Hechizo de Amor...
Por: Karonte.
Capítulo VIII: De golpe contra el destino.Lo había deseado, estar frente a frente y ahora era el momento...
Candy... - dijo suavemente al ver a la mujer vestida sencillamente, con los rizos recogidos en un rodete y una sonrisa
Terry... - pensó al verlo a contraluz, había pasado tanto tiempo, sintió alegría en el corazón, pero también desasosiego
Terry fue el primero en moverse, caminó hacia ella mirándole a los ojos y como siempre ella no rehuía a su mirada, sintió en el corazón calidez, pues vio brillar la esperanza, sin embargo de pronto algo cambio.
Ella... ya no me mira igual- pensó mientras caminaba hacia ella y la sonrisa desapareció de sus labios
Terry, realmente me da gusto verte- fue ella la que habló primero tendiéndole la mano, el chico la tomó y la besó con galantería, ya no eran unos adolescentes, Candy se había convertido en una hermosa mujer y le presentaba sus respetos como tal.
Puedo decir lo mismo pecas- se atrevió a decir esperando que esto le diera una idea de lo que estaba pasando por la cabeza de la chica
Candy sonrió, hacía mucho que nadie le llamaba de esa forma, no con el mismo acento e inflexión de voz, no con tanto cariño.
hace mucho tiempo que nadie me llama así, pero toma asiento, gustaría saber el motivo de tan agradable visita- dijo con su tono siempre amable, sin embargo para Terry fue frío e impersonal
Mientras tanto en el portal de las rosas Sara caminaba entre los rosales admirando el cuidado de las hermosas flores.
Parecería que siempre han estado en flor- se dijo mientras se acercaba a oler una, cuando a sus espaldas..
-Sara?... – escuchó una voz masculina
En el salón podía sentirse la tensión del momento, Terry hubiese esperado que Candy al verlo se le lanzara a los brazos y al decirle que la amaba, volver a besar sus labios con el sentimiento a flor de piel. Había imaginado muchos encuentros en los que ambos terminaban besándose y diciéndose que aún se amaban como hacía unos años, pero lo que encontró no fue sino frialdad, Candy seguía teniendo esa sonrisa dulce, esos ojos color esmeralda que podían hacer temblar a cualquiera, pero esa mirada que sólo guardaba para él ¿dónde había quedado? Algo había pasado en todo ese tiempo, y temía que fuera lo peor.
Y si me ha olvidado...- pensó negativo
Podrás reconquistarla- escuchó la voz de Sara en su cabeza dándole ánimos
Y cómo has estado?- preguntó Terry tratando de obtener información
Bien, soy feliz si a eso te refieres- contestó guiñando mientras servía el té- y tú Terry, cómo has estado?- agregó mirándolo sonriente- tengo entendido que tienes éxito en el teatro y he leído algo en los periódicos, pero contigo nunca se sabe.
Ya sabes que no me gusta dar entrevistas- dijo tomando la taza que ella le ofrecía cuando lo vio, sintió que el corazón se le detuvo por unos instantes, entonces su peor pesadilla era cierta ella no sólo le había olvidado, lo había reemplazado.
Soltó la taza de te que cayó sobre el tapete y se rompió, de inmediato se incorporó y tomó la mano izquierda de Candy que lucía la argolla matrimonial ante la sorpresa de ésta que no sabía de qué se trataba todo eso.
Te casaste?- preguntó y su rostro se hizo sombrío
Sí, hace poco, pensé que lo sabías- dijo la rubia sin saber que hacer
No, no lo sabía- dijo soltando su mano, y volviendo a sentarse, sintió que el mundo se le venía encima, como si cayera dentro de un agujero negro y profundo, sin fin- espero seas muy dichosa- dijo con tono serio, y era tan buen actor que Candy no diferenció la decepción en su voz y rostro, de inmediato se inclinó para levantar la taza
Terry, yo... no sé que decirte, cuando te fuiste con Susana creí que...- empezó a decir intuyendo que posiblemente aún la creía soltera y disponible y lo detenía para que no levantara nada.
No es eso Candy, simplemente me sorprendió la noticia- dijo mirándola de frente, su rostro no expresaba emoción alguna, sin embargo sus ojos estaban opacos de tristeza, la cual Candy ya no podía advertir ni diferenciar.
Lo siento, si hubiera podido localizarte, te hubiera enviado una invitación, pero me enteré que estabas de gira por Escocia
Me hubiera encantado asistir y verte vestida de blanco- mintió-
Hubiera sido lindo verte ahí, compartiendo mi felicidad- le dijo con voz plagada de cariño, que más que reconfortarlo, lo hacía sentir peor, sin embargo algo tenía muy en claro, si "su" Candy era feliz con o sin él a su lado eso de alguna forma lo alegraba.
... gracias Candy, siempre sabes que decir- dijo muy serio, ahora quedaba lo difícil, preguntar quién era su reemplazo, por un lado quería saber quien era y comparar, buscar eso que no tenía él y que había cautivado al amor de su vida; y por el otro prefería no saber nada, tal vez no lo resistiría, ya lo odiaba sin conocerlo. Sin embargo también estaba el hecho de que si no preguntaba sería una descortesía para la rubia, así que "tomaría al toro por los cuernos"
Y dime Candy, quien es el afortunado que tomó el riesgo de casarse contigo?- trató de utilizar un tono de mofa para encubrir lo que realmente sentía
Albert- dijo y una sonrisa le iluminó el rostro, dándole el tiro de gracia
Al-Albert?- preguntó con un nudo en la garganta que denotaba sorpresa mezclada con enojo pensando que posiblemente había escuchado mal
Sra. Andrey, la cocinera desea que apruebe el menú de esta noche- dijo una mujer de edad mayor entrando con una charola de servicio con algunas galletas
Así que es verdad!! Albert!! Maldito traidor!!- pensó realmente furioso, tal vez su expresión denotaba indiferencia, pero sus ojos decían todo lo contrario
Gracias Candy y Felicidades- dijo apresurado besando su mano sin mirarle y caminando hacia la puerta
Terry espera! No te quedas a cenar? Albert estará contento de verte- dijo inocente la rubia, sin embargo Terry ya había salido del salón y se dirigía a la puerta realmente furioso.
Sra. qué le digo a la cocinera?- preguntó sin darle importancia a lo que ocurría
Espera un segundo Clarice- dijo Candy y salió tras Terry, era obvio que algo pasaba...
Candy estaba sorprendida e intrigada por la reacción del actor, si bien Terry era algo complicado en carácter, sabía que él y Albert eran muy buenos amigos y que a su esposo le daría tanto gusto verlo como a ella.
Mientras tanto en el jardín de rosas...
No me recuerda? Soy...
El teniente Julius Fenton – dijo con amabilidad reconociendo al hombre frente a ella
Ahora soy detective- dijo saludándola
Oh me alegro que le hayan ascendido, un nombramiento muy merecido- sonri
Gracias, y dígame ¿esta de gira?, por que me encantaría ir a verla al auditorio-
No, por el momento no tengo presentaciones, regresé de Escocia y ahora tengo tiempo libre
Ya veo, ¿conoce usted a los Andrey?- preguntó intrigado de verla en la mansión
No en persona, y usted ¿esta aquí por trabajo?
Si, de hecho, tengo cita con uno de los sobrinos del jefe de la familia, así que si me disculpa..
Claro... adelante
Fue un placer encontrarla en... otras circunstancias- dijo sonriéndole a la chica, quien le devolvió el gesto con dulzura
Lo mismo pienso detective- dijo despidiéndose del hombre que de inmediato se dirigió hacia la entrada de la mansión.
A penas iba entrando cuando tropezó con Terry que salía del lugar hecho una fiera, sin mirar atrás, ni siquiera se disculpo, simplemente salió del lugar en el que parecía se asfixiaba. Pasos atrás venía Candy, intrigada y preocupada acababa de ver fugazmente los ojos de Terry, estaban en llamas y parecería que mataría a quien se le pusiera enfrente.
Sara estaba en el jardín cuando lo vio salir de la mansión y algo le dijo que todo había salido muy mal, se preocupo, pues nunca había visto a Terry tan enojado, parecía un demonio a punto de quemar vivo a cualquiera que se atravesara en su camino sin compasión alguna.
Terry? Estas bien?- preguntó algo asustada tratando de alcanzarlo, Candy se había quedado en la puerta junto a Julius, el actor no contestó, ni siquiera la miro. Siguió su camino con grandes zancadas
Terry?... Terry!... – gritó, pero el actor había subido al auto y arrancado como si de eso dependiese su vida, sólo se escuchó el rechinar de las llantas y el motor a toda velocidad, Sara corrió tras él unos cuantos pasos, estaba preocupada, si Terry tenía un accidente, sería por su culpa, ella lo había animado a hablar con Candy de sus sentimientos.
Sara cayó de rodillas
Por favor... qué no le pase nada... - rogó aferrando su medallón contra el pecho.
Estaba muy enojado, sentía su sangre hervir en las venas con un deseo de inmensa venganza.
¿¡Por que!? Por que en el mundo tenías que ser TÚ- dijo enojado
Manejó a gran velocidad con gran destreza, para ser un auto alquilado estaba en condiciones para una carrera y Terry comenzó a desquitar toda su rabia con el motor, forzándolo a ir cada vez más rápido, no era dueño de sí mismo, parecía estar poseído por la ira y sabía que podría traerle consecuencias, no era dueño de sus pensamientos y mucho menos de sus emociones, deseaba matar a Albert, y esto se confrontaba al hecho de que lo consideraba como a un hermano mayor.
Mientras tanto en las oficinas centrales de la familia Andrey, Albert terminaba una junta de negocios, George lo seguía de cerca, Archie había tenido que regresar a la mansión por que el detective que seguía el caso del atentado lo iría a visitar para informarle sobre los avances. Una vez terminada la reunión, George se dispuso a hacer sus tareas mientras Albert entraba en su oficina, los días se le hacían eternos ahora que estaba recién casado, sin embargo era de suma importancia que no descuidara el patrimonio de la familia, y menos ahora que tenía una esposa a quien asegurarle un futuro junto con los hijos que seguramente le daría algún día.
Un hijo... sería mi máximo logro- se dijo mientras se acomodaba en su silla de cuero tras el gran escritorio de caoba. Si quería regresar temprano a casa mejor se apuraba con los pendientes.
Llamó a su secretaria y comenzó a dictarle algunas instrucciones que realizar, cuando de improviso la puerta de la oficina se abrió de golpe...
Terry?... – sonrió Albert poniéndose de pie para alcanzarlo
Eres un miserable!!- le dijo con la voz ahogada en ira mientras lo tomaba del cuello de la camisa, la secretaria realmente asustada corrió hacia tras del escritorio
¿qué te ocurre?- preguntó un tanto sorprendido por su acción
Eres un despreciable traidor!- dijo golpeándolo con el puño en la mejilla, haciendo que el rubio cayera sentado- La querías para ti todo este tiempo y me alejaste de una forma cobarde! Creí que eras mi amigo!!- le gritó esperando a que Albert volviera a ponerse de pie para volver a golpearlo
Iré por seguridad!- dijo la secretaria muy asustada saliendo de la oficina apresuradamente
Tranquilízate y hablaremos- recomendó el chico tomándose la mejilla dolorida
No tenemos nada de que hablar!! Creí en ti y en todo lo que dijiste sobre su felicidad, fui ingenuo al creer que también buscabas la mía!- reprochó mientras Albert se ponía de pie
Basta Terry- dijo, sin embargo sabía que el chico tenía mucha razón en lo que hacía, él lo había alejado de su amada por que él mismo amaba a Candy y no hubiera podido soportar que ella le dejara para ir tras el actor, muy en el fondo sabía que Terry tenía todo el derecho a reprocharle y a matarle a golpes para desquitar su ira, después de todo si había traición en la acción.
Sabías que ella lo era todo para mi, que fue mi principal motivo para vivir todos estos años y sólo te interesaba apartarme del camino- dijo y volvió a acercarse con plenas intenciones de golpearlo de nuevo
No voy a negarte nada Terry, si quieres golpearme hazlo por que no me defenderé- dijo bajando la vista
Miserable!- y lo empujó, sin embargo no tan fuerte – Tienes suerte de que Candy te ame, si no en estos momentos te mataba con mis propias manos- dijo más tranquilo, cuando varios agentes de seguridad entraban en la oficina seguidos por la asustada secretaria, estaban a punto de echarse sobre el moreno que ya se retiraba, sin embargo Albert dio la orden de que le dejaran el paso y que no le molestaran.
Terry salió de las oficinas un poco más conciente de sus actos, dentro de su ser se habían movido muchas cosas, sentimientos, pensamientos, emociones, todas contradictorias, deseaba desaparecer ese fuego que le quemaba las entrañas, volvió a subir en el automóvil y se perdió calles adelante.
Habían pasado más de dos horas desde que Terry había salido de la mansión. Archie ya había regresado a su casa después de hablar con el detective.
Sara había entablado algunas palabras con Candy, que amablemente le ofreció que la llevaran a su casa, sin embargo se había negado, estaba muy preocupada por Terry y por lo que estaba dispuesto a hacer. Decidió ir andando, pensando que seguramente lo encontraría por el camino, sin embargo esto no ocurrió, esperaba que cuando llegara a casa Terry estaría ahí, sin embargo lo conocía y sabía que seguramente primero tendría que desquitarse para encontrar algo de tranquilidad que le permitiera pensar y retomar el control sobre sus impulsos.
La puerta de la casa se abrió y todo estaba muy oscuro.
Terry? Estas aquí?- dijo Sara entrando en el lugar encendiendo las luces, sin embargo después de ver por toda la casa se percató de que no estaba, sin embargo sus pertenencias seguían en la habitación.
Era más de media noche y Terry aún no llegaba, estaba muy preocupada, no sabía a donde se había metido y si estaba bien, así que se decidió, era un riesgo pero lo tomaría por su amigo. Fue a la habitación y sacó uno de los pañuelos de Terry, revolvió algunos estantes en la cocina esperando encontrar lo necesario, fue a la mesa de la cocina, quitó todo lo que estaba sobre de ella y utilizó un polvo blanco para trazar una escritura extraña, acomodó algunas velas y las encendió, había una grande en el centro, susurró algunas palabras inaudibles mientras tomaba el pañuelo con una mano y la otra la ponía sobre la llama de la vela del centro sintiendo la energía calorífica en sus dedos. Cerró los ojos...
En Lakewood, Anne y Steven habían llegado a la mansión por la tarde, encontrando a Candy un poco confundida, cuando Albert llegó a casa, tenía un ojo muy hinchado y el labio roto, estaba un tanto apesadumbrado, había perdido a un amigo querido, sabía que Terry no le perdonaría tan fácilmente su traición, pero ¿quién podría culparlo cuando se había enamorado tan perdidamente de su protegida? ¿desde cuando se tienen consideraciones con el enemigo? Es que no dice que "en la guerra y en el amor todo se vale", bueno pues él había hecho lo posible por conservar y conquistar a Candy, y cuando le había confesado como quitó al actor de en medio ella no lo había rechazado, al contrario, conociendo su acción seguía con él, ahora el dilema era decirle o no que lo había visto y que le había reprochado.
Fue obvia la reacción de la rubia cuando vio a su esposo con el golpe en el rostro.
Albert! Qué paso?- preguntó mientras mandaba por hielo a la cocina y sentaba al hombre en la sala ante las miradas preocupadas de sus amigos
Nada de importancia- contest
No habrá sido Terry verdad?, vino a verme y se sorprendió mucho cuando le dije que estábamos casados, después salió como fiera- dijo mientras le ponía el hielo envuelto en un pañuelo sobre el pómulo hinchado cerca del ojo
¿qué te dijo acerca de nosotros?- preguntó impaciente por la respuesta
Nada realmente, simplemente me felicitó y después se fue a prisa- contestó, Anne y Steven se veían uno al otro sin decir nada- y no me has contestado William, cómo te has hecho ese golpe?- dijo, cuando ella usaba ese nombre era por que hablaba muy en serio
Nada de qué alarmarse, simplemente calculé mal y me estrellé contra una puerta mientras venía hablando con mi secretaria- mintió sin darle mayor importancia al asunto, sin embargo Candy intuía que había algo más.
La velada fue breve, Anne y Steven se retiraron para que Albert descansara, una vez en su alcoba.
Sabes? Hoy conocí a una chica muy extraña, venía con Terry- dijo casualmente Candy
De verdad? Quien era?
Venía con Terry, su nombre... creo que era Sara, cuando Terry se fue estaba muy preocupada, me pareció algo familiar-
Alguna amiga?
Espero que algo mas, Terry merece ser feliz, su vida no ha sido fácil y me daría mucho gusto que por fin encontrara la felicidad al lado de una mujer que lo quiera y lo cuide-
Yo también lo deseo, mi amor, no sabes cuanto
Este comentario no pudo más que hacer sentir mal a Albert, le recordó las palabras del actor:
"Sabías que ella lo era todo para mi, que fue mi principal motivo para vivir todos estos años y sólo te interesaba apartarme del camino"
Tenía remordimientos pues no le había jugado limpio, pero hasta que Terry no se calmara no podría llegar a nada sólo con hablar, tenía que esperar un tiempo pertinente y entonces sí, hacer algo al respecto.
En otro lado... Sara tomó su capa y salió de la casa a toda prisa, alquiló un carruaje y de inmediato le dio instrucciones.
Al callejón de la Bohemia- dijo con amabilidad mientras se cubría con la capucha
Algún sitio en especial?- preguntó el cochero
Sí... "El Pájaro de Fuego"...
El camino se hizo eterno, era incómodo tener al cochero mirándola de reojo, estaba consciente de la hora y mucho más de las consecuencias de sus actos, sin embargo tenía cosas más importantes en las que pensar.
Ella es realmente un encanto- pensaba recordando a Candy – es visible que siempre ha sido amada, ahora entiendo por que Terry...
Srita. hemos llegado- anunció el cochero interrumpiendo sus pensamientos.
Sara le pagó y se apeó del carruaje con incertidumbre, reconoció el automóvil de Terry estacionado fuera del callejón.
Quiere que la espere?, este lugar es muy peligroso para una dama joven como usted- dijo con tono preocupado el hombre
Descuide, estaré bien- contestó con un sonrisa y entró en la calleja
El Callejón de la Bohemia, era famoso en Chicago, conocido como uno de los lugares de diversión de la clase baja en dónde no sólo había fiestas, había gente que se conocía entre sí muy recelosa de los extraños, qué mejor para ella que pasar desapercibida mientras caminaba por la calle empedrada, había gente mirándola, examinándola, sin embargo Sara no tenía miedo caminaba segura mirando al frente, su rostro se ocultaba bajo la capucha, su camino estaba bien definido, al fondo del callejón se encontraba un local sin iluminación, solitario, unos cuantos pasos y llegaría, cuando alguien se interpuso en su camino, un hombre alto y fuerte, al parecer su vida era dedicada a levantar pesas, se mostraba intimidante, tras él había otros tipos más con mala pinta. Sara se detuvo sin decir palabra.
Niña bonita, no te gustaría pasar un buen momento conmigo?- preguntó de manera insolente
Gracias, pero no me interesa- dijo con amabilidad, y firmeza esperando a que se quitara de enfrente
No me agradan las negativas- dijo poniendo su mano sobre el hombro de ella
Y a mí no me agrada que me toquen sin permiso- dijo suavemente volteando a ver la mano del hombre y de ahí sus ojos pequeños y expresivos de malicia y malos pensamientos, de pronto el hombre quitó la mano y se retiró asustado dándole el paso
Perdóname... - dijo dando pasos hacia atrás mientras ella seguía su camino
Los demás tipos trataron de seguirla, sin embargo el hombre grande y fuerte se interpuso entre ella y sus amigos
Mejor la dejamos...
Tienes miedo?, ya te ablandas con una mirada insolente de una chiquilla?- preguntó con mofa uno de ellos disponiéndose a seguirla
No vayas Jimmy- lo detuvo de un brazo- ella es... un demonio con rostro angelical...
Sara caminó hacia el local, su paso era firme y rápido, todo estaba muy oscuro, demasiado como para que distinguiera el número, la puerta era de metal y estaba pintada completamente de negro, a la altura del rostro tenía una trampilla, por la parte de abajo se asomaba la luz que seguramente había dentro del lugar, podían distinguirse algunas voces y risas muy lejanas. Toco a la puerta... la trampilla se abrió y unos ojos duros la miraron.
¿qué buscas? Este no es lugar para ti- dijo la voz ronca y penetrante
Terrence Grandchester, sé que está aquí- dijo con amabilidad
No sé quien es- dijo cerrando la trampilla, pero ella lo detuvo
Por favor, no soy de la prensa, ni una loca admiradora, soy su amiga y estoy preocupada por él- rogó descubriéndose el rostro.
Eres... la chica del periódico- dijo reconociéndola y de inmediato cerró la trampilla y abrió la puerta- entra, ve al fondo del pasillo, sube las escaleras y lo demás va por tu cuenta bonita- le dio las instrucciones
Sara las siguió al pie de la letra, el lugar parecía un viejo edificio a punto de ser derrumbado el pasillo estaba poco alumbrado había telarañas en las esquinas y era obvio que no le habían pasado una escoba en mucho tiempo, las escaleras se notaban viejas e inseguras, sin embargo la chica subió por ellas con paso seguro, no había una baranda de seguridad, así que procuró ir tan pegada a la pared como esta se lo permitiera.
Al final de las escaleras había una estancia en dónde se encontraba una muchacha no mayor que ella, que le sonrió...
-Bienvenida al Pájaro de fuego
-Gracias- dijo y entró a la habitación.
El lugar era una especie de bar, había mesas pequeñas con manteles, y sobre ellas lámparas que alumbraban débilmente a las personas que reían y tomaban, el lugar era bastante agradable, muy diferente a la fachada del edificio, al fondo había una tarima con un piano en una esquina, Sara miró sobre las personas que ahí se encontraban tratando de encontrar a Terry, comenzó a caminar por entre las mesas, ni siquiera la miraban, todos estaban demasiado ocupados para notarla, siguió caminando, buscando en cada mesa, en cada pareja, en cada hombre. Cuando llegó al otro extremo de la estancia notó la barra de bebidas, con un barman que preparaba tragos con ágiles movimientos de sus manos, fue cuando lo vio, en una esquina tenía varias botellas vacías a su alrededor y descansaba sobre sus brazos, se acercó...
Mejor déjalo, ha estado algo... irritable- advirtió el barman a la joven en cuanto le vio las intenciones de acercarse demasiado, la chica le sonrió y no hizo caso
Terry?- dijo tocando su hombro para hacerse notar
El joven alzo la cabeza para mirarle, realmente estaba en un estado deplorable
Soy una maldita burla- dijo, estaba muy ebrio
Sara que nunca le había visto así sintió como si el corazón se le partiera de dolor
Vamos... te sacaré de aquí...
CONTINUARÁ...
N. de la A.: Creo que ha sido demasiado rollo, espero les guste, una vez tuve un sueño de un lugar así, misterioso en dónde sólo un grupo selecto de gente se reunía con gustos similares a divertirse, como un club exclusivo. (si estoy loca =P)
