Esta historia contendrá personajes e historias de universos alternativos de varios animes, algo así como un crossover. Los personajes principales serán de la serie de Clannad y la situación en la que se desarrolla la historia es una muy parecida a la de Gantz.
Disclaimer: Clannad le pertenece a la compañía Key.
Disclaimer: Gantz le pertenece a Hiroya Oku.
Cacería
Capítulo 1: Caída en el infierno
Ushio Okazaki se encontraba saliendo de la escuela secundaria de Hikarizaka, un costoso y prestigioso instituto privado. Estaba vestida con su uniforme de escuela el cual consiste en una falda color azul marino y una camisa blanca con mangas cortas y un moño rojo. Sobre esto porta un saco color beige donde tiene el símbolo de la institución en el pecho y de calzado unas calcetas blancas y un par de zapatos cafés. Era una copia de su madre, salvo por su cabello, es del mismo color, pero largo y atado en una trenza. Ushio estaba enfadada y no quería regresar con sus abuelos.
Ushio tenía 17 años de edad y estaba lejos de ser una estudiante modelo, al contrario, se la podría considerar como la delincuente del colegio a pesar de sus altas notas en varias materias y sus buenas capacidades físicas.
Había decidido no regresar a su casa hasta más tarde cuando de repente se quedó paralizada. En un segundo estaba parada en la calle bajando una colina y al siguiente se encontraba en una habitación con gente vestida de manera rara. Curiosamente todas las vestimentas eran de color negro, pero con variantes.
Había un sujeto que tenía una especie de armadura samurái, pero tenía un casco que le cubría toda la cara y estaba formada por placas de metal pintado de negro. A pesar de que tenía dos vidrios a la altura de los ojos que, en teoría, le permitían ver, ella no podía ver sus ojos a través del cristal, pero podía sentir su mirada sobre ella.
Otro sujeto parecía portar una armadura de cuero con varias placas de acero en partes importantes del cuerpo, su casco se parecía a un casco de motocicleta pero que mostraba la boca. Él pareció conversar con alguien igualmente vestido de negro que tenía pinta de ser una especie de matón latinoamericano. No tardo en notar que el primer sujeto sujetaba una lanza de metal de color negro y el otro parecía tener un hacha de doble filo y una hoz de tipo kama. Este último sujeto no portaba casco y distinguió pena en su mirada.
Un ruido la hizo voltear y observo a una mujer rubia joven que tenía un casco y un uniforme de tipo motociclista, también notaba una especie de armadura de placas pequeñas del metal negro que cubría todo su uniforme. Parece que estaba arreglando una especie de vehículo compuesto de una rueda gigante y tenía un par de sai* sujetos en su cintura.
Ushio estaba muy confundida y no tardo en caer en la desesperación. —¿Qué diablos paso? ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué hago aquí? —Ushio estaba respirando muy agitadamente, antes de que ella pudiera decir nada noto un ruido a su izquierda y vio como una persona aparecía de la nada. Ushio abrió los ojos de manera desmesurada y retrocedió hasta topar con pared, un adolescente de su edad había aparecido y se estaba comportando exactamente como ella se había comportado hace unos minutos.
—De verdad lamento que estés aquí —dijo el sujeto con aspecto de samurái—, en cuanto lleguen todos te explicare lo que está pasando con detalles —dijo mientras vio como el sujeto con la lanza se burlaba.
—¿Qué es lo que quieren? —preguntó Ushio realmente asustada.
—Salir de aquí, igual que tu pronto querrás hacerlo —respondió el sujeto vestido de samurái.
Ushio observó con atención la habitación en donde estaban. Era pequeña y sin ventanas, tenía un pasillo que conducía a una especie de casilleros con distintos "nombres" anotados en ellos, tres de ellos estaban abiertos, pero vacíos y no tenían nombre. También observo otro cuarto en donde estaba la "rueda móvil" (como ella le apodo) y el cuarto central, donde había una enorme bola negra. Ushio noto que no tardó en aparecer un sujeto que parecía de 40 años o más. Observo con detalle a los recién llegados, el chico tenía cabello y ojos café oscuro, tez blanca y se encontraba vestido con una playera roja y un pantalón amarillo. El sujeto adulto tenía cabello, ojos y barba de color marrón, pero el cabello presentaba canas, tez morena de piel quemada por el sol, también tenía cicatrices varias en la cara, observo que su complexión demostraba gran musculatura, y estaba vestido con un uniforme de tipo militar.
—Saludos, dos reclutados y un voluntario —dijo una voz salida de la esfera negra—, se han unido en nuestra noble lucha para expulsar a los invasores. En breves momentos podrán entrar para escoger sus armas iniciales y su equipo inicial. Podrán escoger diseños estándar o modificarlos a su gusto. Cada tres meses a partir de ahora y hasta que termine la lucha, o se les permita salir, serán llamados para combatir a los extranjeros. Suerte y buena cacería. En ese momento la bola se calló, se abrió y saco un asiento y un reloj indicaban un cronometro en el que se mostraba una hora y media y decía que este era el tiempo que tenían.
—Les explicare —dijo el sujeto vestido de samurái—, están atrapados aquí y nos van a obligar a luchar en contra de criaturas monstruosas y peligrosas. Elijan bien sus armas, algo que sepan manear o que crean que puedan aprender a manejar rápido, no sean imprudentes. Todos los trajes o armaduras tienen unos radios que nos permiten comunicarnos y unas pantallas táctiles plegables que muestran nuestra posición en el mapa. El metal negro con el que están hechas las armaduras y armas es muy resistente y pesa poco, lo mismo con el cuero de los trajes. Entren, adentro les explicaran como hacer sus trajes y las armas a escoger.
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Ushio había elegido un traje tipo estándar, este consistía en traje de cuero color negro, además le agrego una falda de placas metálicas que le llegaban poco antes de las rodillas, al traje le había quitado la cubierta de la cabeza, pues la consideraba innecesaria. Portaba una lanza de dos metros que se le dificultaba manejar y un escudo con un dibujo de un dango enojado en él y tenía kanjis en los que se podían leer la frase "el dango guerrero".
Ushio había sido la última persona en escoger traje y un arma, o armas en este caso. Al principio había pedido una pistola, pero se le negó, también pidió un bate de beisbol con propiedades sobrenaturales que también se le negó. Cosa rara, ya que se le decía que carecía de suficientes puntos para pedir armas de tal rango, como si de verdad las pudiera obtener, pero que en estos momentos no había demostrado ser digna de portarlas.
Ushio estaba confundida, incrédula y asustada. Había hecho lo que le habían dicho únicamente porque creía que de no hacerlo haría enojar a toda esa bola de desconocidos que creían, salvo por ella y los recién llegados, que iban a pelear a un campo de batalla en contra de monstruos. Un ruido proveniente de la esfera negra de la habitación la hizo voltear y dar un grito de la sorpresa. En la esfera negra había aparecido una imagen con un texto en varios idiomas, se imaginó que todos los textos decían lo mismo.
En la foto aparecían dos imágenes. En una se representaba un niño muy feo, completamente desnudo, flaco, sudado y con uñas anormalmente largas y gruesas. En la otra se representaba una persona adulta desnuda con dientes afilados, musculosa, cubierta de sudor o algo muy parecido, la característica que más resaltaba y perturbaba de la imagen era la representación de objetos blancos que salían de gruesos dedos y que tenían un tamaño de 40 centímetros de largo por 5 centímetros de ancho y que terminaban en punta. Ninguna de las dos imágenes era precisamente normal, y el texto que los acompañaban no ayudaba en nada.
Esta noche saldrán a cazar a estos tipos:
Denominación: cebollenses
Nivel: 1 infantil y 2 campeón**
Puntos: 3 y 7 respectivamente en 1 y 2.
Ushio callo en la cuenta de que al pie de cada imagen esta estaba numerada y las características que aparecían primero en 1 correspondía al niño, mientras lo mencionado después en 2 correspondía a la otra imagen. Aun así, ella no entendía absolutamente nada acerca de lo que significaba todo eso.
Sin embargo, lo que alarmo a Ushio era lo que decía al principio de la frase. —¿Qué maldita hora es? —Ushio cayó en la cuenta de que salió un poco tarde del colegio cumpliendo un castigo y trabajos extra. No salió precisamente temprano y sumado eso al tiempo que tenía en esa extraña habitación debía de ser sumamente tarde.
—¡Déjenme salir de aquí! —gritó Ushio, sus abuelos debían de estar sumamente reocupados, y ella no quería eso. Además de que mientras más se tardara más grande sería el castigo que le impondrían.
—Escucha… —intentó decir el sujeto vestido de samurái, pero fue interrumpido por una furiosa Ushio.
—¡No, tu escucha! ¡No entiendo absolutamente nada de lo que está pasando aquí y me vale una mierda! ¡Si no me sacan de aquí les juro que… —Ushio no termino su frase, uno de los sujetos de la habitación había desaparecido. Sin embargo, paso de estar enojada a alerta y muy asustada, más aún que antes. El samurái había desaparecido, pronto lo siguieron los demás. Observo que el muchacho de su edad estaba muy alterado, pero el resto no, los noto solo un poco nerviosos.
—¡Auxilio! ¡Ayúdenme! —Ushio gritó, pero de pronto dejo de estar en el cuarto para estar en medio de lo que parecía un lugar con cajas de almacenamiento que se encuentran en los muelles de carga. Observo que a su lado solo se encontraba el samurái, no había rastros ni del sujeto con la lanza, ni de la chica sobre el vehículo, y creyó ver al otro sujeto alejándose trotando.
—¿¡Qué diablos está pasando!? ¿¡Donde carajos estoy!?
—Ya te lo había explicado Ushio —dijo el samurái, Ushio se puso pálida, ella en realidad solo escucho el principio de todo lo que le estaba exponiendo el samurái, no escucho nada más. Una idea le cruzo su cabeza, algo que hizo que se pusiera realmente pálida. «¿Y si en realidad voy a tener que pelear en contra de monstruos para salvarme? —pensó Ushio.» Esa idea que en un principio le pareció ridícula y de locos se perfilaba cada vez más como una realidad, su realidad. Lagrimas comenzaron a formarse en sus ojos, no tardo en escuchar gritos a lo lejos y no tan lejos. Ushio corrió sin prestarle atención ni al chico de su edad, ni al samurái ni al anciano, los cuales estos últimos dos habían aparecido igual de confundidos que ella.
Siguió corriendo, había arrojado la lanza en algún lugar y solo se aferraba al escudo, el cual estaba sujeto a su brazo por medio de correas. Se resbalo con algo viscoso que había en el suelo, un grito que le lastimo la garganta salió de su boca. Se había resbalado con sangre fresca, un cuerpo humano se encontraba con las entrañas por fuera.
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Notas del autor
*Arma asiática con forma de una daga sin filo, pero con una aguda punta, con dos largas protecciones laterales también puntiagudas y unidas a la empuñadura.
** Referencia sacada de la clasificación de Digimon, que no me pertenece.
