Advertencia: Se solicita leer el capítulo, acompañado de un sin fin de pañuelos desechables, para los más sensibles, y para los que no lo son tanto, por favor, soplense la nariz de vez en cuando...
Acompáñense del tema "Will you send me an angel", de Scorpions, es genial
Capítulo XIII
La noche en que te perdíSe cobijó a si misma, sin poder comprender por que esta sucediendo todo esto, hacía algunos días rebozaba de felicidad su corazón, al sentirse nuevamente cautiva por los brazos del hombre al que jamás dejo de amar, al Inuyasha que con un sentimiento tan puro y apasionado en su interior, le había mostrado el camino más perfecto al amor...y ahora... todo era gris y doloroso, sentía como el pecho se le desgarraba, sin ser capaces las lágrimas derramadas de forma brutal, calmar el pesar inclemente, Inuyasha, su Inuyasha, estaba ahora muerto, y quizás su dolor se vería apaciguado de forma mínima, si al menos supiera que él había partido a los brazos de su amado Padre, pero no era así, ya que pudo percibir la presencia de los seres oscuros venidos desde el mismo infierno en busca de las almas apesadumbradas que sin razonar en lo absoluto se dejaban llevar, con pensamientos inconscientes, tomando decisiones drásticas, como la que estaba a punto de tomar ella en este momento.
Se incorporó de forma bastante torpe intento quitar de sus ojos las lagrimas que brotaban casi de modo involuntario, hacía un momento que los sollozos se habían convertido en irregulares suspiros, sentía que el lugar se le hacía enorme ante tanta tristeza, si solo no se hubiera marchado, si hubiera permanecido junto a él, era su obligación cuidarlo, que nada malo le sucediera, pero cómo había estado tan ciega, se volvió a cubrir el rostro, esta vez con ambas manos, sentada aún en la alfombra, movía la cabeza negándose a creer en lo que le parecía imposible, abrió al boca y dejo salir un apagado grito de dolor, el dolor que se alojaba en su alma al imaginar el cuerpo inerte y frío de el hombre que hasta hacía un par de noches, la cobijaba en el calor de sus brazos, protegiéndola de todo a su alrededor. Bajó una de sus manos hasta su pecho, ordenando un poco su cabello a un lado de su oreja, los ojos enrojecidos e hinchados, volvían a ser ventanas abiertas intentando cuajar el líquido silencioso que caía...así debió sentirse él, cuándo ella murió.
Se puso de pie con muchísima dificultad, como si su cuerpo estuviera convaleciente de alguna grave enfermedad, se tambaleó y se apoyó en la pared más cercana, su cabeza quedó inclinada y puesta sobre ella, no tenía fuerzas, pero sabía que debía, lo que pensaba hacer requería de mucha, así que respiro hondamente y cerrando los ojos oró por la energía necesaria, dado su estado.
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Minutos más tarde, se encontraba dentro de la bañera amplia, aún vestida, y sumergida por completo en el agua, no sabía cuanto tiempo llevaba ahí, pero a pesar de que el aire comenzaba a faltarle de forma indispensable, permaneció, recordando la misma sensación que tuvo hace cerca de siete años, la sensación de perdida, la perdida de su propia vida.
Era una decisión drástica, pero ella bien sabía que el único modo que tenía de salvar a su amado Inuyasha, era sacrificarse por él y despertarlo del sueño eterno del infierno en el que viviste los minutos antes de escoger una salida tan cruel como el suicidio.
Se vio de pronto a sí, caminando por entre un valle secó, rodeado de árboles en iguales condiciones, la tierra agrietada y el sol sobre ella, calentándola aún más de forma inclemente. Muchas personas a su alrededor, caminando con la mirada perdida y la espalda encorvada, sus rostros consternados por el dolor, de alguna manera el mismo dolor que poseían cuando decidieron suicidarse.
Ella sabía que el poder espiritual que poseía aún, era lo que la ayudaba a no perderse, como lo hacían aquellas almas, tristes y sin poder notarse entre sí, como si cada una viviera un estado de soledad absoluta, comenzó a buscar, con los ojos desorbitados, las lágrimas parecían empaparle el rostro, pero ella ya no las sentía salir desde sus ojos, buscaba, entre todas aquellas almas, la de su amado, ella lo rescataría, jamás iba a permitir que él sufriera esa condena eterna. Se adentro, entre todas las almas, sintiendo como su corazón aún latía dentro de su pecho, sus manos estaban frías, lo podía percibir a pesar de la aridez del lugar, ella estaba enfriándose poco a poco, y de pronto los seres a su alrededor se iban disipando, comenzaba a quedarse sola y no podía ver a Inuyasha...
¡Inuyasha! – gritó, con un desconsuelo que martillaba en su interior, robándole la esperanza.
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Estas últimas horas habían sido demasiado largas, estaba cansado, pero a pesar de ello, se apresuró a volver a su departamento, claro que la policía en la clínica lo había detenido por más del tiempo que él deseaba y todas las llamadas que hizo a su teléfono celular, tenían el mismo final "deje su mensaje". Sabía que la noticia sería para Kagome un fuerte golpe, ella era frágil, su alma era delicada y se veía afectada enormemente, ante situaciones tan extremas.
Entró al departamento y dejó sus llaves sobre una de las mesas laterales, observó el desastre en el lugar, sabiendo que no podía tocar nada, su teléfono celular en el piso, apagado, suspiro mientras lo recogía, notando que la luz de la habitación estaba encendida, camino en calma hasta ella, pensando en que Kagome debía de estar ahí, pero antes de entrar, observó nuevamente la mesa de la sala, el lugar en el que se encontraba la sangre ya casi seca, solo podía olfatear el olor a licor, y de pronto, vino a su mente la imagen de Kikyo, sin color en el rostro, con la hoja de papel, que intentó ser una carta para Kagome entre sus manos, la botella de la que había bebido, casi por completo, un cuchillo, irónicamente el mismo que el quiso utilizar, meses atrás, la noche en que su ángel lo rescató, eso lo comprendía ahora. Cerró los ojos, intentando borrar de su memoria la imagen que de seguro lo acompañaría por bastante tiempo.
Entró a la habitación y al notar que no había nadie en ella, retrocedió un poco, comprobando que la luz del baño estaba encendida, empujo con cuidado la puerta que estaba junta, para encontrarse con una escena aún más macabra que la anterior presenciada en su departamento.
¿Kagome?...- corrió los pocos metros entre la puerta y la tina, resbalando a causa del agua derramada en el piso, pero no se detuvo a pesar del duro golpe, se irguió y avanzó, abriendo los dorados ojos de forma descomunal, observando por una milésima de segundo a Kagome, completamente hundida en el agua, el cabello oscuro flotando, los ojos entre abiertos y la piel tan pálida, como el día en que siete años antes, había abandonado su mundo. Metió las manos salpicando agua en diferentes direcciones, el cabello se le mojó y las lágrimas se confundieron con el líquido que salto hasta su rostro.
No entendía por que pasaba esto nuevamente, su cabeza elucubraba muchos motivos por los que su ángel hubiese tomado una decisión de este tipo, pero cada una de ellas lo llevaba al mismo final, ella debió pensar que era él quien falleció, por un instante maldijo el poco tino que había tenido Miroku al darle la noticia, apretaba los dientes, y contenía la respiración mientras le suministraba masaje cardiaco al corazón detenido de Kagome... lloraba, amargamente y entre el nudo que tenía en la garganta, dejaba que el aire saliera de él, para poder depositarlo en la boca de la mujer y de esta forma en sus pulmones...un, dos, tres...seguía el ritmo de los golpes que le daba en el pecho, con las esperanza que ella comenzara a respirar nuevamente, luego le abría sin mucho cuidado y con rapidez la boca, para expulsar el aire que anhelaba le devolviera la vida que al parecer había perdido.
Ya habían pasado quince minutos, y la última bocanada de aire que dejó en su boca, fue entregada solo a medias, ya que un sollozo desconsolado se escuchó en el lugar, al comprender que no había nada que él pudiera hacer. Inuyasha alzó un poco el rostro con el fin de observar el semblante pálido, pero a pesar de ello, hermoso de Kagome, quien aún permanecía con los ojos entre abiertos, paso una mano bajo su cabeza alzándola un poco y con la otra cerró sus ojos, tragó saliva mientras que sus orbes doradas continuaban bañándose del líquido que aunque derramara eternamente jamás lograría sacar el dolor de su corazón, mojó sus labios con suavidad, y se acercó a los de la muchacha, comprobando una vez más el hielo en ellos, se separó y acarició su cabello mojado aún y se abrazo a ella, expulsando un alarido de dolor, profundo y ronco.
¡Por favor!...- exclamó a viva voz, como si aquello fuera un bramido desesperado de auxilio, -...devuélvemela...no puedo dejarla partir de este modo... ella no puede irse a ese lugar...no mi ángel...
The The wise man said just walk this way
El hombre sabio dijo sólo camina por esta dirección
To the dawn of the light
Al amanecer de la luz
The wind will blow into your face
El viento soplará en tu rostro
As the years pass you by
Como los años que han pasado por ti
Una voz, que no supo muy bien si venía desde su interior o del lugar en el que se encontraba, le habló, con suavidad, pero con total decisión, era una voz cálida y pacifica, poderosa, que a pesar de la situación que estaba pasando, le transmitía calma.
Puedes rescatarla – aseguró la voz
¿Salvarla?...dime cómo...- preguntó ansioso, sin soltar el cuerpo mojado de Kagome, que permanecía entre sus brazos, como sin con ello pudiera traspasarle algo de calor.
Debes ir por ella, a un lugar tenebroso y triste, teniendo la convicción de tu misión ahí, te podrías perder en sus peligros – aseveró con la misma tranquilidad la voz, que ahora parecía llenar por completo la habitación.
¿Qué debo hacer? – consultó, sin preguntar siquiera a que peligros se refería, con una decisión que emanaba, limpia, de su amor por ella.
Hear this voice from deep inside
Escuchar esta voz desde el profundo interior
It's the call of your heart
Es la llamada de tu corazón
Close your eyes and your will find
Cierra tus ojos y encontrarás
The passage out of the dark
El paso para salir de la oscuridad
Una figura algo ambigua, sin poder definir si se trataba de un hombre o una mujer, delicada y dulce, apareció ante sus ojos, irradiando paz y una increíble sensación de bienestar, sus vestidos, eran como suspiros alados, era un Arcángel, un ser de luz que venía a guiar sus pasos, para que completara su tarea de fe.
Soy Yeialel, un arcángel, vengo hasta ti, enviado por el Padre, Yoh He Voh He, para ayudarte en tu misión.
Inuyasha solo asintió, tomando a Kagome entre sus brazos y llevándola de ese modo tras la figura de aquel ser, hasta la que era su habitación, Yeialel, alzo su mano en cuanto entró a la habitación, sin tocar el piso, elevando unos centímetros de este, ante aquel movimiento, el lugar por completo cambio su aspecto, la cama de un blanco impecable, con sus ropajes, mullidos y con un suave aroma a flores, las paredes, parecían cristales que brillaban ante la luz irradiada por el arcángel, quien haciéndose a un lado, le dio lugar para que entrara junto a la mujer que llevaba aferrada a su pecho, el piso, completamente cubierto de pétalos, y en cuanto deposito el cuerpo inerte sobre la mullida cama, las vestimentas de Kagome, también cambiaron, asemejándose muchísimo al ropaje que ella traía la noche en que abandono su inmortalidad, la noche en que se entrego a él sin limitar su amor, el cabellos de pronto, sin rastro de humedad, reveló aquellos rizos que tanto le gustaban a él, y por un momento, pareció simplemente dormida, aunque aún conservaba aquella palidez. Se recostó junto a ella, tal y como Yeialel se lo indicara, tomando la mano fría de su ángel.
Here I am
Aquí estoy
Will you send me an angel
Me enviarás un ángel
Here I am
Aquí estoy
In the land of the morning star
En la tierra de la estrella matutina
Cerró los ojos y se dejó llevar por un profundo sueño, producido por el arcángel que lo acompañaba, quien extendió sus alas majestuosas y enormes sobre ambos jóvenes, Inuyasha no dejaba de escuchar en su mente la voz suave de Yeialel, diciéndole que tal vez Kagome, no volvería a su lado, que una opción muy fuerte era que su alma deseara, luego de ver el dolor de el infierno, volver junto al Padre. Pero él simplemente asintió, sabiendo que prefería una vida de soledad, que saberla en aquel lugar espantoso, al que acababa de llegar.
Notó, que a su alrededor habían un sin fin de almas, aún con la apariencia física de su última vida, aquella que se habían quitado, aquella que habían ocupado para actos indiscriminados sin arrepentirse de ellos, comenzó a buscar, advirtiendo a su alrededor la aridez de aquel sitio, la soledad que calaba los huesos, la tristeza, de la que su alma se habría embriagado, si no fuera por el amor profundamente enraizado que llevaba en su interior, siendo éste, el único que podría ayudarlo a salir de este lugar lóbrego, y sacar de ahí a su Kagome.
The wise man said just find your place
El hombre sabio dijo sólo encuentra tu lugar
In the eye of the storm
En el ojo de la tormenta
Seek the roses along the way
Buscando las rosas a lo largo del camino
Just beware of the thorns
Sólo teniendo cuidado con las espinas
Debía buscarla, y a pesar de lo que viera, tener fe, y esperanza, todas aquellas, las armas de las que en este lugar, lo deseaban despojar, poniendo en su camino un sin fin de rostros sombríos, que de alguna manera al ver la luz que él irradiaba, la luz de la vida, intentaban colgarse de su cuerpo de forma desesperada. Esto era algo más de lo que Yeialel le había hablado, y cerró los ojos, para concentrarse, para intentar que aquellos no vieran su luz, y de pronto, al abrir nuevamente sus dorados ojos, se encontró con la figura lúgubre y demacrada de una mujer, que lo miro de forma indescifrable, como si lo conociera, pero a la vez, no, le regaló una pequeña sonrisa, antes de pasar frente a él ignorándolo, era Kikyo, que llevaba en sus muñecas, las marcas del lugar por el cual se le había escapado la vida, regando de sangra la alfombra de su departamento. Inuyasha extendió su mano, deseando alcanzarla, pero luego cerró los dedos en el aire.
No debes desviar tu rumbo, o podrías perderte al igual que ellos – recordó una vez más la voz del arcángel y continúo buscando, la figura de la mujer que amaba.
Es verdad,...Kagome me espera...
Here I am
Aquí estoy
Will you send me an angel
Me enviarás un ángel
Here I am
Aquí estoy
In the land of the morning star
En la tierra de la estrella matutina
Comenzó a pasar entre muchos de los espíritus errantes en aquel lugar, los que ya lo veían solo como uno más de ellos, a pesar de la sensación de calor que había al observar el lugar, su temperatura era normal, se comenzaba a desesperar, sentía que llevaba horas en aquella misma búsqueda, horas en las que no lograba dar con Kagome, y los seres junto a él comenzaban a dispersarse, y temió perder la razón y no lograr salvarla... sabía que su amor debía ser fuerte, más aún ahora que ella lo necesitaba.
The wise man said just raise your hand
El hombre sabio dijo sólo levanta tu mano
And reach out for the spell
Y llega hasta el encanto
Find the door to the promised land
Encuentra la puerta de la tierra prometida
Just believe in yourself
Sólo creyendo en ti mismo
Debía encontrarla, ya que él era la única esperanza, cerró sus ojos deseando desde lo más profundo de su alma, hallar a la mujer que le había devuelto la esperanza de vivir, sin importarle que no pudiera volver a su lado, solo deseaba que estuviera lejos de la pestilencia y el desamparo de este sitio, que luchaba a cada momento por apoderarse de sus sentidos, pero a cada momento, en que la lucha se hacía más difícil, llenaba de recuerdos bellos sus pensamientos, desde el día en que la había visto de pie junto a un árbol en el jardín de la escuela, hasta el último beso que le día antes de que partiera junto a Sango esa mañana, cuando le dijo al oído que tenía algo hermoso que compartir con él a su regreso, pero ese jamás sucedió. Cerró los ojos y comenzó a buscar con su alma.
Hear this voice from deep inside
Escuchar esta voz desde el profundo interior
It's the call of your heart
Es la llamada de tu corazón
Close your eyes and your will find
Cierra tus ojos y encontrarás
The way out of the dark
El paso para salir de la oscuridad
Abrió los ojos y de forma refleja se giró, entre los errantes seres, logró divisar una figura, sentada sobre la tierra agrietada el cabello negro y mojado le caía por los hombros y la espalda, estaba algo encorvada y abrasándose a sí misma, la ropa húmeda se le ceñía a la figura. Se acercó sin cuidado en pasar por entre el resto de los que habitaban ese lugar, perdidos en sus propios sufrimientos, clamando algunos, dejando escuchar sus sonoros quejidos de desamparo.
Kagome...- susurró, como si deseara acariciarla con su voz cuando ya estuvo frente a ella, agachándose a su lado y tocando con suavidad su cabello, mientras que ella se arrastraba hacía atrás, escapando asustada como un animalito herido.
Here I am
Aquí estoy
Will you send me an angel
Me enviarás un ángel
Here I am
Aquí estoy
In the land of the morning star
En la tierra de la estrella matutina
La mujer alzo la mirada y dejo sus oscuros ojos fijos en los dorados de él, que parecían brillar de forma increíble, dándole un aspecto de infinita ternura, el rostro de ella descompuesto por el llanto y la amargura. Extendió su mano, para tocar la de Kagome que permanecía sobre su regazo, y al llegar a la muchacha, pudo comprobar lo fría que estaba, y entonces ella inclinó un poco su cabeza hacía un lado, con las mejillas aún bañada por las lágrimas, y le preguntó.
¿Quién eres tu?... me recuerdas a alguien...- Inuyasha la observó mordiendo su labio, al comprobar que lo que Yeialel le dijo, era verdad, "ella no te recordará", pero lo que salió a continuación de la boca de Kagome, era algo de lo que no había sido prevenido -...¿Vienes a cuidar de mí... y mi pequeño...? – la mano de la mujer soltó la de Inuyasha y se poso, con delicadeza sobre su vientre, logrando marcar con dificultad una sonrisa lánguida...
Continuará...
N/A: Que difícil ha sido intentar explicar lo que sucede en este capítulo, espero que hayan podido comprenderlo, es que intenté graficar varias cosas... sé que he sido algo cruel en estos dos últimos, pero desde un principio, esta no auguraba ser una historia fácil... bueno espero sus comentarios y las amenazas de muerte, que espero no sean tantas como el cap. Anterior las recibiré en silencio, jejeje... a propósito Karen, es que me hizo reír mucho tu "se busca" y Sesshi, tus amenazas me asustaron...
Besitos
Anyara
