Cap 2: El interes de Voldemort

-¿Por qué? – Le pregunto cuando estuvieron frente a la chimenea - ¿Por qué haces esto? – insistió al el no responderle

-¡vete! - la urgió, ella dio una dirección que el no conocía y desapareció.

-¿esta aquí? – aquí dijo el otro mortifago entrando, justo cuando el se puso la capucha.

-no. No había nadie busque por toda la casa.

Cuando Draco volvió al lugar de la pelea vio un campo energía gigantesco formado por Dumblendore, Voldemort así intentos de destruirlo. Mientras adentro la sangre sucia, Percy Weasley, la enfermera de Hogwart y Lovegood organizaban los cuerpos que iban siendo trasportado por un traslador, que no sabia de donde había salido, tampoco sabia de donde habían salido el Weasley y la enfermera.

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Cuando Ginny llego a la casa que Harry había comprado, le cambio inmediatamente la clave a la chimenea, no le importaba quien no pudiera llegar. No podía permitir que Draco se la supiera. Aunque no acababa de entender por que la ayudo si antes de eso intento matarla. Se dejo caer al lado de Harry y recostó la cabeza de su abdomen.

-Están aquí – escucho que decía la voz de Hermione.

-¿y mis padres? ¿y Ron? ¿y los gemelos? ¿y mis demás hermanos? – empezó a preguntarle a Hermione apenas la vio - ¿Dónde están mis hermanos? ¿Están bien, Hermione?

-Tienes que descansar primero, estas muy agotada – le respondió, mirándola a los ojos – hablamos después que descanses un poco...

-¡no estoy agotada! – Soltó, intentando ponerse de pie, y cayendo al piso - ¡por favor, dime! – Ginny vio que a Hermione se le escapaba una lagrima - ¡Dios mío, no...! – grito antes de desmayarse.

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Voldemort estaba feliz. Había ganado. Y tenía todo el poder. No había podido matar a Potter, pero no faltaba mucho. Además, ya no representaba gran amenaza, en el pequeño encuentro que tuvieron le había ganado si Dumblendore no se interpone, ya lo tenia inconsciente. Sonrió para si mismo y se miro en el espejo. Y había vuelto a ser joven. Todo le estaba saliendo perfecto.

Camino hacia su serpiente y la acaricio. Pero había algo lo desconcertó, recordaba a Ginny casi perfecto por los recuerdos que le trasmitió el diario, pero ella no era tan fuerte ni tan atractiva, no la hubiera reconocido si Dumblendore no la hubiera llamado... tenia las caderas mas anchas, el busto estaba considerablemente mas grande y la cara era mas fina, mas atractiva. La chica le había llamado la atención cuando era joven, pero no tanto como ahora... el cabello se le había puesto de un rojo mas intenso, como los de Lily...

-disculpe, señor – se escucho de tras de la puerta, era Draco Malfoy, abrió la puerta con su varita y se sentó en una gran silla que tenia en su cuarto. El joven inclino la cabeza y puso una rodilla en el piso – me llamo, Señor

-levántese – le ordeno, el joven obedeció. Era uno de los mortifagos mas competentes que tenia, muy por en cima de su padre, lastima que no demostraba serle muy leal. – La joven, a la que usted y su compañero siguieron – Malfoy lo miro a los ojos y Voldemort lo miro al el, entro en su mente pero no vio nada importante, continuo – ¿puede asegurarme que es Virginia Weasley?

Draco lo pensó un segundo ¿Qué estaba tramando? No le agradaba nada la idea de que Voldemort estuviera tramando algo contra ella.

-si, señor – contesto – es ella.

-es todo por ahora, puede irse - le ordeno. Malfoy inclino la cabeza y camino así la salida.

-espere – se detuvo – me buscan a una joven, la quiero en menos de 5 minutos, que sea hermosa y pelirroja.

-como usted ordene – le contesto, inclino la cabeza y salio del despacho.

Malfoy le delego la función de buscar una mujer a otro y se dirigió a el que ahora era su cuarto. Voldemort nunca había especificado el color del pelo de ninguna mujer, solo requería que fuera atractiva. Ni siquiera la importaba si era sangre limpia. Y el que le preguntara por Ginny el mismo día que pedía a una pelirroja lo dejaba con muchas dudas en la cabeza.

-Draco – voltio al escuchar su nombre, era su padre.

-¿Qué quieres? – le pregunto de mala gana, aunque sabia perfectamente lo que quería

-sígueme – obedeció, tenia que salir de eso rápido y no valía la pena esquivarlo. Llegaron a la habitación de su padre y cerraron las puertas, Lucius hizo un hechizo para que no se escuchara desde afuera.

-¿es que todavía no puedes sacarte a esa mujer de la cabeza? – Le grito apenas acabo de realizar el hechizo - ¿Cómo fuiste capaz de salvarla? ¿No te das cuenta que ella es un enemigo? – preguntaba mirándolo con furia

-No. Todavía no puedo sacármela de la cabeza y la salvare las veces que sea necesario – le respondió con voz tranquila mirándolo con odio

-¿Qué demonios te hizo esa perra para embobarte así? La hubiese matado si la muy puta no me lanza un branza– le grito caminado de un lado para otro, Malfoy se le acerco y lo empujo contra la pared, le puso su varita en el cuello clavándola un poco

-ten mucho cuidado, 'padre' – le dijo sin subir la voz mirándolo a los ojos, Lucios tenia una mueca de terror en el rostro – porque soy capaz de matarte – le advirtió y salio de esa habitación.

Sabia que no debió haber hecho eso, pero no pudo controlarse. Seguro que ese acto tendría alguna represalia, pero no le importo. Estaba harto y cada día se hartaba más.

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Snape salio de su habitación, ya el hechizo que le había hecho Dumblendore para que enfermara había perdido su efecto. Se dirigió al bar a buscar algo de beber y se encontró con una fiesta de Mortifagos y escándalo insoportable. Como se notaba que habían ganado, sintió una urgente necesidad de ir a ver como estaban todos, de ver como estaba ella, en especial. Si le paso algo nunca se lo perdonaría.

-a nosotros nos hacen falta mujeres – decía uno de los mortifagos, no se sabia cual era ya que todos los Mortifagos llevaban capucha – unas cuantas mortifaguitas – seguía diciendo entre risas.

-pero si ya tenemos – le contesto otro – esta Narcisa y Parkinson y también Bellatrtix

-no estoy hablando de monstruos, estúpido. Quiero mujeres bellas de verdad, no cara de perros con cuerpo de mujer – le contesto sin dejar de reír – Parkinson me tiene harto. Narcisa es la que esta mejor y su esposo no se le quita de al lado.

-Si fuera por mí, nos hubiéramos traído a unas cuantas del otro lado ¿vieron a la pelirroja y a la del pelo verde? – Snape se voltio y empezó a prestar mas atención, seguro que la del pelo verde era Tonks -¡esas si eran unas mujeres de verdad!

-si, la mayoría estaba para comérselas ¡esos malditos están rodeados de mujeres! – dijo otro de los presentes

-eso tiene solución – escucho la voz de Lucios, no le veía la cara, pero lo conocía perfectamente – para la próxima, nos las traemos, un poco de diversión, nunca esta de mas.

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Ginny se despertó mirando el techo, se sentía con más fuerzas. Miro a su lado y vio algunas camas, estaba en un cuarto amplio y habían muchas personas acostadas a su alrededor, se levanto lentamente y busco a uno de sus familiares con la vista. Nada, Dios santo, no podía ser. No podía estar sucediendo eso...

-no te alteres, están en otro cuarto – le dijo una estudiante de Hufflepuff, Ginny sintió un alivio inmenso – aunque, no están muy bien...

Ginny no escucho mas y salio casi corriendo. Tenia que verlos.

-Ginny – se voltio al escuchar la voz de Hermione

-¿Dónde están? – le pregunto

-sígueme – la siguió y llegaron a un cuarto donde habían hombres, busco con la vista a sus padre y hermanos y vio a George y a Fred, se acerco corriendo a sus cama. Estaban inconscientes y se les veía la piel de la cara muy roja y en el cuello no tenían piel.

-tuvimos que darle algo para que le regenere la piel – le dijo Hermione con lagrimas en los ojos – pensé que se iban a morir.

A Ginny se le escapo una lagrima, ¿Por qué tenia que estar pasando esto? ¿Por qué?

-¿Cuándo van a despertar? – le pregunto intentando no empezar a sollozar

-Pomfrey le administro un sedante para que no despierten hasta que la mayor parte de la piel se recupere – dijo pausadamente – morirían de dolor si se despiertan ahora.

-¿y mi madre? – le pregunto

-esta en la habitación de al lado, ella no esta tan mal. Solo esta inconsciente, pero en cualquier momento despertara – Ginny asintió.

-¿Dónde están mis otros hermanos? ¿Y mi padre? – Hermione empezó a caminar y vieron a Ron dos camas mas haya

-el no tiene los huesos de las piernas, pero ya le están creciendo. Tuvieron que sedarlo porque empezó a gritar, al parecer le dolía bastante – le dijo mientras le acariciaba el rostro a Ron – en las camas de al lado estan Bill y Charlie.

Ginny vio a todos sus familiares y los que estaban mas mal heridos eran los gemelos y su padre. Pero al menos estaban vivos y parecía que se recuperarían pontro. Percy no fue a la pelea por una orden de Dumblendore, solo aparecio al final, cuando fue requerido, al igual que Pomfrey. Bajo a la cocina y se servio un poco de agua...

-¿Dónde esta Tonks? –le pregunto Snape dandole un susto que hizo que diera un brinco - ¿Qué donde esta?

-en el primera habitación a la derecha –Dio la vuelta sin darle las gracias ¿desde cuando se interesaba el profesor tanto por Tonks? - ¡eh... profesor! – le grito pero el la ignoro - ¡en la habitación donde ella esta no pueden entrar hombres! – le grito fuerte para que la escuchara. Snape se detuvo y fue donde ella.

-¿Por qué? – casi le grito, Ginny pensó en que era muy mal educado, pero bueno, ya estaba acostumbrada, hasta se parecía un poco a... - ¡te he hecho una pregunta! – Ginny lo miro mal, que desagradable, pensó en no responderle, pero se veía tan preocupado que le dio remordimiento.

-porque en ese cuarto hay a las que no pueden cubrir y aunque estén inconscientes, no creo que les agrade que usted las vea – le dijo sentándose en una silla, Snape también se sentó, con cara de rendido.

-¿Dónde esta Domblendore?

-no se – le contesto dándole vueltas a su vaso – Tonks tiene algunas quemaduras mágicas que pueden que tarden en sanar – le dijo sin que el le preguntara, sabia que el no se lo preguntaría. Snape asintió.

Ginny se dirigió a el cuarto donde estaba su madre y se quedo esperando que despertara.

-no permita que vayan las mujeres a pelear, profesor – le dijo Snape a Dumblendore cuando lo vio – pueden correr un grave peligro

-pero si muchas de ellas pelean mejor que los hombres – le contesto Dumblendore.

-pero los mortifagos han decidido que es a ellas que quieren.

-entiendo – le contesto pausadamente – no creo que se lo tomen muy bien.

-¿Qué no que? – casi le grito a Dumblendore una chica un año menor que Ginny, que perteneció a Slytherin – ¡mataron a mi madre en mi cara! – exclamo mientras las lagrimas corrían por su cara - ¿y quiere que me quede de manos cruzadas?

-la entiendo – le dijo Dumblendore – pero...

-¡pero nada! – grito Tonks – y me disculpa Profesor, pero no pensamos quedarnos aquí solo porque piense ahora que las mujeres no podemos ir – Snape la miro con rabia pero no dijo nada.

-estoy con ellas – dijo Ginny en voz alta – no pensamos quedarnos aquí ¿Qué se supone que vamos a hacer, quedarnos esperando?

-si Dumblendore lo dice debe de ser por algo, debemos hacerle caso – dijo Ron. Ganándose varias miradas de odio de las féminas del lugar.

-claro, como no es a ti que te piensan dejar aquí sin hacer nada – le dijo una chica que estaba a su espalda – pues lo sentimos pero no pensamos quedarnos aquí ¿Qué es lo que planean, ponernos a limpiar mientras ustedes pelean?

-¡además, los que salieron mas mal heridos fueron los hombres, no nosotras! – la sala, que había sido agrandada a base de hechizos, al igual que los cuartos, se volvió un total desorden. Ninguna de las mujeres quería quedarse trancada en próximas peleas y Dumblendore estaba verdaderamente sorprendido. Nunca los muchachos se les habían salido de control.

-¡ya! – Grito Dumblendore y la sala quedo en completo silencio – entiendo perfectamente que no quieran quedarse aquí, pero los mortifagos han puesto especial interés en quedarse con alguna de ustedes y les puedo asegurar que la pasaran peor que si las mataran. Yo no pienso arriesgarme, por lo tanto ya esta decidido, se quedan aquí y es mi última palabra.

La mayoría de los padres, hermanos, en si, hombres apoyaron la decisión de Dumblendore, las mujeres no siguieron discutiendo, pero eso no se quedaba así. Claro que no.

Los días pasaron y los enfermos se fueron recuperando, Fred y George ya estaban concientes, aunque no habían regenerado toda la piel. Harry había recuperado el conocimiento dos días después. Y Ginny pensaba que se iba a volver loca.

No podía sacarse la imagen de Malfoy de la cabeza, por mas que lo intentaba lo veía una y otra vez lanzándole los polvos flu. Subió al techo de la casa de Harry y se quedo mirando el cielo.

-no lo entiendo, no puedo acabar de entenderlo – dijo en voz alta.

Tal vez no fue el quien intento matarme, pudo haber sido su padre – pensó. Cerró los ojos...

-¿crees que me atrevería a hacerte daño? – recordaba le había dicho la primera vez que hablaron sin pelear – tal vez a tus hermanos si... – Ginny sonrió sin querer...

-mentiroso – dijo, mientras las lagrimas le empañaban las estrellas – ¡claro que me hiciste daño! – exclamo como si lo estuviera viendo en ese momento, se abrazo las piernas y empezó a llorar fuertemente.

-No vale la pena – escucho le decía Harry mientras le ponía una mano en el hombro – el no vale ni una lagrima tuya – Ginny se puso de pie y lo abrazo.

-lo quiero, Harry, todavía lo quiero – dijo entre sollozos, Harry le acaricio el pelo y la apretó un poco. Odiaba a ese estúpido, lo odia.

Voldemort miro con desprecio a la pelirroja que le habían llevado ese día. Después que la uso, se la llevo a los mortifagos que estaban en ese momento en el castillo.

Quería a la Weasley, se había hasta soñado con ella esa noche y ya se estaba desesperando. Tenia que tenerla para el, y el era el que mandaba ahora, así que, lo que el quería, lo tenia.

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Draco fue rápido al llamado que Voldemort dio, estaban se podría decir que todos los mortifagos. Permaneció un poco alejado de los demás.

-Tienen una misión – dijo Voldemort desde su silla – quiero a Virginia Weasley – anuncio, a Draco se le encogió el corazón, no podía permitir eso – la quiero viva y la quiero pronto – Voldemort mostraba el mismo brillo sádico de siempre.

Se escucharon algunas murmuraciones, hubo una que se escucho más que las demás

-hasta yo la quiero... - el que exclamo eso tenia la intención de seguir hablando, pero el avada kadavra lanzado por Voldemort no se lo permitió. El silencio sepulcral no se hizo esperar

-y pobre de aquel que le ponga una mano encima con otra intención que traérmela, es mía y que a ninguno de ustedes se les ocurra tocarla – después de esto se retiro. Inmediatamente salio Voldemort los mortifagos empezaron a murmurar el repentino interés de su señor por la Weasley.

Draco no escuchaba nada, la mente le estaba trabajando a mil por hora. Tenia que pensar algo y tenia que pensarlo pronto.

NOTA DE LA AUTORA: Hola, y gracias todas las personas que me dejaron rr, me hacen inmensamente feliz.

Espero que este capitulo haya sido de su agrado, hasta la próxima!