Hola. Ya estoy de vuelta – se esconde detrás del sofá –¿sirve de algo que me disculpe por lo que ocurrió en el capi pasado?...
Ev: yo trate de que no lo hiciera pero no me escucho... U.U... quizás quieran lanzarle algún hechizo (Crucio), prometo no intervenir... sobre todo si es para salvar mi vida...
Se que no he actualizado ya ni me acuerdo desde cuando, y se que de nada sirve disculparme, pero ¡sorry! Por cierto a las personas que dejaron review en una disculpa, pero nos prohibieron contestar revs...
Ev: Si. son unos &$)(¡ los administradores, mira que tuvimos que censurar algunos capis y ahora no podemos contestar revs...
Bueno ya no tenemos nada mas que decir así que solo nos queda agradecer que sigan leyéndonos.
Ev: En especial a Férith Evenstar y Amazona Verde Espero que sigan por acá, byes...
Estamos... escribiendo, o eso creo, porque mi neurona sigue en el sindicato anti-fics o como se llame ese sindicato que fundo con apoyo de la neurona de Sailor Earth, a ver como nos va.
Ev: Sip, no olviden dejar comentarios. Nos vemos y...
Ambos: Pórtense bien que de las maldades ya nos encargamos nosotros... ñ
Capitulo 20
Todo era oscuridad, frío, vacío, soledad, estaba asustado. En medio de las sombras que le cubrían escucho un susurro... conocía esa voz¿de quién era¿por qué le era tan familiar?
"Perdóname mi amor..." ¿qué pasaba¿quién era? "solo espero que algún día lo entiendas..."¿entender qué? "y puedas perdonarme..." ¿por qué pedía perdón? "porque no sabría continuar sin ti..."
"Yo tampoco quiero perderte" dijo su mente aun nublada y confusa. Sintió un liquido caliente resbalar por sus labios, gota a gota.
De pronto el liquido detuvo su caía, y sin embargo su cuerpo comenzaba a calentarse, muy lentamente, sentía su piel extraña, como si no fuera suya. ¿Qué pasaba?
Una calida caricia aparto mechones de su rostro y unos calidos labios besaron su frente fría. A pesar de que el resto de él estaba frío, su cuerpo estaba rígido y helado por fuera, y sin embargo lo sentía arder por dentro, como si un fuego irascible lo consumiera interiormente...
No sabia cuanto tiempo había pasado, pero debía ser mucho, se sentía asustado como si algo se acercara, como si algo peligroso lo asechara y se acercara cada vez más. Sentía que debía esconderse de algo que no sabia que era pero que le lastimaría, a pesar de saberse a salvo con la persona que le acompañaba algo estaba mal, su instinto se lo decía... ¿desde cuándo él tenia un instinto como ese?
La tierra tembló a su alrededor y se abrió, o eso percibió con sus nuevos sentidos¿o no eran nuevos? Se sentía tan extraño, fuera de lugar, su cuerpo cambiaba y sus sentidos también... La calida tierra comenzó a rodearles y se sintió mas seguro, abrió sus ojos ligeramente y pudo ver unos ojos amatistas cerrarse cansados. Un nombre llego a su mente confusa.
- Sire... – pero nada le respondió, estaba tan cansado así que se dejo ir sabiendo que estaba seguro con él...
Aparecieron en el hall de la mansión en un torbellino de llamas y viento, encontrándose justo frente de un Amelek completamente serio y preocupado.
El vampiro líder del Concilio levanto la mano en el momento en que Harry comenzaba a abrir la boca para interrogarlo acerca de sus amigos, o en su defecto instarlo a salir a buscarlos.
- Ya los encontraron – comenzó a explicar el antiguo –, Hanoc los rastreo en el bosque en cuanto sentimos su presencia.
- ¿Cómo esta Sire? – pregunto preocupado Thálit tratando de mantener la cabeza fría, sabia que su vástago no estaba en la mejor de las condiciones pero era mejor conservar la calma.
Amelek dirigió su rojiza mirada la negra azulada de Thálit con aflicción.
- No lo sabemos, pero su cuerpo no es capaz de retener nada y esta perdiendo sangre de una forma increíblemente rápida – se giro a mirar a Minüe y Shadami –, será mejor que lo revisen. Esta abajo, cuando sepan algo avísenme.
El par de vampiros asintió y se apresuro a bajar a las catacumbas de la Mansión, el lugar mas protegido de la casa, que usualmente utilizaban durante emergencias para resguardarse o atender heridos.
- ¿Cómo esta Draco? – pregunto Severus, preocupado por su sobrino.
- ¿Draco? – interrogo ligeramente confundido el ojirojo.
- El chico rubio que estaba con Sire – medio Auriel, interviniendo por primera vez en la conversación, luciendo igual de preocupado que el resto, o quizá más, aun no se olvidaba de sus sentimientos hacia el otro vampiro.
- Esta bien ahora, solo necesita descansar, su nueva condición será extraña para él en cuanto despierte, pero estará bien.
- Quiero verlos – solicito Harry, bastante nervioso, sabia que algo estaba mal con su maestro, pero ninguno decía nada.
- No ahora, será mejor que descansen, esta por amanecer y esta noche necesitaras estar descansado para tratar con el joven – sentenció Thálit apretando ligeramente su hombro para ofrecer algo de consuelo, estaba consiente que no era lo mejor dejar que el joven los viera en esos momentos –, además parece que tenemos mas visitantes.
Harry y los otros que hasta el momento no habían prestado atención a otra cosa, voltearon a ver a los jóvenes que habían llevado con sigo.
- Diablos – murmuro Sirius en silencio del lugar, provocando, por fin, una pequeña sonrisa en el rostro de algunos.
Hermione, Ron y Ginny, seguían a Harry y al profesor de pociones rumbo a las habitaciones, todos estaban silenciosos, algunos pensando sobre lo que acababan de escuchar, otros preocupados por sus amigos, y alguno pensando sobre la oportunidad que se le presentaba para hablar con el joven ojiverde.
Se detuvieron por insistencia del joven moreno justo en las habitaciones de invitados.
- Hermione, puedes tomar la habitación de la derecha, es la habitación 'Verde' – indico la puerta del lugar, cada habitación de la mansión tenia un color o característica especial para poder identificarlas, la suya por ejemplo era la habitación 'Azul', mientras que la de Sire era la habitación 'Blanca' –, Ron la de la izquierda, la habitación 'Bronce'. Y Ginny, toma la de enfrente, la habitación 'Rubí' – hizo una pausa tratando de aclarar un poco su mente y recordar alguna indicación de Sire sobre el ala de invitados de la mansión –, si necesitan algo solo tienen que llamar a un elfo domestico, Sire tiene uno especial para estas ocasiones.
Dio un paso atrás, siempre seguido por Severus, quien no había abierto la boca, pero sin embargo mantenía un ojo vigilante sobre la joven Weasley.
- ¿Harry? – comenzó Hermione.
- ¿Si?
- Todo estará bien, ya lo veras – le sonrió confortablemente, y Harry pudo sentir como ese simple gesto de su amiga le dio un poco de animo así que respondió a la sonrisa con una mas pequeña y un poco triste.
- Gracias.
- Será mejor que entren y descansen – dijo Severus saliendo de su mutismo, lo que deseaba era arrastrar a Harry hasta su habitación y consolarlo entre sus brazos –, arreglaremos lo de su... estancia entonces.
Dio media vuelta tan dramáticamente como siempre y desapareció por el pasillo en busca de su habitación para darse un relajante baño a la espera de Harry.
- Los veré por la... tarde – el moreno se despidió de ellos y se encamino detrás del oscuro hombre, sabia perfectamente que algo le molestaba al hombre y estaba segura de saber cual era la razón.
- ¿Harry? – murmuro Ginny siguiéndolo, quería hablar con el antes de que se fuera.
- Seria mejor que volvieras y descansarás, Ginny – contesto este sin detenerse, pero sin andar demasiado deprisa, permitiéndole a la joven adaptarse a su paso.
- Quisiera hablar contigo, no te quitare mucho tiempo – insistió la chica.
El chico se detuvo y se volvió hacia ella para poder hablar de frente.
- Yo... yo... se que no sales realmente con Malfoy – el chico arqueo una ceja interrogativamente incitándola a continuar –, el profesor Pierce lo beso en el anden, no creo que tu y él realmente salgan juntos, ni siquiera los han visto besarse...
- Ginny, se lo que quieres hacer y no va a funcionar – levanto la mano impidiendo que comenzara a rebatir su punto –. Se perfectamente como te sientes respecto a mi, pero eso nunca...
- Pero...
- Ginny, aprecio mucho tu amistad, al igual que la de Ron y Herm, pero entre nosotros nunca podría haber nada...
- Pero no sales con Malfoy...
- Si no es con Draco, será con otro, pero no con una chica, nunca con una chica. Ginny a mi no me gustan las...
- No... no quiero escucharte – gimió la chica antes de dar la vuelta, ocultando lagrimas aun no derramadas, y volver apresuradamente a su habitación para desahogarse.
Harry suspiró mientras agitaba su cabeza negativamente.
- Lo siento – dijo a la nada mientras comenzaba a caminar de vuelta a su alcoba, donde estaba seguro encontraría a su pareja.
La habitación estaba vacía, o eso parecía a simple vista, algo de ropa de cama estaba lista sobre el lecho, y la luz se colaba desde el baño, se dirigió hacia el lugar, abrió la puerta con cuidado y se quedo observando desde el marco de la puerta al nuevo inquilino del lugar.
- Deberías asearte, lo necesitas y también te relajara – menciono el hombre dentro de la tina sin siquiera girarse a mirarlo.
Harry sonrió sabiendo que nunca podría entender a su pareja completamente, lentamente se quito cada prenda, dejándolas caer durante su recorrido hasta la tina. Cuando estuvo completamente al lado, procedió a entrar en ella mientras buscaba con su verde mirada otra increíblemente negra.
- Tardaste mucho mas de lo que creí – murmuro Severus abriendo sus brazos para recibirlo.
- Ginny quería hablar conmigo – dijo Harry en un susurro descansando su cabeza contra el pecho del ojinegro y soltando un suspiro de alivio al hacerlo. Realmente el agua caliente era fantástica para sus entumecidos músculos.
El otro gruño algo inentendible, haciendo sonreír al chico, lo miro y elevo una ceja incitándolo a continuar cuando el joven dejo de reír, este solo suspiro desvalidamente, ganándose una risita del hombre.
- Hable con ella- suspiro nuevamente –, aunque me siento mal por no poder corresponderle – dijo el chico trazando pequeños círculos en el pecho de su amado con los dedos llenos de espuma.
- Seria peor engañarle y darle falsas esperanzas, lo sabes – Severus beso su frente justo sobre su cicatriz.
- Si pero me hubiera gustado que las cosas fueran diferentes con ella.
- Lo entenderá y algún día encontrara a alguien que le corresponda – termino mientras comenzaba a frotar suavemente el vientre del joven con ayuda de una esponja.
- Lo sé.
Estuvieron un rato así, solo ayudando a relajarse con furtivas y suaves caricias, descansando el uno contra el otro, sin lujuria o pasión, solo amor y cariño en cada roce.
- Estoy preocupado por Draco – rompió el silencio Sev.
- Yo también, quién sabe como reaccione cuando despierte. Además Sire no se encuentra muy bien, aunque nadie lo dijera lo sé.
- No se que le hicieron. Pero por las caras de todos debe ser algo grave – soltó el aire que retenía sin saberlo –. No quisiera ser yo quien tenga que decírselo a Draco.
- Ni yo...
Después de unos minutos mas sin hablar, decidieron salir del baño, ambos estaban cansados, lo mejor era ir a descansar. Se secaron el uno al otro de la misma forma en que se habían bañado y se colocaron ropa limpia.
Severus entro entre las mantas seguido de Harry, poco después estaban descansando juntos, entre sabanas de seda blancas y un sobrecama azul medianoche, demasiado cansados para hacer algo más se acurrucaron cerca. El chico descansando sobre el pecho del mayor y este rodeándolo por la espalda, pronto se quedaron dormidos.
Se despertó confundido pero no abrió los ojos para mirar a su alrededor, no recordaba mucho de lo ocurrido la noche pasada. Abrió los ojos y parpadeó un par de veces y descubro que los doseles de la cama estaban cerrados, no sabia donde estaba, pero definitivamente no era un lugar que conociera.
Descorrió los doseles y se levanto, la habitación se encontraba oscuro y sin embargo podía ver perfectamente. A pesar de poder ver en la oscuridad tuvo la intención de correr las cortinas para que entrara un poco de luz, sin embargo cuando se acerco al ventanal un repentino miedo le impidió tocarlas.
Se encamino hacia las lámparas cercanas a la cama y las encendió. Todo el lugar se ilumino y pudo apreciar su completa belleza gracias a la iluminación, las paredes estaban decoradas con motivos blancos y dorados, las pesadas cortinas del enorme ventanal tenían un grueso forro blanco con bordados dorados, la cama y sus doseles tenían motivos similares, los muebles eran de madera de cerezo con incrustaciones de oro de lo mas fino, al igual que las puertas del armario y el baño. Todo era tan ostentoso que quitaba el habla, ni siquiera las habitaciones en Malfoy Manor eran tan majestuosas.
Se giro buscando alguna pista que le indicara que alguien mas se encontraba en el lugar, pero se encontraba solo. No había ruidos, o por lo menos no ruidos cercanos, podía escuchar la suave brisa fuera de la ventana, algunos pasos en el piso inferior, respiraciones serenas en las habitaciones cercanas... se sorprendió al darse cuenta que podía escuchar perfectamente¿por qué podía hacerlo? Tenia la sensación de que algo extraño le pasaba y no eran solo su oído y su vista, su olfato también, podía percibir un olor nuevo en el ambiente, un aroma tan sutil en el aire que no lograba identificar.
Una sensación extraña le recorrió el cuerpo, se sentía inquieto y muy sediento, busco una jarra de agua alrededor de la habitación hasta dar con una mesa cercana a la cama, esta estaba trabajada en la misma madera que el resto de los muebles, sobre ella un juego dorado de vaso y jarra, estaba seguro que eran de oro, se sirvió un poco de agua y bebió rápidamente. Pero la sed no cedía, se sirvió otro vaso y lo vació igual de rápido con los mismos resultados, repitió la operación un par de veces mas pero su sed continuaba, tembló imperceptiblemente... ¿qué le ocurría¿por qué aun tenia sed...?
Se estaba asustado, dejo el vaso justo donde lo encontró y se sentó inconscientemente en uno de los mullidos sillones blancos que se encontraba a su costado. Tan aturdido estaba que no escucho el suave plop con que apareció la elfina domestica o la pregunta que esta le hizo antes de desaparecer.
Tampoco fue consiente de que la puerta se abrió momentos después, dejando entrar a un joven moreno de ojos verdes al que no noto, al igual que no noto al hombre moreno y de ojos negros azulados que le seguía.
- ¿Draco? – susurro Harry, conciente que el chico lo escucharía gracias a su nuevo oído. El rubio se volvió hacia él con los ojos perdidos.
- Harry¿qué me pasa? – le interrogo suavemente. El moreno no supo como contestarle así que miro a Thálit por ayuda. El rubio continuo hablando sin haber notado el intercambio visual – Tengo sed, pero por mas que bebo no puedo satisfacerla – comenzó a temblar de nuevo, así queun preocupado Harry se acerco a él para tomar una de sus manos confortablemente.
- Oh Draco... – susurro tristemente, sin saber como decirle lo ocurrido.
- Es normal que te sientas así – respondió Thálit tranquilamente, tratando de no sobresaltar al chico, el rubio lo miro aun mas confuso –, todos pasamos por eso cuando somos novicios.
- ¿Novicios? – pregunto nuevamente – Quiere decirme que... que... yo... oh por Merlín... ¿cómo?... – no supo como continuar la pregunta, ahora si que estaba asustado.
- Draco cálmate... – comenzó a decir Harry.
- ¿CÓMO QUIERES QUE ME CALME¡¡¿QUIÉN LO HIZO¡¡¿DÓNDE ESTA SIRE¡¡¡QUIERO HABLAR CON ÉL... – se levanto violentamente al tiempo tiraba de su mano atrapada entre las de su amigo, provocando que este cayera al suelo alfombrado debido a la fuerza del rubioy que el sillón se estrellara contra una de la paredes – ¿Cómo diablos hice eso? – murmuro mirando aterrado el sillón medio destrozado en la pared.
- Tu fuerza ha aumentando considerablemente – volvió a hablar el vampiro de forma suave, tratando de calmar al chico, era normal su forma de actuar, todos los vampiros recién iniciados actuaban de manera similar cuando tomaban conciencia de su nueva situación –, no será lo único que cambiara desde ahora.
- Mis sentidos... – susurro tan suave que solo Thálit lo escucho.
El vampiro asintió a la conjetura dándole tiempo para asimilarlo y ayudando al joven moreno a levantarse.
- ¿Quién me hizo esto? – pregunto mas calmado.
- Sire... – respondió Harry sin mirarlo a los ojos.
- ¿POR QUÉ¡¡Y ¿DÓNDE ESTA¡¡DEBERÍA SER ÉL QUIEN ME LO DIJERA! – reclamó comenzando a alterarse nuevamente.
- No puede...
- ¿NO PUEDE¡¡SEGURAMENTE NO QUIERE¡¡¿DÓNDE ESTA! – grito ya sin poderse contener – ¿POR QUÉ NO VIENE Y ME DA LA CARA! – trato de abalanzarse contra Thálit quien estaba directamente frente a él pero fue retenido en un poderoso abrazo por este.
- No puede venir, ni siquiera esta conciente. Si tanto quieres reclamarle algo será mejor que esperes a que se despierte... si es que lo hace – le dijo duramente el vampiro para hacerlo reaccionar aun sin soltarlo de su fuerte agarre.
- ¿Que despierte¿qué le paso? – pregunto esta vez muy ansioso y preocupado por su pareja.
- ¿Qué es lo ultimo que recuerdas? – interrogo su amigo.
- No estoy seguro... – hizo una breve pausa –¿en dónde estamos?
- En la casa de Sire, mas específicamente en su habitación – le dijo suavemente Harry.
Draco iba a preguntar algo mas pero un dolor en el estomago lo detuvo, fue una fuerte y dolorosa punzada.
- ¿Draco¿estas bien? – casi grito Harry.
- Tranquilo es normal, a todos nos pasa – murmuro el vampiro, que hasta el momento nohabía vuelto a hablar, se levanto y se dirigió hacia un mueble queparecía contener algunas bebidas, alcohólicas principalmente, pero saco un recipiente que no creíafuera licor, lo despapo y tomo una copa de cristal para servir en ella un liquido rojo, de nuevo percibió un sutil aroma en el aire, ya lo había sentido cuando se despertó, ahora sabia de donde había llegado –. Toma, huele esto.
El dolor se detuvo en cuanto sus fosas nasales se inundaron con el delicioso aroma, sin embargo sintió algo extraño, le molestaba, algo comenzaba crecer dentro de su boca. Llevo una mano a su boca y toco sus dientes, abrió los ojos sorprendido y se giro para ver a Thálit.
- ¿Qué s...
- Tus colmillos – respondió este entendiendo la pregunta –, tranquilo, ahora bebe, tienes hambre, pasara en cuanto bebas.
- ¿Es...
- Sangre – volvió a responder como si le preguntaran sobre ele clima.
- Yo no... no puedo...
- Bebe Draco, será peor si no lo haces – le insito Harry, haciéndole ver que no tenia nada de malo, le sonrió confortablemente y dijo –: Imagina que es vino.
El rubio respondió a la sonrisa, sin embargo no se animo a beber.
- Es normal, de una u otra forma tenemos que alimentarnos – indicó Thálit mientras guiaba suavemente la copa a sus labios –, además no es sangre humana, ninguno de los recipientes en esta casa lo es, Sire no bebe sangre humana.
Eso pareció tranquilizar a chico lo suficiente para comenzar a beber, primero lentamente pero en cuanto sintió el dulce sabor de la sangre sus instintos le obligaron a beber mas rápido.
- Despacio, trata de no hacerlo tan deprisa, es censillo ahogarse al principio y no es nada gracioso cuando la devuelves o limpiarla del piso o en este caso de la alfombra – volvió a advertir divertido el vampiro,Draco pareció considerarlo y lo hizo mas despacio –, eso es, con calma – cuando se termino la copa, Thálit la volvió a llenar y repitió el procedimiento otra vez.
Es suficiente por ahora – el chico asintió y se relajo contra el mueble algo somnoliento.
- Deberías descansar, aun hay luz afuera – sugirió Harry.
- ¿Qué hora es?
- Casi medio día. Es temprano, descansa y hablaremos en cuanto anochezca.
Habían sido bastantes emociones para tan poco tiempo, lo habían cansado demasiado. Se dirigió a la cama obedientemente y se metió entre las sabanas. Sus ojos se cerraban pero aun quería saber algo.
- ¿Dónde esta Sire¿esta bien? – murmuró mas dormido que despierto.
Harry bajo la mirada sin responder, así que el vampiro respondió por él.
- Están atendiéndolo... estará bien – dijo sin comprometerse demasiado.
- Quiero... verlo – dijo nuevamente en medio de un bostezo.
- Tal vez mas tarde... – fue lo ultimo que escucho antes de perder la conciencia –. Cuando este listo y hallas descansado lo suficiente – termino para él y el otro chico.
TBC...
Sekhmet Malfoy
Encantadora de Dragones
Miembro de la Orden Severusiana
Miembro de la Orden Siriusiana
Miembro de la Orden Draconiana
Miembro de la Legión de Lupinas
Miembro de la Orden de Potter
Miembro de la Orden de las Mortifagas