Señala la frontera entre Canadá y Estados Unidos. – dijo Clara sin quitar los ojos de la carretera.
. Así que allí es donde vamos... a meternos en líos con otro país. – dijo Carlos con tono sarcástico.
¿No te parece emocionante! – exclamo Clara con excitación. – Además, se me acaba de ocurrir un plan...
¿Qué tienes en mente? – Pregunto Héctor quien había tenido que sentarse entre Hank y Luis en el asiento trasero para evitar que se pelearan por la ventana.
Hay una playa cerca al lago Ontario, mas o menos a 30 km de Rochester. Allí podemos hospedarnos en un sitio aislado cerca del lago mientras planeamos como cruzar las frontera.
¿Qué tan lejos estamos?
Bueno, estamos en el estado de Tenesee, o sea que mas o menos estamos a 12 horas de camino conduciendo.
Qué! – exclamo Héctor. – Es muy largo ese camino.
Podemos parar hoy a medianoche en algún sitio y continuar mañana.
Me parece bien. – dijo Carlos acomodándose en la silla del copiloto cerrando los ojos.
Clara continuó conduciendo pero no podía soportar el silencio que había. A veces escuchaba a Aurora gimotear.
No nos habíamos presentado formalmente. Yo soy Clara Smith.
Mucho gusto Clara, yo soy Héctor – respondió Héctor cálidamente.
No me contaron de donde vinieron... – dijo Clara echando un vistazo por el espejo retrovisor.
Bueno, todos vinimos desde Puerto Rico, volando sobre la espalda de Lyle.
¿Cómo¿Sobre la espalda de aquella ave que tiene tu amiga en brazos?
Si. Lo que pasa es que su tamaño era como 10 veces mas grande antes de que tu llegaras.
Guau¿Como será posible?
No lo se. Solo sé que creció cuando estábamos rodeados en la playa.
Ya veo... Debes quererlo mucho Aurora... – afirmo Clara con tono de voz compasivo mientras seguía mirando a la carretera.
Si...- respondía ella con la voz entrecortada.
No te preocupes. Estoy segura que se pondrá mejor.
Aurora se seco las lagrimas y se arreglo un poco su cabello rubio rizado sin dejar de masajear la nuca de Lyle con ternura.
¿O sea que tu conoces a Carlos? – preguntó Aurora con un poco mas de animo.
Si. Estudiamos en el mismo colegio en Bogot�, pero como mi padre es Estadounidense de nacimiento pudo pagarme mi carrera de administración en la universidad de Tenesee. Por eso estoy aquí.
¿ Y tuviste que conducir mucho para llegar hasta nosotros?
No fue mucho... quizás una hora.
Pasaron las horas y Aurora y Héctor le hablaron a Clara de todas las aventuras por las que habían pasado.
... O sea que esa pequeña criatura que te robaron antes de que saliéramos del bosque había advertido qué habría peligro.
Si. Pero después de ver la manera como Alba nos defendió, creo que no tendremos mas problemas. – añadió Aurora haciendo a Alba sonrojarse y prestar atención.
Ya es medianoche... – dijo Clara bostezando. – Allí hay un hotel de paso. – Creo que es mejor que ellos se queden refugiados en el auto.
Pero, no quiero abandonar a Lyle... –replicó Aurora.
Esta bien... Entonces, conseguiré una sábana del hotel para que puedas envolverlo y entrar conmigo. Los demás...¿podrán colaborar conservando la calma por la noche?
Si señora... – respondieron Hank y Luis al unísono haciendo que se sonrojaran de vergüenza.
De acuerdo. Entonces nos iremos en la mañana.
Y asi, tras despertar a Carlos se dirigieron a pedir una habitación. Carlos esperó alejado del sitio; quería evitar que su "ojo morado´" llamara la atención y Aurora espero cerca del auto hasta que Clara trajera una sabana blanca.
Así, todos subieron a la habitación muy cansados. Una vez entraron, todos cayeron rendidos en sus camas, como si no hubieran dormido en años.
En el auto se quedaron Luis, Alba y Hank.
Luis estaba un poco molesto porque le tocó sentarse en el puesto del medio. Alba miraba atentamente por la ventana derecha hacia el anochecer.
Esto es aburrido... – dijo Hank. ¿Qué hacemos mientras tanto?
Nada por ahora... –respondió Alba desde la otra ventana.
Ya sé! – exclamo Luis de repente. – intentemos dormir como ellos a ver si se pasa el tiempo mas rápido.
Ah si... Y como hacemos eso? – respondió Hank mofándose de la afirmación.
Pues, simplemente cerremos los ojos, sin pensar en nada, y esperemos que pasa.
Me parece un buen plan... – murmuró Alba cerrando los ojos.
Los tres se quedaron inmóviles con los ojos cerrados y la mente en blanco. Al principio costó trabajo pero de pronto sus mentes se nublaron y perdieron la conciencia entrando en un profundo sueño.
De pronto se empezaron a ver imágenes y sentían que estaban allí..
Se podía ver un palacio hecho de cristales cilíndricos que confluían en las puntas hacia el cielo que era una bóveda azulosa muy brillante. Alrededor, cientos de animales de apariencia extraña miraban hacia el frente. Se escuchaba que al frente hablaba alguien,
"Esta era nuestra defensa contra los humanos" –decía la voz en tono muy fuerte, luego saltó a otra imagen donde el que hablaba estaba mas cerca, pero no se podía distinguir su rostro o apariencia.
"Esta misión se les encomienda a ustedes porque son los mejores"- tronó la voz. Luego, las imágenes empezaron a cambiar a gran velocidad hasta que de pronto se veía una imagen de un remolino en su interior. En el fondo había relámpagos de electricidad y se percibía que era una caída al vació impresionante.
Finalmente sintieron que caían a gran velocidad, estrepitosamente a estrellarse contra el suelo y de pronto se vio un relámpago blanco.
Luis abrió los ojos repentinamente. Estaba sudando y respiraba con dificultad.
"Qué sensación tan desagradable" pensó mirando alrededor viendo que ya había amanecido.
Pero, lo que mas le impresiono es que se dio cuenta que algo le sostenía el brazo derecho con fuerza. Miró hacia el lado y vio a Alba sujetándose con mucha fuerza del brazo, retorciéndose aun con los ojos cerrados hasta que finalmente y de sobresalto despertó con un fuerte maullido. Hank se había caído del asiento hacia delante cuando despertó.
Alba se recompuso y cuando se dio cuenta de su posición gruñó y empujó a Luis con fuerza alejándolo de ella.
Oye¿Qué te pasa! – protesto Luis.
Lo siento... – respondió Alba sonrojándose. –Es que vi algo espantoso y de pronto me desperté así.
Yo también lo vi. – dijo Hank trepando nuevamente al asiento. ¿ Qué demonios fue eso?
Debió ser un sueño. Clara me habló de ellos.
Bueno... Ya estamos bien. – dijo Luis suspirando de alivio.
En ese momento las puertas del vehículo se abrieron. Carlos, Aurora, Clara y Héctor habían regresado. Aurora todavía sostenía a Lyle en sus brazos.
¿No ha mejorado? –preguntó Luis sosteniéndose del apoyacabezas del asiento del copiloto para asomarse.
No. Sigue igual... – suspiro Clara subiéndose al asiento del conductor.
Tenemos que seguir. – continuo Carlos cerrando la puerta del lado del copiloto.
Esperaron a que Héctor y Aurora subieran y así continuaron el viaje hacia el norte.
