The Son's of the Father's Sins

Ryou Bakura.

El mundo no es un lugar feliz. Debería saberlo, pero de vez en cuando me dejo llevar por la ilusión y pretendo que lo es. Me miro todos los días y me pregunto que es lo que voy a cambiar. El mundo solo mejora con cambio y el cambio solo puede venir de las personas. Tengo un lado negativo que siempre responde 'nada cambiara para bien' y generalmente no lo hace. Pero el mundo –debe- cambiar, la gente no puede estar siempre sola, no puedes ser menos solitario a menos de que lo intentes. Mi amistad con Yuugi y sus amigos es prueba de ello. Puedo cambiar el mundo, aunque solo me afecte a mí.

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"¡Marica!" Alguien grito. El chico solo volteo con sus grandes ojos color chocolate. Sabía que aquella palabra significaba algo grosero, por que siempre se vean tan satisfechos cuando se la gritaban. No lo entendía, apenas se libraba de la burla para continuar con su vida. Otro chico se le acerco rápidamente y jalo su cabello blanco.

"Fenómeno" susurro el niño, jalando tan fuerte que le arranco algunos cabellos. Ryou sintió más lagrimas formarse en sus ojos. Esto solo causo más risas.

"Llorón" alguien más se burlo. Lloró más y algo extraño paso. Otra persona se acerco, pero no para burlarse de el, sino para defenderlo. Probablemente el chico más popular de la escuela, Kendi Ishida.

"¡Largo, todos ustedes!" Los regañó Kendi, los chicos se alejaron dirigiéndole miradas sucias a Ryou

"No les gusta tu cabello ¿Por que no te lo cortas?" Preguntó Kendi, sin mirar a Ryou. El solo se paso la mano por su largo cabello blanco. No a muchos les gustaba.

"Voy a cambiar el mundo, no a mi mismo" Contestó Ryou.

"¿Aunque eso signifique que te molesten?" Preguntó Kendi mirándolo de reojo.

"Voy a cambiar el mundo, " Repitió Ryou "no a mi mismo" Kendi sonrió.

"Si vas a hacer so, entonces tal vez debería enseñarte como hacer que no te cambien la cara con todos los golpes que re va a tomar."

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Kendi era... un amigo. Tal vez era más que un amigo, pro los dos éramos muy jóvenes para entender el concepto de gustarnos mas allá. Me enseñó a pelear y a defenderme. Me ayudo a hacer mi primer cambio...

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"Ten" Dijo Kendi orgulloso. Ambos buscaban entre los cachivaches después de la escuela. Ryou era.. no como se esperaba a primera vista, como el mismo Kendi había dicho alguna vez. El tímido adolescente era como un manantial. Listo y esperando. Kendi por otro lado, era muy sociable. Sus raros ojos de tigre atraían la atención de la gente, y se personalidad sin complejos los retenía a su lado.

"¿Que hay con el?" Ryou miro el periódico, no vio nada especial.

"Ahí, un concurso de poesía/historia corta. Puedes ganar mucho dinero aquí" Exclamo Kendi.

"¿Y...?"

"Tu escribes Ryou"

"De ninguna manera... la inscripción cuesta unos.. ¡Veinte dolares!" Ojos ámbar miraron a los café.

"Pensé que ibas a cambiar el mundo"

"Yo..."

"Lo imprimirán en los periódicos, ganaras dinero... apuesto que tu papa estará orgulloso" Kendi se arrepintió un poco al mencionar al siempre ausente padre de Ryou.

"Veinte dólares de inscripción. No tengo un trabajo, no entro" Contesto Ryou.

"Podemos mendigar un poco..."

"Kendi..."

"Anda Ryou, iniciemos nuestro Cambio"

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Gané. Papá empacó y nos mudamos al siguiente día. No volví a saber a Kendi, ahora es un gran cantante en América, venden algunos de sus discos en Japón. He oído que viene de tour de vez en cuando. Fue mi primer Cambio, no fue uno grande, pero son las pequeñas victorias las que te mantienen de pie en la soledad. He aprendido esto. Kendi tiene una oportunidad de cambiar el mundo. Lo he visto haciéndolo poco a poco, la prensa lo molesta por ello.

Me rendí con el mundo por un rato, pero encontré algo más. Cambiar a la gente.

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El miedo es algo poderoso. Lo vio por primera vez en una pequeña niña en la escuela primaria cerca de su nueva casa. Estaba asustada. Algo dentro de el se movió. Cambiar el mundo... ¿Cambiar a la gente en el mundo no cuenta?

"Oye" dijo Ryou, la niña se hizo hacia atrás.

"..." sus labios estaban abiertos, pero no hablo.

"¿Estas bien?"

"..."

"Kira no habla" Un chico, su hermano creyó Ryou, dijo suavemente. El también estaba sentado en los escalones.

"¿Les importa si me siento?" Ambos niños negaron con la cabeza. Algo inidentificable brillo en los ojos del chico. Ryou era una persona callada, pero veía cosas, observaba a las personas y conocía las emociones muy bien.

"Se burlan de ella" El chico, Rei, dijo finalmente. En la última semana Ryou iba a la escuela y hablaba con ellos, a veces los ayudaba en sus estudios. Kira aun no hablaba. Rei parecía entender un poco más a su hermano, pero no decía nada a menos que fuera necesario.

"¿Por que?"

"Por que somos konketsu, el segundo matrimonio de papá"

"Yo no soy de Japón" dijo Ryou simplemente.

"¿Y no te molestan?" Con toda la inocencia de un niño... Ryou pensó con una pequeña sonrisa.

"¿Por ser extranjero? Todo el tiempo, pero lo que importa es que se que voy a cambiar el mundo" Ryou se sonrojó un poco. A sus oídos le sonaba tonto y sueño/deseo de la infancia no era la cosa más elocuentemente dicha del mundo.

"¿Cambiar el mundo?" Dijo Kira por fin, dudando.

"Hacerlo mejor" explicó.

"¿Que hay de la gente que te molesta?"

"Me agrada como soy, ¿por que debería importarme?" preguntó, dando la respuesta más simple que pudo.

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Creo que sigo siendo un poco infantil, pero los años me han cambiado, me han hecho negativo. El mundo no puede cambiar... no así. Pero la gente que te importa puede ser mas honesta consigo misma. A veces solo necesitan un poco de ayuda. Ahora me encuentro queriendo encontrar el yo verdadero de la persona más admirable que he conocido...

"Ohayou" contestó.

"Me esperaste ¡Gracias!" Dijo Ryou con una leve sonrisa. Seto parpadeo...

Seto Kaiba.