De pronto, el aparato volvió a sonar. Sonaba ahora con mas intensidad y con mas velocidad. En el centro de la pantalla del digivice apareció un punto azul que parpadeaba.
Continuaron caminando hasta que llegaron a un sitio en que el ruido se detuvo y la pantalla dejó de parpadear.
Carlos vio que frente a el había un huevo de mas 30 centímetros de alto de color azul claro con rayas ondulantes de color azul un poco mas oscuro.
Se acercó para inspeccionar mas de cerca y de pronto el huevo brillo por unos instantes.
Surgió de allí una criatura pequeña con piel totalmente azul excepto en el vientre. Sus ojos eran pequeños con irises rojos. Sus pequeñas orejas se angulaban levemente hacia atrás. Era una criatura pequeña que Carlos tomó en brazos.
- Quien eres? – pregunto Carlos viendo la pantalla del digivice.
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DEMIVEEMON
In training mode
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- No me reconoces? – preguntó la criatura levemente.
Carlos se sintió desesperanzado y apartó la mirada de la criatura.
- Tu no eres el... – dijo con un suspiro.
- Pero...Tu dijiste que había sido lo mas genial que habías conocido en tu vida y que no estabas enojado conmigo... – murmuró la criatura con voz lastimera. Luego dijo: - Somos uno...
Carlos se sorprendió al escuchar eso y volvió a mirar a esa criatura a los ojos.
- ¡Eres tu! – gritó saltando de alegría. En ese momento la criatura creció un poco y cambio a la forma que le era familiar a Carlos.
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VEEMON
Rookie mode
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Gatomon salto de jubilo y quería raptar a Veemon de los brazos de Carlos. Carlos lo abrazó con fuerza y miró alrededor.
- ¿Pero como es esto posible? – se preguntó Carlos en voz baja.
- Yo puedo explicarlo... – respondió un hombre detrás de los tres sorprendidos visitantes.
Todos miraron hacia atrás y vieron a alguien conocido.
- ¿Henry Wong! – dijeron todos al unísono.
Lo raro es que Henry Wong ya no estaba vestido de una forma común y corriente. Tenía puesta una larga túnica de color marrón y llevaba un cinturón con una hebilla que tenía grabada símbolos extraños.
- Usted! – dijo Carlos con una sonrisa en el rostro. – ¿Pero como?
- Verán, yo conocí a Shibumi cuando no había sido dominado por la codicia y la ambición. Era un hombre bueno con ideas muy nobles y brillantes. Recuerdo que cierto día bromeando me preguntó donde me gustaría que mis programas favoritos aparecieran. Yo le respondí: como si estuvieran vivos. Y luego el me dijo¿Cómo¿Como los bebes?... Te refieres a una guardería? dijo entre risas. Luego, tomó una servilleta e hizo el boceto de ese lugar...- explicó el señor Wong señalando los alrededores. -.Pero luego..., la codicia lo dominó. Ese fracaso en el proyecto lo llevó a socializarse con Alphamon quien desafortunadamente había quedado descarriado, y se envenenaron la mente entre si.
- ¿Que paso con Alphamon, con Cloakmon y con todos los demás? – preguntó Clara.
- Desafortunadamente ellos habían integrado partes importantes de sus bases de datos al programa que iba a transformar todo. Lo hicieron para poder absorberlo todo y ser los únicos beneficiados. Al desintegrarse el programa ellos se desintegraron con el. Lo único que quedó, y se disperso, era el algoritmo original que transformaba material orgánico en datos.
- ¿Que va a pasar con eso? – pregunto Carlos dejando a Veemon sobre el suelo.
- Es un programa muy peligroso. Decidí recuperar sus partes y encapsularlas individualmente en piedras enormes selladas. Fue lo único que pude hacer.
- Y ¿Qué paso con el valle del Olvido? – preguntó Clara.
- Es un mal recuerdo. Hice que varios Digimon fueran y sepultaran el lugar. Con ayuda de mi programación y la de Daisy moldeamos la nueva forma del sitio. Ahora se llama Montaña Espiral.
- ¿Y Daisy...? – preguntó Carlos algo avergonzado por preguntar tanto.
- Ella me esta asistiendo en crear programas ayudantes para mantener la vigilancia en este mundo. Serán programas de control. Yo decidí quedarme a vigilar de cerca como progresa este mundo... me siento responsable de lo que sucedió. – respondió Henry con un suspiro.
- ¿Que va a pasar con nosotros? – preguntó Carlos.
- Por el momento, capturé la anomalía que les permitió a ellos conectar este mundo con el nuestro y la disperse por diferentes servidores alrededor del mundo, afortunadamente y desafortunadamente no la pude disipar.
- ¿Pero eso que significa?
- Que por el momento ustedes tienen el acceso a este mundo con la modulación de sus digivice. Pero he decidido cambiar las rutinas de programación. No es bueno que los digimon confíen en cualquier humano, especialmente en los adultos.
- ¿Qué quiere decir? – preguntó Carlos temerosamente.
- No te preocupes... la transición tomará tiempo. Estoy seguro que llegará el día en que unos niños que conozcan a los digimon vivan en un mundo preparado para ellos.
- Pero... ¿Todavía pueden evolucionar? – pregunto Clara.
- Por supuesto. Pero he decidido que no sea tan arbitrario el proceso. Por tal razón ellos conservaran la modalidad A para autoprotección y la modalidad B voy a ocultarla en pequeños algoritmos en este mundo para que sean usados en caso de peligro. Los digimon de control decidirán cuando estos van a ser usados. Uno de ellos se llama Quinlongmon.
- ¿Crees que llegará el día en que Digimon y Humanos sean uno?
- Todavía falta mucho para eso. Pero cuando sea necesario estoy seguro que existirá el digivice perfecto para esa finalidad.
En ese momento, a lo lejos, vieron varias personas corriendo hacia ellos. Eran Aurora, Héctor, Iori, Pablo, Laika, Yuki, TJ y Robert. Los acompañaban sus respectivos digimon, quienes al ver a Veemon saltaron de alegría.
- Yo no lo he felicitado! – exclamó Gatomon abrazándolo con fuerza y besándolo en la boca. Veemon solo se dejo llevar y la abrazo tiernamente también.
Todos los humanos se saludaron y estaban muy felices de verse. Carlos y Clara al ver a sus compañeros Digimon se sonrojaron también. Y tomados de la mano se unieron a la celebración.
En medio de la algarabía Carlos giró la cabeza y miró con respeto a Henry Wong.
- No le pregunté... ¿Cómo se llama este sitio.?
- Se llama... La ciudad del inicio. – respondió Henry con las manos detrás de la espalda.
- Ha. Buen nombre Señor Wong. –dijo Carlos con una carcajada de felicidad.
- Sabes que... – dijo Henry haciendo una pausa. – Mejor Llámame...Gennai...
Y esa fue la historia de los primeros que conocieron aquel mundo que después se moldeo al que conocemos ahora, en el que sentimientos humanos y evolución son una sola cosa.
Por eso si crees, y tienes la imaginación suficiente harás que ellos digievolucionen!
Y recordarás que fue una historia épica que se convirtió en leyenda, la leyenda de los digimon!
(canción: Butterfly)
FIN
