Daisy vio nuevamente la pantalla de su portátil
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Warning: Port A disabled.
Port B still available
Proceed? Y/N
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Daisy pulso que si. Shibumi ya estaba cerca de un receptáculo en el borde del abismo. El objeto era muy pesado por lo cual Shibumi se movía con lentitud.
- Presiona el botón derecho y da una orden! – gritó Daisy.
Carlos tosía sin cesar y no le salía palabra. Todo parecía perdido pero tras intentarlo pronuncio lo primero que le vino a la cabeza. La definición que le dio Yamaki al cambio.
- Evoluciona... – dijo con la voz entrecortada.
El computador de Daisy mostraba---------------------------------
Voice command Recognized
VEE.mon
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Mode B available.
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- Grita mas fuerte! – exclamó Henry.
Carlos se lleno de fuerzas y gritó a todo pulmón:
-DIGIEVOLUCIONA!
El cuerpo de Veemon brilló y volvió a cambiar. Solo que esta vez su cuerpo se había estirado un poco y ya no se veía tan musculoso. Pero en cambio, sobre su cuerpo empezaron a parecer laminas de color fuego que se adherían a sus extremidades y finalmente apareció un Yelmo que le cubrió la cabeza parcialmente. En los extremos de sus brazos tenia dos terminaciones que parecían trampas metálicas.
Carlos se arrojó de para atrás al suelo y respiró con tranquilidad.
Daisy y Henry vieron en su computador.
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MODE B ACTIVATED
FLAMEDRA.mon
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Shibumi, al ver que Alphamon no había podido detener a este monstruo se apresuró a colocar el dispositivo en el receptáculo. Estaba casi dentro cuando las garras de Flamedramon lo detuvieron.
- Henry! Tus monstruos no van a detenerme! – gritó Shibumi forcejeando con Flamedramon.
En ese momento uno de los tentáculos de Alphamon se convirtió en una filosa y larga cuchilla. Esta se enterró atravesando la armadura de Flamedramon quien lanzó un rugido muy fuerte.
- Ha! Tu pierdes! – exclamó Shibumi lleno de felicidad.
- No... – murmuro Flamedramon débilmente. – Tu pierdes!
Flamedramon empujó con todas sus fuerzas hacía el abismo. Levantó los brazos de Shibumi hacia el cielo y en ese momento los tres perdieron el balance y cayeron al vacío.
Lo último que todo el mundo escucho de Shibumi y de Alphamon fue un grito.
- Mi programaaaaaaaaaaaaaaaaa!
Luego, hubo un silencio eterno.
Después todos corrieron hacia el borde. Carlos fue el que llego mas rápido.
-Veemon! Veemon! – gritaba sin cesar.
En ese momento llegó Palmon con Laika.
- Espera! Creo que esta en un borde! - dijo Palmon mirando hacia abajo y lanzando sus lianas hacia el vacío.
Todo el mundo espero impacientemente. Las lianas cada vez se recogían mas.
Finalmente algo cayó entre la nieve.
Era el. Pero estaba muy pálido y no despertaba. El ángel que había lanzado la flecha sobre Cloakmon aterrizó en ese momento y cambio a su forma original. Era Gatomon.
Se aproximó a donde estaba el y lo tomo en brazos.
- Espera... Yo voy a salvarte ahora... – dijo ella acercando sus labios a los de el pero era tarde. El cuerpo de Veemon se desvaneció en sus brazos desintegrándose en pequeñas partículas que se dispersaron por el cielo.
Daisy vio con lagrimas en los ojos la pantalla de su laptop.
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/DATABASE TRACKING PROGRAM
Searching...
VEE.mon
Not found!………..Database Deleted……..
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Carlos se tomó la cabeza con ambas manos y se derrumbó al suelo. Gatomon se miró las garras enguantadas sin poder creerlo. Luego, apoyó ambas sobre el terreno blanco como ella y empezó a llorar.
Todos los demás se miraban consternados. Los otros digimon no sabían como consolar a Gatomon.
Carlos miraba a lo profundo del cielo sin saber que sentir o que pensar. Su mente ahora era un papel en blanco.
Pasaron los minutos y Yamaki se aproximo a Carlos y lo tomó del hombro.
- Lo siento... pero... debemos regresar... – dijo pausado tratando de seleccionar las palabras correctas.
- ¿Por que tuvo que pasar esto...? – murmuró Carlos sintiendo calambres en todo el cuerpo.
- Sé que es duro... pero si no regresamos esa puerta se cerrara y no podremos volver. – dijo Yamaki apartándose un poco.
Así. Todos se fueron reincorporando. Caminaron de regreso por el trayecto por el que habían venido hasta que llegaron al punto donde habían encontrado el vórtice.
- Tienen que despedirse... – dijo lúgubremente Henry mirando a todas las personas que estaban allí.
Aurora no quería separarse de Hawkmon. Lloraba sujetándose a el.
- Espera...- dijo él acariciándole la frente con el reverso de su ala. – Estaremos bien... Ve a casa...
- No te olvidare Lyle.! – dijo Aurora abrazando a Hawkmon hasta estrujarlo. Pero luego se separo del el y lentamente caminó con Yamaki hasta el vórtice.
A parte estaba Héctor y Gomamon.
- Esto es terrible. Es muy triste... – dijo Héctor con la voz entrecortada.
- Quizá estemos mejor cuando nos volvamos a ver... – dijo Gomamon en un tono muy triste.
- Quizá... – respondió Héctor estrechando la aleta con largas uñas de su amigo y después caminó hacia el vórtice desapareciendo.
En otro lado estaba Robert despidiendo a Biyomon y Tentomon.
- Cuídense mucho... Espero que todos podamos sobreponernos a esto.
- Intentaremos lo mejor...Robert... – respondió Biyomon sin poder evitar soltar una lagrima y haciendo un gesto a Tentomon quien ya se había despedido. Desplegó sus alas y voló al horizonte. Tentomon voló tras ella.
"Que terrible es la ambición humana" – pensó Robert antes de retirarse por el vórtice.
Iori le hizo una reverencia a Armadillomon antes de retirarse.
- Gracias por acompañarme.. – dijo Armadillomon.
- Gracias por protegerme... – dijo Iori acariciando la cabeza de Armadillomon. – Espero verte algún dia otra vez...
- Digo lo mismo... pero por ahora... – respondió Armadillomon soltando un suspiro. – Debo acompañar a mis amigos.
- Por supuesto ve. – le dijo Iori alegremente dando una palmada en el caparazón de la criatura.
Iori entró al vórtice tras dar la vuelta. A pesar de la tristeza pudo sonreír un poco.
- No me gustan las despedidas. – balbuceó Palmon abrazando a Laika entre lagrimas.
- Tranquila. Todo mejorará
- Eso espero... que tengas buen viaje... – dijo Palmon separándose de Laika caminando hacia el lado opuesto.
- ...yo también te extrañaré... – murmuro Laika para si antes de entrar al vórtice.
Carlos estaba lleno de rabia y pesadumbrés. Todos los digimon lo abrazaron antes de que el mirando al cielo pasará por el vortice tras desearle suerte a todos. Solo pudo soltar unas cuantas palabras tristes antes de irse.
Pablo se despidió de Gabumon también.
- Suerte Gabumon... que te vaya bien.
- Oye...¿será que algún día veremos un partido de fútbol juntos?
- Quizá... – dijo Pablo lleno de esperanzas y despidiéndose agitando la mano cruzó el vortice.
TJ miro al piso hacia Agumon quien estaba cabizbajo.
- Esto fue muy triste... lo siento...pero debo irme.. Ojalá nos hubiéramos conocido en diferentes circunstancias. – dijo TJ dando la vuelta dirigiéndose al vórtice.
- Espera... – murmuró Agumon haciendo que TJ diera la vuelta.
- ¿Que dices?
- Yo... lo siento... los juzgue mal. Creo que los seres humanos son buenos después de todo. Ojalá hubiera sido tu amigo como todos los demás.
- Ten...- dijo TJ quitándose las gafas de aviador entregándoselas a Agumon.
- Pero...Estas deben ser muy valiosas para ti... – respondió Agumon.
- Tómalas como muestra de amistad. De pronto algún día nos veremos nuevamente y seremos amigos. Creo que esto me ha hecho reflexionar. Cambiaré de vida...
- ¡Hecho! – dijo Agumon estrechando con su larga garra la mano de TJ.
- No lo olvides! – gritó TJ al pasar por el vórtice.
- No lo olvidaré nunca! – respondió Agumon levantando la garra que tenia las gafas de aviador al cielo.
Clara estaba acurrucada cerca del vórtice. Estaba abrazada a Gatomon y no la quería soltar.
- Clara! Vámonos! – exclamó Yamaki. – Esto se va a cerrar.
- Pero ella no quiere separarse de mi! – dijo Clara con tono triste.
- Esta bien... envuélvela en tu abrigo y yo me inventaré algo... pero date prisa!
Y así, Clara cruzó por el vórtice con Gatomon, dejando atrás a un mundo llorando de tristeza.
