Las tinieblas de mi interior

DISCLAMER: estos personajes son de la autora del manga… no me los apropio ni un pokito. Aunq para q negarlo… me gustaría apropiarme de Kyo por una nochecita… XDD

Dedicatoria: Se lo dedico a todos los fans del manga y el anime. Yo no conozco a ningun fan, y sé q hay muchos. Así q… aunq esto parezca una agencia de contactos, me gustaría contactar con fans del anime o del manga. Porfaaaa… un besito!

NOTA: esto ocurre después del final.. así que… hay spoilers pekeñitos.

CAPITULO 1: Confusión…¿Son celos?

La mañana en la casa de Shigure, comenzaba como tantas otras.

Tohru se movía frenéticamente de un lado a otro, con esa vitalidad juvenil que siempre la caracterizaba, disfrutando enormemente de hacer el desayuno para esos tres hombres que tanto cuidaban de ella.

Kyou y Yuki no paraban de insultarse el uno al otro mientras se lavaban los dientes.

Y Shigure… bueno, Shigure era caso a parte. Él solo se dedicaba a pulular felizmente alrededor de Tohru, provocando las risas de la joven.

Yuki (Y) – Deja a Honda-san en paz. ¿no puedes ir a molestar a otra parte?

El hombre puso su cara de perrito abandonado y comenzó la marcha hacia el salón como un alma en pena. De pronto, la voz dulce de la chica, sonó iluminando un poco los corazones de esos tres hombres afectados por la maldición del Horóscopo chino.

Tohru (T)- Oh, no, Yuki-kun, no me molesta. Me alegra que bromee conmigo. Mi madre decía siempre que las personas que intentar hacerte reír, muestran cuanto les disgusta verte triste.

Una sonrisa inocente deslumbró a todos los presentes. Así era ella, dulce y tierna en cada poro de su menudo cuerpo, preocupada en no hacer daño a nadie, y agradecida por lo poco que la vida aún le regalaba.

Al joven de pelo grisáceo, siempre le impresionó eso, desde el primer día que la conoció, pudo descubrir cuantas maravillosas sorpresas le traería esa joven desgarbada y torpe que recién entraba en sus vidas. Para él, el simple hecho de que no desfalleciera jamás, de que la sonrisa cálida de su rostro nunca desapareciera, incluso con todo el dolor que castigó su pobre corazón, le hacía admirarla más y más a cada instante.

Y- Si a Honda-san no le molesta, no hay problema.- sonrió él también, pero su gesto cambió, poniéndose serio y amenazador al mirar a su primo.- Como le hagas algo, pervertido, te arrancaré la piel a tiras y la colgaré a secar al sol.- su voz sonó tan tétrica que Shigure huyó disimuladamente y la joven se quedó mirándole con una gota en la cara.

Kyou (K)- ¿Está ya el desayuno?- preguntó con su habitual tono cortante.-

T- Etto…ya casi.

En seguida, Yuki le agarró de la camiseta negra que siempre traía y le miró con ojos fríos y enfadados. Como respuesta a esta acción violenta, la piel del chico de cabello anaranjado, se erizó como un gato ante una batalla.

Y- Trátala con más respeto, baka nekko.

K- ¡Sueltamente maldita rata!

El chico le hizo caso, pero no porque fuera una orden que quisiera obedecer, sino porque sabía que estas peleas tan tempranas incomodaban a la joven, y eso era lo último que quería. Le dirigió una mirada dulce y se fue al salón con su otro primo.

El primer timbre para entrar a las clases sonaba ya en todo el edificio. En el interior del aula 1-D Honda-san y sus amigas disfrutaban de una calmada conversación, hasta que, de repente, un joven bastante conocido en la escuela, un alumno de un curso superior apareció sonrojado hasta las orejas y le pidió a Tohru que saliera un momento al pasillo para hablar a solas.

Desde sus mesas, Yuki y Kyou miraban recelosos la situación. ¿Acaso ese estúpido chico tenía algo privado que hablar con ella? Y si era así¿de qué se trataba? Ellos mismos se sorprendieron al pensar eso, pero…Honda-san ya era para ellos como una hermana pequeña de la que cuidar, y si eran sinceros ellos mismos, podrían jurar que incluso sus sentimientos iban más allá de lo puramente fraternal. Pero nunca lo reconocerían.

Tanto los dos chicos, como las dos amigas de la joven, miraban con curiosidad y preocupación la escena. Arima Mayuto, un año mayor que ellos, se esforzaba por decir algo que parecía costarle un mundo, pero finalmente lo consiguió, provocando que ella se pusiera más y más roja por momentos.

¿Era esto una declaración de amor?

Cortésmente, Tohru asintió un par de veces, aún más sonrojada que el joven, él cual con una sonrisa se fue corriendo a su clase.

El segundo timbre para entrar al aula retumbaba, acompañando la entrada de la sorprendida muchacha.

Hanajima (H) – Tohru-kun… siento unas ondas muy cálidas. ¿Qué quería ese chico?-habló con su típico tono lúgubre.-

T- Etto…Mayuto-kun…-

Rápida y disimuladamente, los dos chicos se acercaron a las tres amigas, tratando de averiguar el porque de esa extraña conversación entre su amiga y Arima.

Al ver a Kyou y Yuki tan cerca e interesados, Tohru se puso aún más nerviosa y sonrojada.

T- Mayuto-kun…me invitó a estudiar a su casa.-

Todos- ¿Qué!

Las reacciones fueron muy diversas.

Kyou refunfuñaba enfadado algo sobre lo estúpido que era ese chico, Arisa lanzaba amenazas al aire en contra de Arima, Hanajima desprendía reflejos violáceos mientras trataba de analizar las ondas que se movían por el aula y Yuki…Yuki simplemente bajó la mirada y entristeció.

Los celos se apoderaban del ambiente. Tanto sus amigas, que siempre eran muy sobreprotectoras con ella, como los chicos, sentían unos celos difíciles de controlar.

Arisa (A)- Le has dicho que no¿verdad?

T- ….

¿Le has dicho que si!

Con una sincronía espectacular, los presentes la miraron sorprendidos. Querían pedir explicaciones, pero todos los alumnos llegaban ya para comenzar la clase.

Cada uno ocupó su puesto, pero nadie prestaba atención. Todos, a su manera, pensaban en esa "cita".

Ese mismo día…

Yuki y Kyou iban andando con un paso algo más rápido de lo normal, deseando llegar a la casa para encerrarse en sus cuartos, sin darse cuenta de que a Tohru le estaba costando verdaderamente seguir su ritmo.

¿Estaban enfadados con ella? Sí, seguramente, sí. A veces se sentía tan sumamente estúpida… Ellos siempre la protegían, cuidaban de ella, le daban cariño (a su manera), pero ella siempre lo estropeaba.

Al menos eso creía.

T- Yuki-kun… Kyou-kun…- habló con voz triste.- …si yo…si hice algo malo para que os enfadarais… sumimase.

Los dos muchachos se giraron para mirarla, deteniendo su caminata al instante. No podían evitar dejar de sentirse tan enfadados y tristes cuando la veían así. Con la vista en el suelo, las mejillas sonrojadas y un gesto triste en el rostro.

Así era ella, siempre preocupada por si hacía algo incorrecto, por si les molestaba o enfadaba, atenta para no estropear la amistad que habían creado.

K- ¡Bah¡¿Por qué siempre dices tonterías! No has hecho nada. No hay nada que sentir.

T- Demo…

Y- El baka nekko tiene razón…sin que sirva de precedente. No tienes que disculparte por nada.

T- ¿Estáis seguros que no os habéis enfadado conmigo?

Como respuesta, Yuki sonrió dulcemente, de esa manera que solo hacía ante la muchacha. Kyo, por el contrario, miró hacia un lado sin cambiar su expresión. Así eran ellos… y así los quería ella.

K- Vamos a casa, tengo hambre.- Aunque nunca lo admitiera, esa era su manera de decirle que no se preocupara por él, que seguían igual que siempre y que nada cambiaría eso.

T- ¡Claro!

Después de comer, mientras la joven se dedicaba a los asuntos de la casa, los tres hombres de la casa tomaban té mientras veían la televisión.

T- Shigure-kun…¿podría salir mañana en la tarde?

La voz cálida de la muchacha les hizo salir a todos de sus pensamientos.

Shigure (S)- Hai…demo…¿ocurre algo Tohru-kun?

T- Etto…hai… un compañero me invitó a estudiar en su casa.

S- Oh, ya veo… claro, tienes mi permiso. Ve y pásatelo bien.- en su cara se dibujó un gesto pervertido tan sumamente característico en él, molestando apropósito a los dos muchachos que veían esta conversación.

T- Arigato gozamaisu.

La chica volvió felizmente a sus tareas, preocupándose de terminar lo antes posible para comenzar a preparar la cena. Hoy haría algo especial, para compensarles por salir mañana. No es que tuviera que compensarles, y lo sabía, pero así se sentiría menos culpable por desatender sus quehaceres.

S- Oh…que pena, nuestra kawaii Tohru-kun busca en hombres desconocidos el amor que vosotros no le dais.- se burló con voz cómica.-

K y Y - ¡bakka inu¡¡Cállate la boca!

S- No lo entiendo…- comenzó su discurso poniendo una fingida seriedad que engañó al gato y al ratón.-…una chica tan kawaii, amable y cariñosa…y vosotros no lucháis por su amor. Si tan solo yo tuviera diez años menos…oh, oh…Tohru ya sería mi esposa.-

Kyo, furioso por todo en general, se levantó de golpe arrastrando casi la mesa a su paso y dirigiéndose hacía el tejado.

Ese era su sitio…allí podía respirar un poco de aire que despejara su cerebro cuando se nublaba por el enfado. Si al menos no se sintiera como lo hacia en ese momento…si no la quisiera como la quería…

¿Por qué todo tenía que ser tan difícil¿Por qué siempre tenía que sufrir él?

ÉL era el que nació en el año del gato, ÉL era el que siempre perdía contra ese bakka nezumi, ÉL era el que se sentía fuera de lugar en esa casa, ÉL…ÉL era el que nunca podría conseguir el amor de Tohru.

Se recostó sobre el tejado, como tantas otras veces, rogando que alguien allá arriba escuchara sus plegarias y le dejara desconectar de todo pensamiento. Al menos durante cinco minutos.

Así, sin darse cuenta, llegó la noche.

Abajo todo había transcurrido con cierta normalidad, el ambiente estaba algo más frío de lo habitual, pero nada demasiado evidente. Tan solo la preocupación constante de la muchacha por Kyo rompía el silencio.

T- Iré a subirle algo de cenar.

Y- Honda-san, no deberías preocuparte tanto por el baka nekko.

T- No importa.-una sonrisa amable se formó en su rostro.- Me gusta preocuparme de la gente que quiero. Como de Hana-chan, Arisa-chan, Yuki-kun, Shigure-kun…y Kyo-kun. No es ninguna molestia.

Inmediatamente desapareció por la puerta de la cocina. Tras calentar algo de la cena, cogió una bandeja, lo dispuso todo y subió por la escalera hacia el techo.

La escena que encontró le pareció realmente encantadora. No había duda alguna que Kyo era del signo del gato, puesto que dormía hecho un ovillo. Dejó la bandeja en el borde del tejado, bajó rápidamente por una colcha y volvió a subir sin hacer mucho ruido para no despertarle.

Le observó mientras le ponía la colcha por encima. Se veía tan dulce, tan inocente, como si todo ese mal humor se esfumara mientras dormía. Ese era el verdadero Kyo, ese era el muchacho que solo salía a relucir en contadas ocasiones. Recordaba ese mismo gesto dulce cuando ella se emocionó porque había aceptado ir al balneario con ella, cuando a la salida de la casa de su abuelo le dijo que debería pensar más en si misma y en alguna que otra ocasión más. En esos momentos fue cuando conoció al que realmente era, al chico del que ella se había enamorado.

De repente, como si su cuerpo no obedeciera sus órdenes, una de sus manos recorrió el camino hasta esa maraña pelirroja que tanto adoraba. Acarició con cuidado su pelo y temió despertarle. ¿Qué le diría si la encontraba en medio de la noche acariciándole? No tenía excusa, pero tampoco podía dejar de hacerlo.

Una especie de gruñido somnoliento salió de los labios del joven pelirrojo, avisándole a Tohru que estaba despertando. Por suerte, pudo retirar la mano antes de ser descubierta, pero lo que no pudo evitar es que el joven nekko le pillara mirándole con un gesto enternecido.

K- ¿Qué…?- pero su pregunta se vio interrumpida al darse cuenta de donde estaba, al despertar del todo. No, no era uno de esos sueños que últimamente le rondaban hasta desquiciarle, era simplemente la realidad.

Se incorporó de un salto y se dio cuenta por primera vez que estaba tapado con una colcha que seguramente ella le hubiera traído. Quien más sino… Y también observó una bandeja con comida a unos pasos de ellos.

No pudo evitar sonreír disimuladamente. Esta era la chica que le había enamorado, la única que cuidaba de él como si se lo mereciera, como si no fuera parte de esa odiosa maldición. Era la única persona del planeta que le hacia sentirse normal, un chico como tantos otros y a la vez especial. Y eso le encantaba.

T- Sumimasen, siento haberte despertado. Gomen nasai.

K- ¿Qué hora es?

T- Las…ocho y doce minutos. Como no bajaste a cenar estaba preocupaba… y te traje algo aquí arriba. No sabía que estabas dormido. Gomen nasai.

K- ¡Deja de pedir disculpas!…lo que… lo que quiero decir es…- se puso nerviosamente una mano en la nuca, sonrojándose a la vez que trataba de hablar, pero nunca había sido bueno expresando sus sentimientos. Ni siquiera con la única persona fuera de su familia que conocía su verdadera forma. Tohru.-…a mí no tienes que pedirme perdón por nada que hagas ¿entendido?

Ahí estaba otra vez, esa parte de gatito asustado que le hacían sentir ganas de protegerle. Esos eran los mismos sentimientos que la empujaron a ir hacia él cuando vio el espíritu vengativo del gato. En realidad, ese era un disfraz de tantos, otra capa que quitar para poder descubrir la "autentica" verdadera forma de Kyo Sohma… el muchacho asustado y cariñoso que ella sabía que era.

Tohru sonrió como tantas otras veces, dando las gracias sin palabras. Se levantó sin decir nada y se fue a coger la bandeja. Secretamente, Kyo disfrutaba de las pocas veces que podía compartir con ella este tejado, haciéndose confidencias que no parecían tales. Esto era como una burbuja dentro del mundo real, el único lugar donde él podía bajar un poquito la guardia.

Se puso en pie como una exhalación, sin saber como pedirle que se quedara, porque él creía que lo que la joven pretendía era bajar de nuevo a la casa. La agarró del brazo tirando hacia él, pero no midió su fuerza, estaba acostumbrado al combate, a que nadie le tocara ni le dejase tocar con suavidad, sino con puños cerrados y patadas. Otra vez demostraba que no sabía tratar con personas…especialmente con Tohru.

Un traspié, apenas un resbalón sobre el tejado, y un leve crujido sonó junto con el estruendo propio de las tejas. Kyo hizo gala de sus reflejos y consiguió cogerla antes de que cayera, pero el daño ya estaba hecho.

K- ¿estás bien? Yo… yo lo siento.

T- Hai, demo…mi tobillo creo…creo que me lo torcí. Me duele mucho.

Alertados por el ruido, Yuki y Shigure salieron al frente de la casa para ver que ocurría. Al mirar hacia arriba vieron como el pelirrojo ayudaba a bajar a la muchacha que reflejaba en su rostro un gran dolor.

Tohru dormía tranquilamente en su cama, pero en la sala el ambiente era muy diferente. Yuki, Kyo y Shigure esperaban ansiosos a que Hatori les dijera algo, pero el joven doctor se hacia de rogar.

S- Hatoriiiii… eres TAN cruel. No nos hagas sufrir más y dinos que tiene nuestra florecilla.- habló con su usual tono bromista, ganándose las miradas frías de los otros tres.

H- No te lo tomes tan a broma. Creo que Tohru tiene el tobillo fracturado, mañana por la mañana vendré para llevarla al hospital. Necesitamos hacerle unas radiografías.

El ambiente, que de por si ya estaba serio, se puso aún peor. No es que fuera algo extremadamente serio, pero no cabía duda de que para todos era muy importante su bienestar.

H- Le he inyectado un calmante para el dolor, así podrá dormir toda la noche sin molestias. También le he entablillado el pie para que en caso de confirmarse la fractura no haya daños en la articulación. De momento, no puedo hacer más.

Y- Arigato gozamaisu, Hatori.

H- Puesto que no puedo hacer más, me marcho.

Shigure acompañó a Hatori hasta la puerta, mientras que en el salón los chicos continuaban preocupados por la situación.

Y- No lo entiendo…Tohru había subido muchas veces al tejado¿por qué esta vez se calló?- preguntó sospechando del nekko.-

K- ¡Eso no es asunto tuyo!- el muchacho intentó irse de nuevo al tejado, pero esta vez Yuki se lo impidió.

Y- Todo esto es culpa tuya¿verdad¿Qué pasó esta vez¿Te volviste a enfadar sin motivo y la hiciste caer¿O qué, baka nekko?-

Continuara…

Andaaa… a ser wenos y dejar comentarios… porfaaaaaaaaaaaaa. Cuanto antes sepa si ha gustado, antes publicaré el siguiente. Si nadie lo lee no merece la pena q me moleste. ¿no?