Parte VII:
Ni siquiera lo miró, pero Inuyasha respiró profundamente al verse de pronto separado de su cuerpo. ¿Qué diablos le había sucedido¿porqué cuando estaba con ella sentía un incontrolable deseo¿Deseo? Enrojeció levemente y carraspeó un poco, recuperando la compostura.
.Tienes razón- Agregó al cabo de unos segundos. Kagome levantó la vista con las mejillas aún encendidas pero apenas sus ojos se posaron sobre los de él. Volteó de inmediato y sacando fuerzas de donde no se imaginaba, trató de caminar hacia el interior sintiendo que de un momento a otro tropezaría con algo. Antes de ingresar a la sala, respiró profundamente sintiendo aún la mirada dorada tras suyo. Lo sabía, él le seguía los talones. Entró calmadamente y se sentó en su puesto, disimulando normalidad. Todos conversaban animadamente.
.¿Lo encontraron?- Preguntó Souta de pronto. Los demás callaron y los miraron.
.Si- Respondió apenas Kagome llevándose el tenedor a la boca sin mirarlos.
.¿Lo bajaste tu Inuyasha?- Volvió a preguntar Souta. El joven se encontraba erguido en su silla pero él si los miraba a cada uno.
.No, bajó solo.- Respondió escuetamente. De pronto notó la dura mirada de su hermano mayor. Él lo conocía, sabía que aquella mirada representaba un duro reproche. Apretó los puños bajo la mesa y lo miró igual con rencor.
El abuelo retomó la conversación y ya todos nuevamente se encontraban hablando y comenta mil temas. La sobre mesa fue larga, para tortura de Kagome que su único deseo era arrancar de allí. Aunque no podía negarlo, al mirar de reojo a Inuyasha y ver lo realmente guapo que era en verdad, deseaba otra vez estar entre sus brazos. Mas sin embargo pronto se reprochaba así misma. Al fin, la madre de Kagome los invitó a todos a tomar un pequeño bajativo en el living de la casa. Caminaron tomando un puesto y fue el momento preciso para que Kagome se escurriera rápidamente hasta su habitación.
.Ahhhh- Se tomó fuertemente los cabellos y caminó de un lado a otro dentro de su habitación en penumbras.- nooo, no puedo dejar de pensar en él... qué haré, qué haré, qué haré... Kami...- Se detuvo de pronto y miró al techo.- pero... quiero estar con él...
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.Muchas gracias por la cena- Dijo Rin haciendo una pequeña reverencia. Sesshoumaru besó la mejilla de la Sra. Higurashi y luego le siguió Inuyasha.
.¿Estas enfermo hijo? Hoy has estado muy callado- Le preguntó ésta. Inuyasha sonrió un poco tratando de reconfortarla.
.No señora, sólo estoy un poco cansado.
.Ven a vernos Inuyasha- Dijo Souta desde la entrada cuando ya todos se alejaban. El muchacho sólo volteó para hacer una seña.
Kagome ya estaba acostada pero aún no podía dormir. Había un cúmulo de fuertes emociones que la estaban embargando, sentía alegría, tristeza, duda, miedo, confusión... un sonoro ruido la hizo incorporarse rápidamente. La ventana se abrió de pronto y antes de gritar del susto vio al chico que saltaba hasta ella y colocaba sus dedos sobre sus labios.
.Shhhh-
Kagome lo miró atónita, sintió que el corazón le iba a estallar.
.Pero... ¿qué demonios haces aquí?- Susurró enojada. Ël chico se sentó a su lado, en la cama.
.Necesitamos hablar.
.¡Qué¡estas loco? Fuera de mi alcoba- Respondió enojada.
Inuyasha sonrió divertido.
.¿Es esa tu pijama?
Kagome lo miró atónita, él apuntó con su dedo la parte superior de su ropa de dormir y ella se la miró. Era cierto, era de pequeños perritos, una pijama bastante infantil pero a ella le gustaba.
.Fuera!- Respondió avergonzada tapándose con la sábana. El muchacho sujeto una de sus muñecas y cambió la expresión de su rostro.
.Mañana, a las 4, en el parque. – Se inclinó y le dio un fugaz beso en los labios. Antes que pudiera volver a reaccionar él saltaba del marco de la ventana.
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¿Cita¿era eso una cita? Se volvió a recostar en la cama sintiendo otra vez aquellos cálidos labios sobre los suyos. Al parecer, esto se estaba saliendo de control. Si Inuyasha estaba pidiendo que hablaran y más encima se había despedido con un beso, entonces esto que estabna haciendo estaba tomando otro curso. Otro más... insospechado. ¿Debía dar ese paso¿debía aceptar seguir en esto?
Por primera vez después de bastante tiempo había visto el amanecer. Mirando desde la ventana las colinas que adornaban la ciudad, el cielo oscuro de la noche fue tornándose levemente anaranjado, y de pronto, un pequeño haz de luz apareció. Poco a poco el sol de la mañana fue apareciendo, hasta alumbrar por completo la ciudad. Kagome entonces se fue otra vez a la cama. Poco había sido su sueño pero aún sabía que era demasiado temprano para estar de pie un domingo.
.Una cita- Murmuró nuevamente llevándose las manos al rostro. Todo era tan... excitante. Porque lo era, era el hecho de juntarse con él aquella tarde, a escondidas, lejos de las miradas de todos. Porque estaba claro. Nadie debía saberlo... pero ¿era correcto? oh! si de sólo imaginarlo se formaba un tremendo nudo en el estómago. Sonrió nuevamente. No podía evitarlo. Le gusta aquello que estaba pasando. Siempre lo anheló.
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.Si lo habías olvidado Kagome, lo siento, pero sabes que debemos ir.
La sentencia estaba hecha. No podía creerlo. Agachó la cabeza resignada.
.No puedes negarte hermana, siempre lo hemos hecho en este día. No sería justo que ahora faltaras... ¿qué diría papá?
Las palabras de Souta hirieron más su corazón. No podía negarse porque lo que hacían cada año desde hacía ya 5 era visitar a su padre.
.Lo sé... es que yo... lo había olvidado... Murmuró avergonzada y un poco herida. Retrocedió a su alcoba a sacarse el brillo labial mientras una lágrima rodaba por su mejilla. Si esto estaba impidiendo aquel encuentro con Inuyasha, era porque el destino así lo quería. Tal vez no era buena idea seguir con esta loca idea. No lo era. Quitó con algo de rabia el poco maquillaje que llevaba puesto ¿qué diablos estaba haciendo!
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.¿Diga?.
.Ehhh... - Sesshoumaru... maldición- ¿esta Inuyasha?
.No, no esta¿quien habla?
.Ehhh... - Sonrió nerviosa y se pasó un mechón detrás de la oreja, casi a punto de cortar de golpe el teléfono, pero no lo hizo.- emm, soy yo, Kagome, hola Sesshoumaru.
Se produjo un leve silencio. Kagome creyó que la línea estaba cortada.
.¿Aló?
.Inuyasha salió Kagome, hace un rato. ¿Quieres dejarle un recado?
.No! No, sólo... quería preguntarle algo... algo de... una duda... del colegio, ya sabes, nada más- Enrojeció porque sus palabras habían sido atropelladas y torpes. Sabía que estaba poniéndose en evidencia.
.Esta bien- Respondió calmadamente el hermano mayor.
.No te preocupes, no importa. Gracias y... adiós.- Respondió derrotada. No esperó a que él se despidiera porque dejó de inmediato el auricular en el teléfono.- Arggg, tonta Kagome, tonta!
Suspiró con tristeza mientras caminaba calle abajo con rumbo al colegio. ¿Porqué se sentí tan asustada¿Porqué debía cuestionar tanto el que sintiera algo más que amistad por Inuyasha? Su mente imaginó momentos románticos a su lado pero un pensamiento también se coló por su mente ¿qué diría su madre o el abuelo¿Aceptarían el que ellos tuvieran algún tipo de relación "sentimental"¿Lo aceptaría también Sesshoumaru, considerando ahora que él los llamaba "familia?". Se detuvo de golpe al verlo entrar al edificio de la escuela, conversando animadamente con otro joven. Ella lo había visto aquella vez en el centro comercial. Quiso correr a su lado, pero no quería tampoco interrumpir la charla... y que el amigo se diera cuenta de algo... no, nadie debía saber nada, mejor así.
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.¿Mejor así?... no... tenía que hablar con él... caminó con pasos temblorosos hasta el salón que estaba no muy lejos del suyo. El timbre apenas había sonado así que los alumnos se dirigían hasta los comedores algunos, a los patios los otros para disfrutar del almuerzo. Esperó disimuladamente detrás de la puerta, viéndolo que se quedaba sentado en su pupitre y sacaba una carta de entre sus cuadernos. Ya estaba solo, pero la chica no quiso entrar aún, la carta llamó su curiosidad.
Inuyasha abrió el sobre aún sellado y con algo de lentitud leyó su contenido. Luego de unos silenciosos segundos en donde la chica trató de leer el rostro del muchacho, pero le fue imposible, la expresión de su rostro sólo era de seriedad. Nada más, sin embargo su vista rápidamente subió para encontrarse con los castaños sorprendidos de ella. Enrojeció enseguida y se dejó ver, derrotada al ser descubierta.
.Te gusta espiarme¿verdad?- Dijo el muchacho seriamente mientras doblaba la carta y la guardaba otra vez entre unos libros.
.Sólo... quería... hablar contigo.- Respondió avergonzada. Él se levantó del pupitre arreglando sus cosas y guardándolas en el maletín.
.No es necesario que digas algo.- Musitó. Kagome reconoció la frialdad de sus palabras y caminó lentamente hasta su lado.
.Ayer no pude ir...
Él se volteó para mirarla.
.Lo sé... te esperé por horas- Ahora el tono de su voz había cambiado. Era como si estuviera a punto de lanzar una broma, incluso sonreía.
.Lo siento... - Murmuró con seriedad y algo de tristeza ella.
.No importa, dejémoslo así. No te preocupes.- Tocó su hombro con su mano.- voy a comer ahora, nos vemos.
Ahhhh ¿porqué? Ni siquiera la dejó explicarse... tal vez tenía razón... no lo conocía... siempre fue un bromista... ¿y si ahora sólo estuvo jugando con ella? Tonta Kagome tonta... ¿acaso estuvo todo este tiempo haciéndose ilusiones por nada? Qué papelón había hecho.!
Dos días más tarde se enteró por su amiga Ayumi que el club de deportes haría una exhibición de sus artes. Participarían todos los alumnos inscritos en los talleres de deportes y se sabía también que vendrían invitados a verlos. No fue necesario pensar demasiado para asistir a la exhibición. Sabía que Inuyasha iba a estar representando al club de artes marciales así que sin dudarlo fue a verlo.
La exhibición comenzó y luego de unos minutos apareció él, con una kimono blanco de karate. Se posicionó al centro de la cancha mientras todos aplaudían. Con algo de rabia escuchó los comentarios y chiflidos de algunas compañeras más "descaradas" que hablaban a destajo lo guapo que era y como alguien de su edad podía tener ese cuerpo.
.Ese amigo tuyo esta como quiere- Susurró Ayumi en su oído. Kagome enrojeció pero miraba muy atenta a Inuyasha. Era cierto. Desde que lo había visto de nuevo le llamaba poderosamente el hecho de que le causaba o provocaba en ella un ... deseo... casi... apetecible. Recordó nuevamente como fue capaz de pasar sus manos por su pecho desnudo aquella vez que la sorprendió espiándolo.
.Vaya... y el otro también- Prosiguió Ayumi. Kagome despertó de sus casi lúdicos pensamientos mirando ahora al rival de Inuyasha. Un chico mas o menos de la misma edad, pelo castaño y llevaba una trenza. Su ojos eran castaños también y miraba casi con burla al otro muchacho.
.¿Lo conoces?- Volvió a preguntar Ayumi. Kagome de se le quedó mirando al chico. ¿Era su impresión o esos dos se conocían?. Inuyasha lo miraba desafiante y adoptó de inmediato su postura a la defensiva. El otro también lo hizo, pero no se movió de su lugar. Kagome podía reconocer que la sonrisa de su boca era un tanto... burlesca.
.¿Y tú que haces aquí?- Preguntó Inuyasha dando el primer golpe, que fue de inmediato esquivado por el otro.
.Pura casualidad, ni creas que te estoy siguiendo. Respondió el otro levantando una pierna para golpearlo pero Inuyasha era igual de rápido.- ah... y otra vez perdiste... he ganado nuevamente, tuve algo que era tuyo...
El muchacho de ojos dorados lo miró con paciencia, contrariamente a lo que el otro pensó que reaccionaría.
.¿Hasta cuando vas a terminar con esa absurda manía tuya de querer lo que tengo?
.Fue una apuesta que hicimos y ya no puedes retractarte, me estas debiendo bastante dinero... - Respondió el otro con burla. Su mano rápidamente golpeó el estómago del chico que no alcanzó a esquivarlo y recibió de lleno su golpe. Todos gritaron entusiasmados.
.Ya te dije que me dejaras en paz, Bankotsu, estas loco... - Le dijo enojado Inuyasha mientras aprovecha de estar en el suelo y golpeaba sus piernas. El chico de trenza cayó al suelo, sin embargo se levantó de inmediato y algo cegado por la rabia, olvidó que la pelea era de exhibición y golpeó con sus manos en la espalda del otro joven que recién se había levantado y daba por terminada la contienda. Inuyasha cayó al suelo primero de rodillas y Kagome al ver esto se levantó de súbito y ahogó un grito desesperado. Una persona los separó e Inuyasha, luego de unos leves mientras se levantó pesadamente y salió del lugar. Ayumi miraba como el otro chico era reprendido a un costado de la cancha.
.Ese chico se olvidó que esto es solo exhibición. Pobre Inuyasha, el golpe en su espalda debe dolerle... - Miró su lado pero se encontró que estaba sola- ¿Kagome?
Se paró en el umbral algo dudosa mientras lo veía sentado en una tarima, encorvado, la cabeza gacha y los cabellos largos y negros cayendo a su alrededor.
.¿Te duele mucho?- Preguntó Kagome sin saber cómo se había atrevido a hablar. Él levantó lentamente la cabeza y la miró sin expresión.
.Un poco.- Musitó. Kagome se acercó más a él.- ¿qué haces por aquí?- Preguntó enfocando su dorado mirar sobre la suya.
.Estaba... preocupada... – Respondió. Lo miró con ternura.- me preocupaste.
El sólo asintió no muy convencido. Se escuchaba allá afuera los gritos y vítores de los chicos en el gimnasio.
.¿Porqué no fuiste?... necesito saberlo... - Preguntó de pronto el muchacho. Kagome se acercó ya más a él, mirándolo con seriedad.
.Yo quería ir pero... olvidé que tenía que ir a ver a papá...
.¿Tu papá¿y a dónde?
.Esta en el cementerio.- Respondió. El chico la miró asombrado.- Murió hace tres años.
.No... no lo sabía... - Murmuró Inuyasha, avergonzado y a la vez adolorido. La muchacha esbozó una pequeña sonrisa.
.Lo sé... cómo ibas a saber si nunca nos llamaste.
.¿Me reprochas eso?- Preguntó asombrado.
.Éramos familia, Inuyasha... y nunca más te acordaste de nosotros.
.Eso no es cierto... ya sabes porque no te llamé... estaba celoso.
Kagome retuvo el aire sin decir nada, sintió como sus mejillas nuevamente se encendían. Un pausado silencio se hizo de nuevo en la habitación. Ella lo volvió a mirar poco a poco, viendo que el rostro del chico se tensaba por segundos.
.¿Te duele mucho?- Preguntó suavemente. – ¿Puedo ayudarte en algo?
Inuyasha levantó el rostro mirándola con una pequeña sonrisa fingida.
.¿Puedes aplicarme aquella crema? Ese ungüento servirá para mitigar el dolor.
Ella asintió y tomó entre sus manos un tubo de una crema que al tacto de sus dedos era muy cálida y espesa. Miró a Inuyasha y él se abrió la parte superior de su kimono, dejando libre su torso, agachando más la cabeza. Kagome intentó no pensar en lo que su casi desnudez le causaba. Fue hasta su espalda y entonces aplicó despacio y nerviosamente por toda su espalda. Una vez listo se alejó un poco mirándolo aún ruborizada ¿porqué él la hacía sentir así?
.Tú me haces sentir... tantas cosas- Dijo de pronto el chico tomando una mano de ella y acercándola hasta su lado. Ella dejó de respirar asustada, pero sólo por unos segundos, porque se acercó más a él y se abrazó a su cuello.
.Inuyasha... no puedo evitarlo... no puedo.- Acercó sus labios hasta los del chico y éste de inmediato la besó. No fue mucho lo que lograron estar así porque los sonoros pasos de alguien los hizo separarse enseguida. En el umbral apareció nuevamente aquel muchacho de trenza.
.Ah... ¿interrumpo?- Preguntó burlonamente, pero lo hacía porque él era así, no porque los había sorprendido. Inuyasha y Kagome lo miraban con seriedad.
.Los dejaré solos- Dijo Kagome dando una rápida mirada de complicidad a Inuyasha, que sólo sonrió a medias. Bankotsu se quedó mirando a la chica hasta que ésta se fue.
.¿Y ella? – Preguntó. Inuyasha bajó de la tarima mientras se colocaba nuevamente la parte superior de su kimono.
.¿Que haces por aquí?- Preguntó irritado cambiando el tema.
.Sólo vine a pedirte disculpas, no pensé que eras tan débil... de haberlo sabido no te hubiera golpeado tan fuerte- Respondió con sarcasmo.
El muchacho de ojos dorados hizo una mueca irritado, pero no respondió ¿para qué? No tenía ganas de pasar malos ratos, menos ahora que las cosas entre Kagome y él podrían darse como siempre lo añoró.
.¿Y quién es ella?- Preguntó nuevamente al no obtener respuesta del otro. Inuyasha que le había dado la espalda todo el tiempo, volteó frunciendo el ceño.
.Te dije que esa apuesta ya no tiene sentido. ¿Hasta cuando vas a seguir?
Bankotsu sonrió ampliamente moviendo la cabeza.
.Lo siento... es algo que no puedo evitar... es un reto para mí... quiero tener todo lo que tú tienes... y no me importa a qué precio lo logre... ya lo verás...
Continuará...
