Hola a todos quienes han seguido esta historia, debo contarles que este capítulo, lleva un gran letrero de ADVERTENCIA, ya que al menos yo, lo considero uno de los más tristes que me ha tocado escribir, así que preparen sus pañuelos y a leer… luego me cuentan si?

Capitulo IV

Remembranzas

"Fui destello,

En la oscuridad espesa de tus ojos cansados

Y estaré allí

En el inicio de cada pensamiento

Encadenada al alma

Como la raíz a la tierra"

Jugaba con el lápiz entre sus dedos, golpeándolo con cierto compás sobre el pupitre, con la otra mano apoyada, para darle mas firmeza a su cabeza, su expresión de aburrimiento era obvia, estaba ansiosa por salir ya de aquella clase, el profesor de literatura, era algo despistado, por lo que no se molestaría en reprenderla, ella solo observaba el patio a través de la ventana, mirando con insistencia el reloj sobre el pizarrón,… que larga se le había hecho esta clase, lo único que deseaba era salir pronto al descanso, para poder ir con él, al lugar en el cual siempre la esperaba, no hacía mucho que se veían, aunque Inuyasha llevaba bastante tiempo rondándola, logrando que en cada oportunidad que salía a las pausas que les daban entre una clase y otra, miles de mariposas comenzaran a revolotear con anticipación en su estómago, aunque le incomodaban, también le agradaba sentirse así, era algo extraño, sus amigas ciertamente le decían que debía de tener cuidado, que ella era aún muy niña y quizás sería mejor que saliera con un chico de su mismo salón, pero a Kagome no le importaba, podía sentir en su corazón que el joven de largos cabellos oscuros era honesto, que mas daba si estaba entre los mas populares de la escuela, por que eso ella lo sabía bien, sentía sobre su nuca las miradas casi asesinas de algunas muchachas ya mayores que ella, al ver la atención que Inuyasha le prestaba, en ocasiones se preguntaba¿Por qué, él no salía con alguna de ellas?... después de todo lo mas probable es que tuvieran mas liberta que la que sus padres le daban a ella, claro que debía comprenderlos, solo tenía trece años, claro que le faltaban solo tres meses para cumplir los catorce.

Suspiro, mientras volvía a mirar la hora en el reloj de la pared, solo faltaban quince minutos, quince minutos más y podría verlo, estaba muy nerviosa, metió la mano en el bolsillo de su mochila una vez mas, revisando si aun seguía ahí el poema que le había escrito, después de todo el profesor de literatura le resulto útil, cuando la clase pasada les hablo de algunos poetas y ella encontró en su libro de estudios un hermoso, después de leerlo hasta ser capaz de recitarlo con los ojos cerrados, decidió escribírselo a Inuyasha, no sabía lo que él pensaría, el poema la parecía demasiado audaz, pero sentía cada palabra de aquel escritor como salida de su alma, quería que él supiera todo lo que ella lo amaba, aunque sabía que le costaba mucho demostrárselo… tal ves hoy podría dejar que él la mantuviera tomada de las manos un poco mas, es que siempre sentía que se le iba a salir el corazón si lo dejaba acercarse más y después de todo le temía a la edad y la experiencia que él podía tener, ya contaba con dieciocho años y un joven de esa edad podía esperar que la relación entre ambos fuera mas avanzada y ella no se sentía para nada preparada para ello, un nuevo suspiro se escapo de sus labios.

El timbre que anunciaba el fin de la clase sonó y todos comenzaron a ponerse de pie produciendo un estridente bullicio, entre las mesas y las sillas, ella solo se quedó ahí, otra vez asustada por encontrarlo, completamente plagada de mariposas, esta vez, parecía que no solo deseaban quedarse en su estómago, sino que salir de el, tomo el papel que contenía su mas sincero sentimiento, aunque había sido palabras que otro había escrito, reflejaban demasiado bien lo que ella quería decirle a Inuyasha, que quería estar con él por siempre y aunque sabía que contaba con tan pocos años, que era apenas una adolescente inexperta, tenía la esperanza de que él la esperaría hasta que fuera algo mas mayor.

Tomo el poema y lo doblo nuevamente en una parte mas, haciendo de el un pequeño cuadrado doblado en un sin fin de partes, es que de hecho le avergonzaba incluso entregárselo a él, no quería que nadie mas lo viera en su mano, así que la cerró en un puño, conservando en esa hoja de papel sus sentimientos, cuando estaba a punto de cruzar el umbral de la puerta, llego su amiga Ayumi, una muchacha de cabellos rizados y castaños, con quien había tenido una gran amistad desde pequeña, la chica estaba en el mismo grado de estudios que ella, solo que asistía a otro salón y era su mayor cómplice en su relación con Inuyasha, era ella quien le había entregado a él algunas cartas y mensajes que ella le escribía, al principio en forma anónima, pero que tonta había sido, en ocasiones el amor te pone así, increíblemente sonso, por supuesto que él sabía que las notas eran suyas, se las llevaba su mejor amiga, pero esta vez Ayumi venía realmente agitada, apoyo ambas manos a los costados de la puerta intentando recuperar el aliento que había perdido al intentar llegar con premura hasta la muchacha trago algo de saliva y miro a los ojos expectantes de Kagome.

Inuyasha tuvo un accidente…- le dijo casi gritando, con tan poco tino que su interlocutora casi se cae en el mismo sitio, sintiendo como sus piernas se debilitaban producto de la impresión, tuvo que sostenerse del borde de la puerta, antes de emitir la pregunta de rigor.

¿Pe…pero que paso? – balbuceo la pregunta, pero recibió como única respuesta un tirón de parte de Ayumi, quien se la llevaba casi a rastras por el pasillo entre los demás alumnos.

Ven apresúrate, antes que se lo lleven… luego te cuento…- le dijo entrecortadamente, pues no había logrado recuperar por completo el aliento de su primera carrera y ya había emprendido otra.

Kagome solo pensaba, en que él estuviera bien, aún con el papel aprisionado en su puño, llego hasta el pasillo que daba al gimnasio, sabia muy bien que a Inuyasha le encantaban los deportes, de hecho se habían comenzado a tratar mas cuando ella comenzó a practicar basketball, deporte en el que él ya destacaba, perteneciendo al equipo de la escuela.

Se detuvieron al ver a un tumulto de personas avanzar, la mayoría curiosos, Kagome sintió que el corazón se le detenía al ver una ambulancia al final del corredor, debía apresurarse, tenía que saber lo que le había pasado, cuando llego hasta el grupo de personas se comenzó a abrir paso entre ellos para llegar al centro de aquel verdadero anillo de personas, cuando lo logro, encontró Inuyasha en una silla de ruedas, con su pierna y su brazo izquierdo inmovilizados, se asusto, pero al menos no parecía tan grave y ya todo estuvo mejor, cuando sus ojos dorados se fijaron en ella que venía algo despeinada y sonrosada producto del forcejeo, pero al ver su sonrisa calma, todo se calmo, el latido apresurado que traía su corazón, no solo por la carrera, si no también por el temor que sintió al pensar en que algo malo le podría haber pasado, claro que no estaba del todo bien, pero al oír la palabra accidente de la boca de Ayumi, pensó que se la caía el mundo encima.

Vio como comenzaban a avanzar con él hasta la ambulancia y otra vez las personas comenzaban a atraparla sin permitirle llegar a él, pero de pronto una fuerte mano la tomo por la suya y la jaló, otra vez Ayumi sacándola de sus apuros, camino junto a Inuyasha los pocos metros que le faltaban para que se lo llevaran.

Tranquila…- le dijo, oprimiendo la mano en la que llevaba el papel -... se ve pero de lo que es – le dijo – fue solo una mala caída…

Me asustaste…- dijo sin pensar mucho y él le sonrió otra vez de ese modo tan dulce que lo hacía, puso la mano de ella en sus labios, dejando ahí un beso, Kagomes sintió como se electrizaba al sentir el roce, esas eran sensaciones nuevas y a las cuales les temía, pero intento contener sus deseos de recuperar su mano de entre la boca y los dedos de el joven-

… esto es para ti…- exclamo, dejando en su mano, el pequeño cuadrado e papel, antes de que lo subieran a la ambulancia.

Luego fue que su amiga le contó como había sucedido todo, en una práctica de basketball que habían organizado con el equipo de otra escuela, Inuyasha se impulso con mucha fuerza para encestar pasando por sobre uno de sus contrincantes, pero este le hizo una falta intencional, por lo que perdió el equilibrio, de muy mala forma y cayo, fracturándose el brazo y la pierna, lo mas probable es que lo tendrían que inmovilizar con esas vendas de yeso que les ponen para que el hueso se sane.

Llevaba ya dos días sin verlo, tenía orden estricta de descansar, para que de ese modo no hubieran complicaciones mayores con su restablecimiento y ella simplemente no había podido encontrar la excusa correcta para ir a verlo, de hecho solo su madre sabía que el muchacho la estaba rondando, por lo que su cuidado con ella era mayo, en ocasiones se preguntaba por que sus padres no se sentaban a hablar con ella y conocerla mas, saber que aunque era una adolescente, también tenía valores y que si sentía amor en su corazón debía vivirlo, pero que no tenía intenciones de hacer "ciertas cosas", para las que aun estaba muy joven, no podía negar que en ocasiones pensaba en ello y que aunque le avergonzara deseaba que Inuyasha fuera su primer y único hombre, pero en algunos años mas, claro esta, observo entre sus manos una de las cartas que él le había enviado, la tenía oculta bajo una muñeca que Inuyasha le había regalado para su cumpleaños, cuando cumplió trece, en ese entonces ella aún no hablaba con él, incluso lo evitaba, porque sentía en los descansos de la escuela, como él la seguía con la mirada, e incluso intento acercarse en mas de una oportunidad, pero ella se refugiaba en cualquier excusa, hablar con algún maestro, fingir algún dolor de cabeza e ir a la enfermería, cualquier cosa con tal de no enfrentarlo.

Abrió la hoja que estaba doblada solo en cuatro partes, dentro de un sobre, bastante mas elaborado que lo que ella le entregaba, dentro del sobre también estaba el envoltorio de un chocolate que le regalo junto con aquella carta y comenzó a leer.

"Mi Ángel:

No te preocupes tanto por no poder corresponder mis abrazos y mis besos, sé que todo esto es nuevo para ti y lo es también para mí, estoy aquí enamorado de una niña, pero es así y lo asumo, sé que debo tener paciencia contigo y la tendré, por que lo vales, eres como el aire para mí y te necesito, lo único importante es que estemos juntos, no quiero que te angusties pensando en lo que no eres capaz de hacer ni las restricciones que nos pongan tus padres, ya te lo he dicho, yo estoy dispuesto a hablar con ellos, en cuanto tu me lo permitas, que vean que mis intenciones contigo son buenas que no busco dañarte porque solo con tenerte a mi lado y ver tu rostro soy feliz, te amo… solo eso importa…

Inuyasha

P.D.: Me gustaría que escucharas una canción que me gusta mucho, te la dedico, es Algo mas que Dos Amigos"

Suspiro al leer la carta, mi ángel, como le gustaba que la llamara así y se la pego al pecho, tenía aquella canción grabada en un cd, que no dejaba de oír, en ocasiones pensaba que era obvio que su madre sospechara por que la escuchaba tanto, pero no le importaba, era su forma de tenerlo cerca

" Tan tranquila, como la luna

tan necesaria como el sol

tan simple, como una mirada

que me hace ver el cielo.

Me recuerdas, lo que es mirar de lo alto

la noche de la gran ciudad

lo que es el aire puro, el sol cuando se pone

la paz que hay al nevar.

Nadie sabe cuanto tiempo

durara nuestro camino

solo importa que seamos

algo mas que dos amigos.

Que tu y yo podamos aprender

a ser yo mas hombre y tu mas mujer.

Para vivir, vivir tranquilo

yo necesito tus palabras

tus sentimientos, tus errores

tu cuerpo tu verdad

Nadie sabe cuanto tiempo

durara nuestro camino

solo importa que seamos

algo mas que dos amigos

Que tu y yo podamos aprender

a ser yo mas hombre y tu mas mujer,

Si yo te quiero

no es por como eres conmigo

es simple solo se

que Dios te ha puesto en mi camino

Si canto es porque quiero expresar

que mi alma ahora en ti quiere pensar…"

Kagome, hija ya son las dos…- exclamo su madre, interrumpiendo el ultimo acorde de la canción, menos mal, en otras ocasiones lo hacía cuando apenas comenzaba y debía ponerla nuevamente para escucharla tranquila .

Si mam�, ya estoy lista… - dijo mientras dejaba la carta nuevamente bajo la muñeca y recogía su bolso, tenía ensayo de teatro en la escuela, pronto deberían estrenar una obra, par la graduación de los de ultimo año, así que se estaba esmerando mucho en hacerlo bien, pues era la despedido oficial de Inuyasha quien ya dejaría la escuela y entraría a la universidad a estudiar Derecho, él siempre le hablaba de hacer trabajo social, esa era su meta ayudar a través de su profesión.

Rato mas tarde su madre estaba hablando muy animada con la profesora de teatro, ya que Kagome destacaba entre las demás, tema que enorgullecía muchísimo a su madre, ya que siempre insistía en acompañarla a los ensayos, cuando de pronto vio en la puerta del lugar a un joven de cabellos oscuros, apoyado en una muleta, le hizo un pequeño gesto, indicándole que saliera perdiéndose de vista, la profesora que estaba al tanto de la relación de ambos jóvenes miro a Kagome y tosió distraídamente haciéndole un guiño de que fuera, dándole a entender que tenía algunos minutos, que ella entretendría a su madre y la muchacha sonrió dirigiéndose a la puerta.

¿Kagome hija a donde vas?...- pregunto la voz tras ella

Al…al baño mamá…- respondió, no se le ocurrió nada mas, allá de seguro no la acompañaría.

Esta bien, te espero aquí…- le dijo mientras se volteaba para reanudar su conversación.

Kagome corrió desde el teatro hasta el gimnasio techado en el que estaba la piscina, ese era el lugar en el cual se veían cuando le tocaba ensayo, nunca había nadie ahí, la práctica de natación no coincidía con el horario de sus actividades, así que ahí se veían por algunos minutos, los que les proporcionaba la profesora de teatro.

Se encontraba él sentado en uno de los cuadrados de cemento que habían en la orilla de la piscina, esos que utilizaban para lanzarse dentro cuando había alguna competencia, el andar con aquella muleta lo cansaba bastante, de hecho, había conseguido escaparse de la vigilancia de su hogar, gracias a un amigo que lo había traído en su vehículo, Inuyasha comprendía bien por que Kagome no lo visito, así que decidió partir a verla él, después del hermoso Poema que le había entregado, no podía dejar de pensar en ella, su niña, su ángel…

Hola -dijo la muchacha tímidamente como ya era habitual, él pensaba que algún día ya le tendría mas confianza, por el momento no le importaba, aunque le gustaría poder mirar un poco mas sus ojos, pues ella siempre esquivaba los suyos, como si fuera a leer sus pensamientos.-…¿cómo estas?...- pregunto con ambas manos tomadas en su espalda, con su vestido de mezclilla y su simple blusa blanca, sus cabellos azabaches ondeados y sueltos, como adoraba verla con el cabello suelto.

Como me vez, cubierto de yeso…- rió, tenía razón, la bota blanca le llegaba hasta la rodilla, aún nadie garabateaba nada sobre ella y su brazo colgaba de su cuello para que no lo moviera, también envuelto en un guante blanco de yeso que le pasaba el codo.

Ella también rió, después del susto que paso, al menos sabía que en unas semanas el estaría bien nuevamente, a tiempo para su graduación, se produjo un silencio entre ambos, quizás ella esperando que él le digiera algo sobre su poema y él sin saber como pedirle un beso sin asustarla demasiado, en estas condiciones le era mas difícil robárselos como lo hacía otras veces.

Esta hermoso el poema…- dijo en voz suave, mientras ella se volteaba esta vez quedando fija en sus dorados ojos,-… ¿de verdad sientes todo eso?

Si… - fue toda la respuesta que recibió, pero el tono de aquella palabra, y el sentimiento en el rostro de la muchacha le decían mas que eso.

Toma este es mío, es para ti…- habló poniendo en su mano una hoja doblada-… quiero que lo leas ahora, por favor – suplico, quizás intentando extender un poco mas el tiempo en su compañía.

Kagome solo asintió con su cabeza abriendo el papel, para encontrarse con lo que él había trascrito en el.

" "Tu corazón asoma en tus palabras

Y cuando callas, la miel de tu ternura

Derrama sobre el cansancio de mi vida

Esperanza

Eres limpia y clara como agua de vertiente

Inmensa y pura como noche de luna

Y tus ojos son dos ventanas abiertas

Por donde siempre escapa mi soledad"

Te Amo

Inuyasha"

Kagome termino de leer, con una enorme sensación de amor pleno en su corazón¿Cómo era posible que aquel muchacho la amara tanto, si ella solo era una niña?... y él era casi un hombre, lo miro sin saber que decirle, demasiado emocionada ya, sentía que el pecho se le hacía pequeño, para el tamaño que tenía su corazón en este momento.

¿Tú lo escribiste?...- pregunto, recibiendo como respuesta solo un gesto que le indicaba que así había sido

Entonces fue que ella en una acto espontáneo, se agacho, hasta alcanzar su rostro y puso sus labios sobre los de él, quien la tomo por los besándola suavemente, tan emocionado como ella, era la primera vez que la iniciativa de un beso venía de parte de Kagome, entendía bien que no era por falta de amor, si no mas bien por timidez, así que solo se dedico a disfrutar de los segundos que le brindo, cuando quiso separarse algo temerosa, pues la verdad no sabía si sus besos le gustaban, ella jamás había besado a alguien antes que a él y solo se dejaba guiar, pero Inuyasha ahora que ella estaba tan cerca, no tenía pensado dejarla ir, al menos no tan pronto, por lo que la acerco nuevamente a él y la beso otra vez, en esta oportunidad deslizando su manoo por el cabello de la muchacha sosteniendo su nuca, Kagome cedió algo expectante, disfrutando de los subes roces que le daba, sintió como la respiración del muchacho comenzaba a agitarse y el agarre en su nuca era mas fuerte, como si estuviera conteniendo algo que ella aún no entendía muy bien y de pronto el beso se hizo mas intenso, envolviéndole los labios cada vez mas fuerte, hasta que sintió como su lengua se habría paso a través de ellos, quiso soltarse, esta era una caricia nueva y se sentía muy extraña, comenzaba a marearse y a sentir la sangre en su cuerpo correr con mayor rapidez, los latidos de su corazón ya estaba acostumbrándose a sentirlos desbocados en su pecho, pero estaba asustada, ahogando una suplica en su garganta, pues él no la dejaba salir.

Hasta que al forcejear un poco mas, Inuyasha logro comprender que la estaba obligando de algún modo a hacer algo para lo que no estaba preparada y él se había prometido esperarla por años de ser necesario, así que aflojo el agarre, pero no contaba con que ella estaba luchando por que la soltara, lo que ocasiono que perdiera el equilibrio el borde de la piscina, alcanzo a tomar su mano, pero el peso de su cuerpo ya estaba irremediablemente cayendo, por lo que lo arrastro junto con ella, comenzaron a hundirse con demasiada facilidad,… como deseo en aquel momento haber asistido a las clases de natación, como le había sugerido su madre, en tanto Inuyasha quien si sabía nadar, se quito con un movimiento el sujetador que llevaba alrededor del cuello intentando salir a flote con ella, pero el peso del yeso que llevaba no se lo permitía, no la soltaba y ella intentaba a través de torpes movimientos salir del agua sin lograr nada, él se impulsaba pero de inmediato perdía el terreno ganado al tratar de impulsarse nuevamente, la miro mientras se volvían a adentrar mas en aquellos cinco metros de profundidad, angustiado, estaba dispuesto hundirse junto con ella, si no podía salvarla, se ahogaría a su lado, ella lo miro ya agotada de tanto luchar y el sonrió, … por Dios¿como podía sonreírle?... luego con su mano, comenzó a tirar de los dedos de él, para que la soltara, Inuyasha negaba con la cabeza, mientras su cabello flotaba en el agua, intentando contener el poco aire que aun tenía, pero ella asintió moviendo sus labios, intentando decirle una ultima palabra que logro perfectamente comprender… te amo… y ya no sabía si era el agua que los rodeaba o eran sus lagrimas las que empañaban sus ojos, pero su garganta se cerraba y sus fuerzas se iban, entonces Kagome volvió a abrirle los dedos que cercaban su muñeca y esta vez pudo lograrlo.

La ultima imagen que tuvo de ella aún con un halito de vida, fue, su rostro en extremo pálido bajo el agua, sus cabellos azabaches flotando con una sonrisa hermosa, como si se sintiera satisfecha, entregada, feliz de partir con el Dios que ella tanto amaba.

No lo dejaron entrar a su velorio su familia lo culpaba por lo sucedido y en las condiciones en las que se encontraba le resultaba demasiado difícil hacerlo por la fuerza, de todos modos nadie pudo evitar que estuviera en su funeral, algo mas alejado de lo que hubiera deseado, pero ahí estaba y espero el largo tiempo hasta que ya no quedo nadie y entonces pudo llegar a ella, se recostó con algo de dificultad sobre el césped junto a la lapida, el olor a la tierra húmeda que la cubría ahora llenaba el aire, todas las lagrimas que ya había derramado no eran suficientes, jamás lo serían, sabía que lo había intentado, pero al final no pudo salvarla y ella lo sabía, lo había visto en aquella mirada serena con la que lo dejo…

Kagome…- musito con un hilo de voz y las lagrimas en el borde de los dorados ojos, el sol cayendo en el horizonte, intento con dificultar ahogar el llanto y abrió un pequeño papel con dificultad, pues lo traía cerrado en su puño, sin ningún dobles, solo arrugado -... te traje esto pequeña… te lo leeré… es mi manera de decirte… lo mucho… que te extrañare… - otra vez la garganta se le cerraba, respiro profundo para poder comenzar a leer - … bueno… ahí va…"Que callado se queda todo mi dolor,… cuando el alma …parece… mirar asombrada, …en… algún rincón de… mi… habitación ,… tu esbelta figura,… te he perdido,… estas ausente de mi…, cuando… camino por en sendero de mi angustia… y la palabra perdón… me despedaza…"…Oh, Kagome… que haré sin ti…

Continuara….

Ahh… este capítulo en verdad me da mucha tristeza, snif… pero debía de de ser de este modo, es parte de la historia y no podía quedar solo en un recuerdo de algunas líneas, espero que les haya gustado, al menos yo cuando lo escribí estaba con los pañuelos desechables limpiándome la nariz…snif…

Las frases que están destacadas en la última parte de la historia son importantes para un capítulo que viene más adelante, así que recuérdenlo.

Besitos

Anyara