BUENAS! aqui halenevil con una historia más, ehm... nunca me ha gustado poner los resúmenes porque creo q le quitan un poco de la intriga de la historia. Solo les dire unas cuantas cositas importantes: La cicatriz de Harry ha quedado reducida a una línea con un par de cachitos en las puntas, vive en un mundo completamente muggle sin tener idea de lo que es magia, no tiene recuerdos reales de su adolescencia, sus tíos no le han dicho nada y ha estudiado una profesion muggle.


La primera señal

.-.Buenos días-

.-.Buenos días, pase, lo estaba esperando-

.-.Llego tarde?-

.-.No, es que terminé antes-

.-.Oh-

El joven paciente se detuvo ante un espejo de cuerpo entero empotrado en el pasillo. Era alto y delgado, no recordaba haber hecho ejercicio y sin embargo había algo en su cuerpo que indicaba lo contrario, tenía la espalda ancha y las piernas que estaban cubiertas por un par de pantalones vaqueros eran magras y fuertes. Con una sonrisa de excusas porque no encontraba muy atractivo a su cuerpo, trató de peinarse el cabello que por alguna razón siempre había sido rebelde, separó un poco del que le caía sobre sus hermosos ojos verde botella y contempló la pequeña línea que tenía en la frente, semejante a una "N" recostada y un poco abierta.

.-.Señor?- preguntó la doctora, desde el consultorio.

.-.Si, perdón-

Señor? Harry encontró bastante graciosa esa denominación porque a penas tenía 22 años y podía jurar que la mujer que lo iba a atender era casi de su edad.

.-.Tome asiento- le indicó la muchacha, con una sonrisa amable en el rostro y señalándole el temible sillón de dentista.

.-.Eh.. bien..- se mantuvo de pié unos segundos, tratando de controlar el temblor de sus rodillas producto de una fobia que había tenido desde siempre.

.-.Tome asiento- repitió la dentista, mientras ordenaba sus instrumentos.

.-.Sí, perdón- visiblemente nervioso, Harry tomó asiento.

.-.Dos caries frontales y una palatinal?- preguntó ella, consultando con la libreta de pacientes

.-.Perdón?-

.-.No?-

.-.No entiendo de que me está hablando- Harry se volvió hacia la muchacha.

Ella tenía el cabello castaño amarrado en una cola de caballo y como a Harry le gustó imaginar, era tan rebelde como el suyo. Sus ojos fijos en la libreta eran castaños dulces y advertían un enorme conocimiento a pesar de su corta edad además de una gran sabiduría al momento de tomar decisiones. No era la mujer más bonita que había visto en su vida, pero algo había en su rostro que despertaba una especie de sensación en la base de su estómago.

.-.Ah?- la mujer rompió su concentración y levantó los ojos hacia Harry, algo tímida- lo siento.. ehmm- de pronto, la muchacha se quebró- es que he tenido una pésima semana y la verdad es que no tuve tiempo de ordenarme... mi ayudante salió de vacaciones unos días y los nombres de mis pacientes están regados por todo el consultorio, por suerte la mayoría de los que vienen son ya antiguos y sé lo que tengo que hacer con ellos- suspiró, recobrándose- pero a usted no le importa eso ¿Verdad? Lo siento... eh..- ojeó su libreta- señor Johanson?-

.-.No, soy Harry Potter-

Los ojos castaños de la dentista se clavaron en él, mientras una sonrisa inconsciente se asomaba a su rostro.

Por segundos ninguno de los dos supo que decir, una porque se había desconectado del mundo, sumergiéndose en alguno de los parajes de su mente sin quererlo y el otro porque jamás lo habían mirado tanto tiempo.

.-.Lo siento, me distraje de nuevo- admitió con una sonrisa de excusa- es que su nombre.. No nos conocemos verdad?-

.-.No, es la primera vez que vengo aquí-

.-.La primera vez que viene al consultorio?-

.-.Al dentista, en general- admitió Potter, perdiéndole el miedo al sillón y acomodándose en él

.-.No le creo...-

La dentista se puso de pié y caminó hacia la alacena que tenía cercana, de uno de los compartimientos sacó un par de guantes blancos y se los colocó cuidadosamente.

.-.Bueno.. he venido antes, pero cuando era niño- contó Harry- Hey!- de pronto, sintió como el sillón se movía hacia atrás y para abajo. Su corazón dio un vuelco y sus manos empezaron a temblar.

.-.Es la camilla- explicó la dentista, tratando de tranquilizarlo- ahora voy a ajustar la luz, le va a incomodar un momento-

Harry asintió mientras veía como la mitad del cuerpo de ella pasaba sobre el suyo, tomaba con ambas manos una especie de reflector de luz potente y lo acomodaba de acuerdo a su rostro, en ese instante cerró los ojos, la luz le había dado de lleno.

.-.Bien...- la mujer se sentó al lado del sillón, jalando hacia ella su mesita de herramientas, haciéndolas sonar- abra la boca por favor.. grande.. grande.. eso es, a ver.. ¿Cómo me dijo que se llamaba?-

.-. "Ary Oter"- respondió Harry con la boca abierta.

.-.Perdón- la dentista quitó el espejo que había puesto en la boca de Harry- ¿cómo dijo?.

.-.Harry-

.-.Bien Harry, abra la boca, no se asuste solamente voy a introducir este espejo- se lo mostró- para saber lo que tengo que hacer-

El muchacho asintió, sintiéndose menos nervioso que antes

.-.Tienes una.. dos... tres caries-

.-.Eso es malo?-

.-.Más que malo, doloroso. Pero no te preocupes, son relativamente fáciles de curar-

Harry suspiró aliviado, el dentista no era tan malo después de todo. Se volvió hacia la muchacha para preguntarle cuanto tiempo iba a durar la sesión y la encontró curvando la punta de la aguja más grande que había visto en su vida.

Inmediatamente cerró la boca y se sentó derecho, teniendo cuidado de no chocarse con el reflector

.-.Que es eso?- preguntó, con miedo

.-.La anestesia- explicó la dentista con toda normalidad- sus caries son un poco antiguas y tengo que raspar bastante para removerlas, por eso la anestesia, para que no le duela-

.-.Y si lo hace sin anestesia, soy más valiente de lo que parezco-

.-.No tenga miedo Harry, son solo unos segundos y luego va a dejar de sentir la encía y luego la mejilla y lu..-

.-.Mejilla? por donde se mete eso?- preguntó enervándose más y señalando la aguja

.-.Por la encía, para que duerma las zonas afectadas- la doctora explicaba las cosas con una infinita paciencia- vamos, son solo unos segundos y le aseguro que después no va a sentir absolutamente nada-

Con el ceño fruncido y las manos mojadas de sudor, Harry aceptó volver a su posición.

.-.Abra la boca grande...-

.-.Cuantos segundos dijo?- la interrumpió, por alguna razón la idea de que algo le clave el cuerpo lo ponía incorregiblemente nervioso.

.-.Unos 30-

.-.30?- nuevamente se sentó.

.-.Por favor Harry, siéntese-

.-.Pero esa cosa me va a clavar!-

.-.No lo va a sentir porque le voy a echar anestesia local antes-

.-.Oh..

Harry asintió, sintiéndose el idiota más cobarde del mundo, y volvió a echarse sobre el sillón, abrió la boca y sintió el sabor asqueroso de la anestesia local que le aplicaba la doctora a través de un chisguete. Casi de inmediato sintió que su encía y la parte posterior de su mejilla se hinchaban y miró con curiosidad a la muchacha.

.-.No te preocupes, no se está hinchando- explicó ella, entendiendo- es solo la sensación. Ahora abre grande la boca y empieza a contar mentalmente hasta 30-

.-.No.. un momento- Harry se volvió a sentar, la aguja acercándose lo ponía nervioso- espere.. no podemos hacer eso solamente con la anestesia local-

.-.No, tenemos que dormir el diente. Es menos doloroso que las inyecciones-

.-.Pero..

.-.Se va a ir el efecto de la local y ahí si le va a doler-

.-.No!-

.-.Harry, siéntese-

Harry se sentó y cerró los ojos.

.-.Bien, si quiere cierre los ojos-

El muchacho respiraba por la boca terriblemente asustado y sintiendo que los pulmones se le subían a la garganta, un segundo, dos... aún no sentía nada.

.-.Eh- alejó la mano de la doctora que estaba a centímetros de su boca- puede hablar por favor?-

.-.Hablar?-

.-.Que no se quede la habitación en silencio... si la escucho me siento más seguro-

.-.Oh- la vio ruborizarse, a lo mejor era el primero que le pedía eso- y de que quiere que hable?-

.-.Ehm.. ¿Cómo fue que se hizo odontóloga -

.-.Bueno, pero abra la boca- Harry la obedeció y ella suspiró sonoramente- como me hice odontóloga?- repitió, afablemente- Pues... mis papás son odontólogos, soy hija única así que creo que lo más obvio era que terminase con el negocio familiar. Además me gusta mucho la carrera y la salud bucal es más importante de lo que cree...-

Harry apretaba con fuerza los brazos del sillón y para cuando llegó el momento del hincón, una o dos lágrimas brotaron de sus ojos producto del nerviosismo porque el dolor era muchísimo menor al que se imaginaba.

Mientras oía a la doctora contaba mentalmente y para cuando estuvo en 13 ya no sentía absolutamente nada del lado derecho de la boca, incluso sintió que sus labios se tiraban para atrás y que perdía control de ellos.

.-.Listo- la mujer sacó la aguja- verdad que no dolió mucho?- y empezó a frotarle la mejilla.

.-.No- admitió Harry sintiéndose algo tonto- pero es que le tengo mucho miedo al dolor- se detuvo ¿Por qué le había confesado eso?- así que este es el consultorio de su familia?-

.-.No, es mío- la doctora encendió el taladro.

.-.Que es eso?- preguntó Harry, haciéndose nuevamente a un lado.

.-.Es un taladro y bota un poco de agua pero no te preocupes porque no lo vas a sentir-

El muchacho no volvió a su lugar.

.-.Vamos Harry, confía un poco- pidió la doctora con una sonrisa.

Los ojos y la boca de Harry se abrieron sin tregua y su cuerpo volvió a su posición original. El muchacho no se lo pudo explicar pero la sensación que tenía en la base del estómago se hizo más fuerte y comprometió ahora a su mente. Dentro de ella, una lucecita no dejaba de tintinear, indicándole que había una fuerza mayor por la que la proposición lo hacía sentirse así

Media hora más tarde, Harry estaba sentado con los pies fuera del sillón, sintiendo todavía que la anestesia le había dejado media boca paralizada y una extraña tranquilidad recorriéndole el cuerpo porque las curaciones habían dolido menos de lo que se esperaba y la doctora había sido paciente todo el tiempo.

.-.Tenga- la mujer le estiró la cuenta de la sesión.

Harry abrió los ojos y sonrió complacido, era mucho menos de lo que se imaginaba.

.-.Pasa algo?- preguntó ella.

.-.No.. bueno sí, pensaba que iba a costar más- por alguna razón sentía que le podía contar lo que sea a su dentista.

.-.En serio? Que extraño-

.-.Por qué?-

.-.Porque el precio es la razón por la que la gente viene, dicen que es muy barato-

.-.Oh- de pronto los zapatos de Harry se volvieron tantísimamente interesantes.

.-.Quien me recomendó a usted?- preguntó la doctora mientras se lavaba las manos.

.-.Nadie-

.-.No?- cerró el grifo y tomó la toalla- entonces me encontró en la guía.. pero si no me ha escogido por precio.. no entiendo como ¿Al azar?-

Harry sonrió.

.-.Por su nombre- admitió, sintiendo que nuevamente no podía ocultarle nada a la doctora- nunca lo había escuchado-

.-.Supongo que Hermione Granger no es muy común verdad?-

Ambos se callaron de golpe.

.-.Tenga- Harry se acercó a ella para pagarle inmediatamente, tenía que salir de ese lugar, las sensaciones extrañas estaban empezando a producirle escalofríos.

.-.Gracias, nos vemos- lo escoltó a la salida lo más rápido que pudo, reluciendo, sin quererlo, su incomodidad.

.-.Eh- Harry se detuvo, tenía el pechero de papel todavía puesto- como me saco est..-

.-.No se preocupe, yo lo...-

Demasiado tarde, Harry se pasaba el instrumento por encima de la cabeza, levantando la gruesa mata de cabello que cubría su frente y dejando a la vista el rezago de cicatriz.

".-.Pero Harry.. y si Quien-tu-sabes- está con él?

.-.Bueno, ya tuve suerte una vez¿no?- dijo Harry señalando su cicatriz- puede ser que la tenga de nuevo

Los labios de Hermione temblaron y de pronto se lanzó sobre Harry y lo abrazó.

.-.¡Hermione!

.-.Harry.. eres un gran mago, ya lo sabes-

.-.No soy tan bueno como tú- contestó muy incómodo, mientras ella lo soltaba.

.-.¡Yo!- exclamó Hermione- ¡libros¡Inteligencia! Hay cosas más importantes, amistad y valentía y... ¡Oh, Harry, ten cuidado!"

.-.Harry?-

Hermione abrió los ojos de par en par mientras sentía el recuerdo traspasándole la cabeza, como un alfiler al rojo vivo.

.-.Agh!- Harry sintió el mismo dolor y se apretó fuertemente las sienes.

Ambos se miraron fijamente a los ojos. No tenían la idea clara del lugar en el que se habían conocido, ni de cómo se habían hecho amigos... pero sentían que se habían encontrado después de mucho tiempo.