Capítulo Tres:Ganando Terreno
Los rayos de la mañana comenzaron a iluminar con intensidad su rostro, implorándole que despertara. No tuvo más remedio que hacerle caso a las plegarias de su piel porque se mudara de lado. Abrió los ojos con pesadez, topándose con el reloj que daba las 9:15. Los volvió a cerrar con deleite, pero un dolor de cabeza le azotó la tranquilidad. Se sentó, estrechando su mano contra su frente para disipar el dolor, aunque no surgiera efecto y fue entonces que lo recordó. Hoy era el día de su casamiento.
Echó un vistazo a su contorno, la cama de su amigo estaba recogida. Un silencio lo desconcertó pero agradeció el mismo, porque sino su pena sería insoportable. Se dirigió al baño y se refrescó la cara. Apoyó sus manos en el lavabo y observó su reflejo en el espejo. Estaba hecho un desastre pero un pensamiento le alegró el día, se iba a casar con Hermione, su adorada Hermione.
La chica acababa de desayunar en su cuarto, para que Ron no la viera ni por accidente. La noche anterior subió al ático a hablar con Ginny que se encontraba escribiendo en un pergamino, algo que parecía importante. Estuvo nerviosa, contemplando la posibilidad de que la castaña hubiera leído parte de él, pero platicaron sobre lo ocurrido y quedaron para bien, la invitación de Cho sería revocada para que no asistiera a la boda.
-Hermione-Golpearon en la puerta suavemente, era Molly.
La chica se acomodó la bata y abrió un poco la puerta.
-¿Si?-Preguntó con timidez, y solo pudo recibir un abrazo de una madre toda llorosa .La empujó hacia el interior de la habitación y cerró la puerta a sus espaldas.
-Hija mía, hoy te casas-Suspiró ilusionada, tratando de que el llanto no le fuera un impedimento para hablarle. Le agarró la mano y se sentó en la cama.-Sé que tienes a tu madre para decirte esto pero hay algunas cosas de las que te tengo que orientar.
-Señora Molly-Quiso interrumpirle con suavidad pero ella hizo alardes con la mano y la instó a callarse.
-Desde ahora nada de Molly, simplemente mamá.-Sonrió con dulzura, ya controlando el llanto.-Te tengo que orientar sobre mi hijo, esta noche es muy ansiada por todos los novios.-Hermione se sentó, ya sabía el camino que tomaría la conversación pero no quería faltarle el respeto diciéndolo y sólo pudo aguardar silencio.-Y sé que ustedes dos no son la excepción-Le dio una sonrisa pícara y prosiguió-Mi Ronald es impaciente y puede llegar a perder la cordura si se le provoca, pero aunque ésas son cualidades que él poseía desde que lo tuve en mis brazos las ha sabido controlar.Ese cambio repentino me causó una gran sorpresa y fue poco tiempo el que me faltó para ver que fuístes tú quién lo había hecho cambiar. Quien le había devolvido una sonrisa a su rostro y le había hecho sentir la paz en su interior. Por eso no quiero que lo defraudes-Aplicó un tono más serio a sus palabras-y sobretodo que no le rompas el corazón. Un Weasley jamás olvida lo que le hacen y nunca le hagas dudar de ése amor que ambos comparten.-Hermione asintió, Molly abrió sus brazos y se recostó en el hombro de su hija y no pudo evitar seguir llorando.
-Amo a Ron con toda mi alma y no pienso quebrantar éste sentimiento mutuo…-Respiró hondo y sintió un alivio cuando dijo- mamá.
-Bueno, ya basta de lloriqueos-Se despegó y se secó las lágrimas que vagaban por su rostro.-Vamos a arreglarte-Disimuló una sonrisa y se levantó-¡A resaltar ésa hermosura!
La pelirroja se encontraba encargándose los últimos detalles de la boda. El lugar tenía que lucir perfecto, después de todo les costó mucho dinero conseguirlo. Irían a celebrar la unión en uno de los jardínes del Palacio Kensington, donde se encontraban dos finos lagos uno a cada extremo y en el medio ya estaban las sillas acomodadas. Un arco rodeado de rosas blancas aguardaba radiante para recibir a los novios cuando dijeran sus votos. Una fuente gigantesca ya estaba localizada cerca del arco, cuyos ángeles decorativos volaban gozosos esperando la llegada de los invitados.
Ginny todavía no se había vestido, para ser más específicos, se encontraba desarreglada probando que la comida estuviera en su punto. Faltaba sólo una hora para que los invitados tomaran lugar y ella se encontraba verificando que a el pastel de los enamorados le hubieran hechado la canela extra que había pedido Ron.
-Señorita, ¿dónde colocamos esto?-Preguntó el señor que traía los vinos con una caja en sus manos.
-Allá, debajo de ésa mesa-Señaló. A petición de los padres de Hermione la boda sería completamente muggle, ya que como ellos pagarían los gastos querían irse a la segura.
Estaba comenzando a sudar, el solo hecho de que dentro de poco tiempo tendría que caminar hacia el altar con Harry la ponía nerviosa. A sólo su hermano se le ocurría convencerlo de ser su padrino y a sólo su amiga, que ella fuera la madrina. Recostó sus palmas en la mesa de la comida y agachó su cabeza tratando de tranquilizarse.
-Señorita-Otra persona más interrumpiendo su búsqueda de calma.
-¿Qué?-Respondió de mala gana y sólo pudo escuchar una risita leve por parte de la persona.
-¿Dónde quiere que ponga éste ramo? ¿En sus manos ó en el zafacón?-No, no podía ser. Volteó con una sonrisa y se encontró con los ojos azules que tanto extrañaba. Sin responderle hizo caso a sus instintos y lo abrazó con gran euforia.
-Ushh,Brandon ¡cuánto te extrañé!-Murmuró con alivio sin soltarlo. El chico le devolvió el abrazo inmediatamente y la agarró firmemente soltando el ramo al suelo.
-Yo también hermosa-La soltó y le besó la frente.Tomó su cara en sus dos grandes palmas-Parece que pasastes muy malas noches en mi ausencia.
-Como ni tienes idea-Sonrió, el que él estuviera allí le resultaba de un inmenso conforte ante lo que tendría que soportar ésa y las venideras noches. Eso le hizo recordar de nuevo al moreno, ¿qué estaría haciendo? Decidió ignorar ése pensamiento y con la ayuda de Brandon siguió ultimando detalles.
Cerró el gabinete de la cocina y le dio varias vueltas al café con la cuchara. La Madriguera estaba silenciosa desde que los gemelos se fueron a recoger los anillos a la joyería junto a sus esposas, para que no cometieran equivocación. Ya se encontraba vestido, su pantalón negro y su camisa blanca de gabardina lo hacían lucir más guapo de lo usual. El pequeña chaleco ya estaba abotonado por completo en el pecho y la corbata gris planchada resaltaba los atributos de su cuello. Subió las escaleras, soplando de vez en cuando el café que llevaba en sus manos, las pisadas no se sentían gracias a los zapatos lustrosos que Arthur, pidió por catálogo para todos los varones de la familia. Escuchó los leves sonidos de alguien vomitando y con una sonrisa entró al cuarto de Ron. Se apoyó en el marco del baño y lo observó divertido.
-¿Qué miras?-Balbuceó algo molesto ante la cara de su amigo.
-A mi amigo, que por más que jura no beber alcohol termina haciéndolo-Rió, tendiéndole la taza de café.-Ya tiene aspirinas.
Ronald lo bebió de mala gana,odiaba que Harry tuviera la razón.
-Esa veela rosada me engañó, ese Bloodmary venía disfrazado con ron-Se quejó, buscando una excusa para salir ileso de las carcajadas del moreno.
-Sí como no,-Tornó sus ojos sin prestarle importancia y se dirigió a la perchera- Tienes quince minutos para arreglarte, la boda comienza en menos de una hora.
-No sé como no pusistes el despertador más temprano-Respondió estrésico, recogiendo las ropas del día anterior, lo menos que necesitaba era la voz de su madre regañándolo ése día.
-Es que lo puse-Actuó sorprendido-Pero como estabas tan decidido a dormir como los Picapiedras ajusté la hora para que no te dieras tanto puesto-El pelirrojo le dirigió una mirada furtiva y él solo pudo chasquear juguetón.
El pelirrojo se comenzó a quejar, pero el sonido de alguien llegando por la chimenea lo alarmó. Se deshizo de Ron tan rápido como pudo dejándolo acicalándose en el espejo, y con el pretexto de revisar que las maletas estuvieran ya en el carro, llegó a la sala. Debía ser Ginny, sí tenía que ser ella. Penalizándose por no controlar sus emociones la buscó por la cocina pero ni rastro de alguna persona.
Unas risitas se perdían por las escaleras y sin más se desplomó en el sofá. De seguro ése sería un día para no olvidar, y no sólo para sus amigos sino para él también. La casa comenzó a oscurecerse, Molly ya había cerrado las ventanas traseras y las distintas puertas de emergencia, siendo la sala y el vestíbulo las únicas áreas de la primera planta con luz propia.
Esa mañana se había levantado radiante, había ayudado a Arthur a arreglar los pasajes y los equipajes. También había salido a recoger a Percy y a Emily al hotel dónde se estaban hospedando, para dejarlos en el Palacio. Bill y Charlie lo habían llamado para informarle su paradero y que irían a llegar a pie, resultando un gran alivio para Harry que para ésos tiempos aún no se había vestido. No la había visto en todo el día y secretamente se moría porque llegara la hora de caminar junto a ella al altar, en calidad de padrinos por supuesto.
-Harry-Lo llamó Ron, que se estaba causando problemas por no saberse atar la corbata.
-Dime-Se levantó pensativo y tan pronto vió el problema lo arregló en dos segundos.
-Sabía atarla es sólo que se me olvidó el hechizo-Sonrió nervioso y Harry solo pudo tenderle la chaqueta y ponerse la de él.
-Vamos, no quieres hacer esperar a tu novia, ¿o sí?-Rieron y desaparecieron inmediatamente gracias a la red de los polvos flu, que abrieron por ése día una vía que interconectaba todas las chimeneas con el palacio.
Ya en el jardín habían llegado la mayoría de los invitados, Madam Pompfrey se encontraba dándole una palmada fuerte a Severus en la mano porque quería probar los bocados antes de tiempo. Draco y sus secuaces se encontraban en una esquina bebiendo copas de cidra ligera hablando de cosas pasajeras, y Albus Dumbledore se estaba alistando para ejercer el papel de sacerdote a petición de la familia Weasley que lo admiraban por ser su gran mentor.
Habían invitado a toda la gama de profesiones mágicas de altas y bajas sociedades, el Ministro de Magia había halado unas conecciones para que el evento fuera el más esperado del año debido a una petición de su mano derecha, Percy. Sólo unas doce invitaciones eran para los parientes muggles de Hermione que se sentían extrañados al ver a tanta gente con capas finas y ellos con trajes de fiesta. Al cabo de un rato todos los presentes tomaron asiento y la novia llegó en el carruaje.
Fue redirijida a la tienda que habían montado para arreglar todos los pequeños detalles. Molly se encontraba arreglando el velo a Hermione y Angelina acomodando la parte de atrás del vestido. Harry buscó con la mirada a su compañera de marcha y sólo pudo visualizar una melena rojiza ocultarse detrás de los arbustos y a un chico que no había visto antes salir de ellos. Receloso lo observó tomar asiento y fue a hablar con Ron. Mientras, la pelirroja entró a la carpa y se llevó gran sorpresa cuando su madre la miró con cara de pocos amigos.
-Ay Ginny, ¡que bueno que estás aquí!-Exclamó Hermione abrazándola.
-Querida no te muevas tanto, o arruinarás el vestido-Sugirió a su nueva "hija" pidiéndole con los ojos a Ginny,una disculpa.
-Mamá-Ella volteó la cara fingiendo no escuchar-No sé porqué te comportas así pero no me eches la culpa de querer un poco de independencia.-Las campanadas de las 11 sonaron-Ya es hora,-Besó en la mejilla a Hermione-Haz a mi hermano el hombre más feliz del mundo amiga-Salió, era el momento de comenzar la función.
Recorrió la vereda con facilidad, sus tacones haciéndole ver más alta y con una postura digna de su silueta. El vestido azul claro de seda que llevaba se ajustaba a sus curvas con gracilidad y su cabello suelto, con varias evillas de diamantes que ella misma había decorado, le daban un aire muy sofisticado. Cuando llegó al punto de partida hacia el altar se sorprendió por lo cambiado que se encontraba Harry, su pelo azabache por fin echado hacia atrás y sus ojos esmeralda resaltaban, como nunca antes al verla arrivar. Con timidez se acercó hasta tenerlo frente a frente y la canción de entrada los hizo despertar de sus pensamientos.
El ofreció su brazo con gentilidad y ella posó su mano en el con timidez. Caminaron con lentitud al compás de la música por la alfombra, Harry no podía despegar sus ojos de la pelirroja, su pelirroja. Ginny trataba de sonreirle a los invitados de su lado para despistarse de la presencia del moreno que aseguraba su mano cada vez más fuerte, más irresistible.
Agradeció el que ya se terminara el paseo y se fue rápidamente al lado derecho, esperando a su amiga y mirándolo varias veces de soslayo. Hermione caminó con su padre a su derecha, vestía un traje de sastre que le quedaba tirado y con un bocado de flores al final del traje. Su rostro no se veía, estaba tapado por el delicado velo que recorría desde sus cabellos hasta su cintura. Ron inspiró profundo ante las expectativas de que dentro de pocos minutos nada los podría separar, serían marido y mujer oficial.
-Henry Granger, ¿usted acepta a entregarle a éste hombre la mano de su hija en matrimonio?-Henry le dirigió una mirada de advertencia a Ron que lo hizo tambalear un poco,hasta que Harry le dio una suave palmada para que se calmara.
-Si,acepto-Besó las manos de su hija y le sonrió con sus ojos aguosos, y le pasó la mano derecha a Ron.
-Entonces damos inicio a ésta ceremonia.
La boda transcurrió normal, varios pañuelos empapados, muchos aplausos y grandes expresiones de alegría porque ya era la hora de la comida.Fred comenzó a perseguir a Angelina por entre los arbustos con un pedazo de tarta en su mano.
-¡No!-Gritó la mujer jovialmente,tratando de escaparse de las intenciones de su esposo. Su vestido no se vería bien si se lo embarraba tan temprano.
-Andale Angie, no sabes de lo que te estás perdiendo-La agarró juguetón por la cintura y ella en carcajadas intentaba soltarse.
-Dije que no Fred, yo sé por dónde tu vienes-Rió a carcajadas ante el golpe bajo que el pelirrojo utilizó,las el rostro hacia el otro lado y aún tratando de soltarse de los brazos de él.
-¿Yo?-Preguntó inocentemente-Yo vengo con todas las buenas intenciones del mundo, las de alimentar a mi esposa-Rió abrazándola por detrás y le secreteó algo en el oído, la rubia no pudo evitar ver a Alicia en una sonrisa de cómplice.Ella también le sonrió y se acercó más a George.
-Fred-Se volteó y lo miró risueña,Alicia hizo lo mismo.
-¿Qué sucede?-Preguntaron los gemelos a la misma vez,algo preocupados por el tono que sus esposas estaban usando.
-Tengo algo que decirte-Repitieron al unísono.Respiraron hondo y soltaron la noticia.
En cambio, Hermione y Ron no se habían separado desde que terminaron el postre. La castaña estaba llevando la cuenta de los besos que se estaban dando desde que sellaron su unión porque creía que todo era un sueño, y ya iba por doscientos veintitres.El pelirrojo por su parte, se sentía exactamente en una nube desde que su amada había declarado sus votos.Aún oía esas dulces palabras danzando en su cabeza…
"¿Por dónde empezar? Años atrás este hombre que a mi lado se encuentra era el más descuidado, impaciente y humoroso chico que había conocido en mi vida.Y ahora está aquí,compartiendo este momento,ésta unión de un mismo sentimiento.Me ha cambiado la vida en muchas formas que no podría ahora mismo nombrar,me abrió las puertas ante una magia desconocida para mí.Una magia que los dos sentimos y que nos hace crear milagros, enfrentar nuevos desafíos,el amor. Te prometo Ronald Weasley serte fiel, esperar los minutos que sean necesarios para enseñarte a utilizar la cafetera, acompañasrte a todos los juegos de Quidditch que vayas.Prometo consolarte en el caso que tu equipo pierda, ¡sí ya sé! Los Chudley Cannons ganarán ésta temporada,jaja, y sobretodo amarte,hasta el día el día de mi muerte."
Hermione sentía los besos suaves que Ron no paraba de depositarle en sus cabellos, se encontraba recostada de su pecho,siendo abrazada por ésa inmensa felicidad.Aún cuándo las palabras de Ron la disgustaron en algún momento, no podía penalizar sus palabras. Ese era el hombre que amaba y que por nada en el mundo quería cambiar…
"Ahora es mi turno, ¿no? Mi ratoncita de biblioteca, ¿qué cosa te puedo decir ya que no sepas?Fuístes la única niña que me hastió la paciencia, quién me corrigió, quién me enfadó, quién me comprendió.Me soportastes en mis arranques y estuve ciego hasta hace unos meses por no ver que eras la mujer de mi vida,la que me llena y la que me ama. Yo también te amo Hermione Granger y en esto no me retractaré…nunca."
-Niños, nosotros nos vamos ahora-Los sacó de sus pensamientos la voz de Arthur y de Molly que se estaba despidiendo de Harry.
-¿Ya?-Ronald se enderezó sorprendido, no habían pasado ni ocho horas y ya sus padres se estaban yendo de aniversario. ¿Tan desesperados se encontraban por quedarse solos?
-Si, lo lamentamos mucho querida-Molly besó a Hermione con prisa-Pero el avión parte en dos minutos.-Hermione ocultó su sorpresa, ya estaba bueno que uno se sorprendiera como para que se creara un caos.
-¿Están seguros? ¿No querrán pastel?-Ofreció para retenerlos un poco.
-No querida, no te preocupes por nosotros.Hoy hemos acumulado más de cuarenta mil calorías con los dulces que nos trajo Bill.
-Adiós querubines-Arthur agarró a Molly por la mano, porque sino la apresuraba su esposa se quedaría todo el día despidiéndose.-¡Ah!-Se acordó de un asunto muy importante y corrió ligeramente hasta dónde se encontraba Harry, cerrándole en su mano un papelito y con un guiño desapareció con su esposa.
Ronald y Hermione lo miraron con extrañeza, pero Harry sólo pudo devolverle la misma mirada.Guardó el recado en su bolsillo derecho,ya que se estaba oscureciendo demasiado y unos gritos de emoción capturaron su atención.
-¡No puede ser tanta felicidad!-Fred y George tomaron a sus esposas en el aire con una sonrisa de oreja a oreja.Serían padres en sólo ocho meses, eso sí que era una novedad.
-Fred bájame que me estás embarrando-Gritó risueña Angie, ya que su esposo estaba restregando el pedazo de tarta en su trasero.
-George,suave que eres capaz de soltarme-Ordenó Alicia, sin poder ocultar la alegría que estaba sintiendo.
-¿Cómo crees?Ahora sí que te voy a cuidar como nunca-La colocó en el suelo y la abrazó con fuerza-Ese campeón necesita más cuidados de los que su madre le ofrece.
-Oye-Recibió un regaño juguetón por parte de su esposa, que se estaba sintiendo algo olvidada,tan pronto.
-Mi Alicia, cómo vas a pensar que ésta belleza-Le sobó el vientre plano- podrá desviar el amor que siento por ti, lo que hace es incrementarlo.
-Ay George-Lo besó y Fred besó a Angelina, y Ron a su Hermione para no quedarse atrás. Harry pensó que sería buen momento para intentarlo con Ginny,así los Weasley's presentes iniciarían alguna clase de tradición.
Pero la pelirroja no estaba en todo aquello,se estaba ocupando de un asunto muy importante como lo era,encontrar a Emily.La pequeña se había escapado de los brazos de su padre, quién la dejó caminar un rato mientras iba un momento al baño.Se suponía que Charlie estuviera al pendiente de la niña, pero como era de esperarse se enfrascó en una conversación muy amena con el Ministro de Magia,sobre los dragones recién nacidos usados para experimentos.
-Emily,¿dónde te habrás metido?-Se preguntó al cabo de un tiempo,Brandon se ofreció a buscarla en el patio delantero de la casa y Colin dentro del Palacio.Ginny no podía entender cómo una niña de apenas un año y medio pudiera saber tanto,cuando a ella le costó poder gatear hasta los cuatro.
-Te he estado buscando desde hace mucho-Dijo una voz a sus espaldas.
-Pues creo que debes seguir buscando porque ya yo me voy de aquí-Se viró y lo miró indiferentemente. El, la siguió.
-No hemos tenido tiempo para conversar-Señaló, acercándosele cada vez más.
-Tú y yo no tenemos nada que hablar-El le impidió que prosiguiera y se colocó al frente.-Si me disculpas…-Trató de pasarle por el lado pero él la agarró por el codo.
-¿Qué sucedió? ¿Acaso le creístes a ése muchachito con el que vinistes? Porque déjame decirte que todo el dinero que posee es de sus padres.
-Creo que podría decir lo mismo de ti-El la atajó antes de que pudiera continuar con su defensa prerrogativa.
-Espera un momento. No me compares con ése, yo al menos trabajo y me he ganado lo que tengo en mi vida con mis propias manos. No soy un mantenido como él.
-Sí, lo que sea-Le prestó la menor importancia-Ya me puedes soltar, ¿sabes?
-No, no lo haré hasta que entiendas. Sé las intenciones que él tiene para contigo.
-Tú no puedes saber…-El prestó más fuerza al codo.
-Te dirá cuantas ilusiones hagan falta y te engañará con sueños de un mañana mejor para conseguir lo que quiere de ti.-Le contestó, haciéndole caso omiso de las protestas de ella.
Ella rió sarcásticamente ante ése último comentario.
-De seguro utilizastes ésas mismas líneas con tu orientalcita, pero conmigo ni lo pienses-Se soltó y le señaló en tono de amenaza-Brandon no es igual a los demás y no creas conocerlo, no es igual a los demás hombres ni mucho menos a tí.-Se volteó para seguir caminando pero no contó con que él volvió a agarrarla por el brazo.
-¿Me puedes explicar que hice para que te me pases esquivando?¿Ah?-Demandó una respuesta, le estaba hartando ésa actitud de ella pero tenía que saber cuál era la causa de su enojo. Para poder lidiar con la situación…
Con el sentimiento que le quemaba por dentro…
-Harry, suéltame o no respondo.-Chilló amenazante.
-Ah claro, eso deja mucho qué decir de tu madurez-Chistó irónico ante la nociva de que ella se iría como siempre, sin decirle lo que sentía.-¿Qué sientes por mí Ginny?
-Asco-Dijo al cabo de unos segundos-simplemente me das asco.Me enferma el tener que estar a tus cuidados, el tener que fingir frente a mi familia que eres de mi agrado.
El bajó su cabeza, apretando fuerte y lentamente su mandíbula.Cerró los ojos y aumentó la fuerza en el brazo.
-¿Qué te hice Ginny? ¿Qué fue lo que hice para merecer tu odio?-Susurró ocultando la tristeza que lo embargaba.-Contéstame-Pidió desesperado-¿El haberle hecho caso a mis instintos? ¿O el simple hecho de que te hice dudar en tu relación? Porque ahora no me vengas a negar que no lo disfrutastes-La acercó más a él,atrayéndola por la cintura-Te sentí Ginny, estabas allí conmigo, y no sé porqué seguir mis deseos merecen que me penalizes de ésta forma-Bajó su cabeza hasta chocar con la de ella- Por favor habla-Agarró su rostro con sus manos-¡Dí algo por el amor de Dios!-La sacudió con firmeza, sintiendo que una parte de él se marchitaba por dentro y sólo provocaba que sus ojos se inundaran de una emoción infinita.
-Harry-Llamó la voz de Verónica que se acercaba con la pequeña Emily en brazos,Ginny se apartó secándose una lágrima resbaladiza con gran rapidez.- Disculpa, ¿interrumpo algo?-Preguntó al notar que Ginny se cruzaba de brazos con el rostro forzado y a Harry con la mirada gacha.
-No, ¿cómo crees?-Respondió irónicamente la pelirroja,tomando a su sobrina en brazos.
-Gracias por traer a Emily Vero, estábamos muy preocupados por ella-Dirigió una mirada rápida a la pequeña y prosiguió.-¿Te vás ésta noche?-Emily era una actriz muggle muy reconocida por sus dotes en el escenario.
Estaba de visita para promocionar su obra y al reunirse con Hermione, su vecina desde que eran chiquillas, ella la invitó a que viera su actuación y la castaña a que fuera partícipe de su boda. Harry había conocido a Verónica cuando Hermione le pidió que contestara el teléfono el día que se reunió con ella, en las vacaciones de sexto y desde entonces se volvieron muy buenos amigos,de distancia.
-No, decidí quedarme por un tiempo aquí haciendo varias tandas de la obra y luego vacacionar.
-¡Que disfrutes Londres!-Expresó sin ánimos la pelirroja, no sabiendo si quería irse o quedarse a terminar la conversación con Harry.
-¡Gracias linda!En definitiva tenemos que reunirnos algún día para poder hablar con más calma,veo que te solicitan-Observó a Ginny coquetamente.
-No eres una molestia Vero.A decir verdad puedes pasar cualquier día de éstos en la Madriguera, en el caso de que necesites un lugar dónde hospedarte.-Había tomado ésa decisión sin necesidad de consultársela a Ginny, ya que después de todo las posibilidades de que Verónica se quedara en una casa que no tuviera aire acondicionado eran remotas.
-Oh Harry, ¡qué gentil de tu parte! Lo pensaré-Ginny sólo pudo emitir una mueca de desagrado, ya hablaría de Harry después sobre el estar ofreciendo su casa a cuánto pelagato había.
-Voy a llevar a Emily con su padre,ya es hora de que duerma-Salió zafada de ésa conversación, la verdad era que ésa muchacha podía ser tan tediosa como un chicle en el zapato sino se sabía cuidar.
Le entregó la niña a Percy y se despidió de él y de su hermano Bill.Brandon se encontraba llenando su vaso de ponche y se dirigió hacia él.
-Menos mal que te encuentro-Suspiró algo frustrada.
-¿Porqué? ¿Qué sucede?-Preguntó tomándose de un sorbo la bebida.
-Harry-Se volteó,tratándose de explicar qué haría todo éste tiempo con él tan cerca.-me atajó y me pidió explicaciones. No sé qué decirle Brandon, no quiero seguir con esto.
-Tú misma te encerrastes en éste problema chiquita, yo no te puedo ayudar a salir de él.
-Lo sé, lo sé-Aceptó desesperada-Te involucró a ti en la conversación, el dice que me estás engatuzando para caer en el juego de seducción de todos los hombres.
-¡Ja! ¡Qué iluso!-Sonrió contento.-Está sacando conclusiones a la ligera y éso podría resultar un arma letal sino le paras a tiempo.
-Por eso mismo tengo miedo. No de lo que él pueda ser capaz sino de lo que yo sería si él me siguiera provocando.
-¿Qué quieres decir?-No entendía las razones de su amiga.
-Que no sé si tendré la voluntad necesaria para…Fue interrumpida por el chico,que tomó las manos de la pelirroja y la instó a callarse.
-Nada de eso ocurrirá, si te resulta más difícil de lo planeado el soportar su presencia, llámame. Puedo dejar que otro suplente dé mis clases en el Instituto, después de todo tú me estarás necesitando.
Harry observaba desde lejos cómo Brandon se agarraba de manos con Ginny, con tanta ternura y sólo pudo sentir un remolino en su interior.Dieron las ocho y el DJ anunció que la próxima canción sería el último Baile de los novios antes de que se fueran a su luna de miel.Y que la presencia de los padrinos era requerida en el escenario.
Ginny se arregló el cabello y recibió unas palmaditas de conforte en la espalda en lo que se dirigía a despedirse de su hermano y su amiga.Una vez terminado la despedida, comenzó a sonar una balada.Una brisa tenue movió con suavidad los cabellos rojos y negros de los dos mientras sus ojos se conectaban desde cierta distancia.
centerClose your eyes, give me your hand, darlin' /center
Ella tendió su mano, y él en unos cuantos pasos la alcanzó.La acercó con dulzura sintiendo que una magia lo impulsaba a olvidar todos los malos recuerdos y disfrutar de ése solo momento.
centerDo you feel my heart beating?Do you understand/center
El moreno subió la mano derecha de la chica instalándola en su cuello y ella posó la mano izquierda en su pecho.El la acercó más, posando sus brazos en la cintura pequeña de la pelirroja, con la que tantas veces había soñado tener.
centerDo you feel the same?Am I only dreaming/center
No pudo detener el impulso de tararear la canción…
-Is this burning…an eternal flame?-Sentía una quemazón en su interior, tenía que hallar la respuesta a sus plegarias perdiéndose en los ojos de Ginny,buscando un inexplicable anhelo. Segundos bastaron para que sus rostros se acercaran, sus alientos chocaran y sus corazones se unieran en un mismo latir.Gritos…un dolor intenso…en su cicatriz. Salió de sus pensamientos cuando Ginny se tambaleó en sus brazos fría, al ver La Marca Tenebrosa iluminar el cielo.
