Recomendación: Si no has leído "Quiero estar junto a ti: El Naufragio del Mauretania" te sugiero hacerlo para poder comprender esta historia ya que se trata de su secuela.

Capítulo 1 Volviendo al colegio.

Candy corria y corria, y reía de felicidad. A lo lejos miraba que en una colina, de pie recargado en un enorme árbol ya la esperaba Terry vestido con su uniforme del San Pablo.

Cada vez que se acercaba más a él, notaba la sonrisa de su rebelde diciéndose a sí misma: "Terry sonríe con dulzura mientras el sol se refleja en su rostro. Terry te amo tanto. Y traes puesto tu uniforme entonces te quedaras. Terry , lo he dicho y lo diré siempre. Yo sólo Quiero estar junto a ti.

Terry por su parte pensaba- "Candy... se le ve tan linda vestida de blanco y está aquí… conmigo. Pecosa ya no quiero que nos separen. Yo solo Quiero estar junto a ti"

Candy se acercaba más a la colina donde estaba Terry por lo que su risa ya podía ser escuchada por él. El caballero inglés amaba esa risa era como una dulce música para sus oídos.

Definitivamente no querían separarse, no más. Tal vez sería egoísta de su parte, pero no querían separase ni un minuto más, ni siquiera para partir a América para visitar a la señorita Pony si estuviera enferma. Al menos Terry ya no podía si quiera tenerla lejos de él un momento mucho menos miles de kilómetros de distancia con un océano de por medio.

Clin subió al árbol y comenzó a hacer su casita en uno de sus huecos. Terry rio al ver lo rápido que su hijo se adaptaba a su nueva vida después de los lujos en el Palacio.

Candy por fin llego hasta él, y se paró en seco. Tenía sus ojos llorosos de felicidad. Estaba tan emocionada que no podía pronunciar palabra, solo lo miraba con una sonrisa radiante que hacía palpitar más aprisa el corazón de Terry.

Se miraron sin decir palabra. Ellos no las necesitaban, sus ojos, los verdes esmeraldas de Candy y los azul zafiro de Terry eran el reflejo del amor qué se tenían mutuamente. Un amor creado para siempre. Un amor unido por un lazo indestructible. Seguían sin decirse nada solo se sonreían, ademas para que hablar si sus sonrisas y sus miradas lo decían todo incluyendo "Te amo"

Después de un breve momento de contemplarse. Candy Grandchester escuchaba como esa voz que tanto le gustaba pronunciaba su nombre.

-Candy…

Definitivamente nadie en el mundo tenía esa voz. Esa voz que cada vez que pronunciaba su nombre le provocaba que su corazón palpitara a mil por hora. Llena de emoción y sin esperar un minuto más, la pecosa se lanzó a los brazos del hombre (tal cual definió en su diario) "Es el hombre que más he amado. ¿Como podria dejar de amarlo con tal intensidad?

Ahí en la segunda Colina de Pony, Terry la recibió con un fuerte abrazo, el tan anhelado abrazo. Ese que significa "No voy a dejarte ir"

Candy sintió ese amoroso abrazo y mirando a Terry con todo el amor de su corazón dijo las palabras más anheladas por su caballero inglés.

Bienvenido Terry!

El rebelde sintió como su corazón se alegró por esas dos sencillas palabras. Esas palabras que su rubia con pecas y ahora esposa le dijeron. Fue como si estuvieran ya viviendo en su casita de marido y mujer donde ella cada tarde lo esperaría para recibirlo después del trabajo. Definitivamente le agrado la idea.

Sin esperar más, se acercó a sus labios para darle el beso número 245 (el 228 se lo dieron el día de su boda y el resto en el jardín del palacio antes de despedirse). Pausadamente, lentamente el chico saboreaba los labios ya expertos en el arte de besar de su pecosa. Muy tranquilamente pero sin despegarse de esos delicados labios la tomo de la cintura, la recargo en el árbol y se acercó más a ella.

-Te extrañe – decia Terry entre beso y beso – te juro que… ninguna pecosa irlandesa te supera.

-Yo también…te extrañe…y - Candy apenas y podía pronunciar palabra pues su rebelde la interrumpía para seguir besándola una y otra vez -Terry… no me dejas hablar.

-¿En serio quieres que hablemos? ¿o que te siga besando? -dijo el chico formándosele una sonrisa muy pero muy traviesa y después volvió a besarla.

-No… me quiero portar bien…

-No nos estamos portando mal. Considerando que ya estamos casados.

-Sí, pero luego querrás más y… Anthony te podría dejar calvo – soltó una risilla la chica.

El pobre de Terry rodo los ojos y respiro hondo y profundo- Gracias por recordármelo, créeme, ya hiciste que se me fuera… el amor.

-No te enojes – decia la pecosa burlándose y viendo como su caballero resignado mejor se sentaba en el suelo.

-Está bien pecosa, no quiero que Anthony me deje calvo así que cumpliré mi juramento.

-Gracias Terry por eso te quiero tanto eres todo un caballero – dijo la chica que se sentó junto a él. Y recargo su cabeza sobre el regazo de su chico.

-Inglés, no se te olvide "Caballero inglés". Ademas papá se pone furioso si no lo recalco.

-Llegaras a ser como él ¿verdad?

-Si por él fuera sí, pero yo seré menos estricto con nuestros hijos. Aunque lo celoso eso sí creo que seré igual que él. ¿Sabes? Mamá me conto que a última hora papá quería envírame con ella a Nueva York.

-¿En serio?

-Sí, le carcome ver que mamá tenga tantos admiradores a veces hasta le molesta como la mira Archie. Así que tenía la esperanza que estando yo con ella en Nueva York los espantaría. Pero mamá dijo "NO, Terry se quedará con Candy en el San Pablo y no quiero que me vigiles". Y aquí estoy.

-Me alegra mucho que tu mamá reconozca cuanto nos queremos. Pero sobretodo que dulcificara el carácter de tu padre para que ya no sea tan duro contigo.

-Créeme que soy el primero que se alegró de que Eleonor le doblara las manos en cuestión de castigos. Porque debo reconocer que en otros aspectos es bastante bueno, mira que darme mi propia cuenta de banco sin límite de crédito. Lástima que ya me la quito ocmo castigo por itentar huir a América.

-Por lo visto a ti te fue pero, a mi Albert solo me castigo prohibindome comer postres, sobretodo los de chocolota.

-Vaya que Albert tiene su lado cruel – se burlo el rebelde – Pro no lo has cumplido, porque en el palacio recuerda que te comiste una muy grande rebanada de mi pastel de cumpleaños .

-Bueno que puedo decir? – dijo con una risilla la chica y mordiéndose la lengua – Ademas no soy la única, ya vez Stear sigue haciendo sus inventos de forma clandestina y Arhcie le paga a la señora del aseo para que le lave su ropa.

-Si me comento, de hecho me pidió que le consiguiera alguien que se lo haga por menso cantidad.

-Y peudes?

-Claro, solo que yo me llevare el 5% de lo que pague.

-¡Terry!

-Pecosa te recuerdo que papá me cancelo mi cuenta, de algo tengo que sobrevivir. Ademas papá no creas que le desagrado cuando se enteró de lo que hago, -dijo con felicidad el chico pero después continuó con tono de fastidio - El problema fue mamá "Terry, puedes ser líder pero de forma más ética", mamá tenía que ser.

-Pues tiene razón.

-Ash tu también pecosa.

-No me gusta que te metas en problemaa.

-Como sea, por cierto, hablando de Eleonor, pienso contarle de nuestro matrimonio. Espero no te moleste, pero no quiero tener más secretos con ella.

-Por supuesto que no me molesta, ella es tu mamá. Además debo confesarte que yo ya se lo dije a Albert justo cuando vino a dejarme y prometió no decir nada.

-Albert está bien, es nuestro amigo y tu "papi"- dijo con tono burlón "tu papi" haciendo que la pecosa soltara una risilla.

-No le digas a así, se enoja cuando le llamo papi. Y no le diga príncipe porque es peor, dice que le da escalofríos.

-¿Principe? -preguntaba extrañado el rebelde.

-Nunca te lo había dicho, pero cuando tenía seis años y Albert 17, nos conocimos en la colina de Pony. Ese día llevaba el kilt escoces y tocaba la gaita. Yo estaba llorando mucho por una carta que me envió Annie. El al verme se acercó y me dijo unas palabras muy lindas que aun las recuerdo y fueron mi motor durante mucho tiempo.

-¿Qué te dijo?

-"Eres mucho más linda cuando ríes que cuando lloras". Después de eso ya no lo volví a ver. Desde entonces yo lo llamaba mi príncipe de la colina, deseaba tanto volver a ver a mi príncipe. Pero en febrero del año pasado conocí a Anthony, era idéntico a Albert cuando esté tenía 17. Llegue a pensar que eran la misma persona pero eso era imposible. ¿Puedes creer que ni siquiera reconocí a Albert cuando lo vi en el Mauretania ya sin barba y sin sus gafas? Fue en año nuevo que me dijo que él fue ese chico que me encontró en la colina. Entonces me di cuenta que al final quien realmente se portó como mi verdadero príncipe fue Anthony y Albert es solo mi querido hermano. Pero me gusta decirle tío abuelo, es mi pequeña venganza por guardarme su secreto.

-Hum. Pues que bien -dijo el rebelde con tono serio y sin dignarse a mirarla.

-Terry no seas celoso, sabes que te amo.

-Eso no quita que te gustara Albert cuando eras niña y Anthony ni se diga.

-No seas tonto. Albert solo me pareció lindo y Anthony me gustaba por ser Anthony no por su parecido con Albert. Ya deja de hacer eso. Mírame -decia la chica tomando el rostro de Terry para que la volteara a ver.

-Pues yo no seré príncipe pero yo Sí tengo sangre azul pecosa (2*)- dijo Terry mirándola fijamente y con tono arrogante después volvió a mirar al horizonte.

-Presumido y celoso.

-Honestamente me da igual. Tengo casi un mes de no verte y créeme que no quiero hablar de Anthony.

-Enojón – dijo la chica con una mueca pero veía como su caballero mantenía su mirada perdida así que decidió cambiar el tema - Terry, ahora que lo recuerdo nunca me has hablado de tu bosque genealógico, en el Mauretania apenas y me confesaste que tu tía abuela era la reina madre.

-Porque como te dije aquella vez, no me interesa.

-Pero yo quiero conocer más de ti.

-Pues no hay mucho, que contar. Solo que la Reina Victoria (1*) ósea mi bisabuela por parte de mi padre, tenía la peculiaridad de casar a toda la familia inglesa con diferentes nobles del resto de los reinos de Europa. A mi abuelo le toco casarse con mi abuela Catalina de Dinamarca prima hermana de Alejandrina quien hoy es reina madre de Inglaterra. Así que gracias a esas uniones matrimoniales, ahora tengo parientes en Rusia, Alemania, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Suecia, Noruega, Prusia y no lo dudo uno de mis parientes dejo su semilla en la India.

-Que interesante.

-Solo en lo histórico. Pero somos como cualquier familia. Sabemos que existimos pero pocas veces nos frecuentamos. En cambio tu familia Candy en el Hogar de Pony podria jurar que es mas unida y no están con tonterías de conflictos. En cambio los míos. Por ejemplo se supone que el Rey es primo del Kaiser y el Zar, pero ni su unión consanguínea parece poder evitar sus conflictos políticos. Así que mi bisabuela Vicky debe estar muy molesta porque su sueño de una Europa unida se está yendo al carajo.

-Qué triste.

-Pero no hablemos de mi familia real, mejor cuéntame ¿cómo pasaste este mes sin mí?

-Extrañándote, pero también estudié mucho, reconstruí el invernadero con la ayuda de Annie y Paty. Archie y Stear también me ayudaron antes de irse contigo a Dublín. Y bueno esa es la parte linda. La mala es que Eliza me molesta mucho por mi anillo, y ni hablar de las flores que me enviaste todo el mes de enero. Está obsesionada por saber quién es mi admirador. Y por supuesto no deja de decir que soy adoptada así que todas me hacen el feo, excepto Annie, Paty y Antonella.

-Es cierto, te vi platicando con ella. ¿Qué tal mi ex prometida?

-¡Oye! – exclamo Candy dándole un pellizco.

-Auch pecosa nunca se te quitara es maña de pellizcarme.

-No si te lo mereces -exclamo enojada la chica.

-Ya no te enojes, tu empezaste con Anthony, … espera ¿te das cuenta?

-¿Qué?

-Tu primer novio se llama Anthony y mi primera prometida, impuesta por mi tía abuela, se llama Antonella – soltó a reír el chico.

-Es cierto tienen el mismo nombre, claro uno en niño y el otro en niña francesa.

-Vaya los Tonys nos persiguen. Pero bueno ya dime ¿cómo te llevas con ella?

-Honestamente cuando la vi llegar sentí miedo, pero no por ti, sino porque me imaginé que sería otra Eliza, pero fue todo lo contario somos muy buenas amigas y nunca estuvo interesada en ti.

-Qué raro que una chica no se fije en mis encantos – se burló el chico a lo que Candy amenazo.

-Ándale, sigue con tus cosas Terry.

Terry comenzó a reír viendo la cara de enojona que puso su rubia -Ya no te enojes solo bromeo. Además ya sé que no soy de su interés. Ella siempre ha estado interesada en Erik

-¿Ya lo sabias?

-Sí, de niños siempre me preguntaba por él. Pero a Erik no le gustaba porque era muy gordita y usaba gafas de botella y ni hablar de su extrema sonrojes. Como es muy blanca es fácil darse cuenta cuando esta apenada. Pero en cambio ahora…

-¿Ahora qué? -volvió a cuestionar con reclamo la pecosa. Algo que a Terry le divertía y tratando de ocultar su sonrisa burlona contestó.

-Digo que ahora él … insisto Erik quedo muy impactado porque se ve que la adolescencia la ha desarrollado muy bien.

-¿No me digas? ¿y tú qué opinas sobre su desarrollo? -preguntaba la chica con tono amenazante y mirando muy fijamente a su chico.

Terry no aguantaba la risa pero se contuvo y evito mirarla – La naturaleza ha hecho un muy buen trabajo.

Candy volvió a darle un pellizco haciendo que Terry soltara a reír por la cara de pocos amigos de su dulce rubia - Que agresiva eres pecosa, tu preguntaste y yo solo estoy siendo objetivo jamás dije que me gustara. Ademas te aseguro que tú eres más linda.

-Pues no me importa si soy o no más linda, - decia la chica con tono molesto y cruzándose de brazos. Ahora era ella quien no se dignaba a mirar a su novio-esposo.

-A mí me gustas más tú – dijo el chico dándole un beso en la mejilla pero siguió bromeando - Ya tendrás 18 y apuesto que para entonces la naturaleza te dará lo que te corresponde.

-¡Bruto! -grito la chica haciendo que Terry volviera a carcajearse – Ya deja de burlarte no es gracioso.

-Ya no te enojes, recuerda lo que dijo Albert, eres mucho más linda cuando ríes que cuando te... enojas.

-Cuando lloro, es cuando lloro.

-Ah pues eso. En fin, Tu eres la más linda del colegio.

-Pues déjame decirte que igual que tu opinan todos tus compañeritos de clase. -presumió la chica en venganza haciendo que la sonrisa de Terry se esfumara.

-Ni me lo recuerdes. Ya tus primos y Erik me contaron todo en Dublín. Pero te aseguro que ya me encargué de hacerles saber a tus admiradores que tú eres mía y que ni siquiera te pueden voltear a ver.

-¿Qué les hiciste? -pregunto asombrada la rubia.

-Nada pecosa solo les leí la cartilla. Es todo.

-Hum, peleonero.

-Solo defiendo lo que es mío. Y tú eres mía Candice White Grandchester. Y definitivamente el Grandchester luce mejor en ti.

-Que bonito se escucha -dijo emocionada la chica al parecer se le bajo el coraje al escuchar su nuevo apellido - Pero por ahora para todos sigo siendo Andley.

-Ya sé, ni modo – dio un gran suspiro de resignación el chico - Todo sea porque el capitán Brower no tenga problemas con mi papá. Si papá se entera que nos casó a escondidas no se de lo que sea capaz. El odia que no se sigan sus órdenes. ¿Por qué te ríes?

-Porque creo que la reacción de tu padre no será nada con la reacción de las del clan. Querrán matarnos por no haberlas invitado a la boda – Candy contestó sonriente. Después se puso a contemplar su anillo de compromiso. Un zafiro en forma de corazón rodeado de diminutos diamantes. El mismo que le dio su rebelde en año nuevo.

Terry observaba como su novia-esposa contemplaba su anillo. El reflejo que daba el zafiro sobre las pecas de su rubia le hicieron esbozar una sonrisa. El chico sin advertir le tomo la mano y la besó justo en el dedo anular - Te prometo que en cuanto tenga dinero compraré nuestras argollas.

-Gracias Terry, pero este es suficiente, me gusta mucho. Azul como tus ojos. A veces no me lo pongo y prefiero guardarlo en mi habitación porque Eliza me molesta mucho incluso ya ha intentado quitármelo.

-Vaya que está loca, pero ¿creerás que no la conozco? Sí he odio de ella porque alguna vez la mencionaste o Archie, pero no sabría quién es. Hay demasiadas niñas en este colegio.

-Es hermana de Neal Legan.

-Ese imbécil si lo conozco, y mis puños también. Un día intento robarme mis tareas y no tuve más remedio que darle un golpe.

-Pues creo que vas a querer darle más de uno – dijo la pecosa poniéndose de pie al igual que Terry.

-¿Por qué? ¿te hizo algo?

-No, pero escuche que se apodero de la fraternidad junto con otros chicos y asegura que no piensa dejar que tú y Erik la recuperen.

-¡¿Qué?!

-Eso es lo que se dice en los pasillos.

- Voy a matar a ese imbécil.

-Yo sugiero que no te metas en problemas Terry, no quiero que el Duque te castigue otra vez y te mande a otro colegio.

-Oh no pecosa, créeme que en este caso el Duque estaría de mi parte.

-¿Cómo?

-Candy, estamos en un internado que es igual que una cárcel. La diferencia es que es una cárcel para niños mimados y ricos, por ende es peor. Así que aquí ser popular no es cuestión de supervivencia sino de honor. En pocas palabras estamos en guerra. Y nadie absolutamente nadie le gana a un Grandchester.

-Pero… ¿no te parece exagerado?

-No pecosa, el honor es el honor y mi padre de enterarse que perdí el liderazgo del San Pablo será una vergüenza para él.

-Terry exageras.

-Pecosa lo que pasa es que no me comprendes porque a ti te adoptó una familia de solo 3 generaciones, en cambio yo tengo un bosque genealógico en dondé nuestra historia señala que los Grandchester jamás hemos perdido y yo no seré el primero, ni siquiera en el colegio -explico arrogante el caballero inglés.

-Ok señorito Grandchester, ¿ y qué piensa hacer?

-No matare a Neal te lo prometo, solo lo hare sufrir como a cualquier revolucionario.

-¡Terry! no se te olvide que tu bisabuelo fue amigo de Victor Hugo.

-Perdón tienes razón, pero también mi otro bisabuelo peleo contra los colonos, ¿qué quieres? Hay un coctel de ideales políticos en mis genes.

-Usa tu liderazgo para el bien -exigió Candy.

-Está bien pecosa te lo prometo. Tendré una monarquía que ayudará a los débiles y castigará a los malos.

-Eso me gusta más -aplaudió la chica.

-Bueno me tengo que ir, debo planear mi guerra contra los usurpadores.

-Lo dicho ya lo traes en los genes.

-Te prometo que trataré de verte en la noche… bueno no creo, estaré ocupado planeando como hacer sufrir a Neal… ya sé te veo mañana saliendo de misa.

-Ok. Hasta mañana.

-Gracias hasta mañana - dijo el rebelde para después darle un fugaz beso en los labios y marcharse rápidamente no sin antes claro despedirse también de su hijo– Hasta luego Clin.

La pecosa resignada subió hasta el hueco del árbol donde estaba la nueva casita de su coati mientras Terry corria de regreso al edificio de caballeros.

- Clin veo que ya hiciste tu casita. Me alegra que te adaptes a tu nueva vida. ¿no te sientes raro después de haber dormido en cojines de pluma de ganso y bajo el techo del palacio de Grandchester"

Clin solo negaba con su cabecita y tomaba unas hojitas para dárselas a Candy – Ya veo te gustan más tus plantas. Pero no podrás negar que extrañaras las nueces del Duque – se rio Candy moderadamente a lo que Clin hizo un gemido de tristeza – Lo sabía. Pero no te preocupes, te traerá todos los días. Y le pediré a Terry que también te traiga nueces.

Clin empezó a mover su cola por la emoción de que comería sus deliciosas nueces.

-Solo espero que no se te haya pegado lo engreído de los Grandchester, ya oíste a Terry ya lo trae en los genes. Mi arrogante caballero inglés, pero con un corazón enorme y noble. Lo amo tanto. Supongo que su actitud orgullosa es parte del paquete y no niego que me gusta que quiera ser el mejor en todo. Solo espero que no se meta en problemas. Aunque me tranquiliza que diga que el Duque no lo castigara si mantiene el reinado en el San Pablo. Depues de todo es cierto, no por nada Terry tiene fama de intocable en este colegio y según escuche su papá es el mayor benefactor así que supongo que es normal que lo dejen hacer rebeldías o al menos no lo castiguen como harían con otros.

Clin altivo solo asentía con la cabeza, sin duda los dos meses en Grandchester si afloraron su lado mimado.

-Voy a extrañar tu chalequito rojo con el escudo de Grandchester. Ya sé, le diré a Annie que me ayude a hacerte uno igual. Así, si te descubren sabrán que eres de Terry y no podrán hacerte daño. Bueno Clin debo irme, ya está por anochecer y ni siquiera he hecho mi tarea. Debo sacar mejores notas para que Albert me deje salir el próximo quinto domingo. Ojalá que Erik y Terry no hagan una tontería con Neal y los castiguen otra vez. En fin nos vemos mañana.

Candy le dio un beso en la cabecita a su coati y volvió corriendo hacia su dormitorio. Tenía tantas ganas de hablar con sus amigas sobre la llegada de su adorado Terry. Tendrían mucho de qué hablar en la cena, pues seguramente Archie, Stear y Erik debieron también haber regresado de Dublín junto con Terry.

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

Parlamento inglés.

Los miembros del parlamento salían después de una larga y exhaustiva asamblea en la que se determinaba la situación de algunas sufragistas y su pliego petitorio. En dicha asamblea por supuesto estuvo el Duque de Grandchester y el padrino de Terry, Lord Arthur Hamilton.

-¿Creo que seguir negándoles el voto es una verdadera tontería? -mencionaba Lord Hamilton mientras caminaba por el pasillo de salida del edificio del parlamento a lado de su amigo Richard.

-Lo sé, pero tampoco podemos permitir que lo pidan de forma violenta. Hay que ayudarlas pero ponerles un alto o su buena voluntad la harán ver como una rebeldía – replicó el padre de Terry.

-Totalmente de acuerdo. Y hablando de mujeres independientes ¿Cómo esta Eleonor?

-Ayer hable con ella por teléfono. Esta feliz de volver al escenario, los ensayos para la gira la mantienen con la mente ocupada ya que obviamente extraña mucho a Terry y también a Elizabeth y Nicholas.

-Salúdamela cuando hables de nuevo con ella.

-Lo haré. Pero será en dos semanas.

-¿Y eso? hablas con ella casi a diario – preguntaba extrañado Lord Hamilton.

-Porque a penas David va en camino y no quiero delatarme -respondió el Duque como niño descubierto.

-No puedo creer que lo hicieras.

-Es solo por su seguridad no la estoy expiando solo mantengo a sus admiradores alejados de ella. Entonces cuando David me avise que ya llego a Nueva York, volveré a hablar con Eleonor y le daré la noticia de que él la cuidara.

-Claro y ella lo tomara muy tranquilamente.

-Por supuesto, porque pienso decirle que fue idea de Terry. Sí, Terry prefiere que su guardaespaldas en lugar de cuidarlo a él mejor que cuide a su madre. Para cuando se dé cuenta que mentí ya sabré como contentarla. Pero no hablemos de eso, porque de verdad me pone más nervioso la reacción de Eleonor que la de todas las sufragistas del mundo. Mejor dime ¿cómo esta Gabrielle?

-Gabrielle está bien, Madeleine me está ayudando a cuidarla. ¿te dije que la Duqesa de Baviera ya rompió lazos con el resto de los Baviera?

-Era de imaginarse, la guerra no conviene a nadie. Ojalá no lleguemos a eso y ella no pierda sus propiedades ni su título en el imperio aleman.

-Ojalá. Y bueno por otro lado mis suegros llegaran el próximo mes para quedarse hasta el parto de Gabrielle. Aprovecharan su estancia en Londres para reunirse con Albert para que les pida oficialmente la mano de Michelle. Posiblemente será en la cena de bienvenida. Por supuesto estás invitado.

-Gracias, ahí estaré con gusto. Hace mucho que no hablo con mi consuegro Andley y me gustaría ponernos al día.

Xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

Residencia del productor de Teatro Charles Macklahan.

-¿Y bien Charles? ¿Qué te parece? -preguntaba una joven diseñadora de interiores mostrándole al hombre una habitación recién amueblada y decorada con los más exquisitos detalles del renacimiento. Los colores blanco y dorado predominaban.

-Es preciosa digna de mi princesa – aprobó el hombre que no dejaba de admirar dicha habitación - Pareciera que te inspiraste en la habitación de Julieta.

-Me leíste la mente porque así es. No por nada trabaje en la ópera de Roma.

-Gracias Marcela te debo una.

-Para esos estamos las amigas, ademas te lo debo por darle trabajo a mi marido en tu próxima obra como iluminador.

-El es bueno, no tendría porque no contratarlo.

-De cualquier forma gracias. Y ahora dime ¿cuándo llegará la princesa de la casa?

-Me temo que solo usara esta habitación un par de veces. Su tutor la tiene internada en el Real colegio San Pablo. Solo por consideración hacia mí la traerá a pasar el próximo domingo aquí conmigo.

-Debes estar nervoso.

-Solo de pensarlo me tiemblan las manos. Pues no solo hablaré con ella sino también con Erik. Así que a él lo traeré desde el viernes para preparar el terreno con él y el domingo Albert llegará con Candy.

-Ya verás que todo estará bien. Tú mismo dijiste que Candy es una niña muy dulce y es el vivo retrato de su madre. Estoy segura que no te reprochará nada. En cuanto a Erik, es cierto que tiene su temperamento, pero al final lo entenderá.

-Espero que sí. Nos sabes cuánto deseo abrazar a mi hija y decirle cuanto la quiero. Pero sobre todo que su hermano la acepte y ambos me perdonen- dijo el hombre mientras contemplaba el retrato de Marissa su gran amor y quien era nada menos que la madre de Candy.

Xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

Habitación de Candy en el Real Colegio San Pablo 8:30 pm

Las chicas se reunieron de forma secreta en la habitación de la pecosa para hablar de su reencuentro con sus novios.

-No podía creer que fueran ellos, pensé que mi vista me engañaba – decia Paty que al igual que el resto ya estaba vestida con su pijama y sentada sobre el suelo viviendo un poco de té que trajeron de forma clandestina desde la cocina.

-Yo también sentía que me temblaban las piernas. ¿Saben? Archie me abrazo muy fuerte sentí que lo hacía con mucho amor, de hecho no me soltó hasta que Stear se lo pidió – confeso la tímida poniéndose roja de la pena.

-Eso es cierto – confirmo Paty.

-Me alegro mucho Annie. Ahora ya deja de tener miedo. Que Archie sea el más deseado por las chicas del colegio a él no le importará ni mucho menos te cambiará por otra – dijo Candy para después dar un sorbo a su té.

-Espero que si Candy.

-Ya verás que si Annie.

-Ahora dinos Candy ¿cómo fue tu reencuentro con Terry? – preguntaba Antonella.

-Fue lindo y debo confesar… que nos besamos. De hecho ya lo hemos hecho muchas veces pero me apenaba confesárselos.

-¡Oh por Dios! - exclamaron asombradas Paty y Antonella a diferencia de Annie.

-Yo ya lo sabía. Los vi besarse una vez en el Mauretania. Lo siento Candy fue inevitable no verlos. Me pareció tan romántico, como una novela donde el príncipe atrae a su princesa para robarle un beso.

-¡Que hermoso como Romeo y Julieta! – exclamó Antonella.

-Dinos Candy, ¿se sienten mariposas en el estómago? – cuestiono Paty.

-¡Muchísimas! A veces hasta me da miedo.

-Me muero por que Erik algún día me dé un beso lleno de amor, pero apenas y hablamos ahora que lo vi en el pasillo.

-Es el comienzo Antonella, ya verás que pronto te pedirá que sean novios – animaba Paty a lo que Annie y Candy la apoyaban asintiendo con la cabeza.

-No sé, empiezo a pensar que solo me saludo porque ya no soy gordita ni mucho menos uso mis lentes de botella. Pero sobretodo por esto – dijo al final señalando su busto que ya se acentuaba.

-No te preocupes, yo hablare con Terry y tratare de averiguar cuáles son las verdaderas intenciones de Erik.

-Gracias Candy. Pero dudo que Terry quiera decirte algo. Erik es su mejor amigo y ya sabes, lo que se dicen jamás lo cuentan a los demás.

-Pues conmigo no podrá guardarme ni los secretos de sus amigos.

-Pero Candy eso es presuntuoso – comentó Annie -Terry se sentirá invadido.

-Annie tiene razón Candy, no lo presiones mucho – apoyo Antonella.

-No pienso presionarlo solo tratare de sacarle información.

-Por mí no te preocupes Candy, ya encontramos otra forma de conocer las intenciones de Erik -insistía Antonella.

-Está bien como ustedes digan. Ahora díganme, ¿creen que los chicos castiguen a Neal esta noche?

-Archie y Stear comentaron algo de una "fiesta de sabanas" -contesto Annie.

-Erik también me menciono algo.

-¿Y eso que es? -pregunto intrigada Candy.

-Es cuando amordazan a un chico y lo envuelven en una sábana para después encerrarlo en el closet.

-¿No es peligroso?

-No Candy, Erik dice que no. Aunque en una novela leía que los dejan encerrados hasta por días.

-¿Por qué Terry haría eso? Es muy riesgoso.

-No lo sé Candy, pero ojalá no se metan en problemas que haga que el Duque los castigue otra vez enviándolos a Dublín.

-Ojalá que no Annie.

-Terry tiene fama de ser muy… rudo en sus castigos, pero tal vez contigo aquí Candy lo haga menos agresivo y ya no se meta en problemas – menciono Paty.

-Yo también lo espero. Mañana saliendo de misa hablare muy seriamente con él. Me gusta que quiera ser el mejor pero no sabía que fuera tan brusco.

-Hace un año que llegue al colegio y siempre he escuchado que es el más temido. Erik es su mano derecha y ambos son intocables. Honestamente cuando la abuela me dijo que Terry era un buen chico no lo podía creer ya que al menos aquí la fama que tiene es la de un rebelde – dijo Paty.

-Lo sé, me sorprendieron las historias que se cuentan de él. Terry una vez me dijo en el Mauretania que no creyera todas, pero ahora que me dicen lo de la fiesta de sabanas, empiezo a creer que si es un rebelde con esas formas tan agresiva para arreglar las cosas.

-No es un chico malo, solo quiere mantener el orden – intervino tímidamente Annie – A mí me ayudó mucho cuando llore en el Mauretania por Archie, y no olvides cuando me ayudo a regresar a mi camarote.

-Sí, los sé. Es mi arrogante y noble cabalero inglés. Pero no quiero que se meta en problemas ni mucho menos que sea agresivo. Empiezo a creer que sus genes le están aflorando. Definitivamente mañana hablaré con él muy seriamente – confeso preocupada la pecosa.

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

11:55 a. m. Habitación de Terry en el San Pablo.

Y mientras Candy y sus amigas ya habían tenido su conversación de chicas, Terry hizo lo mismo con su mejor amigo Erik y sus primos políticos los Cornwell en su habitación.

Y es que no tenían ni un par de horas de haber regresado de Dublín cuando ya se habían enterado que Neal Leagan se había autonombrado el nuevo jefe de la fraternidad clandestina del Real Colegio San Pablo.

Neal escuchó que Terry, los Cornwell y Erik volverían al colegio hasta abril, por lo que aprovecho esta ausencia para hacer de las suyas, pero con lo que no contaba es que el Duque les redujo el castigo permitiendo que su retoño y acompañantes volvieran al colegio antes de lo previsto. Ahora todos los chicos estaban esperando saber cuál sería la reacción de Terry ante este atrevimiento.

Durante la cena los chicos no quitaban su mirada sobre Neal y el rebelde del San Pablo, esperando el momento en que llegara el reclamo. Pero para sorpresa de todos, el hijo del Duque de Grandchester no dijo absolutamente nada ni tampoco Erik. Es más, ninguno de los dos miraron al chico Leagan.

Algunos creyeron que Terry aun no sabia nada pues estaba demasiado tranquilo. Incluso no le importo no cenar en su mesa favorita, una mesa pequeña para 4 personas ubicada junto a la ventana que da vista a la calle.

Todos se habían quedado en silencio cuando Terry entro al comedor junto con Erik. Caminaba con la cabeza altiva y sin dignarse a mirar a sus compañeros. Miró que su mesa ya estaba ocupada por lo que busco otra. En ese momento Zach les hizo la seña de que se sentaran junto a él y sin oponerse Terry acepto.

La cena fue muy tranquila, pero para quienes lo conocían sabían que tanta tranquilidad solo podía significar una cosa. Terry estaba preparando su venganza. Pero Neal era tan tonto y llevaba poco tiempo en el colegio por lo que no creía todas las historias que se decían del heredero de los Grandchester. Incluyendo que esté odiaba que tomaran sus cosas. Incluso él que sufrió un golpe cuando intentó robar sus tareas ya debía estar advertido pero era más su soberbia que realmente creía que podía usurpar el lugar de Terry sin sufrir las consecuencias.

Neal estaba tan acostumbrado a hacer lo que quisiera, incluso culpar malamente a una chica inocente de robar joyas, sin recibir un castigo. Así que no es de sorprenderse que ahora usurpara el lugar de Terry creyendo que esté no le haría nada.

Pero Terry ya lo dijo "Nadie, absolutamente nadie le gana a un Grandchester" La infinidad de historias que su padre le llego a contar sobre la participación de algunos miembros de la familia en diversas guerras civiles, políticas y hasta en conquistas, le enseñaron que jamás debe mostrar sus cartas, por lo tanto esa fue la razón por la cual no dijo absolutamente nada durante la cena.

Ahora estaba en su habitación junto a quienes ya se consideraban sus amigos más cercanos. Empezando por Erik quien es su mejor amigo desde los 6 años. Tan amigos que cuando a Terry lo internaron en el San Pablo, Erik pidió que lo internaran también para estar juntos.

Los siguientes eran Stear y Archie Cornwell. Increíblemente ese par de hermanos que llegaron en Noviembre ahora eran de gran confianza para el rebelde. Si bien era cierto que a su llegada Terry no tardó en mostrar su desagrado contra el elegante (desagrado que fue mutuo) la verdad es que después de todo lo que vivieron juntos durante su intento de escape a América y su estancia en Dublín obviamente se habían vuelto amigos. Aunque claro entre el rebelde y el elegante aun existían las discusiones hasta por la cosa más tonta.

Así que obviamente, después de la cena se reunieron en secreto en la habitación de Terry para decidir qué hacer con el chico Leagan. Fue difícil llegar a un acuerdo para decidir como castigarían a Neal Leagan, ya que Terry y Archie cada 5 minutos estaban en desacuerdo. Pero afortunadamente Stear al ser el mayor se encargó de callarlos y llegar a un acuerdo, el cual fue que a media noche habría una fiesta de sabanas, ni un minuto más ni un minuto menos.

La habitación de Terry era la mejor en el edificio de caballeros. Contaba con tres cuartos, uno que fungía como su recamara, otro como su pequeña biblioteca y otro como su sala para recibir a sus visitas. Por supuesto contaba con un vestidor y baño con tina.

Terry y Candy eran los únicos que tenían este privilegio por tener la mejor habitación de cada edificio. El resto de los alumnos debían compartir las regaderas y baños comunes.

El rebelde se encontraba recostado en su sofá love seat mirando hacia arriba y jugando con su reloj de bolsillo que le regalo su madre en su pasado cumpleaños número 16. Jugaba con la cadena haciéndola balancearse de un lado a otro. De vez en cuando hacía que el reflejo de luz cayera en los ojos de Erik quien estaba frente a él leyendo una novela de la revolución francesa. Para ser exactos el capítulo de la toma de la Bastilla. Nada mejor que eso para inspirarse y estar listos para su golpe de Estado y recuperar su poderío en el prestigiado colegio.

En el suelo estaba sentado Stear, revisando punto por punto el plan estratégico que durante el resto de la tarde, y minutos atrás ya habían determinado.

Y por supuesto Archie ¿adivinen donde estaba? Sí, en el vestidor de Terry. Aunque ambos usaban el mismo uniforme, no se comparaban las camisas de seda que le compro la Tia Elroy con las que Terry tenía. Así que como buen primo político lo dejo que tomara las que quisiera.

Ahí estaba Archie probándose una a una cual se quedaría. Una vez que termino ahora se ponía mas guapo para estar listo en cuanto dieran las doce en punto. Ante todo la elegancia sobresale en él hasta para una revuelta.

Los minutos pasaban y ninguno de los chicos decia absolutamente nada pues no querían que las hermanas escucharan sus murmullos. Apenas la lampara de mesa que Erik usaba para seguir leyendo y la de Stear se notaba tras la ventana. Nadie debía saber, mucho menos las hermanas que los 4 chicos estaban en la habitación de Terry listos para actuar.

El rebelde caballero inglés, súbitamente dejo de jugar con la cadena de su reloj. Lo tomo con una mano y se puso de pie para mirar el reloj que estaba en la pared frente a él. Solo faltaban 10 segundos para la media noche.

En medio del silencio se escuchaba como el segundero marcaba cada segundo hasta llegar a las doce en punto y entonces se comenzaron a escuchar las campanadas de la Torre de la parroquia del colegió anunciando la medianoche.

Dichas campanadas fueron para los genes de Terry como la trompeta anunciando el inicio de la batalla. El chico sonrió y volteo a mirar a Stear y Erik que ya se habían puesto de pie esperando escuchar la orden. Archie al escuchar las campanadas llegó a la sala entusiasmado. Miró primero a Stear, después a Erik que estaban de pie frente al rebelde.

El caballero inglés escucho tras él los pasos de Archie y volteo a mirarlo formándosele una sonrisa casi maquiavélica misma que se le formo también a sus acompañantes, quienes esperaban las palabras mágicas. Terry aun sonriente y cruzándose de brazos dijo con voz decidida y confiada.

-Llego la hora.

Continuará…

Xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

(1*) La Reina Victoria de Inglaterra es conocida también como la abuela de Europa, ya que se encargó de casar a sus descendientes directos con miembros de familias reales del resto de Europa. La razón principal por la cual lo hizo fue porque deseaba mantener la paz en Europa.

(2*) Quienes ya han leído mis notas en la historia anterior saben que suelo recalcar la sangre azul que lleva Terryto en sus venas. Y tomando en cuenta que es hijo Sí reconocido del Duque de Grandchester (por algo lleva su apellido) y su ducado que según afirma Mizuki lleva muchas generaciones obviamente Terryto debe tener un cercano parentesco con las familias reales de toda Europa ya que recordemos que el rango de Duque es el más importante después de Principe y solo se da a los miembros de la familia real. El más reciente el Ducado de Sussex que tenía más de cien años sin utilizarse pero la Reina Isabel II recupero dicho titulo para dárselo a su nieto el Principe Harry. Así que como ven no cualquier mortal puede ostentar tal título. En fin ya sé que es ficción pero como sea Mizuki le dio a Terry la sangre azul de un verdadero príncipe.

Aquí tienen la prometida continuación que tanto me pidieron de: Quiero estar junto a ti El Naufragio del Mauretania". Para quienes no han leído dicha historia les recomiendo hacerlo para que puedan comprender algunos detalles de esta secuela, como el hecho de que los Cornwell y los rebeldes intentaron huir a América y ¿a que se debe su castigo en Dublín?

Debo confesarles que esta historia se desarrollara en el prestigiado Real Colegio San Pablo. Siempre desee ver más de la pandilla, honestamente la historia original considero que nos dio muy poco así que he decidió hacer mi versión. Una versión que contará todas las locuras que Terry (con ayuda de los Cornwell y Erik un personaje de mi autoría) hará para mantener el título de dueño y señor de dicho colegio aunque su principal obstáculo serán los regaños de su adorada pecosa.

Quienes ya me conocen saben que no me gustan los dramas y menos donde Terry sufre, así que como la historia anterior esta también tendrá humor y romance. Un poquito de drama tal vez, pero no mucho, no me gusta que Terry sufra.

Me despido deseándoles un muy bonito año 2019 que esté lleno de bendiciones para todos. Un abrazo.