Bogotá, Colombia (Lunes) 11 pm

Carlos salió de la discoteca en el norte de la ciudad. A pesar de no ser muy amigo de la vida nocturna, su casa estaba cerca de la zona donde había muchos sitios de entretenimiento. Se había graduado de su colegio hace un par de semanas y sus compañeros de clase lo invitaron a una fiesta de celebración especial.

- Vivo cerca. Iré. – había dicho hace dos semanas,

- Me impresionas. – dijo uno de sus amigos. – Siempre prefieres quedarte en casa molestando con ese computador tuyo.

- Bueno. Esta vez es especial. Así que iré. – respondió molesto.

Por supuesto, para sus amigos era muy temprano para irse a casa, pero Carlos se sentía cansado y simplemente quería llegar a casa.

- ¿Te vas tan rápido? – dijo uno sus compañeros. – ¿No tienes por aquí un verdadero amigo que haga que te quedes?

- No. Espero encontrar algún día uno. – dijo Carlos abriendo la puerta de enfrente.

- De acuerdo amigo. Vete entonces.

Caminó a lo largo del andén hacia el conjunto de apartamentos donde vivía; Justo a cinco cuadras. Por supuesto, en el pasado, los vecinos se habían quejado del ruido pero después hubo un acuerdo y todo estaba tranquilo.

A medida que caminaba, sentía que algo estaba detrás de él. Se volteó rápidamente; nadie estaba allí. Continuó caminado mientras miraba hacia atrás de vez en cuando. Se sentía observado.

Finalmente llegó a la puerta principal del conjunto. Atravesó la portería y al aproximarse a su edificio, sintió una corriente de aire por encima de él. Miró alrededor ansiosamente, como si alguien hubiera volado por encima de su cabeza.

"Debe ser los pocos tragos que tomé" pensó a medida que se aproximaba más a la entrada de su edificio.

Miró hacia arriba sorprendido cuando vio que la ventana a su cuarto estaba abierta.

"¿Como? Pensé que mi papá llegaría mas tarde. Me dijo que su avión llegaría a la 1 de la mañana. " pensó Carlos acercándose cada vez mas a la puerta de su casa.

Fernando Díaz, era un hombre de negocios. Tenia que viajar a diferentes ciudades capitales en el país con frecuencia, para negociar productos del campo desde semillas hasta tractores.

"Debí dejarla abierta cuando me fui" pensó mientras giraba la llave dentro de la cerradura para abrir la puerta.

Entró a la cocina y se sirvió un vaso de leche, y en un plato, sirvió algunas galletas con chips de chocolate que habían quedado.

" Mi comida favorita mientras envío correos electrónicos." – se dijo a sí mismo satisfecho.

Subió las escaleras y vio que la puerta a su cuarto estaba casi cerrada, por lo cual, la abrió utilizando sus codos.

Dio un grito soltando el plato y el vaso al piso cuando vio algo encima de su cama. Corrió al cuarto del lado que era de su hermano y sacó un bate de baseball. Despacio, caminó de regreso hacia su cuarto y trató de encender la luz principal, pero no funciono; el bombillo parecía haberse quemado.

Estaba muy oscuro, así que solo podía distinguir la figura de un animal encima de su cama. Estaba acurrucado, acicalándose él mismo. Era demasiado grande para ser un gato, pensó a medida que se aproximaba y luego se aclaró la garganta para llamar la atención de esa criatura. Pudo distinguir que ésta, giró la cabeza para mirarlo pero después regresó a lo que hacía. Carlos se acercó y trató de tocarle el hombro.

Con el contacto, la criatura se estremeció violentamente y como un rayo se metió debajo de la cama.

- Oye. Quien quiera que seas!!! Sal ahora!!!. – ordenó Carlos encendiendo la lámpara de mesa cerca del computador.

Carlos tragó saliva al ver una mano con garras afiladas agarrando el borde de su cama. Carlos no pudo evitar dar un brinco hacia atrás presionando la espalda contra su closet cuando pudo ver el rostro de la criatura con la tenue luz de su lámpara.

Su cabeza era redonda, con largas orejas que se angulaban 90 grados de manera que las puntas iban hacia atrás. Toda su piel era azul y escamosa y cerca de su boca que parecía la de un sapo, su piel cambiaba a un gris tenue. Sus ojos eran enormes con irises rojos y no tenía una nariz visible. En vez de eso tenía un pequeño cuerno de marfil que protruía hacia adelante justo encima de su labio superior en forma de V. Cerca de los extremos de su boca, Carlos vio colmillos que parecían filosos y peligrosos. Llamó la atención de Carlos que en la frente, la criatura tenia una marca en forma de V muy clara de color amarillento. Cerca de sus mejillas habían marcas similares.

Cuando la criatura se sentó de nuevo encima de la cama de Carlos, el pudo ver la forma de su cuerpo. Era esbelto como una lagartija. Sus pies parecían a los de los dinosaurios con garras de gran tamaño. En la parte media de la espalda, tenía una fila de pétreas laminas que se hacían mas pequeñas a medida que se llegaba a su cola que era tubular y terminaba en punta.

- ¿Qué demonios eres? – dijo Carlos impresionado.

La criatura no pareció importarle la reacción de Carlos. Seguía mirando fijamente al computador sobre el escritorio, en frente de la cama.

- Te ves inofensivo. – dijo Carlos después de unos segundos.

La criatura hizo un movimiento con su cabeza refiriéndose al computador.

- Quieres ver esto....? – dijo Carlos encendiéndola. – No ha funcionado bien en los últimos días..... Lo siento. Yo soy Carlos.... y tu eres.....?

El animal gruñó y saltó de la cama hasta el asiento enfrente de la pantalla del computador.

- ¡¡No hagas eso!!!! – dijo Carlos sobresaltado. – Me asustas. ¿Qué es lo que quieres?

La criatura puso su mano sobre la CPU y de repente la pantalla empezó a mostrar todos los programas en secuencia, uno tras otro, a gran velocidad.

- ¡Oye, Oye! ¿Qué estas haciendo? ¡¡Tengo información mía aquí.!!

El animal continuaba viendo la pantalla moviendo la cabeza de un lado a otro haciendo que los programas cambiaran continuamente de uno a otro.

"¿Qué es lo que hace?" se preguntó Carlos cuando escuchó un ruido en el primer piso.

- ¡Estoy en Casa! – canturreó la voz de un hombre en el primer piso.

- Diablos, Es mi papá. Quédate aquí!! – le ordenó al visitante que todavía estaba mirando fijamente la pantalla del computador.

Cerró la puerta de su habitación y bajó hasta el primer piso donde encontró a su padre bebiendo un vaso de jugo en el cocina.

- Hola. –dijo el padre saludando con una sonrisa. – Estas sudando. ¿Algo anda mal? – preguntó preocupado.

- No! No es nada. ¿Cómo te fue?

- Me fue bien creo.... – respondió tomando el ultimo sorbo de su jugo mirando a Carlos con el rabillo del ojo.

- Esa es una cara de travesura. –dijo el padre tras dejar el vaso en el lavaplatos para luego subir la escalera al segundo piso.

- No papá. Todo esta bien.

- Entonces ¿por qué la puerta de tu cuarto esta cerrada? – dijo empujando la puerta para abrirla.

- No espera!! – dijo Carlos tratando de evitar que su padre abriera la puerta.

- Oh no! Carlos recoge este reguero!!. – dijo el papá viendo trozos de galleta en el piso y leche derramada. Al asomarse, Carlos vio que el computador estaba apagado.

- Este bombillo esta quemado. Pondré uno nuevo mientras tu consigues un trapo para limpiar esto. Ve. – continuó diciendo el padre.

Confundido, Carlos trajo de la cocina un trapo para limpiar lo que se había derramado bajo el umbral de su puerta. El papá trajo un bombillo nuevo y reemplazo el anterior.

- Esta listo. –dijo indicándole a Carlos que encendiera la luz. La luz volvió.

- Ha sido un día duro y necesito dormir, así que no quiero que utilices ese computador. Ve a dormir.

- No lo haré. – dijo Carlos sin dudarlo.

- Entonces te veré mañana en la tarde cuando regrese, a menos que quieras venir a la oficina conmigo.

- No... para nada. Me iré a dormir.

Carlos regresó preocupado a su cuarto. No había señales de nadie mas.

"¿Acaso fue un sueño?" pensó mientras se ponía la pijama.


Japón, Lunes, 1 pm

- Todo esta fuera de control!!! – exclamó Rosa viendo a través de su visor de realidad virtual todo lo que sucedía en el ciberespacio.

- ¿Cual es la situación? – preguntó Yamaki.

- Lo proyectaré en el domo. – dijo Rosa tecleando comandos en su estación de mando.

Estaba sentada en una silla alta colocada sobre un aparato parecido a una grúa que estaba anclada al piso por medio de vigas de acero muy gruesas rodeado de muchos cables.

En el techo, una marca roja gigante en forma de mancha se había dividido.

- ¿Qué es lo que pasa? – pregunto Yamaki.

- Se mueve jefe. Se dividió en varias partes y estas se van en diferentes direcciones.

Los manchones mas pequeños de repente desaparecieron en frente del sorprendido Yamaki.

- ¿Qué pasó con los fragmentos? ¿Los puedes rastrear?!

- He localizado las direcciones IP donde fueron ubicadas por última vez. Corresponden a diferentes sitios geográficos. La actividad de la red regresa a la normalidad.

- Necesito que Chen descifre esa información. – gritó Yamaki mientras presionaba el botón del intercomunicador. – ¡Chen! ¿Algún progreso?

- Solo he podido leer parte del programa. Viéndolo como un todo, parece familiar.

- ¿Puedes saber quien lo escribió?

- No lo se aun. Necesito mas tiempo para analizar estos datos.

- De acuerdo. Mantenme informado. – exclamó Yamaki cortando la llamada.

- Que hacemos ahora jefe? – preguntó Rosa desde su puesto.

- Solo podemos esperar......