Parte IX:
Acostado en la penumbra de su habitación con ambos brazos tras su nuca, no podía evitar el recordar el comentario de Kagome "Tú ya sabías besar". Arrugó el ceño algo asustado, mientras se ladeaba en la cama cerrando los ojos con algo de rabia. Era cierto, él ya había tenido a quien besar, antes que a ella. Pero... en estos momentos poco importaba ya. Aquella chica se encontraba bastante lejos de su vida y un error lo comete cualquiera. Sonrió ya más tranquilo al recordar cómo Kagome correspondía a su amor sin medidas. Siempre lo añoró así. La vida esta vez si le sonreía, y era demasiado feliz.
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Sus ojos oscuros se enfocaron nuevamente en aquella muchacha que había visto la vez anterior. No pudo evitar que una pequeña sonrisa se dibujara en su bronceado rostro. Claro, era igual a la otra ¿sería acaso por eso que estaba con ella?
Caminó altivo aún sonriendo hasta la sala de clases, quedándose parado en el umbral de la puerta, con la maleta de colegio entre los brazos cruzados y su rostro feliz. ¡Cómo se iba a divertir en esta nueva escuela! Poco a poco el murmullo de los propios alumnos fue cesando al darse cuenta uno a uno que había un chico nuevo en la entrada de su salón. Inuyasha conversaba animadamente con su amigo Miroku hasta darse cuenta que todos los demás permanecían en silencio, arrugó el ceño algo confundido buscando la razón por la cual todos estaban así. De pronto sus ojos dorados se detuvieron casi sorprendidos contra los oscuros del muchacho de trenza, que sonreía feliz. El timbre sonó en ese preciso instante y todos se sentaron en sus respectivos pupitres. El profesor al fin apareció y con él entró también el chico.
.Buenos días.
.Buenos días profesor.
.Asiento.
Todos los miraron expectantes, sobre todo Inuyasha, que sentía un recelo enorme contra aquel muchacho, conocía sus intenciones, sabía de lo que era capaz.
.Desde hoy forma parte de nuestro grupo un alumno nuevo recién llegado del extranjero, su nombre es Bankotsu.
Inuyasha se mordió el labio con rabia mientras lo veía cercarse hasta un puesto cerca del suyo.
.Otra vez juntos querido amigo.
.¿Es tu amigo?- Preguntó Miroku extrañado.
.Eso es lo él que cree- Respondió secamente Inuyasha. Ya estaba. El muy maldito estaba otra vez tras suyo, con esa odiosa rivalidad y envidia hacia él ¿porqué? Bankotsu simplemente era así, desde niños, siempre quiso tener y hacer todo lo que Inuyasha se proponía. En la infancia eso resultaba agradable y gracioso, pero ahora, a los 17 años, era un absurdo y casi insano. Debería tener cuidado esta vez, porque aunque nuevamente sabía que él se había salido con la suya, aunque eso no le importó mucho a Inuyasha... esta vez sí debía cuidarse... y cuidarla.
Lo miró de reojo todo el rato que duró la clase. No, no podía estar tranquilo, menos ahora. Ese Bankotsu, sólo se aparecía para molestar. El timbre anunció el primer recreo de la mañana y mientras él se levantaba para guardar sus libros vio cómo Kagome lo esperaba a un lado de la puerta. Sintió el corazón latir aprisa, mirando de inmediato a su rival que también guardaba sus cosas y aprovechando eso, Inuyasha caminó presuroso hasta la muchacha que lo recibió con una sonrisa pero como respuesta a ello se vio fuertemente sujetada de un brazo y arrastrada casi hasta las afueras del edificio.
.Pero... qué haces... - Protestó mientras intentaba zafarse de su fuerte agarre. Inuyasha la soltó del brazo pero tomó rápidamente su mano y la guió hasta el final del patio.- Qué pasa... dime... - Inuyasha la soltó nuevamente mirando con seriedad a Kagome.- ¿pasó algo?- le preguntó esta preocupada.
.No... no... yo sólo... quería estar a solas contigo.
La chica lo miró al principio no confiando en sus palabras. Es que a pesar de que había pasado mucho tiempo sin verlo, aún así sabía cuando él no era totalmente sincero.
.¿Por eso?- Le preguntó intentando confirmar su aseveración. Inuyasha sonrió.
.Claro que si.- Aseguró, acercándose a ella y robándole un fugaz beso que apenas hizo a Kagome reaccionar.
.Oye...- Ella se acercó más a él y posó ambas manos en su pecho- es mi impresión o... ese chico... el de la pelea... estaba en tu curso...
Inuyasha hizo una pequeña mueca con su boca y la abrazó muy fuerte por la cintura.
.En qué basura te andas fijando, Kagome.
La muchacha comenzó a juguetear con los primeros botones de su oscura chaqueta del colegio.
.No es eso... – Murmuró haciéndose la mimada. Ël muchacho sonrió enamorado y comenzó a besarle el cuello.
.Ahhh... entonces... no... hablemos... de... eso...
Ella sonrió complacida mientras se dejaba acariciar de esa forma tan excitante que hacía que escaparan pequeños suspiros de sus labios. Los gritos de unos muchachos que se acercaban lo hizo separarse de inmediato mientras Kagome se arreglaba nerviosamente el cabello. Sin embargo los muchachos siguieron de largo.
El timbre sonó dando término del descanso. Ambos se miraron un poco desilusionados, el tiempo pasaba tan aprisa cuando estaban juntos. Inuyasha movió la cabeza negativamente, derrotado y caminó unos pasos.
.Iré contigo hasta tu salón- Dijo Kagome de pronto, pero Inuyasha se detuvo en seco y la miró casi asustado.
.No!- Protestó. Ella arrugó el ceño un poco extrañada.- no... yo..- Intentó parecer calmado pero no podía evitarlo.- no te preocupes, ve a tu salón... y nos vemos a la salida. – Intentó que su tono de voz sonara complaciente y no preocupado. De pronto sintió que el corazón le latía más aprisa, apretó los puños con algo de rabia. Maldito Bankotsu, él era el culpable de que ahora tuviera miedo por Kagome. La muchacha lo miró uno segundos algo seria y al final sintió con la cabeza levemente.
.Esta bien... a la salida entonces- Respondió sin mucha emoción, sabía que había algo que él le ocultaba. Se acercó hasta él para besar su mejilla pero Inuyasha, sabiendo también de la incomodidad de su chica, la tomó por los brazos y la besó fuertemente. Kagome se sorprendió un poco pero luego le correspondió con el mismo ímpetu con que él lo hacía. Luego de unos segundos se obligó a si misma a separarse forzosamente de su boca y sonreír a medias.
.Nos van a regañar, es mejor que volvamos a nuestro salón.
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Ella afirmó la espalda en la pared dando un suspiro. Casi todos ya se habían retirado de la escuela y Kagome sólo esperaba por Inuyasha. Aburrida de la espera y un tanto ansiosa caminó hasta llegar a su salón. Un murmullo de voces la hizo caminar más despacio para acercarse hasta la puerta y escuchar con atención lo que hablaban. La voz era de Inuyasha y de otro chico.
.No sé de qué te quejas. Siempre hicimos apuestas y yo sólo ahora cumplo con mi parte.- Aquel era el muchacho de trenza que hablaba con algo de sorna con un Inuyasha demasiado irritado.
.Las apuestas para mi ya no valen. – Respondió secamente guardando sus últimos libros.
.Eso lo dices ahora... pero bien sé que estas enojado porque también te gané aquella novia que tenía en China.
Kagome abrió los ojos con sorpresa. ¿Novia?
.Eso no me importa.- Respondió Inuyasha haciendo un pequeño desprecio y caminando con el maletín en su mano hasta la puerta donde sus dorados ojos se encontraron con los confundidos de Kagome.
.Kagome- Musitó. Bankotsu de inmediato volteó para mirar.
.Vamos.- Dijo rápidamente Inuyasha sintiendo el corazón acelerarse mientras agarraba con algo de fuerza nuevamente el brazo de la chica para sacarla de ahí. Pero Kagome estaba enojada y no tenía intenciones de moverse.
.¿Tienes novia?- Le preguntó enojada. Inuyasha intentó nuevamente sacarla del lugar al ver lo cerca que estaban de Bankotsu.
.Kagome, salgamos de aquí, vamos- Suplicó. Ella sin embargo estaba encaprichada y no se movió.
.No quiero.
Bankotsu sonrió ampliamente y se acercó hasta la pareja.
.No me digas que ella es tu nueva novia.- Preguntó algo impresionado. Kagome le dio una mirada de hielo.
.NO! No lo es!- Se apresuró en decir. Entonces la muchacha creyó que había escuchado mal. Él la había negado pero... ¿Acaso no era eso lo que ella quería¿Porqué el escuchar de esa manera como Inuyasha la negaba le dolía tanto?
.¿De verdad?- Sonrió más Bankotsu, acercándose hasta Kagome lo suficiente para hablar casi sobre su cara.- pero que bella muchacha... gusto de verte otra vez.
No pasó un segundo en que Inuyasha, enojado hasta la raíz de sus nervios, lanzó un fuerte golpe en la cara del chico que hizo que de su nariz brotara sangre. Kagome retrocedió un paso atrás, asustada.
.¡Ni te atrevas a acercarte a Kagome!- Le dijo, mientras tomaba la mano de la chica y ahora si ella se dejaba arrastrar, impresionada de la rivalidad de aquellos dos.
Continuará...
