Parte VIII:

¿Qué hacer ahora? Lo miró sin poder evitar que las mejillas enrojecieran de súbito y carraspeando disimuladamente miró fingiendo una sonrisa a su acompañante, Ayumi.

.Recordé que la profesora de Inglés tenía que hablar conmigo... no sé cuanto tarde.

Ayumi arrugó el ceño extrañada, pero al recordar lo pésima que su amiga era en esa materia comprendió a qué se debía probablemente lo que la profesora tenía que hablar con Kagome.

.Esta bien. Nos vemos mañana entonces.

Kagome sonrió levemente mientras la veía alejarse calle bajo. Luego volteó para encontrarse nuevamente con la mirada dorada que la observaba atentamente a un lado del edificio de la escuela. Caminó hasta él sintiendo que el corazón palpitaba con más fuerza en su pecho.

.Al fin esa amiga tuya se fue- Dijo Inuyasha con algo de irritación. Kagome sólo esbozó una pequeña sonrisa.

.No seas así- Respondió conciliatoriamente. Inuyasha la miró con detención por unos segundos, al fin se acercó más a ella y le tomó una mano que de inmediato llevó a sus labios y besó con los ojos muy cerrados, sus finos dedos. Kagome retuvo el aire de pronto, aquella acción la había dejado totalmente sorprendida y ahora, sintiendo como aquellos labios tan cálidos posaban pequeños besos sobre sus dedos enrojeció aún más de lo que estaba, algo incómoda ante aquella extraña y nueva muestra de cariño, retiró con algo de dificultad sus manos escondiéndolas tras su espalda.

.Qué... qué haces... - Protestó Kagome tratando de no mirarlo. Inuyasha sonrió divertido ante la cara de confusión y vergüenza de la muchacha. Carraspeó aún divertido, no podía evitarlo, el verla confundida era algo que muy pocas veces lograba ver.

.Esta bien... sólo, quiero agradecerte, por preocuparte por mi.

La chica lo miró al fin. Asintió con la cabeza y sonrió nuevamente.

.¿Conoces a ese chico que te golpeó?

Inuyasha suspiró y tomó rápidamente una de sus manos que escondía aún tras su espalda, enlazándola a la suya y caminó como si nada, dejando a Kagome totalmente sorprendida. Sí, ahora estaban caminando de la mano y salían a la calle.

.Bankotsu... si... en China, cuando era un niño... pero es un poco loco, por eso hace esas cosas...

.Es un bruto- Protestó Kagome con un poco de enojo al recordar como aquel chico golpeó con sus manos en la espalda de Inuyasha. Él apretó más su mano, divertido.

.Sí.

Su casa era la más cerca, una cuadra antes Kagome se detuvo de súbito y lo miró con seriedad.

.Inuyasha... es mejor que no... que no... que nadie sepa... - El recordar que estaba dando por sentado que ambos tenían una relación la hizo tartamudear y enrojecer ¿y si no era eso lo que Inuyasha pensaba?... cayó de pronto sin querer seguir hablando.

.¿Quieres que nadie sepa lo nuestro?- Le preguntó sin más el chico, haciéndola en parte alegrarse al confirmarle con aquella palabra "nuestro" que ésto era algo más que amistad. Ella asintió soltando su mano de la de él y entonces Inuyasha también sonrió. – sí... es mejor así... odio que los demás se entrometan en mis cosas.- Refunfuñó llevándose una mano al bolsillo mientras pasaba distraídamente la maleta de colegio por sobre el hombro pero al hacerlo pegó un brinco, había sentido el agudo dolor en la espalda que aún tenía y tiró el bolso lejos, maldiciendo el dolor que lo embargaba. Kagome lo miró asombrada ante tal reacción y luego se acercó a él

.Debes tener cuidado- Le dijo ella con calma y él al instante se tranquilizó. Kagome recogió el bolso y se lo entregó en sus manos- no hagas fuerza y cuídate mucho.

Inuyasha sonrió. Kagome se puso de puntas y posó levemente sus labios sobre los suyos, en el instante que ella lo hizo él volvió a soltar el maletín al suelo para estrecharla con fuerza contra su pecho y profundizar su beso. Unos momentos más tarde se separaron sonriendo mientras ella se pasaba nerviosamente un mechón de su cabello tras la oreja.

.Nos vemos mañana- Susurró dándose la vuelta.

.Sí... - Musitó él mirando el caminar lento de la chica que se alejaba poco a poco de él.

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Entró a la casa dando un profundo suspiro, las luces se encontraban todas apagadas y en cuanto las encendió vio a una pareja sobre el amplio sofá con bastante poca ropa que los miró sorprendido, mientras Inuyasha apretaba los puños y ladeaba la cara enojado.

.Pero qué diablos! Váyanse a un motel!- Gritó enojado mientras caminaba a paso raudo a la cocina dejando el bolso tirado en el pasillo. Unos segundos más tarde y luego de beber un vaso de agua, Sesshoumaru medio despeinado se apareció ante él.

.Perdón Inuyasha, olvidé que debías regresar a casa.- Se excusó apenas intentando mantener igual la dignidad, pero Inuyasha volteó sin decir nada y salió de la casa sin decir una sola palabra.

Las luces de la ciudad comenzaron a encenderse una a una mientras el cielo se oscurecía ya por completo. Aún estaba enojado con lo que había tenido que ver de esos dos. Pero no era la primera vez que pasaba semejante vergüenza con la parejita, era por eso que no aceptaba idea de que vivieran todos juntos una vez casados. No, eso ni loco!. Caminó sin rumbo haciendo hora para que la prometida de su hermano se fuera al fin a su departamento y éste seguramente la iba a ir a dejar, tal vez se demoraría más de lo previsto en regresar pero para esas alturas poco le importaba, mientras estuvieran bien lejos de él. El templo. Allí estaba otra vez, hogar de Kagome, con las luces encendidas en su habitación. Sonrió y sin dudarlo se encaminó hasta el lugar que conocía de memoria y escaló los muros, abriendo de improvisto la venta y encontrando a Kagome sentada en la cama, extrañamente tranquila, que lo miró con una pequeña sonrisa.

.Sabía que vendrías.- Dijo ésta. Inuyasha la miró confundido y luego cerró la ventana tras de si.

.¿Si?- Preguntó luego acercándose hasta sentarse a su lado.

.Ajá... - Acotó suavemente la muchacha mientras recostaba su cabeza en su hombro. Inuyasha deslizó ambas manos por su cintura y depositó un cálido beso entre sus negros cabellos.

.Ni siquiera imaginas las razones que me llevaron hasta aquí esta vez- Murmuró luego de unos silenciosos segundos. Kagome levantó algo la cabeza sintiéndose demasiado mimada entre sus brazos.

.¿Ah, si¿No fue porque querías verme?

Él sonrió deteniéndose con fijeza en los castaños ojos tan brillosos ahora de ella.

.No me regañes- Fue todo lo que respondió al recordar nuevamente aquella escena entre su hermano y su prometida en el sillón.- y claro que deseaba verte...

Kagome volvió a recostar su cabeza en su hombro.

.¿Sabes? Me gustaría aclarar algo ahora que estas aquí...

Inuyasha la alejó intrigado mientras ella le daba una tranquila mirada.

.¿Aclarar?- Preguntó el joven, algo confuso.

.Sí. Es con respecto a Sesshoumaru- Apenas nombró su nombre Inuyasha se levantó de súbito exasperado.

.¿Qué pasa con él!- Pronunció elevando bastante la voz. Kagome se tensó de inmediato levantándose y tapándole la boca, asustada.

.Shhhh, déjame terminar- Susurró enojada. Inuyasha la miró abriendo aún más aquellos ojos tan dorados y llevó una mano hasta la de la chica que tapaba su aboca. Kagome la soltó lentamente pero él ya la sostenía con la suya y al verse al fin liberado, besó con ternura su palma.

.Lo siento, Kagome. Dijo al levantar el rostro sin soltar aún su mano de entre la suya.- Pero no pudo evitarlo... aún siento... celos...

La muchacha lo miró confundida, luego su rostro se relajó.

.No tienes que sentir celos... yo sólo te quiero a ti... siempre ha sido así, siempre.

No pensaba que una confesión así pudiera salir de los labios de Kagome tan pronto, al menos no en la vida real porque en sus sueños... sonrió como si al fin su más grande anhelo se hubiera hecho realidad. La sonrisa pura y amplia del muchacho la hizo sonreír también. A él le agradaba su confesión y eso lo hacía quererlo más aún. La acercó con un pequeño ademán hasta él mientras buscaba una vez más su boca. La semi oscuridad del cuarto y el saber que estaba a salvo " en parte" de las miradas de los demás la hizo dar rienda suelta a los besos que cada vez se volvían más expertos. Los sonoros suspiros del muchacho se mezclaban con los de ella que intentaba aferrarse a las mangas del atraje de escuela que él llevaba aún puesto. El muchacho en cambio soltó al fin su mano para deslizar ambas por su cintura y acercarla lo más que podía contra su pecho.

.Ahhh... Kagome... - Suspiró cuando pasó de su boca hasta su cuello, dando pequeños besos que hacían a la muchacha apretarse más fuertemente contra él, cerrando los ojos y sintiendo que las piernas temblaban. Sonrió al darse cuenta que no podía evitarlo, aún ahora que éste no era su primer beso, aún se sentía desfallecer entre sus brazos. Las manos del chico se colaron nuevamente bajo su blusa, sin embargo esta vez se fue hasta su espalda, encontrando a su paso el broche del brasier y que conteniendo un enorme deseo y tentación de desabrochar, siguió mejor su recorrido y se detuvo en el centro, dando leves masajes a aquella suave y tersa piel que se erizaba ante el contacto de sus dedos.

.Creo que ya es hora... - Susurró en su cuello sintiendo Kagome el aliento caliente chocando contra su piel. Con las mejillas enrojecidas él levantó al fin el rostro sin aún sacar las manos bajo la blusa. Kagome le sonrió asintiendo.

.Gracias por venir.

El muchacho acercó una vez más sus labios hasta su boca, besando esta vez con algo más de lentitud, como queriendo dejar grabada la escena y además disfrutar en plenitud aquella caricia tan exquisita que eran los besos de Kagome, la que conocía desde niño, la que había sido su amiga. Kagome se separó mirándolo intrigada.

.Tú ya sabías besar... - Dijo ella de pronto entre sus besos.

Aquel comentario lo hizo enrojecer y la imagen de una mujer de lisos cabellos negros se adueñó por unos segundos de su memoria.

.Ahh, pero qué dices... – Refunfuñó exasperado sin soltarla aún pero evitando su inquirente mirada. Unos segundos de silencio y entonces Kagome sonrió más tranquila.

.No te preocupes... – él la miró al fin intrigado-... me gustan tus besos, demasiados expertos para mí, pero es mejor así. – Acotó Kagome al final, otra vez levantándose de puntitas y besándolo fuertemente.

No podía evitarlo, la imagen de aquella chica volvía a estar en su cabeza. Cerró más fuerte los ojos intentando que aquel pensamiento no profanara en algo el beso que Kagome le regalaba.

.Kagome, la cena esta servida!

Ella se separó de un brinco asustada y él caminó rápidamente hasta la ventana, abriéndola de nuevo y encumbrándose en ella.

.Me voy, nos vemos.- Susurró cerrando un ojo y con una sonrisa demasiado parecida a catálogo de modelos que hizo sonreír con nerviosidad a la muchacha. Cuando él desapareció sonrió ya más tranquila. A escondidas, así estarían por ahora... y era mejor así, porque resultaba totalmente excitante. Sonrió más avergonzada pero era verdad, eso le daba más adrenalina a su, hasta entonces, aburrida vida. Y estaba feliz que Inuyasha hubiera aceptado ese pequeño convenio.

Continuará...


Ahhh, madre insiste que debo hacer reposo o si no jamás me mejoraré... y justo ahora que estoy media inspirada, jeje... muchas gracias chicas por seguir leyendo mi fic, espero que les siga gustando, nos vemos, ojalá pronto.

Lady Sakura