Avanzaron durante unos minutos hasta que llegaron un sitio lleno de altos arbustos que bloqueaban la visibilidad. Lentamente Henry y Yamaki se aproximaron y espiaron hacia el otro lado.
A lo lejos, en una explanada de nieve, estaban dos criaturas de pie vigilando el dispositivo en forma de anillos. Un poco mas lejos sobre una piedra había una pequeña jaula. Había otra criatura adentro.
Héctor decidió asomarse, y se asombró al ver quien estaba adentro. Era la criatura que le habían rapado de las manos en el bosque.
Parecía que Cloakmon no estaba en ninguna parte. Daisy verificó con el computador y efectivamente confirmó que se estaba alejando.
¿Quienes son esos? – preguntó Carlos. – Reconozco al león gigante pero el otro...
Renamon decidió asomarse. Al ver quien estaba allí inmediatamente escondió la cabeza dentro de los arbustos y gruñó con desagrado.
Leomon...y...Ladydevimon... – murmuró gruñendo.
¿Que te pasa? – pregunto Yuki.
Esos dos son muy peligrosos... – dijo Renamon entre dientes.
¿Qué hacemos? – preguntó Daisy a Henry.
Tenemos que separarnos. Un grupo tendrá que atacar a esos dos y apoderarse de la máquina. Si alguien puede liberar al que esta allí dentro sería de gran ayuda. Otro grupo tendrá que escabullirse hasta ese halo de luz que se ve a unos metros de ellos.
¿Halo de luz? – pregunto Daisy.
Observa con atención. – dijo Henry señalando a lo lejos a un costado de los dos monstruos amenazadores. – Allí veo un destello.
¿Que ser�?
No lo se, pero apuesto que Cloakmon escapó en esa dirección con sus otros guardaespaldas.
Esta bien. ¿Quien atacará a esos dos?
Yo ire! – respondió Agumon. – Voy a castigarlos por humillarme alla atrás.
Yo voy contigo... – murmuró Palmon.
Yo también quiero arreglar cuentas! – dijo Gabumon en voz baja.
Voy a ayudarlos... –dijo Renamon.
Clara! Quédate aquí y espera a que el camino este libre para usar la máquina. –dijo Carlos.
Esta bien. Tengan cuidado. – respondió Clara agazapándose con Gatomon en brazos dentro de los arbustos.
Daisy, Yamaki quédense con ella. Yo voy a ir con los demás tras Cloakmon. – dijo Henry.
Los alcanzaremos mas tarde. – respondió Yamaki muy convencido.
De acuerdo. Suerte.
En la explanada vigilaban las dos criaturas. Leomon miraba en todas las direcciones.
¿Por qué tuvo que dejarnos aquí el señor Cloakmon? – divagaba el enfadado.
Relájate amigo... Tu sabes como es el... no confía en nadie ni nada... Nos dejo aquí para que nadie pasara a molestarlo. – dijo la extraña criatura que acompañaba a Leomon.
Tenia forma femenina y parecía una vampiresa. Todo su cuerpo estaba cubierto por un traje negro brillante ceñido al cuerpo con dibujos de calaveras en todas partes. Tras el antifaz negro tenia unos ojos rojos terroríficos. Sobre su espalda agitaba sus alas de murciélago gigantescas.
No entiendo porque no se llevo esa cosa con el... – gruñó Leomon.
No ves que eso estaba deteniendo a Metalseadramon...Cloakmon quería llegar con el contenedor hasta el amo Alphamon cuanto antes.
En fin... tendremos que esperar... – dijo Leomon con un suspiro. En ese momento una bola de fuego aterrizó sobre el.
Por unos milímetros la esquivó y sacó su espada poniéndose en guardia. Ladydevimon se puso alerta también.
A lo lejos la pequeña criatura en forma de dinosaurio empezó a disparar bolas de fuego sin cesar. Leomon y Ladydevimon estaban confundidos pero lograban esquivarlas todas con efectividad.
Mientras tanto la criatura dentro de la pequeña jaula, quien estaba triste y cabizbaja noto que una extremidad verdosa se acercaba a la jaula. Volteo la cabeza y vio de quien se trataba.
Palmon! – exclamó el con alegría.
Shhhhh... – dijo Palmon utilizando sus lianas para doblar los barrotes.
Hola Patamon... – saludó Gabumon cuando Patamon salió de la jaula.
Cielos! Todos están bien...pero... Tienen que darse prisa...!...
Ahora nos explicas. Primero hay que encargarse de ellos. – dijo Gabumon lanzándose al ataque.
En ese momento Leomon había logrado derribar a Agumon. Estaba a punto de clavarle su espada.
Espera! – dijo TJ interponiéndose en el camino.
¿Que! – dijo Leomon sorprendido. – ¿Tu lo proteges a el?
Si. No te atrevas a tocarlo.
Leomon dudo un segundo y en ese momento algo explotó en su espalda lanzándolo contra el suelo. Había sido Gabumon quien había lanzado una llamarada de color azul por la boca.
¿Que estas haciendo Leomon?. – gritaba Ladydevimon tratando de esquivar los golpes de Renamon. – Ayúdame!
Espera me encargo de estos dos renacuajos...- exclamó Leomon levantándose del suelo. Con un poderoso puñetazo impacto a los dos arrojándolos al suelo.
Daisy observaba la batalla de cerca. Verificaba el estado de cada uno en batalla con su portátil.
DATABASE STATUS
AGU.mon
GABU.mon
Oigan! Así están recibiendo mucho daño! – gritó Daisy desde los arbustos. – Háganlos cambiar!
TJ y Pablo escucharon la instrucción.
Bien, aquí vamos... – dijo TJ quien estaba a unos metros de donde estaba sucediendo la batalla. Presionó el botón...
DATABASE MODIFIER ACTIVATED
Upgrading database...
Done...
GREY.mon
GARURU.mon
Todos se quedaron boquiabiertos al ver que Agumon y Gabumon habían cambiado de forma. Agumon ahora era un dinosaurio enorme de 5 metros de altura. Tenia las mismas escamas naranjas y sobre su gigantesca cabeza había aparecido un yelmo con cuernos largos y angulados a cada extremo. Parte del yelmo cubría su cabeza como una vicera de una armadura.
Por su parte Gabumon ahora era un monstruo en forma de lobo. Todo blanco con rayas azules. Sus garras eran de color violeta.
"No puede ser..." – pensó Leomon. –"Estos dos cambiaron de forma en un instante. A mi me hubiera tomado semanas de entrenamiento para adquirir ese poder"
Agitó la cabeza en negación y regresó al ataque. Pero los dos nuevos monstruos eran impenetrables. Garurumon embistió con fuerza haciendo perder el balance de Leomon y Greymon arrojó una enorme bola de fuego que explotó y lanzó a Leomon a volar por los aires. Leomon se levantó aturdido.
De pronto, para sorpresa de todos este simplemente se sentó con las piernas cruzadas sin hacer ningún ruido.
¿Qué haces Leomon! –rugió muy enojada Ladydevimon quien tenia problemas controlando a Renamon quien había logrado sujetarla.
No pretendo pelear con alguien que tiene mas rectitud que yo! – gritó Leomon con los ojos cerrados en meditación.
Eres débil...! – acusó Ladydevimon.
Esta discusión distrajo a Renamon, lo cual aprovechó Ladydevimon. De su cuerpo se desprendieron miles de murciélagos negros que como una tromba lanzaron a Renamon por los aires.
Al volverse a poner de pie ya era tarde. Ladydevimon escapaba entre el vórtice de color azul levemente perceptible a la vista.
Greymon y Garurumon regresaron a la forma original. Enseguida todos se reagruparon junto con Palmon y Patamon.
Que bueno que llegaron! – Dijo Patamon utilizando sus pequeñas alas de murciélago para flotar en el aire. – Cloakmon recibió instrucciones de Alphamon para dirigirse al Valle del Olvido.
¿Valle del Olvido? – preguntaron todos los humanos allí presentes.
Espera. – interrumpió Clara. – Primero debemos curar a Gatomon.
Cielos! – exclamó Patamon. – Ella es del grupo de los ángeles como yo! Los demás se van a enfadar mucho. – Afortunadamente te traje esto. – dijo Patamon abriendo su pequeña mano. Tenia un aro de color dorado con varios símbolos tallados en el.
