Parte V:
Con una pequeña canasta con frutas iba Kagome caminando cansadamente por la acera, su destino era la antigua casa de los hermanos que se encontraba a casi 10 cuadras de la suya. Hubiera querido rehusarse a hacerle aquel encargo a su mamá, pero... quería saber y tenía algo de curiosidad cómo era que vivían aquellos dos. Desde que se habían ido a China, muchas veces pasó por fuera de la casa, que con el paso del tiempo fue adoptando una fachada cada vez más descuidada y derruida. Ahora que estaba frente a ella, se notaba que ahora estaba habitable. La maleza había sido quitada del jardín delantero y la fachada estaba recién pintada de color blanco marfil. Abrió la reja que chilló lastimosamente. Era media tarde, y aunque era sábado, parecía que no había nada en casa. Tocó a la puerta y esperó. No se escuchaba nada, salvo el canto de las cigarras. Se restregó los brazos sintiendo de pronto el frío de la brisa otoñal. Llamó nuevamente y se escuchó pasos. La puerta se abrió al fin.
.Ka.. .gome?- Preguntó Inuyasha con asombro, abriendo los ojos inmensamente. Ella sonrió levemente.
.Mamá me pidió que les viniera a dejar esto.- Levantó la pesada canasta con ambas manos. Él pestañeó confundido y luego la recibió de sus manos.
.No debió haberse molestado.- Murmuró mirándola asombrado aún. Ella se arregló el cabello nerviosamente.
.Bueno, es un obsequio, conoces a mamá...
Kagome bajó la vista un poco avergonzada. La verdad es que trataba de no mirarlo con su ajustada polera y su pantalón de buzo. El viento sopló fuertemente y ella se tomó los cabellos que les molestaban.
.Lo siento, pasa, pasa... - Dijo el chico al fin apartándose de la puerta y permitiéndole la entrada. Kagome levantó la vista y dudó. ¿Pasar¿Sería lo adecuado? Ni siquiera supo como ya estaba dentro de la casa e Inuyasha cerraba suavemente la puerta tras su espalda.
.Ven, estoy en la cocina- Sintió su mano en su hombro y la guió hasta el cuarto que ella recordaba levemente donde estaba. Cuando entraron allí, él se apartó de su lado y colocó la canasta de frutas sobre la mesa.
.Insisto en que tu mamá no debió haberse molestado.- Murmuró sacando la fruta y colocándola en la fuente que estaba al centro de la mesa. Kagome no prestó mucho atención a sus reclamos, sus ojos escudriñaron por completo la habitación y sus alrededores. Aún había cajas selladas seguramente con cosas que ellos no habían tenido tiempo de desempacar del viaje. La cocina también estaba recién pintada y el intenso olor a óleo de ésta penetraba con intensidad en sus narices. El lavaplatos estaba lleno de espuma y algo de loza estaba sobre la rejilla. Kagome miró a Inuyasha y levantó una ceja.
.¿Estabas lavando los platos?
El muchacho trató de no mirarla y caminó luego para seguir con la labor que le fue interrumpida antes que ella llamara a la puerta.
.Hacía como dos días que nadie lo hacía...
Kagome sonrió ya más tranquila y se sentó en una de las sillas a mirarlo. El que ella lo estuviera observando haciendo aquel quehacer doméstico lo ponía demasiado incómodo. La miró de reojo intentando entablar una conversación, para que así el ambiente fuera más relajado, al menos para él, ya que ella lucía bastante tranquila en la silla, mirándolo.
.He terminado.- Dijo aliviado volteándose y secándose las manos. - espera, tengo un video juego en pausa hace como dos horas... espera, iré a apagarlo.- Se alejó rápidamente y luego volvió hasta ella.
.Te pareces a Souta- Sonrió Kagome.- te pareces mucho a mi hermano...
.Pero no lo somos- Respondió rápidamente el chico. Kagome lo miró atónita, él en tanto intentó desviar su atención. -... ehhh... ¿y que has hecho?
.¿A qué te refieres?- Le preguntó dudosa. Lo vio sentarse frente a ella.
.Que has hecho... aún no sé que ha sido de ti en todo este tiempo.
.Ah... bueno... - ¿Qué iba a decirle¿Que no había hecho nada¿ Que su vida sólo había seguido así, sin nada importante, sólo cumpliendo todas aquellas etapas que debía cumplir? No había nada qué contar.-... yo... no sé que decirte...
.Pero como... - Él se inclinó - no te creo... dime...
.No sé qué quieres que te diga... - Respondió un poco incómoda ante su insistencia.- de verdad no hay nada que contar...
.¿No tienes novio?
La pregunta tan directa la hizo desviar la mirada rápidamente. ¿Porqué en estos momentos recordaba aquellos sueños que tenía y que ahora ya habían desaparecido?
.No, no- Se apuró en aclarar. Sintió como un leve rubor se apoderó de sus mejillas. ¿Porqué ahora le resultaba tan incómodo entablar una conversación¿Porque le resultaba hasta incómodo estar a su lado?
.Mentirosa¿porqué no me lo cuentas?
Kagome sonrió vergonzosamente y en ese momento recién lo miró directamente.
.Si digo que no tengo, es porque NO TENGO.- Recalcó un poco exasperada las últimas palabras. Él se recostó en la silla no muy convencido.- en todo caso eso no es de tu interés.
Inuyasha la miró sorprendido.
.Lo siento entonces- Respondió con reproche.
.¿Qué estaba pasando¿Porqué sólo peleaban cada vez que estaban juntos? Había algo... y lo sabía... era su propia actitud... y también la de él... ambos tenían la culpa ¿porqué?
.Bueno, disculpa... sólo quería decir... que eso no es importante... ¿Porqué te enojas tan fácil?
Inuyasha la miró asombrado, ella lo miraba ahora esperando con ansias una respuesta, es que de verdad le sorprendía mucho su cambio.
.¿Yo?
Kagome rió ya más relajada. La cara de sorpresa que él tenía en verdad le causaba gracia. Se levantó de la silla y afirmó ambas manos en la mesa, inclinándose hasta él para hablarle.
.Me voy porque se hace tarde... y... un consejo... creo que no deberías vivir solo porque eso te esta haciendo más gruñón.
Para su sorpresa el muchacho sonrió ampliamente y hasta complacido con lo que le había dicho. Se levantó también de la silla y la siguió hasta la puerta.
.Ya es un poco tarde, voy a dejarte... espera... - Tuvo intenciones de retroceder a buscar una chaqueta pero Kagome lo detuvo.
.No! No, me voy sola, no te molestes.
.Voy dejarte, ya esta oscureciendo y podría pasarte algo.
.No, de verdad... no es necesario además... además tengo que pasar a otro lugar... - Era una excusa bastante tonta pero ya era suficiente por hoy, si seguían juntos terminarían mal, lo sabía.
Otra vez la cara de Inuyasha cambió.
.Ah... esta bien. Cuídate entonces- Respondió seriamente. Kagome se levantó de puntas para darle un beso en la mejilla pero no supo si había calculado mal o fue porque de pronto escucharon la puerta de un auto que se cerró bruscamente tras ella... lo único que se dio cuenta es que el beso, en vez de caer en su mejilla cayó en los labios del chico. Ambos se miraron asustados y luego Kagome miró hacia atrás. Era Sesshoumaru que bajaba del auto. Trató de no mirar a Inuyasha y hecha un nudo de nervios se alejó rápidamente. Se encontró con Sesshoumaru cuando éste habría la reja de entrada y él la saludó de inmediato.
.Hola Kagome.
El joven hombre se inclinó hasta ella y besó su mejilla. Kagome enrojeció más aún.
.Hola Sesshoumaru. - Respondió pasándose nerviosamente un mechón de su cabello tras su oreja y sonriendo temblorosamente.
.¿Qué andabas haciendo por acá?
.Vine a dejar... - Volteó y vio que Inuyasha seguía en el umbral de la puerta mirando la escena.- la canasta!
.Ehhh, yo la llevaré mañana... además dijiste que pasarías a otro lado... - Murmuró quietamente. Kagome asintió y luego miró a Sesshoumaru.
.Bueno, me voy o se hará muy tarde.
.Te irás de inmediato a tu casa. Deja que te vaya a dejar... - Abrió la puerta del auto y ella entró no muy convencida- Inuyasha, trae la canasta.- Ordenó después.
El muchacho los miró con rabia y entró, al cabo de unos segundos salió con la canasta en sus manos y se la entregó a su hermano.
.Si Rin llama ¿qué le digo?- Preguntó con rencor mirándolo de mala manera. Kagome trataba de no mirarlo aún porque todavía sentía vergüenza al recordar el penoso incidente.
.¿Qué más? Que voy y vuelvo.
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Un... ¿beso? Un beso!... cómo había pasado algo así! Se tapó la cara avergonzada. En todo caso no era para tanto porque apenas si sus labios tocaron los suyos. ¡Cómo era posible que este tipo de accidentes le pasaran a ella! Y con Inuyasha precisamente!
Sentada en el pupitre lo único que podía pensar era en él... estaban tan cerca ahora, en el mismo colegio, unos cuantos salones más allá, pero estaba allí. Había pasado casi una semana desde aquella vez y aunque lo había visto, nunca le habló. Un apenas: Hola, fue todo lo que pudo escuchar también de sus labios. ¿Porqué cada vez se sentía más triste¿Porqué ahora sentía que estaba la mayor parte del tiempo con el corazón casi en la boca, esperando sólo para verlo... o divisarlo en este caso ¿Qué estaba pasando con ella?
.Deberías dejar de jugar con la comida.
Kagome levantó la vista del plato y miró a Ayumi sin comprender.
.No... no estoy... - Suspiró pesadamente y dejó el tenedor en la mesa.- Ayumi... - Su voz de pronto sonó casi a súplica.
.¿Sí?
.Qué... - Calló de pronto. No, se arrepentía de preguntarle qué se sentía el estar enamorado. Porque, tenía la leve sospecha que algo estaba sintiendo por Inuyasha y no era algo relacionado con al amistad. Su amiga la miró ansiosamente.- no es nada... - Respondió finalmente.
.¿Te sientes bien?
El timbre que ponía termino al descanso sonó. Ayumi se levantó enseguida.
.Vamos, debemos volver al salón.
.No... no me siento muy bien... iré a la enfermería- Respondió recostándose en la silla sin mirar a su amiga.- ve, o el profesor te regañará...
La muchacha la miró preocupada y se alejó. Poco a poco el lugar fue tornándose vació. Kagome se levantó al fin pesadamente y se alejó hasta el patio. Necesitaba pensar, respirar aire puro, necesitaba algo y no sabía que era. Caminó hasta casi el fondo del patio, donde estaba el gimnasio y la puerta trasera de éste se encontraba semi abierta. Entró lentamente y se acercó mirando todo. Nada importante. Escuchaba a lo lejos el 1- 2-3 de alguien que seguramente practicaba. Como ella estaba en los vestidores y nadie había allí, asomó un poco la cabeza para ver quien practicaba en la cancha. Lo vio con un pantalón de buzo y torso desnudo, las piernas abiertas y movía los brazos fuertemente, como si estuviera peleando con alguien imaginario. Era Inuyasha. Abrió los ojos Kagome y sintió un tremendo dolor en el corazón, apenas podía sostener sus piernas ¿Desde cuando él lucía tan apuesto? Tan... apetecible... se mordió el labio nerviosamente mientras sentía como las mejillas enrojecían su cara. Lo vio detenerse de pronto y entonces ella se asustó y se incorporó rápidamente. Ah¿Acaso se había dado cuenta que lo estaba espiando? Apenas respiró al sentirse descubierta, se asomó con algo de lentitud y prudencia nuevamente mirando hacia la cancha. Arrugó el ceño confundida, él ya no estaba. Nada. Volvió a incorporarse y dio un salto cuando se encontró con los ojos dorados frente a los suyos.
.Ah!- Gritó asustada. Él estaba muy serio.- me asustaste... - Prosiguió Kagome llevándose la mano al pecho porque le dolía tanto que creía iba a tener un ataque al corazón ahí mismo.
.¿Que estas haciendo aquí?- Preguntó Inuyasha, poniendo de pronto ambas manos a su lado, dejándola completamente arrinconada en la pared.
.¿Yo? Ehh... nada... pasaba por aquí... - Ni siquiera sabía porqué le costaba hablar. Intentó agacharse para salir de aquella prisión que él le había impuesto pero Inuyasha fue más rápido y bajó una mano hasta su cintura, sujetándola fuertemente.
.Hey, no te irás así.- La forma en que la había tomado hacía que ahora sus cuerpos estuvieran peligrosamente cerca el uno del otro. Ella detuvo la respiración y llevó una mano hasta la mano que él enlazaba fuertemente a su cintura.
.Qué haces... ya... basta... - Murmuró entrecortadamente. Aquel jueguito no le agradaba. Inuyasha la miró directo a los ojos.
.Me estabas espiando, acéptalo.
.No... no lo ha...
Sus explicaciones se vieron de pronto interrumpidas cuando él acercó fuertemente sus labios a su boca. Ella se quedó paralizada. Ni siquiera se atrevía a alejarlo de sí para que su mano no tocara el torso desnudo del chico. La besaba fuertemente, al principio sus labios se posaron sobre los suyos impidiéndole seguir hablando, los ojos de Inuyasha estaban cerrados y la respiración chocaba contra su cara. El sentimiento de Kagome en ese instante fue de incredulidad. Cuando luego de unos segundos él la instó a abrir su boca, cosa que ella hizo, su lengua exploró por primera vez la boca de la chica. En ese momento ella al fin cedió, dejó de mantener la actitud rígida y rechazante de su cuerpo y lo imitó, al responderle de la misma manera en que él la besaba. Inuyasha la arrinconó más contra la pared y ella lentamente pasó sus manos por sobre su pecho varonil casi, acariciando y sintiendo algo que antes nunca imaginó, y de pronto, ya todo había cambiado. Todo.
Continuará...
Amigas todas, gracias por apoyar mi fic y gracias a aquellas que me siguen "hasta el fin del mundo" como dicen. Ahora más que nunca me siento comprometida con ustedes e intentaré como siempre realizar un trabajo digno... la "otra pagina" se lo pierde nomás.
Besos.
