Tsubasa Reservoir Chronicles
Magdalia Daidouji : Que tal, amo estar aquí tan pronto! XD bueno mas o menos, Aquí me tienen actualizando…Recordatorio: Quienes gustan de este fic, algunos que sean fanaticos (lo dudo TT.TT), y quienes no le han perdido la pista…NO DEJEN DE HACERLO, ya que pronto llegara a su fin…realmente, comienzo clases la proxima semana y este fic realmente es de mi agrado (cosa extraña viniendo de mi, normalmente no me gusta como quedan mis fics XD), asi que intentare hacerlo llegar a su fin en el transcurso de la proxima semana, para tener menos presiones y poder continuar "algo" tranquila "Quien Cree En El Amor?", Gracias por Todo.
¡¡Comenzamos!
Tsubasa Reservoir Chronicles
Capitulo 9: "Una Lagrima en el Océano"
Narradora: Autora.
Esa misma tarde el cielo se comenzó a tornar oscuro, pronto llovería, eran predicciones del joven sacerdote, aunque no había necesidad de tener magia para saberlo…comenzaba a gotear.
Y por primera vez, el Rey llego a la conclusión que el clima de tal desértica ciudad….acompañaba al humor de la Princesa.
Este preciso día había deshecho su corazón en mas de mil pedazos…fragmentos que solo volverían a juntarse si decía las palabras mágicas y la liberaba de tan cruel castigo, que ciertamente llegaba a parecer una pena de muerte para ella.
Llanto incontrolable salía de la Princesa…y al mismo tiempo del cielo. La lluvia aumentaba conforme las lágrimas de la Princesa lo hacían. ¿Trágico no?
El Rey trataba de descansar en "paz" en su habitación, pensando que había hecho lo correcto, que había hecho el castigo más adecuado…el más doloroso; Mas no podría descansar en paz hasta que el llanto de su hermana dejara de oírse por todo el lugar.
Incluso el joven Yukito quien se encontraba en las partes más bajas del castillo podía escucharlo y podía imaginar perfectamente a que se debía tal lloriqueo.
Mientras tanto, el joven arqueólogo, Syaoran, era el principal espectador del llanto de su Princesa, pues solo una pared lo separaba de ella, y podía escuchar con claridad sus gritos…cosa, que aun sin siquiera tener la mas remota idea sobre la razón por la cual Sakura lloraba, le partía de igual manera el corazón.
Era…Es algo inevitable, cuando sabes que la persona quien amas esta sufriendo y no puedes, y siquiera sabes el porque…sentir el mismo e incluso peor dolor en tu pecho. Algo que te invade, una punzada en el corazón…por el sufrir del dueño de tu Amor.
Las puertas del recibidor se abrieron repentinamente con fuerza, la figura de Sakura se mostró fuera. Lagrimas en sus ojos totalmente cristalinos como el vidrio. El rostro de Syaoran se vio frustrado al momento de verla…lleno de preocupación.
"¡Syaoran!"-gimio ella, y corrió hacia el. El esperando lo que veía venir abrió sus brazos.
"S-Sy-Syaoran"-susurraba con dificultad al haberse aventado a sus brazos…donde como siempre, se le recibía calidamente.
"¿Qué sucedió?"-pregunto el mientras le abrazaba con cariño, comprendiendo que…cuando una persona se siente mal, que mejor que darle un poco de amor para hacerla sentir mejor.
"Y-yo…yo no…No puedo verte, Syaoran"-al decir tales palabras, se abrazo con fuerza a el, claramente no quería soltarlo.
"¿Q-que quieres decir con eso?"-pregunto Syaoran, aunque su mente comenzaba a tener la idea de porque su Princesa decía aquello.
"Ya no puedo…Syaoran…pero quiero verte…quiero estar contigo"-decia la Princesa mientras pegaba con suavidad su cabeza al pecho del chico. Intentaba sonar lo mas clara posible, pero los gemidos continuaban, es por ello que hacia pausas al hablar, recordando también, lo doloroso que era para ella decirlo.
"P-Princesa… ¿Es algo que el Rey ha ordenado?"-pregunto sumamente temeroso a la respuesta.
"S-si…pero… ¡Yo quiero verte Syaoran! ¡No quiero dejar de hacerlo! ¡Quiero estar contigo!...siempre"-dijo la Princesa levantando su mirada para encontrarse con la de Syaoran, intentando ver en sus ojos la respuesta al problema…intentando descifrar que decían esos ojos ámbar…que responderían a lo que ella había dicho, confesado.
"El Rey…solo quiere lo mejor para usted, su alteza"-dijo Syaoran girando su mirada hacia otro lado, con frialdad en su tono de voz. Que difícil le era aguantar tantas palabras que quería decirle….tantos "Yo también, Sakura".
"¿Acaso no quieres verme?"-pregunto intentando contener el llanto con todo su ser.
"No hay necesidad de preguntarse eso….claro que quiero verte"-
"Syaoran"-respondio mientras la leve y tierna sonrisa se formaba en sus delicados labios.
"Pero una orden, es una orden, su majestad"-dijo el aumentando su manera de hablar con respeto…y poniendo firmes los pies en la tierra…el jamás desobedecería a su Rey.
"Syaoran yo te…"-intento confesar su amor en vano.
"Una orden, es una orden. Bien dicho, niño. ¿Conoces la salida? ¿O deberé guiarte?"-pregunto Touya llegando con suma incredulidad y sarcasmo, mientras alzaba una ceja. La Princesa y el arqueólogo se vieron obligados a terminar su tierno abrazo, separándose debido a la presencia del Rey.
"Conozco la salida, su majestad. Buenas tardes"-dijo Syaoran con respeto y mucha dignidad, evitándose a si mismo hacerle mal gestos, lo único que le ponía realmente molesto es que el mismo Rey había hecho llorar a Sakura.
Dio media vuelta, dispuesto a salir del castillo para no volver a entrar Jamás, pero una mano le detuvo jalando su capa. Syaoran quedo tieso unos instantes, el nunca se negaría a algo que su Princesa dijera u ordenara, así que esperando una orden por parte de ella, se dio nuevamente media vuelta hacia ella, donde se encontró con las manos de ella tomándolo por el rostro, y dándole un beso en la mejilla haciéndole sonrojar.
"Nos veremos…ya lo se"-dijo ella susurrándole al oído, mientras la expresión de sorpresa no desaparecía del rostro del Rey.
Syaoran dio vuelta nuevamente, abandonando el castillo, dejando solos al Rey y a su hermana menor fuera del recibidor. Ella aun con lágrimas en sus ojos, pero el llanto había disminuido notoriamente, mientras que el Rey traía una expresión de confusión y preocupación en su rostro.
"Buenas tardes…y noches también, Touya"-dijo la Princesa cerrando sus ojos, hablando en manera fría y represiva.
"Sa-sakura…no significara eso que no bajaras a cenar ¿Cierto, ¡Debes comer!"-objeto el Rey con preocupación pues apenas comenzaba a ver las consecuencias de sus actos.
"Buenas noches"-dijo ella por ultima vez, aclarando toda duda en la cabeza del Rey, dio media vuelta y camino con rectitud a su habitación.
-En la habitación de la Princesa-
Narradora: Sakura
Entre a mi cuarto…realmente pensé que se encontraría solo, así podría llorar todo el tiempo del mundo, pero Meiling-san se encontraba hay.
"Vamos, llora, si no lo haces ahora, se acumulara el dolor"-dijo ella regalándome una leve sonrisa llena de comprensión. ¿Acaso se notaba que había estado llorando?
"Arigato, Meiling-san"-respondi con una sonrisa llena de gratitud, segundos después me avente sobre mi cama y deje que todo mi sufrimiento se fuera en forma de lagrimas mientras empapaba mis sabanas.
"Y entonces… ¿Qué paso, no llegaste a dormir anoche"-pregunto ella con interés mientras se acercaba a mi y acariciaba mi cabeza…se sentía reconfortante cuando estas triste y alguien te hace compañía solo para hacerte sentir mejor.
"Pasaron muchas cosas…el baile, fue maravilloso…"-me pause mientras recordaba a la perfección, mi mano junto a la de Syaoran, sosteniéndome por la cintura…y abrazándome con cariño…Syaoran…
"Después el se enfermo…me quede hacerle compañía en su casa, y pensé en regresar al castillo por mi misma…"
"¿¡Usted sola?...¡Sakura-chan! ¡Eso es muy peligroso!"-me reprendió Meiling-san…y tenia toda la razón de hacerlo.
"Y me asaltaron, afortunadamente Syaoran fue a mi rescate…pero me desmaye, así que me llevo a su casa y dormí hay…y justo llegue…y Touya me ha prohibido…ordenado…ver a Syaoran…"-dije en pausas dolorosas, mientras el llanto quería brotar nuevamente.
"Ya veo porque tremendo escándalo…¿Qué ha opinado Syaoran-kun?"-pregunto mi querida mucama, seguramente esperando que dijera algo lindo pero…
" "Su majestad solo desea lo mejor para usted, su alteza" "-le imite poniendo una leve sonrisa a mi rostro…
"Siempre tan de pocas palabras…algo insensible debo decir…"
"Pero también dijo…que el también quería verme…"-respondí yo para contradecir las palabras de Meiling-san mientras la sonrisa en mi rostro se volvía calida y ponía las manos sobre mi pecho.
"Oh… ¿Y entonces que hará, su alteza?"-me pregunto mientras alzaba una ceja….incluso yo intentaba pensar en lo que iba a hacer…No lo iba a perder…No lo haría…Ya lo se…porque el es mi elegido…mi destino.
----Japón Feudal---- (N.a: si otra vez ando aquí metiendo a Tomoyo y a Kurogane XD)
El cielo brillaba esplendorosamente, completamente lo contrario al reino Clow, donde la tormenta estaba apunto de llegar.
El día anterior la Princesa había sido salvada por sus guardianes de un temible secuestro, algo de lo que se sentía agradecida y por ello…
"Aquí tienes"-dijo ella mientras tomaba la mano de su guardián Kurogane y ponía en ella una bella flor parecida a la flor de cerezo.
"¿Qué es esto?"-pregunto déspotamente el ninja.
"¿Qué no lo sabes? Es una flor"-respondio ella mientras sonreía abiertamente, conociendo las reacciones que su guardián habría de tener.
"Argh, ¡Tonta! ¡Claro que se que es una flor!...pero… ¿Por qué me la das?"-pregunto aun en desconcierto mientras miraba con curiosidad la bella flor.
"Es un obsequio…por salvarme el día de ayer. Se me ha informado que esta de moda regalar cosas tiernas…así que esto es para ti, Kurogane"-respondio la Princesa sonriendo tiernamente, cerrando el puño de Kurogane que traía la flor.
"Bah, una espada me seria mas útil…te la devuelvo"-dijo el ninja mientras tomaba la mano de la Princesa y ponía en ella la flor.
"¿Me esta obsequiando una flor, caballero?"-pregunto la Princesa con burla, haciendo aparecer un muy leve sonrojo en las mejillas del ninja mientras rodaba sus ojos con fastidio, pues en esos tiempos darle una flor a una mujer significaba que te gustaba.
"Como quieras"-
-Esa noche, en el castillo, en el Reino de Clow-
Narradora: Autora
La noche había llegado, la lluvia de alguna manera se había detenido…dándole oportunidad a la Tormenta para entrar.
Se ponía una capucha maltratada de color verde incluso estaba parchada, mientras abría la ventana de su habitación.
"¿Va al pueblo, su alteza?"-pregunto sonriente la joven mucama.
"Así es, por favor, cubreme"-pidio con una tierna sonrisa mientras salía por su ventana.
"Así lo haré su alteza, no se preocupe, diviértase"-dijo Meiling mientras le guiñaba un ojo y veía como la Princesa había desaparecido, probablemente ya se encontraba corriendo para salir del castillo.
A la mente de la Princesa había llegado un pobre y romántico plan. Ya que su hermano el Rey estaba enterado que Sakura ya no bajaría a cenar, seria su oportunidad perfecta para escapar del Palacio, haciendo pensar a Touya que se encontraba en su habitación llorando…pero las cosas no serian así…ella estaría viéndose cada noche que su corazón le pidiese ver a Syaoran, lo que significaba…Todas.
Sabiendo de antemano los riesgos con los que corría, como el ser asaltada nuevamente, corrió con prisa y cautela, directo a la casa de Syaoran, aparentando ser una común aldeana…Ja, si todos supieran que bajo esa humilde capucha se encontraba una Princesa.
Corría cada vez más veloz, comenzaba a agitarse, hasta que a su vista apareció la humilde y pequeña casa de Syaoran, sonrió con satisfacción al verla.
Siguió corriendo dando sus últimos esfuerzos por llegar, gracias al cielo, lo logro. Toco la puerta con fuerza y ansia.
"¿Quién?"-pregunto la voz de Syaoran desde adentro, sonando algo solitario. Pero Sakura se encontraba tan agitada que incluso no podía hablar, ni una palabra salía de su boca.
Syaoran sin mas remedio, abrió la puerta con algo de desconfianza, pero la desconfianza se torno a sorpresa al ver frente a el a la Princesa, que respiraba agitadamente, y que al verse ambos, sus mejillas se tornaron coloradas.
"¿Pri-princesa?"-pregunto en total desconcierto el joven arqueólogo.
Pero no hubo una respuesta verbal…se lanzo a el, directo a sus labios a besarlos como si fuera la ultima vez que lo haría, la ultima vez que lo vería. Aun en su "desconcierto" le fue imposible no corresponder el beso de su querida…pues realmente la amaba.
-Fin del capitulo-
Magdalia Daidouji: Justo he estado escuchando las canciones mas deprimentes del Soundtrack de Tsubasa, son tan hermosas TT.TT y me inspiran tanto…casi lloro XD jajaja, si lo se deben pensar que soy una exagerada. Bueno, nuevamente Muchas gracias…
-Agradecimientos-
