Parte X:

Se dejó arrastrar casi sin decir nada. Cuando ya se encontraron lejos de la escuela, Inuyasha aflojó el agarre de su mano y entonces se detuvo. Ella lo miró con seriedad, no había otra expresión en su cara.

.No hables con Bankotsu- Dijo de pronto el chico casi suplicante. No eran esas las palabras que Kagome esperaba oír. Respiró fuertemente y lo miró con dureza.

.¿Es verdad que tienes una novia allá en China?- Preguntó al fin. Inuyasha sonrió apenas, pero esa sonrisa de él no relajó el rostro de la muchacha.

.Claro que no.

Kagome lo miro sin decir una palabra. ¿Porqué sentía que no le había dicho toda la verdad?

.¿Quieres venir a casa? Sesshoumaru me dijo que llegaría tarde.- Intentó cambiar el tema y complacerla de alguna manera para olvidar el incidente. Sin embargo Kagome lo miró unos segundos más y luego respondió moviendo la cabeza.

.No. Debo regresar a mi casa.- Apretó los tirantes de su amarilla mochila y volteó sin despedirse.

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La noche era helada y se sentía el inicio del invierno sobre al ciudad. Kagome miró por el marco de su ventana, anhelando en parte que él apareciera como otras veces de improvisto en su habitación. Pero parecía que no esta vez no sucedería lo mismo. Suspiró recordando aquellas palabras del chico de trenza. "la novia de China". Pero... si Inuyasha tuvo una novia, tal vez eso había sido en el pasado...

.Debería haberme dicho que tuvo novia- Murmuró dolida afirmando la frente en el frío vidrio. Ahora lo entendía, con razón sabía besar tan bien. Y ella, toda una inexperta... y sin un novio anterior acuestas. Tal vez el amor que siempre le dijo tener no era tanto, parece que en China Inuyasha no había perdido el tiempo.- ¿qué cosas más habrás aprendido con "ella". – Susurró mientras apretaba los puños. Estaba celosa, muy celosa, el imaginarlo con otra chica hacía que la rabia invadiera su ser. – idiota- murmuró mientras se alejaba con rabia de la ventana ya dándose por vencida, sabiendo que no iba a venir, y se recostó en la cama. Arggg, qué rabia tenía, siempre imaginó a Inuyasha casi como su príncipe azul, pero ahora toda esa ilusión se venía abajo.- quizás que cosas más aprendió...

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Lo miró apenas tras sus tupidas pestañas pero en cuanto él mismo enfocó su mirada dorada en ella, Kagome le hizo un desprecio y se tomó del brazo de Ayumi, su amiga, yéndose rápido a su salón, lo que impedía al joven tener una conversación con la muchacha.

A la hora del almuerzo todos corrieron a los comedores ya que el frío no les permitía esta vez disfrutar de la merienda al aire libre. Inuyasha caminó sigiloso mirando a todos lados para que su detestable "amigo", Bankotsu, no estuviera siguiendo sus pasos. Afortunadamente el chico nuevo era bastante popular con las chicas y seguramente en estos momentos alguna de ellas lo tenía entretenido en alguna estúpida conversación. Sonrió haciendo una mueca de satisfacción, vengándose "en parte", por todas las que ese le había hecho. Luego se detuvo y quedó a la entrada del salón, mirando a la chica que estaba sentada en el pupitre suspirando, con una mano en la mejilla y sin intenciones de moverse. Se adentró despacio y cerró la puerta girando el seguro. Kagome al escuchar que ésta se cerraba, levantó el rostro algo asustada para encontrarse con el rostro demasiado serio del muchacho, que se aproximó con las manos en los bolsillos y se sentó en el puesto de adelante. Ella lo miró con el ceño fruncido. No quería hablar con él.

.¿Estas aún enojada?- Le preguntó acercando el rostro al suyo. La chica se alejó con las mejillas levemente encendidas.

.Qué crees Inuyasha, no me siento feliz al saber que me escondías algo tan importante.

El muchacho ladeó la cabeza cambiando su rostro de seriedad por uno más conciliatorio.

.Vamos Kagome... eso no es importante para mi.

Kagome se levantó de súbito enojada.

.Pero sí para mi!

Inuyasha se levantó con lentitud mirándolo dolido.

.¿Ella es aún tu novia? No me mientas.

.Claro que no. Sólo tu me importas- Murmuró, acercándose para acariciar su cara lentamente, gesto para el cual ella cerró los ojos, aguantando los deseos de llorar.

.Eres un tonto... ¿lo sabías?- Murmuró ya más dócil. Inuyasha sonrió sabiendo que aquellas palabras era el comienzo de su perdón.

.Si, lo sé.- Murmuró depositando un beso en los labios de la chica. Kagome se rindió fácilmente, rodeando su cuello y levantándose de puntas. Las manos del chico se fueron hasta su cintura nuevamente y mientras besaba lentamente la boca de la muchacha, sus dedos cálidos se fueron colando bajo la blusa de colegio. Cuando sintió las manos suaves y desnudas del chico chocando con su piel, se abrazó más fuerte a su cuerpo y besó con más pasión los labios del chico, escuchando de pronto los gemidos de tan estrecho abrazo y beso.

.Tonto- Murmuró Kagome cuando él bajó con sus labios hasta el cuello, haciéndole cosquillas y sonriendo un poco complacida.

.Celosa- Murmuró Inuyasha entre risas sin dejar de besar el cuello de la chica. Sus manos se aventuraron ya más arriba pero otra vez se encontró con los tirantes de aquella prenda íntima. No le dio mucha importancia esta vez porque sólo pasó ahora sus manos por delante, subiendo nuevamente y tocando sus pechos. Kagome cerró los ojos mordiéndose los labios intensamente, recostando la cabeza en el cuello del muchacho y sintiendo que las piernas comenzaban a temblar. Él buscó su boca nuevamente y esta vez los besos fueron más osados, jugueteando con sus lenguas, haciendo que Kagome quedara de pronto sentada en el pupitre, las manos del chico ya habían encontrado otro lugar inexplorable que descubrir. Sus piernas. Kagome posó una mano fuerte a la nuca del muchacho, quería que la besara más intensamente al sentir aquellas caricias que poco a poco se iban haciendo tan íntimas. La otra mano de Inuyasha la tenía fuertemente afirmada a la estrecha cintura mientras intentaba que Kagome inclinara un poco más la pierna y él, entre ellas, acercándose tan fuerte que de pronto Kagome abrió los ojos al sentir justo contra ella, algo duro que de inmediato supo de qué se trataba. Intentó esquivar sus besos al reaccionar, porque estaban las cosas muy avanzadas y este no era ni el lugar ni el momento indicado ¿qué pasaría si los sorprendían en aquellas actitudes poco decorosas? Inuyasha no quería ceder, bien poco le importaban las reglas de los lugares, así que intentó seguir con su cometido rozándose más contra ella que volvió a cerrar los ojos, excitada y olvidando todo otra vez, pero el timbre sonó estrepitosamente, lo que los hizo casi caerse del susto. El muchacho, bastante acalorado, se pasó una mano por su cabello y Kagome bajó rápido del pupitre arreglando sus ropas.

.Vete a tu salón Inuyasha.- Murmuró Kagome sonrojada hasta la médula y ahora arreglándose los cabellos. Inuyasha le dio un rápido beso en los labios y se dirigió a la puerta, justo antes que alguien intentara abrirla y encontrarse que ésta estaba con seguro. Kagome lo vio marcharse con una sonrisa de satisfacción. Vaya, esto no se lo esperaba.

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Bankotsu la vio pasar distraída arreglándose un mechón de su cabello y con una pequeña sonrisa en sus labios. Vaya, esa chica en verdad era hermosa. Poco había creído la excusa de Inuyasha que no era su novia. Claro que lo era. Ya había notado la manera en que aquellos dos se miraban. Parecía que la reconciliación había sido bastante buena, dado el agitamiento de su compañero de clase cuando volvió del recreo. Y ahora, mirando el rostro complacido de la chica.

.Hola.- Dijo afirmando una mano en la pared impidiéndole el paso a Kagome, que lo miró de inmediato con seriedad.

.¿Me puedes dejar pasar?

.Ahhh, sólo quiero que charlemos un poco.

El corazón de Kagome comenzó a latir con fuerza. Aquella actitud del chico le daba escalofríos. Se mordió el labio asustada, no sabiendo que ese gesto provocó un deseo casi incontrolable en el chico que acercó su cara muy cerca de la suya.

.Qué... – Preguntó apenas audible, asustada. De pronto ya no escuchaba las voces de los demás¿acaso estaban solos en el pasillo?

.Jejeje... nada... - Murmuró más cerca aún, haciendo que ella abriera los ojos enormemente. ¿Él quería besarla? Se agachó tan rápido como pudo y se paró en segundos tras él.

.Me tengo que ir. – Respondió y dándose la vuelta a paso presuroso. ¿Pero que demonios pretendía? Cuando pudo respirar el aire frío de la tarde se dio cuenta que Inuyasha estaba afirmado en la reja de entrada del colegio, esperándola, y por su cara bastante contraída, parecía que estaba impaciente.

.Inuyasha- Murmuró aliviada cuando estuvo a su lado. Él la miró con el ceño fruncido debido a su tardanza.

.¿Pasó algo?- Preguntó con voz ronca e inclinándose hasta su cara, ella lucía casi atemorizada y temblaba notoriamente.

.No, nada. - Respondió apenas, sabiendo de la rivalidad de aquellos dos podría provocar una pelea tan grande que era mejor evitar. El chico la miró detenidamente intentando convencerse, al fin tomó una mano de ella y la enlazó a la suya, alejándose del lugar a paso lento, siendo mirados por una media sonrisa del chico de piel bronceada.

.Si no fuera tu novia igual te la quitaría. - Murmuró.

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.Inuyasha... - La muchacha se detuvo mirándolo seria.

.¿Si?- Levantó la ceja algo intrigado mientras aún sostenía fuertemente una de sus manos. Estaba de pie en la calle, lo bastante lejos de la escuela y también de sus casas aún.

.¿Qué es... Bankotsu tuyo¿Es tu amigo o no?

El chico abrió los ojos con sorpresa y el dorado mirar brilló con intensidad. Arrugó el ceño e involuntariamente apretó más la mano de la chica.

.Que... ¿has hablado con él, Kagome pro favor... - Sus palabras salieron angustiantes de su boca y el rostro ya no era de tensión, sino casi de súplica. Pánico, realmente sentía pánico al pensar en que Bankotsu se la pudiera arrebatar.

.No, no... - Mintió para no armar pleitos. – Sólo quiero saber... si ustedes son amigos... o no.

.¡Claro que no¡Y no te acerques a él, Por favor... Kagome... - Se dio cuenta lo desesperado que estaba. La muchacha lo miró confundida por unos segundos.

.No... claro que no me acercaré... tranquilo... ¿porqué abría de hacerlo?

Él tensó más la mandíbula sin saber qué decir.

.Tú también eres un celoso- Murmuró ya divertida acercándose más a él.- tontito ¿crees que me fijaría en otro¿Con lo mucho que te esperé?

Aquella declaración salida de sus labios lo hizo suspirar aliviado sin poder evitar robarle un beso, pasando una mano tras su nuca fuertemente y así besarla sin objeción.

.Oye... vamos a mi casa... - Murmuró apenas audible y con la respiración entre cortada. Kagome bajó la cara dejando que los labios del muchacho se quedaran reposando en su frente. La mano de la nuca se fue hasta su cuello, y ella posó la suya sobre la de él. Cerró los ojos sabiendo lo que ello implicaba. Era una invitación a estar solos... y a terminar lo que había comenzado en el salón de clases.

Continuará...