Carlos y Luis boqueaban como tratando de salir de un estado de shock. Lyle puso sus alas de regreso en su cuerpo colocándolas en su espalda y estas se adhirieron nuevamente como por arte de magia.
- ¿Están bien? – preguntó la niña bajando de la colina.
- Gracias a tu amigo lo estamos. – respondió Carlos.
- Su nombre es Lyle. El mío es Aurora.
- Yo soy Carlos. Y el es Luis. Dime. ¿Cómo llegaron hasta aquí?
- Un hombre llamó a mi casa y me dijo que un amigo de Lyle estaba en problemas cerca al aeropuerto. Lyle dijo que podía olfatear algo familiar y me guió hasta aquí.
- ¿Te dijo quien era? – preguntó Carlos sacudiéndose el polvo de la ropa.
- No. Pero si parecía saber que me había encontrado con Lyle ayer en la noche cuando regresaba de mi casa.
- ¿Cómo te encontraste con el?
- Lo encontré cerca de aquel sitio. – dijo ella señalando a lo lejos. – allí...
- Puedo ver una antena de comunicaciones. ¿Té dijo qué hacía aquí......?. – decía Carlos cuando el teléfono empezó a sonar nuevamente. ..... Carlos estaba furioso.
- Escúcheme bien...!!! Explíqueme ahora mismo porque estoy escapado de mi casa y un toro gigante quiso cortarme por la mitad!!!!
- Cálmese.... Parece que ellos los han localizado.
- ¿Quienes son "ellos"?
- Los científicos que quieren apoderarse de sus amigos. Parece que tienen algunas criaturas propias.
- ¿Qué tienen de importante estos animales para que nos quieran perseguir de esta forma.?
- Bueno, veras, ellos no son simplemente animales. Son un constructo de inteligencia artificial.
- ¿Cómo un Robot?
- Oh no, ellos son mucho mas que eso..... Imagina a alguien con las capacidades de un robot; su memoria, sus habilidades de calcular, su velocidad, mezclados con una forma de vida orgánica: un ABM.
- ¿Un ABM?
- Un Algoritmo Biológicamente mejorado. Poderosos como máquinas pero elásticos y móviles como una criatura orgánica.
- Bien. Eso responde la mitad de la pregunta. Ahora ¿Por qué estamos aquí?
- Como puedes deducirlo, estas criaturas no pertenecen a este mundo. Ellos accidentalmente entraron en el, y necesitan de su ayuda para regresar. El problema es que unos científicos pudieron detectar su presencia y ahora quieren atraparlos.
- ¿A donde vamos a parar con esto?
- Este camino tiene un final. Sus amigos han instalado un punto de encuentro para regresar a su mundo pero esta localizado mas al norte así que deben continuar.
- ¿Qué tan al norte es?
- Tienen que cruzar el mar hasta los Estados Unidos de América.
- ¿¿Que??!!!!!!!!! ¿No es suficiente que podamos tener problemas en este país? Ahora, ¿quieres que nos metamos en problemas con las autoridades de estados unidos?!!! Policía, guardia costera y quien sabe que mas.....?!!!
- ¡¡No hay opción!!! – gritó el hombre al otro lado de la línea interrumpiendo a Carlos. – Sus cuerpos están hechos de datos. Si no llegan al punto de encuentro sus datos en este mundo se degradaran hasta que se desintegren. ¿De verdad quieres eso?!!!!
- No. No creo. – respondió Carlos calmándose un poco. – Pero, ¿Cómo vamos a cruzar? – se preguntó Carlos y se le ocurrió algo. – ya se!. Porque no hacemos lo mismo que hicimos en mi país y nos escabullimos en un avión.
- No es posible. el aeropuerto ya debe estar vigilado por la policía. Además, pregunta a tus nuevos amigos otra razón para no ir en esa dirección.
- ¿De qué esta hablando?. – susurro Carlos a Aurora quien estaba cerca. Carlos había tapado la bocina con la mano.
- Otro de los nuestros esta perdido por aquí.... – dijo Lyle mirando vagamente hacia el cielo.
Carlos arrugo la frente con esta respuesta. Tomo un suspiro y continuo la conversación pero el sujeto había colgado.
- Bien.... – dijo Carlos al resto del grupo. – No podemos ir por aire. Supongo que tendremos que navegar, pero primero, necesitamos un transporte. Ustedes quédense aquí y ya regreso. – dijo Carlos alejándose caminando en dirección al aeropuerto.
Media hora mas tarde Carlos apareció por otro lado distinto.
- Síganme. – dijo señalando hacia la autopista de salida del aeropuerto.
Todos lo siguieron por un buen rato hasta que llegaron al borde de la autopista. Allí había un auto compacto amarillo.
- ¿Que tal? Lo alquile utilizando una tarjeta de crédito.
Alegres todos abordaron el vehículo. Aurora fue de gran ayuda porque podía orientar a Carlos por la ciudad.
El cielo estaba oscureciendo. Grandes nubarrones cubrían el cielo y amenazaban con una tormenta. Carlos encendió el radio.
- Y en noticias internacionales, en Asia las autoridades continúan en la búsqueda de un niño perdido en zona rural de indochina. Llama la atención de este caso que testigos en la zona aseguran que una criatura había raptado al niño. Uno de los destacamentos del ejercito chino colabora en la búsqueda.... seguiremos informando...... – con esto, Carlos apagó el radio.
"¿Será alguien como nosotros?" –pensó Carlos mientras estacionaba el auto cerca de la zona de muelles. Estaba desierto. El camino hacia la playa estaba cerrado y había banderines rojos por todas partes. Un letrero de advertencia estaba en el frente.
"Playa y desembarcadero cerrados por aviso de tormenta"
- Genial. – dijo Carlos apagando el motor del vehículo.
- Esta por allá.... –dijo Lyle mirando hacia la playa.
Todos descendieron del vehículo. A pesar de la leve llovizna, el viento era muy fuerte y se alcanzaba a ver en el mar grandes olas que podrían hundir al instante cualquier bote pequeño.
- Esperen aquí. – voy al baño. – dijo Carlos señalando la casa del embarcadero. – ¿Vienen?.
- Yo ya fui esta mañana. – dijo Aurora.
- ¿Baño? – se preguntaron Lyle y Luis entre si.
- ¿Como? No me digan que no necesitan.
- ¿Eliminar desechos? Si, pero ya hicimos eso en el auto.
- ¿Que?!!!!!! – exclamó Carlos corriendo de vuelta al auto alquilado. En el asiento trasero habían dos pequeñas tiras de color rosa enroscadas que no despedían mal olor.
- ¿Es todo?! – dijo Carlos recogiendo con una servilleta el pequeño desecho.
- Si. Creo que si ..... – dijo Luis apenado.
- ¡Qué práctico! – dijo sarcásticamente Carlos indicando a todos que caminaran hacia la playa.
Caminaron a lo largo de la playa. Estaba totalmente desierta.
- Me estabas contando como encontraste a Lyle..... – dijo Carlos dirigiendo la mirada a Aurora.
- Ah si.... te conté que lo encontré cerca de esa torre. Regresaba del mercado cuando escuche un quejido. Di la vuelta al callejón y lo encontré en el suelo. Estaba algo aturdido, así que decidí regresar a casa con el. Allí le pregunte que hacia el por ahí.
- ¿Qué te dijo?
- Que no recordaba nada. Solo un relámpago de luz y que se encontró en medio de todas esas maquinas dentro de la caseta de esa torre. Tenia deseos de tocarlo todo y cuando toco una de las computadoras sintió que su cuerpo se quemaba y quedo aturdido. Ya sabes el resto....
- No confío en el tipo del teléfono.
- Si.... lo note cuando hablabas con el -dijo la niña con una sonrisa en el rostro.
- Miren allí.... – dijo Lyle señalando a lo lejos.
Se veía a lo lejos un pequeño resplandor. A medida que se aproximaban Carlos se dio cuenta que era una fogata y al lado un campamento con una carpa.
- Esperen aquí. – ordenó Carlos.
Se acercó a inspeccionar. No había nadie. Miró en dirección al mar y vio a alguien sentado frente a éste muy cerca de donde golpeaban las olas. Carlos se acerco lentamente. Evidentemente era una persona de piel morena y cabello crespo quien estaba sentado contemplando el mar.
