28 de Junio de 2003

Este fic es mío, pero los personajes empleados en él son propiedad de las Clamp, de su manga Card Captor Sakura.

Este fic se sitúa en un mundo paralelo (por así llamarlo). Las Cards y sus guardianes aparecerán. Shaoran y Sakura no se conocen. Eriol tampoco conoce a Sakura. Bueno, ya irán descubriendo los detalles a medida que lean el fic.

Ejem... ejem... después de varias reflexiones y de hablar con algunas personas. Me he dado cuenta de que este fic se me ha ido totalmente de las manos XD, en el sentido ^\\\\\\-//////^ de las relaciones entre... ejem... porque será que me siento algo incómoda ^^UUU, pues eso... entre la relación S+S. Aquí va mi mini advertencia:

'Recomiendo a aquellos que sean hiper sensibles :P o que tengan algo en contra de las relaciones entre parejas que vaya más allá de besos, que dejen de leer este fic. De momento no hay nada de lo que me arrepienta, así que no me hagáis sentir como una corruptora de menores (yo tampoco llego a la mayoría de edad pero tengo una mente madura y seria. Ya me gustaría a mí ser así XD). En todo caso, de momento no hay escenas excesivamente comprometidas, pero dejo la advertencia para gente superhipermegamaxi sensible XD'

- "Conversaciones"

"Pensamientos"

Sueños o recuerdos

~*~*~*~ Cambios de escenario

Una Flor En La Oscuridad

Capítulo 10: Una noche inquietante

By: Kassy99

Era una noche de lluvia y todo a su alrededor estaba en silencio. Era una noche oscura y tenebrosa, donde no se podía apreciar nada, ni siquiera el paisaje del lugar en el que se hallaba, pero eso no tenía la menor importancia, estaba delante de lo que quería ver y eso era lo único de lo que ahora era consciente, todo lo demás no significaba nada, no tenía sentido para ella. La pequeña quedó delante mirándolo con fijeza. Estaba absorta, no podía sentir las gotas de agua caer sobre su rostro, no notaba el frío calándose en sus huesos, ya apenas podía sentir su cuerpo. Era una niña pequeña de tan solo 5 años, era muy pequeña para estar sola en plena noche, pero no le había importado nada todas esas minucias. La niña parecía sin vida mirando el objeto delante de ella, sin moverse, sin mover ni un solo músculo, solo quedó quieta delante sin decir ni hacer nada.

A pocos pasos de ella se acercaba un grupo de personas, la pequeña ignoró sus presencias, o simplemente no las había oído. Un hombre alto tapado por una larga gabardina sin abrochar se acercó a ella separándose del grupo de personas y se quedó quieto a su lado. El hombre vio a la niña y se arrodilló a su lado. La niña no apartó su mirada en ningún momento. Solo le miró a los ojos cuando terminó de decirle algo al oído. La niña giró su cabeza lentamente y miró el rostro del hombre. Contestó a sus palabras, el hombre sonrió y levantó su mano para acariciar el rostro de la niña, se quedó apreciando sus facciones un momento y después la soltó. Dirigió su mano s un bolsillo y de él saco algo, le dijo unas palabras y la niña lo tomó sin dudar, miró con detenimiento el objeto en sus manos y levantó la cabeza mirando a los ojos de ese hombre. El hombre se levantó y con un saludo de cabeza se marchó y la dejó de nuevo bajo la lluvia. La pequeña le vio marcharse, volvió a mirar al objeto que le fue entregado y luego volvió su mirada a ese lugar que tanto miraba, al poco tiempo su mirada empezó a nublarse y un inmenso calor la empezó a invadir, no supo cuando y como fue, pero había caído sobre el suelo, sobre el frío y mojado suelo, lo siguiente que recordaba era que un gran sopor la invadía y la llevaba a un mundo de sueños.

Ahora se encontraba andando por un pasillo cuando vio la luz encendida de un cuarto. Miró en el interior del cuarto y vio a dos doncellas hablando y riendo muy animadas. La pequeña se quedó un rato espiándolas hasta que de repente la puerta se abrió y la chica cayó dentro del cuarto, las criadas la vieron y se echaron a reir, la pequeña solo supo sonrojarse. Una de ellas la levantó del suelo y se quedó ahí jugando con las criadas.

- "Pequeña... ¿dónde está la señorita?"- La niña miró a una de las criadas.

- "Está durmiendo en su cuarto"- Contestó con una sonrisa.

- "¿Y tú por qué estás despierta?"- Le preguntó la otra criada sentándose cerca de la niña.

- "Porque no podía dormir, con toda esa gente en la casa me he empezado a inquietar y no he podido dormir"- Las criadas se miraron entre ellas, era verdad que había mucha gente en la casa y por eso ellas tampoco pudieron cerrar los ojos y dejarse relajar a un mundo de sueños.

- "Entendemos lo que sientes..."- Suspiró la primera con expresión pesada, en ese momento la puerta se abrió y todas se sobresaltaron.

- "No des esos sustos"- Dijo la segunda llevándose la mano al corazón y dejando escapar un suspiro. En la habitación entró otra mujer, algo joven, pero solo en apariencia, la mujer entrecerró la mirada a la niña y esta tragó saliva al ver la expresión de su rostro.

- "Aquí estás señorita"- Dijo reprendiéndola- "Cuando no te vi en la cama me diste tal susto que casi se me sale el corazón del pecho. Eres una señorita muy traviesa"- La niña sonrió insegura. La mujer se acercó a las otras mujeres y se arrodilló delante de la niña que estaba sentada en un sillón- "Deberías de estar en la cama"- La mujer apartó los mechones de su flequillo a los lados y la sonrió.

- "Es que no podía dormir, lo siento"- La niña bajó la cabeza y entonces una de las criadas intervino.

- "No regañes a la pobre, te aseguro que hoy pocos duermen en esta casa, no seas tan dura con tu hija"- La mujer miró a la niña levantando una ceja, si que le resultaba fácil entablar nuevas amistades.

- "Bueno... como hoy es un día especial te dejaré despierta un rato más"- Las mujeres se quedaron hablando unas horas más pero toda su alegría fue interrumpida cuando la luz se fue y quedaron a oscuras con la luna de lámpara. Después oyeron varios ruidos en la planta inferior y finalmente unos hombres entraron de golpe al cuarto.

- "Kawasaki, ¿qué pasa?"- Le preguntó una de las chicas pero el hombre, que había entrado con otra persona, se encontraba pegado de espaldas a la puerta sujetando su arma.

- "Nos están atacando... marchaos de aquí, sino..."- Pero unos disparos le callaron y las mujeres se dirigieron al fondo del cuarto horrorizadas, la pequeña quedó mirando lo que pasaba desconcertada, la mujer que había venido buscándola la cogió y se la llevó con las otras. Unos segundos después oyeron dos gritos y vieron dos cuerpos pesados caer al suelo. La niña miró asustada pero la doncella le tapaba la vista con la mano. Poco después de los últimos disparos escuchados, unos hombres cogieron a las doncellas de los brazos y los cabellos hasta donde se encontraban los cuerpos de dos guardias de la casa. Todas temblaban y lloraban. La mujer que protegía a la niña intentaba apretar la cabeza de la niña contra su pecho, para evitar que viera todo ese horror.

- "¡¿Donde está?!"- Gritó un hombre. Era una sala oscura, todo estaba lleno de hombres, no sabía cuantos eran, pero eran muchos.

- "No se mueva señorita"- Dijo la mujer a una niña, la abrazó con fuerza, de manera protectora. Los hombres habían matado a los hombres de ese cuarto, solo quedaban tres doncellas y una niña.

- "Dinos donde está"- El hombre de antes alzó la mano levantando algo que sujetaba entre sus dedos, la niña no pudo ver bien que era, pero era algo que brillaba bajo la luz de la luna. Y pensar que hacía unos minutos la niña estaba alegremente jugando con las doncellas del cuarto cuando repentinamente se fueron las luces. Las doncellas gritaron asustadas y desesperadas. En el suelo delante de ellas había dos cuerpos sin vida, desangrándose. La niña pudo ver como la sangre salía del cuerpo de los hombres a cada disparo que habían dado. Rápidamente la doncella cogió a la pequeña y hundió su rostro en su pecho para que no pudiera ver esa monstruosidad. Ahora las doncellas estaban arrodilladas delante de los hombres, la niña aún en brazos de la mujer.

- "No sé de quién habla"- Dijo aterrorizada la mujer que estaba siendo apuntada con el arma.

- "No sean estúpidas, morirán si no hablan"- La niña pudo notar el temblor de la mujer y levantó la cabeza, la mujer la miró y la niña le sonrió.

- "Vamos, no tenemos toda la noche"- Dijo otro hombre. Al notar el silencio de las mujeres cogió a una de los pelos y la arrastró hasta dejarla delante de todas. La tiró al suelo- "Arrodíllate"- La mujer se levantó como pudo. La expresión de su cara denotaba pánico y la hacía parecer mayor de lo que en realidad era. El hombre puso su pistola en la parte trasera de la cabeza y apretó con firmeza- "Donde está el chico de los Fénix"

- "No... l... lo... s... sé"- Tartamudeó entre sollozos.

- "Respuesta equivocada"- Un sonido hueco invadió el cuarto y la niña vio como una bala atravesaba el cráneo de la mujer haciendo salpicar sangre. El cuerpo cayó sin vida. Y la niña miraba los ojos abiertos de la muerta, sus ojos... abiertos, mirándola.

- "No mire señorita"- Volvió a protegerla la mujer.

- "¿Ahora nos dirán lo que queremos saber?"- Las mujeres estaban muertas de miedo pero un alboroto fuera de la habitación interrumpió la ejecución. El hombre mandó a uno de los hombres salir del cuarto. Al poco rato volvió agitado.

- "Jefe, son los Serpientes y los Tigres"

- "¿Y qué quieren?"- Dijo irritado el hombre.

- "Al parecer han cogido al chico"- Esas palabras surgieron efecto en el hombre que salió corriendo del lugar con su última sentencia.

- "Matadlas"- Los hombres de la sala cogieron sus armas y les quitaron el seguro. Cada uno se fue acercando a las dos mujeres que quedaban.

- "Señorita, corra"- Susurró la mujer, la niña la miró interrogativa- "Corra con todas sus fuerzas y no se pare. No se pare y no mire atrás ¿Ha comprendido?"- La niña asintió. Los hombres estaban delante de ellas. La mujer se separó de la pequeña y se puso de pie, al igual que hizo la niña. La pequeña no pudo recordar como pasó, pero acabó saliendo de aquel lugar. Lo último que oyó fue a la doncella gritar.

- "¡Corre, corre y no te detengas!"- Y un fuerte ruido silenció los gritos. La niña lloraba, lloraba y corría. Se sintió aturdida, perdida y sobre todo aterrada. Llegó al principio de las escaleras cuando alguien la cogió de la muñeca, se giró a ver quién era y lo que se encontró fue...

- "Si algún día te encuentras en peligro, jamás dudes en utilizar todo lo que sea necesario para defenderte. Y si para ello tienes que utilizar uñas y dientes, como un animal salvaje no dudes en hacerlo, no importa lo que pase, lo más importante es tu supervivencia, lo más importante en tu vida... solo tu vida"- Le estaba hablando una mujer, la cual no conocía su rostro.

Sakura abrió los ojos mientras su respiración era agitada y acelerada. La joven se encontraba alterada, estaba sobresaltada y nerviosa.

- "Otra vez estos sueños"- Pensó mientras se llevaba las manos a la cara y se sentía con ganas de llorar, no podía evitar sentirse con ganas de derramar unas lágrimas al recordar todo ese tormento, pero... no iba a llorar, había olvidado que era sentir las lágrimas caer por su rostro, había puesto todo su empeño en ello, que cuando llegó a Hong Kong no pudo evitar sollozar en cuando esas pesadillas la volvieron a invadir. Las lágrimas volvieron a fluir por su rostro aquel día pero no duró mucho ya que su alma no podía llorar más. Tomoyo la había mirado con tristeza aquel día, cuando eran pequeñas, cuando había llegado a su casa y había quedado toda la noche despierta, mirando a la nada sin derramar ni una sola lágrima. A su amiga le dolía ver como su prima se guardaba el dolor en su interior, había visto en ella un espíritu atormentado- "Y ahora recuerdo esto..."- Sonrió con triste ironía, hacía tanto que no pensaba en el pasado, que no recordaba que tuviera uno. En ese momento sintió algo. Sintió una grata calidez, pero no era la calidez de su cuerpo lo que estaba sintiendo. Sakura notó que se estaba apoyando en algo duro, no era una almohada, de eso estaba segura. La mujer sintió como algo la rodeaba hasta llegar a su pecho. Con su mano tocó el lugar donde terminaba eso que la rodeaba y pudo notar que era una mano grande que estaba metida bajo su camisón que tocaba su pecho, o casi, porque la mano estaba un poco por encima. Sakura no pudo sentirse más avergonzada en toda su vida, ahora sentía un gran calor y no provocado por la fiebre que había tenido, los colores en su rostro llegaron a un claro rosado. Dejó su sonrojo para darse cuenta que también había otra mano sobre su vientre, una mano que estaba también por debajo del camisón que llevaba...- "Un momento... ¿camisón? ¿Desde cuando llevo yo...?"- Pero su mente se nubló al sentir que la persona que la estaba abrazando se movía. La mujer sintió el movimiento del hombre acercándola más a él y entrelazando sus piernas. Suerte que ella se encontraba de espaldas, sino la hubiera confundido con un farolillo rojo. Pero la cosa no terminó allí, ni mucho menos, para desgracia de ella y placer de él. Empezó a besar los hombros de la joven.

- "Si estás despierta deberías decírmelo"- La joven se sintió hipnotizada por su voz, tan suave y tan seductora. Sus labios la daban pequeños besos que la hacían sentir límpida. El hombre continuó con su labor al no recibir queja de la mujer. Tenía hambre... mucha hambre de ella. Sakura solo cerró los ojos con fuerza mientras cada vez se sentía más y más hundida en su pasión.

- "Pa... para"- Dijo en un suspiro. Un suspiro tal... que lo único que consiguió fue avivar el deseo de Shaoran.

- "No lo dices muy convencida"- El hombre soltó los brazos que la rodeaban para darla la vuelta y mirarla. Estaba tan sonrojada que parecía que fuera a caer otra vez bajo los efectos de la fiebre, pero esta vez una fiebre de deseo.

- "¿Qu.. qué ho... hora es?"- Preguntó para distraer al hombre de sus acciones. El hombre sonrió acercando su rostro a la curvatura que unía su cuello con sus hombros, hundiendo su rostro en ella y entre besos contestó.

- "Es hora de desayunar"- Sakura, ingenua o tal vez intentando seguir un tema de conversación que le distrajera de lo que la estaba haciendo siguió preguntando.

- "Y... ¿qué hay para desayunar?"- Sin que ella lo supiera el hombre sonrió con satisfacción, siguió con su labor, sin perder la concentración empezó a ascender por su cuello hasta llegar a su oreja y empezar a dar pequeños mordiscos y a lamer su oreja como si se tratara de un plato del mejor chef del mundo.

- "Algo muy dulce"- Contestó mientras una de sus manos volaba por el cuerpo de la joven. Con el camisón ya subido por encima de su ombligo el hombre palpaba a su antojo cada rincón de ese pequeño dulce- "Deliciosamente dulce"- Susurró en su oído. La mano que recorría su cuerpo acariciaba con avidez los muslos de la presa que tenía bajo sus brazos, en especial empezaba a tenerle cierto gusto a la zona interior. Sakura no se percató pero dejó escapar un suspiro que era casi un dulce lamento, sumiso y complaciente. Shaoran sonrió, al parecer últimamente sonreía mucho, sonreía de placer al sentirla, sonreía de puro deleite al oírla gemir y suspirar, pero lo que le haría llegar al cielo sería oírla suplicar, oírla decir de esos suculentos labios su nombre, solo su nombre, una y otra vez, mientras la hacía gozar del mayor de los placeres terrenales, del mayor de los pecados que podían existir en ese mundo, un pecado que mancharía sus alas de ángel y la convertirían en su esclava, que la cambiarían por completo pero que la encadenaría por la eternidad junto a él, nadie más que él conseguiría atrapar a ese ángel, aunque tuviera que romperle sus bellas alas, aunque tuviera que romper su dulce inocencia, la tomaría, como siempre había hecho para conseguir algo que deseaba.

- "Por... favor... para"- Sakura se dio media vuelta para apartase un poco pero su resistencia era totalmente inútil. La chica movió sus manos sobre el pecho liso del hombre, el pecho de un hombre, un pecho suave y cálido, un pecho tan agradable al tacto. Podía notar los músculos de su cuerpo moverse, podía notar como su piel se contraía y se estiraba a cada movimiento, podía notar la forma de su cuerpo. Pero todo se detuvo cuando le detuvo empujándole con fuerza, decidida a no caer en su trampa. El hombre cedió, no por la fuerza de ella, sino por la sorpresa de su acto- "No... quiero que me toques.. nunca más"- Sakura se giró de nuevo en la cama y se levantó quedándose sentada. El hombre vio como la fina y pequeña figura de ella se acurrucaba. Podía ver esas firmes piernas por las cuales su mirada corría hasta llegar a su cintura, donde el camisón seguía sin cubrirla. El hombre levantó la vista para ver a una perturbada Sakura, casi temblando, con los cabellos caídos tapando sus brazos. A Sakura la inquietó más ese silencio. El hombre se movió hacia delante y estiró su brazo para tocar su rostro, pero cerró los ojos, formó un puño con su mano y se retrajo saliendo de la cama. La joven notó como salía de la cama después de haber avanzado un poco hacia ella. En el momento en que él había dejado el lecho, la mujer se sintió muy aliviada.

- "Será mejor que descanses, el doctor dijo que durante unos días sería lo más conveniente"- Sakura estaba bajándose el camisón, ya que se había dado cuenta de que aún lo tenía levantado, y cogió las sábanas tapándose con ellas, aunque de nada serviría ya, pues ya era la segunda vez que él pudo ver su cuerpo más de lo que ella hubiera querido que él viera- "Si te sientes mal solo tienes que avisar a una de las criadas, ellas cuidarán de ti"- Sakura afirmó con la cabeza escuchando atenta lo que decía. Notó como el tono del hombre había cambiado de uno cálido a otro muy frío- "Ahora me tengo que ir"- Shaoran abrió un armario y empezó a sacar algunas piezas de ropa. Sakura se sentía incómoda, pero no podía decirle nada después de notar que estaba preocupado por ella, sino no la hubiera dicho que descansase ¿verdad? pero aún así no sabía si realmente estaba preocupado por ella pues el repentino cambio de tono la había desconcertado. ¿Por qué podía estar molesto? o quizá... ¿era así como trataba a todas las mujeres? Ante ese pensamiento se entristeció y una pequeña sonrisa tristona se formó en sus labios. Debía de dejar de pensar que ella era especial. El incómodo silencio fue interrumpido por Sakura.

- "Mmmmm..."- La chica estaba dudando, pero consiguió llamar la atención de Shaoran que estaba cambiándose de ropa. El hombre había girado la cabeza para ver a la chica- "Mmmmm... ¿no... te duchas?"- Preguntó Sakura con inocencia. No era un tema de conversación trascendental, pero una pregunta inocente para romper el hielo formado en la habitación, tan pronto se había apagado el fuego de la pasión. Pero esa pregunta no fue la más adecuada, pues había tocado un resorte muy delicado. A Shaoran se le cayó la pieza de ropa que estaba sujetando y sin remediarlo una risa descontrolada escapó de sus labios. Sakura quedó anonadada al oírle reír, pero a la vez le confundía que el hombre se estuviera riendo... ¿había dicho algo gracioso? Shaoran no podía evitar reírse sin saber porqué, la verdad es que se había vuelto frío de repente al sentirse irritado, la mujer había estado con él hacía ya varios días, se habían quedado a solas en varias ocasiones, su deseo empezaba a descontrolarse y ella era tan inocente que era tan fácil tomarla, a pesar de todo eso, seguía sin poder deleitar de ella, ante toda esa frustración y ante la noche vivida ayer, esa pregunta le hizo estallar en risa.

- "Creo que por hoy he tenido bastante, he visto agua como para toda una vida"- Sakura no entendió lo que quería decir con aquello y de forma graciosa inclinó la cabeza hacia un lado.

- "Pero... ha sido una noche calurosa..."- Comentó con tono infantil.

- "No hace falta que me lo digas"- Dijo Shaoran sin que Sakura le escuchase y siguió con lo que quería decirle.

- "Y... me has estado abrazando y... y... pues... he estado sudando y..."- El hombre que había vuelto a sus asuntos, se había cambiado de ropa y ahora se dirigía hacia la chica, por sorpresa la levantó y se la llevó en brazos- "¡Shaoran!"- El hombre entró en el baño y metió a la mujer bajo la ducha. Abrió el grifo dando paso al agua, que empezó a caer sobre su cuerpo, pero era agua...- "¡Está fría!"- El hombre encerró a Sakura dentro, poniendo la mampara de la ducha y seguidamente salió sonriendo con cierta juguetona satisfacción.

- "Así despertarás, después vendrán unas doncellas y ellas se encargarán de ti, ahora disfruta de la ducha fría"- No sabía porque pero sintió que Shaoran la había metido debajo de la ducha en forma de venganza, aunque no sabía por qué.

El joven Li, se sintió mejor al enseñarla lo que él había tenido que pasar, dos veces, esa noche. El hombre salió con una sonrisa pícara en sus labios y se dirigió a las escaleras, allí descendió hacia la planta baja y entornó su marcha hacia el despacho, donde Eriol Hiragizawa ya esperaba, su joven amigo estaba sentado delante de su escritorio tomando un té, tranquilo y compuesto, con una sonrisa, como era característico en él. Cuando oyó la puerta de la sala abrirse giró su cabeza para divisar la llegada de su jefe, dejó la taza y se levantó de su asiento. Shaoran, que había puesto un rostro sereno sustituyendo su sonrisa por una línea, atravesó la sala sentándose en su silla detrás del escritorio. Eriol levantó una ceja con curiosidad al ver el extraño aura de alegría que le rodeaba, la misma alegría que tenía un niño cuando acababa de cometer una travesura.

- "De buen humor te veo"- Shaoran levantó una ceja inmediatamente después de oír a Eriol, no soportaba mostrar ninguna sonrisa delante de él y por ello había cambiado la alegría que reflejaban sus labios, pero por alguna razón había notado su buen humor.

- "Como todos los días"- Respondió fríamente. Eriol dibujó una sonrisa y se apoyó en el respaldo. Shaoran revisó los documentos que habían dejado sobre su mesa y después de mirarlos todos con tranquilidad volvió a hablar- "Supongo que has conseguido novedades"- Levantó la cabeza y su mirada se volvió inescrutable, como siempre.

- "Sí, ayer recogí un poco de información y te la presenté, pero al parecer no había llegado toda la información"- Aún pese a esa sonrisa su tono era muy serio- "Llegó información sobre la confirmación de la llegada del clan Escorpión, en efecto nuestras sospechas no fueron infundadas"- Shaoran apoyó sus manos y sus codos en el escritorio dejando caer su peso sobre sus brazos.

- "Entiendo... Entonces Ruikawa está de nuevo en su residencia"- Su tono era agrio. Kaito Ruikawa junto con Xe Ming, el líder de los Tigres, era una de las personas a las que más detestaba- "Supongo que también se ha movilizado junto con los demás"- Eriol sonrió y volvió a tomar su taza de té en sus manos.

- "Sí, al parecer esta extraña búsqueda ha movilizado a todos los clanes, si no a la gran mayoría"- Tomó un sorbo y miró a Shaoran a los ojos.

- "¿Y has descubierto qué es lo que buscan?"- Eriol cambió el brillo de sus ojos a uno más sereno y gélido, mientras que la sonrisa permanecía allí, imborrable.

- "Me temo que sí"- Las palabras no contentaron a Shaoran- "Buscan un objeto"- Fue lo único que agregó.

- "¿Qué objeto?"- A Shaoran le irritaba que Eriol fuera tan escueto en sus palabras.

-"¿De cuál objeto se puede tratar?"- Dijo en tono burlón para continuar con otro mucho más serio- "El de la leyenda"- La expresión de Shaoran no cambió en ningún momento.

- "¿Estás seguro?"- Eriol solo afirmó con la cabeza- "Pero eso es una locura. Ese objeto no existe, solo es una mera leyenda, además... ¿por qué ahora empiezan a buscarlo?"- Dijo Shaoran con un tono distante y hablando más para sí que para Eriol.

- "Que decepción me acabas de dar"- Dijo Eriol dejando la taza en la mesa y cambiando las facciones de su cara como si hubiera sido herido. Shaoran entrecerró la mirada levemente en modo de advertencia- "¿Debo recordarte qué nos acontece este año?"- Dijo Eriol inclinando su cuerpo hacia delante. Entonces Shaoran se giró y quedó de perfil ante Eriol. Su mirada se perdió, quedando muy pensativo.

- "Es factible la razón, pero aún así... es solo un cuento"- Dijo en un tono silencioso.

- "Aún así, el que halle el objeto, aunque sea un mero cuento, no obtendrá objeciones de nadie, pues es un objeto de gran importancia dada su leyenda, además contará con el firme apoyo de los más ancianos"- La mirada del inglés no se apartó en ningún momento de él- "Es el momento y será un momento decisivo. Si alguien lo encontrase antes de la reunión sería el final para todos los demás"- Shaoran se pasó la mano por el cabello y en lugar de mantener su frialdad o tal vez alguna clase de preocupación, mostró una sonrisa.

- "Entonces... no podemos dejar que eso pase. Si todos están buscando... nosotros no seremos menos"- Eriol mostró también esa sonrisa de satisfacción, de fría satisfacción.

- "Me encargaré de ello"- Entonces Shaoran volvió su cuerpo al frente y buscó entre los papeles.

- "¿Y qué hay de las desapariciones?"- Preguntó volviendo a su tono habitual.

- "Seguimos igual. Ya sabes que mi campo no es la información de la calle"- Shaoran le miró con los entrecerrados.

- "Sabes que no puedes hablarle a Meiling de todo esto"- Eriol se apoyó en su asiento juntando las manos.

- "Aunque no se lo diga lo descubrirá, tarde o temprano lo hará"- Dijo con una sonrisilla pícara.

- "Mejor tarde que temprano, aún sería mejor que se enterase después de haberlo resuelto"- Con esa frase solo le indicó a Eriol que mantuviese a Meiling bien distraída y ocupada, es decir, que era una orden que la mantuviese al margen de todo.

- "Así se hará, pues"- Dijo aún con su sonrisa. Cuando a Shaoran le tocaban ciertos puntos de su vida podía verse muy protector. El joven Shaoran había prometido a su padre que él cuidaría del clan, tanto como de la familia, ya que él lo había prometido, su hijo debía de seguir con esa promesa, no, con todas las promesas, hasta que fueran cumplidas. Así fue su vida desde que su padre murió, seguir el legado de su padre, que aún se mostraba tan presente como si permanecería vivo.

- "Entonces si no has encontrado nada, sigue buscando"- Dijo cogiendo una pluma estilográfica de la mesa.

- "No te preocupes, aún sin la valiosa ayuda de Meiling, encontraré todo lo necesario"- Shaoran no apartó la vista de los papeles que estaba mirando y escribiendo- "Bueno... alejándonos del tema... tengo que mencionar otros ciertos problemas..."- Shaoran paró de escribir pero siguió escuchando lo que Eriol tenía que decir- "... pero no relacionados con nosotros"- Fue entonces que Shaoran siguió escribiendo. Eriol sonrió y prosiguió el relato de su 'informe'- "Al parecer el problema del clan Fénix se ha convertido en un conflicto bastante importante"- Shaoran prosiguió con su trabajo con sus papeles- "A parte de su búsqueda como los demás clanes, tienen problemas con el clan Lotus, que está intentando quitarle su poder en Japón"- Era bien sabido que los clanes japoneses y chinos no tenían puntos en común, por decirlo con suavidad, así que a Shaoran no le preocupaba mucho los conflictos japoneses. Pero de todos los clanes, el clan Lotus era el peor pues era muy ambicioso, en exceso.

- "Eso nos traería problemas"- Dijo parando y levantando la cabeza- "¿Cuál han sido sus movimientos?"- Preguntó.

- "De momento han comenzado una discreta batalla, hasta hace bastante poco no nos hemos percatado de ello, pero al parecer ya llevan bastante tiempo en ello"- Shaoran dejó la pluma a un lado y se levantó de su asiento, poniéndose detrás mientras apoyaba su mano en el respaldo- "Los dos se están disputando el territorio"- Shaoran le miró sin ninguna clase de sentimiento reflejado.

- "Eso es ilegal"- Dijo Shaoran a Eriol, que cabeceó afirmativamente- "Saben que esas disputas son ilegales, si son descubiertos por los demás clanes tendrán que enfrentarse a los líderes, así como al Consejo. El Consejo del Pacto no tolerará ninguna falta a su autoridad"- Shaoran quedó de pie pensativo mientras Eriol esperaba por algo, sabía que aún quedaba algo por decir- "En todo caso... este asunto no nos incumbe"- Dijo Shaoran con tono jactancioso- "Que pase lo que Dios quiera que tenga que pasar"- Eriol se levantó de su asiento dejando su té sin terminar, era un inglés pero aún así era un sujeto muy extraño y curioso, pero nadie le iba a recrimar nada, todos en esa casa tenían sus curiosidades.

- "Entonces me mantendré informado de todo lo que pase"- Shaoran afirmó con la cabeza- "Aunque creo que este problema podría causarnos problemas, cuando uno de los dos venza, el otro se hará más poderoso"- Shaoran se sentó en su asiento y miró a Eriol con una sonrisa confiada.

- "Pero entonces será un clan y no dos"- Eriol sonrió dándose por vencido. Su forma de ver las cosas era única. Sí, sería solo un clan pero sería más poderoso y por alguna razón, eso no era temor para el gran Shaoran Li.

- "Haz lo que quieras. ¡Ah! Se me olvidaba"- Dijo Eriol dándose la vuelta- "Me debes un gran favor"- Shaoran le miró con curiosidad- "Ayer cuando te llevaste a tu joyita de jade..."- Shaoran entrecerró la mirada ante la forma que Eriol había llamado a Sakura- "... tuve que disputarme con dos mujeres, cuando aún me recupero de mis heridas. Por no decir que son un par de mujeres poco convencionales"

- "¿Qué quieres?"- Preguntó con suma frialdad.

- "Mmmmm... nada en especial"- Shaoran le lanzó una mirada de soslayo y siguió ignorando su cambio de tono. Eriol permaneció parado delante de la puerta- "Que tengas una buena mañana"- Shaoran no le contestó y Eriol salió del cuarto. El inglés caminó hacia el vestíbulo con una sonrisa de suma satisfacción, últimamente se divertía bastante a menudo. Normalmente no dejaría escapar la oportunidad de molestar a su amigo, pero ese día pensó que sería mejor dejarle en paz, ya tendría ocasión de irritarle otro día. El joven seguía sonriendo mientras subía las escaleras, había notado claramente la alegría traviesa que escondían sus ojos cuando entró al despacho, algo había sucedido, pero prefirió no presionarle en esos instantes- "Quizá más tarde"- Dijo en voz alta. Aunque se preguntaba que había sucedido para que se encontrara de tan buen talante, aunque su carácter cambió inmediatamente después que empezaron a hablar de 'negocios' el aire que le rodeaba parecía más relajado. Eriol siguió caminando por el pasillo de la planta superior hasta que algo delante suya captó su atención.

Tomoyo había salido de su cuarto para ir a visitar a Sakura, desde ayer en la noche no supo nada de ella y se sentía muy intranquila, no le gustaba nada que Sakura se quedara con ese hombre a solas. Tenía que cortar esa relación rápidamente, si Sakura seguía vinculándose con él acabaría muy mal parada, no solo por el mundo en el que él estaba metido si no por lo que él la haría sufrir. Ya había probado de ante mano lo que ese mundo podría causarle a Sakura, ese mundo donde habían tenido que introducirse, un mundo hostil donde no podías fiarte ni de tu propia sombra, por no decir que tenías que cubrir tus espaldas a cada momento. Sí, sabía como funcionaba ese mundo, lo sabía muy bien y sabía que Sakura, en su ingenuidad ignoraba todo esto, pero... esa podría ser una posibilidad, nadie le aseguraba que Sakura fuera tan ignorante, conocía a Sakura desde que eran niñas y sabía que algo estaba pasando, aunque no sabía el qué. La infancia es el recuerdo más bonito que se suele conservar, un recuerdo de despreocupación y relativa libertad, pero los recuerdos que Tomoyo conservaba de su infancia habían sido olvidados, al igual que Sakura. Las dos habían olvidado sus pasados para renacer en un mundo tranquilo, donde descansarían, pero que por culpa de Shaoran Li había sido perturbado. Con su fuerte y poderosa presencia había arruinado todo lo que ellas habían acumulado y conseguido, una vida estable, tranquila y sin complicaciones. Aún podía reír de lo paradójico que llegaba a ser la vida, pero sería mejor olvidarlo, ya que el destino enseñaría sus cartas y entonces sabrían el porqué de este extraño camino que habían tomado.

Ahora lo que más le alarmaba era que tenía que esperar a las noticias de Saiko, hasta que ella no se volviera a comunicar con ella con la información que le había pedido que buscara no podría realizar ningún movimiento en falso, debía ser cautelosa y muy precavida. La joven siguió caminando hacia el cuarto de Shaoran cuando alguien se interpuso en su camino. Tomoyo levantó la cabeza y vio esos ojos azules, solo pudo entrecerrar la mirada con indignación.

- "Él"- Pensó con la subiéndose en la cabeza, aún recordaba lo sucedido ayer en la noche.

- "Buenos días, Tomoyo"- Dijo acompañado con un gesto de cabeza, la joven le ignoró.

- "Para usted soy Tomonoki, señorita Tomonoki"- Eriol sonrió y eso produjo en Tomoyo más irritación, la joven iba a marcharse por su derecha cuando él se interpuso en su camino, le volvió a mirar a los ojos y se dispuso a ir a su izquierda, Eriol marchó por ese lado, volviéndose a interponer.

- "Parece que pensamos igual"- Dijo mostrando otra de sus sonrisas.

- "No creo pues no estaba pensando en eso"- La mujer decidió volver a ir por la derecha cuando Eriol volvió a realizar la misma jugada. La joven dio un paso atrás y levantó la cabeza con indignación- "¿Me permite pasar?"

- "Es usted la que no me deja pasar a mi, señorita Tomonoki"- Tomoyo levantó las dos cejas a la vez que sus ojos se ensanchaban de asombro, pero... ¿quién se había creído?

- "Pues pase usted"- Tomoyo se hizo a un lado dejando espacio al hombre, pero para mayor indignación Eriol meneó la cabeza de un lado a otro, en una negativa y fue este quien se hizo a un lado.

- "Gracias señorita Tomonoki, pero las damas primero"- El joven se inclinó hacia delante en una reverencia y dejó pasar a la joven que intentando mantener la calma caminó a paso firme. Antes de que la mujer pudiera escapar al fin de las garras de ese conquistador se detuvo, pues la mano de él cogió la suya- "Espero que pase un buen día señorita Tomonoki"- Y con ello le dio un beso en su mano, un beso tierno y delicado, que apenas rozaba sus labios con su mano. El hombre se marchó dejando a Tomoyo, no indignada sino hirviendo de furia.

- "Pero... pero.... ¿quién se ha creído qué es?"- De la mujer al hombre que ya caminaba a su cuarto, solo pudo ver la espalda del joven inglés pero pudo presentir cierto aire divertido que le rodeaba. Se había burlado de ella con todo el descaro del mundo, no solo burlado de ella, sino entretenido, como si fuera un juguete. La mano que fue besada por Eriol se convirtió en un duro puño y Tomoyo se giró, ahora apretando el paso sobre el suelo, como si con ello pudiera deshacerse de toda la frustración de haber sido manipulada y con gran efecto, pues había caído como una tonta y se había dejado llevar por su furia, debía controlarse, pero... no podía. Llegó a las puertas del cuarto de Shaoran y esperó a que la rabia se evaporara, por lo menos antes de entrar en el cuarto. Sakura no era como las demás personas y con solo oír una variación en la forma del paso de Tomoyo, podía detectar un cambio en su estado de ánimo. También tenía que controlar su voz, su respiración e incluso sus latidos, no debía de dar ninguna pista que indicara como se encontraba. Era asombrosa la capacidad de Sakura de saber cuando alguien mentía o no. Inspiró con fuerza y cuando espiró todo el aire golpeó la puerta con fuerza, la joven se mordió la lengua... primer fallo.

- "Pase"- Se oyó desde el otro lado. Tomoyo entró con un paso tranquilo y no muy acelerado y saludó a su prima.

- "Buenos días Sakura"- La joven giró su cabeza y después de titubear un poco la sonrió.

- "Buenos días Tomoyo"- Sakura quedó en silencio tras un momento y Tomoyo tampoco supo que decir- "¿Estás bien?"- Tomoyo se sentó en la cama junto a su prima y le tocó la frente.

- "Debería ser yo quien preguntara eso, al parecer estás bien"- Sakura sonrió y afirmó. Tomoyo quedó un momento callada mirando a Sakura. La miró de arriba abajo por un instante hasta parar en un lugar, alzó una ceja y después le siguieron un ensanchamiento en sus ojos, a continuación su mirada se entrecerró como si intentara escudriñar algo en el cuerpo de Sakura. Levantó la cabeza y pasó su mano a su pelo- "¿Te has duchado?"- Sakura quedó callada mientras Tomoyo bajaba su mano a su rostro- "¿Una ducha fría?"- A Sakura se le escapó una risa nerviosa. Aún recordaba el bochorno de haber sido llevada al cuarto de baño por Shaoran y haber sido dejada en la bañera con el agua fría cayendo sobre su cuerpo, por suerte cuando este salió ella pudo cortar el agua.

- "Me apetecía refrescarme un poco"- La sonrisa de Sakura no convenció a Tomoyo, pero prefirió no insistir.

- "Ajá"- Sakura empezó a sudar profusamente al notar que la mirada de Tomoyo no se apartaba de ella.

- "Tomoyo... ¿pasa algo?"- La chica seguía mirándola con sumo interés. El silencio de Tomoyo ponía muy nerviosa a Sakura, pero Tomoyo no dijo nada.

- "No es nada... bueno... ¿has desayunado?"- Le preguntó como al descuido, pero podía notar como su mirada seguía clavándose en ella.

- "No, aún no, las criadas vendrán con el desayuno"- Tomoyo solo emitió otro ruido.

- "¿Has descansado bien?"- Sakura no pudo evitar sonrosarse pero inmediatamente su sonrojo se evaporó por un tono pálido, su prima notó el repentino cambio- "¿Pasa algo?"- Dijo ahora olvidándose de lo que había llamado su atención- "¿Qué pasa?"- Dijo ahora acercándose a su amiga.

- "Tomoyo... he vuelto a tener esas pesadillas"- Tomoyo abrió la boca pero la volvió a cerrar y dejó escapar un suspiro de pena mientras apartaba su mirada a un lado.

- "Sakura... olvídalo... olvida ya todo, ¿por qué sigues inquietándote?"- Sakura la miró bajando sus cejas y entristeciendo las facciones de su rostro.

- "Lo había enterrado en los recuerdos, pero... no sé porque me están invadiendo de nuevo estas pesadillas"- Dijo encogiéndose sobre sus rodillas. Dobló sus rodillas y agachando la cabeza rodeó con sus brazos sus piernas- "Siempre esas imágenes... es como si hubiera pasado ayer... pero esta vez... hubo algo diferente"- Sakura giró su cabeza para mirar a su amiga- "Hubo algo diferente..."- La mirada de Sakura estaba triste y perdida como si buscara una respuesta.

- "¿Qué...?"- Iba a preguntarla algo pero se detuvo enseguida, la mirada de Sakura lo indicaba todo, no la respondería aunque le preguntara. Jamás le había contado con exactitud sus pesadillas, pero sabía de que se trataban, lo sabía muy bien. Vio en la mirada de su apreciada amiga ese aire lacónico y ensimismado que la hacía trasladarse a un mundo de oscuridad, un mundo donde la perseguían con amenaza de muerte.

- "Creo que me volveré loca"- Dijo con triste ironía. Tomoyo guió su mano hacia su amiga y lo dejó sobre su brazo.

- "No lo harás, tú y yo sabemos que no caerás en una locura, si no... hace mucho que te hubiera perdido ante ella"- Sakura no sonrió, tampoco se entristeció, simplemente permaneció con el rostro austero y silenciosa- "Nadie te conocer mejor que yo y nadie te llegará a conocer de igual manera porque... yo te he visto afrontar lo que la vida te había deparado"- Sakura no dijo nada, el silencio había consumado sus palabras. Todo permaneció en ese estado hasta que alguien tocó la puerta. Una doncella entró con una bandeja. La mujer se acercó a las dos primas y dejó la bandeja en manos de Tomoyo, ya que Sakura parecía lejana a esa habitación. La doncella miró a Tomoyo y dejó escapar una risita. Tomoyo levantó una ceja al gesto de la sirvienta y esta le indicó con la mirada lo que antes había estado mirando Tomoyo con tanta fijación, la doncella hizo una reverencia y se retiró del cuarto. Tomoyo se giró y dejó la bandeja a los pies de la cama.

- "¿De qué se reía? Antes, cuando me ayudaron a salir de la bañera también reían"- Tomoyo levantó la mirada y esa ceja levantada permanecía en su rostro. Se sentó de nuevo, cruzó las piernas y apoyó su brazo sobre su pierna, dejando caer su cabeza sobre su mano.

- "Nada en especial..."- Dijo mirando a su amiga de soslayo, dejó pasar un suspiro y cogió de su lado la bandeja- "Será mejor que desayunes, ponte erguida para que pueda poner la bandeja"- Sakura hizo un gesto infantil, que fue entrecerrar la mirada mientras sus mejillas se hinchaban levemente y sus labios enseñaban unos morritos, bajo esa pequeña boca- "No pongas esa cara que pareces una cría"- Le dijo con burla.

- "Pues no me trates como tal"- La chica de pelo oscuro dejó la bandeja sujeta sobre sus patas, sobre las piernas de la joven de ojos de verde cristal- "Sakura..."- Tomoyo acercó sus manos a los cubiertos y esta se guió sola por la bandeja- "¿Ha pasado algo entre tú y él?"- Sakura se chocó con el vaso de zumo, pues su mano tembló repentinamente.

- "¿Pasar algo?"- Los colores empezaban a ascender por su cuello hasta sus mejillas mientras intentaba mantener la compostura, inútilmente. Tomoyo dejó escapar un suspiro- "¿Tendría que pasar algo?"- Preguntó mientras se llevaba el alimento a la boca, algo temblorosa.

- "No, no tendría... si durmieras sola"- Sakura se atragantó y cogió el vaso para dar un trago- "Pero durmiendo con un hombre, hay posibilidades de que pueda suceder cualquier situación... ¿cómo decirlo delicadamente?"- Sakura esperó a que Tomoyo continuase- "¿...comprometida?"- Sakura tragó con dificulta del siguiente bocado, no sabía porque pero el desayuno se había tornado extrañamente pesado.

- "Pues... no ha sucedido nada... todo ha sido bastante normal..."- Tomoyo la miró inquisitiva y apoyó su cuerpo sobre su brazo mientras el otro brazo descansaba sobre su regazo.

- "Normal..."- Sakura afirmó con la cabeza- "Pues entonces defíneme que es 'normal' para ti. 'Normal' en sentido de que has dormido con un hombre que por lo que he podido ver tiene... las manos largas... malas intenciones... y... un carácter un tanto... ¿controlador y posesivo?"- En la cabeza de Sakura estaba gritando por tener un anti ácido en sus manos, esta conversación le estaba causando dolor de estómago.

- "Pues lo que ocurriría entre un hombre y una mujer"- Tomoyo entrecerró la mirada y Sakura dejó los cubiertos sobre la bandeja para subir las manos y negar con la cabeza- "Quise decir... lo que pasa entre un hombre honrado y caballeroso y una mujer decente y bien educada"- No sabía porque pero eso le había sonado muy anticuado y bastante irreal.

- "Es decir... ese hombre honrado y caballeroso, te dejó dormir en su cama y él, al ser TAN honrado y caballeroso, durmió..."- La mujer miró por todo el cuarto para no ver ni un sofá, pero sí un sillón, pero no sería lo bastante cómodo para dormir en él- "... en un sillón o quizá en el suelo ¿no es así?"- Sakura conocía a Tomoyo, tan bien como la conocía a ella, y ese tono que empleaba denotaba que solo buscaba encasillarla y hacerla soltar toda la información que deseaba y también sabía que en estos temas relacionados con hombres, no tenía escapatoria, pues Tomoyo siempre había sido sobremanera protectora en ese terreno.

- "Pues... ehh... esto... ehhh... mmm... no... exactamente..."- Fue la respuesta de Sakura, titubeaba tanto que hasta un tonto notaría su nerviosismo.

- "Entonces... ¿qué fue lo que pasó exactamente?"- Sakura unió sus manos sobre su regazo y estuvo callada, pensando en una respuesta adecuada- "Por lo que veo, supongo que tienes que pensar bien la respuesta ante algo que no ha sucedido"- Sakura siguió callada hasta que levantó la cabeza.

- "Fue una noche tranquila y apacible, dado que yo estaba dormida bajo los efectos de un somnífero"- Así pues no era mentira, ella había dormido plácidamente en la cama sin notar nada, aunque sino hubiera estado bajo el efecto de las drogas suministradas para su descanso hubiera notado, no algo, sino muchas cosas. Tomoyo no podía negar eso, pero tampoco podía negar las pruebas suministradas que la hacían dudar. Era evidente la culpabilidad de la persona a juzgar.

- "¿Y...?"- Pero antes de que siguiera formulando preguntas que evidenciaran el inquietante estado de su prima esta se salió por la tangente, adentrándose en otro tema, que no se centrase en su persona.

- "¿Te pasó algo está mañana? Cuando golpeaste la puerta te noté algo... enfadada"- Tomoyo sonrió para sí misma, no cabía duda que había escapado a su implacable interrogatorio con suma astucia.

- "Me encontré con un demonio que me enturbió la mañana"- Las palabras de su prima sorprendieron a Sakura- "Ya me alertaron de sus tretas y artimañas, pero no sabía que el demonio fuera tan condenadamente pesado"- El lenguaje desbordaba hostilidad por todos lados.

- "¿Y ese demonio? ¿qué hace?"- Le preguntó ya más por diversión que por curiosidad.

- "Como criatura del mal que es, persigue, embauca y atormenta a sus víctimas, hasta conseguir de ellas un contrato para que vendan sus almas"- Su analogía del comportamiento de un conquistador no andaba mal parada, pero lo más importante es que estaba divirtiendo a Sakura como nunca en su vida.

- "¡Dios Bendito!"- Dijo en exagerado tono, que rozaba las líneas de la risa- "¡Qué monstruo insensible el cual describes!"- Dijo llevándose las manos a la boca, acentuando su exagerado tono de burla y escondiendo a su vez la risa- "¡Vamos Tomoyo! Es como si me describieras al mismo diablo"- Dijo recuperando el ánimo y a su vez los cubiertos de la bandeja para seguir desayunando.

- "Pues no se aleja de él. Es un ser irritante. Desde la primera vez que le vi supe inmediatamente que clase de hombre era. Me pasó un escalofrío por la espalda y de inmediato supe lo que pretendía"- Sakura reconoció inmediatamente ese tono. Su amiga y prima siempre había tenido éxito entre los chicos, según tenía entendido era una belleza como pocas, aún recordaba su rostro de pequeña y no podía negar que en su infancia poseía cierto aire maduro y de una gracia femenina que la hacía atraer a los hombres, los cuales algunos fueron de la clase que Tomoyo clasifica como 'demonios', la comparación de las tácticas que utilizaba un conquistar no andaban desencaminadas a las tácticas que el diablo utilizaba para recolectar almas.

- "No dudo que tengas razón"- Murmuró para sí misma- "Y ese vil y despiadado demonio tiene el nombre de..."- Tomoyo la miró y un fuego ardió en sus ojos.

- "Eriol Hiragizawa"

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Sakura seguía sentada en la cama pero en esos momentos se encontraba sumamente aburrida, por no decir que tal era el aburrimiento que casi era mortal. Habían pasado solo 4 días y su aburrimiento no podía ser mayor. La joven era una persona activa, de las que les gustaba hacer las cosas por sí misma, por ello, sentarse en una cama para reposar era algo imposible para ella. En esos momentos se encontraba pensando en lo sucedido esos días, era extraño, pero Shaoran había decidido dejar el cuarto a sus expensas, no pasaba la noche en él, pero si iba cada mañana a cambiarse de ropa. No intentaba nada, como solía hacer y por algún complejo y entramado motivo, se sentía bastante decepcionada. No podía olvidar lo que había oído aquel día. Lo que estaba haciendo el joven con la chica Fox, pero no podía apartar de su mente la agradable sensación que le provocaba tenerle cerca, sentirle. Había reflexionado sobre todo lo que había sentido ese día y aunque le doliera reconocerlo, no podía negar que quería estar en su compañía, a pesar de lo que eso significaba. Entendía a la perfección que ella solo sería otra más en su lista de mujeres, que sería como Fox y que tendría que compartirle con otras, sabía que él era así y muy a su pesar... lo había aceptado, había aceptado que ese hombre era tal como era, pero le seguía doliendo, pues ella no significaba más que otra mujer con la que jugar.

Permanecería en su vida como otra muñeca en la estantería, la cuidaría y jugaría con ella hasta que se aburriera de la novedad de ese juguete nuevo, pero aún así... hubiera vivido y experimentado algo intenso y hermoso, un recuerdo que no se borraría a lo largo de su vida. Ella habría pasado los mejores momentos de su vida aunque para él no hubieran significado nada, aunque quien era ella para esperar eso... igualmente la abandonaría en cuanto la tuviera por primera vez, ella no era como las demás, no era tan llamativa ni altiva, no era tan elegante, no poseía nada que le hiciera valer la pena. Por sí misma no era más que una pobre muchachita que se ganaba la vida honradamente, una pobre chica que tampoco poseía una belleza especial, ninguna cualidad que mereciera la pena, era insulsa y aburrida, por no decir que poseía un gran defecto, pues era invidente. Desde un principio no debía haber mirado tan alto ni tener tantas expectativas ni esperanzas. Él era un ser inalcanzable, intocable para ella, no podía permitirse el lujo de tener como amante a una chica de tan baja clase.

- "Amante..."- Rió con ironía. Esa palabra jamás había pasado por su cabeza, en su vida pensó en que llegaría a ser una de esas mujeres que se acostaban con un hombre sin ninguna clase de lazo sentimental, jamás pensó que ella misma llegaría a desear ser esa clase de mujer con tal de permanecer junto a un hombre. Shaoran le abrió nuevas puertas al mundo real, del cual siempre había querido huir, le había enseñado su mundo, donde todo era correcto mientras se consiguiera lo deseado. Robar, matar, mentir e incluso traicionar estaba consentido en ese mundo con tal de alcanzar lo anhelado. Un mundo así... era un mundo frío y cruel, un mundo que ella conocía y a la vez desconocía. Y se preguntaba... ¿qué sabía ella realmente de ese mundo? ¿qué sabía realmente de Shaoran? Apenas sabía solo su nombre, jamás había pensado en preguntar por su apellido, él mismo no la dejaba tocar su rostro, la mansión que poseía era grande y espaciosa, lo que la daba a deducir que era rico, pero... ¿de dónde sacaba ese dinero? Desde que llegó a Hong Kong, supo que debía de estar relacionado con los clanes, ya que había conocido uno desde su llegada, además de alguna alusión, pero... ¿Shaoran tenía tanto poder como para manejar un clan? Entonces podría ser líder de un clan, aunque no, no podía ser real, no podía ser cierto, debía de pensar en otra cosa, o quizá estaba en lo cierto y era líder de un clan... pero... seguro que era un clan pequeño. No sabía el porqué pero llegado a un momento de su razonamiento había estado autoconvenciéndose de algo, donde no encontraba explicación alguna. En definitiva, debía de dejar de hacerse ilusiones, porque lo imposible, imposible es. En ese mundo... no existían los milagros.

- "Señorita Sakura"- Una doncella entró al cuarto y se quedó en la puerta- "He llamado y como no contestaba he entrado, espero no perturbar su descanso"- Sakura la sonrió y la doncella se sintió aliviada- "Quería saber si la señorita iba a bajar a comer o si la servíamos la comida aquí"- Sakura le indicó a la mujer que bajaría a comer pues ayer el doctor la había visitado y la había indicado que descansara, pero que ahora se encontraba muy bien por lo que podría volver a su rutina habitual, aunque debía mantener cuidado.

En esos 4 días en cama la joven había estado muy bien atendida y siempre bajo la compañía de alguien, sino era Tomoyo, Meiling se paseaba de vez en cuando a su provisional cuarto y la hacía compañía, como estaban bastante aburridas decidieron algo práctico, Sakura y Tomoyo empezaron a aprender el idioma, es decir, el chino, en este caso las enseñaron mandarín, ya que sería más útil si salían fuera de Hong Kong, ya sabían, por si surgía cualquier imprevisto. En esos 4 días aprendieron lo más básico, las preguntas habituales, números, días de la semana, del mes, algo de pronunciación, algunas reglas, no habían aprendido el idioma en 4 días, pero si habían aprendido bastantes cosas y las dos eran muy buenas alumnas, atendían con sumo cuidado. Lo que podía llegar a hacer el aburrimiento era sorprendente. La doncella se retiró con un saludo y una reverencia y cerró la puerta. Sin que Sakura lo hubiera notado, las criadas se habían convertido en admiradoras de la señorita, no temía al señor y a diferencia de las demás mujeres era amable y una persona noble, siempre con una preciosa sonrisa. Las jóvenes se sentían muy a gusto en su compañía y las señoras apreciaban su cortesía y sus modales, sabían que esa mujer llegaría a ser una señora respetable cuando llegara el momento.

Sakura salió de la cama y fue al sillón, donde cada mañana Meiling dejaba un traje para que se pusiera, por si quería levantarse y salir. Sakura tocó el mueble y percibió el tacto de la tela. Con su mano repasó los bordes y notó que era un vestido sencillo. El vestido era de color amarillo pálido, un color veraniego. Era de corte sencillo, sin ningún adorno, ni volantes ni excéntricos bordados, era de mangas cortas y escote disimulado. Se puso el vestido y vio que se cernía sobre el pecho donde debajo había un lazo que tenía que atar, a partir de allí el vestido se ampliaba en una larga falda hasta las rodillas, un poco por encima. El vuelo del vestido no era amplio sino el justo para que el fino viento lo meciera con cuidado. La joven se marchó hacia el baño a buscar un peine y encontró uno, con el cual pudo arreglarse algo el cabello.

- "Necesito algo para sujetarme el pelo"- Se dijo a si misma pensativa- "Y unas zapatillas"- Dijo al notar el frío suelo del baño. La joven salió y pasando por el cuarto salió al pasillo, donde se dirigió a los escalones, Sakura fue guiándose por la baranda de las escaleras hacia abajo y antes de tocar el suelo se oyó una voz.

- "¿Dónde está tú señor?"- Dijo una voz altiva y prepotente. A Sakura se erizó el bello de detrás de la nuca al reconocer esa irritante voz- "Llama a..."- La mujer detuvo sus palabras al ver a la joven de las escaleras- "Pero que tenemos aquí"- La mujer se caminó cerca de Sakura y se paró delante de ella- "Si es la pequeña sirvientica japonesa"- Dijo cruzando los brazos y mirando de arriba abajo a Sakura. La recorrió con la mirada y vio como iba vestida, tampoco se le escapó la ausencia de zapatos en sus pies- "Y mirad que lleva puesto... si va como una pobre harapienta"- La mujer hablaba en perfecto japonés, para poder humillar mejor a esa insulsa criadilla.

- "Creo que voy a llamar al señor"- Se disculpó la doncella sin perturbar el tenso ambiente entre las mujeres.

- "¿Se puede saber que haces? ¿no deberías de estar fregando algún suelo o limpiando el polvo de algún mueble? ¿Sirvientica?"- Sakura se quedó quieta, erguida ante la mujer, sin mostrar miedo ni indignación.

- "Perdóneme pero no tengo tiempo para sus desvaríos"- Sakura intentó seguir bajando hasta que la mujer subió un par de escalones y se puso delante de ella.

- "¿A dónde crees que vas? Discúlpate por hablarme en ese tono, aún no recibí las disculpas del otro día"- Sakura alzó la cabeza y se quedó impasible.

- "No tengo porque disculparme, si la verdad le hace daño, entonces no vale nada como mujer y mucho menos como persona"- Sus palabras lentas y con un tono helado hicieron que hirviera la sangre de Lara Fox.

- "Si no te disculpas haré que te echen a patadas de este lugar"- Sakura mostró una sonrisa torva, malintencionada y fría, era una sonrisa muy poco común en ella y si esa mujer la hubiera conocido, sabía que no era un síntoma de buen augurio.

- "Pues hágalo, inténtelo si puede, pero eso lo único que demuestra es su debilidad. Intentar respaldarse detrás de los demás solo me muestra lo bajo que es su orgullo y su voluntad. Si usted misma no puede afrontar sus problemas es que es muy débil, muy insignificante y poca cosa"- La mujer se indignó y se preparó a levantar la mano pero antes de que pudiera rozarle un solo centímetro al rostro de Sakura esta la detuvo cogiendo su brazo- "Es tan débil que se deja llegar por la fuerza, ¿acaso no sabe defenderse con palabras?"- Sakura apretó la muñeca con fuerza mientras un antiguo sentimiento se apoderaba de ella. El orgullo de Sakura era algo muy importante para ella, no se dejaría amedrentar por esa mujercita de bajas artimañas.

- "Suélteme"- Lara pudo ver en la mirada de la mujer frialdad y la fuerza de esa chica no era lo que aparentaba ser pues la estaba haciendo daño.

- "Entonces discúlpese"- Sakura esperó por su respuesta pero antes de que vinieran las palabras de sus labios una persona las interrumpió.

- "¿Qué ocurre aquí?"- Lara se giró para ver al recién llegado, pero Sakura ni se inmutó, después de todo no le podría ver.

- "Esta criadilla que has contratado se me está insubordinando, mira como me sujeta"- Empezó a replicar en chino y como si la chica de ojos de jade la hubiera entendido le soltó la mano. Shaoran clavó su mirada en Sakura y vio una extraña mirada en sus ojos, que enseguida se evaporó.

- "Será mejor que vayas al despacho Lara"- La mujer bajó los escalones y se quedó mirando a la japonesa.

- "No. Quiero ver como humillas a esta pobre mosquita muerta"- Dijo en tono despreciativo y una sonrisa en sus labios- "Ahora sabrás lo que es bueno"- Añadió en japonés.

- "Vete Lara"- Advirtió Shaoran. La mujer le miró con sorpresa- "Ahora"- La mujer se indignó, se mordió el labio inferior y echó una mirada de odio a la japonesa.

- "Pero..."- Intentó una última vez, pero la mirada de Shaoran le indicaba que no estaba bromeando. La mujer se giró y se marchó al despacho de Shaoran. Shaoran se acercó a la joven en las escaleras y la observó con detenimiento. Sakura tenía la mano cerrada en un puño.

- "No deberías haberla provocado"- Dijo en tono frío. Sakura no se intimidó ante el tono de voz, tampoco se enfadó porque defendiera a esa mujer, simplemente alzó la cabeza con dignidad y habló con fuerza.

- "Apártate"- Shaoran levantó una ceja y vio la expresión decidida de la joven. Notó un cierto aura de fuerza, un orgullo que Sakura había olvidado que tenía, que había enterrado y que ahora había renacido ante las insolencias de Lara. Sakura permaneció parada ante él, no podía seguir sin sujetarse a la baranda, necesitaba una guía, pero aún así, lo que la impedía moverse era que su orgullo la decía que ella no era la que tenía que rendirse, que el que tenía que apartarse era él.

- "A mí no me des órdenes"- Avisó con frío cuidado. Sakura no se empequeñeció ante él, sino que tomó de sus fuerzas y siguió empecinada en su postura.

- "Entonces puedes empezar a acostumbrarte porque no me pienso mover hasta que te apartes"- La expresión de Shaoran no cambió pero dentro de sí se sintió intrigado ante esta actitud de Sakura, una actitud de rebeldía, que aunque desde que la conocía había sido así, ahora se mostraba más fuerte.

- "Deberías de tener más cuidado con lo que dices"- El joven subió los escalones para quedar justo un escalón más abajo que ella. Levantó su brazo hacia el rostro de la joven que al sentir la cercanía retrocedió un poco pero no escapó a su mano, fue más bien un ligero sobresalto- "No tolero las rebeldías"- Sakura podía notar ese poder que emanaba de él, ese dominio que podía hacer llegar el miedo a los demás con solo sus palabras, pero Sakura no le tenía miedo porque sabía que no la haría nada, no entendía de donde había sacado esa conclusión, simplemente lo sabía.

- "Entonces debes de sentirte aliviado ya que no soy ni tu criada, ni ningún subordinado bajo tu poder y mucho menos tu juguete"- Shaoran bajó su mano a su brazo y la apretó con fuerza.

- "No te equivoques tú, eres mía y todo lo que es mío me obedece y me sigue ciegamente"- Sakura inspiró y cerró los ojos, más para tranquilizarse que el dolor que ahora sentía su brazo.

- "Soy ciega, pero no tanto como para seguir a alguien que no sabe cuidar de lo que es suyo. Yo no soy de nadie y mucho menos tuya"- Shaoran subió el escalón en el que estaba Sakura la cogió de los brazos y la acorraló contra la baranda- "Con miedos y amenazas no vas a lograr nada. Si quieres un juguete vete con esa mujercita que acaba de llegar. Ella estará más que dispuesta a seguirte"- La mujer apartó la vista a un lado intentando evitar que viera el dolor de esas palabras en sus ojos.

- "Porque te rebelas... no seas necia y deja a un lado toda esa absurda actitud"- Shaoran se acercó a ella con sigilo- "Es absurdo que sigas resistiéndote"- Cuatro días, cuatro horribles días sin poder tocarla, sin poder olerla, sin poder acercarse a ella. Había decidido alejarse de ella para que descansara con calma, para que pudiera recuperarse y poder volver a ver ese rostro brillante. Aunque también había hecho eso para poder separarse de ella ya que ese ángel de ojos verdes le invadía en sus sueños, le invadía y le ahogada con un deseo insaciable que cada vez se hacía más grande, prefirió evitar la tentación de acercarse a ella y hacer algo de lo que después podría arrepentirse. Pensó que alejarse de ella podía calmar el fuego que le estaba abrasando desde dentro pero al día siguiente tenía... debía entrar a su cuarto para poder volver a verla al menos, con la estúpida excusa de un cambio de ropa. Tenía que al menos poder verla. Cada mañana entraba en su propio cuarto para cambiarse con tal solo de poder verla y no se atrevió a acercarse a ella con temor de que se deshiciera en sus brazos, como un sueño.

- "Yo no me resisto a nada, simplemente no quiero inmiscuirme con alguien que no quiero. Eres tú quien insiste en algo que no puede ser. Eres tú el necio"- Reuniendo todo su valor levantó su rostro para mostrarle que no tenía miedo. Si no fuera porque no podía verle, creía que esa mujer, delante de él, le estaba atravesando con la mirada.

- "¿Inmiscuirte? Esa no es la palabra que utilizaría para definir nuestra relación"- Cada vez la acorralaba más si eso era posible.

- "¿Qué relación? Entre tú y yo no hay nada que nos una para poder llamarlo 'relación', nos conocimos por simple casualidad, nada más, solo somos..."- Notó como el hombre acercaba irremediablemente su cuerpo al suyo- "... conocidos"- El hombre acercó su cabeza a su cuello y con una mano rozó su piel. El hombre notó como ella se tensaba. Miró a la mujer con una sonrisa perversa y empezó a hablarla en susurros.

- "Ya ha desaparecido..."- Sakura giró un poco la cabeza sin entender a lo que se refería.

- "¿Cómo dices?"- Dijo algo perpleja ante lo que el hombre había dicho, ¿qué quería decir con eso?. Shaoran llevó su mano izquierda hacia detrás de ella y la apoyó sobre la baranda, encerrándola entre él y la baranda, mientras con su mano derecha acariciaba el cuello de la joven. Su cabeza inclinada hacia su izquierda, olía y acariciaba con su mejilla la barbilla de la joven, que se sintió helada, con total imposibilidad de movimiento. Shaoran levantó la cabeza, sin separase del tacto de la piel de su princesa hasta que quedó cara a cara con su rostro. Ella tenía las mejillas coloradas y la boca semiabierta con la respiración acelerada.

- "¿Te pone nerviosa mi presencia?"- Sakura cerró los ojos y tragó aliento.

- "No"- La respuesta salió temblorosa de sus labios y la joven creyó que el hombre iba a besarla en los labios cuando sintió que se aproximaba, pero volvió a conducirse hacia la curvatura de su cuello, donde sacó su lengua y la pasó lentamente sobre su piel, saboreando su sabor.

- "Mentirosa"- La joven tembló a la melodía seductora de su voz y seguidamente notó como sus labios se pegaban a su piel en un beso que la clamaba. La joven creyó que un vampiro la estaba mordiendo en favor de beber su sangre, pero no era un mordisco lo que la estaba poseyendo sino un intenso beso. Finalmente se apartó de la mujer y sonrió satisfecho al ver el resultado. Acarició la parte del cuello que la había besado y se marchó, dejando en el aire una última frase- "Eres mía, no lo olvides"- Sakura se sintió perdida. La joven cayó sobre las escaleras al sentirse desfallecer por la fuerza de ese beso.

- "¿Sakura?"- La japonesa oyó como desde lo alto de la escalera bajaban unos pasos, eran dos personas. Una de ellas bajó apresurada y cuando llegó a la altura de la joven se agachó y miró a la invidente- "¿Estás bien?"- Sakura no respondió, se sintió arder, su rostro no podía sentirse más caliente, estaba segura que su sonrojo era grandísimo.

- "Si no estás bien te llevamos a tu cuarto"- Dijo una segunda voz. Sakura negó fervientemente mientras se llevaba una mano cerrada a la boca. Tomoyo que estaba acuclillada delante de ella percibió algo con la vista y para asegurarse acercó su mano y apartó el pelo del cuello.

- "Otra vez"- Dijo Tomoyo con un profundo ceño en su mirada. Meiling la miró extrañada, se acercó a Tomoyo y cuando vio lo que esta vio no pudo evitar dejar escapar una risita.

- "Veo que has visto a mi primo"- Sakura levantó la cabeza azorada y las dos mujeres vieron el rostro de la joven, que enseguida desvió la cabeza al notarse observada.

- "¿Cómo sabes qué...?"- Las palabras de Sakura se pararon en seco por la interrupción de Tomoyo, brusca y algo fría, evidentemente por la irritación.

- "No dejes que ese hombre se acerque jamás a tu cuello"- Sakura se sintió mucho más que avergonzada y en seguida se llevó la mano al cuello.

- "No me digas que..."- Inmediatamente se sintió avergonzada, azorada, nerviosa y totalmente perdida. Meiling rió por lo bajo, era como una niña pequeña perdida.

- "Id al comedor, subo a por una chaqueta y enseguida vuelvo, creo que eso logrará taparlo"- Tomoyo levantó a Sakura y Meiling corrió a su cuarto mientras Sakura no separaba la mano de su cuello como si tuviera una marca horripilante marcada a fuego sobre su piel. Mientras Sakura aún intentaba recomponerse de lo sucedido Tomoyo recordó molesta lo que había visto hace cuatro días cuando entró en el cuarto de Sakura.

- "El muy desgraciado..."- Al parecer Shaoran había dejado una preciosa marca en el cuerpo de Sakura, más específicamente en el cuello. Esa marca no era si no otra forma de aclarar lo que era de su propiedad. Tomoyo había visto que Sakura no se había percatado de ello, así que prefirió no comentarle la marca. Cuando Meiling también vio la marca en el cuello no pudo evitar reírse, pero por orden de Tomoyo no dijo nada a la implicada en cuestión. Ahora que volvía a tener esa marca no podía dejarlo pasar, debía de dejarle bien claro a Sakura que no debía dejar que ese tipejo se le acercara ni un centímetro, ni una vez más. Cuando entraron en la habitación Tomoyo guió a Sakura a una silla y se sentó junto a ella, esperando.

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La tensión de la sala se podía cortar con el filo de una espada. Shaoran había entrado en silencio y se había dispuesto en su asiento detrás del escritorio, como dueño y señor que era de la casa. Lara se había sentado en los posabrazos de uno de los sillones que se encontraban delante de la mesa y había esperado con un notable enfado, demostrado por su ceño. La mujer le siguió con la mirada desde que entró, sin separar su vista de los movimientos seguros y ágiles del poseedor de esa mansión.

- "¿Qué te trae aquí Lara?"- Preguntó sin entrar en rodeos. La mujer le miró altiva y movió sus labios finos y bien perfilados con uno de los mejores lápices labiales que había en el mercado.

- "Venía a traerte un reporte de mi padre"- Dijo sacando de su bolso unos papeles- "Y una recompensa por traerlos"- Dijo mientras se apoyaba hacia delante mostrando su escote. Shaoran miró los papeles sin inmutarse por las tácticas femeninas de la mujer. Decepcionada se sentó en el sillón- "¿Es algo importante?"- Preguntó al ver lo sumamente atento que estaba Shaoran.

- "Nada que te incumba"- Dijo sin hacer mucho caso a la mujer. Lara se cruzó de piernas y lanzó un bufido de ira. Shaoran no escuchó ese gesto por parte de ella, más bien la ignoraba completamente.

- "He visto como has tratado a ese sirvientita nueva"- Dijo, atrayendo ahora la atención del líder del clan Dragón.

- "¿Espiando, Lara? No es de damas espiar a los demás"- Dijo aún mirando los papeles.

- "No sé como puedes sentirte atraído por esa clase de mujeres, de tan baja clase social, una harapienta mosquita muerta"- Dijo indignada al recordar como el hombre había acorralado a la susodicha 'mosquita muerta' y la había besado.

- "Primero, esa harapienta no es del servicio de esta casa, es mi invitada"- Lara lanzó un grito y se levantó de la silla, sin poder creer lo que acababa de oír.

- "¡¿Cómo?!"- Shaoran desvió la mirada por un instante y prosiguió con su lectura.

- "Segundo, no te atrevas a insultarla en mi presencia"- Lara se mordió el labio con furia y sus puños se cerraron- "Tercero, lo que deje o deje de hacer con ella es solo asunto mío y de nadie más, así que deja esas escenitas para otros hombres Lara y por último no tolero que se me marque"- Dijo recordando el chupetón que la mujer le había dejado el último día que se vieron- "La próxima vez lo sentirás"- Advirtió con tono lento y cuidadoso. La mirada fría de Shaoran se posó en los ojos de la hija de Adam Fox- "Me aburre tu teatro"- Los colores se le subieron a la joven, de la humillación que le estaba causando él.

- "Eres un grosero"- Dijo ofendida y molesta- "Como puedes ultrajarme de esta manera por esa... por esa... por tan poca cosa"- La mujer se dio media vuelta y anduvo de un lado a otro.

- "Te he avisado Lara. Contén tu lengua"- La mujer le lanzó una mirada de soslayo y tragó saliva. Giró la cabeza y se hizo la indignada. Antes de que la conversación pudiera proseguir alguien llamó la puerta y entró sin ser invitado.

- "Espero no molestar pero nos esperan en la mesa y a las damas no se las hace esperar"- Dijo cortésmente Eriol, que hizo una reverencia a la invitada de Shaoran.

- "Ya habíamos terminado"- Dijo Shaoran indicándole a Foxy con la mirada que ya era hora de que se marchara.

- "¿No me invitas a comer para presentarme a tu invitada?"- Sugirió la rubia con poca sutileza y antes de que Shaoran se pudiera negar, Eriol le ofreció el brazo y una sonrisa.

- "Porque no. Quédate a comer con nosotros Lara, será todo un placer"- Shaoran le lanzó una mirada asesina y el hombre solo sonrió ante su ataque.

- "Muy amable Eriol"- Y tomó el brazo de Eriol. Shaoran salió detrás de ellos, con aire oscuro. El inglés podía notar que a su espalda lanzaban dagas con la mirada. No tardaron en llegar al comedor donde Sakura, Meiling y Tomoyo hablaban entretenidas.

- "¿Y no es agotador estar pluriempleada?"- Preguntó Meiling antes de que llegaran el resto. Su sonrisa se oscureció cuando vio los cabellos dorados de Foxy.

- "Sentimos la tardanza"- Se excusó Eriol como buen caballero. Las mujeres asintieron con la cabeza y Tomoyo tanto como Meiling sintió unas repentinas nauseas al ver a esa mujer. Sakura quedó callada, por un momento notó un extraño olor, un perfume caro sin duda, parpadeó para sí misma y fue entonces cuando oyó esa molesta voz.

- "Hola Meiling"- Como si de una olla se tratara, el calor subió de la ira a gran velocidad.

- "Hola"- Farfulló Meiling lo más educadamente posible. Eriol se tendría que sentar al lado de Shaoran, pero este le ofreció su asiento a Lara. Meiling estaba al otro lado, enfrente de Foxy, a su lado estaba Sakura y al lado de esta se encontraba Tomoyo. Eriol se sentó al lado de Foxy. Shaoran se mostró callado, sabía que Eriol tramaba algo, pero aún no sabía que era. Le miró intentando escudriñar las intenciones que escondían esa falsa sonrisa. Hiragizawa se percató de su mirada y le ofreció otra sonrisa más amplia. Shaoran decidió apartar su mirada de Eriol y miró a Sakura, pudo ver que la joven se había cubierto con una chaqueta, era una época calurosa pero sin importarle ese detalle se había tapado a conciencia el cuello.

- "Perdona nuestros modales Lara, estás dos señoritas de aquí son nuestras invitadas de Japón"- Indicó el inglés con la mirada- "La señorita Tomoyo Tomonoki y su prima, Sakura Tomonoki"- Las dos movieron las cabezas en forma de saludo- "Ella es Lara Fox..."

- "Mucho gusto"- Dijo con una sonrisa retorcida, en su mente estaba maquinando algo. Los seis empezaron a comer calladamente, el ambiente tan animado que antes tenían las tres mujeres ahora se había apagado por la presencia de la amante de Shaoran- "Entonces..."- todos posaron sus miradas sobre la rubia- "... sois unas invitadas de esta mansión, ¿podría saber por qué?"- Las miradas se posaron sobre Shaoran que comía tranquilamente, sin perturbarse.

- "Por expreso deseo mío"- Lara miró a la pequeña mujer que estaba al lado de Meiling.

- "Sakura, te puedo llamar así ¿verdad? Dime... ¿cuántos años tienes?"- Se autorizó el honor de llamarla por su nombre de pila.

- "Tengo 20 años"- Dijo conteniendo su furia.

- "¡Oh! Pensé que tendrías menos, como eres tan pequeña, apenas se te ven los rasgos de mujer"- Shaoran miró discretamente a su lado, mientras que Meiling se atragantaba con la comida y Tomoyo la miraba de mala manera. Sakura no pareció molesta- "Pero no tienes que preocuparte, todo se soluciona con el tiempo ¿Me pasas la sal?"- Sakura no se movió y la que cogió el bote de sal fue Tomoyo que se lo pasó a Meiling la cual se lo entregó a Foxy.

- "Lara, perdona a Sakura, es invidente"- Dijo Eriol a Lara, la cual se quedó más que sorprendida, cualquiera en ese momento pensaría que Eriol estaba compinchándose en contra de la japonesa.

- "¡Oh! Perdona querida, no sabía que fueras ciega, que lástima"- Tomoyo sentía arder su estómago a cada bocado que daba.

- "No es ningún problema, así que no hace falta que me tenga lástima"- Contestó Sakura firme. En ese momento su prima notó un brillo en sus ojos, un viejo brillo que había sido apagado hacía mucho tiempo.

- "Se ve que has sabido vivir con ello, es muy noble de tu parte haber sabido afrontar el desgraciado hecho de que no podrás volver a ver nunca"- Meiling no salía de su asombro. Sabía que Foxy era una mala mujer, una descarada y con poca dignidad en algunas ocasiones, pero jamás había visto que atacara tan abiertamente.

- "Sí, he sabido afrontar este 'desgraciado hecho' no como tú por lo que sé"- Todos se quedaron extrañados, ¿qué había querido decir con eso?

- "¿Perdona?"- Preguntó sin entender bien sus palabras.

- "Es una lástima que tú no hallas podido afrontar el hecho de que tus pechos fueran tan pequeños y que por ello hallas tenido que recurrir a la magia del bisturí..."- Tomoyo estuvo a punto de echar el agua por la boca, Meiling se volvió a atragantar, Eriol sonreía como si nada y Shaoran levantaba una ceja- "Sí, una verdadera lástima"- Sakura comía con placidez y tranquilidad. Lara sintió como las mejillas se le coloreaban con los colores de la ira.

- "No sé de que me hablas"- Sakura paró de comer y apoyó los codos sobre la mesa.

- "No hace falta que te avergüences del hecho de que tus pechos sean de silicona, hoy en día no es nada malo que una mujer se preocupe por su imagen, todo lo contrario, es algo muy común"- Meiling miró con sorpresa a Sakura, jamás había pensado que fuera a atacar a Lara tan abiertamente, sin saber como, Shaoran se sintió sumamente atraído a la conversación en la mesa.

- "No sé de lo que me hablas, si no puedes ver como puedes decirme eso sobre mi busto"- Sakura dejó de apoyar las manos y con toda seguridad cogió el vaso delante de ella, como si realmente lo viera.

- "Solo son habladurías que he oído, seguramente me estoy equivocando, siento haberte ofendido con lo que he dicho. Aunque si no es verdad no creo que te halla molestado en absoluto, después de todo no tendrías razones porque molestarte con una simple equivocación"- Meiling ya no pudo contener la risa y se pudo escuchar su diversión. Tomoyo miraba con satisfacción a la mujer que había entrado tan segura y compuesta y ahora se contenía para no lanzarse al cuello de Sakura.

- "Pues claro que no estoy molesta"- Su tono no fue nada convincente- "En cambio, quizá, tú si tengas que recurrir a esos métodos, pero no podrías... con tu pobre medio de vida no tendrías lo suficiente para pagarte algo tan caro"- Sonrió al tornar los papeles.

- "Tienes razón, pero no me preocupa mucho, al fin y al cabo yo no necesito exhibirme para que un hombre me busque y vivir después de su dinero"- Ante todos había insultado a Lara. Shaoran miró a Lara y vio que no iba a dejar así las cosas, tampoco iba a interponerse él, era bien sabido que en una pelea de mujeres no era bueno interponerse sin salir mal parado.

- "Al menos estaría conmigo porque me encuentra bella e interesante"- Sentenció con una sonrisa.

- "Creo que me voy a retirar"- Ante estas palabras la sonrisa victoriosa de Lara se empezó a mostrar- "¿Tomoyo me acompañas?"- Su prima asintió y se levantó para ir al lado de Sakura- "Si me disculpáis, no estoy acostumbrada a tomar estos platos, la verdad es que los exóticos platos que preparáis son deliciosos, pero el plato de hoy creo que me ha sentado mal"- Dijo disculpándose ante los demás- "Los reptiles nunca han sido gustosos para mi paladar"- Y ante la asombrosa mirada de los que seguían sentados Sakura acabó la comida con todo su orgullo intacto. Lara se quedó sin palabras y Sakura se marchó con Tomoyo.

- "Si me excusáis a mi también"- Meiling se levantó de su asiento y se marchó junto con las dos primas. El cuarto quedó en silencio. Las tres mujeres salieron en silencio, pero cuando llegaron a lo alto de las escaleras ni Meiling ni Tomoyo supieron contenerse. Las carcajadas se escapaban de sus labios con animosidad.

- "Dios mío, ha sido digno de ser grabado"- Reía Meiling- "Jamás en la vida podré pagarte por este espectáculo Sakura"- Sakura no dijo nada, se mantuvo sería.

- "Esa mujer es una descarada, una arrogante y una maleducada"- Dijo aún enfadada por la indigna actuación de esa mujer.

- "Tú tampoco has sido la reina de la educación Sakura"- Dijo Tomoyo ya empezando a contenerse.

- "Solo me he defendido. Es lo que menos tolero en esta vida, que se me insulte a mi o mi familia"- Tomoyo se puso seria repentinamente. Ese viejo brillo que tanto había empeñado Sakura en enterrar, había resurgido.

- "No, si nadie te dice que hayas hecho mal, ya era hora de que alguien la pudiera en su sitio"- Dijo Meiling sin apreciar el cambio de humor en Tomoyo- "Hasta ahora nadie se había atrevido a enfrentarse a una de las..."- Entonces se detuvo y las dos mujeres supieron lo que Meiling iba a decir pero no dijo.

- "Está tarde vas a ver ese desfile de ropa al que te invitó Victoria ¿verdad?"- Meiling miró a Sakura y después a Tomoyo, de algún modo, a la sola mención de Lara o Victoria, Sakura cambiaba su tono a uno más decaído.

- "Sí, ya os dije que si queríais..."- Tomoyo rechazó su ofrecimiento inmediatamente.

- "Seamos sinceras, Sakura no podría verlo por lo evidente y además Sakura no se siente cómoda cerca de Victoria, por muy bien que nos caiga"

- "Tomoyo"- Dijo Sakura algo sobresaltada- "Disculpa los modales de Tomoyo, ya sabes que a veces..."- Sakura intentaba disculparse por la tajante verdad declarada por su prima.

- "No, no hace falta que te disculpes, ella tiene razón, no vamos a obligarte a hacer algo que no deseas"- Contestó Meiling comprensiva. La situación de Sakura debía de ser realmente delicada y bastante incómoda, no iba a reclamarla nada y mucho menos exigirla a que hiciera algo que no deseaba hacer. Las tres mujeres se marcharon por el pasillo y cuando llegaron al cuarto de Meiling, esta entró en él dejando a las otras dos mujeres solas. Tomoyo y Sakura caminaron hasta el cuarto de Tomoyo.

- "¿Y tú no quieres ir Tomoyo? A ti te apasionan los desfiles y que decir los diseños"- Una gota pasó por la cabeza de Sakura cuando un recuerdo infantil pasó por su mente.

- "No vale la pena ir a verlos si tú no eres la que los lleva puestos"- La gota de Sakura aumentó su tamaño. Las dos entraron en el cuarto y allí Tomoyo se sentó delante del tocador donde tenía el ordenador encima, levantó la pantalla del portátil y lo conectó a una caja que tenía a un lado y encendió el ordenador.

- "¿Aún no has recibido noticias de Saiko?"- Preguntó Sakura acomodándose sobre la cama.

- "Lo que has pedido no es fácil de encontrar Sakura. Tardó tres días para encontrar lo mío, espera a que hoy tenga lo que le pediste..."- Tomoyo se dio la vuelta para mirar a Sakura- "Aunque sigo sin entender que clase de petición es esa que le pides a Saiko, jamás pensé en nada más raro como..."- En ese momento una ventana se abrió en la pantalla de su ordenador y Tomoyo saludó a la mujer del otro lado- "Aquí está nuestra quería detective particular, creo que fue su vocación perdida"- Sakura rió por lo bajo al comentario de su amiga.

- "Sí, es verdad. Su profesión no debía de haber sido abogada"- Las dos se rieron. Saiko era muy eficiente en su profesión, pero sin duda como detective era un diamante en bruto- "¿Qué te dice?"- Tomoyo tecleaba atenta al monitor.

- "Te manda saludos y nos dice que ya no quiere saber de nosotras, que mejor nos desaparezcamos de su vida"- Tomoyo paró de leer, mostró una sonrisa y continuó- "Que para ser esclavizada por dos niñas mejor se ocupa de sus sobrinas"- Sakura se levantó de la cama y apoyó su mano en el hombro de Tomoyo.

- "¿No te dice nada de la información que le pedí que buscara?"- Tomoyo tecleó y permaneció callada.

- "¡Ajá! Te la ha encontrado, todos los datos que has pedido junto con algunos datos extras"- Tomoyo volvió a teclear- "¿Algo más?"

- "Sí, me gustaría saber una cosa más"

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Llegada la noche las calles de Hong Kong se iluminaban con sus luces parpadeantes de los letreros, las farolas y las luces de los coches. Todo en Hong Kong llegada la noche era alegría y diversión, la gente danzaba en vez de caminar, reía y bebía en nombre de la noche y celebraba su euforia yendo de un lugar a otro, proporcionándose diversión a raudales y que tal vez se presentara a la mañana siguiente en forma de resaca, como consecuencia de sus excesivas diversiones.

Pero también era noche para delitos y maldades pues en la oscuridad de los callejones ocurrían cosas insospechadas a la vista de muchos transeúntes. La noche era sinónimo de diversión tanto como de bandidaje, cualquier delito estaba permitido, solo tenías que salir bien parado, con ayuda de tus conocimientos o con dinero y posición para ocultarlos. En noche de pecado dos mujeres caminaban al interior de las puertas de un ostentoso hotel, donde se celebraban uno de los mayores desfiles de moda en Hong Kong.

- "Este sitio esta repleto de gente"- Murmuró Meiling al ver a toda la gente que se agolpaba para entrar a la sala con la pasarela, donde se expondrían los más lujosos y glamurosos vestidos de la temporada. La sala estaba iluminada por varias arañas de cristal de fino vidrio. Rodeadas de famosos, reporteros, modelos y grandes modistas el lugar brillaba en sí por la maravilla de las joyas que portaban en sus manos, muñecas, cuellos y orejas. La luz de las lámparas no se podía comparar con la que en breve saldría de las lámparas situadas a los bordes de la pasarela para iluminar a las modelos con sus trajes, vestidos y demás conjuntos. Meiling y Victoria se sentaron a esperar el gran espectáculo después de que varias personas conocidas de Dolphin las saludaran y las entretuvieran.

Ante esta gala de estilo y clase Meiling se había vestido con un vestido de noche largo, como era costumbre en ella había escogido un color llamativo pero que puesto sobre su cuerpo quedaba perfecto. El rojo era un color que siempre le había favorecido. El vestido, que se ausentaba de mangas llevaba un fular de seda roja que cubría los hombros de la china. Meiling miró a su alrededor extasiada por ver un desfile, hacía mucho que no salía y disfrutaba de un tiempo de descanso, entre sus deberes con el clan no tenía tiempo para su disfrute personal, pero aquellos cuatro días se encontró con una extraña ligereza sobre sus hombros, al parecer Shaoran estaba tratando ciertos asuntos que no precisaban de su ayuda por lo que la dejaba tiempo libre. No se había molestado en preguntar que era lo que ocultaba su primo, si él no creía necesaria su ayuda no iba a quejarse, si era importante ya la avisarían.

- "Ya va a comenzar"- Le avisó Victoria. Meiling asintió y esperó a la puesta de la música. Inmediatamente el desfile comenzó y varias modelos salieron con gracia sobre la pasarela. La música las guiaba y ellas andaban mostrando sus prendas, enseñando con sus movimientos la flexibilidad de sus telas, la gracia al llevarlas y lo ligeras que parecían las piezas sobre esas mujeres. También se podían ver piezas extravagantes con curiosos cortes, transversales, horizontales, verticales, formando curiosas formas. Meiling miraba a esas modelos cuando un brillo se cruzó en su vista, la joven movió ligeramente la cabeza y vio el objeto que brillaba. Su rostro se convirtió en la viva imagen de alguien que ha visto un fantasma- "Meiling... ¿te encuentras bien?"- Meiling giró su cabeza con brusquedad y su rostro se mostró algo agitado.

- "Estoy bien, discúlpame voy al lavabo un momento"- La mujer se levantó con cuidado y algo de torpeza, volvió a echar otra mirada a su alrededor y lo que había visto había desaparecido. La mujer notó la preocupación de Victoria y decidió no quedarse ahí parada. Salió de la sala para salir a un pasillo, miró a su alrededor en busca de algo pero no vio nada. Siguió avanzando mirando a la escasa gente que ahí se encontraba y con renuencia entró en el lavabo de damas donde se acercó a refrescarse- "Ahora veo visiones"- Dijo sacando un pañuelo, mojándolo y pasándoselo por el cuello y parte de la frente, levantó la cabeza y detrás de ella vio una figura. Meiling no dudó ni un segundo más y se giró para ver a un hombre grande y fuerte detrás de ella. El hombre se acercó sinuosamente y se abalanzó sobre su presa que le esquivó con rapidez. Meiling no se permitió pensar e inmediatamente metió la mano en su bolso y de allí sacó una pistola.

- "No debería de jugar con eso, se podría hacer daño"- Dijo otra persona desde la puerta del lavabo. Meiling se puso de lado para poder ver como estaba acorralada desde sus dos lados. Los dos se acercaron al mismo tiempo, uno abrió sus brazos para coger a la prima de Li. Meiling se giró a dispararle pero el que se encontraba en la puerta le dio un golpe en las manos lo que hizo que el arma se cayera y resbalara en el suelo lejos de ella. Meiling, viéndose desarmada atacó con sus puños, en primer lugar lanzó varias patadas a su oponente, pero con el vestido era complicado, el hombre esquivó los golpes mientras que el otro se dispuso a atacarla desde la espalda, Meiling lanzó un golpe con su puño y el hombre la esquivó, al final la redujeron entre los dos. Meiling seguía resistiéndose aún atrapada.

- "Quédate quieta"- El hombre sacó una cuerda, entre los dos la ataron y la amordazaron y con una bolsa de tela le taparon la cabeza. Meiling notó como era levantada con facilidad. El primer hombre en lugar de llevarla hacia la puerta del lavabo se dirigió al fondo del lugar y alzó lo más alto que pudo el cuerpo. Lo pasó por el alféizar de una pequeña ventana en lo alto y tiró el cuerpo, que cayó en brazos de otro hombre que esperaba en el exterior. Meiling estaba siendo transportada como cualquier objeto, sin tener en cuenta si se sentía cómoda o no, aún estando atada y amordazada la joven se seguía moviendo, como se mueve un pez al sacarlo del agua, saltando y brincando sobre la tierra hasta quedar sin vida. El hombre se detuvo y Meiling notó que estaba siendo descargada sobre el suelo, oyó el ruido de un motor, olía a gasolina, oyó otro ruido que no supo identificar y en un rápido movimiento fue empujada al interior de algo. En ese instante a la china se le pasó por la cabeza lo que debería de sentir Sakura al no poder ver, pero ese pensamiento desapareció en el mismo instante que notó que una mano se posaba sobre su cabeza y tiraba de la capucha que la habían puesto, Meiling respiró entre su pelo revuelto y cuando alzó su cabeza llena de indignación en su rostro solo se pudo dibujar una expresión consternada.

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La noche en la pacífica mansión de los Li se vivía con paz y tranquilidad. Shaoran al no tener la información con seguridad no podía actuar y la situación se estaba volviendo insoportable pues también era algo personal para él, algo que había prometido, a su padre, a su prima y a sí mismo. Era algo que desde luego no había olvidado durante todo este tiempo. Estaba en su despacho, había pasado la tarde y ahora la noche encerrado en su interior. Tras el incidente en la comida Lara se tuvo que marchar, se encontraba muy indignada ante tal falta de respeto hacia ella, pero lo que realmente la había molestado era que Shaoran hubiera permanecido en silencio mientras que ella tenía que soportar las viles palabras de esa maldita ciega.

- "¿Cómo has podido tolerar esa falta de respeto? Me ha ofendido con todo el descaro del mundo. Esa mundana, esa vulgar mujercita de la calle"- Dijo expulsando veneno en lugar de palabras. Shaoran miraba a Eriol con intensidad mientras este seguía riendo, los dos estaban absortos de las quejas de Fox.

- "Será mejor que te vayas Lara"- Dijo las palabras con cuidado en tono de mandato, en lugar de que sonara como un ofrecimiento.

- "Creo que sí, mi ánimo no puede tolerar más tratos de este tipo, espero que soluciones esto Li, cuando vuelva no quiero volver a ver a esa mujer"- Lara se levantó dejando su taza de café sin terminar en la mesa, se inclinó delante del hombre, pasó su mano de porcelana por su barbilla tan bien esculpida, le sonrió coqueta y le dio un delicado beso en los labios- "También espero esa recompensa que me debes"- Dijo con sonrisa lasciva. Shaoran se mostró inexpresivo ante sus encantos y la mujer se despidió. Eriol vio como la figura de la mujer se marchitaba entre la abertura de la puerta y esperó a que Li hablara.

- "Entonces... ¿piensas explicarme toda este teatro de hoy?"- Shaoran se dejó caer hacia atrás con los brazos cruzados sobre su pecho y las piernas cruzadas, una mirada expectativa en su rostro de mármol.

- "Pensé que sería conveniente que Lara conociera a Sakura, después de todo es la mujer que rivaliza con ella por estar entre tus sábanas"- Eriol mostró una sonrisa misteriosa y tranquila que hacían perder los nervios a más de uno, excepto a Shaoran, pero solo en algunas ocasiones.

- "..."- Eriol vio que el silencio de Shaoran se volvía amenazador, sabía bien que al invitar a Lara a comer había pisado terreno peligroso, muy peligroso.

- "Era razonable que las dos se fueran conociendo, entablando cierta conversación, ya sabes, después de todo las une algo en común"- Eriol seguía inmutado ante la fría mirada que lo estaba analizando.

- "Por supuesto... todo fue por un buen fin"- Shaoran se irguió su apariencia parecía ser la de un demonio encarnado- "Espero que halla sido de tu gusto el espectáculo. Tu invitación a Lara a que se quedara a comer estuvo fuera de lugar y el comentario sobre la ceguera de Sakura denotaba cierta... mal intención"- Eriol pareció complacido por sus comentarios en todo momento, sin cambiar ninguna arruga de su rostro- "Pero claro... siempre antepones tu propio placer a lo demás"- Shaoran llamó a una de las criadas y esta atendió la orden inmediatamente, se marchó y en un abrir y cerrar de ojos volvió con una botella en su mano. Sirvió a su señor y se dispuso a servir a Eriol cuando este tapó la copa con su palma impidiendo que vertiera el líquido en su interior. La joven salió y Shaoran agitó la copa en su mano, oliendo su aroma para después degustarlo con lentitud, saboreando el gusto de ese delicioso alcohol en su paladar.

- "En eso no me diferencio de ti"- Contestó Eriol en el momento que Shaoran dejó su vaso en la mesa- "Yo al menos obtengo mi diversión sin necesidad de utilizar la fuerza"- Shaoran no dijo nada- "Pero creo que tú también te has sentido muy curioso y entretenido por la conversación que estaban manteniendo ellas dos"- Shaoran juntó más sus cejas- "No lo niegues, si no hubiera sido así hubieras intervenido a favor de una de las dos, pero no lo hiciste"- Realmente se había quedado sin palabras al ver la reacción de Sakura, tan dulce e inocente que parecía, tan indefensa se veía cuando él se acercaba que jamás sospechó que pudiera sacar las uñas como las mininas. Shaoran siempre tuvo la impresión de estar jugando con una pequeña gatita que aún se apegaba a su madre, una gatita indefensa ante el mundo, no sabía cuan equivocado estaba. Esa tarde la joven demostró no ser una chica preciosa e inteligente en la conversación, sino agresiva y sutil. Aunque le había atraído la sencillez de Sakura, su visión inocente como la de una niña y la grata candidez de su sonrisa no pudo evitar ser atraído por esas garras que había sido obliga a utilizar. No se había equivocado con ella. Sabía que era especial, pero aún no sabía cuan especial era.

- "Tal vez tengas razón, tal vez no. En todo caso jamás vuelvas a involucrarte en lo que se refiere a mis mujeres"- Dijo con tono sereno, pero de advertencia.

- "¿Tus mujeres? o... quizá solo una en particular"- Shaoran se levantó y Eriol cambió su sonrisa alegre por su vieja sonrisa de diablo.

- "Si ya sabes la respuesta no formules la pregunta. Tus gracias te llevaran al infierno"- Fue más una certeza que un consejo, Shaoran marchó hacia la puerta y antes de tocar el pomo Eriol le llamó la atención.

- "No te preocupes Xiaolang, cuando ese día llegue bailaré al son del diablo y reiré de éxtasis al saberme victorioso"- Shaoran giró levemente la cabeza para mirarle de soslayo.

"¿Victorioso?"- Preguntó el hombre con cierto aire de ironía.

- "Sí, por haber llegado al infierno después de ti"- Shaoran mostró una fría sonrisa.

- "Eso ya lo veremos Eriol... ya lo veremos"- El chino salió del cuarto dejando a Eriol sonriendo. Si creía que moriría antes que él, no sabía en realidad cual era la verdadera naturaleza de su fuerza. Siempre habían reído ante la idea de la muerte y en su infancia habían apostado quien sería el primero en sonreír al señor que se quedaría con su alma pues era bien sabido que ya se la habían vendido. Una cosa tenía en claro, él no se dejaría matar tan fácilmente- "No, Eriol, yo no seré el primero... después de todo... aún tengo mucho que disfrutar"- Se dijo así mismo.

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Tomoyo y Sakura ya lo habían preparado todo, solo quedaba un asunto pendiente y harían lo que seguía en su plan. Sakura ordenó a Kero que se quedara en la bolsa, junto a su otro libro, ese libro tan especial que guardaba. El pequeño guardián se resistió al principio ya que no quería dejar en mala protección a su ama, pero enseguida recapacitó, pues tenía razón en desconfiar, no podía dejar el libro desprotegido. Finalmente las dos terminaron los preparativos y ahora Sakura se hallaba bajando las escaleras para dirigirse a la boca del lobo. En su camino se encontró con una doncella. Sakura, ataviada de unos pantalones negros y una camiseta blanca sin mangas que le llegaba a la altura del ombligo y con el corte del cuello que se asemejaba el de una camisa. La doncella portaba en sus manos una bandeja de plata con una taza y una tetera en ella. La joven se había parado para saber si la mujer necesitaba algo y ella le pidió una sola cosa.

- "Déjame llevar esto a tu señor"- Sakura cogió, tentando con las manos al aire, la bandeja y la sostuvo con firmeza, la doncella no supo que decir, pero no contrarió lo que le pidió. Sakura con paso seguro llegó a la puerta del despacho y llamó, en poco tiempo Shaoran abrió, al parecer esperaba con ansías la llegada del té o... quizá tuvo el presentimiento de ver un ángel que bajaba del cielo a servirle- "Buenas noches"- Saludó Sakura entrando en el despacho. Shaoran la dejó paso y cerró la puerta detrás de él cuando ella entró. Se acercó a la joven por detrás con sigilo, sostuvo las pequeñas manos de la mujer en las suyas e hizo que soltara la bandeja.

- "Sí, buenas son"- El hombre se dirigió a su escritorio a dejó ahí la bandeja, Sakura le siguió de cerca mientras su mano se deslizaba hacia el bolsillo de su pantalón. Shaoran la notó como si esperara algo de él y con rapidez la atendió haciéndola sentar sobre el sillón delante de la mesa. El hombre iba a rociar el líquido sobre la taza cuando Sakura le detuvo.

- "Si no te importa"- La joven le sonrió con dulzura y este dejó la tetera para ver como la joven palpaba la taza para saber su tamaño, después cogió la tetera y se dispuso a servir. Shaoran se dirigió a su silla mientras Sakura servía, y fue tal la destreza de la mujer que el hombre no percibió nada.

- "¿Querías algo?"- Shaoran cogió la taza de las manos de Sakura que tras dársela se sentó de nuevo.

- "Sí"- Contestó con lentitud, al parecer algo la distraía- "Quería saber que clase de relación es la que mantienes con Lara, me parece que era su nombre"- Shaoran dejó la taza sobre el pequeño plato y este lo dejó en la mesa.

- "Es hija de un socio"- Dijo en tono impasible.

- "Discúlpame si me equivoco, pero no me dio esa impresión hace cuatro días y en el día de hoy sigo teniendo esa misma opinión"- Entonces ese día en la sala de tiro si los oyó, como él sospechaba. Shaoran la miró algo extrañado, sentía que la conversación... no entendía porque pero era extraña, quizá el tono de su voz, no sabía el que pero había algo que escondía.

- "No tengo que darte explicaciones de lo que haga"- Dijo en tono severo- "Entre Lara y yo solo hay una relación comercial"- Sakura ahogó un resoplido de ironía- "¿No me crees?"- La cabeza de Shaoran empezó a sentirse pesada.

- "¿Eso también implica sexo?"- Dijo entre dolida y martirizada.

- "¿Me estás reclamando algo?"- Ahora no era solo la cabeza, sentía que la parte inferior de su cuerpo se entumecía. El hombre cerró los ojos y con dos dedos se apretó la sien en forma de masaje.

- "No, no soy nadie para reclamarte, no soy un familiar, no soy tu esposa, ni tu novia, ni siquiera una amiga, solo una simple desconocida instalada como invitada"- Dijo Sakura reteniendo la tristeza para mostrarle amargura- "Me has traído como si fuera un juguete nuevo, algo diferente a lo que sueles jugar, me has visto como una muñeca fácil de manipular pero ya no lo soporto más. Me intentas seducir para que me someta a ti, juegas conmigo sin tener en cuenta lo que siento, me tratas como te place y me exiges que te corresponda cuando tienes a esa mujer, esa Lara"- Shaoran miraba como el dolor se dibujaba en sus ojos- "Me miras como a las demás, me tratas como a un objeto y ya no puedo, no tengo fuerzas para vivir más esta clase de vida. Sé que me he negado una y otra vez, pero ni yo misma me he visto con fuerzas para rechazarte, ahora... ya no puedo seguir, esta vez es definitivo, quiero volver a Japón"- Shaoran olvidó el extraño estado en el que se encontraba y con todas sus fuerzas la respondió.

- "Tal vez no haya sido lo bastante claro... pero esto no es algo que este en tu mano decidir, esto no es algo que puedas dejar cuando a ti te plazca. Eres mía, tal vez aún no enteramente, pero el mismo día en que te entregaste a mis besos uniste tu destino con el mío, por propia voluntad te entregaste a lo que te podría ofrecer"- Sakura se sintió avergonzada y humillada. Como podía decir las cosas tan fríamente como si no tuvieran el más mínimo valor- "Aunque me acabes despreciando por el resto de tus días no te dejaré marchar, jamás. Me importa poco si te place o no. Ahora mismo solo quiero una cosa y eres tú. Nada ni nadie me ha impedido hasta ahora conseguir lo que deseo"- Shaoran se detuvo un momento para respirar, se aflojó el cuello de la camisa y se pasó la mano por los cabellos, continuó pese a su estado- "No sé que has hecho, no sé como lo has hecho, pero desde la primera vez que probé tus labios no he ansiado otra cosa mas que tocarte. Te necesito, te necesito más que a nada, es tal mi tormento por no poder tocarte que me creo estar enloqueciendo. Necesito apagar esta sed de ti, aunque luego puede que suceda lo que piensas no me importa porque para mí solo cuenta el ahora"- Su voz siempre fría se había vuelta extraña y empezaba a tambalear su fuerza, sentía como su cuerpo empezaba a traicionarle, no entendía que le estaba ocurriendo, era como si...

- "En otras palabras 'Carpe diem'. Me utilizas solo para saciarte, me dices que solo me deseas para tus más bajos instintos y me retienes contra mi voluntad, me haces sentir en una nube cuando me rozas o me susurras. Me das alas solo para quitármelas y estrellarme contra la realidad..."- Le contestó con condescendencia- "¡Por qué yo! Por qué yo cuando tienes a todas esas mujeres que te rodean, más sofisticadas, con más clase, ricas, bellas, con dinero, por qué decidiste escogerme a mi para tus juegos"

- "No todo en esta vida tiene respuestas"- Contestó frío. Sus párpados empezaron a notarse pesados, la parte superior de su cuerpo apenas podía moverse. Sakura se movió rodeando la mesa mientras pasaba sus dedos por la madera.

- "Tienes razón, no todo en esta vida tiene respuestas"- Sakura se acercó a él. El hombre veía como caminaba con calma y tranquilidad- "Por eso prefiero buscarlas en lugar de esperar a que un día aparezcan milagrosamente ante mi"- Sakura sacó un reloj de su bolsillo. Era un reloj de bolsillo antiguo, lo acercó a su oreja, mientras que su otra mano se acercaba al cuello de Shaoran.

- "Que... me has hecho..."- Shaoran comenzaba a respirar con más relajo mientras que su cuerpo sentía que la mano de la joven apretaba en una parte de su cuello.

- "Descansa, mañana cuando despiertes sentirás un leve dolor de cabeza, pero con una infusión se te pasará el dolor. Hasta entonces duerme"- Sakura vio que los latidos de su corazón se reducían, plácidos y descansados. Era efecto de la droga que le había dado, pronto caería en un profundo sopor. Con la dosis dada podría dormir sin perturbaciones hasta la mañana siguiente.

- "¿Por qué?"- Sakura se levantó y se guardó el reloj en su bolsillo.

- "¿Quieres una respuesta? Pues hállala tu mismo. No soy quien crees que soy"- La mirada del hombre empezó a nublarse hasta que una lenta oscuridad le invadía.

- "Sakura..."- La joven escuchó oír su nombre antes de abandonar el cuarto. Fuera, su amiga le esperaba con una bolsa.

- "¿Ya está?"- Preguntó Tomoyo expectativa.

- "Hasta mañana no habrá problemas"- Las dos mujeres se iban a marchar cuando Wei salió. Las dos se pararon en la entrada al ver al anciano.

- "¿A dónde van señoritas?"- Preguntó cortésmente.

- "Vamos a reunirnos con Meiling, nos dijo que después del desfile nos quería llevar a un restaurante muy hermoso. Por cortesía de Victoria"- Contestó Sakura con una dulce sonrisa.

- "Entonces esperen, llamaré para que las lleven"- Las dos jóvenes esperaron hasta que el mayordomo volvió indicándoles que el coche las esperaba. Les abrió la puerta y con una reverencia las dejó salir.

- "¡Ah! Wei antes fui a darle el té a Shaoran y me dijo que no quería que le molestaran, al parecer está trabajando en algo muy importante"- Wei sabía lo del té, la doncella que se lo fue a entregar entró a la cocina inmediatamente después de que se encontraba con la señorita Tomonoki y le cuchicheó a las demás lo que había pasado.

- "Entiendo señorita, no sé preocupe, no le molestaré"- Sakura afirmó con otra sonrisa y se marchó, bajando las escaleras con ayuda de Tomoyo.

- "¿Estás realmente segura de querer hacer esto?"- Dudaba aún su amiga de todo este plan- "Sabes bien que esto es una locura"- Sakura la miró con una sonrisa calmada y serena.

- "Jamás estuve más segura. ¿Kero está bien?"- Tomoyo abrió un poco su bolso y vio que el guardián se encontraba de bracitos cruzados con el rostro enfurruñado.

- "Sí"- Dijo con una risita. Las dos llegaron delante del coche y Tomoyo entró primero. Sakura quedó delante de la puerta abierta, pensativa y finalmente se dio la vuelta para regalarle su última sonrisa a esa enorme mansión- "Adiós..."- Se volvió para introducirse en el vehículo. El viento mecía las hojas de los árboles, una brisa fría recorría el suelo haciendo rodar el polvo y un susurro desapareció ahogado en la noche- "... Shaoran"- El coche salió del poderoso terreno donde residía la mansión y se llevó a las dos jóvenes de ese lugar al que habían sido acogidas a la fuerza.

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La mirada de la china no podía contener su perplejidad a su vez sus labios se tensaron y se cerraron con fuerza. Al recobrar el conocimiento de lo que estaba sucediendo, furiosa, llena de un una llama de odio se intentó abalanzar sobre el hombre, pero fue detenida por alguien que la empujó a sentarse de nuevo. La joven le miraba con puro desprecio y no podía contener la rabia que la estaba invadiendo hasta el último poro de su piel.

- "¡Maldito desgraciado! ¡Hijo de la grandísima...!"- La joven se detuvo ya que el hombre se inclinó delante de ella cogiéndole de la barbilla- "No me toques cabrón"- El hombre sonrió y la soltó.

- "Veo que no me has olvidado. Has crecido mucho desde la última vez que nos vimos"- Dijo el hombre con una profunda sonrisa de satisfacción.

- "Te juro que como tenga la oportunidad de deshacerme de estas malditas cuerdas re ahogaré con ellas"- El hombre no hizo caso de la amenaza de la joven e indicó al conductor a que avanzara por las calles.

- "Eres muy impetuosa, desde niña fuiste así, un gran defecto si me dejas decirlo. Mai Fan era más controlada, deberías de aprender de su recuerdo"- Dijo el hombre apoyándose sobre un lado, con su rostro apoyado en su mano.

- "No menciones su nombre, no tienes derecho a decir nada de ella. Suéltame y tu muerte será rápida, te dejaré morir con rapidez"- El hombre rió ante su amenaza.

- "Ya me dijiste eso una vez y sigo esperando a ese momento. No te preocupes, pronto llegaremos al lugar y descansarás en una preciosa jaula"- La mujer se adelantó hacia él amenazante.

- "¿Por qué me has secuestrado?"- Dijo empujando al brazo del otro ocupante del vehículo.

- "Un pequeño encargo de un viejo... amigo, por así llamarle. Fue una sorpresa cuando me enteré de que tu serías el encargo. Aunque es todo un placer tenerte aquí"- Meiling mantuvo en todo momento su mirada entrecerrada.

- "Bastardo... ¿aún sigues con esos malditos negocios?"- Preguntó con la mayor repugnancia.

- "¿No lo sabías? ¿Acaso ese primo tuyo no te lo ha dicho? Creía que a este paso el gran Clan Dragón sabría hasta los más escabrosos detalles, pero veo que como siempre, ese clan no es tan importante como para lograr nada"- Meiling sentía que su corazón palpitaba tan aceleradamente que tenía la sensación de que se le saldría del pecho- "Pero ya que lo has preguntado... sí, aún sigo en el mismo negocio, sin duda es el mejor que he hecho en toda mida, los beneficios que me aportan son increíbles"- Meiling cerró los ojos con fuerza al recordar un amargo recuerdo.

- "Maldito indeseable"- El hombre seguía disfrutando con esa conversación.

- "Y como aún tenemos un asunto inacabado, creo que ya va siendo hora de empezar a cobrar"- Meiling volvió a abrir los ojos, una profunda negrura se reflejaba en ellos, amargura, dolor, ira y odio- "Pero ya que el endeudado no puede pagar ya sus cuentas, quien mejor sino que tú preciosa"

- "¡Cómo puedes ser tan miserable! ¡Jamás te lo perdonaré! ¡Jamás perdonaré lo que hiciste!"- Gritó con fiereza.

- "Nadie pide disculpas, es más, ni siquiera tu clan se molestó en solucionar nada, aunque como se podía esperar de ellos una cosa semejante"- El hombre rió entre dientes. Meiling aún ardía por el recuerdo de lo que sucedió, como el Clan no hizo nada ante ello, como condenaron todo, archivándolo a parte- "Ahora todo a acabado para ti Mei. Nadie vendrá a ayudarte, al igual que nadie ayudó a Mai Fan"- El hombre se hundió en su asiento resguardándose en la sombra y mostrando una sencilla sonrisa maliciosa.

- "Jamás vuelvas a pronunciar su nombre con tu sucia lengua, Dominic"- El hombre reía con humor, sin duda alguna la chica no se había olvidado de él.

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Los dos misteriosos hombres que habían llegado a Hong Kong, ya hacía varios días, seguían merodeando las calles con calma.

- "Esto empieza a ser muy aburrido"- Dijo un pelirrojo mientras sacaba otro cigarrillo para calmar sus nervios- "Porque no le informamos que ha muerto y ya está"- Dijo con el cigarrillo entre sus dientes.

- "¿Harías eso sabiendo lo que te depara si descubre que mientes?"- Le dijo el hombre de cabello negro mirándole de soslayo.

- "Mmmm... no, preferiría conservar mis dedos intactos"- Dijo pensativo al recordar lo que un compañero sufrió al descubrir que había contando una mentira, que en realidad no fue de mucha importancia.

- "Jamás pensé que sería tan difícil encontrar a alguien, por lo general no hay mucho que hacer"- Los dos caballeros estaban en la calle parados a diferencia de la evidente prisa que los demás tenían.

- "Por lo general buscas, encuentras y te los cargas, nada sin complicaciones, pero esta vez no es así. Seguro que ni en el infierno encontraríamos a esta persona"- Dijo saboreando una calada de ese tabaco.

- "Tampoco podemos matar, recuerda..."- Le avisó levantando una ceja.

- "Ya, sí, no me aburras con el mismo tema. La discreción, la maldita y puñetera discreción"- El hombre comenzó a andar.

- "Tal vez tengamos que acudir a otras tácticas"- Le dijo siguiéndole desde cerca- "Al menos supimos que estaba aquí"- Comentó sin darle al asunto mayor trascendencia.

- "Y desde aquí parece que la tierra se tragó el más mínimo rastro. Solo nosotros dos en un país desconocido, teniendo que ser discretos, no creo que podamos hacer mayor cosa que seguir vagando en busca de información callejera. Así no encontraremos nada ni en un millón de años"- Cogió el cigarro ya acabado y lo tiró al suelo.

- "Pues que no sea así, ya sabes que tenemos un horario que cumplir"- El hombre dibujó un profundo ceño, si no cumplían con lo que debían desearían haber muerto.

- "Eso es lo que más me irrita"- Dijo sacando otro cigarrillo.

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Sakura y Tomoyo se bajaron del coche de Shaoran y estas se marcharon al interior del hotel, cuando el chófer se marchó las dos jóvenes salieron y fueron a otro lugar. Cerca del hotel, vieron un taxi que ya las estaba esperando. Se subieron a él y le indicaron el lugar al que querían ir. Las dos mujeres estuvieron calladas en todo momento. Tomoyo había discutido con Sakura por ese plan tan absurdo. Sabía que Sakura podía tener ideas descabelladas pero esa no era una idea descabellada sino mortal. Las dos eran conscientes del riesgo de dirigirse ante lo desconocido y el riesgo de abandonar la mansión Li. Eso era retar a la calma de Shaoran, el hombre deseaba a la japonesa y era muy posesivo con ella, si esta se había marchado así sin más podría traer alguna clase de problemas, claro... si las encontraba. Tomoyo se había encargado de llevar el ordenador portátil consigo, junto con todo su equipamiento, por suerte nada pesado y fácil de transportar, sin ninguna pista nadie sabría donde se hallaban. Las dos mujeres bajaron del taxi y Tomoyo miró a sus alrededores, salir a esas horas, las dos solas en un sitio tan inhóspito era como echarle carnada a los lobos. El taxi se paró en el lugar, cobró y se marchó como el viento, era fácil ver lo poco deseable que era el lugar como para quedarse.

El olor a mar invadía a las dos, era un olor salado y fresco. Tomoyo avanzó por el puerto llevando a Sakura de la mano, las dos caminaban despacio, con los sentidos a flor de piel. Sakura no podía ver nada pero podía oír el inquietante silencio que en algunas ocasiones daba paso a ruidos extraños que sobresaltaban a las dos. Las luces que marcaban el sendero del puerto eran parpadeantes y muy escasas, como si en cualquier momento se pudieran sumir en la más profunda oscuridad, sin más apoyo que ellas dos, sin más ayuda que ellas mismas. Tomoyo no podía evitar seguir pensando en la locura que era aquello, en el vuelco que su vida había dado de una manera impresionante, de la noche a la mañana habían cambiado de vida, de costumbres y de personalidades, ya no eran las chicas que vivían con arreglo a sus tranquilas vidas, no, ya no podían ser aquellas dos despreocupadas jóvenes, ahora tenían que ser otras personas, unas personas que habían enterrado en la profundidad del recuerdo.

- "Esto no me gusta nada"- Dijo Tomoyo mirando a su alrededor con la mayor alerta que le era posible.

- "Lo sé, nos vigilan"- Dijo Sakura caminando de mano de Tomoyo. Era algo vergonzoso ser llevada como una niña pequeña pero no tenía otra opción. Repentinamente algo se movió a su lado y las dos se pararon debajo de una de esas luces que apenas iluminaban el puerto.

- "¿Quién anda allí?"- Preguntó Tomoyo con tono exigente. Un hombre salió de entre las sombras, era grande y corpulento y tenía unas facciones duras, pero lo que más intimidaba era su mirada y la cicatriz que cruzaba vertical el ojo izquierdo del hombre.

- "¿Qué hacen un par de señoritas como ustedes en esta parte de la ciudad?"- El hombre les habló en inglés y las dos mujeres se sorprendieron, era un extranjero.

- "Estamos aquí para hablar con alguien"- Dijo Sakura en su mismo idioma, sin tener miedo. Tomoyo la miró y vio que no debía preocuparse por ella, parecía tener mucho menos miedo que ella, pero eso era muy lógico pues... no se puede tener miedo a lo que no puedes ver.

- "¿Y unas señoritas como ustedes de qué querrían hablar y con quién?"- Dijo el hombre cruzándose de brazos y apoyándose contra un poste de madera.

- "Quiero hablar con su jefe, sabemos quién es y qué es lo que hace. Necesito varias respuestas a unas preguntas"- El hombre miró a Tomoyo que indicaba que estaba alerta y que se había percatado de las demás personas que se escondían en el muelle.

- "Y cómo puedo confiar en una mujer a la que no conozco"- Dijo el hombre observando a la mujer. Vio que tenía mucha seguridad en sí misma y que no parecía tener ni una pizca de pavor ante él.

- "No puede"- La mujer no le miraba a la cara sino que parecía tener la mirada perdida en el vacío, pero parecía emanar cierta seguridad en ella.

- "Exacto, no puedo"- Se acercó a la joven y se puso delante de ella, vio que Tomoyo se movía para proteger a Sakura pero esta la detuvo con un gesto de su mano- "¿No tiene miedo?"- Sakura alzó la cabeza buscando esa voz y al hombre le impactó el semblante de su rostro.

- "No hay más pavor que la oscuridad y en ella estoy sumida desde hace mucho tiempo"- El hombre no comprendió sus palabras y siguió mirando sus ojos, no entendía porque pero había algo diferente en ellos. Por extraño que le pareciera pasó su mano delante de su rostro y notó que sus ojos no se inmutaron.

- "Es..."- Sakura notó el asombro en su rostro y sonrió con placer, le hacía gracia esa reacción de la gente cuando conocía el defecto de sus ojos.

- "Quiero que nos lleve delante de su jefe, solo quiero unas simples respuestas"- El hombre se quedó estático. Dos mujeres solas en la noche, en una parte de la ciudad sumamente peligrosa, dentro de un lugar donde cualquiera las podría matar y nadie saber después de su desaparición, pero además una de ellas ciega, no sabía si reír, no sabía si creer que las jóvenes habían perdido la cabeza o si alabar su valor- "¿Y?"- El hombre miró a Tomoyo y vio que la joven estaba muy poco contenta con la situación.

- "Las llevaré ante el jefe pero... no esperen más"- El hombre indicó a Tomoyo que avanzara delante de él mientras que el hombre se puso detrás de Sakura. Mientras caminaban les indicaba el rumbo que debían seguir y escuchando los pasos de Tomoyo y las indicaciones del hombre a Sakura le fue fácil seguir su ritmo. Llegaron a un almacén del puerto y el hombre se acercó a una puerta donde dio unos golpes, una ranura de la puerta se abrió y unos ojos aparecieron, la persona examinó a los llegados y con un gesto del hombre de la cicatriz la persona del otro lado cerró la ranura y abrió la puerta. Las dos mujeres entraron. Tomoyo miró al hombre de la puerta y vio que estaba bien armado. Sakura siempre estaba tras ella siguiéndola con tranquilidad. El hombre de la cicatriz les indicó que avanzaran hasta el final donde, cuando llegaron, se encontraron con unas escaleras, las cuales subieron hasta llegar a una oficina en la parte de arriba. La gente que estaba abajo miró curiosa a las recién llegadas. El hombre de la cicatriz llegó a una puerta donde llamó, una voz desde dentro le indicó que pasara, las mujeres esperaron fuera y al cabo de unos minutos el hombre volvió a salir- "Pueden pasar"- Dijo el hombre ofreciéndoles que entraran por esa puerta, donde al otro lado ya les esperaba alguien.

N. de la A.: Eaeaeaeaeaeaeaeaeaea!!!! Sip, sip, otro cap de UFELO se le pueden creer? Yo no XD. Bueno, bueno, he sufrido una medio crisis en medio de este cap, una depresión de verano XD, nada q no pueda superar. Bueno... ¿q tal el cap? Supongo q ¿bien? Pues vamos a los comentarios de la autora, primero, creo q este ha sido el cap con el q más me he entretenido al escribir, lo q me pude reír mientras lo escribía XD y cuando lo releí (a parte de cambiar algunas cosas) me partí de risa por segunda vez XD. Diozzz, esa escena Sakura-Foxy creo q la enmarcaré XD. Bueno ¡ejem! quisiera aclarar un comentario de Sakura, cuando se marchó de la mesa del comedor XD. No sé si esta palabra se utiliza en todos los países latinos O.o, así q lo aclaro por si acaso XD. Sakura llama a Foxy 'lagarta', no directamente pero si indirectamente XD. Lagarta no es lo q se dice un piropo, así que si os llaman así mordedles XD. Creo q muxo más no comentaré, solo q a aquellos fans q me pidieron S+S para el próximo cap ya saben la respuesta: lo dudo mucho XD. Si se encuentran separados creo que será difícil que haga escenas S+S. Lo q me intriga son esos dos tipos que rondan Hong Kong, no tienen nombres ni sabemos de donde son O.o ¿quiénes serán? Y... ¿por q secuestraron a Meiling? ¿Podría Eriol ser más malo de lo que ha sido hoy? XD, mira q invitar a la lagarta a la comida XD ¿el dolor de cabeza q tendrá Shaoran cuando despierte será mayor q su furia? XD ¿cuántas caras de risa habré puesto ya? XD. Hasta aquí mis comentarios, si quieren más ya saben lean y dejen reviews!!!!!

¡Ejem! Quiero que la gente recuerde que si no hay más de 5 reviews no actualizo O.ó, lo digo porque en el fic de El Poder De Dos Corazones no me llegan los reviews suficientes como para q siga actualizando por lo q ya saben las consecuencias XD. No... en serio, ahora que estoy de vacaciones no esperen que actualice así sin más, la verdad es q me ha desanimado ver los pocos reviews del cap T_T. Resumiendo-- Reviews-- Autora contenta-- Actualización más rápida porq la autora está de vacaciones ^___^ y solo escribe cuando está animada.

Este fic va dedicado a 2 cumpleañeras!!! Kaori y Meli!!! Cumplen el mismo día que curioso no? XD Sé que es tarde para felicitar pero no se puedo hacer nada más T_T. También se lo dedico a Manami-chan que para el día de hoy ya ha terminado sus exámenes. Manami!!!!!!! Felicidades por sobrevivir a los exámenes XD. Y por último pero no menos preciada, mi nueva y única ayudante en este fic XD, por llamarla así, saluden a Sakkuri!!! XD Deben de agradecerle a ella esta rápida actualización pues en un mes XD, milagro de dios, he puesto otro cap, pero Sakkuri, no esperes q siga siendo tan buena haciendo estas actualizaciones XD.

Aclaración: Para aquellos que me piden que ponga magia y que Sakura emplee las cards O.o, tengo que aclarar que en este fic la magia no va a ser activa, no del modo que piensan. Es cierto que Kero existe en el fic pero no significa que sea un fic de magia T_T. Sabrán las razones de la aparición de Kero más adelante, cuando toda la trama se desentrañe y al fin conteste a los misterios que aparecen en este fic XD.

Para más info visiten mi BIO. Comentarios, quejas y sobornos a eternal_phoenix_light@yahoo.es

Zai jian