enamorado de ella y por último, uno había sido uno de los más cínicos superiores en el trabajo.
"Este maldito canto..." dijo Barrymore desesperado mientras cada vez le era más difícil hacer lo que él quería.
"Dale las gracias a Granger por esto" se rascaba la nuca Jack "Parece que esa chica es mucho más osada de lo que temíamos, está causando muchos problemas".
"Ella es así, si hasta me causa problemas en el trabajo con todos sus conocimientos" añadió Barrymore.
"Debo decirles que se los dije; no era bueno descuidar tanto a los secuestrados... Además que ustedes juran que es muy fácil, pero Dumbledore y los demás no han demostrado su fuerza, porque ellos tienen la capacidad de hacer magia antigua" parecía que Seth era el único que pensaba en este plan.
"Lo peor es que este estúpido nunca hizo Oclumancia, ya que las sirenas de inmediato lo controlaron" Jack se miró a Draco que estaba con la vista fija en el suelo por la vergüenza.
Albus Dumbledore tenía más que claro que los cuatro debían tener un gran nivel de Oclumancia para no dejarse controlar por el canto de los seres míticos, pero al menos serviría para distraerlos y tomarlos por sorpresa. Por eso cuando los tres ex-miembros de uno de los cargos más poderosos en el ministerio contra Lord Voldemort le advirtieron eso a la joven bruja.
Hermione se dirigió a la baranda para observar mejor a las sirenas que seguían cantando y les hizo algunas señas al que era el jefe que por favor se callara. También casi en susurro les agradeció y que cualquier cosa ella los llamaría.
Giró nuevamente y se escondió tras unos barriles muy cercanos a los cuatro hombres que discutían un tema sobre los secuestrados. Le daban ganas de invocar allí mismo un 'Avada Kadavra' para eliminarlos y que todo volviera a la normalidad.
"Al menos seguimos viajando sin muchos contratiempos a Roma" Draco volteó su vista a la dirección donde navegaban "Todo debe estar listo con el informante en el ministerio de ese país para pasar inadvertidos¿no?".
"Obviamente, ese detalles es muy importante" asintió Luke Barrymore sacando un cigarrillo del bolsillo de su capa; a él le encantaba fumar pero como a su esposa no le gustaba, pocas veces lo podía hacer "Pero hay algo que me molesta...".
"Dinos".
"Es que las sirenas han dejado de cantar" prendió el cigarrillo con un la varita "Como Granger fue la que les pidió que cooperaran, ella debió haberles dicho que callarán... Porque, tú no le lanzaste un maleficio muy poderoso¿verdad, Seth?" preguntó botando el humo.
"¿A qué se refieren?" pregunto haciéndose el desentendido.
"Discúlpame, pero todos hemos visto como mirabas a la Sangre Sucia en el castillo de Plymouth" Jack sonrió "Así que ya sabemos que cuando fuiste a revisar que todo allá abajo anduviera bien, non te encargaste como el mismísimo Lord lo hubiera hecho".
Un viento comenzaba a soplar tan fuerte que el barco aumentaba su velocidad causando un movimiento más evidente del barco. La madera crujía haciendo pensar que en cualquier momento esa cosa se iba a caer y hasta ahí llegaban.
"Pero si él siente algo por mí" Hermione había salido de su escondite hablando con voz segura y pedante "Que tenga seguro que yo no sentiré la misma piedad que tuvo conmigo" causando que a Barrymore se le cayera el cigarro al suelo y los otros tres miraran con un poco de miedo la aparición de la castaña.
"¡Granger!" saludó poco amablemente Draco Malfoy sonriendo torpemente "Así que aún andas con energías para jugar...Me parece bien, creo que es hora de ver si tú eres mejor que nosotros cuatro" los cuatro mortífagos desenfundaron sus varitas hábilmente.
"¿Crees que podrás ganarnos?" preguntó con una voz que denotaba burla Jack mostrando sus sucios dientes.
"Estoy segura" y corrió hasta ellos con la varita en mano.
Estaban en plena batalla. Hermione era demasiado hábil para estar combatiendo contra cuatro. Maleficios, hechizos, encanto protectores y más de alguna maldición para que todo acabara.
Jack quedó aturdido casi cayéndose del barco, fue el primero en caer. Pero ninguno de los tres daban a ceder para que algún descuido le sirviera a la castaña para desarmarlos.
Draco Malfoy había acorralado a la muchacha, ya que su varita se le había caído de las manos y ahora estaba a punto de matarla sin misericordia alguna.
"¡Avada...".
"Alto" ordenó Seth deteniendo a su compañero del brazo mientras el rubio le lanzaba una mirada inquisidora "Tú sabes que no podemos matarla, la necesitamos si queremos que nuestro Lord vuelva".
"Argh" guardó su varita y se soltó bruscamente del pelinegro "Odio que tengas la razón" se fue a la proa sin dar media vuelta.
"Iré a ver a Jack" dijo Barrymore dándose vuelta a rescatar a su compañero que ya sen iba al agua.
Seth se puso en cuclillas junto a la chica que estaba sentada con la espalda apoyada en la húmeda madera. Él se le quedó viendo como si la estuviera examinando, como si estuvieras obteniendo respuestas sólo con verla.
"Siempre te dije que no me miraras así, no me gusta" sin sonreír ella se arregló un mechón del cabello "Como me gustaría matarte después de todo lo que me has hecho pasar".
"De verdad lo siento" guardó su varita intentando calmarse e intentar de no demostrar ningún sentimiento "Y más siento lo que ocurrirá desde ahora en adelante" sólo con mirarla fijamente a sus ojos que mostraban confusión, ella comenzó a quedarse profundamente dormida.
"Menos mal la dormiste, ya te tardabas mucho" comentó bostezando y con otro cigarrillo Luke "Además que ya casi son las seis de la mañana" viendo su reloj de pulsera.
"Sí, el sol está comenzando a salir" despegó la vista de la castaña para fijarse que las estrellas casi eran imperceptibles y la luna se hacía cada vez más borrosa, en cambio entre las montañas de algún país que eran vistas desde allí el sol empezaba a hacer su aparición.
Dejó a la muchacha allí sentada durmiendo y se fue junto con Luke a donde estaban Jack y Draco. Se apoyaron en la baranda viendo que se empezaba a ver más claramente una tierra con hermosas y antiguos edificios... Estaban llegando a Roma.
Notas de la autora: ¡Hola! Sí, lo sé... Me tardé un poco, pero estaba desencantada con esta historia porque las ideas no se aparecían por la cabeza. Pero unos momentos de lectura facilitaron que mi mente comenzara a relatar desde este capítulo hasta el final... Así que ya sé como termina.
Bueno, este capítulo hubo algo de relevancia que aquí recalcaré por si no se dieron cuenta: Algo puede destruir la conexión de las varitas de Harry y Voldemort, Seth parece sentir algo por Hermione después de todo... Y la muchacha debe servir de algo más para la vuelta del Lord Oscuro, no sólo sus conocimientos de Historia y dialectos son importantes... ¿Adivinan?
Adelantos: Empieza el plan de los mortífagos, llevan a cabo la primera parte usando a Brad Stiles; el grupo muy temprano en la mañana averiguan el estado de Ginny y que ya están en Roma los seguidores de Voldemort... Y es desvelada para el grupo la función de cada secuestrado.
Está bien, ojalá les haya gustado este capítulo y me dejen algún review con su opinión.
Kisses,
Sirenita
