11 Marzo de 2003

Este fic es mío, pero los personajes empleados en él son propiedad de las Clamp, de su manga Card Captor Sakura.

Este fic se sitúa en un mundo paralelo (por así llamarlo). Las Cards y sus guardianes aparecerán. Shaoran y Sakura no se conocen. Eriol tampoco conoce a Sakura. Bueno, ya irán descubriendo los detalles a medida que lean el fic.

Ejem... ejem... después de varias reflexiones y de hablar con algunas personas. Me he dado cuenta de que este fic se me ha ido totalmente de las manos XD, en el sentido ^\\\\\\-//////^ de las relaciones entre... ejem... porque será que me siento algo incómoda ^^UUU, pues eso... entre la relación S+S. Aquí va mi mini advertencia:

'Recomiendo a aquellos que sean hiper sensibles :P o que tengan algo en contra de las relaciones entre parejas que vaya más allá de besos, que dejen de leer este fic. De momento no hay nada de lo que me arrepienta, así que no me hagáis sentir como una corruptora de menores (yo tampoco llego a la mayoría de edad pero tengo una mente madura y seria. Ya me gustaría a mí ser así XD). En todo caso, de momento no hay escenas excesivamente comprometidas, pero dejo la advertencia para gente superhipermegamaxi sensible XD'

- "Conversaciones"

"Pensamientos"

Sueños o recuerdos

~*~*~*~ Cambios de escenario

Una Flor En La Oscuridad

Capítulo 7: Milagros

By: Kassy99

- "¡¿Se puede saber por qué tengo que ir con vosotros?!"- La voz del joven retumbaba en el coche, mientras sus ocupantes trataban otros asuntos- "No entiendo que hago yo aquí"- Seguía manifestando su desacuerdo con la intempestiva marcha de la mansión de Li.

- "Es muy simple, NO-NOS-FI-A-MOS-DE-TI, si quieres te lo puedo decir más alto pero no más claro"- Dijo Meiling que estaba al lado de la ventanilla con los brazos cruzados y mirando amenazante a su indeseable primo.

- "Mei, querida, en estos momentos no, si quieres cuando volvamos"- Dijo con voz lasciva. La chica rompió en ira y se dispuso a romperle el cuello si no fuera porque Eriol estaba al lado de ella y la contuvo.

- "¡Maldito bastardo!"- Gritaba e insultaba al joven, que por añadidura la guiñó un ojo y mostraba una sonrisa triunfadora.

- "Meiling será mejor que te calmes, estás dando muy mala imagen de ti misma"- Dijo Shaoran al otro lado del asiento al lado de Eriol.

Tenía un semblante pacífico y los ojos cerrados con apariencia de estar meditando sobre algo, pero cuando abrió sus ojos los posó sobre una sola persona, sin titubear, sin dudar, justamente sobre una única persona y no le gustó nada lo que vio, al igual que no le había gustado desde que habían entrado al vehículo. Tomoyo estaba en el asiento delantero, en asiento del copiloto, y con miradas furtivas observaba el espectáculo de detrás. Cabía decir que su mirada, al igual que la de Shaoran, no se apartó de la silueta de su amiga. El acercamiento entre los dos jóvenes era bastante evidente, a nadie le pasó desapercibido la incomodidad entre el triángulo formado, aunque en esos momentos alguno que otro estaba distraído con absurdas discusiones.

Sakura quizá fuera ciega pero podía ver, o más bien sentir, en su perfección la mirada del frío chino sobre su piel, era casi abrasador. El joven italiano tenía su mano apretando la de la chica, a diferencia de los demás presentes el gesto le pareció muy normal, algo dentro de lo común y sin ninguna doble intención. Por alguna razón se sentía cómodo con la japonesa, la recordaba mucho a su hermana: era sincera, directa, despistada, vergonzosa y algo aniñada. Tenía la certeza de que cuando su hermana se recuperara comenzaría una gran amistad con la japonesa.

Eriol que aunque vigilaba a la prima de su jefe no evitaba posar su mirada sobre él y después sobre la joven. Sin duda alguna, la diversión acababa de comenzar y ya apenas podía contener la risa. Sabía que no se equivocaba en sus deducciones, ¿cómo podía equivocarse él?. Todo esto hacia que recobrara las ganas de recuperar una vieja afición que tuvo que perder a causa de las circunstancias, pero ahora que podía, aprovecharía lo más mínimo para volver a disfrutar de ese hobby.

- "Intentar matar a este cabrón no hace que dé una mala imagen o pierda mi dignidad, solo es hacer justicia con este mundo"- Dijo con rabia ante el comentario de su otro primo.

- "Si así conservas tu dignidad entonces no quiero imaginar como conservarás la virginidad"- Comentó en voz alta Wu Pao.

- "Pero serás..."- Meiling intentó levantarse de nuevo de su asiento pero Eriol la contuvo una vez más.

- "Será mejor que te calles de una maldita vez o a la próxima me olvidaré de sujetarla"- Dijo Eriol con sonrisa fría.

- "Por mi puedes soltarla, pero me gustaría más que emplearas toda esa fiereza en un lugar más íntimo"- Este último comentario se lo dirigió a su prima que ya parecía estallar de lo roja de furia que estaba.

- "Wu Pao o callas en estos instantes o te sacamos de aquí..."- Dijo Shaoran amenazantemente sutil- "... Con el coche en marcha y en territorio Occidental"- La gente se calló de inmediato como si algo pesado hubiera cargado más el ambiente. Nadie se atrevió a decir nada. La forma en la que dijo la advertencia fue fría y se denotaba irritación en su voz, pero no solo por la molestia que la discusión le había causado sino además por la vista que admiraban sus ojos.

- "Señor Giovanni"- Se oyó decir al conductor- "Ya llegamos a la mansión, señor"- El coche entró por unas grandes verjas y condució por un camino oscuro solo iluminado por los faros del coche, en poco tiempo llegaron delante de las escaleras de la puerta principal. El coche se detuvo y todos los ocupantes salieron. Para nadie pareció pasar desapercibida la galantería del italiano al ofrecer su mano a Sakura para ayudarla a salir y nadie dijo nada cuando este pasó la mano de la joven por su brazo para guiarla.

- "¿Estás bien?"- Dijo atento. La chica solo sonrió dando a ver que estaba completamente bien. Tomoyo llevaba la bolsa en la que Sakura había guardado unas cosas y el libro, pero fue inmediatamente ayudada por la gentileza de Eriol.

- "Permíteme, una belleza como tu debe de ser cuidada como la más delicada flor"- Dijo con picardía y galantería.

- "Gracias"- Respondió Tomoyo con una sonrisa de agradecimiento. En cabeza estaba el señor de la casa junto con Sakura y a su otro lado Shaoran que no se separaba de la pareja. Detrás estaba Wu Pao junto con Eriol y al final del grupo se encontraban Tomoyo y Meiling, la cual se quedó atrás con la japonesa de pelo oscuro por motivos personales.

- "Creo que te dije que Eriol era de los que van con aires de conquistador, ¿verdad?"- Sacó Meiling el tema sin más.

- "Sí, algo me mencionaste"- Dijo recordando.

- "Pues te vuelvo a avisar Tomonoki, mantente lo más alejada de él, no dejes que se te acerque o te hable y jamás te quedes a solas con él"- Dijo con un tono muy bajo.

- "Por favor, soy lo bastante mayor como para saber con quién me ando, no te preocupes, se le ve a la legua sus intenciones"- Dijo sonriendo a la china.

- "Solo te lo diré una vez más: Ten cuidado con él, que sepas lo que quiere no significa que sepas cómo conseguirá lo que quiere. Es astuto como un zorro y engañoso como la vil comadreja que es"- Tomoyo no pudo evitar que le saliera una gota en la cabeza, no sabía porque pero tenía la extraña sensación de que la relación de Meiling con los hombres no era lo que se decía muy amistosa.

- "Lo tendré en cuenta"- Sin ser advertido, Eriol había prestado atención a la conversación, no había oído nada pero podía imaginarse de lo que habían hablado, no era difícil imaginarlo después de ver la expresión de Meiling en su rostro cuando él se ofreció a ayudar a Tomoyo y conociéndola... sí, solo había un motivo.

Delante del grupo Sakura no podía sudar más, su nerviosismo era incomparable con la angustia que se le había formado en el cuello, le costaba pensar con claridad, era como si los ojos de él se le clavaran por todo el cuerpo. A Marco no pareció importarle o simplemente es que no lo había notado aún.

- "Señor Giovanni"- Se acercó un hombre a recibir a los tres primeros.

- "¿Cómo está mi hermana?"- Le preguntó al hombre de mediana edad.

- "Está grave, le ha subido la fiebre y no se la podemos bajar, además dice tener dolores por todo el cuerpo"- Dijo con suma preocupación y desesperación.

- "¿Por todo el cuerpo?"- Dijo Sakura asombrada.

- "Sí, la señorita Fiona parece estar agonizando y no podemos hacer nada"- Dijo el hombre apesadumbrado y triste.

- "Tomoyo"- Llamó Sakura a su amiga. La joven se acercó al oír que la llamaban- "Marco déjame ir a al habitación de tu hermana"- Dijo ahora al hombre. Marco le indicó al hombre de mediana edad que la acompañara a la habitación de su hermana. El hombre de bigote y barba se mostró renuente a llevarlas pero hizo caso sumiso a la orden. Tomoyo marchó con Sakura mientras los otros cuatro se quedaron con el italiano.

- "Si están cansados pueden dormir"- Ofreció a sus ahora huéspedes.

- "No, se me quitaron las ganas de dormir"- Dijo Wu Pao.

- "Yo tampoco tengo sueño pero gracias"- Dijo Meiling con educación. Eriol miró a Shaoran y en vez de replicar pasó a otro asunto.

- "Preferiría aclarar varios puntos, si no es un inconveniente lo más adecuado sería que habláramos ahora y no más tarde"- Si el asunto se demoraba más quien sabría lo que podría suceder, lo que ahora corría por las venas de Shaoran no era sangre, no, era un sentimiento inquietante, un sentimiento... ¿desde cuando sentía? La última vez que pudo sentir algo fue ese funesto día, esa noche de masacre, donde se convirtió en el líder del Clan, si alguna vez sintió algo antes, esa noche desapareció por completo.

Giovanni y sus invitados a excepción de Tomoyo y Sakura marcharon a un lugar más privado, recorrieron los corredores del lugar hasta llegar a un despacho, el joven entró con todo ese séquito detrás de él. Ya dentro de él cada uno se dispuso en un rincón de la habitación. Marco como dueño de la casa que era se sentó detrás del escritorio, lugar en el que podía ver a todos sus huéspedes. Shaoran estaba delante del italiano, sentado en un sillón, de frente a él, en un enfrentamiento cara a cara, desnudando su alma a través de sus ojos. Esto fue algo que le enseñaron en su infancia, enfrentar a las personas cara a cara, sin mostrar jamás dudas ni temores, sin miedo y sobre todo sin la verdad, lo que querían ver era lo que debían ver y nada más. Eriol se dirigió al lado de la ventana dando la espalda al exterior mientras metía las manos en los bolsillos del pantalón. Wu Pao por su parte prefirió quedarse al lado de la puerta, se cruzó de brazos y apoyó la espalda contra la pared. Meiling se sentó detrás del sillón en el que su jefe se sentaba y al lado de la ventana donde se situó Eriol, desde esa posición podía ver el perfil de la cara de Shaoran y el rostro austero de Marco.

- "Creo que ya es hora de aclarar el motivo de la presencia de la señorita Tomonoki en mi casa"- Dijo el italiano con educación distante.

- "A mi también me gustaría aclarar los asuntos entre ella y usted, así como su presencia en Hong Kong"- La voz sombría de Shaoran era más que tétrica, parecía salir de las mismísimas profundidades de las tinieblas.

- "Estoy aquí en busca de la señorita Tomonoki porque es una reconocida herbolaria, bueno... la palabra reconocida no es la adecuada, pero si podríamos decir que es renombrada entre aquellos que la conocen"- Esta información interesó al público presente, al parecer el Clan de los Dragones no era tan poderoso e influyente si no pudieron recabar esta información. La atención se cernió en su totalidad sobre la conversación.

- "¿Y qué relación tiene eso con usted?"- Preguntó Eriol ya que Shaoran pareció sumirse en el silencio.

- "Como han oído mi hermana está gravemente enferma, para intentar curarla acudí a los mejores médicos pero ni uno solo de ellos supo decirme la causa del padecimiento de mi hermana ni una forma de sacarla de su sufrimiento, finalmente acudí a la medicina alternativa"- Hizo una pausa medida y volvió a la explicación- "Tras mucha búsqueda pude dar con una buena herbolaria, una con la fama de realizar milagros"

- "A ver si lo he entendido... Nos está diciendo que está en Hong Kong ¿por qué cree que Sakura es una herbolaria que sabe hacer milagros? Por amor de Dios si la chica es ciega"- Dijo la joven sin creer en las palabras de Giovanni.

- "Muy lista al fijarte en ese detalle, Mei"- Dijo el hombre que se apoyaba cerca de la entrada. El cual recibió la réplica de la joven con la mirada entrecerrada y enfadada.

- "Sé que la joven Tomonoki es ciega y tras hablar con ella ayer, confío en ella y en sus facultades, sé que lo logrará"- Ese comentario movió un resorte en la mente de Shaoran y este por una extraña razón se sintió colérico, sintió un fuego frío invadir sus entrañas y ascender hacia su pecho. Sus ganas de matar a alguien habían aumentado cuando él no era la clase de persona con ansias de sangre.

- "Entonces cuando esto termine espero no saber nada más de usted"- Unas palabras inesperadas para los presentes que conocían a Shaoran. Estas palabras salidas de los labios del joven no hicieron mas que aumentar la diversión de Eriol y Wu Pao, incluso Meiling empezaba a encontrar todo esto bastante entretenido, pese a su renuencia al principio a querer divertirse a costa de su primo, no pudo evitar recordar una vieja época, en la cual su primo seguía siendo igual que ahora, pero se dejaba llevar como una marioneta cuando Eriol utilizaba sus increíbles 'encantos'. La joven no se rió pero si mostró una sonrisa al ver la reacción, un tanto infantil, de su primo. Ese sentido de posesión que solo tiene un niño caprichoso era una parte de la personalidad de Li que jamás nadie había visto.

- "Supongo que sí nos volveremos a ver, después de todo los dos somos líderes de clan"- Dijo el italiano apoyándose hacia delante- "Pero en lo referente a la señorita Tomonoki creo que será poco probable, al fin y al cabo ella no es de este mundo y tarde o temprano tendrá que volver a donde pertenece"- Dijo seriamente entrecerrando la mirada. Shaoran y todos captaron la doble intención de sus palabras, lo cual no evitó la reacción de Shaoran. No era pues una mentira una de las leyes de Newton: 'Para cada acción hay una reacción opuesta'

- "Claro, por supuesto"- Fue lo único respondido, pero su mirada, la tensión de sus músculos, la presión que hacia su mandíbula, incluso su voz denotaba una alteración en su compostura. Un sentimiento que para Shaoran era difícil de identificar.

- "Entonces... ¿No hay ningún otro motivo por el que este en Hong Kong?"- Preguntó Eriol muy interesado con su siempre imborrable sonrisa de satisfacción.

- "No, no hay ninguna razón excepto la salud de mi hermana"- Dijo con su seriedad ya característica y con algo de interés, también por su interés demostrado preguntó- "¿Por qué la pregunta?"

- "Por nada en particular"- Dijo con amabilidad y sonrisa brillante.

- "Pues a mi ver ese: 'Nada en particular' es referente a la extraña movilización de clanes sobre Hong Kong"- Dijo Wu Pao entreteniéndose.

- "Tuvo que hablar el estúpido"- Farfulló Meiling entre dientes pero con el volumen, y la intención, suficiente para que todos oyeran sus palabras.

- "¡Miau! La gatita ya sacó las uñas"- La pérfida sonrisa de su rostro irritaba a la china hasta alturas inexplicables.

- "Si no quieres que te hospitalice será mejor que cierres tu boca que no sabe mas que soltar palabras irracionales. Aunque viniendo de un ser inferior que ni piensa ni razona y que lo único que sabe hacer es arrastrarse como la más vil de las alimañas es razonablemente normal"- Eriol contuvo la risa a duras penas y Shaoran solo pudo resignarse desviando su mirada para ver a su prima, su rostro no varió ni un centímetro, era de pura piedra, sin mostrar expresión alguna. La reacción de Marco fue de parpadear al oír esa cadena de frases llenas de hostilidad. Nunca había presenciado un ataque verbal de esas magnitudes, había oído soeces barriobajeras más bajas que esas palabras pero nunca tan bien compuestas y con clase, porque aunque fuera un insulto, insultaba con gracia y estilo.

- "Podrías utilizar toda esa energía y rabia para propósitos más lucrativos"- La mirada de Eriol se desvió y escapó para encontrarse con la de Shaoran- "Siempre que quieras te puedo ayudar. Te aseguro que serías de las mejores, tanta pasión que le pones a todo, seguro que quedarían más que satisfechos. No te preocupes que siempre permanecerás en un alto status, no podría dejar que mi prima estuviera entre esas cualquiera y siempre puedes trabajar solo para mi"- Las insinuaciones de Wu Pao estaban alterando los nervios y la paciencia de la joven. Shaoran y Eriol no vieron el porqué interrumpirlos, ya tenían una idea de como acabaría todo si ellos intervenían y claro está, querían vivir durante mucho tiempo más.

- "Podría hacerlo pero me temo que al final me arrepentiría, después de todo no valdría nada utilizar toda esta enegía para algo tan pequeño e insignificante"- Ya había ganador en el primer round.

- "Ouch"- Dijo Eriol al ataque de Meiling, un golpe bajo, muy bajo. Wu Pao entrecerró al mirada y su sonrisa desapareció. Algo que jamás había que hacer era dudar de la hombría de un 'caballero', esas palabras podrían convertirse en tu sentencia de muerte.

-"Creo que deberíamos detener esto"- Dijo Marcos realmente preocupado cuando vio el cambio de humor de Wu Pao. El italiano se levantó de su asiento pero Shaoran con suma tranquilidad le ordenó que se sentara con un solo gesto.

- "Tienes una lengua mordaz mi querida Mei pero espero que también sirva para otras cosas, no quisiera que llegado el momento no tuvieras a la altura"- Una batalla a muerte, una lucha sangrienta en la que solo uno saldría victorioso.

- "Yo siempre estoy a la altura de cualquier circunstancia a diferencia de otros que ni siquiera llegan ni a lo mínimo"- Este juego de dobles intenciones se estaba tornando peligroso. Desde que podían recordar, este juego era muy común entre ellos pero el pasar de los años y su maduración como hombre y mujer habían convertido estos juegos más allá de un simple insulto infantil y a su vez sus insinuaciones se volvían más elaboradas. Eriol, maestro indiscutible de esta categoría se entretenía jugando a estos juegos, pero debía admitir que observarlos era igual de divertido.

- "Ya veo que lo sabes bien. Si tan bien estás informada será que ya lo has vivido personalmente y en cambio niegas lo nuestro, me hieres Mei"- Se llevó la mano al pecho como si le doliera el corazón, si es que acaso poseía uno.

- "¿Nunca has oído que el enemigo de tu enemigo es tu amigo? Pues para tú información has dejado muchas mujeres enfadadas e insatisfechas"- La marcación de esas palabras concretas no hacían mas que agravar lo que ya se veía mal. Las cosas no podían caldearse más de lo que ya estaban o por lo menos eso era lo que se pensaba minutos atrás. Sin embrago Eriol y Shaoran sabían que las cosas podían ponerse peor... notablemente peor.

- "Siempre hay malas lenguas que solo saben esparcir falsa información"- Dijo ya separándose de la pared.

- "¿Seguro?"- Esta pregunta casi con voz inocente fue lo que colmó el vaso. Y por suerte esta batalla acabó aquí gracias a la intervención de Tomoyo que entró al cuarto. La japonesa dejó escurrirse una gota sobre su cabeza al ver un ambiente cargado y miradas de fiereza entre algunos de los presentes.

- "¿Interrumpo algo?"- Dijo dudosa.

- "No, ¿quería algo?"- Preguntó Marco aliviado por su oportuna intervención.

- "Sakura me dijo que quería hablar con usted, estuve llamando a la puerta pero nadie me contestó"- Dijo entrando al cuarto sin mucha seguridad.

- "Entonces vayamos"- El italiano que no se había sentado después de haberse levantado se acercó a la mujer- "Vengan conmigo, los llevaré a sus habitaciones para que descansen"- Les dijo a los otros cuatro, no sería conveniente dejarlos en el despacho después de lo presenciado. Todos se movilizaron y salieron del cuarto. Eriol y Shaoran fueron guiados a un cuarto, Meiling a otro y Wu Pao a otro diferente, Tomoyo y Marco se dirigieron al cuarto de la hermana de este último. Tomoyo tenía una mirada indescifrable y parecía muy pensativa, no podía olvidar lo que había hablado con Sakura antes.

- "¡¿Me estás diciendo que ese hombre sabe quién eres?!"- Dijo Tomoyo algo indignada.

- "Baja la voz Tomoyo, la joven intenta descansar"- La mujer de pelo oscuro miró el frágil cuerpo de debajo de las sábanas, se veía en su rostro el sufrimiento- "Y no, no sabe quién soy, solo sabe a que me dedicaba"- Dijo mientras de su bolso sacaba unos botecitos con líquidos y hierbas.

- "Pero como lo ha descubierto"- Dijo agachándose junto a Sakura.

- "Creo que pudo hablar con la otro persona que sabe lo mío"- Tocó los papeles pegados a los botes y abrió sus tapas oliendo el contenido.

- "¿Qué otra persona? ¿No te referirás a...?"- Dijo algo sorprendida.

-"Sí, estuvo en el hospital de Tokyo, supongo que tuvo que ser esa persona, no hay nadie más que lo sepa"- Sakura se paró en un bote y lo apartó a un lado.

- "¿Le vas a ayudar?"- Preguntó observando los movimientos de su amiga.

- "Sí, la chica está sufriendo mucho, además esto es algo personal, es algo que debo hacer"- Dijo con tristeza y profundo dolor en sus palabras.

- "¿Por qué? ¿Qué tiene la joven?"- Tomoyo no había visto ese dolor en sus ojos ni en su ser desde hacía muchos años.

- "Tiene un dolor en el alma que solo yo puedo aliviar, un dolor que vi de pequeña y el cual no pude aliviar, pero ahora no voy a dejar que esta chica muera, sé que tiene, sé como lo contrajo y haré lo posible para que todo vuelva a donde tiene que estar"- Dijo seriamente, Tomoyo pudo comprender de sus palabras a que se refería. Si Sakura estaba en lo cierto ella era la única que podría curarlo, después de todo era por esto por lo que decidió convertirse en la aprendiz de Evangeline, fue por esta razón por la que decidió conocer a las plantas más allá de lo que su belleza mostraba.

- "¿Crees que no es demasiado tarde? Hace cuanto que sufre esta agonía, Sakura... no eres Dios y no puedes resucitar muertos"- La posibilidad de que muriera era muy grande y el dolor de perderla sería mayor si Sakura se empeñaba en esa actitud.

- "Pero soy una Flor de Ángel que puede hacer milagros"- Tomoyo no pudo evitar sonreír, era tanta la pasión que ponía en todo esto que no podía evitar sentirse feliz y triste al mismo tiempo.

-"Eres muy inocente Sakura, después de todo lo que has visto, después de lo que has aprendido de esta vida sigues siendo una niña en un mundo desconocido, aunque así me das la oportunidad de poder protegerte ahora y remendar el error que una vez cometí y que te dejó..."- Sakura le puso un dedo en sus labios y apoyó su cabeza sobre el hombro de su amiga.

- "No piense más en eso, es algo que ocurrió en el pasado, algo que no se puede cambiar, no debes sentirte mal por algo que no estuvo al alcance de tu mano evitar"- Levantó la cabeza y le mostró a Tomoyo una sonrisa brillante- "Siempre te estaré agradecida por haber cuidado de mi, tanto en el pasado como ahora"- Tomoyo no pudo evitar que una lágrima se escapara de su rostro.

- "Ah... ah... buaaa..."- Se oyó un gemido melancólico. Las dos mujeres parpadearon y giraron sus cabezas para encontrarse con un muñeco amarillo volando hacia ellas- "Qué bonito lo que has dicho Sakura"- Dijo con un pañuelo más grande que su propio cuerpo.

- "Kero..."- La chica sonrió con dulzura.

- "¿Dónde te habías metido? Cuando Sakura volvió no estabas con ella"- Dijo Tomoyo dejando que el guardián se sentara en su regazo.

- "Kero se quedó aquí bajo mi orden"- Respondió Sakura en lugar del guardián.

- "¿Por qué?"

- "Para así cuidar de la joven"- Dijo Kero señalando el cuerpo dormido.

- "Tomoyo hazme el favor de encontrar unas cosas, ahora te daré la lista, pero antes ve a llamar a Marco, tengo que decirle algo, además tengo que hablar con Fiona a solas"

- "¿Qué pretendes Sakura?"

- "No te preocupes Tomoyo, cuando vuelvas con las cosas te lo contaré todo, de momento hazme este favor"- Tomoyo no se negó, si Sakura estaba segura de lo que hacía ella no dudaría. Se levantó de donde estaba, Kero voló al hombro de Sakura, y salió del cuarto sin hacer más preguntas.

Los dos jóvenes caminaban por los pasillos de la mansión, de cuando en cuando el italiano dejaba escapar una mirada sobre el rostro inexpresivo de Tomoyo, le era imposible descifrar lo que podría estar pensando, era una mujer un tanto enigmática, tanto ella como su prima. Toda la información que pudo encontrar sobre estas dos mujeres empezaba unos años atrás, sobre los 15 años de edad, cualquier dato anterior era inexistente o simplemente había desaparecido. Lo único que dejaba en claro toda la información recabada era que las dos eran primas y que no tenían ningún otro familiar vivo, habían crecido juntas bajo la tutela de una benefactora desconocida, esa misteriosa benefactora cuidó de los gastos y de los estudios de las dos chicas, pero jamás las había conocido en persona, las dos chicas solo llegaron a tratar con la abogada de la mujer, no se sabía nada más que eso. Las dos chicas eran un misterio: sin familia y sin pasado.

Cuando los dos pararon delante de la puerta de la habitación de Fiona Tomoyo se disculpó diciéndole que tenía que salir a comprar lo que Sakura necesitaba, Marco llamó a uno de los guardias e hizo que acompañara a la mujer, esta hizo una reverencia y se marchó. Marco estuvo unos minutos observando la madera de la puerta hasta que se decidió a llamar, oyó una voz en el interior de la habitación y entró.

- "Tu prima me dijo que querías hablar conmigo"- Dijo el joven acercándose a Sakura que se hallaba al lado de su hermana. Su hermana estaba consciente y miraba con seriedad a la mujer que estaba a la cabecera de la cama.

- "Es algo referente a tu hermana, se lo acabo de comentar a ella y lo ha aceptado con tranquilidad"- Dijo con un tono extrañamente frío.

- "¿Qué ocurre? ¿Fiona te encuentras bien?"- Su hermana apartó la vista y le dio la espalda- "¿Qué pasa? ¿Qué me tienes que decir?"- Se volvió a dirigir a Sakura.

- "Como te dije antes sé que es lo que tiene y me temo que tengo que darte malas noticias. Tu hermana se está muriendo. No creo que le quede más de dos o tres semanas más"- El hombre abrió los ojos y de un repentino movimiento cogió a la japonesa por los brazos apretándolos con fuerza.

- "¿Qué me estás diciendo?"- Exclamó con ira- "¿Se va a morir? No, eso no es posible, me dijiste que la curarías me dijiste que la salvarías"

- "Me estás haciendo daño"- Dijo al ver que cada vez aumentaba más la presión de sus dedos, pero al ver que sus palabras sonaban vacías en él, desistió- "Te dije que haría lo que estuviera en mi mano. Lo que tu hermana tiene es una enfermedad muy rara, poco conocida, se ha tratado con anterioridad y se ha llegado a curar..."

- "¿Entonces por qué no puedes tú ayudarla?"

- "Porque la enfermedad está demasiado avanzada como para hacer ya algo, si hubiera pillado la enfermedad antes podría haber logrado algo pero me temo que ahora es demasiado tarde"- Le explicó zafándose de sus manos- "Lo único que ahora está en mis manos es aliviarla del dolor"- El hombre soltó a la joven y caminó a una pared donde descargó con fuerza su puño.

- "¿Entonces ya no tengo esperanzas?"- Su voz estaba quebrada y su dolor era tan grande que Sakura lo podía sentir- "¿Y qué es lo que tiene?"- Preguntó ya sin ánimo alguno.

- "Es una enfermedad del cerebro, quizá por ello no la detectaron, buscaban algo viral, pero la fuente de todo el mal de tu hermana se encuentra en el cerebro. Sus mareos, náuseas, la fiebre y la pérdida de los sentidos es todo causado por algo que está atacando al cerebro. Como sabemos el cerebro controla nuestro cuerpo y las acciones de él, tu hermana nunca ha tenido una fiebre provocada por un virus sino que es un sistema de inmunidad que tiene el cerebro como en el resto del cuerpo, lo que ataca a tu hermana proviene del cerebro"- Dijo con voz distante, una muy diferente de la que había empleado con él desde que se conocieron- "Siento ser yo la que te tenga que dar estas noticias y siento más aún no haber podido lograr nada"- Su voz era algo triste y melancólica. Marco ni se dignó a ver a las dos mujeres simplemente se dirigió a la puerta y la abrió.

- "No tienes porque disculparte, el que debe de pedir disculpas soy yo. No puedo culparte cuando has sido tan amable de ayudarme, si me disculpas tengo cosas que hacer"- Salió como alma en pena. Fiona se dio la vuelta y las lágrimas empezaron a caer de su rostro.

- "Me duele tanto verle así, es tan doloroso"- Dijo entre sollozos. Sakura se volvió hacia la cama y se arrodilló delante de la chica, Fiona la agarró de la mano.

- "Pronto acabará todo"- Le susurró a la chica- "Confía en mi, te juro que todo acabará"- Fiona sonrió entre sus lágrimas a la mujer delante de ella- "Ahora tú eres la que tiene que ser fuerte por tu hermano. ¿Podrás aguantar?"- Le dijo con un tono preocupado.

- "Sí, no te preocupes, podré hacerlo"- Sakura sujetó la mano de la chica con sus dos manos y esperó hasta que se durmió. Unas horas después Tomoyo volvió con una bolsa.

- "Ya he traído las cosas, muchas de ellas me han resultado casi imposibles de encontrar y más a estas horas. ¿Ya has hablado con Marco y Fiona?"- Preguntó acercándose a la cama.

- "Sí"- Dijo monosilábica.

- "¿Qué vas ha hacer con todo lo que he comprado?"- Dijo sentándose en la cama. Sakura levantó el rostro y sonrió a Tomoyo.

- "Un milagro"- Fueron las palabras que salieron de sus labios.

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- "¡No me vengas con excusas Wei!"- Se oía gritar desde la entrada por toda la mansión- "¡¿Cómo puede ser que no esté en casa?! ¡Le dije claramente que vendría a verle!"- La joven entró como una tempestad hasta el centro de la entrada donde se encontraba el principio de las escaleras.

- "Ya se lo he dicho señorita Fox, el joven Li salió hoy en la madrugada para atender un asunto muy importante"- Dijo Wei detrás de la mujer.

- "¿En plena noche? ¿Junto con Eriol y Meiling? ¡¿Y cómo es que no me he enterado por mi padre de ningún suceso en la ciudad?! ¡¿Acaso me tomas por estúpida?!"- La mujer se dio la vuelta después de merodear por la entrada hasta parar delante de Wei.

- "No es asunto del Clan"- Dijo el hombre sin achicarse en ningún momento.

- "¡¿Y entonces que fue a atender que se olvidó de mi?!"- Preguntó con su chirriante voz.

- "Ya se lo he repetido señorita, fue a atender algo muy importante"- No se dejó intimidar por la 'señorita' y en todo momento presentó respeto y compostura.

- "No pienso tolerarle esto, cuando vuelva dígale a su señor que como no me llame enseguida que se olvide de mi y del clan de mi padre"- Lara salió de la sala de la forma que había entrado, con rapidez y violencia.

- "Esa señorita es insoportable, siempre con esos aires"- Murmuró una de las criadas saliendo de su escondite.

- "No entiendo como el joven la puede soportar"- Añadió otra criada.

- "Esa mujer solo trae problemas"- Una de las más mayores se unió a las demás.

- "¿Os acordáis cuando montó esa escena delante de los invitados? Fue una vergüenza"- Murmuró otra.

- "Esa mujer es una descarada"- Todas asintieron al unísono.

- "Vosotras dejad de cuchichear y volved a vuestro trabajo"- Dijo Wei con tono de mando, todas corrieron a sus quehaceres.

- "Espero que el joven Shaoran sepa lo que está haciendo"- Pensó mientras él también volvía a su trabajo.

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Ya era de mañana y en la mansión de Marco el ambiente era de tristeza y pesar. Sakura y Tomoyo habían estado toda la noche despiertas, Shaoran y Eriol habían permanecido callados en su habitación sin dormir ninguno de los dos, Meiling durmió en el minuto que se recostó sobre la cama, Wu Pao también durmió, en resumidas cuentas este asunto no le concernía y Marco estuvo toda la noche paseando por los jardines.

Las dos japonesas estuvieron toda la noche despiertas hablando e intercambiando información, así como haciendo ciertas mezclas con las plantas, Kero estuvo en todo momento junto a ellas, también aportando cierta información. Todo marchaba sin problemas, solo quedaba esperar.

- "¿Entonces eso fue todo lo que viste Kero?"- Le preguntó Sakura sin apartar su concentración de lo que hacía.

- "Sí"- Tomoyo miraba a Sakura con preocupación.

- "¿Crees que podrás hacer este milagro posible?"- Preguntó Tomoyo fijando su mirada en el cuerpo de Sakura.

- "Si hay algo que yo no pueda hacer es que era imposible desde un principio. Hasta que no lleguemos al límite no sabremos cuál era ¿verdad?"- Tomoyo sonrió a Sakura- "Bueno, esto ya está"- Sakura introdujo un líquido en un botecito y lo tapó- "¿Me pasas el bastón Tomoyo?"- Su prima le pasó el objeto y Sakura se levantó de la silla- "Voy a dar una vuelta"

- "Ten cuidado"

- "No te preocupes, con las instrucciones que me has dado de como es la casa no me perderé con tanta facilidad"- Sakura ya estaba en la puerta y salió por ella. Tomoyo recogió las cosas que había en la mesa mientras Kero la ayudaba. Sakura se dirigió según lo que recordaba de las instrucciones de Tomoyo y llegó hasta las cocinas de la mansión, allí encontró a las cocineras y a otras personas.

- "Buenos días señorita, ¿le puedo servir en algo?"- Le dijo una señora mayor en inglés.

- "Sí, ¿me podría preparar agua con limón y un poco de miel?"- Le preguntó en vez de ordenárselo algo que fue la risa de las mujeres del cuarto. Al saber que Sakura no era italiana la mujer la había hablado en inglés así que ella también le había contestado en inglés.

- "Por supuesto"- Le dijo mientras la cogía de un brazo para guiarla a la mesa.

- "Gracias"- La mujer la sonrió y aunque Sakura no lo viera lo pudo sentir- "Buenos días señores"- Dijo en inglés a los hombres de la mesa, todos pararon lo que estaban haciendo y miraron a la joven.

- "Ehh... buenos días"- Dijo uno, los demás simplemente no dijeron nada más.

- "¿Podría hacerles un par de preguntas?"- Los hombres la miraron entrecerrando la mirada y llevando sus pupilas hacia las esquinas de sus ojos, no dijeron nada más, Sakura al no oír ninguna replica decidió proseguir con sus preguntas- "El hombre de ayer, el que estaba junto a Marco ¿quién era?"- El hombre que estaba al otro lado de la mesa dejó su café, la miró por un instante y la respondió.

- "Se llama Albert y es el segundo al mando después de nuestro jefe"- Dijo el hombre, era de edad madura, quizá rondara sobre los 40.

- "Parece muy apegado a Marco"- Siguió con la conversación la chica.

- "Él le crió junto con su hermana Fiona"- contestó otro hombre más joven, sobre los 30 años, no cumplidos.

- "Siempre ha estado cuidando de nuestro señor"- Contestó el hombre que la saludó, este era notablemente más joven que los otros dos anteriores, tendría veintitantos.

- "Va, ese viejo es una lata"- Contestó otro con voz huraña.

- "Ten más respeto Tobias"- Dijo el hombre que la saludó.

- "Cállate Valentelli, solo eres un perrito faldero"- Contestó el que contestaba por Tobias.

- "¿Qué les pasa?"- Le preguntó Sakura al hombre que tenía al lado, el de los casi 30 años.

- "Va, no les haga caso señorita, Tobias siempre ha sido un rebelde, nunca acata órdenes y siempre se mete en problemas"- Sakura asintió. La cocinera le trajo lo que había pedido y antes de marcharse Sakura la agarró de la manga.

- "Señora... ¿me podría decir si tiene algo de esto en la cocina?"- Sakura le enseñó una pequeña lista, que le pidió a Tomoyo que escribiera, y la mujer leyó con atención.

- "Sí, alguna de estas cosas las tenemos en la cocina, ¿las quiere para algo?"

- "¡Oh! Pensaba preparar un plato pero si no lo tiene todo no se moleste"- La mujer se quedó extrañada pero no le dio más importancia al asunto. Sakura pudo oír que la ligera discusión se había vuelto violenta.

- "Eres un imbécil, sino fuera por tu padre no estarías aquí y para colmo solo sabes causar problemas"- Dijo Valentelli.

- "¡Mira quien fue a hablar! ¡El niño mimado! ¡El que no sabe ni manejar un arma con propiedad!"- Sakura pudo escuchar bien la conversación aunque fuera en italiano. Dejó la mesa después de haber terminado con su agua con limón y miel y se marchó dejando la conmoción de la mesa. Sakura volvió por el mismo camino por el que vino y llegó hasta la puerta de la habitación de Fiona, antes de abrir la puerta pudo sentirlo, un par de ojos sobre ella, la joven se paró delante de la puerta por un momento y después se adentró de nuevo.

- "¿Ha sido interesante el paseo?"- Le preguntó Tomoyo al entrar al cuarto.

- "Digamos que instructivo"- Sakura se quedó pensativa, sabía quien la había estado mirando al entrar al cuarto y por ello estaba algo intranquila, no quería encontrarse con él después de lo sucedido la noche anterior.

- "Pareces algo distraída"- Le dijo al verla encaminarse a la mesa.

- "Digamos pensativa"- Tomoyo se acercó a Sakura hasta quedarse a su lado.

- "Entonces digamos que hay cierta cosa que te inquieta aquí dentro"- Dijo tocándole la cabeza.

- "Aquí no, Tomoyo"- Sakura se llevó dos dedos a la cabeza y después bajó la mano hasta la altura de su pecho- "Aquí"- Apuntó a su corazón y sin que Sakura lo percibiera, la mirada de Tomoyo se volvió sombría.

- "Sakura esa inquietud que ahora sientes se convertirá en dolor, lo sé, sé que ese dolor llegará. Por favor, Sakura, ama si quieres... pero no a ese hombre, no a él, ese hombre no te conviene. Sakura, no te traerá mas que desgracias"- Tomoyo agarró la mano de Sakura y la apretó contra su pecho.

- "¿Tomoyo?"- Dijo sorprendida ante el gesto de su prima, pero la joven no hizo más que tranquilizarla.

- "No te preocupes, no es nada, solo que hay veces que me pongo nostálgica y sentimental"- Dijo entre risitas.

- "Como eres Tomoyo..."- Sakura también apretó la mano de su amiga y la sonrió, agachó la cabeza hasta tocar las manos unidas con su frente- "No puedes engañarme Tomoyo, sé que estás inquieta por algo pero sea lo que te inquiete no pienses en ello, todo saldrá bien, al final, todo saldrá bien"- Tomoyo sonrió al oír sus palabras, esas palabras eran como un conjuro mágico, siempre la calmaban de alguna manera, ese peso que aguantaba su corazón se aligeraba pero aún así no desaparecía, jamás lo haría.

- "Me conoces muy bien, al igual que yo te conozco a ti, Sakura, sabes que me puedes contar todo. Tú y yo, unidas hasta el final"- Sakura levantó la cabeza y una expresión de seriedad se dibujó en su rostro.

- "Unidas para siempre, somos más que amigas... somos hermanas"- Afianzó lo dicho por su prima.

- "Sí... hermanas"- En ese instante alguien abrió la puerta y Tomoyo giró la cabeza para ver delante de ella a la causa de sus actuales quebraderos de cabeza. Lo que podía ver en el semblante del hombre era un ceño muy acentuado, su mirada se clavó en las manos entrecruzadas de las dos mujeres y después sus ojos volaron sobre el rostro de la mujer de cabellos oscuros.

- "Espero no haber interrumpido nada"- Dijo con frialdad acercándose a las dos jóvenes. Tomoyo soltó las manos de Sakura y se giró enfrentando a Li, protegiendo a Sakura de ese demonio.

- "Si no te importa estabamos discutiendo algo muy importante"

- "Sí, ya me he percatado en el momento en que pise el cuarto"- Sus miradas pasaban la línea de lo amenazador. Por alguna extraña razón Shaoran se sentía hostil hacia esa mujer, desde el momento en que le ordenó que entregara a Sakura en el aeropuerto. Era una hostilidad que ya los había echo chocar entre ellos por un solo motivo, que lo más interesante era que ese motivo a su vez los unía. Sakura por su parte escuchaba sin actuar.

- "Quería hablar a solas con Sakura"- Ordenó en lugar de pedirlo.

- "Para ti Tomonoki y no, no puedes hablar con ella"- Shaoran iba a avanzar otro paso cuando la mano de Sakura se posó sobre el brazo de Tomoyo deteniéndolo. Esta se dio la vuelta para observar una mirada decidida en esos ojos sin luz. Una corta afirmación con la cabeza fue lo único que necesitó para entender- "De acuerdo... 5 minutos"- Se dirigió a Sakura y esta la sonrió agradecida, Tomoyo marchó hacia la puerta cruzándose con Li y rozándole el hombro, un rápido intercambio de miradas fue suficiente para mostrar esa irrefrenable hostilidad. Ya fuera del cuarto Shaoran observó la figura de Sakura sentada con tranquilidad.

- "Me gustaría hablar sobre lo que ayer.."- Shaoran como era habitual sostenía una pose tranquila y serena.

- "No hay nada que decir y me gustaría que a partir de ahora permanecieras lo más lejos posible de donde yo esté"- Shaoran se acercó a Sakura, la cogió de los hombros y la levantó, la sorpresa de Sakura no pudo ser mayor, el sigilo de sus pasos hizo que no pudiera calcular sus movimientos.

- "No. No permitiré que me alejes de ti, mientras siga respirando y mi corazón siga latiendo jamás me apartaré de ti. No eres quien para decirme nada y mucho menos mandarme, creo que te dejé claro eso"- Dijo mientras seguía sosteniéndola.

- "Entonces no te diré lo que debes hacer, al fin y al cabo tienes toda la razón del mundo, yo no soy quien para mandarte ni ordenarte nada, pero... yo si soy quien para manejar mi propia vida y lo que tengo que hacer con ella y tengo una cosa muy clara, tú no cabes en ella, así que márchate ahora mismo, no tenemos nada más que discutir"- Sakura se zafó de los brazos de Li y le empujó.

- "Para sacarme de tu vida tendrás que hacer algo más que utilizar meras palabras. Aunque me odies, aunque me desprecies con toda tu alma, aunque me encuentres el hombre más abominable del mundo, jamás te dejaré, eres mía y haré que no puedas vivir sin mi y si para ello debo de utilizar los métodos más bajos no dudes que lo haré"- Sakura se mantuvo recta y alerta. Shaoran se volvió a acercar y cogiéndola de las muñecas la hizo retroceder a la pared, dejándola sin escapatoria, encerrándola entre él y la pared. Unió las muñecas sobre la cabeza de la mujer y con una mano las apresó contra la pared. Levantó su cabeza sujetándola desde el mentón pero esta se resistió- "Deja de tu empeño y no niegues lo inevitable"- Shaoran sonrió con juguetona lujuria- "Sé que lo deseas"- Susurró. La sangre de Sakura bullía de ira y esfuerzo por liberarse, pero ese esfuerzo era en vano ya que por mucho que lo intentara no ponía su corazón en el intento.

- "Solo sabes utilizar la fuerza, eres despreciable"- Sakura no pudo creer las palabras que acabaron de salir de sus labios, jamás creyó llegar el día en que se dejara llevar por una furia tan intensa.

- "Veo que no eres tan inocente como aparentas"- La peligrosa cercanía de Shaoran hacia que Sakura se sintiera abrumada.

- "Yo... tú... eres..."

Shaoran hizo que la distancia que los había separado desapareciera. Su beso abarcó los labios de Sakura y la urgencia de saborearla en mayor profundidad hizo que su mano libre bajará por el cuerpo de la joven recorriendo cada curva hasta llegar a la parte inferior de su espalda. Este beso fue más apasionado que cualquiera de los demás, hasta ahora sus besos habían sido meros besos infantiles, un mero roce de labios, pero ahora, ahora no solo sus labios se unieron en un baile de dos, sino que sus lenguas se tocaron y se movieron al son de una sola melodía.

La respuesta abierta y afirmativa de Sakura hizo que Shaoran sonriera para sí mismo, aunque sus palabras fueran de desprecio su cuerpo le decía todo lo contrario. Ese delicado cuerpo respondía a cada roce, a cada abrazo, a cada beso... y ahora por primera vez tuvo la certeza de que ese cuerpo añoraba algo más que un simple contacto sino que suplicaba por una compenetración perfecta. Ese cuerpo que estaba bajo su poder se arqueaba juntándose al de él, rogando, pidiendo por más. Sakura no sabía en que momento había perdido el control pero sabía que esto había afianzado la voluntad de Shaoran de apoderarse de ella, de su cuerpo, su alma y su corazón. Este movimiento por parte de ella había hecho que quedara en desventaja, pero no había perdido totalmente el control, el joven había soltado las manos de la japonesa y aún estando liberada no le abrazó ni tampoco le rechazó, simplemente apoyó las manos contra la pared buscando apoyo para sostenerse.

En un movimiento audaz la mano de Shaoran bajó de la espalda de la joven hasta empezar a recorrer sus caderas y bajar hasta tocar el muslo de la joven, la otra mano ya liberada también, bajó hasta la cadera de la chica para ponerla en la espalda y sujetarla contra su cuerpo.

Del intenso beso Sakura dejó escapar un suspiro o un gemido que guiaba a Shaoran a continuar, pero el encanto del apasionado momento desapareció cuando Sakura oyó el clic del pomo de la puerta al girar y sin saber que hacer se deshizo de ese cazador que la había acorralado. Shaoran retrocedió y se llevó la mano a la boca, pasó su lengua por sus labios y el sabor a sangre se impregnó en su paladar. Sakura también pudo sentir el sabor a sangre fluir por su boca. Cuando Tomoyo entró se quedó observando a los dos. Delante de ella tenía a Sakura respirando agitadamente apoyada en la pared y delante de ella se encontraba Shaoran tocándose el labio. Shaoran sonrió a mala fe y viendo lo que quedaba de la joven, pudo ver en ella a una mujer calmando el ardor de su corazón, un ardor de un fuego abrasador. Satisfecho el hombre salió del cuarto pero agregando antes de salir.

- "Tomoyo, tu prima no es tan inocente como aparenta ser"- Tomoyo le miró con desprecio y este se marchó.

- "¿Estás bien Sakura?"- Dijo acortando el espacio entre ella y su prima. La joven cayó al suelo sin fuerzas en sus piernas y asintió con lentitud mientras aún saboreaba la sangre, sangre que no era suya.

- "No sé cuanto más podré aguantar esto"- Pensaba la joven- "A cada acercamiento suyo cedo más, a este paso no tendré control de mis propios actos, aunque le he respondido en el beso y mi cuerpo se ha sentido impulsado a estar más cerca de él no he caído del todo, he podido contener esta urgencia de rodearle con mi cuerpo"- Sakura suspiró y dejó caer la cabeza contra la pared- "¿Cuanto más podré resistir hasta que él consiga tomar lo que desea? Debo ser más fuerte..."- Tomoyo vio que los labios de Sakura estaba ligeramente colorados y que el movimiento de su pecho era agitado, también pudo percibir el carmesí de sus mejillas.

- "No debía haberla dejado sola con él"- Pensó frunciendo el ceño.

- "Tomoyo..."- La voz de Sakura sonaba tan pequeña, tan frágil que parecía la de una niña indefensa- "¿Crees que una persona puede evitar al amor?"- Tomoyo abrió sus ojos ampliamente, jamás se hubiera esperado esa clase de pregunta, no supo que contestar, era la primera vez que alguien le planteaba algo similar pero lo que la dejó sin aliento fue una lágrima que caía del rostro de su amiga- "Me han dicho que el amor es sufrimiento y creo que tienen razón porque sé que amo a una persona y ese amor me está causando un dolor tan grande en el corazón que... me desgarra por dentro. Es un dolor tan intenso el que siento..."

- "Sakura..."- Tomoyo la acarició el rostro y la sonrió con pena. Por mucho que cambiara su amiga siempre sería una niña en cuanto se trataba algunos temas, era tan inocente, sabía que un día alguien llegaría hasta su corazón y que sufriría por él, pero no tanto como este, sabía que con ese amor ella crecería, tanto interiormente como exteriormente, sabía que el amor la haría crecer como persona y como mujer, que la abriría nuevas puertas a un mundo totalmente desconocido para ella, pero jamás sospechó que un amor como el que Li le ofrecía embaucara a su amiga. Este amor no era un amor sencillo, era posesivo, asfixiante, controlador, apasionado, ardiente y a su vez desgarrador y doloroso, un amor intenso que había que vivirlo enteramente en cuerpo y alma, un amor en el que había que entregarse por completo, un amor que en realidad no lo era ya que solo se estaba basando en lujuria y pasión, y quizá fuera lo mejor, quizá si no existiera esa conexión entre sus almas y cuerpos sería lo mejor, así al final la separación sería más fácil, menos complicada y con menor resentimiento y pena.

- "Tomoyo... ¿realmente vale la pena el amor?"- Esas dudas que tenía Sakura eran infundadas por Shaoran y su asfixiante lujuria.

- "Sakura... El amor es algo maravilloso, un sentimiento único que se vive pocas veces. Sé que ahora no puedes comprender lo que sientes realmente pero el amor nos atrae alegrías y momentos maravillosos, pero para conseguir esa alegría siempre hay que sacrificar cosas o luchar por ellas. El dolor que sientes ahora mismo es el dolor de la lucha por ese amor, la lucha por aclarar ese amor, de hacer que te amen por quien eres y no por lo que piensan que eres, sé que amas a Shaoran y no sé porque..."- Sakura se sonrojó- "... ese hombre no te merece Sakura y su amor no es amor, solo te desea, deseo no es lo mismo que amor. Ha visto en ti una persona inalcanzable, un ser puro que quiere manchar. Sakura... no te dejes engañar, el emplea la sensualidad, la suavidad del tacto humano pero eso no es amor... Sakura... debes comprender que tú eres aún una niña para todo esto y él es un hombre, un hombre que ya ha estado con muchas otras mujeres, ha saber con cuantas habrá estado ya... él solo ha visto en ti algo que aún no ha tomado"- Las duras palabras de Tomoyo golpearon a Sakura con fuerza- "No quiero ser cruel ni tampoco quiero herirte pero no puedo mentirte Sakura... al final será imposible y si llega a alguna parte no será más lejos que de su alcoba"- Tomoyo vio a Sakura temblar. Levantó la mano para tocarla pero esta la rehusó, tocando las paredes caminó hasta llegar a la puerta y salir por ella, como un pajarillo tembloroso. Tomoyo no intentó detenerla en ningún momento, sabía que debía dejarla pensar, necesitaba tiempo...

Sakura siguió el rumbo que le ordenaban las paredes, en ningún momento pensó a donde quería ir, solo podía oír repetir en su cabeza las palabras de Tomoyo. Tan absorta estaba que no notó la llamada de una persona, solo sintió la presencia de esa otra persona cuando la llamó después de repetidas veces.

- "Sakura"- La chica levantó la cabeza y lo que esta persona vio lo dejó algo impactado- "¿Estás bien?"- Preguntó preocupado por ella.

- "Sí, no te preocupes, no es nada, ya se me pasa"- La joven era muy mala mentirosa, se podía ver en su rostro duda, miedo y pena.

- "·Sé que no nos conocemos lo bastante como para que me consideres un amigo pero creo que necesitas hablar con alguien, te hará bien desahogarte y que mejor un desconocido. Vamos, te invito a un café"- Sakura se dejó guiar por unas manos que se apoyaron en su espalda.

- "Gracias"- Eriol sonrió ante el murmullo débil de la joven. Eriol la llevó a su cuarto y llamó a los guardias que le habían estado siguiendo para que les trajera un par de cafés- "¿Dónde está Shaoran?"- Preguntó preocupada, al ver la tristeza y el dolor en los ojos de la chica supo lo que la había dejado en ese estado.

- "No te preocupes tardará bastante en volver, tiene que atender varios asuntos"- De alguna manera esto hizo aliviar a Sakura- "Supongo que la causa de tu melancolía es él"- Sakura levantó la cabeza de golpe sorprendida por el acierto de él- "Tomaré tu expresión y tu silencio como un sí"- La sonrisa de Eriol era invisible para Sakura pero aún así no iba a dejar de mostrarse tan burlón como era él.

- "¿Tan fácil de leer soy?"

- "No es nada malo, eres sincera y muy inocente"- Dijo en forma de halago pero que no surtió efecto.

- "Me temo que demasiado inocente"- Dijo tristemente.

- "¿Qué te ha pasado para que dejes de tener esa dulce sonrisa en tus labios?"- Eriol era muy bueno halagando damas pero esta vez sus encantos parecieron perder su brillo- "¿Qué te intranquiliza?"- Su tono se volvió más serio.

- "Tú que conoces a Shaoran... ¿con cuantas otras ha estado?"- La pregunta le pareció absurda pero por alguna razón deseaba saberlo, necesitaba saberlo.

- "¿Por qué esa repentina pregunta?"- Eriol tenía su habitual sonrisa pero su tono era totalmente distinto.

- "Olvídalo, es una tontería"- Sakura rió falsamente para ocultar lo que realmente sentía. Hubo una pausa pero Sakura escuchó con atención cuando Eriol volvió a hablar.

- "Shaoran siempre ha sido un manipulador con las mujeres, no lo voy a negar. ¿Con cuántas mujeres ha estado? Con un incontable número de ellas. Se acuesta con ellas y si no le son necesarias las deja"- La sinceridad de sus palabras apenaron más a Sakura, la verdad de ellas no hacían más que martirizar más su apenada alma. Sentada sobre una silla se agarraba sus ropas con fuerza mientras su mirada era baja oculta tras sus cabellos- "No te voy a mentir y voy a echarle rosas, te voy a ser sincero Sakura... Shaoran es frío, controlador y también insensible, si me pidieras consejo, te diría que jamás te acercaras a él"- Este segundo balde de agua fría estaba hundiendo a Sakura en la más profunda melancolía- "Pero... creo que contigo es algo diferente... conozco a Shaoran desde hace muchos años ya y pienso que siente algo por ti, aunque no sé si lo que siente es amor"- Sakura de alguna manera se sintió más aliviada pero la desilusión ya no se la podían quitar- "Sé que su forma de demostrar lo que siente es algo ruda y violenta pero dale tiempo, pronto entenderás como se expresa"- Sakura sonrió comprensiva y Eriol también lo hizo, la sonrisa de esa chica era tan pura, una pureza que no había visto jamás en nadie.

- "Hablar contigo me ha hecho sentir algo mejor aunque no tengo esperanzas de entenderle nunca. Su forma de 'expresarse' me resulta violenta, me fuerza a hacer cosas que yo no quiero, me hace sentir como si yo no fuera nada y no me gusta. Debe entender que no soy un objeto, debe respetarme como mujer. No creo que jamás pueda entenderle"- Eriol miró a la puerta y sonrió para sí mismo, se levantó y se puso a espaldas de la puerta a un lado de Sakura, ocultando su cuerpo si en esos momentos alguien entraba.

- "Sé que le comprenderás, eras una buena chica, aún sabiendo como te trata confías en él, jamás pierdas esa confianza, es un consejo que te doy, en este mundo la confianza si es verdadera es un lazo muy fuerte"- Eriol se inclinó hacia delante y besó la frente de la chica, en ese mismo momento la puerta se abrió y si el demonio hubiera tenido la misma mirada que la persona que se encontraba en la puerta hubiera podido destruir el mundo entero de una fulminación. Sakura solo pudo sonrojarse- "Ha sido un placer tu compañía, le diré a uno de los guardias que te lleve a la habitación con tu prima"- Eriol se dio la vuelta con una brillante sonrisa como si no hubiera ocurrido nada. Allí pudo ver la mirada de odio de su jefe, se podía apreciar un aura roja intensa de combate que le rodeaba.

- "¿Qué estás haciendo?"- Le preguntó lentamente. Eriol pasó simplemente a su lado con su sonrisita. Sakura aún parecía sumida en otro mundo y la inmediata vuelta de Eriol con un hombre provocó el abandono de la chica de la habitación. Shaoran había vuelto hace unos minutos alegre de su encuentro con Sakura pero ahora la rabia fluía por todas sus venas- "¿Qué hacías a solas con Sakura?"- Reclamaba una contestación inmediata.

- "Deberías de ser más agradable conmigo, después de todo creo que te he ayudado en un tema bastante delicado"- Shaoran no entendía lo que decía y le importaba muy poco.

- "No sé que patrañas me estás contando y si te digo la verdad me importa muy poco pero quiero una explicación, ahora"- La orden de Shaoran salió del oído de Eriol al igual que había entrado. La verdad es que nadie podía decir que Shaoran estuviera enfadado sino le conocía realmente, su expresión era nula pero algo en su forma le delataba entre los que sabían como era.

- "No, no, no mi querido Shaoran, deberías de ser más considerado con quien cuida de tu preciosa flor"- Shaoran se acercó con sigilosa lentitud a Eriol y se quedó delante de él, de un rápido movimiento le cogió del cuello y lo levantó por los aires.

- "¿Decías?"- La mirada de Shaoran era fría como el invierno y su voz era cortante como el filo de una espada. El aire apenas le llegaba a Eriol pero no se mostró preocupado ni tampoco temeroso, simplemente seguía sonriendo con toda la alegría del mundo, lo que no mejoró la situación. Shaoran apretó más el cuello de su amigo hasta que después de dejarle totalmente sin respiración pero sin matarle le soltó.

- "¿No eres capaz de matarme?"- Seguía burlándose de Shaoran mientras a su vez recuperaba el aliento.

- "No tientes a tu suerte"- Shaoran se sentó en la mesa y en seguida llegaron un par de cafés que una doncella dejó sobre la mesa y que inmediatamente se marchó- "¿Ibais a tomar café?"- Preguntó levantado una ceja mientras su mirada se volvía más fría.

- "En realidad sabía que llegarías antes de que lo tomáramos así que más bien lo pedí para ti"- Shaoran vio como Eriol se volvía a colocar las ropas con normalidad y se sentaba a tomar un sorbo de café.

- "Entonces sabrás..."- Shaoran no pudo acabar con su frase ya que fue interrumpido por Eriol.

- "Que no te gusta el café, si, por eso pedí té"- Shaoran se acercó a la mesa y efectivamente, había una taza de té y una de café.

- "Te odio"- Dijo con tono neutro.

- "Lo sé"- Shaoran se sentó delante de Eriol y le miró con fijación sin tocar la taza.

- "Deberías de borrar esa expresión de tu rostro. ¿Acaso me crees tan vil como para robarte a tu nueva conquista?"- La pregunta de Eriol no obtuvo respuesta y este le miró con más diversión- "En que baja estima me tienes, me duele tu opinión de mi"- Eriol dejó la taza y apoyó un brazo sobre la mesa.

- "No estoy para tus juegos"- Lo que más irritaba a Shaoran era esa pedantería de Eriol, con su prepotente sonrisa.

- "No te preocupes por nada mi querido jefe, todo está donde debe estar"- Esa frase no solo dejó a Shaoran sin respuesta sino más preocupado aún.

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Sakura había vuelto al cuarto junto a Tomoyo guiada por el guardia. Desde que entró habían estado calladas sin querer decirse nada. Tomoyo se sentía algo culpable por lo que le había dicho a Sakura pero no se retractaba de nada, no iba a mentirla, le fue sincera y mentirla solo sería dejarla que se sumiera en un mundo de fantasía que al final chocaría con la dura realidad y que la dañaría de una manera insospechada.

- "Sakura yo..."

- "Tomoyo yo..."- Las dos mujeres hablaron al mismo tiempo y esta situación acabó a carcajadas. La tensión había sido tan grande que no supieron nada más que liberarla así.

- "Discúlpame, no quise herirte Sakura, pero tampoco podía mentirte"- Tomoyo la miró y vio una sonrisa de aceptación, la había perdonado si es que se había enfadado con ella.

- "No hace falta que te disculpes, comprendo que no fue fácil para ti, yo en tu lugar hubiera tenido muchas dudas"- Tomoyo no pudo evitar sentirse apenada, su amiga era demasiado ingenua para vivir en este mundo y demasiado sentimental, era una persona muy emocional y eso algunas veces podía llevar a grandes desastres. La joven de pelo oscuro decidió cambiar de tema para aligerar el ambiente.

- "¿Y descubriste algo interesante en la cocina?"- Sakura tornó su rostro a una expresión seria.

- "Pues aparte de refrescar mi italiano descubrí varias cosas muy interesantes"- Tomoyo y Sakura parecían dos chicas muy comunes, pero eran especiales, muy especiales. Tomoyo ya demostró su habilidad en la lucha, las armas y la electrónica, Sakura aun careciendo de un sentido era hábil con las plantas y conocía más de un idioma, el italiano estaba entre ellos.

- "¿Entonces seguimos con lo planeado?"- Sakura afirmó- "Al final veo que solo has aliviado el dolor de la chica, ¿qué tal tomó su hermano la noticia?"

- "Está dolido y se siente impotente ante la imposibilidad de salvar a su hermana, pero... debía decírselo"- Tomoyo se acercó a la joven tumbada sobre la cama, cogió un paño dentro de un balde de agua y le pasó el paño húmedo sobre el rostro.

- "Es fuerte"- Dijo Tomoyo mirando a la chica.

- "Sí y valiente. Algo muy necesario para pasar este sufrimiento"- Tomoyo se dio cuenta del extraño cariz que tomaba el tono de su amiga y por segunda vez en su vida vio esa expresión, una expresión que la helaba la sangre.

- "Sakura"- Tomoyo llamó la atención de Sakura y la expresión de siempre volvió. Tal vez habían sido imaginaciones suyas, sí, era lo más probable.

- "¿Querías algo Tomoyo?"

- "Nada, no era nada"- Sakura empezó a merodear por el cuarto yendo de un lado para otro. Kero que había estado al cargo de la vigilancia de Fiona descansaba ahora a los pies de la cama.

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- "Odio este país"- Murmuró un hombre entre dientes mientras tomaba una copa en un bar. El local era de escasa luz y tenía un ambiente cargado de humo, se podían apreciar luces rojas que daban al lugar un toque más decadente.

- "No eres el único"- Otro hombre de cabello oscuro largo hasta los hombros y recogido en una coleta reafirmó lo dicho por su acompañante, miró a su alrededor solo con la vista sin que nadie se percatara- "¿Has encontrado algo?"- Dijo con una copa entre sus labios.

- "Aparte de un par de cadáveres, no gran cosa"- Dio un sorbo a su bebida un pelirrojo de pelo corto.

- "Fuiste bueno o malo con ellos esta vez"- Dijo con sonrisa maliciosa. Los dos hombres seguían con las gafas de sol puestas, aún siendo un lugar cubierto y prácticamente sin luz que cegara su vista.

- "Fui justo, les di lo que se merecían"- Llamó a la camarera con la mano y pidió otra copa.

- "Espero que no hayas llamado mucho la atención, ya sabes lo que se nos ordenó"- Dijo mirando como giraba el contenido de la copa.

- "Cumplir la misión con discrección, sí, lo sé"- Dijo algo rabioso bebiendo el contenido de un trago y golpeando la barra con el vaso, no se hizo añicos por algún extraño milagro.

- "¿Entonces no les sacastes nada?"- Dijo el otro bebiendo lo que le quedaba de contenido.

- "No"- El pelirrojo sacó unos billetes y los tiró sobre la mesa, los dos hombres iban a salir del local cuando la camarera que les cobró los detuvo.

- "Disculpen señores pero estos son dólares americanos"- El hombre de cabello oscuro se acercó a la chica y esta retrocedió unos pasos, su forma de acercarse era imponente y sinuosa.

- "Ahora mismo no tenemos nada en moneda china, si me dices a que hora acabas de trabajar te lo traeré"- El hombre tenía ojos de depredador ansioso de una suculenta presa, pero eso no lo percibió la joven.

- "Pues esta noche a las 12 salgo de trabajar"- El hombre sonrió y se dio la vuelta.

- "A las 12 estaré aquí"- Y dicho eso se marchó. La chica sentía arder en su interior y su excitación era tan grande que no podía esperar a la hora en que ese hombre llegara.

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La joven Lara conducía con temeridad por las calles de Hong Kong en su nuevo Lexus SC rojo. Era un coche que prácticamente volaba, automático sin la necesidad de esas molestas marchas, lo llevaba descapotable dándole el viento en la cara, un coche que iba suave como la seda. Aún siendo por naturaleza una mujer inconsciente al volante, ese día su temeridad era mucho más peligrosa para el resto del mundo. Todo porque un hombre la había dejado por 'otro asunto'. Era algo imperdonable, algo que jamás había conocido desde que había nacido y algo que no toleraría. No dejaría las cosas como estaban, con ella no se jugaba y esa era una lección que tendría que enseñarle a Shaoran Li. Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de un timbre de teléfono. La chica soltó una de las manos que estaban sobre el volante y apretó un botón que dio paso a una voz.

- "Hola Lara"- Sonó una voz deliciosamente maliciosa desde el otro lado de la línea.

- "Vicky querida..."- Dijo con fingida alegría- "Que sorpresa esta llamada"- Su disgusto era ocultado por una máscara de falsedad.

- "No te sorprendas tanto Lara solo quería saber que tal te iban las cosas"

- "¿Por qué esa repentina curiosidad Vicky?"- Fox conducía sin importar si salía de los límites permitidos de velocidad- "Últimamente te veo muy interesada en lo que hago"- Dijo con suspicacia.

- "Te veo muy agria, no será que alguien te ha dejado plantada ¿verdad?"- Esa pregunta condescendiente enfureció más a la hija del líder de los Ge Mu.

- "¿A mi? Jamás, Vicky preciosa a mi jamás me ha plantado nadie y jamás lo harán"- Lara podía oír la voz de Victoria riéndose desde el otro lado.

- "Sí claro... jamás... Espero que jamás te pase nada por el estilo, sería una GRAN humillación para ti"- La condescendencia de la voz de Victoria estaba hirviendo la sangre de Lara de una manera espectacular- "Ya te lo dije una vez, jamás llegarás a ser la mujer que llegue a controlar a Li"

- "Tu tampoco lo serás Vicky, por lo menos yo aún disfruto de su compañía bajo sus sábanas, tu perdiste ese privilegio"- Lara iba a seguir insinuando maldades hasta que oyó el pitido de la línea, habían colgado, sea para lo que fuera esa llamada había terminado con suma rapidez- "Jajaja, que susceptible es a unos simples comentarios"- Lara siguió conduciendo por la ciudad de Hong Kong como si fuera el mismo diablo. Mientras tanto Victoria Dolphin, la famosísima modelo disfrutaba de una agradable comida en el balcón de su habitación de hotel.

- "Li... Li... Li... Cuando aprenderás a tratar a una mujer como debe ser"- La mujer cruzó las piernas mientras cogía una copa de vino entre sus dedos. Había llamado a Fox para saber de ella, eran viejas amigas de infancia, las mejores, pero... aquello cambió un día de la noche a la mañana, ya no recordaba cual fue el motivo, ahora se trataban fríamente y se atacaban siempre que hubiera un momento, sobre todo Lara, que se había convertido en una auténtica...- "Arpía"- Murmuró mirando la ciudad. Entonces suspiró por el motivo que la traía de vuelta a Hong Kong, un pase de modelos en la ciudad, no esperaba volver y menos que Lara conociera a Li, lo cual no la sorprendió sabiendo como era él- "Li... juegas con las mujeres como si de meros objetos se tratasen... hasta el momento has tenido mucha suerte y no has encontrado a una que se te halla rebelado, pero cuando llegue ese día... cuando ese momento este al llegar... me encantaría ver como eres capaz de desenvolverte... espero que jamás te enamores Shaoran, porque cuando ese día llegue... tú más que nadie sufrirás, ten la seguridad de ello"- Después de dos años sin pisar Hong Kong, Victoria se había convertido en una mujer esplendorosa, una modelo de altas pasarelas, una mujer bellísima que había conseguido gran fama, dinero y poder... pero que jamás pudo conseguir lo que más ansiaba... el amor de un hombre.

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Sakura y Tomoyo ya descansaban en sus habitaciones después de la larga noche que habían pasado despiertas y de la mañana tan ajetreada que habían sufrido. Sakura permanecía despierta, la perturbaba la salud de la joven Fiona, estaba tan angustiada... era como revivir una época que no quería recordar. Aún podía sentir lo que había vivido aquella vez, la impotencia de no poder hacer nada, la frustración de ver a una persona sufriendo, el dolor de ver a un ser amado marcharse, en ese momento recordó la expresión de Marco, podía entender lo que sufría.

La chica de ojos de jade salió del cuarto, debía averiguar una forma de poder ayudarla lo antes posible, marchó a la habitación de la chica para controlar como se hallaba. Para poderse guiar caminó poniendo la mano en la pared y dejándose guiar por donde recorrían esos muros, su tacto era su guía. Así, de esta forma llegó al cuarto de la joven, antes de poder coger el pomo de la puerta oyó unos pasos delante de ella y después el giro del pomo, la muchacha retrocedió unos pasos para dejar espacio a la persona que salía y delante de ella se detuvo alguien. Esa persona se quedó unos segundos parada y después se acercó a la japonesa. El joven esperó algo de ella pero Sakura permaneció inmóvil. Finalmente el visitante de la enferma dio pie a una conversación dejando oír su voz.

- "¿Se ha perdido?"- Preguntó seco y con seriedad. El hombre mostraba una barrera hostil.

- "No. Solo venía a ver como se encontraba Fiona"- Dijo la japonesa sin miedo y amablemente. Un silencio compartido.

- "Cuando esta mañana entró en la cocina quise preguntarle por la salud de Fiona pero surgió algo... imprevisto como pudo oír y después no pude acercarme a pregúntale"- Dijo algo retraído y tímido. Dos cosas le llamaron la atención a Sakura y una sonrisa se dibujó en sus labios.

- "No se preocupe, es algo normal distraerse cuando uno se encuentra en esa clase de situaciones. ¿Le gusta el capuccino?"- Preguntó la mujer con una sonrisa.

- "Mmmm... No, ¿por qué?"- Algo más que podía añadir a su lista de sospechas. La verdad es que era algo muy lógico, pasaban mucho tiempo juntos Fiona y él.

- "Nada, nada importante... Usted es Tobias, ¿no es así? Un placer conocerle"- Dijo Sakura haciendo una reverencia.

- "Señorita... El placer es mío, veo que tiene buena memoria"- Dijo con una gota en la cabeza, la verdad es que era una forma algo curiosa de presentarse, después de haber intercambiado ya unas palabras y la reverencia... era algo a lo que no estaba acostumbrado.

- "Es indispensable recurrir a tus otros sentidos y otros métodos cuando te es arrebatado uno"- Dijo con algo de pesar, cosa que percibió el joven.

- "No quise..."- La joven sonrió y negó con la cabeza.

- "Es algo a lo que ya estoy habituada..."- Sakura dio unos pasos más hacia atrás y se sentó en el suelo apoyando la espalda contra la pared, Tobias hizo lo mismo- "Espero que esta mañana no halla salido mal parado de su pelea"- Estos bruscos cambios de tema no preocuparon a ninguno de los dos. Tobias se mostraba distante y algo reservado pero no había tenido motivos en ningún momento para sospechar de la chica.

- "No se preocupe, solo recibimos una regañina de Albert cuando entró a la cocina, además si hubiéramos terminado peleando en serio Valentelli hubiera sido el que hubiera salido mal parado"- Dijo entrecerrando la mirada.

- "No es persona de luchas"- Dijo Sakura.

- "No, es un niño malcriado, un mimado de papá"- Dijo apoyando toda su espalda contra la pared y echando la cabeza hacia detrás- "Es como una mujercilla, una de esas cotorras que nunca dejan de esparcir rumores y que solo sabe preparar té, como buen inglés que es"- Sakura le miró algo curiosa y extrañada.

- "¿Es inglés? ¿Y qué hacia en Italia?"- El joven torció la miraba hacia Sakura y la miró detenidamente. Si que era curiosa esa mujer.

- "Al parecer su padre murió hace unos años y como su padre tenía un amigo en Italia, entró en la familia Giovanni con facilidad gracias a los contactos de ese hombre"- Sakura se quedó pensativa durante un segundo.

- "Valentelli... ese nombre..."- De repente todas las luces de la mansión se apagaron y los guardias de la mansión tanto del exterior como del interior miraron a sus alrededores- "¡¿Qué pasa?!"- Tobias se levantó del suelo. Sakura que no sabía lo que ocurría se sorprendió del repentino grito y también se levantó.

- "¿Qué ocurre?"- Sakura no oyó respuesta del hombre, en su lugar oyó un golpe y después algo caer al suelo- "¿Tobias?"- Preguntó expectante.

- "En estos momentos se encuentra algo indispuesto"- La voz no pertenecía a Tobias, era una voz tétrica y espeluznante.

N. de la A.: Por fin aquí tenéis este capítulo, no hay gran cosa que decir, solo que gracias por vuestra paciencia y comprensión. Espero que este capítulo os haya gustado. Y a todos aquellos con los que he hablado por el MSN, me han enviado e-mails y me han dejado un review, muchas gracias por vuestro apoyo y vuestra paciencia.

¿Pero se puede saber que está pasando en este fic? ¿Y la hermana de Marco? ¿Se morirá? ¿Habéis notado el extraño comportamiento de Sakura? ¿Y Wu Pao? ¿Es que no tiene casa propia? ¿Qué podría haber causado tan mala relación entre Wu Pao-Meiling-Shaoran-Eriol? ¿De verdad Shaoran sería capaz de matar a Eriol? ¿Y esa nueva mujer en la vida de Shaoran? ¿Qué hará Lara para que Shaoran no la deje? Y a todo esto.... Esos dos malditos hombres que pintan en este fic!!!!! Pero que demonios pasa en este fic?????? Algún día lo descubrirán, en el siguiente episodio acaba el caso de Fiona, después seguiremos adentrándonos en el mundo de los Clanes, qué nos deparará el futuro????

Aclaraciones:

Varias personas me dijeron que los Clanes se parecen a la mafia O_o, creía que ya estaba claro, los clanes son mafias, la verdad es bastante evidente U_U

Todo lo que les apetezca decirme a eternal_phoenix_light@yahoo.es

MSN-- kasiopea_milenia99@hotmail.com

Ya saben, mis comentarios se extienden en mi BIO. Y para que no lo sepan aún, tengo una nueva política: menos de 5 reviews = no actualización. Ahora si me disculpan tengo otros fics q escribir ^^UUUU.

Zai Jian