Hola a todos, bueno regreso actualizando otra vez esta historia yanunciando que ya se publicóel otro fic, se llama Hoy ten miedo de mi. Esta vez contestó rápidamente los reviews.

amsp14.- Estoy de acuerdo con lo del beso, yo también me hubiera desmayado (esa y muchas otras veces). También estoy de acuerdo con la forma que él la trata ahora, si los hombres nos trataran como él en esos momentos...Bueno, dejaré mis pensamientos para otro rato. Saludos Ana María y espero que este capítulo te guste.

Wolfgang-Snape.- Sabes, creo que cuando uno ve que ya han actualizado y lee los capítulos atrasados de un tirón se queda impresionado por algunas cosas. Gracias por el review. Espero que Faith y Snape queden juntos y espero volverte a leer una vez más la próxima vez. Un saludo y un abrazote!

Miss-Andreina-Snape.- Eres la primera la cual me ha dicho muchas veces que te cae mal Faith, jaja, muchos me dicen que por que lo hace sufrir a Snape y hasta ahí. Te he de decir la mala noticia que la autora no acabó con Faith hace 5 años o más cuando escribió la historia y no creo que meta a otra pues es el diario de Faith, la historia de ella. Espero que te guste este capítulo mucho. Bye!

Andrea B.- No te preocupes, me llegó el review del capítulo 11 y del 10, jaja. Bueno sobre que hayas mandado dos reviews en el mismo capítulo pues que raro aunque con el pajarito que corrió la voz de que hablabas mucho pues falta que los encargados de Fanfiction y hasta la misma compu hayan echo un complot, jaja. Sobre el testamento que me dejaste de recomendaciones para leer, muchas muchas gracias. En mis tiempos de ociosidad los leeré. Pues este capítulo no tardó ni 5 días en actualizarse. En fin te deseo a ti un buen día!

La próxima vez regresaré con muchos saludos y otras cosas para todos los seguidores de esta historia.

Lady Kenobi


El Diario de Faith

Capítulo 12

El verano está cerca. Los días y las noches se suceden uno tras otro sin traernos noticias. Lo único que hemos recibido es una ola de calor que nos tiene sumidos en el adormecimiento.

Y pareciera que la vida se ha detenido, que este sopor brota del suelo y se impregna en todas las cosas, en todas las personas. Hasta los entrenamientos y los partidos de quidditch transcurren como en cámara lenta. No pasa nada. Es como si un ejército de fantasmas recorriera el Castillo, mientras los verdaderos fantasmas, se preguntan qué está pasando con los hombres.

Hagrid anda como aletargado, sudando de tal manera, que de su barba, cuando se agita al sol, escurren pequeñas gotas que reflejan los colores del arcoiris; hasta el mismo Fang, a quien le he tomado un cariño inmenso, pasa las horas buscando la sombra, huyendo del calor inclemente. La profesora McGonagall se limpia la cara con un pañuelo , con la misma constancia con la que arregla su túnica. Dumbledore trata de sonreír, se abanica con su larga barba y juega bromas con los alumnos que se atreven a nadar en el lago. Severus, enfundado siempre en su túnica negra, camina en silencio, perdido en reflexiones sobre lo incierto del futuro.


Anochecía cuando una lechuza tocó a mi ventana. Traía la respuesta de Dana. Preferí salir para leerla en la terraza de la torre de astronomía.

Dana comparte conmigo, lo mismo que Laura, las dudas que no me dejan tranquila. Tanto Remus como Sirius han estado en comunicación constante con el profesor Dumbledore y con el mismísimo Severus.

El mago rumano que había llegado a trabajar al ministerio, ha desaparecido y nadie sabe nada de él. Los dementores han vuelto a Azkaban y se respira un ambiente de tensión. Todo aparenta estar en calma, sin embargo, ellos saben que algo terrible está por suceder.

Nadie conoce la ubicación actual del innombrable, pero todos están permanentemente alerta, en guardia constante, listos para defender nuestro mundo.

El señor Arthur Weasley, sus hijos, Arabella Fig, Mundungus Fletcher... no son tantos nombres como desearía, pero es un grupo firme, unido en torno a nuestro director, preparados para afrontar cualquier cosa que suceda.

Saben ya lo del cuerpo de Grindelwald, saben lo del hueso de Barty Crouch. Está claro que todo forma parte un plan para que el-que-no-debe-nombrarse recupere su poder, además de su cuerpo.

¿Cuál es su plan? Miré al cielo buscando una guía, una luz que me muestre el camino a seguir. Continué leyendo.

Severus ha salido por las noches del Colegio. Ha hablado con los mortífagos, ha arriesgado su vida para intentar saber algo, descubrir sus maniobras.

Me estremecí sin poder evitarlo. El aire empujó unas enormes nubes negras que cubrieron la luna llena que me había acompañado. Una ligera llovizna empezó a caer refrescando la tierra, refrescando mi mente, que no paraba de pensar en los peligros que nos acechan.

¿Y Severus¿Qué estaría haciendo¿Está conciente de lo que puede pasarle¿Está loco acaso?

Yo pensaba que ya no iba a llorar más, pero de mis ojos traicioneros, brotaron lágrimas que se confundieron con la lluvia.

¿Qué le está pasando a mi mundo¿A nuestra vida¿A los seres que quiero? Lloré quedo pensando en la fragilidad de la existencia, en lo perecedero de los hombres, en la facilidad con que todo puede ser arrancado de tajo...

¡Aquí estás Faith!

Era Severus, me había estado buscando por todo Hogwarts, su preocupación era evidente.

Me lancé a sus brazos diciendo – perdóname, perdóname por favor.

El supo descubrir mis lágrimas a pesar de la lluvia. ¿Qué tienes- me preguntó con amor.

Le entregué la carta. La leyó completa antes de mirarme sin palabras. Sus ojos negros estaban llenos de fuerza, de vida, de coraje, de amor, de miles de cosas...

¿Por qué no me lo habías dicho?

¿Para qué?

Para saberlo, para estar conciente de lo que pasa, para acompañarte, para apoyarte, para no dejarte solo...

Este Severus era el mismo que amé, reservado, decididoíntegro. Pero descubrí a un Severus que pelea por él, por mi, por la vida, por la permanencia de todo en lo que creemos. Descubrí al hombre que no se resigna, al que construye con sus manos el mañana, al que se juega la vida por salvar lo importante, lo fundamental. Al que arriesga todo por una convicción.

Realmente te importa ¿cierto?

El valor, el trabajo y el honor...

Esos son sus principios y no pude menos que admirar a este hombre seco, duro, implacable, que defiende con su vida las cosas que mas respeta.

No mencionó al amor, y sentí que se colaba en mí, juguetona, la necesidad de oírselo decir. El miraba algún lugar perdido en la noche, un lugar muy lejos de mi. Yo lo veía ansiosa, con el deseo vehemente en mi corazón de escuchar de nuevo sus palabras de amor.

Severus...

Sus ojos negros se posaron en los míos, pasaron los minutos. La eternidad nos cubrió por un momento, busqué respuestas a preguntas que no me atreví a formular. Le ofrecí mi boca sedienta, abierta en espera de sus besos.

Las nubes y la lluvia cantaron un himno nuevo mientras nos besamos con avidez, queriendo atrapar para siempre el momento. Todo el universo estaba confabulado para empujarnos uno hacia el otro. Bebí de sus labios como un naufrago, me aferré a sus hombros deseando imprimir con mi aliento en el centro mas profundo de su ser mi agradecimiento, mi pasión, mi entrega, mi admiración.

Se separó de mi y me miró con elocuencia.

No Faith, no. No así. No por las razones equivocadas.

Me llevó adentro y me dejó en el camino, sin acompañarme hasta mi puerta.


No pude dormir. Afuera, la lluvia golpeando mi ventana, me recordaba la intensidad de mi locura. ¿Acaso he perdido la cabeza¿Por qué, si no, besé de esa forma a Severus Snape?

¿Sería la soledad¿la noche¿el miedo o el frío?

"No por las razones equivocadas", eso fue lo que me dijo. Tiene la certeza de lo que yo le he repetido tantas veces: "ya no te amo". ¿Acaso él sabe cuáles fueron mis razones para besarlo de esa forma?

Tal vez fue el sentimiento de comunión al compartir su secreto, o las estrellas, que invisibles, me arrancaron del suelo y me llevaron con ellas hasta su pecho. Quizá fue un maremoto, una marejada que me dejó impotente, a merced del deseo por su boca. Tal vez fue un ángel, que me dijo al oído "este hombre es tu refugio"; o puede ser culpa del fuego, que se rendía a perecer en medio de la noche. O pudo haber sido el silencio, que me gritaba "no quiero que este momento desparezca en la nada". O fue un veneno, contenido en el aroma de los muros, que invadió mis sentidos y extravió mi razón. Pudo ser mi sangre, que convertida en llamas, me incendió en el crisol formado por su cuerpo. Quizá la lluvia barrió con mis reservas, como hojas arrastradas por el viento hasta el confín de los tiempos. Tal vez fueron todos los amores que la historia ha vuelto recuerdo, que encontraron en mi la manera de revivir sus pasiones. O fue un instinto primitivo, aquel que posee a todas las criaturas orillándolas a saciar su hambre, a curar su abandono, a entregarse sin pensar en medio de un ritual que engendra vida.


La luz del día me devolvió la cordura. ¿Qué hice¿A qué mas pude atreverme?

No comprendo que me pasó, afortunadamente hoy que ha vuelto a mi la sensatez, puedo mantenerme a salvo de su influjo. No puedo dejar de pensar en él, en la forma como sus pasos seguros marcan la tierra, sin permitir que nadie cuestione sus decisiones, sin dar mas respuestas que las estrictamente necesarias, sin dar explicaciones, viviendo en base a su propio código de ética y moral, parámetro desde el cual él juzga al mundo, esperando simplemente que los demás tengan el mismo honor con el que él rige su vida.

No exige de si mismo menos que de los demás. Respeta a los inteligentes, a los que actúan con sentido común, a los que hablan con la verdad, a los que son consistentes consigo mismos, a los que se esfuerzan, a los que piensan, a los que tienen conciencia de sus debilidades y se esfuerzan por superarlas, a los que luchan por crecer, por mejorar, por hacer de esta tierra un lugar donde puedas adoptar tu propio camino, y marcar una senda digna de ser seguida.

Vive con la frente en alto y la mirada limpia, sin vanidad por sus aciertos y sin vergüenza por sus errores. A su modo, rectifica sus fallas, y sin palabras, puede pedirte perdón de mil maneras.

Tiene en sus manos la fuerza de crear un mañana; en su espíritu, el valor y la iniciativa para ganar batallas que otros ni siquiera saben que existen; y en sus ojos, un lenguaje mágico que, a golpe de miradas, de gozos y de penas, tratas de comprender.

Es un mago, un maestro, un guía...

Guarda mil secretos que tienes que descubrir sorteando sus frases hirientes, sus ojos implacables, sus gestos duros.

Parece oscuro, pero es muy transparente. Con él no hay términos medios, ni hipocresías, ni esperanzas vanas.

Aunque tú no te enteres, estás en su vida, en sus proyectos. Cada acción, cada palabra, tienen un alto fin, que sin que te des cuenta, te empuja a ser mejor, a superarte a ti mismo, a igualarlo, porque aunque no quieras, lo admiras y deseas merecerte su respeto.

Su dureza la guarda para aquellos que valen la pena, dedica sus esfuerzos a que te vuelvas mejor, si es que tienes potencial para ello. Si no, te tratará con indulgencia.

Te dan ganas de asesinarlo, de lanzarle los peores hechizos que conozcas. Pero cuando descubres lo que encierra tras su disfraz, no puedes menos que sentirte afortunado por haber tropezado con él en tu camino.


¡Todas las evidencias han estado frente a mis ojos y no las había visto!

He estado tan ciega...

Cuando me di cuenta, corrí a buscar a Dumbledore. Lo encontré con la Profesora McGonagall.

Hable Faith, Minerva está enterada de todo.

Atropelladamente, le expliqué lo que descubrió Hermione, que el cadáver al que habían mutilado, era el de Grindelwald, y que si a eso unimos el robo del hueso de Crouch y la gorra empapada en la sangre limpia de Snape, tenemos los ingredientes necesarios para hacer el hechizo que puede volver a la vida a Gridelwald.

Minerva, Faith, no digan nada por ahora a los alumnos. Saber esto nos da una pequeña ventaja. Necesito hablar con Severus.

Pidió a la profesora McGonagall que fuera a buscarlo. Yo daba vueltas a mi varita, en un estado de nervios incontrolable.

Ahora necesito de ti más que nunca- le dijo a Severus cuando entró.

Yo hubiera querido permanecer ahí, pero Dumbledore me pidió que los dejara solos.


Se quedaron hablando mucho tiempo. Vagué por el castillo como una sombra. Traté de leer, de pensar en algo que no fuera lo que están esperando de él. El sueño terminó por vencerme y me quedé dormida mientras le preguntaba a la luna si sabe que va a suceder.

Desperté esta mañana sin haber descansado. Tengo aquí la margarita que encontré hace un rato bajo mi puerta.


El fin de curso está próximo, y con él, se acerca el día en que Severus partirá. No sabe cuanto tiempo estará lejos, pero confía en que nos veremos pronto. Se ha negado a hablar conmigo de despedidas, se ha negado a decirme adonde va, a explicarme qué es lo que va a hacer.

Tengo miedo, un miedo atroz. Podría mil veces volver a vivir la noche de mi ataque, pero no puedo enfrentarme con el temor que siento ahora, sabiendo que existe la posibilidad de no verlo más.

El se muestra indiferente, no habla del tema, nada en él permite adivinar sus pensamientos. He intentado preguntarle de mil maneras distintas, pero siempre es un rotundo no lo que obtengo como respuesta. Insistir mas, sería desatar su furia. Es mejor conformarse y asumir que no dirá nada, con la confianza, con la certeza de que él sabe lo que hace.


Ayer en la tarde salí a caminar al lago. Traté de aligerar la carga de mis temores contemplando la luz reflejada en la superficie del agua. Ajenas a mi angustia, las flores bailaban gozosas al ritmo marcado por el viento, que alborotaba mi pelo sin importarle que dentro de mí, algo está muriendo lentamente.

Observé las nubes, el sol, el cielo. Sentí la soledad, sentí un vacío que me atravesaba el corazón. Permanecí mucho tiempo pensando, intentando hallar consuelo, buscando un bálsamo para mi pena.

La noche me encontró ahí, mirando al cielo sin ver nada, oyendo al viento sin escuchar su música. Trataba de encontrar las palabras para definir mi tristeza, para explicar la sensación de vacío, de abandono, de frío.

Me disponía a regresar al castillo cuando vi su figura inconfundible dirigiéndose hacia donde yo estaba. Su túnica negra se agitaba, levantó un brazo a modo de saludo y apresuró sus pasos para llegar hasta mi.

Me abracé a él ansiosa, aferrándome a la materialidad de su cuerpo, en contraste con la irrealidad de mis incertidumbres. Buscó mis labios y yo los suyos. Nos besamos desesperadamente, con la convicción del que sabe que ha encontrado sus respuestas, con el deseo tanto tiempo contenido.

Entramos sin hablar, su mano firme me llevó a su mazmorra, donde la luz de una única vela, fue involuntario testigo de nuestro callado diálogo.

Acaricié su rostro con mis manos, tratando de suavizar las duras líneas al lado de su boca, besé sus ojos amados, recorrí su piel llenando mis sentidos de sus respuestas, probé sus labios firmes, me enamoré de nuevo de su olor, de su aliento, de sus suspiros. Bebí de su espíritu, del centro mismo donde se encuentra su ser. Me llené de su imagen, de su voz profunda, de su vida. El apresó mi cabello entre sus dedos, con la seguridad y la fuerza de quien toma aquello que le pertenece, lo que es suyo. Fue mi guía, con sus manos me enseñó los confines de la tierra, la eternidad del tiempo. Me mostró con sus ojos el infinito, remontó las corrientes de mi entrega con sus labios, navegando con el brazo firme y experimentado que solo él poseeél, que conoce todos mis mares.

Nos convertimos en fuego, en ola, en cometa, en música y en luz, cuando las sombras, avergonzadas, se retiraron parta no vernos.

Me enseñó cuan vulnerable puedo ser, me enseñó a verme a mi misma en sus ojos. Y supe al fin que nací de su carne y de su sangre, cuando fui formada de su costilla, para ser una con él, para compartir el regalo eterno de vida que un soplo nos dio en el inicio de los tiempos, para hacer de los dos un solo aliento, un solo latido.

La aurora bañó nuestros cuerpos desnudos. Un ligero temblor recorrió mi piel cuando sus dedos me tocaron de nuevo. Con la voz quebrada y los ojos brillantes, le dije –te amo-.

Hundió su cara en mi pelo revuelto, cerró los ojos y me dijo – calla Faith, no digas nada. Déjame grabar tu imagen en mi memoria para siempre. Déjame permanecer atado al olor de esta mañana, para no perder la mira, para recordar siempre el camino que debo tomar para volver.

Me quedé dormida abrazada a su cuerpo. Desperté mas tarde, estaba sola en la cama.

¡Severus!

Aquí estoy Faith

Ya estaba vestido y tenía a su lado una pequeña mochila. Me miraba con amor, con tristeza, poseyéndome por entero con sus ojos. Había preparado café. Lo bebimos en silencio. Salimos juntos, no quiso que lo acompañara mas allá del pasillo. Me dio un pequeñísimo beso y se fue.


"Queridas Dana y Laura"

Dumbledore me asegura que no debo preocuparme, aunque hace casi un mes que inició el verano y Severus no me ha escrito. Sin embargo, hoy tuve noticias suyas.

¿Alguna vez han sentido la confianza de que a pesar de todo, el universo las ama? Yo hoy tengo la certeza de que la vida vuelve a llamar a la puerta. Cada ser humano que está por nacer, nos dice que Dios no se ha decepcionado de nosotros.

Con amor.

Faith"

FIN