Disclaimer Nada, absolutamente nada es mío… Los personajes pertenecen a JK Rowling, a Scholastic y a WB Studios. La historia fue escrita por Sam Starbuck, quien amablemente me dejo traducir su fanfiction. Para leer la versión en inglés pueden ir a: http:oojahs. snoo. Org / stealingharry stealingharry.htm
Capítulo 4
Remus, diciendo que Harry había pasado por más de lo que un niño debía pasar en un día, convenció a Sirius que lo hiciera dormir una siesta; el alto morocho dejo al muchacho acostado entre sábanas y frazadas en la cama de Remus, y volvió a la cocina donde Arturo y Remus tenían una conversación seria.
"¿Ahora esperamos la ira de Dumbledore?" pregunto suavemente, mientras Remus tragaba saliva compulsivamente, un signo de que sus nervios estaban al límite.
"La respuesta de Dumbledore, de cualquier modo," respondió Arturo. "¿Cómo están los hechizos de protección en este lugar, Lupin?"
Remus se encogió de hombros, "Bastante bien. Voy a poner unos nuevos al anochecer, igualmente. Los que hay ahora son algo… especiales."
"Remus es brillante en Artes Oscuras," dijo Sirius. "Defensa, quiero decir," agregó apurado.
"Tengo que serlo," murmuró Remus. "Trata de pasar la mitad de tu tiempo en un pueblo de zombies en África y luego dime…"
Arturo lo miró concentrado. "¿Sigues viajando?"
"Peter todavía esta libre."
El colorado puso una cara seria. "Tú eres le único que lo piensa."
"Escucha, todo lo que sé es que no encontraron el cuerpo."
"…dedos!..."
"Y si no hay un cuerpo, no estoy satisfecho," continuó Remus. "Dedos no son un cuerpo."
Arturo meneó la cabeza. "Nunca pude entender como Malfoy lo encontró antes que ustedes."
"Yo tengo mis teorías," dijo Sirius sombrío.
"Yo estoy agradecido de que lo haya hecho," continuó Remus. "De otra forma, hubiese sido Sirius."
"Yo me podría haber encargado."
"Ese es precisamente el punto."
"¿Qué es lo que paso ese día?" preguntó Arturo. "Estuve tratando de preguntarles. Dumbledore nunca te da una respuesta directa y ustedes saben como son los reportes del Profeta..."
Remus cruzó la cocina, abrió uno de los armarios, y sacó una botella de firewhiskey. La destapó y vertió una gran cantidad en la taza de Sirius, y después de que Arturo asintiera en la suya también.
"Sirius iba a ser su Guardian Secreto," dijo. "pero sabía que el Señor Oscuro lo buscaría primero. Pensó que tendría que ser alguien del que no sospecharían. En ese momento, creyó que yo era el espía," dijo lenta y pesadamente con la divertida perspectiva de quien tuvo siete años para pensar en lo ocurrido. "Peter fue con el Señor Oscuro esa noche y les dijo donde encontrarlos."
"Puedo decirte," dijo Sirius tomando su te. "Que cuando yo llegue, ya había terminado. Hagrid estaba con Harry," dijo apretando la taza. "Iba a ir a buscar a Peter y sacarle sus propios brazos…"
"Yo no debería haber estado en el país ni siquiera. Tenía un trabajo que aceptar en Roma," agregó Remus. "Me estaban enviándo el dinero para el viaje, pero la lechuza se perdió… Escuché lo que pasó y fui directo a Godric Hollow."
"Me hizo mandar a Hagrid con Harry en la motocicleta," se quejó Sirius. "Empezamos a buscar, pero dimos una vuelta equivocada."
"… esa fue mi culpa…" murmuró Remus.
"Y Lucius Malfoy llegó ahí primero," terminó Sirius. "Dijeron que discutieron, tuvieron un duelo y veinte muggles murieron."
"Los periódicos dijeron ocho," dijo Arturo, asombrado.
"Los periódicos mintieron," respondió Sirius. "Apresaron a Lucius y encontraron un par de dedos de Peter."
"Que no es prueba suficiente de que haya muerto," intercedió Remus.
"Y los Aurores agarraron a Malfoy. Moody dijo que les costo tres de ellos para desarmarlo," agregó Sirius. "Lo encerraron y entro un Dementor…"
"…Y ahora esta loco como una cabra," dijo Remus con una pequeña nota de triunfo en la voz. "Y bien merecido lo tiene."
Arturo tomaba su te, escuchando cuidadosamente la historia compartida.
"Sirius compró la casa en Privet Drive y la librería y después de darse cuenta que odiaba vender cosas y que a mí me estaban por tirar a la calle para que me muera de hambre…" Remus sonrió. "Me contrató, y después secuestramos a Harry Potter y Dumbledore nos golpeó hasta la muerte con el peluche con forma de rana de Harry."
"Desaprobó Adivinación," dijo Sirius señalando a Remus con su taza.
"No desaprobé. Me rehusé a hacer la prueba," respondió Remus.
"¿Y qué van a hacer con el chico ahora?" preguntó Arturo. "¿Mandarlo a la escuela coo si nada hubiera pasado? No lo pueden cuidar a todas horas todos los días."
"Soy un primo distante, el hechizo de protección tiene que protegerlo afuera. El resto del tiempo, Canuto puede cuidarlo."
Arturo sonrió. "¿Dónde esta ese enorme perro? Estaba seguro que estaría saltando de felicidad."
"Escondido debajo de la cama, supongo," respondió Remus tranquilamente. "Podemos tener a Harry a salvo hasta que vaya a Hogwarts; después de eso esta en manos de Dumbledore."
"No creo que deba volver a esa escuela," dijo Sirius de repente. "No con Dudley Dursley ahí."
"Hay peleadores en todas las escuelas," le recordó Remus.
"No como Dursley, no hay. Y de todas formas no veo por que tenga que ir a la escuela, no le enseñan nada útil."
"No, sólo a leer, a escribir, matemáticas y ciencia básica," dijo Remus con sarcasmo.
"Voy a dejarlos pelearse tranquilos," dijo Arturo. "Tengo que regresar. Escríbanme, me gustaría saber que pasa," agregó desapareciendo con un crack.
El silencio cayó sobre la cocina.
"¿Me ves mirando con ganas lo que queda de firewhiskey?" preguntó Sirius.
"Eso es lo único que falta, Harry Potter dormido en mi cama, Dumbledore en la puerta de mi casa y Sirius Black borracho en mi cocina," estalló Remus.
"No dije que iba a hacer algo al respecto," murmuró Sirius.
Cuando Harry despertó, fue por el sonido de perrunos ronquidos y la pesaza cabeza de Canuto sobre sus piernas. Era de noche, y la leve luz de la lámpara de la calla dejaba ver el pelo negro de Canuto, plateado.
Harry salió de la cama y caminó por el estrecho pasillo. Se podía ver una luz de uno de los cuartos y Harry se asomó cuidadosamente.
Lunático estaba sentado en un escritorio, escribiendo algo con lo que parecía ser una pluma, pensó Harry, reconociéndola por las pinturas en los libros de Historia. Tomo una pizca de algo de un frasco y lo espolvoreó sobre el papel; después vertió unas gotas de un líquido verde sobre su palma, y las esparció sobre el polvo. Se produjo una luz brillante, y Lunático complacido, doblo el papel y lo introdujo en una grieta de la pared.
Harry, tratando de evitar ser descubierto espiando a Lunático hacer magia, se apresuró a la cocina. Busco un vaso en uno de los armarios de abajo, y estaba pensando cómo alcanzar el fregadero cuando un par de manos lo levantaron por debajo de sus brazos, y lo apoyaron sobre la mesada.
"¿Sediento?" preguntó Lunático con una sonrisa. Harry abrió la canilla, llenó el vaso y Lunático lo bajo.
"Un poco," respondió Harry bebiendo. "¿A dónde fue Sirius?"
"A casa, por ahora. Va a volver por la mañana. Estas a salvo con Canu y conmigo. "Ahora vuelve a la cama, Harry."
"¿Dónde estas durmiendo?" preguntó Harry.
"No creo que duerma mucho esta noche, aunque tuviera un lugar," respondió Remus. "Pero si estoy cansado dormiré en el sillón."
"¿Estas en problemas por mi culpa?" preguntó Harry.
"Algo así… Me gritaron mucho esta tarde cuando dormías. Hay un sujeto llamado Albus Dumbledore, lo vas a conocer cuando empieces Hogwarts, y no estaba muy contento de que te hayamos sacado de la casa de los Dursleys."
"Odio a los Dursleys," dijo Harry convencido.
"Afortunadamente, no vas a volver con ellos."
"¿No?"
"No. Vas a vivir conmigo, acá. O posiblemente nos mudemos a un lugar seguro. No sabemos todavía."
Harry lo observó. El cabello de Lunático era marrón, pero se estaba volviendo gris; su cara estaba arrugada y preocupada pero sus ojos eran brillantes y cálidos. No estaba acostumbrado a ver cariño en los ojos de alguien, y la sensación no le era familiar.
"¿Qué pasará si me llevan de regreso?"
"Nadie te va a sacar de este departamento a menos que pasen sobre mi cadáver y yo soy muy tenaz," dijo Remus haciendo reír a Harry. "Y una vez que pasen sobre mi, tiene que pasar sobre Canuto," añadió siguiendo a Harry a la habitación. Le saco los anteojos y los colocó sobre la mesa de luz, sacando de ahí varios libros. "Vuelve a dormir."
Harry se acostó con su espalda apoyada con la peluda y huesuda espalda de Canuto, y cerró los ojos. Remus esperó un minuto, mirándolo; todavía era más pequeño que Canuto.
Remus podía recordar el día que nació, podría ver a James sostener a su hijo en sus brazos, absolutamente incapaz de decir una palabra. El primer hijo de los cuatro amigos; en ese momento ninguno pensó que Sirius se casaría alguna vez; y Remus siempre mantenía sus affairs privados; y Peter era… bueno, Peter… así que no era sorprendente que los cuatro mirasen al bebe como suyo.
Podía recordar sostener a Harry en una mano, y pensar cómo rayos, James Potter de todas las personas, podía ser un padre.
Podía recordarse parado en las ruinas de lo que había sido la casa de los Potter en Godric Hollow y pensar cómo rayos James podía estar muerto.
Canuto levantó su cabeza y miró a Remus por sobre uno de sus hombros con solemnes ojos oscuros. Remus cerró sus ojos y meneó su cabeza. Volteó y caminó fuera de la habitación, a través del pasillo a su pequeña oficina. Si se quedaban acá, sería el cuarto de Harry. Si Sirius se quedaba también, tendría que conseguir una cama más pequeña y compartir su habitación con Sirius, a menos que Sirius quiera pasar todas las noches como perro.
No tenía idea de que haría cuando volviera la luna llena. Por suerte, todavía faltaban tres semanas, tenía tiempo.
Se detuvo en la oficina. No podría hacer más protecciones esta noche. Ya había hecho todos los posibles hechizos que podía hacer solo. En la mañana, tal vez le pediría a Sirius ayuda para hacer un par más.
Apagó las luces y cerró la oficina, caminando a la cocina. El firewhiskey todavía estaba afuera, llenó la mitad de una taza, añadió te frío y lo revolvió con su varita, calentándolo.
Dumbledore llegó esa tarde, furioso y aterrador. Inclusive gritó, Remus en su vida, había escuchado a Dumbledore gritar.
Sirius también le grito.
Remus se sentó en silencio hasta que la ira de Dumbledore se dirigió a él, momento en el cual repitió lo que Harry les había dicho acerca de cómo vivía. Agregó, con el corazón latiendo con fuerza, que el hechizo ya estaba rojo, y que él era familiar de sangre también, aunque sea distante. Escuchó todo lo que Dumbledore dijo y simplemente respondió no. No, se quedarían con Harry. No, no lo devolverían. No, se quedará con nosotros. No, no puede decirnos que hacer.
Entendió porque Sirius era el padrino de Harry, James y Sirius habían sido los más unidos de los cuatro, pero a veces se preguntaba si Sirius entendía que era lo que se esperaba de él. Sabía que su amigo moriría, sin dudarlo, para proteger al muchacho. Sabía que Sirius mataría sin dudarlo también. Pero se preguntaba si Sirius alguna vez podría hacer las pequeñas cosas que Harry más necesitaba, alimentarlo, vestirlo, pensar en su educación, enseñarle algunas morales, mostrarle como un hombre debía vivir, hacerlo sentir bien cuando esté asustado; escuchar, aunque sea en la mitad de la noche, las suaves pisadas de un niño que estaba sediento, o enfermo, o triste.
Estaba seguro de que Dumbledore enviaría instrucciones acerca de qué era lo que tenían que permitido hacer. Estaban expresamente prohibidos de llevarlo al Callejón Diago, o a Hogsmeade, o a algún lugar donde se cruzaran con magos.
Mañana, le comprarían a Harry ropa nueva, y algunos juguetes. En la tarde, se sentarían en la cocina y decidirían que hacer, si quedarse en el pequeño departamento cerca de la Librería Sandust o mudarse a algún lugar remoto, donde era improbable que los encontraran; si Harry tenía que ir a una escuela pupila, pensó Remus frunciendo el ceño por la idea de enviar a Harry lejos después de haberlo liberado de los Dursleys.
Tantas preguntas.
Así debió ser, pensó con una triste sonrisa, como se sintió James ocho años y medio atrás.
Harry estaba extasiado. Tímido, eso era cierto, pero delirantemente feliz. Sirius no estaba seguro como un cuerpo tan pequeño podía tener tanta excitación.
Remus se detuvo por unos instantes en la Librería Sandust para colgar un cartel diciendo que la tienda estaría cerrada. Varios de los negocios, incluyendo a Clara, la dueña de Intuición Femenina, y uno de los tantos hermanos que trabajaban en la panadería, conocieron a Harry como el ahijado de Sirius. Fueron a atienda de zapatos, y compraron unas nuevas zapatillas para Harry, la tienda vendía ropa, incluyendo una roja y dorada remera de rugby que Sirius insistió en compara aunque fuera una talla muy grande, la cual Harry se negaba en sacar.
Remus encontró una gorra de béisbol con una rana, y convenció a Sirius de compara un pequeño casco de seguridad para tener una excusa para sacar a Harry en la motocicleta. Harry eligió una mochila nueva con miles de bolsillos, y Sirius metió diez libras en golosinas en ellos cuando Harry y Remus estaban en la tienda de juguetes.
Sirius esperaba que Harry quisiese todos los juguetes de la tienda, pero el chico solo eligió un robot que se encendía, una cartuchera en forma de dragón y un globo terráqueo.
"¿No hay nada más que quieras?" preguntó Sirius, mientras pagaba con el dinero multicolor muggle. Afuera, Remus estaba siendo acosado por unos cuantos clientes regulares, que probablemente querían saber porque habían cerrado.
"No," dijo Harry con facilidad. "Necesitaba una cartuchera," agregó sosteniéndola para que la cara del dragón mirase la suya y le gruño.
"Pero hay miles de juguetes acá."
"Sip, pero no los necesito," respondió Harry. "Me gusta el robot. Lo voy a encender a la noche para que no este tan oscuro."
"Pero sabes que no necesitas una razón para querer un juguete," dijo Sirius con desesperación. Harry lo miro curioso.
"Me gustan los globos terráqueos," dijo finalmente como si eso aclarara las cosas. Sirius puso el globo bajo un brazo y suspiró saliendo del negocio con Harry. Obviamente tenía los genes pragmáticos de Lily.
Compraron helado y se sentaron entre miles de bolsas, ya que Harry estaba cansado y Sirius nunca pasaba una excusa para comer helado. Remus estaba callado desde que habían comprado la mochila, y aunque Sirius estaba acostumbrado a cierta cantidad de silencio por parte de Lunático, esto era demasiado.
Harry no podía dejar de hablar.
"Y después voy a poner todos mis lápices en mi dragón y a probarme todas mis medias y miren…" dijo señalando el globo que había sacado de la caja. "Ahí es donde estamos. Y ahí es donde un chico de la escuela vivía…" giró el globo cuidadosamente y señalo China. "Ahí, y trae toda clase de cosas raras para el almuerzo, es brillante. Y esa es América y esa Australia, y ahí están todos boca abajo, ¿saben?"
"¿Esta todo bien, Lunático?" le preguntó Sirius despacio cuando Harry se detuvo para comer helado. Remus lo miró.
"No puedo hablar y pensar a la vez," dijo con una pequeña sonrisa. "Y estoy pensando mucho."
"¿Acerca de Harry?"
"Entre otras cosas."
Sirius asintió. "Estas pensando en la escuela."
"Ocho horas al día que no podemos protegerlo, por su puesto que estoy pensado en la escuela," respondió Remus.
"¿De qué están hablando?" preguntó Harry curioso, parándose sobre su silla y apoyándose sobre la mesa. Sirius lo levantó y lo sentó nuevamente en su silla.
"Escuela," respondió Remus. "Y qué es lo que vamos a hacer contigo."
"Me gusta la escuela. Algo."
"Harry, ¿Qué pensarías de ir a una escuela nueva?" preguntó Sirius, levantando el globo y guardándolo en la caja. Harry jugueteó con las mangas de su remera. Remus lo miraba.
"¿Qué tipo de escuela?" preguntó Harry finalmente.
"Bueno, una escuela muy pequeña, con sólo unos pocos chicos."
"Sirius, ¿De qué estas hablando?" preguntó Remus.
"Molly Weasley le enseña a sus hijos en su casa," respondió Sirius. "Sé que a veces le da clases a otros chicos para tener un dinero extra. Te apuesto lo que quieras que aceptará a Harry."
"No se supone que lo expongamos a otros magos…"
"Oh, vamos, son sólo los Weasleys, es sólo la escuela. Puede jugar con Ron, se llevarán bien."
"Ya sé como terminará esto," suspiró Remus.
"Eso me gustaría," dijo Harry decidido. "¿Puedo llevar mi mochila nueva?"
"Le diré a Molly," dijo Sirius. Remus lo miró de una forma peculiar. "¿Qué?"
"Nada, esta bien. Bien," dijo Remus y termino su helado. Sirius sonrió mientras miraba a su ahijado jugar.
"Esta donde pertenece ahora," le dijo a Remus muy suavemente.
"Ahora tenemos que asegurarnos que viva lo suficiente para disfrutarlo," agregó Remus.
Lunático, siempre tan preocupado.
Notas de la traductora:
Miles de gracias por el apoyo, no estaba segura si les iba a gustar la historia original o mi traducción. Aprecio mucho sus comentarios al respecto!!
blackspirit, katbasted, Lil-Evans, jessytonks, alyslythBlack, Paula Moonlight, the angel of the dreams, HermioneGranger91, Loly, Sayuri, Danielita, sus reviews me dan ánimos para seguir traduciendo, así que no me abandonen ahora!!
Aliena-Wolf, primero, gracias por el ofrecimiento, cualquier cosa no dudare en enviarte un mail. Segundo, pienso traducir ambas versiones, la infantil y la slash, para que todos las disfruten.
Nos veremos pronto con el siguiente capítulo!!
