Hechizo de Amor...
Por: Karonte
Capítulo VI: Leyendo el destino.
Han pasado dos semanas desde el concierto en el invernadero, dos semanas en las que habían ocurrido muchas cosas, para comenzar, la compañía Strafford había regresado a América, por lo menos la mayoría de ellos, Karen, John y Terry habían disfrutado de algunos días libres antes de tomar un barco de regreso a Nueva York, Sara por su lado también había terminado sus presentaciones y por lo tanto tenía el tiempo suficiente para arreglar sus asuntos antes de regresar a casa.
Esas dos semanas fueron suficientes como para que Terry encontrara en Sara no sólo una buena amiga, sino una chica llena de secretos y sorpresas. Uno de esos días en que terminaba los preparativos para el viaje de regreso a América, había estado pensando todo el día en lo que la chica le había dicho esa noche, después del concierto en el invernadero...
Flashback -Sólo puedo decirte que tu sueño no es más que el miedo que esconde tu corazón al respecto de esa mujer- explicó con la cabeza y mirada bajas, su tono de voz era apagado -tal vez... pasa algo?... – había preguntado curioso – no me dirás que estas celosa cierto?- la embromo -No... es sólo que estoy cansada... - contestó de igual forma -Me gustaría que confiaras en mí de la misma forma en que yo lo hago contigo – le había dicho alzando su rostro con sus manos en un gesto tierno -confío en ti... -si lo que dices es verdad... demuéstralo, dime algo que nadie más sepa -regresaré a Nueva York en tu barco- declaró con una sonrisa en su rostro -tramposa... entonces supongo que si te hago una pregunta más específica le darás la vuelta- dijo sin soltarle el rostro con sus manos, quería acorralarla, de alguna forma se estaba cansando de los secretos, y usaba una táctica infalible: su encanto, si ella era como Candy, el mal modo serviría, pero ya le había demostrado que de alguna forma serviría mejor el buen modo. -qué es lo que quieres saber?- preguntó sin embargo fue ahí donde no sabía que responder, después de todo no sabía nada y quería saberlo todo. -¿qué es lo que te pasa, por que siempre sonríes y tus ojos son el reflejo mismo de la tristeza... -suspiró agregando- cómo es que sabes lo que pienso, cómo es que haces cosas que nadie más podría hacer?- preguntó de repente, tal vez no era buena pregunta pero serviría -tus ojos... tus ojos me dicen todo lo que quiero saber- contestó sin más -En serio? Pueden mis ojos decirte lo que estoy pensando ahora- dijo mirándola con intensidad, una de esas miradas que derretían a cualquiera, la chica sonrió, cualquiera se hubiese sonrojado con una mirada intensa de Terry, ella simplemente había sonreído -gracias por asistir al concierto, que descanses Terry- había contestado soltándose del chico y bajando del auto para comenzar a caminar hacia su casa
No había dado ni cinco pasos cuando... -Eras tu verdad? Tú eras la chica del lago- dijo Terry de repente, ya le había preguntado acerca de sus costumbres de nadar en el agua helada por las noches y ella como siempre le había dado la vuelta a su pregunta -Buenas noches Terry... - fue lo único que contestó sin siquiera voltear a verle
Fin de flashback
No sabía que pensar, pues la chica nunca le contestó el por que de su malestar anímico, sin embargo era tiempo de poner las cartas sobre la mesa, el buen modo no había servido, después de todo era tan parecida a Candy como nadie más, así que ahora sería el mal modo, tendría que atraparla con las manos en la masa, tarde o temprano regresaría al lago, tarde o temprano su muro se cuartearía y él podría derrumbarlo... sin habérselo propuesto había llegado hasta el domicilio de la chica, Baltazar ya sabía el camino, se apeó del caballo para abrir las rejas de la propiedad, todo estaba tan solitario como se puede esperar de una propiedad que sólo alberga a una sola persona, cuando...
-quien es usted, identifíquese! – dijo imperativamente una voz masculina parada tras Terry -Busco a Sara Evans- dijo secamente Terry incómodo pues sabía reconocer que el objeto puntiagudo que le oprimía la espalda era una daga o algo similar -no te pregunté a quien buscabas, sino quien eres?- repitió el hombre y de alguna forma Terry reconoció en él un acento diferente al de cualquier lugareño -no te diré mi nombre si no lo pides por favor- contestó en tono de mofa -no creo que estés en posición de pedir algo -no temo a nadie que me amenaza con un arma por la espalda, no es de caballeros- contestó estoicamente sin perder su porte -entonces veme de frente "inglesito"- dijo volteándolo del hombro, Terry se encontró no frente a uno, sino frente a cinco chicos que lo miraban de forma desconfiada dos de ellos a penas eran unos chiquillos vestidos de forma bastante peculiar, mientras los otros tres eran jóvenes de aproximadamente su misma edad, su agresor vestía pantalones de cuero negro u llevaba una camisa negra abierta completamente,su oreja izquierda llevaba un aro de oro, llevaba barba de candado y su cabello algo rizado estaba sutilmente despeinado, eso no le preocupaba, sino la chica, seguramente sola y sin protección podían haberla lastimado, tenía que ganar tiempo para averiguar si ella estaba bien -Vaya, si son cinco y no uno, bien no traigo mucho dinero y no crean que dejaré que me despojen de lo mío tan fácilmente- dijo con una sonrisa burlona y firme- mientras esperaba que lo atacaran entre todos -Vaya, el "inglesito" tiene agallas, espero hables en serio no te vayas a ensuciar demasiado- se burló el chico -Si quieres pelear hazlo, no busques escape con una riña verbal por que déjame advertirte que entonces ya perdiste- contestó Terry -buscas pelea?, bueno pero no será aquí sino en donde nosotros digamos- dijo el que parecía ser el líder -te sigo- dijo Terry de la manera más seria
Los chicos guiaron a Terry a través de los jardines de la mansión de Sara hasta llegar a lo que parecía un campamento con varias carretas y caballos, habían algunos tendederos con ropa colgada por un lado, por el otro estaba lo que quedaba de una fogata, seguramente llevaban ahí desde esa noche, tomando a Sara por sorpresa cuando regresaba del concierto. Por otro lado había varios hombres afilando cuchillos que en cuanto los vieron llegar se pusieron de pie y en alerta, había algunas mujeres con niños pequeños, todas vestidas en un estilo bastante estrafalario desde su punto de vista, seguramente era españoles, por eso le resultaba extraño su acento, pero había escuchado algo de italiano y hasta rumano, era extraño, parecían personajes de algún circo... cuando cayo en cuenta, la ropa, las botas de cuero, los lazos en brazos y piernas, los corpiños, las telas de colores brillantes y alegres, los pendientes en las orejas... gitanos!
- Bien "inglesito" elige, con las manos o prefieres un arma- dijo el chico - como prefieras, aún así perderás- contestó arrogante
La voz de pelea se había expandido por todo el campamento, Terry se había quitado su chaqueta de montar, Baltazar estaba inquieto, el otro chico lo miraba desafiante, todas las personas los habían rodeado cuando... -José!! Qué estas haciendo!?- dijo en tono de reproche una voz femenina que salía de una de las carretas -Sara?- reconoció Terry que de inmediato se sorprendió con lo que veía, pues frente a sus ojos estaba la chica, envuelta al mejor estilo gitano que hubiese imaginado, su falda negra larga de vuelos, las botas de agujeta, la blusa blanca con el corpiño de cuero negro de agujeta, al cuello su medallón, y el cabello suelto- eres tú?- preguntó aún sorprendido - Terry!- sonrió- quien si no? – dijo acercándose- perdona, mis amigos debieron de haberte dado un mal rato -Nunca está de más asegurarse Sara, no queremos incidentes, no ahora que...- dijo el chico llamado José -lo bueno es que no pasó a mayores- interrumpió la chica con una gran sonrisa cuando de la carreta de donde había salido ella salió una mujer de edad avanzada -Te pido una disculpa- dijo el chico ofreciéndole la mano -aceptada- dijo Terry estrechando la mano del chico- los amigos de Sara son mis amigos- agregó sonriente y más relajado - no vas a presentarnos a tu amigo pequeña Isabella?- dijo la mujer de edad con un acento totalmente rumano -Terry, esta es mi familia – dijo la chica refiriéndose a todos los que estaban presentes -un placer- dijo Terry tomando la mano de la anciana y besándola -el placer es todo mío, hermoso, si que es un buen partido Isabella – dijo la mujer con una gran sonrisa en rumano por lo que Terry no entendió y lanzó una mirada de duda a la chica que simplemente le sonrió negando con la cabeza
Después de las presentaciones formales ambos chicos estaban dentro de la carreta de la anciana sentados frente a una pequeña mesa mientras la anciana preparaba algo de thé. Los dos en silencio, ella sin esperar que él llegara a su casa en esos momentos y él sin siquiera soñar lo que estaba ocurriendo. La tarde fue amena para Terry que si bien estaba acostumbrado a tratar con todo tipo de personas esta era una nueva experiencia de la cual aprender y disfrutar, todos se comportaban como verdadera familia aún si no tenían la misma sangre corriendo por sus venas, como pudo descubrir Terry, era un grupo de gitanos que viajaba por toda Europa, y por lo mismo entre sus filas había personas de todas partes del viejo continente, cada una con una cultura diferente, pero con algo en común y que caracterizaba a ese grupo: Libertad y amor hacia la vida, de todos y cada uno de ellos se llevó algo ese día...
Nos dedicamos al espectáculo- decía José una vez que la mayoría de los miembros del grupo se encontraban frente a una gran fogata- teatro, música, malabarismo, danza... - contaba mientras los demás comenzaban a tocar música o a bailar para amenizar el momento
Terry estaba sentado junto a Sara, quien se veía realmente feliz, parecía pez en el agua.
- Pequeña Isabella, baila para nosotros- dijo un hombre de edad avanzada y el líder de los gitanos -Como guste padre- dijo la chica en tono de respeto mientras los demás comenzaban a llevar el ritmo con los violines, y las palmas, Sara comenzó a bailar entre las sombras de la noche, sus pasos eran ágiles y graciosos como los de una gacela, sus movimientos seductores a los ojos de cualquiera, Terry estaba asombrado, a cada paso descubría un pequeño trozo de vida de la chica y aún no estaba satisfecho, ¿Quién era ella que todo a su alrededor le parecía interesante?, era como si tuviera un aura atrayente a todo aquel que la mirara.
Cuando Sara terminó de bailar se aproximó al anciano y le besó la mano, quien a su vez besó cual padre a su pequeña en la frente con gran dulzura, todos aplaudieron, Sara fue con Terry.
Estuviste magnífica, no sabía que fueras tan buena bailarina de danzas populares- dijo en tono de mofa para embromarla Pues ya ves que si- dijo con una gran sonrisa- algún día te enseñaré si lo deseas- le guiño un ojo en complicidad Te lo agradezco, aunque no gusto demasiado del baile- agregó con una sonrisa pícara- pero dime, por que te llaman Isabella?- preguntó, obviamente no había pasado por alto ese pequeño detalle -Por que es el vivo retrato de su madre Isabella- dijo de repente la anciana que se sentaba frente a ellos con una mano de cartas – dime Terrence, crees en el destino?- preguntó la mujer mirándole a los ojos -Creo que yo soy dueño de mi destino y del camino que debo elegir para cumplirlo- contestó seriamente -Muchacho listo- dijo barajando las cartas – me permites dar una ojeada a ese camino?- preguntó con una sonrisa amable
Si bien Terry no creía en esas cosas, sabía que las personas con las que estaba si lo hacían, era tradición de los gitanos ser un tanto supersticiosos y no quería ser desagradecido o grosero con personas tan amables e interesantes así que... Como usted guste, aunque debo ser honesto y decirle que no soy creyente de estas cosas- dijo, la mujer rió con ganas Me agrada tu honestidad muchacho, ahora toma las cartas y barájalas- le dio el mazo de cartas y él hizo lo que le dijo, Sara le miraba atentamente
La mujer pidió al chico que sacara siete cartas y las pusiera en una cierta posición, fue volteándolas una a una conforme Terry las acomodaba sin que expresión alguna pudiera leerse en su rostro cuando faltaban tres esperó...
Eres un chico honesto, tienes como guía al lobo que si bien es un animal solitario y fuerte también buscas la compañía de la manada cuando es necesario, capaz de proteger a los tuyos hasta la muerte y de quitarte el pan por ellos... mmmm el armadillo... tus defensas están al límite, te encierras en tu coraza cuando hay peligro de que alguien se acerque a tu alma... - dijo mirando de reojo a Sara que mantenía su sonrisa amable- ...veo un camino sinuoso y difícil, lleno de decepciones que has sabido sobrellevar... el sol, en tu pasado brilla el sol, ¿acaso una mujer?... pero mira, te espera una recompensa ves? La copa de oro es el triunfo, hay éxito, has sabido caminar con paso firme tu camino y ahora ves los frutos de tu trabajo, brillas como el oro... - dijo y se detuvo -Pasa algo?- preguntó el chico al ver que la mujer se había quedado en silencio -Marishka te ha leído sólo el inicio del camino- dijo la mujer – ahora destapemos lo que acontecerá... - dijo destapando la siguiente carta... - ahhh el eclipse, lo suponía- dijo mirando de reojo a Sara – un momento de transición, de decisiones... tendrás que elegir entre el sol y la luna, una de ellas puede ser el camino adecuado para la felicidad... - sus ojos brillaron al destapar la siguiente- eres el elegido muchacho, eres uno de los pocos destinados a romper con la miseria, a desterrar las tristezas y aliviar el dolor del ángel- dijo señalando la carta que tenía una figura alada- eres tú quien puede romper la maldición del ángel- dijo y Sara le miró sorprendida sin decir palabra- y finalmente... OHH! que bella coincidencia, la luna, habla de una mujer, una mujer que tiene el alma de la noche... esa Terry, esa es tu alma gemela, esa por quien el lobo aúlla en las noches... claro que todo esta en la elección correcta, si eliges mal esa alma gemela sólo estará ahí y no contigo...
La noche había caído en el lugar, la fogata aún calentaba a quienes seguían bailando y cantando, esa era una vida de diversión y trabajo arduo. Terry había salido de la carreta acompañado de Sara que iba de su brazo y en la otra mano llevaba la rienda de Baltazar, que caminaba a trote muy tranquilo, se había mantenido silencioso, no creí en las cartas, pero si habían descrito parte de su persona, ahora que todas las frases que había escuchado en la carreta habían estado llenas de misterio, nada en concreto, nada que su analítica mente pudiera comprender, todo eran metáforas... Te has quedado muy silencioso, espero mis amigos no te hayan ofendido en algo, si es así me disculpo- dijo la chica sacándolo de sus pensamientos Lo siento, es que pensaba en lo que me dijo Mi abuela- completó la frase En serio es tu familia!, creí que los habías adoptado como tal como regularmente sucede entre ellos- dijo sorprendido No te culpo- contestó con una sonrisa- la mayoría lo piensa, Marishka es mi abuela, de tradición rumana, muy supersticiosa como viste- explicó Creí que tu madre era italiana Y lo era, mi madre nació en Italia y el abuelo era italiano, mi padre era inglés y yo... bueno nací en Londres pero parte de mi niñez viví en Florencia y otra parte en Bretaña y creo que soy... simplemente europea- bromeó mientras caminaba de su brazo con paso lento y suave disfrutando del jardín contagiando a Terry con su risa cristalina- y dime Terry que fue lo que te sorprendió de lo que te dijo mi abuela?- preguntó regresando al tema Todo y nada, no sé es difícil de comprender... La primera carta que sale en el mazo elegido representa la esencia de la persona, el retrato de su alma sin máscaras y las demás relatan el camino seguido por la vida, en este caso eres un lobo destinado a romper la maldición del ángel – suspiró la chica sin realmente pensarlo- pero no te sugestiones, como dices es difícil creer... y te ha leído las cartas a ti?- preguntó con curiosidad si... y?... fue hace tanto tiempo que no lo recuerdo – se salió por la tangente... como siempre sabes de que se trata esa maldición de la que hablaba, se escucha aterradora- se escuchó su encantador sarcasmo Cuenta que cuando el ángel bajo a la tierra lo hizo para acabar con las penas de los mortales, su canto aliviaba cualquier pesar, olvidaba las tristezas y alejaba al mal, un día el ángel rechazó al chacal que quería desposarle y vuelto en furia le lanzó una maldición, que decía que desde ese mismo instante, cualquier momento de verdadera felicidad se vería opacado por el velo de la muerte... Y cómo terminas con esa maldición?- preguntó Terry tan interesado como cualquier chiquillo que escuchara la historia El ángel trató de romper la maldición encerrando sus sentimientos de amor y felicidad en una sortija, así jamás podría llegar a sentirlos verdaderamente, y la escondió en el fondo de un lago, donde sólo los peces y la luna conocen el sitio exacto, se dice que si la sortija es puesta en la mano del ángel como símbolo inequívoco de amor verdadero por alguien que esté dispuesto a matar al chacal, la maldición se romperá... Es interesante, ¿cómo es que sabes todo eso?- preguntó extrañado La abuela me contaba esa historia cuando vivía con ella Y la crees?- Por que no habría de creerla?
Terry dejó a Sara en la puerta de su casa, había pasado una noche llena de emociones y relatos era hora de volver a la villa, seguramente Martha estaba preocupada, sin más montó a Baltazar y tras despedirse de su amiga con un ademán galopó hasta su casa para tener un merecido descanso.
Todo al parecer se iba esclareciendo con la chica Evans, de alguna forma comenzaba a darse cuenta de pequeños detalles, que esa noche con los gitanos iban tomando un poco más de orden en su mente. Ahora si estaba seguro de algo, Sara Evans era especial.
Los días pasaron sin que nada de extraordinario ocurriese, bueno tal vez el hecho de que después del concierto de beneficencia y de las fotografías publicadas en un diario local, los periodistas no dejaban ni a sol ni a sombra a Terry y Sara y los seguían por todos lados, sin embargo los chicos habían tomado una decisión, los dos era suficientemente famosos en sus géneros para darse el lujo de que siguieran hablando de ellos sin que se lo propusieran, así que era bastante divertido dar de qué hablar a la prensa, sobre todo si ninguno de ellos se prestaba para aclarar rumores o hacer entrevistas exclusivas que pusieran de manifiesto su verdadera relación. También cabía mencionar que Carl Hudson y Robert Hattaway estaban más que encantados con la publicidad que esto les originaba, Robert había mandado telegramas urgentes a Terry diciéndole, o más bien pidiéndole no desmintiera los rumores sobre su romance con Sara por que eso estaba aumentando las ventas de la obra aún no puesta en escena en Nueva York, así como de los patrocinadores, sin embargo a Terry jamás le importaba, si nunca desmintió el supuesto romance con Susana Marlon, Karen Claise y la princesa Alexandra de Austria, mucho menos lo haría ahora que salía y se divertía con su buena amiga Sara.
Las siete de la mañana en el puerto de Southamptom... Te digo algo? Dime... Ayer me decidí En serio? Sí... lo primero que haga llegando a Nueva York será tomar el primer tren a Chicago Me da gusto y qué le dirás? Que aún la amo y que quiero que sea mi esposa Me invitarás a la boda? Por supuesto, tendrás un lugar de honor, tal vez te presente a un buen amigo y lo enamores Terry!!
En un lugar de Chicago... y usted, Candice White Andrey toma por esposo a William Albert Andrey en salud y enfermedad hasta que la muerte los separe?...
CONTINUARA... N.de la A.: Antes que otra cosa una disculpa, han sido siglos pero mi tesis me ha mantenido en estrés constante, tuve que rehacer el cap. 6 por cuestiones de virus y esas cosas, pero ya esta. Gracias a las chicas que me han escrito esperando la continuación, espero no haberles quedado TAN mal con este cap. Prometo subir pronto el siguiente, por cierto si creen que me fumé algo raro mientras escribía, lo más probable es que estuviera desvelada y bajo los efectos de la cafeína =P. Cualquier comentario, duda, aclaración, o grosería ya saben donde encontrarme. Saludos y de nuevo perdón por la tardanza. Karonte
Por: Karonte
Capítulo VI: Leyendo el destino.
Han pasado dos semanas desde el concierto en el invernadero, dos semanas en las que habían ocurrido muchas cosas, para comenzar, la compañía Strafford había regresado a América, por lo menos la mayoría de ellos, Karen, John y Terry habían disfrutado de algunos días libres antes de tomar un barco de regreso a Nueva York, Sara por su lado también había terminado sus presentaciones y por lo tanto tenía el tiempo suficiente para arreglar sus asuntos antes de regresar a casa.
Esas dos semanas fueron suficientes como para que Terry encontrara en Sara no sólo una buena amiga, sino una chica llena de secretos y sorpresas. Uno de esos días en que terminaba los preparativos para el viaje de regreso a América, había estado pensando todo el día en lo que la chica le había dicho esa noche, después del concierto en el invernadero...
Flashback -Sólo puedo decirte que tu sueño no es más que el miedo que esconde tu corazón al respecto de esa mujer- explicó con la cabeza y mirada bajas, su tono de voz era apagado -tal vez... pasa algo?... – había preguntado curioso – no me dirás que estas celosa cierto?- la embromo -No... es sólo que estoy cansada... - contestó de igual forma -Me gustaría que confiaras en mí de la misma forma en que yo lo hago contigo – le había dicho alzando su rostro con sus manos en un gesto tierno -confío en ti... -si lo que dices es verdad... demuéstralo, dime algo que nadie más sepa -regresaré a Nueva York en tu barco- declaró con una sonrisa en su rostro -tramposa... entonces supongo que si te hago una pregunta más específica le darás la vuelta- dijo sin soltarle el rostro con sus manos, quería acorralarla, de alguna forma se estaba cansando de los secretos, y usaba una táctica infalible: su encanto, si ella era como Candy, el mal modo serviría, pero ya le había demostrado que de alguna forma serviría mejor el buen modo. -qué es lo que quieres saber?- preguntó sin embargo fue ahí donde no sabía que responder, después de todo no sabía nada y quería saberlo todo. -¿qué es lo que te pasa, por que siempre sonríes y tus ojos son el reflejo mismo de la tristeza... -suspiró agregando- cómo es que sabes lo que pienso, cómo es que haces cosas que nadie más podría hacer?- preguntó de repente, tal vez no era buena pregunta pero serviría -tus ojos... tus ojos me dicen todo lo que quiero saber- contestó sin más -En serio? Pueden mis ojos decirte lo que estoy pensando ahora- dijo mirándola con intensidad, una de esas miradas que derretían a cualquiera, la chica sonrió, cualquiera se hubiese sonrojado con una mirada intensa de Terry, ella simplemente había sonreído -gracias por asistir al concierto, que descanses Terry- había contestado soltándose del chico y bajando del auto para comenzar a caminar hacia su casa
No había dado ni cinco pasos cuando... -Eras tu verdad? Tú eras la chica del lago- dijo Terry de repente, ya le había preguntado acerca de sus costumbres de nadar en el agua helada por las noches y ella como siempre le había dado la vuelta a su pregunta -Buenas noches Terry... - fue lo único que contestó sin siquiera voltear a verle
Fin de flashback
No sabía que pensar, pues la chica nunca le contestó el por que de su malestar anímico, sin embargo era tiempo de poner las cartas sobre la mesa, el buen modo no había servido, después de todo era tan parecida a Candy como nadie más, así que ahora sería el mal modo, tendría que atraparla con las manos en la masa, tarde o temprano regresaría al lago, tarde o temprano su muro se cuartearía y él podría derrumbarlo... sin habérselo propuesto había llegado hasta el domicilio de la chica, Baltazar ya sabía el camino, se apeó del caballo para abrir las rejas de la propiedad, todo estaba tan solitario como se puede esperar de una propiedad que sólo alberga a una sola persona, cuando...
-quien es usted, identifíquese! – dijo imperativamente una voz masculina parada tras Terry -Busco a Sara Evans- dijo secamente Terry incómodo pues sabía reconocer que el objeto puntiagudo que le oprimía la espalda era una daga o algo similar -no te pregunté a quien buscabas, sino quien eres?- repitió el hombre y de alguna forma Terry reconoció en él un acento diferente al de cualquier lugareño -no te diré mi nombre si no lo pides por favor- contestó en tono de mofa -no creo que estés en posición de pedir algo -no temo a nadie que me amenaza con un arma por la espalda, no es de caballeros- contestó estoicamente sin perder su porte -entonces veme de frente "inglesito"- dijo volteándolo del hombro, Terry se encontró no frente a uno, sino frente a cinco chicos que lo miraban de forma desconfiada dos de ellos a penas eran unos chiquillos vestidos de forma bastante peculiar, mientras los otros tres eran jóvenes de aproximadamente su misma edad, su agresor vestía pantalones de cuero negro u llevaba una camisa negra abierta completamente,su oreja izquierda llevaba un aro de oro, llevaba barba de candado y su cabello algo rizado estaba sutilmente despeinado, eso no le preocupaba, sino la chica, seguramente sola y sin protección podían haberla lastimado, tenía que ganar tiempo para averiguar si ella estaba bien -Vaya, si son cinco y no uno, bien no traigo mucho dinero y no crean que dejaré que me despojen de lo mío tan fácilmente- dijo con una sonrisa burlona y firme- mientras esperaba que lo atacaran entre todos -Vaya, el "inglesito" tiene agallas, espero hables en serio no te vayas a ensuciar demasiado- se burló el chico -Si quieres pelear hazlo, no busques escape con una riña verbal por que déjame advertirte que entonces ya perdiste- contestó Terry -buscas pelea?, bueno pero no será aquí sino en donde nosotros digamos- dijo el que parecía ser el líder -te sigo- dijo Terry de la manera más seria
Los chicos guiaron a Terry a través de los jardines de la mansión de Sara hasta llegar a lo que parecía un campamento con varias carretas y caballos, habían algunos tendederos con ropa colgada por un lado, por el otro estaba lo que quedaba de una fogata, seguramente llevaban ahí desde esa noche, tomando a Sara por sorpresa cuando regresaba del concierto. Por otro lado había varios hombres afilando cuchillos que en cuanto los vieron llegar se pusieron de pie y en alerta, había algunas mujeres con niños pequeños, todas vestidas en un estilo bastante estrafalario desde su punto de vista, seguramente era españoles, por eso le resultaba extraño su acento, pero había escuchado algo de italiano y hasta rumano, era extraño, parecían personajes de algún circo... cuando cayo en cuenta, la ropa, las botas de cuero, los lazos en brazos y piernas, los corpiños, las telas de colores brillantes y alegres, los pendientes en las orejas... gitanos!
- Bien "inglesito" elige, con las manos o prefieres un arma- dijo el chico - como prefieras, aún así perderás- contestó arrogante
La voz de pelea se había expandido por todo el campamento, Terry se había quitado su chaqueta de montar, Baltazar estaba inquieto, el otro chico lo miraba desafiante, todas las personas los habían rodeado cuando... -José!! Qué estas haciendo!?- dijo en tono de reproche una voz femenina que salía de una de las carretas -Sara?- reconoció Terry que de inmediato se sorprendió con lo que veía, pues frente a sus ojos estaba la chica, envuelta al mejor estilo gitano que hubiese imaginado, su falda negra larga de vuelos, las botas de agujeta, la blusa blanca con el corpiño de cuero negro de agujeta, al cuello su medallón, y el cabello suelto- eres tú?- preguntó aún sorprendido - Terry!- sonrió- quien si no? – dijo acercándose- perdona, mis amigos debieron de haberte dado un mal rato -Nunca está de más asegurarse Sara, no queremos incidentes, no ahora que...- dijo el chico llamado José -lo bueno es que no pasó a mayores- interrumpió la chica con una gran sonrisa cuando de la carreta de donde había salido ella salió una mujer de edad avanzada -Te pido una disculpa- dijo el chico ofreciéndole la mano -aceptada- dijo Terry estrechando la mano del chico- los amigos de Sara son mis amigos- agregó sonriente y más relajado - no vas a presentarnos a tu amigo pequeña Isabella?- dijo la mujer de edad con un acento totalmente rumano -Terry, esta es mi familia – dijo la chica refiriéndose a todos los que estaban presentes -un placer- dijo Terry tomando la mano de la anciana y besándola -el placer es todo mío, hermoso, si que es un buen partido Isabella – dijo la mujer con una gran sonrisa en rumano por lo que Terry no entendió y lanzó una mirada de duda a la chica que simplemente le sonrió negando con la cabeza
Después de las presentaciones formales ambos chicos estaban dentro de la carreta de la anciana sentados frente a una pequeña mesa mientras la anciana preparaba algo de thé. Los dos en silencio, ella sin esperar que él llegara a su casa en esos momentos y él sin siquiera soñar lo que estaba ocurriendo. La tarde fue amena para Terry que si bien estaba acostumbrado a tratar con todo tipo de personas esta era una nueva experiencia de la cual aprender y disfrutar, todos se comportaban como verdadera familia aún si no tenían la misma sangre corriendo por sus venas, como pudo descubrir Terry, era un grupo de gitanos que viajaba por toda Europa, y por lo mismo entre sus filas había personas de todas partes del viejo continente, cada una con una cultura diferente, pero con algo en común y que caracterizaba a ese grupo: Libertad y amor hacia la vida, de todos y cada uno de ellos se llevó algo ese día...
Nos dedicamos al espectáculo- decía José una vez que la mayoría de los miembros del grupo se encontraban frente a una gran fogata- teatro, música, malabarismo, danza... - contaba mientras los demás comenzaban a tocar música o a bailar para amenizar el momento
Terry estaba sentado junto a Sara, quien se veía realmente feliz, parecía pez en el agua.
- Pequeña Isabella, baila para nosotros- dijo un hombre de edad avanzada y el líder de los gitanos -Como guste padre- dijo la chica en tono de respeto mientras los demás comenzaban a llevar el ritmo con los violines, y las palmas, Sara comenzó a bailar entre las sombras de la noche, sus pasos eran ágiles y graciosos como los de una gacela, sus movimientos seductores a los ojos de cualquiera, Terry estaba asombrado, a cada paso descubría un pequeño trozo de vida de la chica y aún no estaba satisfecho, ¿Quién era ella que todo a su alrededor le parecía interesante?, era como si tuviera un aura atrayente a todo aquel que la mirara.
Cuando Sara terminó de bailar se aproximó al anciano y le besó la mano, quien a su vez besó cual padre a su pequeña en la frente con gran dulzura, todos aplaudieron, Sara fue con Terry.
Estuviste magnífica, no sabía que fueras tan buena bailarina de danzas populares- dijo en tono de mofa para embromarla Pues ya ves que si- dijo con una gran sonrisa- algún día te enseñaré si lo deseas- le guiño un ojo en complicidad Te lo agradezco, aunque no gusto demasiado del baile- agregó con una sonrisa pícara- pero dime, por que te llaman Isabella?- preguntó, obviamente no había pasado por alto ese pequeño detalle -Por que es el vivo retrato de su madre Isabella- dijo de repente la anciana que se sentaba frente a ellos con una mano de cartas – dime Terrence, crees en el destino?- preguntó la mujer mirándole a los ojos -Creo que yo soy dueño de mi destino y del camino que debo elegir para cumplirlo- contestó seriamente -Muchacho listo- dijo barajando las cartas – me permites dar una ojeada a ese camino?- preguntó con una sonrisa amable
Si bien Terry no creía en esas cosas, sabía que las personas con las que estaba si lo hacían, era tradición de los gitanos ser un tanto supersticiosos y no quería ser desagradecido o grosero con personas tan amables e interesantes así que... Como usted guste, aunque debo ser honesto y decirle que no soy creyente de estas cosas- dijo, la mujer rió con ganas Me agrada tu honestidad muchacho, ahora toma las cartas y barájalas- le dio el mazo de cartas y él hizo lo que le dijo, Sara le miraba atentamente
La mujer pidió al chico que sacara siete cartas y las pusiera en una cierta posición, fue volteándolas una a una conforme Terry las acomodaba sin que expresión alguna pudiera leerse en su rostro cuando faltaban tres esperó...
Eres un chico honesto, tienes como guía al lobo que si bien es un animal solitario y fuerte también buscas la compañía de la manada cuando es necesario, capaz de proteger a los tuyos hasta la muerte y de quitarte el pan por ellos... mmmm el armadillo... tus defensas están al límite, te encierras en tu coraza cuando hay peligro de que alguien se acerque a tu alma... - dijo mirando de reojo a Sara que mantenía su sonrisa amable- ...veo un camino sinuoso y difícil, lleno de decepciones que has sabido sobrellevar... el sol, en tu pasado brilla el sol, ¿acaso una mujer?... pero mira, te espera una recompensa ves? La copa de oro es el triunfo, hay éxito, has sabido caminar con paso firme tu camino y ahora ves los frutos de tu trabajo, brillas como el oro... - dijo y se detuvo -Pasa algo?- preguntó el chico al ver que la mujer se había quedado en silencio -Marishka te ha leído sólo el inicio del camino- dijo la mujer – ahora destapemos lo que acontecerá... - dijo destapando la siguiente carta... - ahhh el eclipse, lo suponía- dijo mirando de reojo a Sara – un momento de transición, de decisiones... tendrás que elegir entre el sol y la luna, una de ellas puede ser el camino adecuado para la felicidad... - sus ojos brillaron al destapar la siguiente- eres el elegido muchacho, eres uno de los pocos destinados a romper con la miseria, a desterrar las tristezas y aliviar el dolor del ángel- dijo señalando la carta que tenía una figura alada- eres tú quien puede romper la maldición del ángel- dijo y Sara le miró sorprendida sin decir palabra- y finalmente... OHH! que bella coincidencia, la luna, habla de una mujer, una mujer que tiene el alma de la noche... esa Terry, esa es tu alma gemela, esa por quien el lobo aúlla en las noches... claro que todo esta en la elección correcta, si eliges mal esa alma gemela sólo estará ahí y no contigo...
La noche había caído en el lugar, la fogata aún calentaba a quienes seguían bailando y cantando, esa era una vida de diversión y trabajo arduo. Terry había salido de la carreta acompañado de Sara que iba de su brazo y en la otra mano llevaba la rienda de Baltazar, que caminaba a trote muy tranquilo, se había mantenido silencioso, no creí en las cartas, pero si habían descrito parte de su persona, ahora que todas las frases que había escuchado en la carreta habían estado llenas de misterio, nada en concreto, nada que su analítica mente pudiera comprender, todo eran metáforas... Te has quedado muy silencioso, espero mis amigos no te hayan ofendido en algo, si es así me disculpo- dijo la chica sacándolo de sus pensamientos Lo siento, es que pensaba en lo que me dijo Mi abuela- completó la frase En serio es tu familia!, creí que los habías adoptado como tal como regularmente sucede entre ellos- dijo sorprendido No te culpo- contestó con una sonrisa- la mayoría lo piensa, Marishka es mi abuela, de tradición rumana, muy supersticiosa como viste- explicó Creí que tu madre era italiana Y lo era, mi madre nació en Italia y el abuelo era italiano, mi padre era inglés y yo... bueno nací en Londres pero parte de mi niñez viví en Florencia y otra parte en Bretaña y creo que soy... simplemente europea- bromeó mientras caminaba de su brazo con paso lento y suave disfrutando del jardín contagiando a Terry con su risa cristalina- y dime Terry que fue lo que te sorprendió de lo que te dijo mi abuela?- preguntó regresando al tema Todo y nada, no sé es difícil de comprender... La primera carta que sale en el mazo elegido representa la esencia de la persona, el retrato de su alma sin máscaras y las demás relatan el camino seguido por la vida, en este caso eres un lobo destinado a romper la maldición del ángel – suspiró la chica sin realmente pensarlo- pero no te sugestiones, como dices es difícil creer... y te ha leído las cartas a ti?- preguntó con curiosidad si... y?... fue hace tanto tiempo que no lo recuerdo – se salió por la tangente... como siempre sabes de que se trata esa maldición de la que hablaba, se escucha aterradora- se escuchó su encantador sarcasmo Cuenta que cuando el ángel bajo a la tierra lo hizo para acabar con las penas de los mortales, su canto aliviaba cualquier pesar, olvidaba las tristezas y alejaba al mal, un día el ángel rechazó al chacal que quería desposarle y vuelto en furia le lanzó una maldición, que decía que desde ese mismo instante, cualquier momento de verdadera felicidad se vería opacado por el velo de la muerte... Y cómo terminas con esa maldición?- preguntó Terry tan interesado como cualquier chiquillo que escuchara la historia El ángel trató de romper la maldición encerrando sus sentimientos de amor y felicidad en una sortija, así jamás podría llegar a sentirlos verdaderamente, y la escondió en el fondo de un lago, donde sólo los peces y la luna conocen el sitio exacto, se dice que si la sortija es puesta en la mano del ángel como símbolo inequívoco de amor verdadero por alguien que esté dispuesto a matar al chacal, la maldición se romperá... Es interesante, ¿cómo es que sabes todo eso?- preguntó extrañado La abuela me contaba esa historia cuando vivía con ella Y la crees?- Por que no habría de creerla?
Terry dejó a Sara en la puerta de su casa, había pasado una noche llena de emociones y relatos era hora de volver a la villa, seguramente Martha estaba preocupada, sin más montó a Baltazar y tras despedirse de su amiga con un ademán galopó hasta su casa para tener un merecido descanso.
Todo al parecer se iba esclareciendo con la chica Evans, de alguna forma comenzaba a darse cuenta de pequeños detalles, que esa noche con los gitanos iban tomando un poco más de orden en su mente. Ahora si estaba seguro de algo, Sara Evans era especial.
Los días pasaron sin que nada de extraordinario ocurriese, bueno tal vez el hecho de que después del concierto de beneficencia y de las fotografías publicadas en un diario local, los periodistas no dejaban ni a sol ni a sombra a Terry y Sara y los seguían por todos lados, sin embargo los chicos habían tomado una decisión, los dos era suficientemente famosos en sus géneros para darse el lujo de que siguieran hablando de ellos sin que se lo propusieran, así que era bastante divertido dar de qué hablar a la prensa, sobre todo si ninguno de ellos se prestaba para aclarar rumores o hacer entrevistas exclusivas que pusieran de manifiesto su verdadera relación. También cabía mencionar que Carl Hudson y Robert Hattaway estaban más que encantados con la publicidad que esto les originaba, Robert había mandado telegramas urgentes a Terry diciéndole, o más bien pidiéndole no desmintiera los rumores sobre su romance con Sara por que eso estaba aumentando las ventas de la obra aún no puesta en escena en Nueva York, así como de los patrocinadores, sin embargo a Terry jamás le importaba, si nunca desmintió el supuesto romance con Susana Marlon, Karen Claise y la princesa Alexandra de Austria, mucho menos lo haría ahora que salía y se divertía con su buena amiga Sara.
Las siete de la mañana en el puerto de Southamptom... Te digo algo? Dime... Ayer me decidí En serio? Sí... lo primero que haga llegando a Nueva York será tomar el primer tren a Chicago Me da gusto y qué le dirás? Que aún la amo y que quiero que sea mi esposa Me invitarás a la boda? Por supuesto, tendrás un lugar de honor, tal vez te presente a un buen amigo y lo enamores Terry!!
En un lugar de Chicago... y usted, Candice White Andrey toma por esposo a William Albert Andrey en salud y enfermedad hasta que la muerte los separe?...
CONTINUARA... N.de la A.: Antes que otra cosa una disculpa, han sido siglos pero mi tesis me ha mantenido en estrés constante, tuve que rehacer el cap. 6 por cuestiones de virus y esas cosas, pero ya esta. Gracias a las chicas que me han escrito esperando la continuación, espero no haberles quedado TAN mal con este cap. Prometo subir pronto el siguiente, por cierto si creen que me fumé algo raro mientras escribía, lo más probable es que estuviera desvelada y bajo los efectos de la cafeína =P. Cualquier comentario, duda, aclaración, o grosería ya saben donde encontrarme. Saludos y de nuevo perdón por la tardanza. Karonte
