Parte IV:
Hurgó entre las antiguas cajas que su madre tenía apiladas en un pequeño cuarto en el desván. El polvo allí era demasiado, y aunque sus dedos estaban ya sucios por ello, no descansó hasta buscar la única caja redonda, que alguna vez sirvió para guardar el sombrero de la abuela, en donde sabía estaban las más antiguas y abandonadas fotografías. Como si fuera una conspiración, la encontró bajo todas las demás. La abrió lentamente y dentro de ella había un enorme paquete de fotografías en perfecto estado, dada que la caja la había protegido del paso del tiempo, la humedad y el polvo. Allí estaban las fotografías de su nacimiento, del primer día en el jardín de niños... de las pequeñas fiestas que se realizaban allí. Las miró atentamente pero a pesar de que eran muchas, en ninguna "él" aparecía. Suspiró derrotada pasándose la manga por la frente. Arrugó el ceño cuando se preguntó porqué quería una fotografía de Inuyasha. Su corazón comenzó a latir rápidamente y como si hubiera sido sorprendida en una travesura, guardó rápidamente todas las fotografías y cerró la caja, saliendo rápidamente de la habitación.
.Qué estoy pensando... - Se dijo en un murmullo.
Cuando bajó las escaleras escuchó una suave y tranquila voz femenina. Corrió al baño a lavarse la cara y se lavó las manos, acomodó sus cabellos e inspeccionó rápidamente su ropa. Si tenían visitas debía estar presentable. Caminó despacio hasta la cocina y cual no sería su sorpresa cuando de frente, lo primero que sus ojos vieron fue la dorada mirada pero algo más gélida, del hermano mayor de Inuyasha, Sesshoumaru, sentado al lado de una linda muchacha algo más joven que él, incluso se podría decir que unos 3 años mayor que ella misma, que la miró luego de unos segundos con una amplia sonrisa.
.Ho... buenas tardes- Saludó Kagome haciendo una pequeña reverencia.
.Hola- Saludó la muchacha de cabellos y ojos castaños. Sesshoumaru la miró e hizo una pequeña inclinación con su cabeza.
.Kagome, ven, mira quien vino a visitarnos, es Sesshoumaru- Dijo el abuelo poniéndose de pie e instando a Kagome que tomara asiento, a su lado. La chica caminó un poco avergonzada hasta donde estaban todos reunidos y se sentó.
.Ella es Rin, la prometida de Sesshoumaru... y ella es Kagome, mi hija.- Dijo la Sra. Higurashi. Ambas se sonrieron y luego Sesshoumaru habló.
.Has crecido bastante, Kagome, casi no te recordaba.
La chica se sintió decepcionada de sus palabras. Ahí estaba él, como siempre, frío y distante, aunque el brillo de sus ojos era distinto y hasta su voz era más suave que en aquellos lejanos tiempos, Sesshoumaru en nada se parecía a Inuyasha.
.Nunca lo has hecho.- Se dijo Kagome en un murmullo. Es cierto, él jamás nunca la miró como a alguien importante. Pero también qué se iba a fijar un muchacho de 18 en una niña de 9.
.Sesshoumaru ha tenido la cortesía de presentarnos a su prometida... y dice que como somos casi familia, viene a pedir nuestro consentimiento para casarse.- Acotó el abuelo feliz y orgulloso de esta decisión.
.¿Y cuando se van a casar?- Preguntó Kagome mirando mejor a Rin, la prometida, puesto que sabía que su respuesta sería más agradable de escuchar que de los fríos labios del novio.
.En la primavera, aún tenemos algunos meses para planificar la boda, no es mucho pero queremos tener todo organizado.- Respondió la muchacha siempre con una sonrisa y mirando directamente a Kagome a los ojos.
.Ah, vaya - Fue lo único que pudo responder.
Pasaron la tarde conversando de mil temas y Kagome pudo notar ahora el cambio del mayor de los hermanos. Incluso lo había visto sonreír un par de veces, sobre todo por algunas bromas que su prometida de pronto decía, provocando las carcajadas de todos. Tal vez el abuelo tenía razón, "a nadie le falta un calcetín roto". Y ahora que ellos se despedían y el joven se inclinaba y le daba un fugaz beso en la mejilla como despedida, sintió deseos de llorar. ¿Porqué¿Porqué tenía que sentirse tan triste¿Acaso aún sentía algo por él? No, no era eso, no era eso, era el recordar en lo tonta que fue cuando era una niña ¿Qué pensaría de ella cuando leyó su carta de amor¿Se habrá reído o burlado de todo ello¿Y qué pensaría ahora?
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.¿Porqué tienes esa cara?
La pregunta la sacó de sus pensamientos. Era la hora del descanso del primer día de clases y ella, junto a Ayumi estaban, o al menos ella pretendía, comer su emparedado.
.¿Qué cara?- Preguntó dándole la primera mordida a su colación. de... tristeza...
La chica sólo sonrió mientras masticaba su comida. Sus ojos buscaron esquivar los de su amiga, pero de pronto vio con sorpresa a Inuyasha que caminaba tranquilamente, llevando la maleta del colegio por sobre su hombro, hablando tranquilamente con otro muchacho. Kagome se atoró con la comida y se puso tan roja que creyó perder la respiración. Comenzó a toser y toser y Ayumi, desesperada, le entregó su vaso con jugo que Kagome apenas logró beber.
.Pero Kagome!- Le reprochó esta. La otra chica sintió al fin alivio y dejó el emparedado en la mesa, mientras se recostaba en la silla. Tanto escándalo había llamado penosamente la atención y lo único que rogaba es que Inuyasha no se hubiera dado cuenta que ella estaba allí. Sin embargo, de reojo vio como se acercaba seguido de su amigo, quiso correr pero ya era demasiado tarde.
.Hola¿Te estabas ahogando?- Le preguntó divertido poniendo una mano en su asiento, la cercanía del chico y la confianza con que le hablaba la ponía en extremo, nerviosa. cof... - Fue lo único que pudo emitir aún, sintiendo la garganta resentida y tratando de no mirarlo, sabía que estaba muy roja de la vergüenza.
.Hola - Volvió a saludar Ayumi a los chicos coquetamente. Kagome quiso reír con la actitud de conquista de su amiga pero nuevamente lo único que pudo emitir fue su tos. cof...
.¿Necesitas que te den respiración?- Le preguntó Inuyasha cuando se inclinó lo bastante cerca de su oído, muy suavemente, casi inaudible para los demás que la dejó helada y hasta la tos desapareció. Se levantó presurosa de la silla y esta cayó al suelo provocando un tremendo ruido que ya todos la miraban inevitablemente. Kagome no pudo mirar a Inuyasha y salió pasando por el lado de Ayumi y diciendo rápidamente: "Voy al baño."
Media hora después salió del baño justo cuando el timbre sonó avisando que la hora del descanso había terminado. Caminó a paso rápido mirando a todos lados para no encontrarse de nuevo con su presencia hasta que con alivio llegó al salón. ¿Cómo no lo había pensado antes? Era obvio que él estudiaría en su mismo colegio puesto que era el más cercano para ambos. Aunque Inuyasha era un año mayor, este era su último año de estudios.
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.Me dijo Sesshoumaru que los había ido a visitar...
Kagome asintió. Era inevitable que se encontraran en la salida del colegio así que el chico ahora estaba a su lado, mientras ambos caminaban lentamente por la calle.
.Sí, fue... con su novia... Rin, creo que se llama- Respondió Kagome.
.Sí, Rin, ella muy simpática... aún no entiendo cómo se pudo fijar en alguien tan agrio como él.
Kagome sonrió.
.Bueno... a veces el amor es ciego... - Dijo con nostalgia.
Inuyasha la miró de reojo pero no respondió.
.Oye Inuyasha... y cuando ellos se casen... ¿qué harás tu?.
El chico se detuvo de pronto y la miró.
.¿Qué haré? Nada...
.Pero... me refiero que si vas a vivir con ellos¿verdad?
Inuyasha la miró casi ofendido.
.¿Estas loca¿No sabes lo incómodo que debe ser estar viviendo con una pareja de recién casados?
Kagome sonrió nerviosamente.
.Ah, si... es cierto... - Respondió más bajo. Inevitablemente la imagen de Sesshoumaru semi desnudo en la cama hizo que se le erizara la piel.
.El muy tonto quería que viviera con ellos pero les dije que no lo haría, cada uno en lo suyo... así que como ambos tienen bastante dinero ahorrado, se comprarán un pequeño departamento... yo me quedaré con la casa de mis padres...
.¿Vas a vivir solo?- Preguntó Kagome sorprendida.
El muchacho la miró seriamente.
.Pero si siempre lo he hecho.
Era cierto en parte. Su madre había muerto hacía nueve años producto de una enfermedad incurable y por dos años él estuvo a cargo de su madre, esos dos años en que compartieron muchas cosas, en que fueron casi hermanos.
.No digas eso... nunca estuviste sólo. Estabas con nosotros y con tu hermano... él trabajaba de día y estaba contigo por las noches, deberías ser más agradecido y...
.Ya, deja de hablar de Sesshoumaru- La interrumpió exasperado. Kagome lo miró sorprendida y casi roja de vergüenza.
.Lo... lo siento... - Respondió apenas. ¿Qué le pasaba? De pronto ya parecía que no lo conocía. ¿No era él acaso un chico bromista y travieso¿Desde cuando estaba tan agrio? Hasta se podría decir que en algo se parecía al hermano mayor.- no creí... que te... molestarías por eso...
Él carraspeó nerviosamente.
.Bueno, me tengo que ir, adiós. - Cruzó la calle caminando rápidamente y con la vista baja. Kagome se detuvo sólo para mirarlo ir. ¿Qué le pasa? Razón tenía al decir que ya no lo conocía.
Continuará...
