"Guardián Eterno: la leyenda del pasado"
Por: Sekhmet Malfoy
Encantadora
de Dragones
Miembro de la Orden Severusiana
Miembro de la Orden
Siriusiana
Miembro de la Orden Draconiana
Miembro de la
Legión de Lupinas
Miembro de la Orden de Potter
Miembro
de la Orden de las Mortifagas
http/ después del desastroso comienzo del verano, las cosas parecen mejorar para Harry... pero ahora tendrá que enfrentar un nuevo desafió si quiere proteger a las personas que quiere, y con ello al mundo mágico...
Capitulo 9
Ambos levantaron la mirada, cuando estas se cruzaron se quedaron prendados de los ojos del otro, negro confundiéndose en verde y verde confundiéndose con el negro...
El hombre mayor acerco sus labios lentamente a los del joven dándole la oportunidad de rechazarlo, pero para su sorpresa el joven en lugar de alejarse de él entrecerró los ojos e ignorando el sonrojo que sabia se instalaba en su rostro y se acerco eliminando la distancia que los separaba y lo unió en un beso suave, manso, lleno de dulzura, mostrando toda su inocencia con ese simple gesto, dulzura e inocencia que terminaron de derretir el corazón del hombre.
Rompiendo el breve contacto el hombre poso su frente en la del joven, sin apartar su mirada del sonrojado rostro de este, se veía hermoso, con sus cabellos negros enmarcando ese rostro de porcelana y ocultando ligeramente el verde brillante de sus ojos, esos ojos que brillaban por él, por su cercanía y no pudo menos que rendirse a la evidencia... lo amaba, amaba a ese joven frente a él y de acercarlo nuevamente para probar el dulce sabor de esos labios que se le ofrecían.
- Hermoso... eres tan hermoso Harry... – dijo en un susurro que fue captado por los oídos del chico, que solo atino a sonrojarse aun más y a esperar lo que sabia que vendría y cerro los ojos nuevamente.
- "Si es un sueño que nadie me despierte" – fueron los únicos pensamientos coherentes en la mente de Harry en ese momento.
Sus labios se unieron nuevamente pero con la diferencia de que en esta ocasión el joven también participo, entrelazando sus brazos en el cuello del mago mayor y jugando con sus labios, soltándolos y volviendo a atraparlos, depositando pequeñas mordidas en ellos sin llegar a profundizarlo... había soñado tantas veces con estar así, entre sus brazos que ahora no quería dejarlo...
Una corriente de aire helado lo hizo encogerse ligeramente obligándolo a romper el beso cuando el hombre de ojos negros hizo el intento de profundizar la caricia, su cuerpo se tenso ligeramente al notar la forma en que el ambiente había cambiado, y este gesto fue malinterpretado por su acompañante.
- Lo sien... – comenzó a disculparse pero unos dedos suaves en sus labios le impidieron continuar.
- "Silencio... – le dijo mentalmente, algo no estaba bien ahí, y no se refería a ellos – no es necesario que se disculpe, yo no quise... – se ruborizo un poco antes de continuar – no quise romper el beso... es solo que..."
- "¿Qué? ¿qué ocurre?" – le insto a seguir respondiendo de la misma forma que el chico, algo le había molestado y quería saber que.
- "¿no lo siente?" – pregunto al hombre.
- "¿El que?" – observando la cara de confusión del hombre decidió explicarlo.
- "Todo... el aire se ah vuelto más frió, el bosque se ha vuelto silencioso" – dijo comenzando a mirar a su alrededor, definitivamente algo no estaba bien.
- No comprendo – dijo de manera audible pero los dedos de Harry volvieron a impedirle continuar.
Una nueva ráfaga de aire congelado les dio de lleno y el joven solo atino a tomar al otro por la mano y con ello obligarlo a levantarse para guiarlo hacia el grueso tronco de un árbol cercano antes de que una sombra negra se situara en el lugar donde habían estado hacia unos momentos.
- "Vampiros..." – fue el pensamiento que llego a la cabeza del hombre mayor.
- "Y eso que tiene que ver" – pregunto confundido, ¿qué el chico no vivía con uno de ellos, y ciertamente a el ya se la hacia bastante común convivir con ellos, había pasado largas horas entre ellos y ya se estaba acostumbrando, pero por la reacción del joven algo no estaba bien, y eso hacia que se preocupara, aunque no lo dejara ver.
Comprendiendo la confusión del otro decidió aclarar las cosas.
- "No pertenecen al concilio, no deberían estar aquí, apuesto que todos en la casa están en problemas"
Esas palabras si que consiguieron despabilar Severus, ahora comprendía la gravedad de la situación, debían volver y ayudar en lo que se pudiera y mientras mas pronto mejor...
Auriel acababa de volver y en esos momentos estaba dando un detallado informe a Sire de la forma en que había dejado a los dos mortales en medio del bosque, y este no podía esconder su sonrisa ante los hechos, todo su plan se había arruinado por culpa de Auriel, el ciervo y del mismísimo Severus Snape, pero bueno ya nada se podía hacer, ahora solo le quedaba el pequeño detalle de cómo hacer que Zillah los dejara en paz, por que estaba seguro que ese par terminaría arreglando las cosas sin ayuda, después de todo ya habían dado el primer paso, de eso estaba seguro.
Mientras caminaban hacia la puerta de la casa los otros dos mortales bajaban las escaleras conversando muy animadamente se les unieron.
- ¿Dónde esta Harry? – pregunto intrigado Sirius - ¿qué no estaba contigo? – señalo a Auriel.
- Bueno si, pero necesitaba respirar un poco sin tenerme a su alrededor – respondió el aludido con una sonrisa culpable, según lo que le había contado Sire el animago era muy protector con su ahijado y seguro no estaría de acuerdo con la relación de este con su profesor.
- ¿Y Severus? ¿No estaba con ustedes? – pregunto inocentemente Remus, sin imaginar lo que su pregunta acarrearía.
- Este... – dudo en contestar el vampiro de ojos añil, siempre se mostraba sereno, relajado, pero en esos momentos no quería enfrentarse a la mirada furiosa del animago presente – pueeeeeeees... se quedo cuidando a Harry...
- ¿Qué quieres... – pero su pregunta murió en sus labios cuando una corriente de aire helado azoto la puerta principal mostrando a varias figuras encapuchadas frente a ellos...
- ¿Dónde esta? – pregunto una voz extremadamente fría e imperativa en dirección de los vampiros –, entrégamelo y nos marcharemos sin problemas.
- No se a que te refieres – respondió Sire de la misma forma, había reconocido al vampiro frente a él, y no le daría nada, absolutamente nada... –, sea lo que sea que buscas aquí no se encuentra así que márchate y llévate contigo a tus ashirras - dijo de forma despectiva mirando en dirección a los vampiros que acompañaban al intruso.
- Ya lo oíste, márchate si no quieres encontrar problemas – intervino Auriel al darse cuenta que Sire se esforzaba en mantener su furia bajo control – no eres bien venido a esta casa, si te quedas no solo te enfrentaras a Sire, sino también a mi.
Una fría risa sonó, calando los huesos de los mortales presentes, los cuales solo atinaron a colocarse cerca de Auriel.
- ¿Qué esta pasando? – susurro Sirius a Auriel, sabiendo que este lo escucharía.
- Ahora no, más tarde – respondió este fijando su mirada en la puerta, calculando cuantos vampiros más abría fuera –, "debe haber mas de 15 allá fuera" – le dijo a Sire.
- "Lo se, son muchos aun para nosotros, además algunos son suficientemente antiguos para plantarnos frente" – le dijo de igual manera, sopesando las posibilidades de salir bien librados.
- "Solo espero que Harry no llegue en este momento"
- "Yo también lo espero" – se giro y tomando un colgante de su cuello se lo arrojo a Remus, quien lo tomo y lo coloco a alrededor de su cuello – "entren y no salgan, asegura las puertas, nosotros nos haremos cargo"
- De acuerdo, tengan cuidado y traigan a Harry – contesto mientras cerraba las puertas y colocaba hechizos de cierre muy poderosos gracias al colgante que contenía parte de la magia del vampiro.
- ¿Qué haces? Harry aun esta fuera – grito Sirius acercándose a él.
- Ellos lo traerán, confía en ellos...
- Debemos darnos prisa, algo no esta bien – dijo Harry tomando la mano de Snape apurándolo hacia la casa – el aire se ha tornado más frío y no puedo sentir la presencia de Remus ni de Sirius.
- ¿cómo? – pregunto confundido tratando de seguir el paso del joven sin soltar su mano, habían estado corriendo de esa forma en cuanto la sombra que los buscaba desapareció.
- Una nueva habilidad obtenida gracias a los entrenamientos, te explico después – se detuvo repentinamente cuando estaba a unos metros de salir del bosque –, debes quedarte aquí – le dijo a su compañero
- No, iré contigo – respondió este obstinadamente –, no me quedare aquí mientras tu estas allá jugando al héroe.
El chico sonrió ese hombre no cambiaria tan fácil, no que quisiera que lo hiciera, se acerco a él y se levantó ligeramente para quedar a su altura y besarlo ligeramente.
- Por favor, estaré más tranquilo si te quedas aquí – le rogó mirándolo a los ojos –, por favor.
El hombre no tuvo otra opción que claudicar al ver la suplica dentro de esos hermosos ojos que lo hechizaban.
- De acuerdo, pero promete que te cuidaras – musito suavizando su mirada.
- Lo haré profesor – se acerco al hombre y lo beso nuevamente para separarse rápidamente y emprender su camino hacia la batalla que seguramente encontraría al llegar a casa.
- Severus... – le dijo al hombre antes de que este desapareciera de su vista, el joven se giro sorprendido esperando una explicación de este –, llámame Severus...
El chico sonrió afirmativamente antes de continuar su camino prometiéndose internamente volver... volver para terminar lo que había quedado pendiente entre ambos...
- ¡Diablos!... llevamos bastante tiempo así no podremos continuar sin ayuda" – pensó cansadamente Auriel, habían estado peleando con un vampiro tras otro durante los últimos minutos y la perdida de sangre debido a los ataque y mordidas de las cuales habían sido victimas estaban minando sus fuerzas.
- "Lo se, solo trata de resistir, se que podemos hacerlo, ya no quedan tantos como antes" – le respondió Sire, él también estaba cansado pero debían resistir, por lo menos hasta saber que Harry estaba bien.
- "¡¡¡¡SIRE, AURIEL!" – una voz conocida resonó en sus cabezas haciéndolos voltear en dirección de esa voz, ahí de pie, con la respiración algo agitada estaba Harry, se veia muy preocupado y sorprendido.
- Vaya vaya... mira que tenemos aquí – se escucho la voz del líder de la cofradía que los atacaba –, el pequeño ha venido a jugar, me has ahorrado el trabajo de buscarte.
- ¿quién eres tu? – respondió fríamente el chico enfrentando la mirada divertida del vampiro –, no te conozco pero no eres bienvenido aquí.
- Que modales... bueno de cualquier manera no vine a realizar una visita social – ante la mirada inquisitiva del chico continuo extendiendo una mano al joven -, tu me acompañaras, así que vamonos...
- No te conozco y no te acompañare, seas quien seas has venido aquí buscando pelea – dijo observando el lamentable estado de sus dos maestros y volviéndose hacia el vampiro, quien aun tenia su mano extendida se coloco en posición de pelea – y yo te la daré...
El resto de los vampiros lo miraron divertidos, un mortal pensaba enfrentarse a su maestro, ¿qué no se había dado que ni siquiera dos vampiros tan poderosos como Sire y Auriel habían podido contra ellos él no podría hacer nada, era un suicidio...
- ¿Qué harás pequeño? – se mofo uno de los vampiros que le rodeaban, se acerco rápidamente hacia él, pero se sorprendió como de un rápido movimiento el chico conjuraba una espada y se disponía a enfrentarlo y sonrió burlonamente –, será divertido ver que puedes hacer.
Se enfrascaron en una pelea que pronto demostró de lo que era capaz el chico, cuando después de unos pocos movimientos desprendió la cabeza del vampiro con el filo de su espada. El resto de los vampiros se lanzo contra él, pero con otro movimiento se coloco cerca del pasto y colocando sus manos en el hizo que fuertes raíces brotaran de el aprisionándolos.
- Creí que seria mas divertido, pero me equivoque – sonrió despectivamente observando a los vampiros atrapados, que le devolvieron una mirada cargada de odio y se movió para observar al líder de estos –, ahora en que estábamos...
Sin embargo el vampiro frente a él no era tan débil como el resto, si bien Sire y Auriel se habían desecho de sus vampiros mas antiguos y los que estaban atrapados no eran tan poderosos el no era así, y se lo demostraría a ese chiquillo insolente, se lanzo contre él provocando que este trastabillara y lo sostuvo por el cuello, lo levanto del piso y en otro rápido movimiento encajo sus colmillos en el tierno cuello del chico dispuesto a terminar con él de esa forma... (Esta escena esta dedicada a Di Malfoy... Ev: aun seguimos sin entender que le encuentras de sexy a que se cenen a Harry pero bueno... Ambos: ¡¡¡Esperamos que te guste¡! ñ...) mientras un par de vampiros trataba de ponerse en pie.
Era cierto que habían exterminado a los vampiros mas poderosos de la cofradía, pero tomando en cuenta que habían necesitado de todas sus fuerzas para hacerlo y que después los atacaron el resto que aunque no eran tan fuertes habían aprovechado su debilidad para intentar terminar con ellos ahora estaban tan cansados y débiles que no podían mantenerse en pie para ayudar al joven, ¡¡tenían que hacer algo!
No podía permanecer mas tiempo ahí, necesitaba saber que su Ángel estaba bien, así que se acerco al área del combate, pudo apreciar como un grupo de vampiros estaba aprisionado por gruesas raíces que brotaban de entre el pasto a sus pies, sonrió, seguro eso era obra de su ángel. Sin embargo la sonrisa se le borro en el momento mismo en que pudo distinguir la figura de otro ser sosteniendo entre sus brazos a su pequeño, ¡no podía ser! ¡No podía tener a su pequeño ángel así... no se lo permitiría!
Sin embargo cuando estaba a punto de acercarse más, una voz conocida le dijo algo al chico, algo que no alcanzo a oír debido a la distancia, pero pudo ver como este hacia un ligero asentimiento y levantaba su mano, escucho una palabra... una que le paralizo el corazón... no podía hacerlo... pero fue muy tarde, cuando pudo reaccionar el joven ya se encontraba rodeado de unas enormes llamas, llamas que no podían ahogar el chillido desgarrador de los vampiros al convertirse en cenizas...
Se incorporo ayudado de Auriel, estaban cansados pero si iban a ayudar a Harry ese era el momento, ahora que el vampiro estaba distraído lo suficiente como para olvidarse de su defensa...
- Harry – grito llamando la atención del joven que poco a poco estaba perdiendo fuerzas, cuando el chico lo miro este le hablo mentalmente –, "¿recuerdas la clases de Zillah? Es hora de ver si dieron resultado" – fueron las palabras que llegaron a la mente del chico, al principio no pareció entender, pero después de unos segundos sonrió, había entendido el punto.
Se concentro en un punto entre sus manos y grito ¡Incendio! unaflama se encendió entre su mano y concentrándose en ella sus ojos se llenaron de una luz similar, sus pupilas parecían estar rodeadas de fuego y en unos segundos la llama los envolvió, a ellos y al resto de los vampiros que lanzaron desgarradores gritos al ser convertidos en cenizas en cuestión de segundos. Gritos a los que se les unió otro desde fuera de las llamas.
- ¡¡¡¡¡¡HARRY! – esa era la voz de Severus, Severus lo llamaba, no podía dejarse caer, debía volver, volver a él, volver con su amor, con esos pensamientos en mente sintió como la presión de su cuello disminuya y callo pesadamente, miro entre sus manos y reconoció en ese montón de cenizas a aquel que estuvo a punto de terminar consu vida, las llamas se extinguieron, de la misma forma que lo hacían durante sus entrenamientos, como cuando Zillah le enseño como manipular el fuego, como hacer que este obedeciera sus pensamientos, el único resultado de esto era que si estas debían rodearle no le quemaban, aunque le acaloraban demasiado, y debía admitir que sus ropas también pagaban el precio, sonrió disimuladamente, y estuvo a punto de caer de no haber sido por unos fuertes brazos que le rodearon. Conocía esos brazos pues algunas horas antes lo habían envuelto de la misma forma, aunque antes solo había cariño, amor... pero ahora también había preocupación.
Abrió sus ojos cansadamente, para mirar un par de pozos negros observarlo con preocupación. Se recostó un poco más sobre el hombre que lo sostenía, se sentía seguro, protegido además tenia sueño, aun estaba muy cansado, cerro los ojos mientras murmuraba.
- Todo esta bien Sev... – antes de dejarse caer en la inconciencia sabiendo que cuando despertara él estaría ahí...
Las puertas se abrieron con un golpe seco y dos hombres sumamente preocupados salieron al encuentro de los combatientes, Remus se dirigió a revisar a los vampiros mientras Sirius corría en dirección de su ahijado el cual se encontraba aun en brazos de su profesor.
- Esta bien, solo cansado, y creo que perdió algo de sangre – le dijo Severus en cuanto el animago estuvo lo suficientementecerca.
- Estará bien, todos lo estaremos – dijo un Sire que era sostenido por Remus antes de que el animago comenzara a gritar como histérico –. Severus puede hacerse cargo del cachorro, pero Auriel por otro lado – señalo al vampiro que aun permanecía en el suelo –, necesita algo de ayuda.
A regañadientes Sirius se alejo de su niño, aunque no dejaba de lanzar miradas preocupadas en su dirección.
El grupo estaba por ingresar a la casa cuando una voz conocida por los vampiros los hizo girar.
- ¿Qué ocurrió aquí? – pregunto un contrariado Amelek al observar la escena frente a si.
- Bueno, digamos que tuvimos visitas no deseadas – respondió de mala gana Sire, quería entrar y alimentarse con algo, mientras mas rápido mejor.
- ¡¡Harry! - se escucho una voz preocupada proveniente de una mujer a espaldas del líder del concilio - ¡Dios! ¿esta bien? – pregunto mientras trataba de arrebatárselo a Severus, quien obviamente no pensaba dejárselo, algo que provoco la furia en esta –, dámelo, necesita ser atendido – dijo imperiosa tratando de tomar al chico nuevamente.
- Zillah, él es bastante capaz de atenderlo – intervino Seth, quien conocía las capacidades del mortal, así como sus sentimientos por el chico, y el interés de la vampiresa, y ciertamente se inclinaba mas por apoyar la relación de los mortales.
- Pero... – trato de intervenir la mujer.
- Pero nada... ¿Severus podrías llevarlo a una habitación? – le corto Sire, el aludido asintió antes de girarse bajo la mirada furibunda de la vampiresa, pero antes de entrar a la casa la voz de este en su cabeza –, "llévalo a tus habitaciones, Zillah intentara acercarse a él y no es conveniente por ahora, y asegúrate de poner un buen hechizo que la repela" – Severus sonrió malignamente, de cualquier forma no tenia pensado dejar que esa bruja se acercara a su ángel, con ese pensamiento entro a la casa seguido de sus ex compañeros del colegio, con el resto del concilio ahí y ya no era necesaria su ayuda...
- ¿Qué fue todo eso? – pregunto Sirius, siguiendo a Severus hasta su habitaciones.
- ¿Qué te hace pensar que lo se Black? – respondió este de mala manera.
- Tu estabas afuera... – el animago estaba convencido que algo debía de saber, así que insistió hasta que se dio cuenta de donde estaban – ¿qué hacemos aquí? Esta no es la habitación de Harry.
- Sire no quiere que se quede en las suyas, y antes de que lo preguntes no tengo menor idea de la razón – obviamente si la tenia pero no quería continuar con una conversación que consideraba entupida con el animago, lo importante ahora era atender al pequeño entre sus brazos.
Pasaron varios minutos antes de que el joven se estabilizara, y los tres hombres respiraran tranquilos, después de unos minutos más Sirius y Remus decidieron retirarse, mejor dicho Remus decidió que se retiraran para arreglar lo que pudieran del baúl del joven durmiente dejando al par de morenos tranquilo. Severus se acerco a la puerta y tal como había sugerido Sire coloco un buen hechizo de cerradura en la puerta y otro para repeler criaturas oscuras, se acerco nuevamente a la cama y se sentó en la orilla.
- Mi ángel – dijo acariciando la mejilla del joven –, me alegra que estés bien, no sabes cuanto me preocupaste – beso delicadamente su labios antes de acostarse a su lado. Después de unos minutos también estaba profundamente dormido con un hermoso chico de cabellos negros acurrucado entre sus brazos..
En otra parte de la casa, para ser mas exactos, en la biblioteca (Ev: para variar... ¡Hey! Es mi historia si yo quiero que hablen en la biblioteca ahí hablaran ¬¬U Ev: Bien, es tu historia...) el concilio se preparaba para hacer las debidas aclaraciones respecto a lo ocurrido un par de horas antes.
- Te digo que fue sorpresivo, ¿cómo íbamos a saber que estarían aquí?... – dijo Sire muy contrariado y lanzando una mirada en dirección a una pelirroja que no veía la oportunidad de salir de ahí para buscar a cierto joven de ojos verdes y cabellera negra agrego –, nosotros no somos quienes ven el futuro...
- ¿quieres decir que fue mi culpa por no haberlo visto? – contesto Zillah volviendo la mirada para enfrentarlo.
- Yo no digo nada... solo hago notar el punto – contesto levantando los hombros.
- Basta ustedes dos – intervino Saulot –, no es el momento para enfrentarnos unos a otros, debemos saber quienes fueron los que atacaron.
- Eso es simple – interrumpió Sire –, fue la cofradía de Ilian...
Ante tal afirmación todos guardaron silencio.
- ¿Estas seguro? – pregunto Amelek, y recibió un asentimiento en respuesta.
- Era su cofradía, su olor los delataba, al líder de la cuadrilla que nos ataco era uno de sus vástagos de confianza – aseguro Auriel.
- Tendremos que buscar mas pruebas y averiguar sus motivos para realizar el ataque, por el momento nos quedaremos aquí para despedirnos de ustedes – concluyo Amelek y girándose hacia Zillah le dijo – y tu, será mejor que te mantengas alejada de Harry.
- No entiendo por que debo hacerlo.
- Lo sabes perfectamente, él no es para ti, nunca lo fue y nunca lo será – ella bajo su mirada en parte molesta y en parte dolida, pero en el fondo sabia que era cierto, entonces volvió a mirar en dirección deBeckett y Laurent, quienes ya estaban por hablar les dijo – y ustedes dos definitivamente se quedan aquí, no irán a Hogwarts a menos que se solicite su presencia, ¿entendido?
- Si señor... – estos respondieron al unísono dibujando una mueca de resignación, ni siquiera habían tenido la oportunidad de realizar su pedido.
Despertó con una sensación de calidez y protección que no había sentido desde la vez que su profesor se había quedado en su alcoba, no quería abrir sus ojos, pero la curiosidad lo venció y termino cediendo.
Ahí estaba él, rodeándole con sus brazos, jamás se imagino despertar de esa forma, y una sonrisa boba se instalo en sus facciones, haciéndolo lucir adorable. Se movió lentamente intentando salir del abrazo en el que se encontraba, recordaba todo lo ocurrido la noche anterior, pero también recordaba que ese día debían marcharse, así que decidió arreglar su baúl antes de que Severus despertara y notara su ausencia, sin embargo las cosas no salieron como él deseaba, puesto que en el momento en que estaba a punto de dejar la cama unos brazos fuertes lo instaron a volver a ella.
- ¿Tan pronto te vas?- inquirió una voz un tanto adormilada.
- Pensé que dormías... – contesto este acomodándose nuevamente entre esos brazos que lo rodeaban.
- Lo hacia hasta que no sentí mas tu calor a mi lado – se acomodo de lado para poder observar las esmeraldas de su ángel, las cuales en ese momento parecían brillar con vida propia.
- Lo siento, pero debo arreglar mi baúl, por si lo olvidas hoy debemos tomar el expreso – respondió con una dulce sonrisa, esa linda sonrisa que era única y exclusivamente para él y que hacia que su corazón diera un vuelco en su pecho.
- No lo eh olvidado, y tienes razón, será mejor levantarnos – le soltó lentamente intentando conservar el calor del joven cuerpo junto a él –, ve, te veré abajo – le sonrió, una sonrisa que Harry nunca antes había visto, sin burla, sin ironía, una verdadera sonrisa y solo para él, una sonrisa que lo hacia ver mas joven y apuesto a sus ojos. Le sonrió de vuelta y se inclino para depositar un casto beso en los labios del hombre mayor para salir corriendo en dirección a su habitación, mientras más pronto estuviese su equipaje más pronto estaría entre esos fuertes brazos.
El hombre en la cama volvió a esbozar un sonrisa y se dispuso a levantarse también. Debía preparar sus cosas, aunque realmente no tenia nada propio ahí, se recordó, después de todo el solo había llegado con su traje de mortifago, y ese definitivamente no se lo pensaba volver a poner.
Todos estaban listos minutos después, Harry se había topado con la sorpresa de que su padrino y Remus habían colocado todo en su baúl, incluso se habían tomado la molestia de agrandarlo mágicamente para que le cupiera mucho mas de lo usual. Así que solo coloco un par de cosas más y estaba listo, levito su baúl hacia la puerta y se encontró con una gran comitiva ahí, justo frente a él estaban los trece integrantes del Concilio.
- Hola cachorro – sonrieron Beckett y Laurent.
- ¡Hola! – respondió este pero no pudo evitar preguntar - ¿qué hacen aquí?
- ¿Acaso se te olvida que venimos a despedirte? – pregunto un sonriente Shadami, enfundado en sus ajustados pantalones de cuero.
- No lo recordaba, lo siento – se dispuso a despedirse de todos y cada uno al igual que el resto del grupo que se marcharía, minutos después ya todos se habían despedido.
Severus no pudo dejar de notar que Zillah ya no hacia nada por llamar la atención de Harry, se alegro por ello pero no pudo evitar preguntarse la razón de su cambio, ya se lo preguntaría a Sire en cuanto tuvieran tiempo. El grupo se dirigió hacia el auto que los esperaba para llevarlos a la estación, pero una voz les hizo voltear.
- ¿Harry? - Laurent se había adelantado unos pasos hasta llegar al joven.
- ¿Si? – pregunto este curioso.
- Yo quería entregarte esto – le extendió una caja de un tamaño regular ante la mirada –, se que sabrás que hacer con esto.
El chico observo la caja, la abrió por un momento y le sonrió al vampiro. Claro que sabría que hacer con su obsequio, le daría un buen uso.
- Gracias – dijo antes de darle la espalda y volver al confuso grupo, Sire y Severus lo miraban interrogantes con una ceja levantada, pero sin atreverse a preguntar, mientras los otros no perdieron la oportunidad de interrogarlo.
- ¿Qué es? – pregunto un curiosos Sirius camino a la estación.
-Es algo que no te incumbe – le dijo indiferente el chico, era obvio que no respondería preguntas, así que lo dejaron en paz.
Después de un pequeño viaje en auto, llegaron a la estación King Cross, el grupo llamaba mucho la atención sobre todo de las mujeres, aun a pesar de Sirius había tenido que cambiar su fisonomía con un hechizo de ilusión para poder transitar por ella, pero tomando en cuenta que Remus, Harry y Sire eran bien parecidos y que Severus a pesar de no ser tan agraciado físicamente llamaba la atención gracias a esa aura de misterio que siempre lo rodeaba no pasaban desapercibidos.
Llegaron al andén nueve y tres cuartos, aun era temprano, y no había nadie que los reconociera, así que como habían planeado Sirius se transformo en un enorme perro negro, eso llamaría menos la atención que un fugitivo escapado de Azkaban y caído en el velo del Ministerio.
Localizaron un vagón al final del tren y Sire se instalo en el junto con Harry y "hocicos", mientras los otros dos adultos por ser profesores se dirigían a uno de los vagones principales.
- El lugar no me gusta... es como decir... – comenzó Sire en cuanto se quedaron solos.
- ¿Incomodo? – sugirió Harry
- De echo muy incomodo, ¿qué te parece si lo modificamos cachorro? – le guiño un ojo al aludido, y el gran perro ladro en conformidad. A él también le parecía incomodo.
En cuestión de minutos entre ambos habían echo que las butacas fueran cambiadas por unos comodísimos sillones de cuero negro, las cortinas también eran negras y las paredes de un color azul oscuro, conjuraron velas que flotaban por el dándole un aspecto tétrico y al mismo tiempo elegante.
- Así esta mejor – dijo mientras escuchaba el ruido causado por voces infantiles y no tan infantiles fuera de su compartimiento – creo que se nos paso el tiempo, el expreso no debe tardar en partir.
- Si, parece que se nos paso el tiempo mientras arreglábamos esto.
- Eso parece, será mejor ponernos cómodos, el viaje supongo que será algo cansado, y asumo que ninguno de nosotros descanso bien esta madrugada.
- Supones bien, creo que después de todo dormiré una siesta.
Ambos se acomodaron en sus lugares mientras el perro a sus pies bostezaba, a decir verdad el tampoco había descansado mucho. El tren comenzó a moverse lentamente al principio y después de un momento tomo velocidad alejándose de la estación.
El viaje comenzaba, al igual que sus nuevas aventuras, aventuras que traerían nuevos problemas, giro su vista para posarla en el perro a sus pies y después en el vampiro frente a él, ahora no estaba solo, ahora tenia una familia, una peculiar familia y también tenia a su amor con él, ellos eran su razón para enfrentar sus nuevos retos, y no se dejaría vencer. Y con ese pensamiento se quedo dormido...
Diccionario… (sacado de no recuerdo que pagina… ññ´)
Ashirra: Estirpe, vástago
TBC...
