"Guardián Eterno: la leyenda del pasado"

Por: Sekhmet Malfoy

Encantadora de Dragones
Miembro de la Orden Severusiana
Miembro de la Orden Siriusiana
Miembro de la Orden Draconiana
Miembro de la Legión de Lupinas
Miembro de la Orden de Potter
Miembro de la Orden de las Mortifagas

http/ después del desastroso comienzo del verano, las cosas parecen mejorar para Harry... pero ahora tendrá que enfrentar un nuevo desafió si quiere proteger a las personas que quiere, y con ello al mundo mágico...

Capitulo 16

- Lo lamento Albus, pero lo perdimos en cuanto salió de la escuela, se evaporó en el aire, ni siquiera dejó un rastro como cuando un mago se aparece – se disculpó Moody en el despacho del director.

- Tratamos de rastrearlo, pero fue imposible, simplemente se disolvió en el aire – corroboró Kingsley a su lado.

- Debe haber alguna forma de saber a donde fue – dijo para si el viejo director – ¿trataron de colocarle un hechizo localizador?

- Si, fue inútil, ni siquiera lo toco.

- Bien, entonces vigilen a Remus, tengo la impresión de que sabe mas de lo que dice.

- Así lo haremos.

Después de consolar a Amelek en la antigua cede del concilio, este le condujo al nuevo lugar de reunión, no era lo que había sido la imponente Mansión en Valaquia, al Sur de Rumania, pero se adaptaba a las necesidades del momento. El lugar era similar a la casa de Sire en las afueras de Londres, solo un poco mas frío, después de todo estaba en Moldavia, en el Este del mismo país, habían tenido que recurrir al único lugar seguro y cercano que tenían dadas las circunstancias.

- ¿Dónde esta el resto? – preguntó Sire instalado en una butaca cerca del fuego y a un lado de otro.

- Algunos se retiraron a sus propios territorios, otros están abajo descansando – dijo refiriéndose a las catacumbas del lugar –, algunos otros como Irad, se encuentran trasladando y organizando los archivos en un lugar mas seguro, perdimos algunos, con suerte los mas importantes estarán intactos – terminó con pesadez.

- ¿Fueron demasiadas las perdidas de la biblioteca?

- No lo sé con exactitud, solo Irad podría confirmarlo, lo que mas me preocupa son las perdidas en los clanes – suspiro tristemente antes de continuar – perdimos a Zillah y a Lémec entre muchos otros – Sire ahogo un sollozo ante la noticia notando que aun no concluía la explicación –, además Seth, Henos, Auriel y Laurent siguen tratando de recuperarse aún, los clanes se han visto mermados considerablemente...

- ¿Dónde están? Me gustaría verlos – preguntó conteniendo las lagrimas, era duro saber que dos de sus amigos y tutores ya no existían y que el resto no se encontraba en buenas condiciones, ni siquiera quería imaginarse teniendo que dar la noticia a su cachorro...

- No creo que sea el mejor momento, Minüe y Shadami se están haciendo cargo, ya habrá tiempo para que los veas.

- De acuerdo, aun así hablaré con Irad tan pronto sea posible, necesito conocer ciertos detalles que no comento con Remus y Sirius – recibió un asentimiento dando por concluida la conversación esa noche, pronto amanecería y ninguno de ellos había descansado.

Un par de días después y a muchos kilómetros de distancia...

- Draco tienes que tranquilizarte, a Sire no le gustaría verte así – murmuro Harry junto a su supuesto novio de manera que nadie mas les escuchara.

- No puedo, ¿tienes idea de lo que esto significa? – respondió este de igual forma mostrando un pergamino con el sello Malfoy impreso en la parte superior.

- ¿qué tu padre ya se entero de los rumores? – respondió el moreno restándole importancia.

- ¡¡¿Eres tonto o qué! – dijo subiendo un poco el tono de su voz, lo suficiente para llamar la atención de otros alumnos, cuando se dio cuenta solo pudo bufar exasperado, luego añadió en voz baja – no solo significa que ya lo sabe, ¿qué crees que me hará tomando en cuenta que ahora soy considerado un traidor a su causa?

Bien, ahora el chico ya entendía el punto, tenían que buscar una solución, pero Draco lo que realmente necesitaba era a su novio, en esos momentos se sentía perdido sin él.

- Mira primero nos haremos cargo de los Slytherin, es lo mas urgente de momento, ¿de acuerdo? – el rubio asintió sin comprenderrealmente de lo que hablaba su amigo -, ¿has pensado en mudarte? – preguntó con una ligera sonrisa, entonces el rubio comprendió.

Después de la partida de Sire las cosas se habían complicado para el rubio, tan pronto su supuesto noviazgo con el ex gryffindor saliera en primera plana en algunas revistas como "Corazón de Bruja" o en "El Profeta", él había recibido una carta de su padre pidiendo explicaciones (las cuales aun no había dado y estaba considerando seriamente no dar), además de la implícita visita del mencionado al plantel durante el próximo partido de quidditch para confirmar los rumores.

Eso se había convertido una pesadilla para el joven, junto con las continuas peleas con algunos sus compañeros, todos aquellos partidarios de Voldemort estaban haciéndole la vida imposible a cada minuto, excepto cuando Harry estaba presente razón por la cual se pasaba mas tiempo en la 'Cripta', como tan agradablemente Sirius y Remus habían bautizado al departamento de Harry ya que estaba localizado cerca de las mazmorras y había un vampiro viviendo allí.

Draco solo rogaba que Sire no se demorara demasiado en volver mientras se dirigían a la sala común de Slytherin para tomar sus cosas y llevarlas a la Cripta, no sabia cuanto mas soportaría todo eso.

- "¿Por qué no vuelves? Te hecho tanto de menos, mi amor, te necesito" – fue lo ultimo que pensó cuando atravesó el lugar ignorando las miradas venenosas de algunos compañeros.

- ¿Cómo esta?

- Mas tranquilo, además el ambiente de la habitación de Sire le tranquiliza, le escuche mencionar algo parecido a 'todo tiene su esencia, su olor' o algo así.

- Me alegra eso, es lo mejor para él por ahora, cambiando de tema ¿ya hablaste con tu... padrino? – se obligo a mencionar la ultima palabra mientras acercaba el cuerpo de su joven pareja aun mas a su cuerpo.

- Aun no – mencionó el ojiverde dibujando pequeños círculos sobre la túnica negra del maestro de pociones, mientras se acomodaban en el sofá favorito del profesor.

- ¿Estas seguro de querer hacerlo?

- Seguro, lo que se dice seguro, pues no, pero mientras mas pronto lo sepa mas pronto lo asimilara. "Espero, además se lo prometí a Sire" - pensó para si.

- Si crees que es lo mejor, pero ahora ¿qué te parece si nos olvidamos de eso? – mencionó sugerentemente Severus.

- Ok, ¿qué otra cosa tienes en mente? – ronroneó sensualmente el chico acercando sus labios al su pareja.

- Mmmmm... no se, alguna idea – respondió este correspondiendo a la caricia.

- Se me podrían ocurrir un par de cosas...

- Soy materia dispuesta – fue lo ultimo que menciono el profesor antes de ser alado sobre el cuerpo del chico, para posteriormente ser besado de forma dulce y calmada, estuvo disfrutando de los suaves roces mientras sus manos comenzaban a desprender las ropas de su amante de la misma forma que su pareja lo hacia con él.

Después de eso lo único que se escucho fueron suspiros y gemidos ahogados.

- Aun no puedo creer que haya accedido a esto – refunfuñó Harry ayudando a Draco con el uniforme de quidditch.

- Me la debías, tenias que compensarme de alguna forma.

- ¿Pero esto, recuerdas que en Gryffindor ya me odian por traidor, ¿cierto? – el otro afirmó simplemente con un movimiento de cabeza tratando de ocultar su diversión – entonces ya te imaginas que me lincharan en cuanto me vean, ¿o me equivoco?

- En absoluto... – sonrió burlonamente el rubio, por fin podría descargar un poco de tensión, lo necesitaría tomando en cuenta que su padre ya se encontraba en la tribuna junto a los profesores – y disfrutare cada momento cuando lo hagan...

Harry gruñó lanzándole una mala mirada antes de enderezarse y mirar retadoramente al resto del equipo.

- Escuchen bien porque no lo pienso repetir – utilizó una mirada dura y voz fría para dar a entender no aceptaría replica alguna –, no he entrenado a un equipo de perdedores y tramposos, así que saldrán a jugar limpiamente y ganaran sin siquiera cometer una falta porque no lo necesitaran, así que Morgan olvídate de derribar Weasley con las bludgers por la espalda – dijo tras haberle escuchado comentarlo con otro jugador –, demuestren que no perdí mi tiempo con ustedes... – se giró escuchando como el comentarista daba la bienvenida a los presentes y sin voltear dijo – ahora prepárense a ganar porque el profesor Snape quiere la copa en su despacho al fin de la temporada – con esto terminó dirigiéndose a la salida seguido de su 'novio' que no dijo absolutamente nada.

Afuera el ambiente estaba bastante caldeado, los Gryffindors no podían comprender por qué los Slytherins no estaban haciendo alarde como siempre que se enfrentaban en un partido, todo lo contrario, estaban a la expectativa, eso los intrigaba y molestaba en la misma magnitud, no sabían que era peor, si pelear o ser ignorados. Ningún profesor o alumno había visto los entrenamientos del equipo Sly, pero sabían que algo estaban tramando dado que el jefe de la casa de la serpiente se encontraba sentado, con una nada disimulada sonrisa torcida en los labios, al lado del profesor Lupin, eso no auguraba nada bueno, solo esperaban que no fuera nada serio.

El comentarista, un Hufflepuff de sexto año, dio la bienvenida a todos antes de comenzar a mencionar las alineaciones.

- ¡¡Bienvenidos esta tarde al segundo partido de la temporada! ¡¡Gryffindor contra Slytherin, un partido de gran expectación tomando en cuenta que Gryffindor cuenta con un buscador novato y Slytherin ha cambiado completamente su alineación por no decir al equipo completo!

¡¡El equipo de Gryffindor sale al campo, con Ronald Weasley como guardián y capitán, seguido de Pietro Polodori y Marcus Duval sus golpeadores, Kasey Ambers, Andrew Shelley y Ginny Weasley como cazadores y su nuevo buscador Johann Byron! – las gradas de todas las casas, excepto Slytherin, los ovacionó mientras comenzaba a salir el otro equipo (Sekh: algunos nombres los he sacado de libros que estoy intentando leer, como Shelley, la autora de Frankeistein o Lord Byron... ;; extraño a Ev... no puedo hacer comentarios sin él... no salen igual... pero no se les ocurra decirle... ¬¬#) – el equipo de Slytherin entra al campo con Draco Malfoy capitán y ahora guardián a la cabeza, seguido de los cazadores Michael Crawford, Damián Zellweger y Levro Leitherman, sus golpeadores Selwin Manaudou y Alexander Morgan y su nuevo buscador... – se interrumpió al no encontrar el nombre de su buscador en su guía y notó el silencio repentino del estadio, levantó la mirada y seencontró con que el buscador de este ya se encontraba en el campo y no era otro que... – Harry Potter – terminó con voz entrecortada de la impresión, entonces la sonrisa del profesor Snape se ensanchó, realmente estaba disfrutando de esto, en especial de la cara desencajada de la profesora McGonagall (Sekh: es que aquí entre nos es muy divertido ver su cara contrariada... ¿dónde esta mi cámara? jijiijijiji).

La señora Hooch se acercó a los capitanes de ambos equipos para dar inicio al juego, cuando estos se acercaron a darse la mano Ron no se contuvo y preguntó en un gruñido.

- ¿Qué diablos significa esto Malfoy?

- No sé a que te refieres Weasley, solo es mi nuevo equipo... – le sonrió despectivamente mientras se alejaba, entonces la señora Hooch soltó las pelotas dando comienzo al partido.

Harry estaba sobrevolando el campo en busca de la pequeña pelota dorada mientras se aseguraba que sus compañeros tomaran en serio su advertencia, parecían haberlo hecho después de todo, sonrió satisfecho.

El partido estaba bastante parejo, la quaffle iba de un lado para otro gracias a la habilidad y destreza de los cazadores, sin embargo los guardianes eran un gran reto para ambos equipos, un gran acierto para Slytherin el que Draco hubiese cambiado su posición, además de los nuevos golpeadores realmente hacían un gran trabajo, claro comparados con las bolas de sebo de Crabe y Goyle cualquiera lo haría.

El equipo de Slytherin estaba demostrando ser un gran rival y ni siquiera hacían su habituales trampas, esto para completo desconcierto de todos, incluidos sus propios compañeros de casa, Harry observaba todo ubicado cerca de los aros mientras buscaba la escurridiza snitch, pero no aparecía por ningún lado.

- Estas haciendo un gran trabajo Dray – mencionó casualmente.

- Ya lo sabia – le miró arrogantemente el aludido mientras una sonrisa torcida se formaba en sus labios –, pero gracias de todos modos.

El juego siguió desarrollándose espectacularmente, tiros bloqueados, bludgers lanzadas sin miramiento alguno y con gran precisión, los cazadores haciendo grandes pases, los buscadores sondeando todo el terreno de juego. Sin embargo el marcador se inclinaba a favor de los serpientes, 50 – 80 por el momento.

- Potter ha visto la snitch y se lanza en su persecución seguido muy de cerca por Byron – se escuchó el comentario haciendo que casi todo el estadio se enfocara en los buscadores.

Harry había visto la pequeña esfera dorada cerca de la tabla de los profesores y no dudó ni un segundo en arrojarse tras ella, volaba completamente inclinado sobre el palo de su fiel Saeta, tratando de obtener mayor velocidad en sus maniobras, Byron le pisaba los talones, cuando ambos estaban cerca la snitch se movió tratando de perderse a la altura del suelo, ambos contendientes fueron tras ella, la escurridiza pelota destelló un momento gracias a una de las luces del campo, ya que empezaba a oscurecer, y entonces cambio nuevamente de dirección, Harry viro un poco tratando de no perderla, faltaba poco para atraparla, el partido estaba 110 – 90 favor Slytherin, la tribuna verde no perdía de vista al buscador, los Gryffindor maldecían, las otras casas estaban atónitas, un poco mas... entonces sonó el silbato de Madame Hooch anunciando el final del juego.

- ¡¡Y Potter tiene la snitch, Slytherin gana!

La snitch estaba en manos del buscador ojiverde, 260 – 90... los gry no lo creían. Era el acabose, la casa de la serpiente estalló en aplausos, y el equipo se felicito, seguramente habría fiesta mas tarde. Por un momento Draco olvido que su padre se encontraba en algún lugar del colegio solo para enfocarse en el triunfo del equipo y Harry dejó de lado la preocupación de su futuro linchamiento a manos gryffindor y la idea de se asesinado por su padrino, pues tenia que hablar con él esa noche, por el momento celebrarían, mas tarde enfrentarían lo demás...

Después del partido Draco fue arrinconado por su padre para recibir algunas explicaciones, lo arrastró hasta una de las aulas vacías donde comenzó el interrogatorio.

Lucius trataba de obtener respuestas mientras Draco hacia todo lo posible por negarse a responder, y fue así como les encontró su tío.

- No tengo por qué informarte sobre lo que hago o dejo de hacer padre – casi escupió la palabra –, ya soy mayor de edad y mis relaciones personales no son de tu incumbencia, tengo diecisiete años... – retó el joven mago.

- Aun soy tu padre y como tal responsable de ti...

- Vaya, ahora si te tomas esas atribuciones, debiste pensar eso antes de enredarte con personas que no son más... – fue interrumpido por el profesor recién llegado que le miraba seriamente.

- Draco, basta. Quiero hablar con tu padre, retírate.

- Pero...

- He dicho que te retires – el joven lo miro tratando de obtener una respuesta diferente, para su disgusto era imposible por lo que terminó obedeciendo, a fin de cuentas retar a su jefe de casa era un suicidio.

En cuanto el chico se retiró Severus encaró al Malfoy Mayor.

- Eres la ultima persona a quien él daría cuentas.

- Soy su padre, y es a mi a quien tiene que rendirlas.

- Perdiste ese derecho cuando trataste de imponerle la marca, Draco nunca ha sido como nosotros, jamás aceptará que alguien se le imponga de esa forma – le miró retándolo a desmentirlo.

- Tiene que entender que...

- ¡¡No, eres tu quien tiene que entender que ya no es un niño al que puedes manejar a tu antojo! ¡¡Hace mucho que dejo de serlo! Nosotros elegimos en el momento, ahora es su turno... – diciendo esto se alejó dejando a un furico Lucius Malfoy que solo rumió sin ser escuchado.

- Tus padres también fueron unos tontos Severus, muy pronto tendrás el mismo fin asqueroso y ruin que ellos y todos lo que se opongan a nuestro señor.

El profesor de pociones se encamino a sus aposentos sin haber escuchado la ultima amenaza del rubio. Suspiró, acababa de tener una pequeña discusión, nada seria, y estaba seguro que aun tendría otra.

Harry llamó a la puerta de los aposentos de Remus, sabia que su padrino estaría allí y no se equivoco, Remus atendió a la puerta y sabiendo de antemano la razón de tan improvisada visita opto por retirarse dejándolos solos para que hablarán. En cuanto se marchó ambos se dieron cuenta del incomodo silencio, así que el joven decidió romperlo yendo al grano.

- Sirius tenemos que hablar, es importante para mi.

- Claro Harry, seguramente tiene que ver con el partido quidditch, aun no comprendo por qué decidiste... – su pequeño discurso fue cortado por el chico.

- No Sirius, no tiene nada que ver con el partido.

- ¿No, ¿entonces? – preguntó ligeramente aturdido, él podría haber jurado que se trataba de hacerle ver de que lado estaban sus lealtades pero no. ¿De que quería hablar el chico entonces?

- Yo... estoy saliendo con alguien – comenzó antes de ser cortado por el animago.

- Eso es fantástico Harry. ¿La conozco? ¿es gryffindor? ¿qué edad tiene? ¿le gusta el quidditch? ...

- No es... una chica...

- Bueno eso no es problema... digo yo tampoco salgo con una, no pensaste que por que era un chico no te apoyaría, ¿cierto?

- No, no tiene nada que ver con eso...

- Bueno, entonces dime ¿quién es?

- Veras... él es mayor que yo... y...

- Bueno cuando hay amor la edad es lo de menos, no puede ser tan mayor si estas interesado...

- Sirius, déjame terminar.

- Lo siento... continua.

- Bien, él... es, pues... Severus – dijo la ultima palabra en voz mas baja esperando la reacción de su padrino, la cual no tardo en llegar.

-¡PERO HARRY! ¡¡SNAPE! – gritó lleno de furia apenas contenida – ¿CÓMO PUDISTE? ¡¡NO PUEDES ESTAR HABLANNDO EN SERIO!

- Sirius...

- ¡SIRIUS NADA! ¡NO! ¡ESE MALDITO BASTARDO TIENE TODA LA CULPA!

-Sirius, escúchame primero – trató de hablar el joven, no recordaba haber visto al animago tan molesto en ninguna otra ocasión, estaba irreconocible, caminando de un lado a otro, los ojos desorbitados, los labios fruncidos en una delgada y apretada línea, los puños cerrados mostrando sus nudillos blancos, realmente estaba furioso.

Sirius estaba lívido, dividido entre dos pensamientos, el de apoyar a su ahijado y el de asesinar a alguien, mas específicamente a Snape.

Antes de que el chico pudiera reaccionar Sirius estaba saliendo en busca del maestro de pociones. Aprovechando su capacidad animaga echó a correr y tomó ventaja de Harry para perderlo. Estaba por dirigirse a las mazmorras cuando tropezó con el causante de su furia.

Sin que Severus pudiera hacer algo al respecto se encontraba en el suelo tratando de quitarse al enorme perro negro que intentaba arrancarle cualquier parte de su cuerpo que estuviese a su alcance.

-¡Hocicos, basta!... ¡No! – gritó Harry en cuanto los tuvo a la vista.

- Quítamelo de encima – gruñó Severus entrecortadamente, ya que el peso del animal no le permitía respirar bien.

Harry se acercó al animago para tratar de alejarlo pero la fuerza del furioso animal sobrepasaba sus fuerzas.

- Apártate Harry. Déjame a mi – se escuchó una voz a sus espaldas.

Sire acababa de hacer su aparición, se veía cansado, sin embargo se acercó al grupo seguido de Remus y tomó por el cuello a Padfoot para alejarlo de Severus. Había encontrado a Remus en el camino y este le puso al corriente de la conversación entre Harry y Sirius, así que ambos habían decidido ir a buscarlos para impedir cualquier cosa que pasase entre ambos hombres.

Una vez que el animago estuvo lejos del profesor de pociones y completamente inmovilizado por el vampiro y el hombre lobo, Harry se acerco a su pareja.

- ¿Estas bien? – preguntó mientras buscaba alguna herida seria.

- Si, aun estoy entero, algo que no podré decir de cierto perro en cuanto me ponga en pie – respondió lanzándole miradas llenas de odio al animago, miradas que prometían una muerte lenta y dolorosa.

-¡NO! – vio al can de reojo antes de volverse a Severus – Primero van a escucharme... ambos.

- Estoy de acuerdo con eso, pero no es el momento ni el lugar adecuado – intervino Sire antes de que las cosas volvieran a salirse de control –, sin contar que no me siento con el humor para soportarlo – dijo lo ultimo por lo bajo, seguro que nadie lo oiría.

El vampiro suspiro antes de volverse a Remus.

- ¿Podrías llevártelo, hablaré con él mañana – ante el asentimiento del hombre lobo miro a Sirius para decirle con voz dura y mostrando amenazadoramente sus colmillos –, y tu, vas a tranquilizarte antes de que sigas haciendo y diciendo estupideces. Remus no le quites la maldición hasta que estén seguros en tus aposentos.

- Los veremos mañana – se despidió el hombre lobo mientras hacia flotar tras de si al petrificado animago.

- No sé ustedes pero yo quiero ir a descansar.

- Te ves fatal Sire, ¿todo bien? – preguntó Harry al ver tan decaído al vampiro.

- Si no supiera que las jaquecas no se me dan te diría que estoy a punto de tener una. Y respecto a lo otro les diré después. Mejor vayan a dormir.

- Deberías tomar tu propio consejo e ir a la cama – sugirió Severus tratando de olvidar el mal rato.

- Eso haré, supongo que se quedarán juntos, ¿cierto?

- Aja... te veremos mañana.

- Bien, buenas noches – en un momento todos estaban camino a su habitaciones, algunos molestos, otros preocupados y uno de ellos completamente agotado.

Entró al lugar sin necesidad de encender las velas de la sala, la luz de la, aun encendida, chimenea se encargaba de alumbrar lo suficiente para no tropezar mientras se desplazaba a su alcoba.

Abrió la puerta y se dirigió directo al baño arrojando su capa de viaje a la silla más cercana, necesitaba asearse desesperadamente, además le ayudaría a relajar sus atormentados músculos.

Dejó llenar la bañera mientras se desprendía de sus arrugadas ropas, estaban echas un asco, si bien no se notaba con la capa en cima sin ellas era mas que notorio. Suspiró nuevamente, algo que hacia últimamente, templando el agua antes de meterse en ella.

Sus músculos se relajaron de inmediato agradeciendo un descanso después de una semana sin el. Tomó uno de los frascos y lo vació provocando que la enorme bañera comenzara a llenarse de burbujas con un leve olor a frutas. Entonces se sumergió entre ellas para poder humedecer su largo cabello y comenzar a lavarlo.

Estaba tan absorto en su tarea que no notó como alguien se desprendía de sus escasas ropas y se sumeria a sus espaldas en el calida agua. Por lo menos fue así hasta que sintió unos calidos brazos rodearle la cintura desde la espalda y que el shampoo le era arrebatado de las manos.

- Déjame a mi – escuchó la suave voz de su pareja soplar en su oído.

- ¿No deberías estar durmiendo? – contestó con una sonrisa sin apartarlo o impedirle hacer lo que pretendía, clara muestra de que no deseaba hacerlo realmente.

- Ya, bueno, no importa, ahora estoy aquí y no pretendo marcharme – dijo comenzando a lavar el largo cabello del vampiro. Estuvieron así por un largo rato hasta que cada centímetro del negro cabello de Sire estuvo completamente limpio. Solos entre el agua, disfrutando de la presencia del otro, sin decir nada que arruinara el momento.

Draco tomó una esponja de la orilla de la bañera y le puso algo de gel para el cuerpo, y se movió de la posición en la que estaba para colocarse frente a Sire, y sentándose en su regazo comenzó a frotarlo suavemente con ella, comenzó haciendo pequeños círculos por el pecho y brazos, para luego pasar por el cuello y volver al pecho y continuar con el abdomen. Sire por otro lado se dejaba hacer disfrutando de las caricias del rubio, porque no solo estaba lavándolo, no, el chico aprovechaba para acariciar cada porción de piel mientras frotaba. Dejó escapar un suspiro de satisfacción y se relajo aun mas. Era tan agradable estar así, por lo menos hasta que noto como Draco se apoyaba un poco mas en él para, sin cambiar de posición en su regazo, tallar su espalda, podía sentir la suave respiración de su dragón en su cuello cuando la esponja bajaba por su espina dorsal, y sus pequeñas manos sosteniéndose de sus hombros para no resbalarse, si Draco seguía así iba a volverse loco. Su respiración comenzaba a hacerse irregular poco a poco, y sabiendo que no podría contenerse más, simplemente porque no podía ni quería hacerlo, lo abrazo por la cintura pegándolo a su firme cuerpo provocándole un pequeño jadeo, sonrió ante eso ya que quería decir que el chico estaba en las mismas condiciones que él.

Comenzó a repartir pequeños besos y mordidas en el cuello de su dragón, haciendo que este se estremeciese en anticipación a lo que vendría, lo había deseado desde que habían sido interrumpidos por Remus y Sirius, y como olvidar que lo había extrañado como un loco durante los días que había estado fuera, lo necesitaba. Por eso, cuando se despertó y notó que alguien había entrado en la habitación se puso de pie y lo siguió al baño. No lo había reconocido en un principio ya que estaba de espaldas y vestido completamente de negro sin contar que aun seguía medio dormido, pero en cuanto el baño estuvo listo y se desprendió de las ropas se dio cuenta que su novio estaba de vuelta, así que ni tardo ni perezoso se deshizo de la camisa de su pijama, o mejor dicho de la camisa del pijama de Sire, y se coló en el agua. Ahora él también disfrutaba de las caricias de su pareja, todo lo había comenzado en un intento de relajar a Sire que se veía completamente agotado, pero parecía ser que sus atenciones lograron algo mas que solo relajarlo. Sonrió ante la idea, quizá por fin lograrían acabar lo que hacia poco mas de una semana habían comenzado.

Sire vio sonreír a su pequeño y no pudo reprimir una pequeña sonrisita también, su niño estaba disfrutando tanto como él, sin embargo ese no era un buen lugar para continuar con lo que tenia pensado. Así que no dudo en levantarlo en brazos y sacarlo de la bañera. El rubio se sostuvo de su cuello mientras le rodeaba la cintura con sus piernas y dirigía sus labios hacia los de Sire para compartir un apacible beso. Suspiró ante la agradable sensación que le provocaban los dulces labios de su pareja y se dio cuenta de cuanto lo había extrañado realmente.

- ¡Dios, me hiciste tanta falta! – susurró sin apartarse demasiado de él, mirándose reflejado en las orbes amatistas no pudo reprimir las lagrimas que comenzaban a deslizarse por sus mejillas.

- No tanto como tu a mi – le contestó este de igual forma apartando las lagrimas con suaves besos. Para él también había sido un tormento estar lejos.

Lemmon (leer en la pagina que indica mi bios)

TBC...