Parte XI:

Caminaran en silencio cual de los dos con el corazón más agitado. Las mejillas de Kagome estaban enrojecidas, no podía evitarlo, pronto llegarían a la casa y a cada paso sentía que perdería las fuerzas. Cuando Inuyasha le dio el paso para que ella fuera la primera en entrar al jardín, lo miró asustada casi sin atreverse a mirarlo a la cara, pero lo hizo.

.Inuyasha...

El muchacho la miró ansioso, esperando sin lugar a dudas qué era lo que ella iba a decirle. Kagome buscó en aquellos tensos segundos la verdad de su amor en sus ojos. Aquellos dorados tan extrañamente inusuales que siempre estuvieron a su lado, que siempre conoció, que siempre quiso. Cuánto los había extrañado, cuánto había ansiado volver a encontrarse con ese dulce mirar, el mismo que ahora tenía frente a ella y que la miraban de una forma tan estremecedoramente... ¿ansiosa?... Bajó la vista turbada rápidamente sintiendo como las mejillas se encendían más aún. Inuyasha apretó más su mano.

.Si no quieres...

¿Si no quería?... tragó saliva aún totalmente turbada, escuchando tan fuerte sus propios latidos del corazón. Lo escuchó suspirar y ella levantó la vista nuevamente hasta él.

.Si quiero... - Murmuró apenas audible, pero mirándolo con seriedad. El muchacho sonrió nerviosamente y entonces introdujo la llave en la cerradura, con algo de temblor en sus manos y Kagome mirando disimuladamente su alrededor, luego de unos vergonzosos segundos en que intentó morderse la lengua por ser en estos momentos tan estúpidamente torpe. Suspiró aliviado cuando ésta al fin cedió y abrió la puerta, permitiendo que la chica entrara primero. Kagome dio un paso hacia el interior rápidamente y luego escuchó como ésta se cerraba tras su espalda.

.Oye Inuyasha... - Murmuró mirándolo asustada.- Sesshoumaru no vendrá aún... ¿verdad?

.No, es temprano y... hoy pasará a ver a su prometida.

Kagome asintió y luego lo siguió hasta la cocina en donde él volteó turbado.

.Quieres... ¿comer algo?

Ella sonrió vergonzosamente... ¿Qué estaba pasando? Ambos se estaban comportando como idiotas. Tal vez... tal vez Inuyasha no era un experto en todo como ella creía, dado su nerviosismo... Se acercó hasta él dejando la mochila sobre una silla y le tomó la cara.

.No quiero nada ahora.

.¿No?

Kagome sonrió más abiertamente.

.Si esta es nuestra oportunidad para estar solos... entonces debemos aprovecharla.

Él sonrió al fin ya más aliviado con los ojos brillantes de alegría. Tomó su mano y la besó largamente cerrando los ojos. Cuán agradecido estaba por permitir que la amara de una vez.

Inuyasha cerró la puerta con doble cerrojo mientras ella caminaba a paso lento hasta la ventana. Alzando la vista y afirmando ambas manos en el borde de ella, mirando aquella luna que apenas se alzaba detrás de las colinas con el cielo aún claro pero con el inminente anochecer que se aproximaba. Escuchó sus lentos pasos aproximarse y luego abrazándola fuertemente por la cintura, depositando un sin fin de pequeños besos en su cuello. Al principio leves ósculos que le causaban cosquillas y luego sus labios humedecidos se posaron acariciando más su pálida piel, bajando por el cuello hasta el hombro. La respiración del muchacho se escuchaba cada más agitada y ella aproximó sus manos sobre las suyas, sintiendo algo extraño en las entrañas, un calor que poco a poco iba invadiendo su cuerpo.

Nada es para siempre amor,

Hoy nos toca compartir la misma luna

Y mañana quién sabrá

Sí hay una separación o habrá fortuna.

Kagome se volteó y lo miró respirando fuertemente, uno segundos en que ninguno de los dos hizo nada, hasta que ella, para sorpresa del chico, tomó el borde de su blusa del colegio y la jaló hacia arriba, quedando sólo con su blanco brasier y la piel desnuda. El muchacho sonrió feliz y se aproximó nuevamente hasta ella, enredando una mano por sus negros cabellos desde la nuca y besándola lentamente, sintiendo poco a poco los dedos de su chica abrir con algo de torpeza su chaqueta del colegio, que cayó luego de unos instantes al suelo, como también la falda de ella. Cayeron a la cama riendo de sus propias torpezas y siguieron besándose.

Nadie sabe amor

Nadie sabe que podrá pasar mañana

Quiero amarte hoy

Quiero abrir todas las puertas de mi alma.

Bajó nuevamente a su cuello depositando pequeños besos hasta llegar al borde su brasier y con las manos aún algo torpes desabrochó desde su espalda, alejando al fin aquella prenda que antes tantas veces lo molestaba, mirando con detenimiento las formas femeninas de ellas, voluptuosas que a estas alturas eran elevadas por el vaivén de la fuerte respiración de Kagome, que se mordió los labios cerrando los ojos al sentir los labios del chico lamiendo sus senos, se incorporó luego mirándolo hacer aquello preguntándose otra vez si antes lo había hecho con otra. Inuyasha se incorporó con las mejillas sonrosadas y se quitó la polera que tiró lejos de si, provocando las carcajadas de ella.

.Tan impetuoso... como siempre- Fue su entrecortado comentario haciendo sonreír al chico y luego siguió besando, bajando lentamente y quitando lo poco y nada de ella.

.Oye... - Murmuró Kagome. Inuyasha estaba sobre ella aún sin poder atreverse a seguir. – esto es... nuevo para mí...

.Lo sé, también para mí.

Aquella respuesta realmente no se lo esperaba porque daba por hecho que Inuyasha ya era un entendido en la materia.

Te quiero hoy

Quiero abrirle al corazón una ventana

Esto es amor

Y es tan grande que no cabe en mis palabras, no

Ella escondió la cara en su cuello, tiritando y aferrándose muy fuerte a su espalda, sintiendo como él se fusionaba con ella hasta llegar a lo más recóndito de su cuerpo. Las lagrimas se asomaron de pronto a sus ojos y se mordió con fuerza los labios, evitando así que un grito de dolor saliera de su boca. Ambos se quedaron sin movimientos, solo sintiendo que respiraban demasiado agitados, casi al unísono. Inuyasha buscó su rostro, el que ella al fin apartó de su cuello y se miraron. Sintió una caricia suave y lenta en su espalda, la mano de ella que le demostraba de esa manera que estaba con él, junto a él, permitiendo compartir sólo con él aquel acto tan íntimo. Besó sus labios despacio y cuando ella al fin respondió la penetró con fuerza a lo que Kagome ahogó su grito en su propia boca.

Quiero amarte hoy

Quiero amarte hoy

Por si no hay mañana

Quiero amarte hoy

Yo quiero amarte hoy

Por si no hay mañana

El deseo de entrar cada vez más se fue apoderando de sí, su mente se nubló y sólo escuchaba a los lejos los gemidos de su acompañante, las uñas que casi rasgaban su espalda, la tensión extrema de sus cuerpos, desnudos, sudorosos, con dolor, con pasión y con amor. La chica creyó morir con cada embestida, el aire no llegaba a sus pulmones y sentía la sangre fluir pesadamente en su cabeza.

Somos como arena y mar

Somos más que una ilusión porque no hay dudas

Y esta historia de los dos

Es tan linda como nunca hubo ninguna

Nadie sabe amor

Nadie sabe que podrá pasar mañana

Quiero amarte hoy

Quiero abrir todas las puertas de mi alma

Y finalmente un gemido tan fuerte del chico que la sujetó con fuerza de ambos muslos de sus piernas que a estas alturas ella había recogido porque encontró que así podía fundirse más en él. Cayó sobre su pecho con el pelo negro alborotado mientras intentaban recuperar el aire. Kagome aflojó al fin sus dedos enterrados casi en su fornida espalda, bajando con lentitud por los brazos, acariciando cada músculo, seguramente producido por el deporte que practicaba. Inuyasha, el niño travieso y caprichoso ahora era un hombre demasiado apetecible. Se mojó los labios sonriendo.

.De qué te ríes... - Murmuró aún sobre ella sin intenciones de moverse. Ya ambos estaban totalmente tranquilizados y Kagome ladeó la cara.

.Nada... salvo... recordaba cómo eras cuando niño... y lo que eres ahora...

Él levantó una ceja no entendiendo a qué se refería en verdad.

.Supongo que... ya no sigues considerándome como tu hermano.

Te quiero hoy

Quiero abrirle al corazón una ventana

Esto es amor

Y es tan grande que no cabe en mis palabras, no

Kagome rió estruendosamente golpeándolo en el hombro. Inuyasha sonrió ampliamente y se separó al fin de ella, pero quedando de costado, apoyando una mano sobre su cara. Kagome también volteó y lo imitó.

.¿Te das cuenta de lo que hemos hecho?- Preguntó ella cambiando el rostro y mirándolo con seriedad. Inuyasha estiró su mano bajo las sábanas alcanzando su cadera y acercándola más hasta él.

.Lo sé - Respondió con voz ronca.

.No quiero que esto sea un juego para ti, Inuyasha...

.¿Porqué lo dudas?

Kagome apartó un mechón de cabello que estaba sobre los ojos del muchacho.

.Porque... porque... - Se mordió los labios mirándolo con intensidad- porque no quiero desilusionarme de ti... te quiero mucho y... no lo soportaría...

.No digas nada... no es un juego.- Sonrió un poco- vaya, qué concepto tienes de mí- Kagome sonrió también- si sabes que siempre te he querido. Y ahora yo te amo.

El corazón de Kagome latió fuertemente, lo miró asombrada.

.¿Me amas?- Le preguntó apenas audible. Inuyasha sonrió y acercó sus labios a los suyos.

.Claro que si... y... ¿tu?.. ¿Me amas?

.Si... si... - Murmuró nerviosamente, abrazándose a él y sintiendo la lengua que exploraba con ímpetu en su boca. La rodeó con sus brazos por la cintura y rodaron por la pequeña cama.

Quiero amarte hoy

Quiero amarte hoy

Por si no hay mañana

Quiero amarte hoy

Yo quiero amarte hoy

Por si no hay mañana

Dormitaban un poco abrazados el uno al otro, cuando Inuyasha abrió los ojos enormemente mientras se incorporaba en la cama. El motor de un vehículo que se detenía lo hizo salir de un brinco y salir de ella y mientras se vestía Kagome abrió los ojos mirándolo preocupada.

.Es Sesshoumaru- Murmuró el chico mientras se colocaba la polera. Kagome salió también de un brinco comenzándose a vestir con rapidez. Una vez lista palideció y miró a Inuyasha que se abrochaba los botones de la chaqueta.

.Mi mochila... esta en la cocina...

Él la miró asustado también y asintió. Salió de la alcoba encontrándose justo con el hermano mayor que caminaba por el pasillo.

.Ah, Inuyasha.

.Hola- Respondió sin decir más, caminando rápidamente hasta al cocina y tomando la mochila corrió hasta su dormitorio no sin antes mirar que Sesshoumaru ya se encontrara en su habitación.

.Ven, salgamos por aquí- Dijo tomándola de una mano y abriendo la ventana se encumbró en ella ayudando a la chica a que la atravesara y riendo como dos niños salieron al fin de la alcoba.

.Dile a tu mamá que estabas estudiando. - Dijo el chico cuando llegaron a la casa. Kagome sonrió divertida.

.Sí.. le diré lo nuevo que he aprendido hoy...

Ambos sonrieron y entonces, aprovechando la semi oscuridad del lugar, tomó su nuca con delicadeza, despidiéndose por ahora, por esta noche, con un beso en que agradecía lo que habían compartido, por haberle dejado ser el primero, por haberle hecho feliz.

.¿Hermana?

Ambos abrieron los ojos asustados y se separaron de inmediato. Inuyasha no se atrevió a voltear y Kagome ladeó un poco el rostro para ver la cara de Souta un par de pasos más allá, que los miraba confundido.

Continuará...


N/A: Perdón el retraso, es el término de semestre donde todos lo deberes se juntan y en mi cabeza sólo logra pensar en las cosas que debo cumplir... no sé como salió este cap. Ya saben que me gusta la música, la canción es de Luis Fonsi y se llama "Nada es para siempre".

Nos vemos.