Hola!!!! Siento haber tardado!!! Respondo los reviews (pocos... pero ya he llegado a los veinte!!! ) y el comentario del capítulo lo hago al final, vale?
Miina: woooo!! La meva nena s'ha llegit el capítol!! M'alegro molt de que t'hagi agradat!!! I lo del ron... ejem... bé, ja saps que en els meus fics no té la costum d'acabar molt bé... pero no ho sé, eh?? Encara li buscaré una novieta... xDD
Lyra: ola!! Ja sé que la majoria de gent ajunta al pottercillo amb la ginny, però es que em van amenaçar amb treure'm els ulls si u feia!! Jajjaajaja no, pero de tota manera ja havia pensat en fer aquesta parella. A mi magrada!! Jejej (soc rara, ho sé, mu dius cada dia xD)
Lanier: aajjajajajajjaja!! Me alegro de que me hayas dicho "que se joda Ron", pk entonces significa que puedo explotarle al máximo xDDDDD!! Y me alegro de que te haya gustado que pusiera a Luna!!! Es que lo estuve pensando, y creo que es su mejor opción! Eejjeje pobrecito Harry tambien... xD y Draco... aish!! Mi draco!!!!!!!!! Ya veremos que hago con él... ya veremos...
Nadir-blue: Hola!!! Qué bien que te esté gustando... Sigue leyendo y... por favor... deja un review.... anda... que no cuesta nada.... :P
Capítulo 6: Whisky de fuego
- ¡¡SOY LIBRE!!- gritó eufórica Ginny, cuando entró a la Sala Común, dejando la mochila al lado de Hermione.- Ya está: no más Pociones, no más Snape, no más horas congelándome en la mazmorra! Ni tampoco aburridísimas horas con Binns, ni McGonagall, ni nada!! ¡¡Vacacioneeeees!!
- ¿No tienes deberes?- preguntó Hermione, hojeando el libro de peinados de Luna.
- ¡¡HERMIONE!! Con lo feliz que era yo!! ¡Argh! –dijo la pelirroja, sentándose y cogiendo una pluma de su mochila. Se la llevó a la boca y empezó a chupar la punta, con lo que Hermione intuyó que era de caramelo.- Haré los deberes el último día. Decidido: voy a pasar unas vacaciones a lo muggle. Nada de magia.- afirmó Ginny, comiéndose la pluma, pero al girar la cabeza pudo ver a Charles Pierre, un moreno de su clase.- Bueno... tal vez utilice algún truquillo...- añadió, sonriendo. Se puso en pie de un salto, se apuntó a sí misma, y se le rehicieron las dos trenzas, que ya estaban en pésimo estado. Dejó la varita allí y se fue hacia su presa, guiñándole un ojo a Hermione. En ese momento llegó Harry, corriendo.
- ¡¡Me ha dicho que sí!! ¡¡Mañana irá conmigo a Hogsmeade!!- sonrió, aún sonrojado.
oOo
El día siguiente, después de comer, los alumnos de Hogwarts podían ir a Hogsmeade, para comprar los regalos de Navidad, y al día siguiente irse a su casa (si querían, claro). Hermione tenía sus dudas sobre si ir al pueblo o no, puesto que Harry iría con Luna, y Ron había quedado con sus hermanos para ir a negociar con el encargado de Zonko, y a pesar de que le había pedido perdón a Hermione unas quince veces, no podía faltar.
Al final se decidió a ir, porque Crookshanks se había terminado toda la comida que le quedaba, y así aprovecharía para comprar el regalo de Ron, que aún no sabía que le daría por Navidad.
Estaba nevando, y hacía un viento frío algo desagradable, pero no por eso los alumnos dejaron de estar eufóricos por poder salir del castillo. Hermione fue directamente a la tienda de regalos, esperando encontrar algo para Ron, porque sino tendría que acabar regalándole algún libro o algo que tampoco le haría mucha gracia. Entró en la tienda, y no vio nada que le gustara, pero cuando iba a salir, disgustada, encontró el regalo: un tablero de ajedrez mágico, de cristal con unos dragones plateados que lo aguantaban a la mesa. Las figuras, también plateadas, paseaban por el tablero aburridas. Hermione se dirigió al dependiente, un muchacho bastante guapo a decir verdad, que la atendió muy amablemente.
Cuando ella le dijo que quería el tablero de ajedrez, él, en vez de ir a buscarlo, silbó fuertemente, y los dragones que servían de patas extendieron sus alas y fueron hacia él, volando. Hermione sonrió, satisfecha, y lo compró, mientras intercambiaba opiniones con el vendedor.
Salió de la tienda, contenta (sobretodo porque le mandaban el paquete a Hogwarts y no tendría que llevarlo cargando hasta allí) y se dirigió a la tienda de animales. Cuando iba a entrar, vio a Ron con otro chico, paseando por la calle. Estaba extraño, parecía nervioso. Ella corrió hacia allí y pudo ver (para su asombro) que iba con Terry Boot.
- ¡Ron! ¿Qué haces aquí? ¿No habías quedado con tus hermanos en Zonko?
- ¡Hola! No te había visto.- la saludó Ron, sonriendo y mirando la calle vacía.- Sí, ahora voy hacia allí... pero es que no... no habían llegado aún y estaba dando una vuelta...
- Ah... ¡Por cierto!- exclamó ella, mirando a Terry.- Mañana te devuelvo el libro de Pociones, eh? Es que ayer me quedé hasta tarde leyéndolo y esta mañana no me he acordado de llevártelo durante el desayuno...
- Oh, tranquila, no pasa nada, no tengo... deberes para después de vacaciones, puedes quedártelo si quieres hasta que volvamos a las clases.
Hermione abrió mucho los ojos.
- ¿En serio? Pero no dijiste que Snape os había cargado de trabajo?
- Sí... pero es que resulta que lo entendí mal.- sonrió el Ravenclaw.
- Ah, está bien. Bueno, voy a comprar comida para Crookshanks... nos vemos más tarde, eh Ron? Que vaya bien con los gemelos...
Media hora más tarde entró a las Tres Escobas, cargada con la bolsa de comida para gatos. Se sentó al lado de una ventana, sacando un libro del abrigo, pidió una cerveza de mantequilla y empezó a leer.
No sabría decir cuánto rato se pasó leyendo, sumergida en una novela que le envió su madre y que la tenía hipnotizada (N/A: "La Sombra del Viento", de Carlos Ruiz Zafón). Aprovechó el final de un capítulo para levantar la vista del libro y saborear su cerveza de mantequilla. Intentó mirar por la ventana pero estaba empañada, así que con una mano empezó a hacer garabatos en el vaho, sonriendo y recordando cuando era pequeña. Después de unos cuantos dibujitos, pasó la mano por encima, para ver el paisaje. Y ojalá no lo hubiese hecho: el paisaje consistía en el señor Draco Malfoy con una Slytherin cogida de la mano. Hermione no recordaba el nombre de la chica, pero era rubia y llevaba una capa azul y un gorro muggle de rallas.
- ¿Qué hace una slytherin con algo muggle?- se preguntó la leona, sin notar que apretaba bastante más de lo necesario el vaso de cerveza de mantequilla. Quería desviar la vista y seguir leyendo, pero continuó observando al rubio, que iba enfundado en una elegante capa negra. En ese momento, la chica tropezó y cayó al suelo, riendo, Draco se agachó para ayudarla a levantarse, y ella, una vez levantada, aprovechó que lo tenía cerca para besarle. El rubio pareció sorprenderse pero le siguió el juego.
- ¡¡¡SERÁ HIJA DE TROL!!!- gritó Hermione, levantándose. Los chicos de las mesas próximas se giraron y la miraron, así que volvió a sentarse, sin ser capaz de apartar la vista de la ventana. Pudo ver como Malfoy le sonreía y señalaba a la puerta de las Tres Escobas, seguramente se había quedado seco del beso y necesitaba beber algo.
Cuando les perdió de vista volvió a mirar el libro, pero se le habían pasado las ganas de leer, se levantó y fue a la barra a pagar, pero allí se encontró a los dos tortolitos. Dejó un galeón encima de la mesa, dando un fuerte golpe, y se fue tan rápido como le permitían las piernas.
Volvió al castillo con el primer carruaje que salió hacia allí. Iba sola, con el frío entrándole por la capa, congelándole el cuello y la cara. Le lloraban los ojos del viento helado, le costaba respirar porque se le congelaban las fosas nasales y notaba un dolor martilleante en la cabeza. Bajó del carruaje y echó a correr hacia el castillo. No había nadie por los jardines, y seguramente habría un par de alumnos en todo el colegio. Cayó de bruces contra el suelo, y empezó a llorar desconsoladamente. No sabía por qué lloraba, pero deseaba que alguien se agachase a recogerla, como había hecho Malfoy con la asquerosa serpiente. Pero allí no había nadie. Tuvo que levantarse sola, cuando el frío de la nieve debajo de su cuerpo no la dejaba respirar.
Llegó a su habitación empapada, de lágrimas y agua de la nieve, se quitó la ropa, se secó un poco y se echó en la cama, con tantas mantas encima como pudo hacer aparecer.
Durmió cerca de hora y media, y cuando se despertó ya se encontraba mucho mejor, y bajó a la Sala Común a seguir leyendo el magnífico libro. Cuando la gente empezó a volver al castillo tuvo que dejar la novela:
- ¡¡Hermione!! ¡¡Hermione!! –gritó un eufórico Harry. Sonreía lo máximo que le daba la cara, y se le veía tan feliz que la chica estuvo a punto de tirarle el libro a la cabeza. En realidad lo hubiera hecho si no hubiese sido tan bueno.
Harry se sentó, incapaz de explicar nada, pero volvió a levantarse: ¡no podía quedarse sentado! Empezó a pasear alrededor de Hermione, hasta que apareció Ron, quitándose capas de ropa como si fuera una cebolla. Se sentó, mirándo a Harry y suspiró.
- ¿Cómo ha ido?- preguntó Hermione.
- Mal. Jamás había visto a mis hermanos tan serios, ¡parecían empresarios de verdad! Pero Christopher Jerrinson se cree demasiado hombre como para negociar con muchachos que hasta hace un par de años compraban en su tienda.- explicó Ron.- Toda la tarde allí encerrados para nada...
- ¿Y qué hacías con Terry?
- ¿Con quién?-preguntó Ron, cerrando los ojos y apoyando la cabeza al sillón.
- ¿¿Tan tarde es??- exclamó Harry de pronto.- Venga, ¡corred! No podemos perder tiempo, ¡esta noche tenemos que ir a una fiesta!
- ¿QUÉ?- preguntaron Ron y Hermione al unísono.
- Oye Harry... ¿no le habrás dicho a Nick casi decapitado que irías a la fiesta de alguno de sus amigos....?- preguntó el pelirrojo, temiendo lo peor.
- ¡No! Es que Luna nos ha invitado a una fiesta en la sala común de Ravenclaw...
- Querrás decir que TE ha invitado.- señalizó Hermione estirando los labios como hacía McGonagall cuando algo no le parecía correcto.
- ¡Pero no puedo ir solo!- exclamó Harry, con cara de cordero degollado.
- Yo estoy muy cansado...-dijo Ron, estirando las piernas encima de una pequeña mesita. Sacó la varita e hizo aparecer un cojín debajo de sus pies.
- Ron, yo haría eso por ti, si la chica fuera Ravenclaw...- exigió el moreno, abriendo mucho los ojos, como si quisiera dar a entender algo más de lo que estaba diciendo. Ron suspiró.
- ¿A qué hora es?- preguntó, resignado.
- A las diez y media. Hermione, tu también vendrás, ¿no?
- No. Como nos pille Filch nos mata.- declaró la chica.
- ¡¡Oh, venga ya!! ¡Como si fuera la primera vez que salimos de la Sala Común después de las diez... Además, para algo existe una cosa llamada "capa invisible".
- Hermione, ¡no puedes dejarme solo con un montón de listos! Aunque ahora que lo pienso tú también eres lista... –pidió Ron.- Bueno, de todo modos tu eres mi amiga. ¡Por favor, no me harás ir solo!
- Está bieeeen....
- ¡Gracias! – exclamó el niño que vivió, corriendo hacia la escalera de las habitaciones.- Ah... y... arreglaros un poquito, ¡anda!
Después de cenar Hermione subió a su habitación, perezosa y sin ganas de "prepararse" para ir a la "gran fiesta de Navidad" que daban los listillos en su casa común. No sabía que ponerse, así que decidió acudir a Ginny, antes de que sus compañeras de habitación (que ya empezaban a lloriquear porque no se verían durante las vacaciones de Navidad) se enterasen de que tenía que ir a una fiesta y la convirtieran en el árbol adornado del Gran Comedor. Entró a la habitación de la pelirroja, y la encontró peinándose frente a un espejo.
- Hola, Ginny. Necesito tu ayuda. Esta noche iré a una fiesta y...
- ¿Tú también vas?- preguntó Ginny, sonriendo.- A mi me ha invitado Charles, que su mejor amigo es Ravenclaw... Oye... ¿no irás así, no?
- ¡Antes de que digas nada!-exclamó la castaña.- Voy por obligación así que no pienso arreglarme mucho.
- Está bien... está bien... venga, siéntate.
oOo
Iban los tres cubiertos con la capa invisible, con el mapa del merodeador en el bolsillo de Harry, y cuchicheando la dirección de la Sala Común Ravenclaw. Iban subiendo por la torre sur, y cuando Hermione ya temía estar casi tan alta como la torre de Astronomía, encontraron lo que Harry iba buscando: un cuadro pintado al fresco (sobre la pared) de los jardines del castillo. De hecho, al primer vistazo, a Ron y a Hermione les pareció que no había pared, que veían en serio los jardines, el Bosque Prohibido, la casita de Hagrid, etc; a plena luz de la luna casi llena, con las mismas nubes que en esos momentos cubrían el cielo estrellado. Harry salió de debajo la capa y se acercó a la pared.
- Vae Victis.- susurró el moreno, tocando el cuadro con la palma de la mano. El cuadro pareció convertirse en gelatina, y Harry les hizo una señal para que le siguieran, a través de la pared.
- ¿Qué significa vae victis?- preguntó Ron, antes de traspasar la pared.
- Es latín, creo que significa "Pobres los que pierdan", o algo parecido.- respondió Hermione.
- Muy típico de los Ravenclaw.
Entraron a la Sala Común y se sintieron deslumbrados por la cantidad de luz que había allí dentro. Parecía que estuviesen a plena luz del sol, como si fuera medio día, y les costó un poco poder ver la sala en la que se encontraban. Era una habitación redonda, enorme, solo con una mesa, donde había todas las bebidas, y algo para picar. Hermione pudo apreciar que las paredes estaban cubiertas con estanterías llenas de libros, y supo del cierto que de normal debía haber montones de mesas más.
En esos momentos sonaba una canción rítmica, y Hermione pudo ver que en el lado opuesto a la mesa de las bebidas habían situado un pequeño escenario, desde el que cantaban dos chicas, Hufflepuff, de quinto, creía. No lo hacían mal.
Había bastante gente, la inmensa mayoría Ravenclaw, a pesar de que también había algunos Hufflepuff, y ellos eran los únicos Gryffindors.
Harry desapareció casi al instante, arrastrado por una Luna Lovegood con un corte de pelo bastante atrevido y alocado, que iba más con su carácter que no el anterior, que le daba un toque romántico. Se quedaron Ron y ella, y él pareció incomodarse por algo.
- ¿Quieres beber algo?- le preguntó, por encima de la música.
- Está bien, te acompaño.
Se acercaron a la mesa, y pudieron contemplar que los anfitriones habían conseguido más cervezas de mantequilla de las que nunca fueron capaces de conseguir los gemelos Weasley. Además, también había otras bebidas sin nombre que Hermione prefirió omitir.
- Menos mal que en sexto no hay prefectos, porque me sentiría muy mal si lo fuese y no pudiese denunciar todo esto...
- Ya, pero no lo eres!- sonrió Ron, tendiéndole un vaso con un líquido rojizo. – Anda, toma... brindemos.
- ¿Qué es esto?
- Lo sabremos cuando lo probemos.- respondió el pelirrojo, sonriendo.
- ¡Oh, no! Ron, no voy a beber nada que no sepa lo que es! A mi dame una cerveza de mantequilla, que después pasan cosas raras y yo no quiero tener nada que ver con todas ésas...
- Hermione –le interrumpió el chico.- Piensa un poco, estamos en Ravenclaw, la casa de los listos, los que no se arriesgan, no les gusta el peligro, son fieles a las normas (excepto al organizar esta fiesta). Además, un día es un día. ¡Bebamos un poco, mujer!
Ese argumento, medio convenció a la chica que, antes de que se diera cuenta, ya tenía el líquido pasando por la garganta, dejándole una profunda sensación de quemazón. Empezó a toser, mirando a Ron.
- Whisky de fuego.-decidió él, mirando lo poco que le quedaba en el vaso.- Éste verano lo probé varias veces, con mis hermanos... – explicó, riendo.
- ¿Cómo puede gustarte esto?
- Un par de copas más y ya te habrás acostumbrado- sentenció el pelirrojo, llenándole el vaso de nuevo.
- ¡Que no, que no!
- ¡Hermione!- exclamó Terry Boot, apareciendo de repente.- ¡No sabía que este año vendrías! He visto por allí a una amiga tuya... tu hermana, Ron.
- ¿Ginny está aquí?- preguntó el pelirrojo, palideciendo de repente.
- Respira, Ron. Ei, Terry, ¿cómo habéis traído todo esto hasta aquí?- preguntó Hermione, señalando las bebidas.
- Querida... ¡bienvenida a Ravenclaw, la casa de los inteligentes!- rió el muchacho.- Bueno, tengo que irme, que Lisa me está esperando... Nos vemos más tarde, ¿eh? Ah, y acuérdate mañana de traerme el libro antes de que me vaya!
- ¿Qué?
- ¿Con quién ha venido Gin?- preguntó Ron, ya con su color normal de piel, a pesar de mirar con recelo a lo largo de la mesa de las bebidas alcohólicas.
- Con uno de su curso. No recuerdo como se llama, creo que Charles.
- Ése es un capullo.
- ¡¡Ron, pero si no sabes quien es!!-exclamó ella. El chico rió.
- Lo sé... pero tenía que decirlo. Lo estoy superando, ¿eh? Creo que dentro de un par de años o tres ya me habré acostumbrado a que Ginny tenga novio.
Pasaron un par de horas, más o menos, y Ron ya le había servido a Hermione tres whiskys de fuego más, y una cerveza de mantequilla (que la chica exigió a gritos), y ella empezaba a encontrarse mal: sentía como el alcohol le empezaba a subir a la cabeza, y decidió que ni por nada del mundo bebía otra copa, aunque la vida de Ron dependiera de ello. Se le había revuelto el estómago, pero temía por encima de todo dar un espectáculo allí en medio, así que procuró calmarse.
La luz de la sala había menguado notablemente, aunque seguía habiendo más de lo que a Hermione le parecía normal para una fiesta... se lo comentó a Ron, pero éste solo soltó un "¿Qué pasa, que los muggles hacen fiestas a oscuras?" al que la chica prefirió no responder.
- ¡Hermione!- gritó Ginny, acercándose a través de la multitud.- ¿Cómo va eso? No está mal la música, ¿eh? ¡La del año pasado era horrorosa!
- ¿La del año pasado? Ginny, pero si tu el año pasado no vinisites...- se extrañó Ron, aunque pareció comprender algo y abrió mucho la boca y los ojos para decir algo.
- ¡Necesito aire!- exclamó Hermione, sintiendo como todo empezaba a dar vueltas. Le dolía la cabeza, y Ron parecía a punto de un ataque de rabia.
- ¿No habéis ido a la terraza?- preguntó Ginny. Le respondieron que no sabían que hubiera, y ella les guió hasta una puerta grande, entre dos estanterías de libros, que daba a una increíble terraza que daba la vuelta a toda la torre.
Estaba casi toda llena de parejas morreándose, y Ron parecía más incómodo que nunca. A Hermione, por su parte, le extrañaba que no estuvieran por allí Harry y Luna, aunque seguramente eso era demasiado normal para ella.
Se sentaron donde pudieron, más tranquilos que dentro, donde la gente ya empezaba a ir "contentilla", y siguieron hablando de tonterías, aunque Hermione no hacía más que reír por todo, y se sentía estúpida por hacerlo. Era una sensación extraña, porque se lo estaba pasando genial hablando con Ron, al que se le contagiaba la risa, pero el mareo iba a más, lo que hacía que todo diera vueltas, y era profundamente desagradable.
Estuvieron un buen rato hablando (durante el cuál otro vaso llegó a sus manos sin saber cómo y "desapareció" su contenido), hasta un momento en el que Hermione se puso a hipar, empezaron a reír desesperadamente y luego se quedaron en silencio.
- Hermione... una pregunta... espero que mañana no te acuerdes de esto, pero... – dijo Ron, poniéndose colorado.- A ver... como lo diría yo... últimamente tu... quiero decir que yo... Hermione... ¿yo a ti...?
- ¡¡¡Me estoy meando!!!- gritó la chica, interrumpiéndole brutalmente, salió corriendo, riendo, hipando y tropezando por todas partes.
Entró a la Sala Común Ravenclaw y, por suerte, encontró a Ginny, que la llevó hasta el baño. Estuvo allí un buen rato, y cuando salió, después de mojarse la cara, vomitar, volver a mojarse la cara, y sentirse perdida durante un rato, decidió irse de allí: la música le martilleaba el cerebro, y notaba que si no dormía le rebentaría la cabeza.
Bajó toda la torre, sin pensar en capas invisibles, ni Señoras Norris, ni conserjes... pero no consiguió llegar a su destino: alguien había cambiado la Sala Común de Gryffindor de sitio, y ella no conseguía encontrarla por ninguna parte.
Al final, después de cerca de tres cuartos de hora buscando el camino, se sentó en una esquina y empezó a llorar, hasta que se quedó dormida allí mismo.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOMmmm... a ver... hola!! Jejeje... es que no sabía como empezar nnU.
Hago un pequeño comentario y os dejo en paz, ok?? Solo quería pediros que no me matéis... yo no quería hacer una fiesta... en serio!! Es que no me gusta, porque es muy típico de los fics poner la "Fiesta de Navidad", que no se me ofenda nadie, eh? Pero la fiesta de Navidad solo está en el cuarto libro, porque es típica del Torneo de los Tres Magos... Así que como no estoy haciendo ningún torneo no pensaba poner ninguna fiesta, pero por otra parte... ¡¡que no me hagan creer que chicos de 16/17 años con las hormonas alteradas no tienen ganas de fiesta!! Además tienen sitio donde hacerla, etc... no me creo que no las hagan .
Esa es mi excusa de poner la fiesta. Jejeje... espero que la aceptéis n.nU a parte de eso... Diría que no me dejo nada... solo que muchísimas gracias por leer mi fic, y por dejar review (jeje).
Un beso enorme, siento haber tardado tanto :P, intentaré colgar el siguiente más rapido!!!
Nindë Boot
