Como! – exclamó Carlos. – ¿O sea que tu sabias de sus planes?

No. Yo me separé de ellos cuando no estuve de acuerdo en que el poder era la única forma de mejorar nuestra programación. Me gustaba mas como vivían los otros Digimon; En paz y aprendiendo del entorno hasta que empezó todo este embrollo.

Yo quiero explicar... – interrumpió Biyomon. Henry y Daisy prestaron atención con fascinación. – Nuestro mundo al principio era muy pequeño y a medida que creció mas de nosotros iban apareciendo. Pero algunos no tenían una forma de procesar datos igual a los otros. Así que se formaron dos grupos. El primero era de Digimon grandes, fuertes, capaces de inimaginable destrucción, pero después, aparecimos nosotros, mas pequeños pero mas inteligentes. No deseábamos destruir sino utilizar nuestros sentidos para aprender. Los primeros Digimon se hicieron llamar Digimon bestias. Ellos construyeron un palacio donde se aislaron y jamás se volvió a saber de ellos. Hasta que todo este problema comenzó.

¿O sea que ninguno aquí estaba enterado de lo que venia a buscar en este mundo? – dijo Henry de repente.

Espera... no me interrumpas. – dijo Biyomon. – Bueno, fue un día cuando vimos que sobre el palacio de ellos apareció una gigantesca esfera de luz que después explotó y lanzó destellos fugaces por el cielo. Después de eso, nos pareció increíble que abrieran las puertas de su palacio y que uno de ellos venia a hablar con nosotros; ellos jamás habían hablado con nosotros. Se trataba de Cloakmon. Dijo que tenía que pedirnos un gran favor. Dijo que unos seres de otro mundo estaban planeando invadir el nuestro por sorpresa y que estaban fabricando un mecanismo de defensa. Pero que al ponerlo a prueba se desintegró en varias partes que habían caído en el limite de nuestro mundo. Como Gatomon compartía algunas de sus convicciones se ofreció para salir en busca de los fragmentos. Yo me ofrecí porque no confiaba en ese sujeto.

Yo me uní porque estaba convencido que esa raza invasora seria una amenaza. – dijo Agumon quien estaba distante del grupo.

Yo me uní porque quería proteger mi mundo y ayudar a Agumón si fuera necesario. – dijo Veemon.

¿Y Lyle y Hank? – preguntó Aurora.

Hawkmon y Gomamon fueron escogidos al azar. Los Digimon bestia tenían la idea exacta de cuantos fragmentos se debían recuperar.

¿Qué pasó luego? – pregunto Carlos.

Nos llevaron a su palacio de cristal y nos formaron en fila como un ejercito frente a una mesa. Sobre ella habían unos discos pequeños de color gris. Cloakmon entró y nos felicito por ser escogidos. Asignó a Veemon como comandante de la misión y nos dijo que cada uno de nosotros debía ingerir un disco de aquellos.

Biyomon cerró los ojos y recordó ese momento

¿Qué es esto? – preguntó Biyomon tomando uno de los pequeños discos lisos de color gris.

Es un algoritmo rastreador. – respondió Cloakmon. – Nos permitirá rastrear la posición de ustedes cuando estén en ese lugar. Si se pierden los recuperaremos enseguida.

Biyomon abrió los ojos regresando al presente.

Todos tomaron su pastilla rastreadora. Yo no quise tomarme la mía porque aun todo eso me parecía sospechoso.

Yo no me comí la mía porque no me pareció que fuera necesario. – dijo Agumon a lo lejos.

Veemon, Hawkmon y Gatomon se miraron consternados entre si.

Nosotros nos tomamos esa cosa inmediatamente. Yo no quería perderme... – dijo Luis.

Un momento! – interrumpió Henry. – Eso explica porque se perdieron ustedes y porque perdieron la memoria! Ahora todo tiene sentido!

¿Cómo? – preguntó Carlos.

Ellos diseñaron el algoritmo rastreador basado en su propia programación. Creyeron que funcionaria igual con ustedes, pero ustedes son diferentes, siempre lo han sido! Dime Biyomon, en alguna parte recuerdas que haya habido algún campo lleno de electricidad.

Si. Cuando llegamos al limite de nuestro mundo teníamos que saltar sobre una zona que estaba llena de relámpagos y truenos.

Un campo electromagnético! – exclamó Henry. – El algoritmo rastreador no se integro bien en la programación de ustedes y cuando entraron en el campo sus instrucciones de memoria se confundieron y por eso perdieron la memoria. Además, por la misma razón los digimon bestias no pudieron rastrear su posición después. Por eso mandaron a ese maldito a engañarme para que yo les ayudara a rastrearlos.

¿Pero por que nos ayudo a escapar? – preguntó Héctor.

Porque, si el servicio secreto se apoderaba de ellos, el plan seria develado, o seria muy difícil apoderarse de los fragmentos del programa. – dijo Yamaki entre dientes.

Sin mencionar que ustedes los disecarían como sapos! –exclamo Carlos enfadado.

Esperen, esperen! No peleen. – pidió Daisy. – Recuerden que ahora tenemos que trabajar juntos si queremos detenerlos.

Pero espera! – interrumpió Clara. – ¿Por que Alba perdió la memoria si ella era uno de ellos?

Porque cuando decidí no ser parte de su grupo me pidieron que renunciara al objeto de poder que me identificaba como parte ellos. Les entregue un anillo dorado que tenia integrado a la cola y me permitía mejorar mis capacidades de combate. –explicó Gatomon débilmente.

¿Y Tentomon como termino metido en esto? – preguntó Robert.

A eso voy... – dijo Biyomon. – Así que, después de eso nos embarcamos inmediatamente hacia el limite de nuestro mundo a bordo de MetalSeadramon. Tentomon no confiaba tampoco en Cloakmon así que nos siguió en secreto. Yo tampoco confiaba, de modo que cuando estábamos sobre Metalseadramon me senté cerca de donde estaban Cloakmon y sus guardaespaldas. Cuando ya estábamos lejos escuche una conversación entre ellos. – Biyomon cerró los ojos nuevamente para recordar mejor.

Surcando el cielo gris en dirección a una montaña estaba volando Metalseadramon.

Oye, Cloakmon. ¿Crees que esto sea un buen plan¿Qué tal que se desintegren?– preguntó Mummymon.

Por supuesto que es un buen plan. Si algo malo pasa no se perderá gran cosa.

Pero. ¿Y si esas sabandijas nos traicionan...?

No creo. Ellos están muy convencidos. Ahora, deja de hacer preguntas! O es que quieres ir tu!

No. no creo que quiera. – susurro Mummymon riendo levemente.

Biyomon volvió al presente.

Yo estaba muy asustada porque era la primera vez que unos digimon se atrevían a ir hasta el limite.

O sea que ustedes fueron sujetos de prueba. – concluyó Henry.

�¡Por que no nos avisaste! – gruñó Agumon muy enfadado a lo lejos apoyado contra una de las vigas del fuselaje del helicóptero.

¡Quería hacerlo! pero pensé que si lo hacia ellos simplemente nos matarían en ese mismo lugar. Así que pensé que lo mejor era esperar y confiar en que sobreviviríamos y que yo del otro lado les advertiría del peligro. Pero nunca pensé que nos dispersáramos de esa forma.

Pero. ¿Por qué resultaste congelada con tu amigo? – pregunto Robert.

Ah si. Después de que salte y vi muchos destellos frente a mi. Me encontré frente a unas máquinas enormes que decían "Peligro, alto voltaje" Allí estaba la terminal de la que yo necesitaba extraer el fragmento. Había sobrevivido, pero me asustaba la posibilidad que cloakmon supiera de mi posición así que decidí tomar la información. En el momento en que toqué la terminal apareció Tentomon quien me había seguido. Desafortunadamente cuando apareció se enredó en una de las líneas y lanzó una descarga. Los dos quedamos muy aturdidos y lo ultimo que recuerdo es que camine hacia el exterior y me desplomé tras unos minutos.

Esperen! – Daisy interrumpió viendo la pantalla de su laptop.


DATABASE TRACKING PROGRAM

CLOAK.mon

Distance: 9.988 km


Nos estamos aproximando……. – murmuro Daisy.

¿Qué hacemos? – preguntó Henry.

Opino que aterricemos cerca y tratemos de sorprender...ellos no saben que vamos tras ellos. – opinó Yamaki.

Me parece un buen plan. Tenemos que apoderarnos de esa máquina y de ese contenedor de datos. ¿Están todos listos? – exclamó Henry mirando a los demás en la parte de atrás del helicóptero.

Todos asintieron con la cabeza. Estaban listos, pero sin duda, el miedo se sentía en el aire...